Está en la página 1de 6
SYMBOLOS z Revista internacional de Arte - Cultura - Gnosis RENE GUENON LAS ARTES Y SU CONCEPCION TRADICIONAL Cap. Il, Parte Il, de Mélanges, Gallimard, Paris, 1976, No publicado atin en castellano. A menudo hemos insistido en el hecho de que las ciencias profanas s6lo son el producto de una degeneracién mas o menos reciente, debida a la incomprensién de las antiguas ciencias tradicionales, 0 mejor dicho solamente de algunas, por haber caldo las demas en el olvido. Lo que es cierto en este aspecto para las ciencias lo es también para las artes y por otra parte la distincién entre unas y otras, antiguamente, era mucho menos acentuada que hoy; la palabra latina arfes a veces se aplicaba tambign a las ciencias y, en la Edad Media, la enumeracién de las "artes liberales" reunfa elementos que los modemos harfan caber en una u otra categoria. Bastarfa tan slo esta observacién para demostrar que el arte era entonces algo diferente de lo que se concibe en la actualidad con este nombre, y que suponia un verdadero conocimiento con el que, de algin modo, se confundia; y este conocimiento, evidentemente, sdlo podia pertenecer al orden de las ciencias tradicionales. Tan sélo con esto se puede comprender porqué en algunas organizaciones iniciaticas de la Edad Media como los "Fieles de Amor", las siete “artes liberales" se habian puesto en correspondencia con los “cielos", es decir, con estados que se identificaban, precisamente, con los diferentes grados de la iniciacién ‘1, Por esta razén era necesario que las artes, lo mismo que las ciencias, fueran susceptibles de una trasposicién que les diera un valor esotérico real; y lo que hace posible esta trasposicién es la naturaleza misma de los conocimientos tradicionales que, de cualquier orden que sean, estén siempre relacionados en lo esencial con los principios trascendentes, Estos conocimientos reciben por ello un significado que puede denominarse simbélico, puesto que esté fundamentado en la correspondencia que existe entre los diversos drdenes de la realidad; pero se debe insistir en que no se trata aqui de algo que de alguna forma se les agregarfa accidentalmente, sino al contrario, de aquello que constituye la esencia profunda de todo conocimiento normal y legitimo y que, como tal, es inherente a las ciencias y a las artes desde su origen mismo y lo sigue siendo hasta cuando éstas hayan sufrido alguna desviacién. ‘Ademés no hay porqué extrafiarse de que las artes puedan ser enfocadas desde este punto de vista, si se nota que los oficios mismos, en su concepcién tradicional, sirven de base a una iniciacién, como lo hemos expuesto aqui mismo {2), Por otra parte, debemos recordar a este respecto lo que deciamos entonces, que la distincién entre las artes y los oficios parece ser de algiin modo especificamente moderna y, en definitiva, ser solamente como una consecuencia de esta misma degeneracién que ha dado vida al punto de vista profano puesto que este liltimo, precisamente, no expresa nada mas que la negacién misma del espiritu tradicional. En el fondo, que se trate de arte 0 de oficio, existia siempre, en un grado o en otro, la aplicacién y Ia utilizacién de ciertos conocimientos de orden superior, que se vinculaban progresivamente con el mismo conocimiento iniciatico; y ademés, la utilizacién directa del conocimiento inicidtico recibia también el nombre de arte, como se ve claramente en algunas expresiones como las de "arte sacerdotal" y “arte real", que se relacionan con las aplicaciones respectivas de los misterios mayores" y de los "misterios menores". Si ahora consideramos las artes dando a esta palabra una acepcién mas restringida y al mismo tiempo més usual, esto es, lo que mas, precisamente se denomina las "bellas artes", podemos decir, con base en Jo que precede, que cada una de ellas debe constituir de alguna forma un lenguaje simbélico adaptado a la expresi6n de ciertas verdades por medio de formas que son, para unas, de orden visual y, para otras, de orden auditivo o sonoro, de ahi viene por consiguiente su divisién usual en dos grupos, el de las "artes plasticas" y el de las "artes fonéticas". En estudios anteriores, hemos explicado que esta distincién, asi como aquella que se hace entre dos tipos de ritos correspondientes y fundamentados en las mismas categorias de formas simbélicas, en el origen, se relaciona con la diferencia que existe entre las tradiciones de los pueblos sedentarios y aquellas de los pueblos némadas ‘+, Por otra parte, que se trate de las artes tanto de uno como de otro género, es facil constatar que, de forma muy general, tienen, en una civilizacién, un carActer que es mas claramente simbdlico cuanto mas estrictamente tradicional es esta civilizacién; en efecto, lo que entonces constituye su valor verdadero, no es tanto Jo que son en si mismas, sino las posibilidades de expresién que proporcionan, mas alld de las posibilidades a las que se limita el lenguaje ordinario. En breve, sus producciones estén destinadas ante todo a servir de "soportes" para la meditacién, de "puntos de apoyo" para una comprensién tan profunda y tan amplia como sea posible, lo cual constituye la razon misma de ser de todo simbolismo); y todo, en ellas, hasta en los minimos detalles, debe estar determinado por esta consideracién y subordinado a este fin, sin ninguna afiadidura initil desprovista de significado o destinada a jugar un papel simplemente "decorativo" u "omamental" 5), Es evidente que tal concepcién esta sumamente alejada de todas las teorfas modernas y profanas, como es por ejemplo la teoria del "arte por el arte” que, en el fondo, quiere decir que el arte sélo es lo que debe ser cuando no significa nada, o ai aquella del arte "moralizador" que evidentemente no tiene mayor valor desde el punto de vista del conocimiento. Desde luego, el arte tradicional no es un "juego", segin la expresién tan querida por algunos sicélogos, o simplemente un modo de proporcionar al hombre un tipo de placer especial, calificado de “superior” sin saber muy bien el porqué, pues, tratandose sélo de placer, todo se reduce a puras preferencias individuales entre las cuales no se puede establecer légicamente ninguna jerarquia; y tampoco es una vana declamacién sentimental, para la cual el lenguaje ordinario, desde luego, es mas que suficiente, sin que exista ninguna necesidad de recurrir a formas mas o menos misteriosas o enigmiticas, y en todo caso mucho mis complicadas de lo que tendrian que expresar. Lo que acabamos de decir constituye para nosotros una oportunidad de recordar incidentalmente, pues son cosas sobre las que nunca se insistiré demasiado, la total ausencia de validez de las interpretaciones "morales" que algunos pretenden dar a todo simbolismo, incluso al simbolismo inicidtico propiamente dicho: si realmente sélo se tratara de trivialidades semejantes, no se entiende por qué ni cémo se habria pensado jamas en "velarlas" de cualquier forma, accién de la que prescinden muy bien cuando son enunciadas por la filosofia profana, y mas valdria decir entonces, muy sencillamente, que no hay en realidad ni simbolismo ni iniciacién. Después de lo anterior, podemos preguntarnos cuales son, entre las, diversas ciencias tradicionales, las artes que de éstas dependen de forma mis directa, lo cual, por supuesto, no excluye que también tengan relaciones mas 0 menos permanentes con las dems, pues aqui, todo esta intimamente relacionado y se enlaza necesariamente en la unidad fundamental de la doctrina que la multiplicidad de sus aplicaciones no podria destruir ni tampoco afectar; la concepcién de ciencias estrictamente "especializadas" y del todo separadas unas de otras es claramente antitradicional en la medida en que manifiesta un defecto de principio, y es caracteristica de la mente "analitica” que inspira y rige las ciencias profanas, mientras que todo punto de vista tradicional no puede ser mas que esencialmente "sintético". Con esta reserva, se puede decir que lo que constituye el fondo mismo de todas las artes es principalmente una aplicacién de la ciencia del ritmo en sus diferentes formas, ciencia que se relaciona ella misma directamente con la de los nimeros; y por otra parte debe entenderse bien que, cuando hablamos de ciencia de los mimeros, no se trata de la aritmética profana tal como la entienden los modernos, sino de aquello cuyos ejemplos mas conocides se encuentran en la Kabala y en el Pitagorismo, y cuyo equivalente existe también en todas las doctrinas tradicionales, con expresiones variadas y con desarrollos mas 0 menos extensos. Lo que acabamos de decir puede resultar evidente sobre todo en las artes fonéticas, cuyas producciones estin todas constituidas por conjuntos de ritmos que se despliegan en el tiempo; y la poesia debe a su cardcter ritmico el haber sido primitivamente el modo de expresion ritual de la “lengua de los Dioses", o de la "lengua sagrada” por excelencia‘), funcién de la cual conservé algo incluso hasta una época relativamente cercana a nosotros, cuando atin no se habla inventado la "literatura" (2), En cuanto a la masica, seria seguramente inutil insistir en ello, y su base numérica est todavia reconocida por los mismos modemos, aunque falseada por la pérdida de los datos tradicionales; en la antigiiedad, como se ve de forma particularmente clara en el Extremo Oriente, s6lo se podian aportar a la musica las modificaciones que estuvieran acordes con ciertos cambios que ocurrian en el mismo estado del mundo, de acuerdo con los periodos ciclicos, pues los ritmos musicales estaban intimamente ligados con el orden humano y social y con el orden césmico a la vez, e incluso expresaban de cierta manera las relaciones existentes entre uno y otro; Ia concepeién pitagérica de la "armonia de las esferas" por otra parte se relaciona exactamente con este mismo orden de consideraciones. Para las artes plasticas, cuyas producciones se desarrollan en extension en el espacio, puede ser que lo anterior no resulte evidente de forma tan inmediata, y sin embargo no es menos rigurosamente verdadero; s6lo que el ritmo, entonces, por asi decirlo, est fijado simulténeamente en lugar de desarrollarse en sucesién como en el caso anterior. Esto lo podemos comprender sobretodo notando que, en este segundo grupo, el arte tipico y fundamental es la arquitectura, de la cual las demas, como la escultura y la pintura, en el fondo, s6lo son simples dependencias, al menos en lo que corresponde a su destino original; pues bien, en la arquitectura, el ritmo se expresa directamente por medio de las proporciones que existen entre las diversas partes del conjunto y también por medio de las formas geométricas que, en definitiva, desde el punto de vista que consideramos, no son més que la traduccién espacial de los mimeros y de sus relaciones ‘®) Evidentemente, una vez més, la geometria debe ser considerada de una forma muy diferente de como la consideran los matematicos profanos, y cuya anterioridad en relacién a esta tiltima constituye la desmentida més completa de los que quieren atribuir a esta ciencia un origen "empirico" y utilitario; y, por otra parte, como deciamos anteriormente, tenemos en ello un ejemplo de como las ciencias estan ligadas entre si desde el punto de vista tradicional, a tal punto que se las podria incluso considerar a veces como sélo siendo de alguna manera las expresiones de las mismas verdades en lenguas diferentes, lo cual es ademés s6lo una consecuencia muy natural de la "ley de las correspondencias" que es el fundamento propio de todo simbolismo. Estas pocas nociones, por sumarias ¢ incompletas que sean, bastarén al menos para hacer comprender lo que hay de esencial en la concepeién tradicional de las artes y lo que diferencia mas profundamente ésta iiltima de la concepcién profana, al mismo tiempo en cuanto a su base, como aplicaciones de algunas ciencias, en cuanto a su significado, como modalidades diversas del lenguaje simbélico, y en cuanto a su destino, como medios para ayudar al hombre a acercarse al conocimiento verdadero. Traduccién: Nadia Citon Sbroggio y Yamileth Brenes Conejo NOTAS | Véase L'Esotérisme de Dante, pigs. 10-15. (8) 2 Cf. cap. I, 2" parte del presente libro (Mélanges): "La Iniciacién y los oficios", p.71. (R) 3 -Véase Cain y Abel" en El Reino de la Cantidad y los Signos de los tiempos, cap. XI, y ademas "El rito y el simbolo” en Apreciaciones sobre la Iniciacién, cap. XVI (R) 4 Es la nocién hindi de pratika, que no es ni un “idolo" ni una obra de imaginacién y de fantasia individual; estas dos interpretaciones occidentales, de alguna forma opuestas, son una y otra igualmente falsas. (R) 5 La degeneracién de algunos simbolos en motivos ornamentales, porque se ha dejado de comprender su sentido, es uno de los rasgos caracteristicos de la desviacién profana. (R) © Véase "La Lengua de los Pajaros" en Simbolos Fundamentales de la Ciencia sagrada, pag. 75. (R) 7 Es bastante curioso observar que los "eruditos” modemos han Ilegado a aplicar esta palabra “literatura” a todo indistintamente, incluso a las sagradas Escrituras que tienen la pretensién de estudiar exactamente como lo demas y con los mismos métodos; y, cuando hablan de "poemas biblicos" o de "poemas védicos" desconociendo por completo lo que era la poesfa para los antiguos, su intencién es todavia la de reducir todo a algo puramente humano. (R) Es oportuno notar, a este respecto, que el "Dios geometra" de Platén se identifica propiamente con Apolo, quien preside todas las artes; esto, que por otra parte ha derivado directamente del pitagorismo, tiene una importancia particular en Jo que concieme a la filiacién de algunas doctrinas tradicionales helénicas y su conexién con un origen primitivo "hiperbéreo". (2) + + René Guénon Home Page

También podría gustarte