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· Editorial: Graó
Dicha ya una pequeña síntesis sobre el argumento del libro, pasaremos a realizar un
resumen extenso para comprender y profundizar un poco más, y asi llegar a adquirir un
buen conociemiento sobre el tema.
Entre las primeras páginas de éste, podemos encontrar una introducción al contenido del
mismo. En ella se explican algunos argumentos por lo que es necesario dicho libro. En
tiempos de Franco estaba prohibido escribir sobre este tema, cualquier manifestación
homosexual estaba condenada. En estos nuevos tiempos ya es posible escribir sobre el
tema, y por ello es interesante hacerlo, para que las personas que han crecido con ideas
erróneas, es decir, franquistas, puedan ver la realidad tal y como es y no considerar la
homosexualidad como una desviación sexual. La introducción continua con un
testimonio sobre lo que sufren las personas homosexuales y, por último, un breve
resumen de lo que encontraremos en cada capítulo.
El primer capítulo trata un poco la historia de nuestro país y las consecuencias que ha
tenido y tiene para los homosexuales. Así explica que hasta hace poco homosexualidad y
familia era dos realidades incompatibles y, por ello, los hijos homosexuales eran un grave
problema. Esto obligaba a los homosexuales a huir hacia las grandes ciudades ocultando
su orientación, algunos de por vida. Los padres sufrían un periodo traumático cuando
recibían la noticia. Afortunadamente, desde hace unas décadas, la aceptación se ha ido
extendiendo poco a poco. El Gobierno dio un paso muy decisivo al aceptar el matrimonio
homosexual y la posibilidad de que adopten hijos. Pero, aun así, la reacción inicial de los
padres ha cambiado poco. La causa proviene de los aprendizajes negativos de su infancia.
Ellos temen que su hijo homosexual tenga problemas en esta sociedad. Por ello,
comunicárselo a los padres sigue siendo difícil, lo que refleja que todavía estamos lejos
de la normalización. Las mayores dificultades de los padres suelen estar en conseguir que
la pareja homosexual del hijo/a sea recibida y tratada del mismo modo que las parejas
heterosexuales. Esto implicaría actos como celebrar juntos Nochebuena o acostarse
juntos en casa de los padres.Los que logran esto suelen ver mejorada su estabilidad
emocional y las relaciones con la propia familia. Concluye que el que los hijos
homosexuales tengan que guardar silencio o el que no sean aceptados por los padres
debería considerarse una forma grave de maltrato adolescente. A continuación se afirma
que el factor protector más importante es la familia. El proceso que lleva a la estabilidad
emocional y a la integración social es largo y costoso. Si la persona homosexual logra
este proceso con eficiencia el resultado será una persona valiosa y madura, pero, al
contrario, si este proceso no se logra pasar, quedarán dficultades no resueltas que
amenazarán a algunos aspesctos de su desarrollo. Por ello, la familia siempre tiene que
estar ahí para ayudar al hijo homosexual a superar las diversas dificultades y riesgos, así
como aceptarlo incondicionalmente.
En el segundo capítulo, el autor se plantea lo que los padres y madres deben saber.
Empieza con las falsas creencias y prejuicios que nos han caracterizado durante décadas.
Se desconoce la causa que da origen a una orientación del deseo determinada. Existen
muchas teorías, pero ninguna comprobada razonadamente Lo que sabemos es que no hay
motivo para que los padres se sientan culpables, ya que no se ha encontrado relación
entre características de los padres y su conducta y la homosexualidad de los hijos.
Además no se puede ser culpable de algo que no es malo. Solo se pueden entender estos
sentimientos si somos personas homofóbicas. Lo peor que puede hacer un profesional es
inventarse lo que no sabe, y eso es lo que han hecho muchos a lo largo de la historia, de
modo que lo que primaba eran dos puntos de vista. En primer lugar el religioso, en el que
la homosexualidad es considerada una desviación sexual porque contradice el mandato de
"creced y multiplicaos". En la actualidad, la visión de la Iglesia ha mejorado un poco
aunque sigue rechazándo que se mantengan conductas sexuales o se casen. En segundo
lugar está el punto de vista profesional, éstos se han dedicado a legitimar esta manera
religiosa de ver la homosexualidad y, por ello, ha estado en la lista de patologías y
muchos médicos y terapeutas han intentado "curarlos". Ante todo esto, la población les
daba la razón y así se formaron una serie de falsas creencias y prejucuios contra ellos.
Este planteamiento erróneo ha tenido y tiene consecuencias devastadoras. Hay muchos
tipos de prejuicios: que las personas amaneradas son homosexuales, que la
homosexualidad se contagia a los niños, el no diferenciar entre homosexual y transexual,
etc. Debemos tener claro que la orientación del deseo no se elige sino que nos viene dada
y tenemos que aceptarla. Por último se deja clara la diferencia entre la homosexualidad y
la transexualidad. La homosexualidad es una orientción del deseo y las personas que la
comparten se sienten satisfechas con su cuerpo. En cambio, los transexuales no están
contentos con su cuerpo porque tienen una identidad distinta a la de su propia biología.
Esto es un problema serio pero si se prolonga se debe acabar aceptando el cambio de
identidad, que ya es legal en nuestro país. Muchas veces homosexuales y transexuales
forman asociaciones juntos y por eso la gente puede llegar a confundirlos. Pero si lo
hacen es porque son dos colectivos maltratados por la sociedad y pueden llegar a
coincidir en intereses sexuales.
El tercer capítulo nos habla de lo que los padres no deben hacer y del riesgo de la
homofobia y la bifobia. Las actitudes irracionales homofóbicas o bifóbicas constan de
tres componentes: Creencias sin base científica basadas en la ignorancia e influidas por
factores religiosos o políticos, sentimiento fuertes de rechazo como malestar o odio y
comportamientos influidos por los dos factores anteriores. Esto sería: lo que se piensa, lo
que se siente y lo que se tiendre a hacer. Estos tres componentes se refuerzan
mutuamente. Existen muchas combinaciones. Algunas personas que antes tenían una
actutiud homofóbica han empezado a cambiar ya que han estado abiertas al cambio. Pero
aun así siguen teniendo sentimientos de inseguridad o malestar ya que es mucho más
complicado cambiar la emnte, es decir, las ideas erróneas, que el corazón; los
sentimientos. A continuación el escritor formula una serie de preguntas para que el lector
las reponda sinceramente a sí mismo y compruebe si es o no una persona homofóbica. Si
es una persona homofóbica el problema lo tiene él y quién tene que cambiar es él, por eso
es importante que lo sepa.
El siguiente capítulo, esto es, el cuarto, plantea lo que los padres y madres deben hacer.
Lo más importante es tener optimisimo y una perspectiva positiva. Si no se ha hecho bien
desde el principio no pasa nada, no hay que culparse, sino estar dispuesto a cambiar para
conseguir que todos vivamos mejor. A continuación se explica brevemente cada una de
las acciones o formas de ser que debe tener un buen madre o madre. En primer lugar hay
que ser incondicionales, e incondicionalidad significa no poner condiciones, ya que esto
supondría un chantaje emocional destructivo. Entender que cada persona es única y que
debe ser aceptada por los padre tal como es. Todo esto significa que aunque la
homosexualidad de los hijos provoque un gran disgusto al inicio, los padres deben
reaccionar, salir de su error y aceptarlos. En segundo lugar, se debe estimar y valorar
positivamente al hijo, de modo que él sea lo más valioso para los padres. Deben
atribuirles dignidad y valor y hacerles saber que los estiman de verdad, que les quieren.
En tercer lugar, es fundamental dar afecto y mantener relaciones cálidas ya que el afecto
es tan necesario como el comer. Los hijos deben ser acariciados, abrazados,besados...
Cuando los padres conocen la homosexualidad de sus hijos no deben cambiar pautas
afectivas, puesto que con elloas, los hijos se sienten seguros protegidos, aceptados y
queridos. Y en cuatro lugar y por último, Es imprescindible estar disponibles y ser
accesibles, es decir que la familia debe ser un lugar de consuelo y apoyo en los momentos
más difíciles. De este modo los hijos estarán seguros de contar con unos padres con los
que pueda llorar y a los que pueda contarle sus problemas. A continuación de nuevo,
explica de forma clara las causas de la homofobia y el camino hacia la aceptacuón, la
estima y el amor. Como ya hemos aclarado en capítulos anteriores los padres han vivido
en una sociedad homofóbica; se han desarrollado entre prejuicios contra los
homosexuales. Esto coloca a muchos padres en un mal punto de partida, por lo que no les
resulta fácil hacer bien las cosas. Por ello, es importante que los padres sean informados
de que dichas creencias del pasado son erróneas y crueles. Esto les ayudará a analizar
criticamente el mundo en que vivieron y a superar la ignorancia. Aun así los padres
pueden tener aún actitudes negativas y es algo que tendrán que cambiar por sí mismos o
con la ayuda de un profesional. Lo primero que deben hacer es reconocer que el problema
lo tienen ellos, no sus hijos homosexuales. También deben pedir disculpas al hijo si no se
ha reaccionado bien en un principio y hablar mucho entre ellos así como asistir a charlas
con otros padres de homosexuales. Los hijos homosexuales, por su parte, tienen que
comprender que sus padres no son originalmente culpables de su homofbia, sino víctimas
de su historia y cultura, y hay que ayudarles a abandonarla. El final de este proceso de
cambio de los padres es maravilloso porque conseguirán aceptar, estimar y amar a sus
hijos.
Claro que siempre se pueden hacer las cosas bien desde un principio y a eso es a lo se
aspira en un futuro. Por ello aquí se declara una guía del buen hacer con cuatro
principios:
1. La actitud con que se planifica un hijo. Cuando decidimos tener un hijo, apostamos por
dar la vida a otras personas, no por un tipo específico de persona. Los padres deben
planificar con responsabilidad las cosas y aceptarlos ya sean chicos o chicas,
heterosexuales u homosexuales, más o menos inteligentes...
2. El desarrollo sexual de los hijos: ¿cómo hacer? Los aspectos más importantes de la
educación sexual de resumen en cinco puntos. En primer lugar los roles de género. Los
niños deben ser tratados con igualdad en sus derechos y deberes tales como las tareas
domésticas o los estudios. Hay que ser flexibles al cambio y no dar por hecho que los
chicos y las chicas tienen que ser o actuar de distintas formas. Además, si estos roles son
rechazados por el niño, es importante escuchar lo que les pide y permitirle la mayor
flexibilidad en todo lo que tenga que ver con los roles tipificados de nuestra sociedad. Por
el contrario, si los roles son aceptados por los hijos, los padres tienen que ayudarles a
reflexionar sobre ellos ya qe puedes convertirlos en pauas discriminatorias. Así les
convenverán de que eso es gravemente injusto y que hay que aceptar a las minorías. En
segundo lugar se anuncia el peligro del machismo no está en el amaneramiento. Tenemos
que aceptar las diferentes formas de expresarse como mujer u hombre, pero siemore sin
hacer daño a los demás. La conducta machista se caracteriza por creer tener superioridad
ante la mujer, aceptar solamente la heterosexualidad y considerar a la mujer de su
propiedad. Este hecho es una catástrofe para los demás y ara ellos mismo y por ello, los
padres eben hacer que sus hijos no adquieran estas características tan peligrosas para la
sociedad. En tercer lugar es importante mencionar los problemas de identidad sexual que
se producen cuando un menor dice pertenecer al sexo contrario del que realmente tiene.
Si esta convicción dura algunos meses es que el niño tiene un juicio equivocado sobre su
identidad de chico o chica. Si esto ocurre debe consultarse un especialista, mientras que
padres y educadores deben señalarle su verdadera identidad, decirle que está muy bien
hecho y que podrá vivir muy bien conforme a su identidad. Así le ayudaremos a soportar
las bromas o insultos que sufra por este motivo. Como norma general, en la adolesencia
se adquieren los elementos esenciales de identidad y esto se debe aprovechar para que
adquieran roles igualñitarios. Este conocimiento de una falsa identidafd que no se
corresponde con el propio cuerpo, es llamado transexualismo. Los compañeros del sujeto
del mismo sexo pueden resultarle atractivos sexualmente y sentirse solo o incómodo con
ellos. Cuando llegan a la conclusión de resolver su problema con una intervención
quirúrgica, se muestran impacientes y decididos sin importarles las dificultades. En
cuarto lugar son relevantes los juegos sexuales, porque son considerados un derecho de
los menores. Los niños son grandes imitadores e inventores. A través de los animales, la
familia o los medios de comunicación ven u oyen conductas sexuales, las cuales intentan
reproducir por la curiosidad. Estos juegos son saludables y una forma de aprender a
relacionarse si se dan entre menores de similar edad que participan voluntariamente. Solo
se deben evitar situaciones de gran diferencia de edad, abusos o aprendizajes
inadecuados. Aunque estos juegos se hagan con niños o niñas del mismo sexo no
significa que de mayor se vaya a ser heterosexual u homosexual. Por último señalaremos
que la masturbación es una conducta frecuente. La excitación sexual puede darse o no
desde el primer año de vida, pero es a partir de los cuatro años cuando hay que
enseñarkes que estas cosas deben hacerlas en privado y enseñarles a controlar su deseo,
además de que lo haga con higiene. Llegada la adolescencia,las personas homosexuales
pueden masturbarse más por el hecho de tener más difícil el relacionarse con otros. No
promueva la masturbación, tampoco la persiga.
Nos encontramos ahora ante el quinto capítulo de la obra. Éste empieza explicando las
necesidades emocionales y sexuales de las personas homosexuales. En primer lugar la
necesidad de vincularse a algún familiar que le sea incondicional. Todas las personas
necesitamos sentirnos seguras, valoradas y queridas. De esto se encargan las figuras de
apego, ofreciendo protección, ayuda, estima y cariño. Sin esa relación sufrimos de
soledad emocional, abandono o aislamiento, y los homosexuales tienen la misma
necesidad y la resuelven de igual forma. En segundo lugar aparece la necesidad detener
amigos y amigas de similar edad. Los necesitamos para divertirnos, formar asociaciones,
ensayar relaciones afectivas y sexuales... Si no resolvemos bien esta necesidad sufrimos
de soledad social: sentimiento de marginación, aburrimiento, aislación... Las personas
homosexuales son exactamente iguales, pero muchas veces los compañeros de colegio o
de barrio son homofóbicos y no los aceptan. Por este motivo se crean grupos especiales
cerrados, de personas homosexuales con espacios y actividades ocultas a los demás.Por
último, cabe decir que tenemos la necesidad de intimidad sexual y emocional con
personas que atrae sexual y emocionalmente y que coinciden con la propia orientación
del deseo. A esta necesidad se dedica especialmente este capítulo. Los homosexuales
sienten de la misma forma y con la misma intensidad el deseo por resolverla. Eso es lo
que quieren y necesitan y, como es compatible con la salud y el bienestar, no hay una
sola razón para impedírselo.
Pero... ¿qué hacer con las leyes que les crean dificultades? Sabemos que todos los
partidos aceptar que las personas homosexuales formen pareja pero no que sean
matrimonio. Esto refleja la incapacidad para admitir que puede formar pareja con los
mismo derechos y obligaciones que los demás. Cualquier dificultad añadida a este
colectivo es discriminatoria e injusta, y se dice que la actual Contitución (1978) es
anticonstitucional porque no admite discriminación en razón de sexo, etnia, etc. Como
solución, se debería cambiar alguna ley de forma que las parejas homosexuales sean
consideradas socialmente con el mismo valor y dignidad que los heterosexuales.v
Para finalizar dicha parte, el autor propone una serie de actuaciones para los padres de
homosexuales cuando sus hijos deciden formar pareja o casarse. Lo primero que hay que
hacer es felicitarse y felicitar al hijo y a la pareja porque es una confirmación de que se
quieren. Además hay que ponerse a su disposición para facilitarle las cosas , ayudarle
económicamente y celebrar la boda como ellos consideren oportuno. También es
importante encontrarse con la familia de la pareja del hijo para alegrarse mutuamente y
apoyar a la pareja, y que ésta pueda volver a casa de sus suegros o padres y vivir en
pareja con toda normalidad. Asímismo la boda puede ser una ocasión en la que se puede
aprovechar para conocer y disfrutar de la fiesta con otros amigos homosexuales de sus
hijos. De este modo todos saldrán beneficiados: los padres, que se sentirán orgullosos y
satisfechos por ayudar a los hijos, y los hijos que podrán considerar su casa paterna y
materna y ofrecérsela a la pareja.
Para finalizar ya con el resumen de esta obra, encontramos el sexto capítulo y último, en
que se explica como afrontar la realidad de que un hijo homosexual vaya a tener un hijo y
temas relacionados. Empieza anunciando que ya hay niños y niñas con padres
homosexuales en Españ y en otro muchos países. Esto ya es una realidad y por ello es
necesario aceptarla y ayudar a estos hijos e hijas, padres y madres. Los hijos no eligen a
las familias y todos los niños tienen derecho a ser protegidos, aceptados y queridos.No
hay niños ilegítimos. Si defendemos que los homosexuales pueden adoptar hijos es
porque pueden cuidarlos bien y así se ha demostrado. Además, en la adopción podemos y
debemos cuidar las condiciones que ofrecen lo padres, sean o no homosexuales, a
diferencia de cuando se tienen hijos por voluntad propia. Por otra parte, si dijeramos no a
la adopción por parte de homosexuales, también diríamos no a la posibilidad de que
reciban ayudas por la reproducción asistida, o a que puedan adoptar como personas
solteras. Seguidamente se formulan una serie de preguntas relacionadas con las
dificultades de los hijos de homosexuales y si pueden desarrollarse adecuadamente en
esta situación familiar, y después de esto se citan algunos de los arguentos contra la
adopción de hijos por parte de homosexuales que más de han extendido entre la
población. Los resumiríamos así:
1. Hay gente que solo acepta un tipo de familia y la paternidad o maternidad de perdonas
heterosexuales casadas porque así se hace en su religión. Pero los creyentes tienen que
valorar la fundamentación y el valor religioso de este criterio. Nos encontramos en un
país no confesional y por ello pueden predicar pero no imponer a los demás su idea
religiosa de familia. Al igual ocurre cuando los padres creyentes quieren imponer sobre
sus hijos una forma de vida. Los hijos tienen personalidad y vida propia y los padres no
tienen el derecho de organizarles la vida y las relaciones.
2. Otros piensan que la homosexualidad es una degeneración, una desviación sexual, una
enfermedad, por lo que no es adecuado que tengan o cuiden niños. Este asunto en
concreto ya ha sido discutido en capítulos anteriores, sobre todo en el capítulo nº 2.
4. Aquí sintetizaremos los argumentos de aquellos que dicen "no a la adopción". Algunos
individuos creen que los hijos de homosexuales tendrán problemas en la adquisición de la
identidad sexual y con el progenitor del propio sexo, ya que carecen de un padre o de una
madre de su propio sexo. Pero los niños viven en un mundo de hombres y mujeres fuera
del ámbito familiar, por lo que tienen muchas oportunidades de saber que pertenecen a
una categoría u otra. Lo importante es que, sea cual sea el sexo de los padres o madres,
puedan identificarse con ellos en cuanto a personas valiosas y admirables, porque lo que
los adultos puedan enseñar a los hijos poco tiene que ver con el hecho de ser hombre o
mujer. Ya hemos dicho anteriomente que el núcleo de una familia es la relación entre un
padre que cuida de manera eficaz a un menor y el vínculo que éste establece con ese
adulto. Además, está estudiado que los menores criados por padres homosexuales tienen
un desarrollo semejante al resto de la población. Por tanto, es posible una adecuada
socialización de estos menores.
5. Otras personas dicen que aceptan que los homosexuales tengan pareja e hijos pero no
que adopten niños. Este argumento no tiene lógica alguna ya que si defenimos la
homosexualidad como una condición que impide superar las pruebas de idoneidad para
adoptar, estamos diciendo que los homosexuales no deberían tener hijos por el hecho de
serlo, es decir, que es una negación a su capacidad.
Ya hemos conprobado que no hay argumentos sólidos contra esta posiblidad y si no hay
razones para impedirlo, se les debe conceder este derecho. Aún así mencionaremos
algunos argumentos a favor: que muchos niños necesitan ser cuidados, que las funciones
de las figuras de apego las pueden ejercer con eficacia, que solo así llegaremos a la
integración y normalización de las familias homoparentales, y que los homosexuales
podrían aceptarse mejor y desarrollar sus posibles deseos de maternidad o paternidad.
1. La biografía de algunas personas homosexuales está marcda porque han sufrido o han
tenido problemas y sus heridas no han sido bien restauradas. El proceso de aceptación de
la homosexualidad puede ser largo y cotoso pero no siempre tiene suecuelas. En los casos
en los que las tiene, sí es verdad que algunos aspectos de su desarrollo pueden quedar
amenazados.
3. El cambio de orientación del deseo de uno de los progenitores. Han habido casos en los
que un padre o una madre homosexual ha hecho un cambio de orientación y de pareja.
Esta situación es difícil para los hijos ya que a los problemas mal solucionados de la
separación de los padres se puede unir la homofobia por parte de alguno de ellos. Los
padres, muchas veces, usan el poder del rechazo social de la homosexualidad contra su ex
pareja, colocando al menor ante graves dificultades y sometiéndole a una doble presión,
con versiones muy diferentes sobre la homosexualidad. Por lo tanto es necesario prevenir
este uso perverso de la homofobia y hacer ver a los padres que instrumentalizar a los
hijos en una disputa de pareja es una de las mayores miserias humanas.
4. Entre los amigos, vecinos... pueden darse dos tipos de dificultades: que no vean del
todo claro que tengan o adopten hijos, o que todos los amigos sean homosexuales. Pero
esto no es adecuado ya que se le ofrece a los hijos estilos de vida separados del resto de la
población y esto puede dificultar su integración social posterior.
7. La evolución de niños y niñas. A partir de los dos años, los niños que tienen familias
homoparentales se van a dar cuenta de que sus padres son distintos, especiales. Las
respuestas correctas deben ir acompañadas de una "experiencia" real del bienestar en esa
familia, es decir, que lo prioritario en los primeros años es la experiencia de que esta
familia realmente funciona bien. En primaria les será más fácil entender la diversidad de
tipos de familia y el derecho de esta minoría a ser como es. Pero la defensa de la propia
diversidad nunca se debe hacer contra otras diversidades. Debemos pensar que la vid
perfecta y la familia perfecta no existe. La vida siempre está amenazada en algún grado y
es bastante común pasar por sucesos vitales estresantes. Sin embargo, si a los menores se
les ofrece lo fundamental: aceptación, afecto, estima y cuidados, es seguro que resistirán
ante mucha de estas dificultades.
Por último, al final del libro, podemos leer algunos consejos agrupados en círculos
dedicados a familias con padres y madres homosexuales. El primer círculo es
fundamental. Los padres han de hacer ver a los hijos que son un tipo de familia más y
que, aunque sea minoritaria, no son la única familia de esta clase. También es importante
conocer a otras familias de características similares, aunque sin llegar a excluirse del
resto. El segundo círculo es el formado por la familia extensa. Tiene una especial función
en el proceso socializador y muchas de las figuras de apego de los niños provienen de
aquí. El tercer círculo se compone por la escuela, los vecinos,etc. Hay que asegurarse de
que este círculo sea tolerante y acepte bien a estos menores y a sus familias. Este círculo
puede estar bajo control si se cuida y si en la escuela se trata este tema abiertamente y
aceptando todos los tipos de familia. Por último, el cuarto círculo se correponde con el
entorno externo: medios de comunicación, otros niños... la sociedad en general, por lo
que es más difícil de controlar. Si los tres círculos anteriores lo hacen bien se pueden
superar las dificultades y no habría motivos para esperar problemas especiales.