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Cuad. Sur, Filos. n.

36 Bahía Blanca 2007

La confrontación de la Metafísica para un tránsito hacia


el Otro pensar en M. Heidegger

Leticia Basso Monteverde*


* Universidad Nacional de Mar del Plata
E-mail: letibasso@hotmail.com

Resumen
M. Heidegger propone la renovación del problema del Ser y
ejecuta una crítica que de-construye la tradición filosófico-
metafísica. Sobre este aspecto Heidegger argumenta que hay
una diferencia entre "el pensar del ser" y "el pensar de la
filosofía". En efecto, la filosofía se ocupa de "asuntos de la
razón" donde todo tiene un por qué, un fundamento y, según
el autor, el Ser no lo tiene. Por tanto, no se puede acceder a
éste mediante un pensamiento representacional ya que el Ser
no es un objeto. Bajo esta óptica la metafísica ha cometido el
error de clausurar la vía de encuentro con el Ser de modo que
se ha producido la cosificación y el olvido del mismo, es decir,
de su naturaleza original. No obstante, Heidegger propone un
salto al otro comienzo del pensar donde a partir de la
meditación, en la retención del ser-ahí, se accederá a la verdad
en su esenciarse, acaeciendo de esta manera el Dasein en el
evento-apropiador.

Palabras clave: Tránsito; Evento; Ser.

Abstract
M. Heidegger proposes the renewal of the problem of Being to
carry out a criticism that dismantles the philosophic-
metaphysical tradition. Heidegger argues that there is a
difference between "thinking of being" and "the thinking of
philosophy". In fact, philosophy takes "matters of reason"
where everything has a cause, a foundation and the Being, in
words of Heidegger, has not got one. So it is not possible to
accede at Being through a representational thought because
the Being is not a thing. On this view Metaphysics' most
important mistake is the obstruction of the way to Being. As a
consequence, Being is transformed in an object, which drifts to
forgottenness of Being and its original nature. Nevertheless
Heidegger proposes a leap in the other beginning of thinking,
where through meditation, in the hold back of the Dasein
(being-t/here) will be allow the truth in its own happening by
the event of appropriation.

Key words: Turn; Event; Being.

Recibido: 31/01/07
Aceptado para su publicación: 30/08/07

Este trabajo propone un acercamiento al pensamiento de M.


Heidegger en referencia a la temática central de toda su
producción, el problema del Ser. Acerca de éste puede
observarse cómo el filósofo declara la necesidad de una
renovación radical que parta desde una fiel interrogación por
su sentido2. En tal caso primero se deberá efectuar una crítica
intensiva de la tradición filosófica para reconocer la indigencia
de nuestro pensar y el "olvido del ser". A la luz de esta crítica
se confrontará la producción metafísica en sus figuras
representativas del ser y en sus concepciones de mundo ya
que, luego de este paso, ciertamente se realizará en el Ser la
decisión que abra el camino para fundar la pregunta que nos
guíe a la verdad en su esenciarse.

Con todo, este trabajo pretende reflexionar sobre: ¿por qué


Heidegger plantea una crítica al análisis metafísico-filosófico y
cuál es la propuesta que presenta en reemplazo a la clásica?
De modo que en el tratamiento de estas cuestiones se
intentarán alcanzar los siguientes objetivos: (1) comprender la
necesidad que da lugar a este interrogante; (2) analizar su
visión de una "Historia del ser" fundada en la manifestación
del mismo, en su destino o envío y retraimiento; (3) reconocer
el des-montaje crítico de la tradición metafísica a través del
análisis fenomenológico de los conceptos que han
representado al Ser a lo largo de la filosofía occidental; (4)
identificar la propuesta que exige este "tránsito" hacia otro
comienzo del pensar.

Los intentos de una superación del pensar convencional de


occidente para asumir en la actualidad la negligencia
encubierta en los fines de la maquinación y la técnica, y la
necesidad de un pensar y habitar auténticos, son los motivos
que llevan a Heidegger a proponer la renovación de la
problemática del Ser y a ejecutar una crítica que de-construya
la tradición filosófico-metafísica.

El pensador argumenta su posición a partir de una diferencia


entre "el pensar del ser" y "el pensar de la filosofía". En efecto,
la filosofía se ocupa de "asuntos de la razón" donde todo tiene
un por qué, un fundamento y, según el autor, el Ser no lo
tiene. Por tanto no se puede acceder al Ser mediante un
pensamiento representacional ya que éste no es un objeto.
Bajo esta óptica la metafísica ha cometido el error de clausurar
la vía de encuentro con el Ser, de modo que se ha producido la
cosificación y el olvido del mismo, es decir, de su naturaleza
original. Este tipo de pensar ha sido el disfraz que oculta
nuestra esencia conflictiva, que tiene su génesis en la tensión
entre lo que nos es dado y lo que nos es expropiado en la
relación con el Ser. La filosofía ha cerrado y rechazado nuestra
condición de pertenencia a lo infundado e inaparente del Ser, y
sólo ha permanecido ligada a aquello que ha podido rescatar y
convertir en estándar o medida de seguridad, estabilidad y
dominio.

No obstante, Heidegger propone un salto al "otro comienzo del


pensar", donde a partir de la meditación y espera (el dejar-ser)
que se inauguran en la retención del ser-ahí se accederá a la
verdad en su esenciarse, en el entretanto del claro y el
ocultamiento, acaeciendo el hombre en el evento-apropiador 3.

A continuación se procederá con el tratamiento de las


presentes cuestiones; a través de cada sección de este trabajo
se intentará dar cuenta de lo sintéticamente expuesto hasta el
momento en busca de trabajar los interrogantes planteados.

I. La necesidad de un nuevo acceso al Ser

Heidegger ha recorrido un intenso y extenso camino guiado


por el interés de comprender el sentido del Ser (Seyn)4. En sus
reflexiones se han propagado diversos senderos, a través de
los cuales se pueden vivenciar nuevas interpretaciones que
trascienden los esquemas o mapas de la filosofía y nos brindan
un acceso a una realidad que se encuentra más allá de los
parámetros racionales de la representación. Ahora bien, seguir
estos trayectos no implica dejar a un lado los conocidos o
deshacernos de los momentos vividos y la tradición que
construimos. Sino que nos invita a confrontar la cultura a la
que pertenecemos y verdaderamente apropiarnos de ella,
siendo conscientes de los pasos que dimos. Así es como
Heidegger nos propone retomar nuestra labor y cuestionar
cuál es nuestro objetivo, sin perder de vista la misión que
emprendimos.

Es cierto que aquello que caracteriza al hombre,


diferenciándolo de los otros entes, es su relación con el Ser. De
este modo el hombre es el único ente que posee la capacidad
de hacerse transparente para sí mismo 5 internándose en su
interior, de modo que logre acceder a su propio ser. Por lo que
su primacía se centra en que es un ser ontológico; él puede
traspasar los límites empíricos, es decir, puede transgredir los
aspectos ónticos pero ante todo es pre-ontológico:

"Lo que lo caracteriza ónticamente es que a este ente le va en


su ser este mismo ser (...) la comprensión del ser es una
determinación del ser del Dasein (...) la peculiaridad óntica del
Dasein consiste en que el Dasein es ontológico". (Heidegger,
1998: 35)

Aquí se ve como fuera de poder trascender el plano de lo que


sin más se le da a la mano, el Dasein se distingue de acuerdo
a su propia estructura existencial. De esta manera se define su
ser-ahí como "comprender del ser", ya que puede desocultarlo.
Mas aún el Ser se encuentra en diferencia ontológica con el
ente. Ser y ente no son lo mismo porque el ser "es" en la
efectividad, su manifestación se propaga retrayéndose en el
envío. Esto quiere decir que el ser se oculta, nace de la
oscuridad, de la nada y en el proceso sólo el hombre tendrá
acceso a éste a partir de la develación.

La esencia de la verdad tiene libertad en el hombre cuando por


el desocultamiento y la comprensión encuentra su puesto. Pero
esta libertad le es dada por el Ser, pues la decisión fundante
que lleva al hombre a trasladarse de su postura de animal
racional al ser-ahí (Heidegger, 2003:21) es el viraje que
posibilita el ámbito del juego espacio-temporal para formular
la pregunta por su sentido. Este ámbito es concedido por el Ser
ya que "el hombre devino falto de fuerzas" (Heidegger, 2003:
25) para asumir el compromiso en la decisión, porque es
impotente ante el llamado del Ser debido a que está absorto
en el mundo público, el de las meras apariencias (pese a ser
ontológico)6. Sin embargo a demás de la indigencia del
hombre, ocurre que el mismo Ser tiende a donarse oculto; la
regalía o el obsequio de su esenciarse acontecen de forma
sustraída, y de aquí surge la paradoja de "desocultar lo que se
oculta". De esta manera la dificultad se presenta en el
movimiento que llevará a cabo el hombre para conseguir un
acceso fiel al ser. Dado que la ya mencionada "diferencia
ontológica" nos impone la barrera que marca la escisión en
ambos planos (el de abrirse al ser y el de huir al abandono del
mismo). En tal caso ¿cómo el hombre puede acceder al ser?,
es decir, a "lo otro" que se muestra como lo que no es: "un
ente". ¿Cómo trascender lo óntico? Puesto que no tenemos la
potencia para "por voluntad propia" lograr esto, sino que el ser
nos da la libertad para escucharlo. Aquí nos encontramos en
una línea muy delgada porque nuestro entendimiento puede
engañarnos tal como los sentidos y cuando creemos que el ser
es descubierto, cuando la filosofía pone su meta en el
tratamiento del "ente en cuanto ente" y hace uso de sus
herramientas hay un riesgo de profundizar el ocultamiento, de
enmascarar el Ser. Y es allí donde Heidegger decide labrar la
tierra -o como él diría- pretende abrir un "claro en el
ocultamiento", ya que el error de la filosofía es el de suponer
que a partir de la razón se logrará descubrir al Ser. Por el
contrario nunca se podrá dar el sentido del ser en nosotros a
través de la razón, ya que no nos encontramos frente a un
objeto. El Ser es lo indeterminado y no tenemos que poner en
él fundamento alguno, pues no hay "por qué" que lo atraviese.
De esta forma puede verse en Heidegger cómo no se
conseguirá la comprensión del ser mediante el ejercicio
racional. En consecuencia, la tarea emprendida desde sus
comienzos por la Filosofía y la Metafísica será la propagación e
instalación de la huída del Ser, siendo lo peor la falta de
conciencia o la ignorancia de este abandono erguido en la
"pregunta conductora" por el ser del ente. Una vez reconocida
esta falencia, el filósofo alemán marca la diferencia entre "el
pensar el ser" y "el pensar de la filosofía", esta distinción da
cuenta para Heidegger que:

"el pensar del ser (Seinsdenken) no es nunca una doctrina


objetiva que el sujeto puede pensar a la distancia que
introduce la representación sin quedar modificado. Es un
pensar experimental y transformacional. (...) No es algo que el
sujeto hace o piensa, sino algo que ha de "dejar ser" (a través
de la actitud que Heidegger denomina Gelassenheit o
Serenidad)" (Cavallé Cruz, 2004: 12).

A este respecto "el pensar del ser" no será una actividad que
tendrá una meta fija o un objetivo ya que si no se tendría
"algo" que alcanzar, es decir, que buscar. Y como ya se ha
dicho el Ser no es un "algo" es lo infundado, indefinible e
inaparente. En tal caso, el pensar que se esenciará desde la
verdad del Ser no es una mera actitud humana volitiva, por el
contrario es la auto-meditación que se da en la "espera"
abierta en la claridad (Lichtung) que tiene su puesto en el ser-
ahí, el sí mismo propio de la retención, que se inaugura con el
temple anímico. Este temple es la angustia que
esporádicamente y de forma instantánea nos empuja a esta
disposición fundamental donde nos azota el Ser en todo su
señorío.

Una vez reconocido este nuevo camino, la resonancia (der


Anklang), que se presentará a partir del viraje esencial del
animal racional al ser-ahí. Camino en el que el hombre deberá
asumir "la indigencia del primer pensar" (el de la filosofía) 7 se
podrá plantear en la cuestionabilidad la "pregunta
fundamental". Pero previo a elaborar la pregunta y a realizar el
salto al "otro comienzo del pensar", se concretará el pase (der
Zuspiel)8: momento en donde se confrontará la tradición
filosófico-metafísica en referencia a la tematización del Ser. De
este modo se logrará una apropiación original del mismo,
retomando los ecos que han quedado ocultos pero latentes en
su decir. Así con la de-construcción de estas concepciones se
estudiarán los términos que representaron al Ser para
reconocer los errores cometidos y develar qué hay de original
en estas manifestaciones.
II. La visión de una Historia del Ser y la de-construcción
de la tradición metafísica

a) El camino de la Historia del Ser

Como se ha mencionado Heidegger ve la necesidad de un


tránsito hacia otro pensar que se llevará a cabo una vez que el
hombre y la filosofía misma reconozcan su indigencia, es decir,
sean conscientes de que han olvidado al Ser en el proceso de
su reflexión. Ahora bien, este paso no es nada fácil porque al
estar sumergidos en esta tradición, en sus construcciones y
representaciones, no hay ni una cercana ni una frecuente
posibilidad de despertar e identificar este error. Porque, en
efecto, sólo se puede lograr una mirada descontaminada
dando un salto fuera de la filosofía misma, dejando de lado
nuestra razón, parámetros y esquemas, nuestras necesidades
de seguridad y eficacia, de cálculo, estabilidad y rapidez, y
ansias de experimentar el ser 9. No obstante el filósofo hará un
análisis detenido de toda la tradición metafísica mediante una
"de-construcción de la historia de la ontología". Esta
crítica no tiene por objetivo eliminar la Filosofía Occidental o
arremeter contra la Metafísica: (1) porque de este modo con
una postura nihilista sólo se consigue la auto-contradicción, es
decir, quedar apegado a lo que intentamos criticar. (2) porque
en definitiva nos encontramos dentro de esta tradición, es
parte de nuestra historia y debemos tenerla en cuenta.

El reconocimiento de la indigencia es un paso esencial para el


otro comienzo del pensar, de aquí se sigue que el objetivo sea
superar esta instancia. Por este motivo a través del
desmontaje fenomenológico se realizará un estudio de las
distintas etapas históricas de la manifestación del Ser en el
pensamiento filosófico. ¿Por qué la necesidad de este tipo de
análisis? Como ya se dijo, Heidegger presenta la problemática
en la "Historia del Ser". El ser tiende a manifestarse de
forma oculta donde el destino o envío del ser acontece de
forma sustraída, pues toda donación, obsequio o regalía (en
términos del autor) es una prueba de la diferencia ontológica
en la que nos encontramos. De este modo ocurre que toda
interpretación de la Metafísica será para Heidegger una
captación deforme o encubierta del Ser, debido a que se lo
captará desde el ángulo incorrecto, es decir, se tomará por Ser
lo que en realidad es el ente. En este sentido "la Metafísica
está determinada por el destinar que se sustrae en forma
originaria, donde "el olvido del ser" es el reflejo de la
tematización de su ocultamiento y, a su vez, el hilo conductor
que se mantiene a lo largo de las manifestaciones epocales"
(Rodríguez, 1997: s/d).

"Historia del ser significa envío (destino) del ser, donde tanto
el enviar como lo que se envía se retraen, la idea de una
historia del ser es invitación a pensar lo histórico no a partir de
su transcurrir, sino del enviarse y sustraerse del ser"
(Rodríguez, 1997: s/d).

Bajo esta óptica se efectuará un trabajo minucioso sobre las


figuras imperantes de cada época, reconstruidas mediante los
conceptos rememorados que expresaron en algún momento al
Ser: physis, logos, eidos (idea), ousía, alétheia, sujeto,
voluntad y voluntad de poderío, entre otros. Ya que en estos
hay elementos ocultos que referían al original decir del ser.
Pero "las palabras quedaron mas no la actitud y la mirada que
las alumbraron (...) gastadas por repetidas, reinterpretadas
desde contextos, actitudes y paradigmas ajenos, difícilmente
nos aproximan hoy a lo que fue su sentido inicial" (Cavallé
Cruz, 2004: 188).

Heidegger pretende retomar estas representaciones y


liberarlas de sus prejuicios, puesto que a través de la epojé
fenomenológica se accederá a los conceptos desde su raíz
original y se reconocerán sus emplazamientos, lo que han
ocultado, dejado de lado, clausurado. Este análisis tiene el fin
de encontrar en los conceptos aquello que en su haber-sido
quedo sin darse para apropiarlo y transfigurarlo desde un por-
venir, es decir, desde el futuro y en la revisión de su negativa
presencia. Este proceso de confrontación y transfiguración de
la tradición se enraíza en la misma estructural existencial del
Dasein, ya que éste es en la unidad de sus tres éxtasis
temporales (el haber-sido, el presente "trama de la vida" y el
futuro). Una mirada histórica del Ser tiene su base en la
Historicidad y la Temporalidad, no como saber histórico sino
como acontecer del ser (Geschehen). De este modo para
Heidegger el Dasein es:

"arrojado al futuro en el proyecto donde asume una posibilidad


y es también en el haber-sido donde por la repetición vuelve y
mantiene el pasado. (...) En la unidad de futuro y el haber-sido,
se temporaliza como presente, éste abre el hoy en forma
propia y en medida que el hoy queda interpretado por
comprender venideramente repitente de posibilidad que se ha
asumido (...) se convierte en des-presentación del hoy"
(Heidegger, 1998: 411).

Por tanto a partir de la repetición se resuelve el "entre" en el


que acontece el Ser y su esenciarse, ya que el mismo Dasein
es desde su auto-transmisión, desde su heredarse retomando
sus posibilidades de forma que estas enriquezcan el presente.
Aquí se ve cómo salvo al aspecto negativo de la tradición, visto
en su nocivo encubrimiento del ser en el ente, existe un
aspecto que Heidegger considera positivo y es su pertenencia
a la estructura existencial en la historicidad como comprensión
del ser.

Ahora bien, una vez que se ha entendido de dónde procede en


su naturaleza la actividad de la de-construcción (la historicidad
del Dasein) y por qué su necesidad (para aprehender los
rasgos ocultos y positivos del ser en sus pasadas
representaciones) ha de pasarse al análisis de las diversas
manifestaciones epocales del Ser en el pensamiento filosófico.

b) La de-construcción de la tradición

Teniendo en cuenta la visión de Heidegger con respecto al


análisis histórico del acontecer del Ser, podemos ver por una
parte su planteo de la iniciación de un proyecto en el que el
ser-ahí se arroja al estado de abierto con el horizonte de
posibilidades en referencia a la espera lúcida del Ser. Así
puede entenderse la mirada del autor hacia un por-venir, un
futuro. En este caso la fundación de la decisión que abre la
claridad del Ser es la de los futuros. Por otra parte prestando
atención a la Historia del Ser como des-montaje de la
tradición, en la que se rememoran las diversas concepciones
del ser para retomar de éstas aquello oculto en el modo de "lo
digno de repetir" se puede hablar de una reapropiación del
pasado. Por todo esto puede decirse que no hay que perder de
vista la importancia de la unidad de los éxtasis temporales en
el cuidado (Sorge) a partir de la temporalidad propia del Ser
pero hay que reconocer que el futuro, es el éxtasis primordial
dentro de esta tríada. Esto no tiene relación alguna con una
visión que miente el "progreso" ya que Heidegger crítica esta
postura filosófica. La idea de "metas" u "objetivos" son para él
nociones vacías que consuma la maquinación en busca del
dominio de masas a través de ideales que generen ilusiones
de seguridad y control. De aquí se sigue que en la Historia del
Ser se den las etapas históricas a partir de su libre brotar fuera
de toda secuencia lineal o lógica de sucesión. Sólo hay un
reiterado no atender al ocultamiento originario; el "olvido del
ser" es el único hilo conductor presente en las figuras y
concepciones del mundo10: formas de vida, relaciones
sociales, movimientos políticos, etc. (Rodríguez, 1997: s/d). Por
consiguiente, a continuación se realizará una breve revisión de
la confrontación de aquellos términos que en el comienzo del
pensar filosófico representaron al "ser del ente" a partir de la
pregunta conductora asentando imágenes en las que
predominó la mera presencia. ¿Cuál es la causa de la
formación de estas figuras o imágenes? En palabras de
Heidegger:

"Este congraciarse con lo "real de la vida" permanece siempre


un disfraz en esa apariencia, detrás de la que se esconde la
carencia de ánimo de perseverar en la esencia del ser; pues tal
pensar no puede crear un suelo a la "vida activa", que
inmediatamente la nutra, ni ofrece una meta en la que pudiera
fijar sus objetivos" (Heidegger, 2006: 58).

c) Las figuras del Ser en la Metafísica

Es importante aclarar que Heidegger analiza cada concepto


que ha representado al ser en referencia a la noción de verdad
y sus modificaciones. De allí que deba tenerse en cuenta que
la "disección" semántica de los términos presentada por el
autor está hecha en vistas a su demostración de
encubrimiento y abandono del ser, por tanto la misma ha de
diferir de los análisis de otros estudiosos del tema 11.

1) La figura de la physis (naturaleza) en el pensar griego de la


antigüedad marca la preeminencia de la entidad en toda su
fuerza de presencia. "Ella es el ser mismo, en virtud del cual el
ente llega a ser y sigue siendo, de este modo surge de lo
oculto y acontece, se impone como mundo y posibilita la
apariencia de lo que aparece. El riesgo está en que la
apariencia que acompaña el desocultamiento degenere en
encubridora, por lo que aquí se daría el engaño." (Cavallé Cruz,
2004: 200) Esta figura del Ser se ha concentrado en el valor
fundante de las posibilidades potenciales de la realidad. Una
realidad que ha tomado forma en la presencia material y que,
en consecuencia, se ha encontrado perpetuada por el hombre
con el asombro de lo habitual, identificando lo esencial con lo
conocido. Luego la physis se renueva con la labor en la figura
de la tékhne (oficio, habilidad) como lo producido y
experimentable una vez que se instala la pregunta por el ente.
Aquí también hay una relación con el devenir como cambio de
lo presente. El "movimiento (kínesis) se toma no como un
cambio local en el espacio (phorá: conducción-traslado) sino
como lo acabado (kinoúmenon: lo movido), suma
concentración de movilidad que significa lo en sí reunido".
(Heidegger, 2003: 194/163). Este es el movimiento que lleva al
hombre a la alétheia y el logos. La tékhne es una figura que ya
se encuentra en relación con el hombre, pero el error para
Heidegger justamente se halla en esta actividad, puesto que la
efectividad del Ser es consumada por la medición y
configuración en vistas a un télos particular.

2) Con Platón la physis se reduce a la distinción entre original y


copia. En tal caso, el ser no será lo que está apareciendo sino
lo aparecido de una vez, el eidos (idea-forma-visión) que no es
lo fáctico sino lo que da presencia. Por consiguiente, se
concibe el pensar como un "ver", ser-ante-la-vista, no como la
representación moderna subjetiva sino como el presenciarse
que estabiliza. Por otro lado, la idea es entendida como
entidad del ente, lo común (koinón). Será dejada atrás la
noción de pertenencia que había en los presocráticos, de
armonía con el ser o amor "del corresponder al logos", para
buscar al ser como a un objeto. Aunque se pregunta por la
esencia, la verdad nunca dará con el Ser porque comprende al
ente y su presencia concebida como corrección (homóiosis:
conformidad, de la teoría de la mímesis donde los nombres son
copias de ideas). "Ya no se mienta la verdad (a-létheia)
siguiendo su origen griego marcado en la 'a' privativa que
implicaba un origen en la no verdad -en la revelación- y se
olvida lo oscuro de donde procede el manifestarse, porque
ciertamente en Platón lo verdadero es la idea, el ente visible al
intelecto, pues importa percibir bien lo que se revela, es decir,
el 'ver justo'" (Vattimo, 2002: 82). Nuevamente el Ser referirá
al fundamento, una presencia fuera del mundo sensible que
sólo puede alcanzarse por una intuición que no se corresponde
con el pensamiento empírico. El Ser es puesto en un más allá
inalcanzable al hombre común y es valioso por sí mismo.

3) En Aristóteles se continúa la figura del ser como lo presente


pero con algunos cambios. Pues la verdad aquí será en la
relación de adecuación, aunque verdaderas ya no serán las
palabras que representan a las ideas sino los juicios según la
relación entre el lenguaje, el pensamiento y las cosas. La
verdad es en la rectitud del acto enunciativo (apóphansis:
proposición, afirmación o sentencia).

Por otro lado el estagirita hace una interpretación de la entidad


como sýnolon (total) el conjunto de hylé (materia) y morphé
(forma), en la que hay dos sentidos: el qué cosa (eidos) y el
cómo que (ousía) existencia. El conjunto de la entidad en acto
se considera también a partir de la noción de enérgeia. La
enérgeia coloca a Aristóteles más próximo al origen del
concepto de alétheia como punto de llegar a un proceso. La
consideración del "ón como ousía (substancia) concibe la
entidad del ente y con ello el eínai del ón (el ser del ente), de
allí que se trate de trascender el mero presenciarse el
"epékeina tes ousías" (más allá de la esencia) para acceder a
una posibilidad efectiva del ser. Pero porque la pregunta sólo
es por el ente y su entidad nunca se llega al ser a partir de su
sentido original sino que queda relegado su significado a la
eudaimonía (felicidad) y a lo bueno (agatón)" (Heidegger,
2003: 210/175), es decir, que se da una valorización del Ser
mediante cualidades que refieren al ente.

4) La Edad Media muestra cierta continuidad de la idea de


verdad como adaequatio con el intelecto divino o humano. En
esta etapa metafísica predominan dos visiones del Ser: el
realismo que halla en la realitas el asunto del universal
(essentia) y el nominalismo que ve con el estar presente ante
la mano (existentia), el asunto del singular (Heidegger, 2003:
212/176). Para Heidegger estas visiones siguen siendo figuras
que expresan la forma entitativa del Ser, su encubrimiento y la
clausura significativa en la idea de sustrato. Debido a la
extensión del trabajo -ya mencionada en la nota al pie previa-
se procederá con la postura de Descartes. Descartes abre la
modernidad y con ella cambia la consideración de la verdad y
de la presencia del ser. La verdad pasa a ser certeza y la
presencia pasa a ser representación ambas con base en el
cogito sum, centro de la indubitabilidad.

"La Metafísica Antigua y Medieval pensaban al Ser desde el


ente supremo (el Bien en Platón, el Motor inmóvil en
Aristóteles, el Dios creador en la cristiandad) en la Metafísica
Moderna la subjetividad es el fundamento" (Cavallé Cruz,
2004: 201). A continuación, la certeza es el centro del pensar
fundada en la seguridad, la eficacia, el cálculo y la necesidad
de un método preciso. En el pensamiento se fija la
representación a partir de los parámetros de medida,
posibilidad y condición con la subjetividad y la objetividad. De
este modo Descartes inicia la nueva etapa del olvido del ser
con la persistencia del subiectum (hypokeímenon) en el sujeto
(res cogitans), el nuevo cosificador y clausurador del ser.

5) Con Leibniz toma forma el sujeto en el principio de validez


ilimitada, "el principio de la razón" con el cual nada es sin
causa. A este respecto, nada es verdadero si no puede darse
razón de ello. Se sigue que los objetos "son" si puede el sujeto
juzgar sobre estos, por lo tanto todo ha de ser calculable y
racional, de lo contrario "no es". Con suma potencia emerge la
razón suficiente como pilar del pensar. Aquí se encuentra el
obstáculo de la filosofía planteado por Heidegger, ya que el ser
no es racional sino indeterminado y no es causa ni
fundamento. Pero para la propia tranquilidad del hombre, se lo
re-pone en lo ente y se lo sumerge en estos recipientes o se lo
rellena de estos contenidos, de modo que se oculte nuestro
auténtico y original extravío.

6) El ser es considerado por Kant no como un predicado, sí


como una posición o modalidad. A propósito una cosa es el ser
como modo de ser y otra la consideración de "el Ser". Ahora
las pretensiones de validez objetiva de la realidad fenoménica
se solventan en el juicio y en las condiciones de posibilidad del
conocimiento, en la subjetividad trascendental y la
apercepción. Para Heidegger seguimos en la idea de
subiectum y no nos salimos del paradigma de representación
fundado en la relación binaria sujeto-objeto. Kant intenta
resguardar o dar prueba de la realidad a través de las
condiciones de conocimiento. Pero los parámetros de validez
utilizados son unilaterales puesto que son reglas que modelan
el ámbito del sujeto. Heidegger critica la noción de
trascendencia en estas reflexiones sobre el Ser, la
programática de este pensar y la reducción en la solución y
exposición temática. Para el filósofo contemporáneo no puede
presentarse la relación entre el hombre y el Ser a partir de
modos extrañados de la relación. Hablar de formas puras y a
priori del sujeto es postular nociones vacías y
descontextualizadas, de ahí que los existenciarios del Dasein
sean referidos a los modos esenciales del hombre en relación
con el Ser desde el estar-en-el-mundo.

7) A partir del pensamiento de Hegel podemos decir que el


idealismo absoluto corona la problemática con la
autoconciencia del espíritu y del retorno de la negatividad
en la exteriorización de la antítesis. El proceso de trabajo que
por la dialéctica pone al espíritu en libertad en sí, por sí y para
sí no logró despegar la meditación, de modo tal que se
clausuró en este devenir al Ser sometido por la historia a los
márgenes de la razón. Hegel intenta trabajar la problemática
de la "diferencia esencial", de la importancia de su
reconocimiento para una superación del pensar. El autor busca
acabar con la dualidad romántica de Fichte y Schelling, entre
otros, y presenta la labor del espíritu en su ascenso al saber
esencial. Pero encuentra un camino en lo conceptual y lo
universal que se eleva a la autoconciencia y la razón
observante por la vía del progreso de la vida subjetiva. A pesar
de que Heidegger retoma muchos de los elementos del pensar
de este autor, él deja de lado la visión dialéctica, la idea de
progreso, la razón y la absolutización. Muchas de las ideas de
Hegel pueden encontrarse en los pensamientos del Heidegger
de los '30 pero debe quedar claro que metódicamente
hablando no siguen el mismo camino pese a que, en el fondo,
ambos filósofos tengan objetivos similares. El pensar de
Heidegger en este último período ha realizado un salto y
cambio de estilo en sus reflexiones. Tanto en su escrito
Beiträge como en Besinnung podemos observar un discurso
poético que sigue un recorrido exploratorio hacia el esenciarse
de la verdad, a diferencia y en contra del estilo de Hegel que
tiene un ritmo sistemático y deductivo.

8) Con Nietzsche se da el último exponente de la Metafísica, ya


que según Heidegger el ponerse en contra de ésta e intentar
darla vuelta es sólo nutrirse en la crítica de su espíritu. Así el
biologismo o vitalismo en el aferrarse a la vida es otro tipo de
concepción de mundo. Retomando la idea de voluntad de
Leibniz como appetitus, perceptio y fuerza, la voluntad de vida
y sus pulsiones en la voluntad de poder de Nietzsche siguen
siendo subjetivas para Heidegger. Su argumento es que la
voluntad de poder es "voluntad de voluntad" que "no quiere
algo sino su propio querer, buscando su conservación" (Cavallé
Cruz, 2004: 209). Heidegger cree que lo positivo de Nietzsche
es sacar a la luz lo cadente de la metafísica, el problema se
encuentra en que no logra dar cuenta de esto fuera de sus
parámetros. Para superar esta instancia Heidegger anuncia la
necesidad del salto fuera del sistema, de ahí que Nietzsche sea
una prisionero o el loco que balbucea dentro de la caverna de
Platón. Como dice Heidegger, los futuros son los insólitos que
no buscan la pertenencia o admiración del común sino que
afrontan el destino y se arrojan al proyecto con todo el dolor
que en un comienzo implica.

En suma, estas son algunas de las reflexiones de Heidegger


con respecto a las representaciones del Ser en el pensamiento
filosófico-metafísico. Como puede verse el autor intenta
mostrar cómo se ha oscurecido el sentido del Ser, o mejor
dicho, cómo no se ha accedido al mismo ya que se ha
obstruido la vía de acceso. De hecho, no se intentó un original
preguntar por el Ser sino que se llevó a cabo una mirada que
desde un principio planteó sus metas y objetivos, y delineó a
partir de aquellos elementos conocidos -que la filosofía misma
cree dominar con supremacía- el camino a lo indeterminado y
oculto para nosotros.

"Este rodeo12 que la Metafísica debió tomar por el ente, para


no alcanzar al ser y así llegar a su fin (...) no es ningún rodeo
en el sentido de que hubiese perdido un camino inmediato y
uno más corto hacia el ser. El rodeo conduce a la indiferencia
del rehúso y a la necesidad del elevar esto a decisión"
(Heidegger, 2003: 346).
Ahora y de este modo, se intensifica la barrera infranqueable
en la diferencia ontológica; la imposible actividad de la
traducción significativa del sentido del Ser a un lenguaje
semántico entitativo, ésta reducción aniquiladora es la
incansable y terca misión que la filosofía debe abandonar.

Heidegger predica no sobrepasar el ente y trascender


simplemente lo óntico, sino ..."saltar por encima de la
diferencia; en el pensar transitorio tenemos que soportar esta
discrepancia" (Heidegger, 2003: 206). Y la forma de hacerlo es
reconciliándonos con ella, abrazándola en todo su ser. Porque
con el tránsito del pensar se pasará al otro comienzo, donde
en el proyecto se acaecerá en el evento apropiador.

III. La propuesta de Heidegger en el tránsito hacia el16


Otro pensar

Una vez expuesta en Ser y Tiempo de forma preparatoria la


pregunta fundamental por "el sentido del Ser" y luego de
realizar la crítica a la metafísica, Heidegger presenta su
propuesta en el tránsito hacia otro pensar. En el contexto de la
Historia del Ser, el autor muestra al Evento (Ereignis) como
una etapa no metafísica, ya que es un acontecimiento histórico
que visualiza la figura imperante de la técnica. Pero no desde
la concepción de mundo que se impuso en la maquinación,
sino como el evento-apropiador que expresa la relación de
tensión natural entre el hombre y el ser. Aquí es donde
Heidegger abre sus últimas consideraciones sobre el sentido
del ser que a partir del viraje indica en un bosquejo compuesto
por ensambles, los pasos que en un futuro se llevarán a cabo
para acceder a la acción radical y transformacional. A partir de
la meditación en la suave e instantánea espera, el hombre
será el custodio del Ser y le prestará oídos al decir de la
palabra sin imagen, ya que no hay representación del mundo
ni figura que pueda expresar el sentido del Ser. Surge el
quebrar de la palabra, por la cual el Dasein es acaecido en la
verdad en su pleno esenciarse desde el contraimpluso o
contramirada, como Heidegger llama en su obra Besinnung, la
mirada del corazón.

Este evento será fundado por los futuros aquellos insólitos que
serán en la decisión que todavía no nos fue dada porque no
transitamos al ser-ahí. Asimismo, cuando la indigencia sea
asumida y podamos realmente dejar atrás las mañas en que la
filosofía nos instruyó, alcanzaremos la disposición fundamental
en la que no tendremos miedo al desconcierto que causa la
retención en el sí mismo. Soportaremos el golpe del ser y
tendremos el coraje de sobrellevar el espanto del extravío en
este primer ocultamiento que nos hace sentir la potencia
arrebatadora que desequilibra nuestra orientación y nos
impone un despojarnos de nuestros instintos. Por tanto para
Heidegger en este sublime contemplar se podrá realmente
preguntar y es en este acto el de cuestionar, que ya estaremos
en la verdad.

Notas
2 La pregunta por el sentido del Ser será presentada por
Heidegger de forma preparatoria en Ser y Tiempo (1927).
3 Para Heidegger el evento (Ereignis) es el acontecimiento
fundamental abierto en la réplica entre humanidad - dioses y
la contienda mundo - tierra. El Dasein se encuentra en este
acontecimiento en el "entre" de la tensión original por la lucha
en la comprensión (Verstehen) del Ser y la custodia de la
verdad. (En el punto III del presente trabajo se expone un
breve desarrollo de esta cuestión).
4 La doctora en Filosofía Dina Picotti, discípula de Heidegger y
traductora al español de las obras publicadas en 1989
Beiträge zur Philosophie (Von Ereignis) y Besinnung, reconoce
la distinción entre Sein y Seyn. Ella explica en una nota a pie
de página en su traducción de los Beiträge que en el primer
caso Heidegger refiere al ser expresado por la metafísica y en
el segundo caso al ser que pretende retomar el autor, es decir,
el que no es una representación y construcción filosófica.
(Heidegger, 2003: 21)
5 Heidegger afirma que "a este ente que somos en cada caso
nosotros mismos, y que entre otras cosas tiene esa posibilidad
de ser que es el preguntar, lo designamos con el término
Dasein". (Heidegger, 1998: 30)
6 Para Heidegger la caída en lo público por la habladuría y la
curiosidad en el estado del "Uno" (das Man), donde vale "lo
que se dice" y se es inauténtico entre las masas, se considera
un estado ontológico del Dasein (uno de sus existenciarios).
7 La indigencia del pensar se encuentra para Heidegger en el
"olvido del ser" (Seinsvergessenheit) cometido por la pregunta
conductora por "el ser del ente".
8 Se han presentado de forma dispersa en el trabajo algunos
de los ensambles del Evento, que Heidegger propone dentro
de un alzado o bosquejo para llevar a cabo el tránsito hacia el
otro pensar. Estos ensambles son: la resonancia - pase - salto -
fundación - los futuros - el último Dios. Para un análisis
detallado de éstos, véase el texto Aportes a la Filosofía. Acerca
del evento publicado en el 2003 por la editorial Biblos.
9 Como dice Vattimo, "el reconocimiento de la metafísica en su
naturaleza de olvido del ser es un hecho que pertenece a la
Historia del ser, y será posible sólo cuando la metafísica llegue
a su conclusión, es más este descubrimiento se identificará
con el fin de ésta". (Vattimo, 2002: 79)
10 Tal como anuncia Heidegger en los Beiträge las
concepciones de mundo son "las negadoras de posibilidades
para permanecer sí mismas". (Heidegger, 2003: 47)
11 Por motivo de la extensión del artículo en este trabajo se
presentan sólo algunos de los conceptos analizados por
Heidegger, los que mejor representan su crítica.
12 Según Heidegger el "rodeo" es la estrategia que utiliza la
filosofía occidental ante la impotencia sufrida por no poder
enmarcar al obsequio o don del ser. A través de esta estrategia
la filosofía clausura el sentido del ser en el ente y pone en pie
un fundamento vigente.

Bibliografía
1. Astrada, Carlos, M. Heidegger. De la analítica ontológica a la
dimensión dialéctica, Quadrata, Buenos Aires, 2005
2. Cavallé Cruz, Mónica, La naturaleza del yo en el Vedanta
Advaita, a luz de la crítica del sujeto de Heidegger, Universidad
Complutense, Madrid, 2004
3. Heidegger, Martín, Ser y Tiempo, trad. José E. Rivera,
Universitaria, Santiago de Chile, 1998
4. Heidegger, Martín, Aportes a la Filosofía. Acerca del evento,
trad. Dina Picotti, Almagesto y Biblos, Buenos Aires, 2003
5. Heidegger, Martín, Meditación, trad. Dina Picotti, Biblos,
Buenos Aires, 2006
6. Rodriguez, Ramón, "Historia del ser y la Filosofía de la
subjetividad" en Navarro Cordón, JM., Rodríguez, R. (comp.)
Heidegger o el final de la Filosofía, Complutense, Madrid, 1997
7. Vattimo, Gianni, Introducción a Heidegger, Gedisa,
Barcelona, 2002.

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