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CALENTAMIENTO GLOBAL
Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar.
El gobierno estadounidense dice que el calentamiento global no existe, pero la mayoría de los científicos
están convencidos de lo contrario. Varios investigadores han dicho que fue un factor importante en la serie
de huracanes y ciclones que devastó el Caribe, Centroamérica y Estados Unidos este año.
En una cumbre internacional sobre cambios climáticos realizada en Montreal (la primera desde la de Kioto
de 1997), los representantes estadounidenses siguieron negando los peligros e inclusive la existencia del
calentamiento global, a pesar de que un científico inglés dijo que es tan peligroso para el futuro de la
humanidad como las armas de destrucción masiva. Los observadores de la cumbre, a la que asistieron 190
países, no tenían esperanzas de que llegara a acuerdos internacionales para controlar las emisiones de los
gases de invernadero: el principal causante del rápido aumento de las temperaturas globales. Aunque las
metas de reducción de emisiones pactadas en Kioto son criminalmente inadecuadas (reducir en el año 2012
las emisiones al 5% por debajo del nivel de 1990), en realidad han aumentado; ni la Unión Europea, que
apoyó el acuerdo de Kioto, ha reducido las emisiones como prometió.
¿Cuál es la conexión entre el calentamiento global y las tormentas tropicales? ¿Cuáles son las causas del
calentamiento global? ¿En qué medida es el resultado de las actividades de los seres humanos? ¿Qué se puede
hacer para pararlo? ¿Qué tan peligroso es? ¿Por qué los gobiernos de Estados Unidos y las demás grandes
potencias no hacen nada serio para combatirlo, a pesar de que presagia un desastre para la humanidad?
Este artículo examinará esos interrogantes. Lo presentaremos en cinco entregas.
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El artículo de Nature dice: "El punto de vista de Trenberth cuenta con el apoyo del análisis
más reciente y sólido de la destructividad de los huracanes en los últimos 30 años,
realizado por el investigador Kerry Emanuel del Massachusetts Institute of Technology de
Cambridge, Massachusetts". Emanuel concluyó que "el calentamiento futuro podría llevar
a una tendencia ascendente del potencial de destrucción de los ciclones tropicales, y… a un
aumento sustancial de las pérdidas relacionadas con ellos en el siglo 21".
En un informe de 2001, mucho antes del huracán Katrina, el IPCC decía: "Hay evidencia
de que la frecuencia regional de los ciclones tropicales podría cambiar… Además, hay
evidencia de que la máxima intensidad podría aumentar de 5% a 10% y de que la
precipitación podría aumentar de 20% a 30%. Se necesita mucha más investigación en esta
esfera para obtener resultados más sólidos". En agosto de 2005, la temperatura del golfo
de México era de 2 a 3 grados centígrados más alta que lo normal en esa temporada. La
energía del agua cálida es el motor que impulsa los huracanes; Katrina absorbió tanta
energía del agua del Golfo que después la temperatura del mar bajó dramáticamente, en
algunas regiones de 30 a 26 grados C.
Julian Heming, experto en huracanes del Met Office de Exeter, Inglaterra, dice que habrá
que reunir datos de un período más largo para establecer un vínculo firme entre el
calentamiento global y la mayor fuerza de los huracanes: "Este informe confirma el punto
de vista generalizado de la comunidad científica de que, aunque es posible que el
calentamiento global no haya afectado la frecuencia de los ciclones tropicales ni la
proporción de ellos que llegan a ser huracanes, podría tener un impacto en la pequeña
proporción de ciclones tropicales que llegan a ser de categoría 4 ó 5". (Katrina fue uno de
ellos).
Hace 2.5 mil millones de años ocurrió una revolución de oxígeno. Los organismos
unicelulares primitivos utilizan la luz solar para dividir las moléculas de agua
(fotosíntesis); así producen los nutrientes que necesitan y, como producto secundario, se
forma oxígeno. Esa producción de oxígeno cambió profundamente la atmósfera e hizo
posible la evolución de organismos aeróbicos (que respiran aire): otros tipos de
microorganismos, y luego plantas y animales, que utilizan el oxígeno para extraer energía
de los alimentos. No fue una adaptación fácil ni rápida. El proceso duró casi todos los 2 mil
millones de años que los organismos unicelulares dominaron la Tierra. Después, la
interacción entre las plantas (que absorben dióxido de carbono) y los animales (que
respiran oxígeno y exhalan dióxido de carbono) ha mantenido el equilibrio de estos dos
gases durante millones de años.
Otro suceso que cambió dramáticamente el clima global fue la deriva continental del
supercontinente Pangea. Hace unos 250 millones de años, Pangea, que era toda la tierra
del planeta, se dividió en dos continentes: Laurasia (el norte) y Gondwana (el sur). Estos se
separaron y con el tiempo se formaron los actuales continentes. India chocó con Eurasia
hace unos 10 millones de años, y así se formaron los montes Himalaya, la cordillera más
alta y más joven de la Tierra. Esas montañas cambiaron drásticamente el clima porque
capturan una gran cantidad de humedad e impiden que los vientos soplen de un continente
a otro.
Además, ciertas fuerzas externas han afectado enormemente la atmósfera. Hace unos 65
millones de años, un asteroide o cometa chocó en lo que hoy es el Caribe, cerca de Yucatán
(México), y creó un enorme cráter de forma de herradura. En unos pocos minutos el
impacto mató la mayoría de las plantas y animales de Norteamérica. Una nube de vapor
caliente y escombros bloqueó los rayos del Sol; eso llevó a cambios atmosféricos y produjo
la extinción de animales y plantas terrestres por todo el globo. Posiblemente fue uno de
una serie de accidentes que contribuyeron al enfriamiento global en esa época.
La Tierra ha alternado entre períodos relativamente fríos, cuando gran parte de los
hemisferios norte y sur están cubiertos de glaciares, y períodos relativamente cálidos,
cuando los glaciares se retiran hacia los polos. El actual período interglacial, llamado
Holoceno, empezó hace unos 10,000 años y es un ejemplo de las raras temperaturas
cálidas que ocurren entre los períodos de glaciación. En menos de 4,000 años la
temperatura global subió 6 grados C, el nivel del mar subió 120 metros, la cantidad de
carbono en la atmósfera aumentó un tercio y la cantidad de metano se duplicó. En
respuesta a esos cambios climáticos, los seres humanos empezaron a domesticar animales
y a sembrar. También aparecieron por primera vez la propiedad privada y la explotación, y
las sociedades se dividieron en clases con intereses opuestos. La humanidad pasó a ser un
instrumento de cambio climático sin igual en toda la historia del planeta. Más tarde, con el
ascenso del capitalismo y la expansión explosiva de la industria a comienzos del siglo 19,
los seres humanos empezaron a cambiar el ambiente más rápida y dramáticamente.
Los gases del efecto invernadero son gases que absorben el calor del sol de la misma
manera que el vidrio en un invernadero. Permiten el paso de la radiación solar a la
atmósfera terrestre y absorben el calor que la Tierra refleja. Algunos de estos gases existen
en la naturaleza, como el vapor de agua, el gas metano (generado por la descomposición de
animales y plantas y gases animales) y el CO2. Este último es un producto de la
combustión de sustancias que contienen carbón: los árboles y los energéticos fósiles, tales
como carbón, petróleo y gas. El metano absorbe 20 veces más calor que el CO2; también se
produce en la agricultura, la minería y la industria. El incremento de estos gases en los
últimos 150 años fue de aproximadamente 25%. Además se incrementaron otros gases que
contribuyen al efecto invernadero en la atmósfera: los gases elaborados por el ser humano,
tales como los aerosoles. La tala de bosques y otros cambios de uso del suelo también han
perjudicado el proceso natural de los árboles y plantas de absorber el CO2 del aire.
La información de abajo se sacó de datos del IPCC que enumeran cuatro de los siete gases
que contribuyen al efecto invernadero y que aún se utilizan. La concentración de estos
químicos, asociados a la vida moderna, se ha incrementado considerablemente en la
atmósfera desde los tiempos preindustriales y muy marcadamente en las últimas décadas.
El diagrama de abajo muestra el aumento de la concentración de estos gases desde la revolución industrial.
Los gases del efecto invernadero no son el único factor de calentamiento global. Como se
dijo antes, la Tierra pasó por largos períodos de enfriamiento y calentamiento mucho antes
de que la humanidad produjera suficientes gases de invernadero como para ejercer un gran
efecto, y en los últimos 150 años se han producido ciclos de calor y frío. Se sigue
estudiando la relación entre los gases de invernadero y otros factores. Pero las
investigaciones han llevado a la mayoría de los científicos a la conclusión de que la energía
solar atrapada por el efecto invernadero está jugando el principal papel de incrementar
rápidamente la temperatura de laTierra como lo estamos viendo en la actualidad.
La mayoría de los científicos creen que los fenómenos actuales del clima (aumento de la
temperatura y del nivel del mar, grandes lluvias, inundaciones en unas partes y sequías e
incendios en otras) son un preludio de cambios abruptos del clima mundial. Los modelos
del IPCC predicen un aumento de 20 cm a 88 cm del nivel del mar a finales de este siglo.
En la primera mitad del siglo, el aumento de la temperatura tendrá consecuencias
relativamente menores porque se requiere mucha energía inicial para iniciar un aumento
significativo en el sistema océano-hielo-atmósfera del clima. Sin embargo, si las capas de
hielo se derriten completamente, su contribución sería: glaciares montañosos = 0.3
metros; capa de Hielo de Antártica Occidental = 8.5 metros; Groenlandia = 7 metros; capa
de Hielo de Antártica Oriental = 65 metros. En total, el nivel del mar subiría 80.8 metros, o
sea, a un punto al que no podría responder ninguna nación ni la humanidad.
Otro peligro igualmente importante e inminente del cambio climático afecta las corrientes
profundas del mar (la circulación termohalina). La corriente del Golfo lleva el agua tibia y
salada de la superficie del golfo de México al otro lado del Atlántico y al mar Nórdico. Se ha
calculado que en el Atlántico la corriente del Golfo lleva 27,000 veces más energía que
todas las centrales eléctricas de Gran Bretaña. Si las capas de hielo y los glaciares depositan
suficiente agua dulce al Atlántico, la corriente del Golfo se acabará debido al equilibrio de
la salinidad y la temperatura del agua del Golfo y del Atlántico del Norte. Una disminución
de la circulación en las profundidades causaría cambios climáticos repentinos en Inglaterra
y Europa Occidental: veranos cortos e inviernos largos y fríos, muy parecidos al clima de
Moscú, que no queda mucho más al norte que Manchester, Inglaterra (a pesar de que en
general el calentamiento global llevará a temperaturas más altas). Tales cambios afectarían
la agricultura y la vida diaria por todo el mundo.
Otro fenómeno muy peligroso que preocupa a los científicos son los maremotos de gas
hidratado. Los gases hidratados son gases (principalmente dióxido de carbono y, sobre
todo, metano) atrapados en una forma parecida al hielo debajo de los mares y lagos. Hay
10,000 gigatoneladas de gases hidratados almacenados debajo de la superficie terrestre, en
comparación con solo 180 gigatoneladas de dióxido de carbono en la atmósfera. Hay claras
pruebas de que la liberación violenta de gases hidratados ha causado grandes desplomes de
la plataforma continental y, como consecuencia, maremotos. Hace 8,000 años, un
maremoto de 15 metros de altura destruyó muchas aldeas de la costa de Escocia.
Un problema es que lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer depende del sistema
global imperialista basado en la ganancia. A causa de la competencia entre los distintos
capitalistas, la ley fundamental es expandirse o morir. Obtener ganancias instantáneas sin
importar cómo (sin importar el costo para los seres humanos y su entorno) es el modo
fundamental de operar del capitalismo. Los costos de resolver problemas versus la
necesidad de obtener ganancias inmediatas ponen obstáculos gigantescos a las soluciones
de largo plazo.
Ninguna compañía, y en último término ningún país capitalista, quiere destinar vastos
recursos a algo cuyo costo reduciría la rentabilidad general, con el objetivo de abordar un
problema que solo se está perfilando en el horizonte. Es cierto que los países, y en
particular los países imperialistas gobernados por un puñado de capitalistas monopolistas,
gastan gigantescas cantidades de dinero en empresas improductivas como el armamento y
la guerra, pero tienen que hacerlo debido a la competencia entre sí y a la esperanza de
ganar (o perder) ventajas competitivas con relación a otros grupos de capitalistas. Del
modo como Estados Unidos y países semejantes prefieren verlo, la inversión masiva para
lidiar con el calentamiento global perjudicaría sus economías con relación a la
competencia, es decir, los demás países imperialistas. Por eso los demás países
imperialistas no quieren tomar medidas a menos de que Estados Unidos lo haga y por eso
justifican su propia pasividad bajo el pretexto de la inacción estadounidense.
Por ende, Estados Unidos ha rechazado y saboteado (y en el mejor de los casos, la Unión
Europea le ha dado una aprobación tibia) el débil protocolo de Kioto, el cual pide reducir
apenas un 8% las emisiones de gases invernadero a su nivel de 1990 para 2012, y que hasta
ahora no ha sido implementado.
El que no se hayan tomado más medidas acerca del calentamiento global y el que algunos
gobiernos, como el de Bush, hayan negado el problema, tiene otra causa. Primero, el
capital se basa en estados nacionales, y segundo, el mundo está dividido entre los países
imperialistas y los países del tercer mundo a los cuales oprimen. Aceptar que esta situación
es eterna, es un obstáculo fundamental a la solución de un problema global.
Por ejemplo, Estados Unidos ha señalado que no se comprometerá a reducir las emisiones
de gases invernadero a menos que los países del tercer mundo lo hagan. Otros países
imperialistas se han escudado en la falta de voluntad de China, India y Brasil como
pretexto para su propia renuencia a tomar medidas más fuertes. Eso es hipocresía por dos
razones. La primera, obviamente, es que Estados Unidos lleva la batuta como mayor
contaminador del mundo, seguido del resto de los países imperialistas, especialmente en
vista de su responsabilidad por el desarrollo de la situación del mundo durante el último
siglo y medio. Pero la segunda razón, más sustantiva, es que el gigantesco traspaso de la
manufactura mundial a los países del tercer mundo (con China como el mayor y principal
ejemplo) no se debe a un desarrollo de las economías de esos países que pudiera beneficiar
al pueblo. En ningún lugar esto es más obvio que en China, donde se restauró el
capitalismo tras el golpe de estado reaccionario posterior a la muerte de Mao Tsetung, y
donde el llamado "desarrollo" la ha transformado en la mayor maquiladora de mano de
obra barata del mundo. Docenas de millones de proletarios chinos trabajan días de 12 e
incluso 16 horas, siete días a la semana, con salarios de subsistencia para fabricar
productos para los mercados japonés, norteamericano y europeo que rinden enormes
ganancias para los capitalistas de esos países. El capital financiero imperialista es el que
dicta el desarrollo acelerado, sin importar el bienestar del pueblo de China ni del mundo.
Eso ha contribuido en gran medida a traspasar la contaminación del oeste al este y del
norte al sur. El problema de la contaminación industrial en el tercer mundo no radica solo
en esos países; en un mayor grado radica en la red mundial de relaciones capitalistas que
hay que derrocar y arrancar de raíz para salvar al planeta.
Esto nos conduce al tercer aspecto de la situación: resolver esta clase de catástrofe en
potencia requerirá la experiencia, las ideas, la creatividad, los esfuerzos y en ocasiones los
sacrificios de miles de millones de seres humanos de todo el mundo. Tal cosa ni siquiera es
concebible bajo el actual sistema global político, económico y social.
Hace 150 años Carlos Marx escribió en El capital:"Considerada desde el punto de vista de
una formación económica superior de la sociedad [el socialismo y el comunismo], la
propiedad privada de algunos individuos sobre la Tierra parecerá algo tan monstruoso
como la propiedad privada de un hombre sobre su semejante. Ni la sociedad en su
conjunto, ni la nación ni todas las sociedades que coexistan en un momento dado, son
propietarios de la Tierra. Son, simplemente, sus poseedoras, sus usufructuarias, llamadas a
usarla… y a transmitirla mejorada a las futuras generaciones".
En pocas palabras, aunque es necesario librar toda batalla posible para obligar a las
compañías y especialmente a los gobiernos a tomar medidas que den resultados concretos,
lo único que puede desatar completamente las fuerzas de la humanidad para solucionar
este problema es hacer la revolución en todo país donde surja la oportunidad y derrocar al
sistema imperialista mundial. La magnitud del calentamiento global cruza todas las
fronteras geográficas, nacionales, culturales y sociales, y la solución radica en una ruptura
política y social radical con el mundo como está organizado hasta ahora.
El desafío es grande, así como la fuerza potencial de los seis mil millones de personas cuyo
futuro está en juego. Las masas populares de la Tierra debemos dar un paso adelante para
derribar esta locura imperialista y su destrucción innecesaria del medio ambiente, y crear
un nuevo mundo libre de explotación y opresión y de la imprudente destrucción del
ambiente que conlleva.
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Así que entremos en alguna de ciencia en esto. Piensa que la atmósfera que
rodea la tierra y actúa como un invernadero. La luz del sol fluye a través de los
cristales, pero algunos de los rayos del sol que rebotan del suelo son atrapados
por las paredes de vidrio, y así calientan el invernadero. La atmósfera de la tierra
funciona de forma similar. La luz del sol pasa a través de la atmósfera y golpea la
tierra y ciertas partes de la luz rebotan hacia el cielo. Parte de esta energía es
atrapada por los gases en la atmósfera de la tierra. Esta acción de capturar parte
del calor del sol por los gases es lo que mantiene nuestro planeta relativamente
caliente, es decir, a un promedio de 14 grados Centígrado en todo el planeta.
Estos gases de "efecto invernadero", o sea, el dióxido de carbono (CO2), el
metano, los vapores de agua y varios otros, están presentes naturalmente en la
atmósfera y hacen que el planeta sea habitable. Si no existieran, la tierra sería una
bola de hielo.
Durante los últimos 150 años, desde el comienzo de la era industrial, las
cantidades de gases de efecto invernadero se han ido acumulando en la
atmósfera. Mientras más aumente las cantidades de los gases, más la energía del
sol es atrapada y más calientan a la tierra. El crecimiento de las cantidades o
concentraciones de estos gases es principalmente el resultado de las formas de
desarrollo económico que el sistema capitalista imperialista ha desarrollado y de
las cuales depende, tales como la combustión de carbón, gas, petróleo, etc. La
combustión de estos combustibles emite CO2 a la atmósfera, el principal gas del
efecto invernadero. La tala y quema de bosques y otras prácticas también están
incrementando la acumulación de CO2 y de metano en la atmósfera.
Mientras el calentamiento global continúa, cada vez hay más peligro de ciertos
"puntos críticos", donde los cambios mucho más dramáticos hacia un planeta
irreconocible se vuelven no sólo una probabilidad, sino inevitables si los gases del
efecto invernadero no son recortados de forma rápida y drástica. Si "la vida de
costumbre" continúa, el planeta experimentará enormes cambios tales como el
derretimiento de los glaciares que surten agua dulce para decenas de millones de
personas, lo que haría mucho, mucho peor una situación ya difícil (donde mil
millones de personas en el mundo no tienen acceso a agua potable). Incluso
podría darse el posible colapso de las sociedades humanas lo que generaría
mucho más sufrimiento y mayor caos del que ya existe a causa del calentamiento
y otra destrucción ambiental. Estas cosas y muchas más son muy posibles e
incluso probables si los recortes dramáticos en los gases de efecto invernadero no
se hacen con relativa rapidez. Estos gases se deben cortar en un 80% en el año
2050 y en un 25-40% para el año 2020 en todo el mundo, a fin de evitar lo peor del
calentamiento global. Algo del calentamiento ya es inevitable y "una parte
inherente al sistema", porque los gases que ya están en el aire seguirán causando
el calentamiento por un largo tiempo, incluso si la cantidad puesta en el aire se
recorta ahora.
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Ya existen la tecnología y los conocimientos para realizar los cambios dramáticos
y radicales que se requieren para revertir todo esto. El tipo de cambios necesarios
para abordar este problema significaría enormes trastornos del sistema capitalista
imperialista. Sería necesario socavar el carácter y el funcionamiento de un sistema
capitalista imperialista que trata a la naturaleza como uno más de los recursos
para ser explotados e invertidos en la producción con fines de lucro. Y la
interminable competencia dictada por el "expandirse o morir" pone uno de los
objetivos fundamentales por encima de todo lo demás: la maximización de la
ganancia. Por ello, este sistema no hará y no puede hacer lo que realmente se
necesita para abordar el problema del calentamiento global.
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Mientras el calentamiento global continúa, cada vez hay más peligro de ciertos
"puntos críticos", donde los cambios mucho más dramáticos hacia un planeta
irreconocible se vuelven no sólo una probabilidad, sino inevitables si los gases del
efecto invernadero no son recortados de forma rápida y drástica. Si "la vida de
costumbre" continúa, el planeta experimentará enormes cambios tales como el
derretimiento de los glaciares que surten agua dulce para decenas de millones de
personas, lo que haría mucho, mucho peor una situación ya difícil (donde mil
millones de personas en el mundo no tienen acceso a agua potable). Incluso
podría darse el posible colapso de las sociedades humanas lo que generaría
mucho más sufrimiento y mayor caos del que ya existe a causa del calentamiento
y otra destrucción ambiental. Estas cosas y muchas más son muy posibles e
incluso probables si los recortes dramáticos en los gases de efecto invernadero no
se hacen con relativa rapidez. Estos gases se deben cortar en un 80% en el año
2050 y en un 25-40% para el año 2020 en todo el mundo, a fin de evitar lo peor del
calentamiento global. Algo del calentamiento ya es inevitable y "una parte
inherente al sistema", porque los gases que ya están en el aire seguirán causando
el calentamiento por un largo tiempo, incluso si la cantidad puesta en el aire se
recorta ahora.
Primero, Pruitt miente. Sí que es un reto medir el impacto de la actividad humana sobre el
clima, pero los científicos lo hacen con cada vez mayor precisión. Y entre los climatólogos
que han estudiado “la actividad humana sobre el clima”, hay un 97 por ciento de acuerdo,
una unanimidad básica o lo que los científicos consideran un consenso, que no sólo el
cambio climático se produce como resultado de la actividad humana, sino que está claro
que su causa es la quema de combustibles fósiles y otras actividades humanas que producen
CO2 y otros gases de efecto invernadero.1
Y en segundo lugar, ¿por qué creeríamos a usted, Pruitt? ¿Usted que tiene absolutamente
cero conocimiento y experiencia para determinar esto? ¿En vez de creer a los miles de
climatólogos que han estudiado esta cuestión desde muchos ángulos, durante décadas, y
han concluido que el cambio climático causado por el hombre es real, la evidencia del cual
es abrumadora? ¿De dónde viene su autoridad o legitimidad para hablar como un experto
en esto, cuando toda su carrera y posición ha sido como un lacayo de los conglomerados de
combustibles fósiles, cuando usted ha copiado servilmente los memorandos escritos por las
compañías de energía en sus comunicados de prensa, compañías que pueden ganar millones
de dólares, con el descarado fin de tapar esfuerzos para destrozar las normas sobre el clima
y el agua limpia que darían una cierta protección a la gente y la naturaleza?
¿Y qué tiene usted con que respaldar su conclusión? ¿Qué evidencia puede aportar para
explicar lo que el planeta está experimentando? Cuéntenos, ¿cómo explicaría la causa del
aumento del nivel del mar y la desaparición de las islas y costas en todo el mundo? ¿Cómo
explicaría el derretimiento y el encogimiento de las masas de hielo polar del Ártico y
Groenlandia que se mide año tras año?2 ¿Cómo explicaría que los récords de temperatura
promedio mundial se batieron en 2016 y antes en 2015 y 2014? ¿Y de los 17 años más
calurosos de la tierra en la historia registrada, 16 han ocurrido desde el año 2000?3 ¿Y que
estas temperaturas están aumentando en estrecho paralelo con el aumento de los niveles de
dióxido de carbono medidos independientemente por 40 sitios por la Administración
Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA)?4 ¿O el hecho de que el efecto invernadero —
la relación entre los niveles de ciertos gases como el CO2 en la atmósfera con el
calentamiento de la Tierra— es un hecho científico bien establecido que se ha entendido
desde finales de los 1800?5,6
¿Cómo, Pruitt, explica usted las tormentas cada vez más graves que han destruido la vida
de la gente, como aquellas alimentadas por los océanos cálidos que mataron a miles y
desplazaron a millones de personas en las inundaciones de 2010 en Pakistán o los
huracanes más poderosos de la historia registrada en los últimos años, como Haiyan en
Filipinas en que 10.000 personas se ahogaron o se arrastraron al mar?7 ¿O los estudios
recientes que documentan que el calentamiento disminuye el oxígeno en los mares,
amenazando con interrumpir la vida oceánica crítica para toda la vida en este planeta?8
La idea de que cualquiera le crea a usted —o a lunáticos como Trump que niega la realidad
y afirma que el cambio climático es un engaño— y la confusión y mentiras que usted
divulga de que la producción de gases de efecto invernadero por parte de la producción de
energía capitalista no tiene relación con el calentamiento global, serian de risa si no fueran
tan peligrosas. Usted quiere que no creamos montañas de evidencia, miles de estudios
científicos y una realidad patente. La verdad es que sí, la actividad humana— y su
producción de gases de efecto invernadero junto con otras actividades— está calentando el
planeta, cambiando el clima y ayudando a destruir la base de gran parte del mundo natural
de la Tierra, así como la base para que los seres humanos sigamos existiendo en este
planeta.
Un régimen que otorgaría a un hombre como Pruitt la autoridad para dirigir una agencia
gubernamental que supuestamente tiene toda su razón de ser la protección de la naturaleza
y la seguridad y la salud de la gente es un régimen totalmente ilegítimo. El hecho de que el
presidente de el país supuestamente “lo más avanzado” del mundo nombraría a un hombre
así, y que ese presidente mismo afirmaría que el cambio climático es un engaño,
demuestran, junto con muchas otras cosas, la completa ilegitimidad de este régimen. ¿Y
qué dice de este sistema capitalista-imperialista que, debido a su impulso inexorable por las
ganancias y su dinámica competitiva de expandir-o-morir, ahora haya generado un
“Trump” y se precipite a empeorar las cosas?
Este régimen está decidido a eliminar los programas que investigan o monitorean el cambio
climático. Planea erosionar o eliminar programas enteros y secciones de organismos
gubernamentales que limitarían el cambio climático. Está en una misión para eliminar las
protecciones y límites sobre el saqueo del medio ambiente mediante la eliminación de todo
tipo de normas y reglas. Este régimen ha lanzado una salvaje guerra total contra el mundo
natural en aras de un ilimitado e irrestricto festín y saqueo por parte de los monopolios
capitalistas de Estados Unidos. Si se permite que se desarrolle plenamente, se garantizará y
se intensificará aún más la erosión acelerada de los ecosistemas. Pondrá a la humanidad —
especialmente los más pobres y oprimidos de la humanidad que han hecho lo menos para
causarla— en la mira de la eco-catástrofe.
La cábala de Trump y Pence no sólo niega el cambio climático y su conexión con la
actividad humana, sino que se esfuerza para paralizar la capacidad de la gente para evitar
una catástrofe abrumadora de que ya estamos experimentando los comienzos, lo que debe
sonar otra alarma aguda —junto con todos los otros ultrajes que este régimen comete— de
que hay que expulsar del poder a este régimen fascista a la mayor brevedad posible.
1. Climate Change 2014 Synthesis Report Summary for Policymakers, IPCC [Resumen del Informe de
Síntesis del Cambio Climático 2014 para los encargados de formular políticas] [regresa]
2. Arctic Sea Ice & News Analysis, National Snow & Ice Data Center [Banquisas árticas y análisis de
noticias, Centro Nacional de Datos sobre nieve y hielo] [regresa]
3. “Earth Sets a Record Temperature for Third Straight Year,” [“La Tierra establece una temperatura
récord por tercer año consecutivo”, New York Times, 8 de enero de 2017 [regresa]
4. Carbon dioxide levels rose at record pace for 2nd straight year [Los niveles de dióxido de carbono
subieron a un ritmo récord por segundo año consecutivo], NOAA [regresa]
5. What Is the Greenhouse Effect? [¿Qué es el efecto invernadero?] Livescience.com [regresa]
6. Greenhouse effect [Efecto invernadero], Wikipedia [regresa]
7. “Los costos humanos del cambio climático”, www.revcom.us [regresa]
8. “It’s official: the oceans are losing oxygen, posing growing threats to marine life” [“Es oficial: los
océanos están perdiendo oxígeno, planteando amenazas crecientes a la vida marina”, Washington
Post, 15 de febrero de 2017 [regresa]
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El carbón sí que perderá la batalla, según las previsiones de la AIE. "Las fuentes
de energía renovables cubrirán el 40% del aumento en la demanda primaria y su
explosivo crecimiento en el sector energético marca el final de los años de auge
del carbón. Desde el año 2000, la capacidad de generación de energía a base de
carbón ha crecido en casi 900 gigavatios (GW), pero las adiciones netas de hoy a
2040 son solo 400 GW y muchas de estas son plantas que ya están en
construcción", La demanda de petróleo continúa creciendo a 2040, aunque a un
ritmo cada vez menor.
El uso de gas natural aumenta en un 45% hasta 2040, según las últimas
proyecciones. Y con un espacio más limitado para expandirse en el sector
eléctrico, la demanda industrial se convierte en el área más grande para el
crecimiento. En cuanto a as perspectivas de la energía nuclear, se han atenuado
desde e informe del 2016, pero China continúa liderando un aumento gradual en la
producción, "superando a los Estados Unidos para llegar en 2030 a convertirse en
el mayor productor de electricidad basada en la energía nuclear", apunta la AIE
Pero el escenario que pinta la Agencia Internacional de la Energía para 2040, con
las políticas que en estos momentos los países del mundo tienen sobre la mesa,
alejan al planeta de ese objetivo. En concreto, llevarían a un aumento de la
temperatura de 2,7 grados a final de siglo, que según los científicos haría que el
calentamiento entrase en una fase inmanejable. Además, la Agencia Internacional
de la Energía también advierte de que las muertes prematuras derivadas de la
contaminación producida por el uso de combustibles fósiles crecerán un 40%,
pasarán de los 2,9 millones anuales actuales a los 4,2 millones en 2040.
Cumbre del Clima de Bonn (COP23), donde los representantes de casi 200 países
debaten sobre las normas de aplicación del Acuerdo de París contra el cambio
climático. Y las noticias no son buenas, porque las emisiones mundiales de CO 2,
el principal gas de efecto invernadero, volverán a crecer en 2017 hasta llegar a las
41,5 gigatoneladas, el mismo dato que en 2015, cuando se alcanzó el pico
máximo histórico.
Dentro de esas 41,5 gigatoneladas se incluye el CO2 expulsado por el ser humano
ligado a la quema de combustibles fósiles, la industria y los cambios en el uso del
suelo (como la deforestación). En ese último apartado, en el de los cambios en el
uso de la tierra (que suponen alrededor del 10% del dióxido de carbono de la
actividad humana), los investigadores no han encontrado grandes cambios
respecto a 2016, con lo que los datos de 2017 serán similares a los del pasado
año.
Donde sí se produce un incremento notable es en las emisiones relacionadas con los combustibles fósiles y la
industria, que acumulan casi el 90% de todo el dióxido de carbono que genera la actividad humana en el planeta y
que este año crecerán un 2% respecto a 2016, hasta llegar a las 36,8 gigatoneladas y marcar un nuevo récord
histórico. Y lo harán después de tres años seguidos (desde 2014) en los que se había apreciado un esperanzador
estancamiento de esas emisiones.
Mientras que los investigadores pronostican para este 2017 que las emisiones industriales y de los combustibles
fósiles caerán en Estados Unidos y la Unión Europea un 0,4% y un 0,2% respectivamente, para China e India prevén
subidas significativas del 3,5% y del 2%. Solo estos cuatro grandes bloques acumulan casi el 60% del CO2 de todo el
planeta. En el resto de países del mundo, los científicos pronostican un incremento del 1,9%.
Un 3,5% más en China
China es el primer país emisor de CO2del mundo: acumula el 28,5% del dióxido de carbono ligado a los combustibles
fósiles y la industria, y el incremento de sus emisiones un 3,5% en 2017 empuja las de todo el planeta.
Pep Canadell, director del Global Carbon Project y que participa en los dos estudios publicados este lunes, detalla que
el incremento en China "se debe a un aumento en la demanda energética, particularmente del sector industrial".
Además, la disminución en las lluvias ha hecho también que caiga la energía hidroeléctrica producida y el "hueco
energético ha sido cubierto con el carbón, cuyo uso aumenta un 3%". El empleo del petróleo crecerá un 5% y el gas
natural un 12% en China.
El uso del carbón se había adentrado en una trayectoria descendente en el mundo, con una caída media anual en
los últimos cinco años del 0,7%. Sin embargo, este 2017 volverá a crecer empujado en gran medida por China.
CAMBIO CLIMÁTICO GLOBAL: los cambios climáticos podrían ocurrir en un cronograma de años y
décadas o de siglos afecten la tierra como un todo. Si bien los cambios climáticos varían de una región a
otra, el cambio climático global supone cambios en el promedio de la temperatura global sobre la tierra y el
océano; cambios en la temperatura regional; cambios en el patrón global de precipitaciones, la intensidad o
frecuencia de tormentas; cambio en las corrientes marinas, en el nivel de los océanos, en los vientos y en los
patrones del tiempo meteorológico, etc. El clima varia naturalmente de acuerdo a muchos factores pero hoy
sobre la tierra el cambio se está operando mucho más rápidamente que la mayor variación natural o de los
cambios climáticos anteriores en la historia de la tierra y es principalmente el resultado de la actividad
humana. La causa de este cambio es principalmente el calentamiento del planeta por la acumulación de los
gases del efecto invernadero (dióxido de carbono, metano, el vapor de agua y otros), y se ha iniciado
durante los últimos 200 años con la producción capitalista y hoy se acelera como resultado de la quema de
combustibles fósiles: carbón, petróleo, gasolina, además de la deforestación y otras causas.
Las selvas tropicales no sólo contienen la más grande diversidad de especies, también sacan
del aire las enormes cantidades de dióxido de carbono que están causando el calentamiento
global. En cambio estas selvas emiten enormes cantidades de oxígeno que los organismos
necesitan para respirar. Se han llamado estas selvas “los pulmones del planeta”. La tala y
quema de estas selvas libera más carbono en enormes cantidades en la atmosfera, lo que
incrementa más el
Se ha comparado las especies en los ecosistemas con los
calentamiento del planeta.
remaches de las alas de un avión. Quite uno y no
Las selvas tropicales afectan
necesariamente será un problema (a menos que éste sea
el clima. Éstas absorben
un tornillo central o de control), pero retire unos cuantos
agua del suelo y la usan
más y el ala se debilita y pierde el equilibrio. Y otros más
para crecer y luego liberan
y la estructura entera colapsa… Los seres humanos
grandes cantidades de vapor
dependen del funcionamiento de ecosistemas vivientes
de agua. La selva
para nuestra propia supervivencia… El colapso del
amazónica, la más grande
ecosistema potencialmente podría amenazar hasta
extensión de selva tropical
lapropia existencia humana.
que queda sobre el planeta,
Tenemos que confrontar esta realidad.
tiene un tremendo impacto
sobre el clima. Esta selva interactúa con los vientos alisios, lo que genera sistemas
meteorológicos que afectan grandes regiones y regulan las temperaturas de los océanos.
Pero cerca de una quinta parte del Amazonas ha sido completamente destruida y más del
20% más ha sido dañado por la industria maderera. En algunos años recientes con el
calentamiento del planeta, las sequías han golpeado el Amazonas y hay un temor real que
más años de sequías con mayores cambios climáticos causen un punto de inflexión donde el
Amazonas empiece a ir muriendo y que hasta se convierta en praderas o en un desierto.
Esta deforestación y la quema de petróleo, carbón y gasolina (combustibles fósiles) están
causando que la tierra se caliente. La quema de estos combustibles y la tala y quema de
bosques libera dióxido de carbono que es el principal “gas de efecto invernadero”. La
acumulación del dióxido de carbono y otros gases invernaderos en nuestra atmosfera está
calentando el planeta, lo que hace que cambie el clima. El hielo polar y los glaciares se
están derritiendo a un ritmo acelerado. Naciones isleñas enteras y los litorales costeros
donde viven cientos de millones de personas podrían correr peligro en las próximas décadas
con la elevación del nivel de los océanos por el derretimiento de los glaciares y las capas de
hielo. En conjunto, el promedio de las temperaturas sobre el planeta está subiendo y
algunas regiones, sobre todo en las regiones oprimidas de Asia, África y América Latina,
están más afectadas que otras. Once de los últimos 14 años han tenido las temperaturas más
elevadas que se han registrado. Existen evidencias que ya se están dando los extremos
climáticos —inundaciones más devastadoras en algunas regiones, severas sequías en otras,
olas de calor y huracanes más poderosos en ciertas regiones— y los modelos del clima
mundial predicen que esas cosas se tornarán mucho peores a medida que continúe
calentándose el planeta.
El clima es un factor clave que afecta los ecosistemas, tal como la posibilidad de que una
planta o animal pueda vivir en un lugar particular. A medida que se calienta el planeta,
muchas especies se están mudando hacia las zonas de los polos y a alturas más elevadas
donde pueden sobrevivir. En las zonas de los polos, las especies no tienen un lugar más frio
a donde ir. En períodos “normales”, el clima suele cambiar a través de miles y aun millones
de años — y las especies se pueden adaptar. Pero ahora, Anthony Barnosky dice que el
cambio climático causado por los seres humanos “ha estado acelerándose más rápidamente
que nunca antes durante la evolución de las especies y ecosistemas — muchas especies
simplemente no tienen la capacidad biológica de adaptabilidad de su rango geográfico a la
velocidad que se requiere para poder sobrevivir”.
Además de eso, cuando muchas especies responden modificando su rango, se estrellan con
las ciudades y el desarrollo donde no pueden sobrevivir y a través de la cuales no pueden
desplazarse. El desarrollo urbano, la expansión urbana descontrolada y otras destrucciones
del hábitat natural han estado fragmentando y hasta erradicando los rangos naturales de las
especies. A menudo, ni siquiera existe más hábitat hacia el cual migrar. El cambio
climático combinado con la destrucción del hábitat implica un golpe doble que amenaza no
sólo a las especies sino a ecosistemas enteros. Barnosky dice: “Como resultado,
comunidades y ecosistemas enteros podrían dejar de operar tal como su evolución ha
dictado durante miles y millones de años”.
La historia dice que los habitantes de la zona sienten como que “viven bajo una sentencia
de muerte”. Un funcionario local de una ciudad de la región del valle del Everest dice:
“Dicen que no están seguros de que habrá un mañana... la nieve solía llegarles hasta la
cintura en el invierno. Ahora los niños no saben lo que es la nieve. Tenemos más moscas
y mosquitos, más enfermedades de la piel. Las comunidades se están adaptando
cambiando de cultivos, pero las enfermedades se están trepando las montañas”.
Más abajo desde las montañas los pobladores ya no pueden sembrar sus cultivos debido
a que las nieves del invierno no son tan abundantes; siempre han confiado en la nieve y el
deshielo de los glaciares para regar sus campos. A medida que el viaje continúa en otras
regiones de Nepal, la precipitación es cada vez más impredecible y errática. En algunas
zonas hay sequía, en otras, las lluvias torrenciales del monzón. El río más grande de
Nepal, el Khosi, inundó cientos de kilómetros cuadrados de tierras de cultivo, causando la
muerte de 1.500 personas y el desplazamiento de tres millones de personas en Nepal y la
India. Cuando el agua bajó, las tierras de cultivo estaban enterradas en 1,8 m de arena, lo
que lo hizo imposible cultivar nada.
A lo largo de este viaje en la India, es la sequía la que ha ido creciendo cada vez más. En
el estado pobre de Bihar, sólo ha caído aproximadamente 22 por ciento de la precipitación
normal de lluvia. Como resultado de eso, se espera que 63 millones de personas pasen
hambre el año entrante. Las sequías solían ocurrir cada 4-5 años, pero ahora las cosas
son mucho más erráticas; las lluvias son impredecibles y, a veces muy fuertes y muy
destructivas, mientras que algunas de las zonas vulnerables a inundaciones se enfrentan
a la sequía. En las ciudades de la India como Kolkata, las temperaturas han aumentado
de manera significativa y hay más casos de enfermedades como el dengue y la malaria.
Piensa en todo esto, en los efectos en toda la región en la que una de cada cuatro
personas en el mundo viven, en que todos dependen del agua de los Himalayas para
beber, para regar sus tierras de cultivo, para el saneamiento. ¿Qué significarán décadas
más de calentamiento global, del derretimiento de los glaciares hasta que no existan
más? La eliminación de la belleza natural de estas estructuras, pero los efectos aún más
devastadores y destructivos para la vida, donde vive una cuarta parte de la humanidad. Y
piensa en todos los demás cambios traídos por la sequía, inundaciones y tormentas de
gran alcance debido al calentamiento global que ya afectan a tantas personas. Y de allí
multiplique esto de nuevo ya que lo mismo se repite en todo el planeta, y los más pobres y
oprimidos sufren mucho más y lo peor. La tierra y la humanidad necesitan la revolución.
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Orpheus
Adentro, Estados Unidos, la Unión Europea (EU) y China trabajaban para extraer
concesiones unos a otros, en torno a metas de reducciones de emisiones, procedimientos
de monitorear que los gobiernos cumplieran dichas metas y otros asuntos. EE.UU. y la
UE, que juntos son responsables de la gran mayoría de la acumulación de gases del
efecto invernadero en la atmósfera que ya están causando cambios devastadores,
trabajaron para presionar y sobornar a los países pobres para que aceptaran las
condiciones impuestas.
En cierto momento, los países pobres abandonaron la cumbre, con la demanda de que la
meta de cualquier acuerdo fuera un aumento de la temperatura de un máximo de 1,5ºC,
porque las temperaturas más altas podrían causar la muerte de continentes enteros,
sobre todo África. Obama, quien pasó solamente ocho horas en la cumbre, respondió
amenazando que si estos países no aceptaran, les iría peor. Primero, Estados Unidos
ofreció la promesa de miles de millones de dólares a los países pobres para lidiar con la
devastación ya causada por el calentamiento global. Luego, encabezó la imposición de un
acuerdo de no hacer nada que estipula que no habrá ayuda para los países que no
suscriben el acuerdo.
El último día, las charlas estaban al borde de venirse abajo, lo que representó un
problema para los EE.UU. Pero no se debe a que le preocupa el planeta sino a que la
situación amenazaba lo que quería sacarle a la cumbre. Se han generalizado las
condenas a EE.UU. por ser, hasta hace poco, el mayor contribuyente de emisiones de
carbono, y se conoce en general que los EE.UU. es el mayor obstáculo a la resolución de
este problema. Obama esperaba revertir esta dinámica en la cumbre y rebautizar a los
EE.UU. como un líder en la salvación del planeta. Los EE.UU. también quería
institucionalizar un enfoque hacia el calentamiento global en conformidad con sus
intereses imperialistas, tal como la propagación de los mercados del comercio de
carbono. Y quería aprovechar las charlas para pasarle la culpa a uno de sus rivales,
singularizando a China por ser un “emisor imprudente” y no jugar según las reglas que
EE.UU. quiere imponer.
Se informa que Obama y Hillary Clinton irrumpieron en una reunión sostenida por China y
otros países y anunciaron que ¡las negociaciones no se darían en secreto, sin los Estados
Unidos! Dijeron eso los representantes de un imperio sin rival en la historia del mundo en
materia de operaciones encubiertas militares y de la CIA y su declarado derecho unilateral
de atacar e invadir a cualquier país que se interponga contra sus intereses. Luego, ¡de los
cinco países presentes (EE.UU., China, India, Brasil y Sudáfrica), ellos fraguaron el
acuerdo! Otras potencias de peso subieron a abordo. Únicamente en ese momento fue
que se anunció el acuerdo al resto de los 192 países, a quienes les dieron una hora para
decidir si suscribirlo o no. El jefe de Tuvalu, un país-isla en el Pacífico que se están
quedando sumergido por el aumento del nivel del mar causado por el calentamiento
global, se negó a suscribirlo y dijo: “Parece que nos están ofreciendo treinta monedas de
plata con la finalidad de traicionar a nuestra gente y nuestro futuro”.
Pese a lo que digan esas potencias, sus planes concretos demuestran que no
tienen ninguna intención seria de hacer nada salvo extraer y quemar más carbón,
petróleo y gas. Siguen minando y perforando para sacar de la tierra más de éstos
e incluso formas más “sucias” de combustibles fósiles. Además, muchos países,
incluidos los Estados Unidos y China, tienes planes de construir más plantas
generadoras de electricidad a base de la combustión de carbón que representan
los contaminadores más grandes y más peligrosos. La cumbre de Copenhague no
trató ninguna de estas cuestiones decisivas.
Los países que suscriban el acuerdo supuestamente deberían declarar qué tanto
van a reducir las emisiones. Pero, un grupo de climatólogos
(www.climateinteractive.org) que se reunió para analizar las propuestas en
consideración durante la cumbre informó que aun si se cumplieran todas las
promesas de reducir las emisiones de los gases del efecto invernadero, la
temperatura del planeta todavía subiría 3.9º C (7 grados Fahrenheit) para el 2100.
El consenso entre los científicos dice que el aumento de las temperaturas deben
ser mantenido por debajo de 1.5 a 2 grados C o habrá un desastre ecológico.
Estados Unidos salieron con una propuesta patética de reducir sus emisiones a un 17%
debajo de los niveles del 2005 para el 2020. Eso significaría solamente una reducción de
un 3-4 por ciento debajo de los niveles del 1990. La ciencia aceptada dice que los países
industrializados deben reducir las emisiones de 25 a 40 por ciento debajo de los niveles
del 1990 para el 2020 y el 80% debajo de los niveles de 1990 para el 2050. (Es necesario
reducir las emisiones en todo el mundo en un 50% debajo del nivel del 1990 para el
2050).
Obama fue a Copenhague recién salido de escalar la guerra en Afganistán y de recoger
un premio Nóbel de la Paz. Esta es una doble hipocresía, porque el sucio secreto es que
las fuerzas armadas estadounidenses son constituyen el mayor usuario institucional de
petróleo en el mundo y uno de los mayores productores de emisiones de gases del efecto
invernadero.
Mientras tanto, los países europeos posaban como “capitalistas verdes”, mientras la
policía danesa golpeaba y arrestaba preventivamente al menos unas 1.500 personas por
luchar por salvar el planeta. Estos “capitalistas verdes” dieron a entender que podrían
aceptar reducir las emisiones de gases del efecto invernadero en un 20% o tal vez más
para el 2020, si sus rivales de Estados Unidos y los países en desarrollo también
aceptaran reducirlas más. Los países de la Unión Europea tratan de mostrarse como los
verdaderos paladines de la tierra. Pero la pura realidad es que desde el Tratado de Kyoto
de 1997 (que establece límites vinculantes sobre las emisiones de los países
desarrollados), ¡el total de las emisiones en los países europeos ha incrementado en un
5% (Guardian del Reino Unido)!
Mientras tanto, China y la India, países que siguen bajo el dominio de las potencias
imperialistas pero que buscan desarrollarse en importante potencias capitalistas con
alcance global, también se rehúsan a cumplir cualquier reducción vinculante en las
emisiones, precisamente por su necesidad de expandirse y competir con las grandes
potencias que están tratando de impedir que hagan esto. Si bien China ha rebasado a
Estados Unidos en cuanto a emisiones globales, un aspecto toral es que esto se debe en
gran medida a que China hoy es el taller y la maquiladora del mundo, integrada a una red
global de producción capitalista. Una tercera parte de las emisiones de China está
vinculada a la producción para la exportación, abrumadoramente los productos hechos
por las masas explotadas de proletarios y su mano de obra barata para el consumo en los
países imperialistas ricos. Lo que esto significa es que todas las inversiones en China
hechas por los países imperialistas que sacan ventaja de los míseros salarios y la falta de
normas de seguridad y ambientales simplemente representan la exportación de la
contaminación de los países ricos a China.
Y esta producción alimentada por el capital internacional ha llevado a una situación donde
7 de las 10 ciudades más contaminadas del mundo están en China. El 80% de los ríos
más grandes de China están tan contaminados que no tienen vida acuática y el 90% de
todos los sistemas de agua subterránea de las ciudades principales están contaminados.
Incluso con el aumento de emisiones de China, el 75% del dióxido de carbono que ya está
en la atmósfera todavía es el resultado de las emisiones de los países capitalistas
avanzados. Los Estados Unidos con el 5% de la población del mundo, todavía produce el
25% del dióxido de carbono del mundo. Esta cifra es el 30% cuando se agreguen las
emisiones de las fuerzas armadas estadounidenses que no se encuentran incluidas en los
cálculos. Y los Estados Unidos producen 4 veces más gases del efecto invernadero por
persona que China.
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Obrero Revolucionario
Los seres humanos siempre han producido CO2 al cocinar con leña, pero la
industrialización provocó un gran aumento repentino de la cantidad de CO2.
Según estudios científicos, las emisiones de CO2 se multiplicaron de manera
exponencial de 1800 a 1974 debido a la combustión de carbón en las centrales
eléctricas, de gasolina en vehículos y de diesel en trenes.
Se han estudiado el impacto de los cambios climáticos sobre el agua potable y las
enfermedades. Actualmente un billón de habitantes del planeta carecen de agua
potable y muchos más dependen de represas chicas, pozos y otros sistemas poco
confiables, por lo que los afectarían mucho cambios en las lluvias.
En el fondo, plantean que debido a los enormes gastos que implica la reducción
de emisiones de gases invernadero para las corporaciones, y sobre todo para
Estados Unidos, no se justifica tomar medidas sin tener pruebas irrefutables de
que la actividad humana esté provocando calentamiento global. Dicen que el
debate acerca del calentamiento global es un invento de oponentes del
capitalismo y el desarrollo industrial.
Esos "expertos" pro-capitalistas nos recuerdan a otros "expertos" a sueldo de las
corporaciones que sostienen que no hay prueba de que fumar causa cáncer. En el
pasado, clínicas médicas financiadas por las corporaciones "demostraron" que el
polvo de carbón no causaba las enfermedades respiratorias de los mineros.
Por una parte, podemos decir que los argumentos de los "climatólogos
escépticos" no son científicos, pues los motivan los intereses de clase de los
capitalistas y en esta sociedad siempre será posible encontrar "expertos"
dispuestos a defender el statu quo.
Pero, por otra parte, los "escépticos" aprovechan un dilema muy real: solo
tendremos evidencia abrumadora del cambio climático cuando empiece, y
entonces será demasiado tarde para evitar el desastre. El CO2 no se puede sacar
de la atmósfera. Se puede evitar el calentamiento global, pero no será posible
revertirlo (con ningún medio que conozcamos) una vez que haya causado
grandes cambios climáticos.
Los científicos consideran que para evitar el calentamiento global habrá que
frenar el aumento de CO2 antes de que llegue a niveles críticos. Dado el ritmo
actual de aumento, solo tenemos unas décadas para tomar medidas.
1) Las leyes de la física que causan el "efecto invernadero" se conocen muy bien:
los "gases invernadero", como CO2 y especialmente el vapor, aumentan la
retención del calor de la Tierra.
2) La temperatura promedio de la Tierra ha aumentado unos 0,3 a 0,6 grados
centígrados desde 1860.
4) El nivel de CO2 en el aire ha aumentado 30% durante los últimos 200 años. El
nivel de metano, otro gas invernadero, se ha duplicado. Según el New York
Times (12/1/97): "Estudios rigurosos de las concentraciones de dióxido de carbón
desde los años 50 revelan un aumento constante". Está claro que dicho aumento
es consecuencia de la actividad humana, es decir, de quemar combustibles y
madera.
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Las selvas pluviales no solo tienen la mayor diversidad de especies, también sacan del
aire grandes cantidades de dióxido de carbono, el cual causa el calentamiento global. A
su vez esas selvas emiten grandes cantidades de oxígeno que los organismos necesitan
para respirar. Esas selvas pluviales se han llamado "los pulmones del planeta". La tala y
quema de las selvas libera enormes cantidades más de carbono a la atmósfera, lo que
incrementa más el calentamiento del planeta. La industria maderera ha destruido por
completo cerca de una quinta parte del Amazonas, la más grande extensión de selva
tropical que queda sobre el planeta, y ha dañado más de otro 20%.
El clima es un factor clave que afecta los ecosistemas, incluida la posibilidad de que una
planta o un animal pueda vivir en un lugar particular. A medida que se calienta el planeta,
muchas especies se están mudando hacia las zonas de los polos y a alturas más
elevadas donde pueden sobrevivir. En las zonas de los polos, las especies no tienen un
lugar más frío a donde ir. En períodos "normales", el clima suele cambiar a través de
miles y aun millones de años — y las especies se pueden adaptar. Pero ahora Anthony
Barnosky, profesor de biología integral de la Universidad de California en Berkeley, dice
que el cambio climático causado por los seres humanos "está acelerándose más
rápidamente que nunca antes durante la evolución de las especies y ecosistemas —
muchas especies simplemente no tienen la capacidad biológica de modificar su
distribución geográfica con la velocidad que se requiere para poder sobrevivir".
Además, cuando muchas especies responden cambiando de territorio, se estrellan con las
ciudades y la urbanización, donde no pueden sobrevivir ni desplazarse. La urbanización,
la expansión urbana descontrolada y otras destrucciones del hábitat natural han
fragmentado y hasta erradicado la distribución natural de las especies. A menudo, ni
siquiera existe más hábitat hacia el cual migrar. El cambio climático combinado con la
destrucción del hábitat implica un golpe doble que amenaza no sólo a las especies sino a
ecosistemas enteros. Barnosky dice: "Como resultado, es posible que comunidades y
ecosistemas enteros dejen de funcionar tal como su evolución ha dictado durante miles y
hasta millones de años".
La semana pasada, sonó fuerte otra alarma sobre la destrucción acelerada del planeta.
Un filtrado proyecto de informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el
Cambio Climático (IPCC por las siglas en inglés), un grupo de los científicos climáticos
más destacados del mundo, pronostica que “la continua emisión de gases de efecto
invernadero provocará un mayor calentamiento y cambios a largo plazo en todos los
componentes del sistema climático, aumentando la probabilidad de impactos graves,
generalizados e irreversibles para el pueblo y los ecosistemas”. El informe dice: “El riesgo
de cambios abruptos e irreversibles aumenta a medida que aumente la magnitud del
calentamiento".
Estas advertencias de los científicos del clima más importantes del mundo ponen de
relieve la urgente necesidad de que la gente se movilice e intensifique la lucha para salvar
el planeta. También subrayan la importancia de la Marcha Climática de los Pueblos que
tendrá lugar el 21 de septiembre en la Ciudad de Nueva York. La marcha, y otros eventos
y formas de resistencia, están programados para coincidir con una reunión de líderes
mundiales en una cumbre climática de la ONU el 23 de septiembre.
La fusión de Groenlandia, junto con otras fusiones, sumergiría terrenos costeros y países
insulares donde viven cientos de millones de personas. Es posible que esto tarde siglos,
pero el ritmo de estos cambios está más rápido que las anteriores predicciones científicas.
También puede influenciar el ritmo de la fusión, positiva o negativamente, el que la
sociedad humana siga inyectando, o deje de inyectar, masivas cantidades de gases de
efecto invernadero en la atmósfera, cuales gases calientan el planeta. Pero sea lo que
sea el tiempo que se requiera, una vez que se alcance este punto de inflexión, la fusión
sería imparable. Además de sumergir vastas extensiones de tierras costeras, entre ellas
algunas de las principales ciudades del mundo, la fusión de estas capas de hielo
probablemente alterará aún más el sistema climático — lo que puede causar aún más
cambios climáticos cualitativos.
He aquí la realidad de la situación que recalca el proyecto de informe del IPCC. De 1970 a
2000, las emisiones globales de gases de efecto invernadero se incrementaron en 1,3 por
ciento al año. Pero de 2000 a 2010, ese ritmo saltó al 2,2 por ciento al año, y parece que
el ritmo sigue acelerando esta década. Si continúa así, el calentamiento podría llegar a 8
grados (Fahrenheit) para el año 2100. Tal calentamiento daría lugar a “cambios
catastróficos”. Frente a esto, los gobiernos imperialistas que dominan la economía y la
política mundiales no han hecho nada real para lidiar con el problema del cambio climático
global.
Los líderes imperialistas mundiales tocan el violín mientras el planeta arde
Ahora, los principales voceros del imperialismo estadounidense —y por desgracia algunos
activistas sobre el clima también— nos están diciendo que “Estados Unidos debe asumir
el liderazgo acerca del cambio climático”. Pero la verdad: bajo Obama, Estados Unidos ha
expandido enormemente la perforación y producción de petróleo y gas de los nuevos
yacimientos en el esquisto y en los océanos profundos, y al mismo tiempo ha
incrementado la exportación de carbón a otros países para que lo quemen. (Véase, por
ejemplo, un nuevo artículo del autor Michael Klare, “Global Warming President Presides
Over Drill-Baby-Drill America” [El presidente del calentamiento global preside un Estados
Unidos de perforar-a-toda-máquina]) El único “liderazgo” que pueden proveer Estados
Unidos y Obama con respecto al cambio climático es seguir por el camino de perpetuar
aún más la economía y la política que están destruyendo la vida en este planeta.
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Por ejemplo, Tuvalu, una isla-nación del Pacífico donde viven 11,000 personas,
podría desaparecer bajo el agua. La población se está trasladando poco a poco
a Nueva Zelanda.
La pérdida de las capas de hielo y los glaciares del norte es una consecuencia
del calentamiento global, pero también puede acelerarlo y acelerar otros
cambios climáticos.
Cuanto más saben los científicos acerca de los peligros del calentamiento
global, tanto más dan la alarma. No cabe duda de que está acelerando y que
tendrá consecuencias catastróficas en los ecosistemas y la humanidad a nivel
mundial. El futuro del medio ambiente del planeta está en juego, y el sistema
capitalista que produce esos cambios es fundamentalmente incapaz de
responder a esta amenaza.
(Se puede encontrar una buena discusión del calentamiento global, en inglés, en la serie de la revista New Yorker
“The Climate of Man”, de Elizabeth Kolbert, pt1, pt2, pt3)