Está en la página 1de 1

En el jardín hay un cerezo dormido, pero parece muerto.

Este otoño comenzó a sentirse apático, y la dejadez se apoderó de su espíritu.


La vida, cansada de verle abúlico y desastrado, decidió que lo mejor sería que se tomara un
tiempo para reflexionar sobre la relación, y se marchó de vacaciones, dejándole en un estado
de abatimiento que hizo que se fuera consumiendo poco a poco hasta que acabó por
convertirse en lo que es ahora: el aletargado esqueleto de un cerezo; una osamenta de
madera clavado al suelo, que sólo espera que regrese la vida.

____

El cerezo se ha despertado. Ya había renunciado a todo; se sentía demasiado viejo para nada y
se había preparado para el final. Se había resignado a no volverla a ver, pero abrió los ojos y
allí estaba ella: la vida; caprichosa, sin dar explicaciones, como ella siempre ha sido. Se ha
presentado con más ganas que nunca, y el reencuentro ha sido el más apasionado y
exuberante que hayan tenido jamás. El cerezo entero es una fiesta de flores blancas.

----

El cerezo aún estaba oyendo caer a su vecino cuando ha sentido el mordisco ruidoso que ha
empezado a quitarle la vida y que acabará separándolo definitivamente de su amada. Sólo le
consuela saber que, esta vez, se la han arrebatado; esta vez ella no le ha abandonado, ha
seguido queriéndole hasta el final. Sí, la vida siempre le quiso.

También podría gustarte