(1) principios y valores fundamentales: toma sus principios de la teología y de la filosofía, con la ayuda de las ciencias humanas y sociales que la completan. Principios: la dignidad de la persona, el bien comú n, la solidaridad, la participació n, la propiedad privada, el destino universal de los bienes... Valores fundamentales: la verdad, la libertad, la justicia, la caridad, la paz... (2) criterios de juicio: sobre sistemas econó micos, instituciones, estructuras; adoptando también datos empíricos. Ejemplo: juicio de la Iglesia sobre el comunismo, el liberalismo, la teología de la liberació n, el racismo, el fenó menos de la globalizació n, el salario justo, etc. (3) orientaciones para la acció n: juicios contingentes sobre situaciones histó ricas. No es una deducció n ló gica y necesaria, sino que es fruto igualmente de la experiencia pastoral de la Iglesia y de un discernimiento cristiano de la realidad. La opció n preferencial por los pobres, el diá logo, el respeto por la legítima autonomía de las realidades políticas, econó micas y sociales. Un ejemplo es las sugerencias de la condonació n de la deuda externa, la reforma agraria, la formació n de cooperativas, etc. (Cfr. Gaudium et spes, 67- 70). El primer fundamento es, sin má s, el propio mandamiento del amor: amar a Dios sobre todas las cosas y al pró jimo como si mismo. Este es el fundamente de toda la moral cristiana, y por lo tanto de la doctrina social de la Iglesia, que forma parte de la moral. Jesú s dijo que el mandamiento doble del amor no es solamente el primero y má s importante de los mandamientos sino que también es un resumen o compendio de toda la ley de Dios y del mensaje de los profetas. - Por ello, la doctrina social de la Iglesia da una respuesta a un pregunta: ¿Có mo debo amar el pró jimo en el contexto político, social y econó mico? Como sabemos bien, el amor de Dios y del pró jimo no se reduce a una obligació n sentimental de asistir a misa y echar algunas monedas en la cesta del ofertorio. Debe impregnar, de hecho, toda la vida y conformar nuestras acciones y nuestro ambiente de acuerdo con el Evangelio. - Este principio es muy importante para poder superar la tendencia a considerar la economía o la política como algo completamente separado de la moral, cuando en realidad es justamente allí donde el cristiano hace que su fe incida en la vida temporal.
QUE ES LA ENSEÑANZA SOCIAL DE LA IGLESIA?:
1. Es un conjunto de orientaciones para la evangelización de la sociedad y de todas las realidades temporales.
2. Es un conjunto de principios, criterios y directrices de
acción, con el objeto de interpretar las realidades sociales, culturales, económicas y políticas, determinando su conformidad o inconformidad con las enseñanzas del Evangelio sobre la persona humana y su vocación terrenal y trascendente.
3. Es la formulación exacta de los resultados de la
cuidadosa meditación de las complejas realidades de la existencia humana, en sociedad, y en un contexto internacional, a la luz de la fe y de la tradición viva de la Iglesia.
COMO SURGE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
(HISTORIA):
La expresión "justicia social" fue acuñada por el sacerdote jesuita
italiano Luigi Taparelli, en el libro Saggio teoretico di dritto naturale, appoggiato sul fatto (“Ensayo teórico del derecho natural apoyado en los hechos”), publicado en 1843, en Livorno, Italia, donde se lee: ..."la justicia social debe igualar de hecho a todos los hombres en lo tocante a los derechos de humanidad...". Siendo así unos de los pioneros de la Doctrina Social de La Iglesia. Propiamente la expresión “doctrina social” sería usada por primera vez por Pío XI en su encíclica Quadragesimo annonota 1 quien cita a León XIII, aunque reconoce que la preocupación por los problemas económicos y sociales es anterior a la Rerum novarum. Los grandes cambios del siglo XIX como la revolución industrial y el consiguiente crecimiento de las ciudades habían producido graves desigualdades sociales y económicas. Se debatía y se luchaba por establecer una justa relación entre trabajo y capital y de ahí el problema conocido como cuestión obrera. En 1864 el Papa Pío IX en la encíclica Quanta Cura condenó el socialismo y el liberalismo económico, por lo que hizo un primer esbozo de las enseñanzas que León XIII desarrollará: denunciaba conjuntamente, por una parte, la pretensión del socialismo del siglo XIX de sustituir la Providencia Divina por el Estado y, por otra, el carácter materialista del liberalismo económico que excluye el aspecto moral de las relaciones entre capital y trabajo. En 1891 el Papa Leon XIII en la encíclica "Rerum novarum" dejó patente su apoyo al derecho laboral de «formar uniones o sindicatos», pero también se reafirmaba en su apoyo al derecho de la propiedad privada. Además discutía sobre las relaciones entre el gobierno, las empresas, los trabajadores y la Iglesia, proponiendo una organización socioeconómica que más tarde se llamaría corporativismo. En 1901 el Papa León XIII, con la encíclica Graves de Communi Re rechazó el sindicalismo que implicaba la lucha de clases. Cuando en 1931 se cumplen 40 años de la publicación de la Rerum novarum, el Papa Pío XI publicó la Quadragesimo anno donde, además de repasar la doctrina anterior y aplicarla a la situación del momento, afrontó los nuevos problemas ligados al crecimiento de empresas y grupos cuyo poder pasaba fuera de las fronteras nacionales. Recuerda además la condena del socialismo así como la insuficiencia del liberalismo.3 Pío XII vivió los años de la posguerra con otro orden internacional al que dedicó sus intervenciones. Incluso no publicó encíclicas sobre temas sociales, no dejó de recordar a todos a través de sus radiomensajes, la relación que corre entre la moral y el derecho positivo así como los deberes de las personas en las distintas profesiones.[cita requerida] Juan XXIII deja dos contribuciones: las encíclicas Mater et magistra y Pacem in terris. En la primera habla de la misión de la Iglesia por construir comunión que permita tutelar y promover la dignidad del hombre. En la segunda encíclica, además de afrontar el tema de la guerra (en tiempos de proliferación de armamento nuclear), afronta el tema de los derechos humanos desde un punto de vista cristiano. El Concilio Vaticano II trató en la constitución pastoral Gaudium et spes temas de actualidad social y económica, como los nuevos problemas que afrontaba el matrimonio y la familia (por ejemplo, desde las sucesivas facilidades al divorcio concedidas desde el liberalismo decimonónico y el socialismo), la paz y concordia entre los pueblos (en el escenario de la llamada Guerra fría), etc. Con Pablo VI hace su entrada en los documentos del Magisterio el tema del desarrollo en la encíclica Populorum progressio haciendo hincapié en la necesidad de que ese desarrollo sea de toda la persona y de todos los hombres. Juan Pablo II, fuertemente marcado por su experiencia en Polonia, publicó diversas encíclicas sobre temas sociales. La Laborem exercens presenta una espiritualidad y una moral propias del trabajo que realiza el cristiano. La Sollicitudo rei socialis retoma el tema del progreso y el desarrollo íntegros de las personas (publicada con motivo de los veinte años de la publicación de la Populorum progressio). Finalmente la Centesimus annus —con motivo del centenario de la publicación de la Rerum novarum— se detiene en la noción de solidaridad, que permite encontrar un hilo conductor a través de toda la enseñanza social de la Iglesia. Aunque sus predecesores habían tratado temas sociales como orientaciones para la ética social o para la filosofía, Juan Pablo II planteó la Doctrina social de la Iglesia como una rama de la teología moral y dio orientaciones sobre el modo en que esta disciplina debía ser enseñada en los seminarios. Benedicto XVI publicó en 2009 la encíclica Caritas in Veritate, en la cual insistía en la relación entre la caridad y la verdad, a la vez que defendió la necesidad de una "autoridad política mundial" para dar respuesta adecuada a los problemas más acuciantes de la humanidad.
FINALIDAD Y OBJETIVOS DE LA ENSEÑANZA SOCIAL DE
LA IGLESIA:
El objetivo de la Doctrina Social de la Iglesia no es só lo
intelectual o cognitivo, sino también eminentemente prá ctico y personal. Debería cambiar nuestras vidas y ayudarnos a asumir nuestras propias responsabilidades con respecto al bien comú n, especialmente por lo que tiene ver con esa mayoría que está en necesidad. La Finalidad de la Doctrina Social de la Iglesia está plasmada magistralmente en el reciente Compendio que reza así:
"Se presenta como instrumento para el discernimiento moral y
pastoral de los complejos acontecimientos que caracterizan a nuestro tiempo; como guía para inspirar, en el ámbito individual y en el colectivo, comportamientos y opciones que permitan mirar al futuro con confianza y esperanza; el objetivo preciso de promover un nuevo compromiso capaz de responder a las exigencias de nuestro tiempo y adecuado a las necesidades y a los recursos del hombre".