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ENSAYO ANALÍTICO SOBRE EL CAPÍTULO: ENUCLEACIÓN,

EVISCERACIÓN Y EXENTERACIÓN.

LESLIE MARÍA REYES OROZCO

PRESENTADO A: YENNIFER MARTINEZ PACHECO


PRACTICA IV

UNIVERSIDAD DEL SINÚ ELIAS BECHARA ZAINÚM


INSTRUMENTACIÓN QUIRÚRGICA
MONTERÍA
2020
Las cirugías de enucleación, evisceración y exenteración implican en todos los
casos la extracción permanente del ojo del paciente; tratándose en este capítulo
los aspectos más importantes de cada intervención.

En cuanto a la enucleación tenemos que en ésta se realiza la extracción total del


globo ocular y parte del nervio óptico, conservando la conjuntiva, el tenon y los
músculos extraoculares. Está indicada esencialmente en: ojo ciego doloroso,
tumor intraocular, traumatismo grave con riesgo de oftalmía simpática, tisis del
globo ocular, microftalmía, endoftalmitis y deformidad estética. Dentro de las
posibles complicaciones de esta cirugía se encuentra la exposición o la extrusión
del implante, para evitarlas son importantes la meticulosa atención en el cierre de
la fascia de tenon y la selección correcta del tamaño del implante.

Este procedimiento quirúrgico puede realizarse bajo anestesia local. No obstante,


por motivos psicológicos y, en ocasiones, por razonas médicas, suele utilizarse
anestesia general. En cualquier circunstancia, deben usarse fármacos que
optimicen la hemostasia intraoperatoria, inhiban el reflejo oculocardíaco y
minimicen el dolor postoperatorio. La opción recomendada es la instilación de
colirio de fenilefrina al 10% en el fondo de saco conjuntival, para conseguir una
vasoconstricción intensa, y posterior infiltración retrobulbar y peribulbar de
bupivacaina al 0,5%, con adrenalina y hialuronidasa. Tras un tiempo adecuado, se
consigue un excelente efecto anestésico y vasoconstrictor. Existen dos técnicas
quirúrgicas para la realización de este procedimiento: enucleación con colocación
de un implante de esfera simple y enucleación con colocación de un implante
poroso el cual tiene como objetivo favorecer el máximo potencial de movilidad de
la prótesis ocular.

La evisceración es la técnica quirúrgica en la que se extrae todo el contenido


intraocular del ojo, dejando intactas la cavidad escleral y las inserciones de los
músculos extraoculares. Esta cirugía es más sencilla que la de enucleación y
ofrece una mejor conservación de la anatomía orbitaria y de la movilidad natural
de los tejidos de la cavidad anoftálmica. Esta se encuentra indicada en los mismos
casos descritos anteriormente para la enucleación, exceptuando en lo relativo a
los tumores intraoculares o el riesgo de oftalmía simpática; de igual forma esta se
encuentra contraindicada en casos de tumores intraoculares malignos confirmados
o sospechados. Dentro de las complicaciones que la evisceración puede presentar
se encuentra, la infección postoperatoria que es siempre un potencial problema en
un contexto de endoftalmitis o panoftalmitis. El uso de antibióticos sistémicos de
amplio espectro suele minimizar este riesgo, y el cirujano puede generalmente
utilizar un implante orbitario primario. También tenemos la extrusión postoperatoria
del implante, posiblemente relacionada con contracción de la cavidad escleral, con
mala cicatrización de los bordes esclerales o con selección inadecuada del
tamaño de implante, destacándose también el dolor postoperatorio, el cual es más
frecuente cuando la córnea es conservada.
Este procedimiento normalmente es realizado bajo anestesia local con sedación
intravenosa. Una mezcla de lidocaína al 2% con adrenalina, bupivacaina al 0,5% y
hialuronidasa se inyecta, retro bulbarmente, en el cono muscular. El uso de
sedantes anestésicos intravenosos evita la inyección de anestésicos locales o que
la propia intervención quirúrgica resulte desagradable o produzca ansiedad.

Por ultimo se describe de igual forma la exenteración, cuyo procedimiento


quirúrgico implica la extirpación completa del globo ocular y la retirada total o
subtotal de los tejidos blandos orbitarios retro bulbares, y todo el párpado o la
mayor parte de él. La indicación más común para la cirugía de exenteración es el
tratamiento de neoplasias malignas epiteliales con invasión orbitaria, existiendo
otras indicaciones tales como: tumores cutáneos con invasión orbitaria, dolor
orbitario crónico, deformidades orbitarias. Dado que, en muchos casos, esta
técnica se aplica para el abordaje de un tumor recurrente, la necesidad de
exenteración puede minimizarse con tratamiento primario agresivo de la lesión
inicial. Cabe destacar que dicha cirugía comporta riesgo de hemorragia grave, es
importante interrumpir preoperatoriamente el uso de ácido acetilsalicílico y de
todos los fármacos que afectan de manera adversa a la coagulación. Otras
complicaciones específicas de la cirugía de exenteración son fuga de líquido
cefalorraquídeo a través del techo orbitario, por lesión de la duramadre y a largo
plazo, el cirujano debe mantenerse vigilante ante la posible recidiva tumoral. Este
procedimiento quirúrgico suele efectuarse bajo anestesia general, que puede
combinarse con infiltración de bupivacaina y adrenalina para favorecer la
hemostasia y la analgesia postoperatoria.

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