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278 ISSN: 2390-0016 (En línea) / Vol. 49 / No. 131 / PP. 278 - 302
julio - diciembre 2019 / Medellín, Colombia. http://dx.doi.org/10.18566/rfdcp.v49n131.a03
La legitimación en la causa
en los contratos de seguro
de daños por cuenta
de un tercero
*
Artículo de reflexión no derivado de investigación para obtener el título de Magister en Derecho Privado de
la Universidad Pontificia Bolivariana, sede Medellín.
Resumen
El contrato de los seguros de daños por cuenta de un tercero, si bien está permitido y regulado
parcamente por la legislación comercial colombiana, presenta una problemática en el momento
en que se realiza la reclamación (del siniestro) por vía jurisdiccional contra la aseguradora,
ya que existe una discusión frente a la legitimación en la causa entre el tercero asegurado, el
beneficiario y el tomador. En el presente escrito se analiza, a la luz de los conceptos necesarios,
la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia alrededor de la legitimación en la causa en
contratos de seguros por cuenta de un tercero, resolviendo la problemática a favor de la o
las personas que tengan un interés asegurable, siendo este último un elemento esencial para
resolver el debate frente a la materia.
Palabras clave
Legitimación en la causa, contrato de seguro, contrato de seguro por cuenta de un tercero,
interés asegurable, Corte Suprema de Justicia.
Abstract
The insurance contract for third party damage, if permitted and sparingly regulated by
Colombian commercial law, presents a flaw when the claim (of an accident) is made through
jurisdictional means against the insurer, since there is already a discussion regarding the legal
standing ad causam between the insured third party, the beneficiary and the policyholder. The
present paper analyses, in the light of the necessary concepts, the case-law of the Corte Suprema
de Justicia regarding the legal standing ad causam in the damage insurance contracts by a third
party, solving the flaws in favor of people with an insurable interest. The latter being an essential
element to solve the debate over the subject.
Key Words:
Legal standing ad causam; insurance contract; insurance contracts by a third party; insurable
interest.
Resumo
O contrato dos seguros de danos por conta de terceiros, embora esteja permitido e regulamentado
de modo limitado pela legislação comercial colombiana, é problemático na hora de fazer uma
reclamação (do sinistro) por via jurisdicional contra a seguradora. Isto devido a que existe uma
discussão sobre a legitimação na causa entre o terceiro segurado, o beneficiário e o tomador .
Nesse artigo se analisa, a partir dos conceitos necessários, a jurisprudência do Tribunal Superior
de Justiça sobre a legitimação na causa dos contratos de seguros por conta de um terceiro. A
problemática se resolve a favor da ou das pessoas que tenham um interesse segurável. Esse
último elemento é essencial para resolver o debate nesse assunto.
Palavras-Chaves
Legitimação na causa, Contrato de seguro, contrato de seguro por conta de um terceiro, interesse
segurável, Tribunal Superior de Justiça.
Résumé
Le contrat d’assurance de dommages pour le compte d’un tiers, bien que permis et régulé
partiellement par la législation commerciale colombienne, présente un problème au moment
de réaliser la réclamation du sinistre par voie juridique contre l’assurance puisqu’il existe une
discussion autour de la légitimité de la cause entre le tiers assuré, le bénéficiaire et le titulaire.
Dans le présent article, on analyse, à la lumière des concepts nécessaires, la jurisprudence de la
Cour Suprême de Justice autour de la légitimité de la cause dans les contrats d’assurance pour
le compte d’un tiers, en résolvant la problématique à faveur de la ou les personnes qui ont un
intérêt assurable, ce dernier élément étant un élément essentiel pour résoudre le débat.
Mots clés
Légitimation en cause, contrat d’assurance, contrat d’assurance pour compte d’un tiers, intérêt
assurable, Cour Suprême de Justice.
Introducción
En el cosmos jurídico resulta bastante particular el contrato de seguro por
la ausencia de una definición legal, como si la traen otras figuras jurídicas,
verbigracia, la compraventa, el contrato de transporte, etc. Aunque la doctrina
le ha ofrecido la misma al ámbito de la escolástica, para tratar de comprender
De cara a la situación que se plantea, sin lugar a dudas puede decirse que
en el contrato de seguro de manera recurrente emergen no solo uno sino
varios intereses asegurables, que no siempre están en cabeza del tomador. No
en pocas ocasiones, entonces, el operador jurídico debe detallar en las causas
que tuvo no solo el tomador en la suscripción de la póliza sino también el
interés que aflore en otros intervinientes que, si bien no son partes, sí cuentan
con una razón que justifica en algunas ocasiones el llamado que se haga a los
jueces para que reconozca en ellos ese interés que los legitima para reclamar
el pago de la indemnización.
Y si bien no todos los casos resultan problemáticos, son muchos los eventos
en los que la legitimación en la causa no se asoma fácilmente sino que el
operador jurídico debe realizar un esfuerzo más hondo para auscultar el querer
de las partes y la licitud del proceso de cara a las pruebas que sobre el interés
existen en nuestro sistema legislativo; pues ciertamente, siendo traslada del
sistema inglés al nuestro la figura en cuestión, los vacíos que se hallan en la ley
deben ser llenados echando mano de los mecanismos auxiliares tales como la
jurisprudencia, pero, yendo más allá, de principios como la equidad y la buena
fe. Son el equilibrio contractual y la ubérrima buena fe los que deben campear
a lo largo y ancho en cualquier relación jurídica, y estos deben permear la
interpretación de las cláusulas contractuales y las normas que las rigen para
solucionar la multiplicidad de dudas que surgen en la ejecución de convenios
de esta naturaleza cuando la ley es insuficiente.
El Artículo 1037 del Código de Comercio expone que son partes del contrato
de seguro el asegurador, esto es, la persona jurídica que asume los riesgos,
debidamente autorizada para ello, con arreglo a las leyes y reglamentos, que
valga decir, tiene que ser una sociedad anónima, y el tomador, o sea, la persona
que, obrando por cuenta propia o ajena, traslada los riesgos.
1 Ver. entre otras sentencias de la Corte Suprema de Justicia, la Sentencia del 30 de septiembre del
2002. Magistrado ponente: Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo. Referencia: Expediente No. 4799.
Cabe aclarar que, por ser connatural o sustancial al contrato de seguro por
cuenta ajena, siempre se entiende como primordial el interés del tercero, de lo
contrario, no se podría predicar dicho nombre, y de lo anterior el Alto Tribunal
de Colombia (2002) concluye que, al existir un interés principal en este tipo de
contrato de seguro, es totalmente dable que exista otro interés secundario, el
del tomador, es decir, es claro que en el contrato de seguro por cuenta ajena
se predica un interés primordial, el del tercero asegurado, el cual puede o no
concurrir con el interés secundario del tomador.
IV. Naturaleza
Es de resaltar cómo tiene doble connotación el elemento del que se ocupa
este análisis, esto es, como requisito esencial propio de la naturaleza del
convenio, en trato, y como principio. Sabido es que los principios constituyen
El nuevo Código de Comercio de 1971 —si es que aún puede asignársele tal
adjetivo calificativo—, inspirado en las dificultades que en el ejercicio de las
aseguradoras se estaban presentando con ocasión de la limitación del concepto
que ofrecía el estatuto mercantil de la época, introdujo un cambio sustancial
para definirlo como el que tiene toda persona cuyo patrimonio pueda resultar
afectado directa o indirectamente, por la realización de un riesgo (Decreto
410, 1971, art. 1083). Esto, al tratarse del seguro de daños. En los seguros
de personas enunció los sujetos en los que puede asistir tal, entonces, se dice
que se tiene interés asegurable en la propia vida; en la de las personas a las
que se les puede reclamar legalmente alimentos, y en la de aquellas cuya
muerte o incapacidad pueden aparejarle un perjuicio económico, aunque este
no sea susceptible de evaluación cierta (Decreto 410, 1971, art. 137). Cabe, sin
embargo, hacerse la siguiente pregunta: ¿la enunciación contenida en la norma
es taxativa?, esta pregunta será objeto de análisis y respuesta en la evaluación
crítica que se hace en una de las sentencias objeto de estudio.
Por otro lado, advierte el Alto Tribunal una actitud poco proba de la
aseguradora, tendiente a objetar la reclamación de la indemnización por la
ocurrencia del riesgo por un variopinto de razones, pero solo a instancias de
la casación arguyó la falta de legitimación en la causa de su cocontratante, el
tomador del seguro.
La Sala acepta que la presunción del Artículo 1040 del Código de Comercio
no es de derecho y, por lo tanto, admite prueba en contrario, por lo que
prospera el argumento del recurrente; por consiguiente, advierte que si
bien en la literalidad del contrato no quedó estipulado que el seguro era por
alegó que el contrato se configuró como seguro por cuenta ajena para cobijar
también el interés del tomador, es decir, no alegó la vulneración de una
norma jurídica sino un error en la apreciación del contrato de seguro, por lo
que la Corte termina por desestimar la argumentación del demandante. Así
mismo, en el texto de la póliza no se estableció como beneficiario adicional
al tomador (demandante), y si en gracia de discusión se hubiera alegado la
concurrencia proporcional de beneficiarios, no se estableció el porcentaje que
le correspondía a cada uno.
toda vez que frente al remolque no se acreditó este interés por parte del
tomador (demandante).
Expone la Corte que en los seguros de daños por cuenta ajena es posible
predicar interés asegurable tanto del asegurado-beneficiario como del
tomador, en cuanto dicho interés tenga relación con una obligación derivada de
un negocio precedente con el tercero asegurado, pero dicho beneficiario debe
tener un interés económico concreto atendiendo al carácter indemnizatorio
que tiene el seguro de daños.
Por regla general, con base en el Artículo 1066 del Código de Comercio, el
pago de la prima está a cargo del tomador, no obstante, es posible que, siendo
el tomador una entidad crediticia, y el asegurado, su deudor, el primero le
Conclusiones
En el contrato de seguro por cuenta ajena o por cuenta de un tercero es
viable que exista concurrencia de intereses asegurables tanto en el asegurado,
como en el beneficiario y tomador; lo cual tiene su génesis en el Art. 1042 del
C. de Co. y se corrobora con el análisis jurisprudencial que se hace en este
escrito de las decisiones de la Corte Suprema de Justicia; siendo este negocio
un medio idóneo para garantizar dichos intereses.
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