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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior


UDEFA – Universidad de Falcón
Cátedra: Derecho del Turismo
Sección: D6AA08

Contratos administrativos

Autor:
García, Albany V.26.813.693
Lugo, Virginia V.26.598.096
Meleán, Fernando V.25.986.475
Romero, Liz V.25.986.240

Punto fijo, Octubre del 2015


Definición de Contrato Administrativo

El contrato administrativo es, definido en términos generales, un


acuerdo de voluntades entre dos o más personas, que tiene por objeto
producir obligaciones. Tal noción del contrato es la misma en el dominio del
derecho privado y del derecho público. El contrato es, por lo tanto, una
institución de carácter general, común a todas las ramas del derecho, aun
cuando haya nacido y alcanzado su mayor desarrollo en el derecho civil.
Según la doctrina, el contrato administrativo –Bielsa- es «el que
celebra la Administración pública con otra persona pública o privada, física o
jurídica, y que tiene por objeto una prestación de utilidad pública».
Escola, por su parte, considera que los contratos administrativos son
aquellos «celebrados por la administración pública con una finalidad de
interés público y en los cuales, por tanto, pueden existir cláusulas
exorbitantes del derecho privado o que coloquen al contratante de la
administración pública en una situación de subordinación respecto de ésta». 
En las nociones jurisprudenciales tenemos que, la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia señala que los contratos administrativos
son los “negocios jurídicos por los que la Administración encomienda a otra
persona la explotación de un determinado servicio (concesión de servicio
público), mediante una remuneración pactada, la cual puede ser fija o
determinada por los resultados financieros o por cualquier otra modalidad
(...)”.

Clases de contratos administrativos

Entre los contratos que celebra la Administración cabe distinguir:


1. Los contratos interadministrativos.
Ante todo, conviene referirnos a los contratos que pueden celebrarse entre
dos o más entidades administrativas, a saber: dos o más Municipios entre sí,
dos o más Estados entre sí, el Gobierno Nacional con gobiernos estadales, o
un instituto oficial autónomo con alguna de las administraciones
mencionadas. Estos son los llamados contratos interadministrativo, los
cuales son generalmente admitidos, aun por los autores opuestos a los
contratos de la administración, por cuanto consideran que en aquellos
contratos no está ausente la igualdad de las partes, por cuanto todos los
contratantes en mayor o menor grado están investidos de las prerrogativas
del poder publico
2. Los contratos celebrados entre la Administración y los administrados.
La administración celebra otros contratos, los más numerosos, a
saber: los convenios entre l administración y los administrados, es
decir, los convenios entre una entidad administrativa y un particular o
empresa privada. Estos contratos, conforme a la doctrina dominante
en Francia, España, Bélgica y países hispanoamericanos, se dividen
en dos grandes categorías: contratos administrativos y contratos de
derecho privado.
3. Los conciertos de la administración.
Los expositores españoles García de Enterría y Fernández añaden los
conciertos de administración. Estos últimos, según los autores
mencionados, constituyen acuerdos sobre la medida de una
obligación o de una ventaja, típica de una sumisión jurídico-pública
previamente establecida entre la administración y la persona con que
ella conviene. Así como por ejemplo, el arreglo amigable contemplado
en la ley de expropiación por causa de utilidad pública o social,
mediante el cual el propietario de la cosa cuya expropiación ha sido
decretado imperativamente por la autoridad, se adhiere a la
expropiación, y llega a un acuerdo con el expropiante sobre el
nombramiento de peritos avaluadores
Elementos de los contratos administrativos:
1. las partes
Desde luego que una primera condición exigida para que un contrato sea
administrativo consiste en que una de las partes, al menos, sea una persona
pública estatal: entre nosotros, la república, un estado, un municipio, un
instituto autónomo, una empresa del estado sujeta a régimen de derecho
público. Un contrato celebrado entre particulares no podría jamás ser
considerado como una contrato administrativo. No quedaría cumplida esa
primera condición por el hecho de que unos de los contratantes fuese una
empresa concesionaria de servicios públicos, o una empresa del estado
sujeta a un régimen de derecho probado, o una persona pública no estatal.

2. El objeto del contrato


La opinión más generalizaba sustenta que el criterio fundamental para
reconocer el contrato administrativo es el que reposa sobre el criterio del
servicio público como objeto del contrato. Es necesario que el contrato
celebrado por la administración tenga por objeto la organización o
funcionamiento de un servicio público o de alguna actividad de interés
general, o bien que en alguna forma se desprenda del contrato que este
tiene por objeto ejecutar un servicio público a dar satisfacción a un interés
general. Dicho en otras palabras, para que un contrato celebrado por la
administración pueda ser calificado como administrativo, es necesario que
guarde relación con una actividad de servicio público o de utilidad pública.

4. Las clausulas
Un sector muy importante de la doctrina extranjera atribuye un valor
decisivo a la inserción en el contrato, de cláusulas especiales,
derogatorias del derecho común. En Francia, la jurisprudencia en
numerosas ocasiones y parte de la doctrina, han considerado que no
es sufriente para que el contrato sea administrativo, que tenga por
objeto o finalidad una actividad de servicio público o de interés
general, si las partes no han manifestado en el texto mismo del
contrato su voluntad de sustraerse al derecho común mediante la
inserción de cláusulas que le sean contrarias. Estas cláusulas se
llaman ordinariamente clausulas exorbitantes, por estar fuera de la
órbita del derecho común

4. La duración
Si se toma en cuenta como criterio fundamental para calificar el
contrato administrativo su conexión con un objeto de servicio público,
es preciso añadir una circunstancia: la de que el contratista se
convierta en un colaborador del servicio público, esto es, que se
comprometa frente a la administración a hacer funcionar un servicio
público, a realizar una obra o suministrar una prestación destinada a
ayudar a la administración a hacer funcionar el servicio, o la actividad
de interés general, según conceptos tradicionales en la jurisprudencia
francesa, todo contrato administrativo debe comportar un mínimo de
participación en el servicio

.Formalidades previas del contrato administrativo.

Las formalidades previas del acto de otorgamiento de un contrato de la


administración pueden consistir, ya en una autorización presupuestaria, ya
en una autorización para contratar, o, en fin, en un voto consultivo.

 Autorización presupuestaria: En los contratos que originan deudas


de sumas de dinero, a cargo del patrimonio nacional, de los Estados o
de los Municipios, se requiere la existencia de una partida
presupuestaria o de un crédito adicional para cubrir el gasto. En lo
nacional, conforme al artículo 314 de la Constitución, no se hará
ningún tipo de gasto que no haya sido previsto en la Ley de
Presupuesto. Solo podrán decretarse créditos adicionales al
presupuesto para gastos necesarios no previstos o cuyas partidas
resulten insuficientes, siempre que el Tesoro Nacional cuente con
recursos para atender la respectiva erogación; a este efecto, se
requerirá previamente el voto favorable del Consejo de Ministros y la
autorización de la Asamblea Nacional o , en su defecto, de la
Comisión Delegada. Análogas normas rigen en los Estado y en los
Municipios.
 Autorización para contratar: Para la conclusión de algunos
contratos, es necesario que el órgano competente para su
otorgamiento haya sido autorizado por otro órgano del Estado. En
sentido general, la autorización es un acto o decisión emanada de un
órgano del Estado que hablita a una persona o autoridad para ejercer
un poder jurídico o derecho preexistente.
La autorización para contratar debe ser distinguida de la decisión de
contratar emanada de asambleas u órganos colegiados que tiene por
objeto obligar al respectivo órgano de ejecución y no solamente
facultarlo.
A diferencia de la decisión de contratar, la autorización no obliga a la
autoridad competente a celebrar el contrato, a llevar a cabo la
operación. La autorización confiere una facultad a la autoridad
administrativa, que está libre de ejercer o no ejercer.
 La decisión de contratar: La decisión de contratar consiste en la
intervención administrativa anterior al otorgamiento de un contrato, la
cual tiene por efecto obligar al órgano ejecutivo a su celebración, y no
solo facultarlo para ello. En efecto, en algunas personas publicas
estadales existe un órgano deliberante y un órgano d ejecución,
calificado este último para otorgar, a nombre de la respectiva entidad
estatal, los contratos de la administración, pero que al actuar, en tal
forma, cumple su obligación de hacer efectiva la decisión del primero.
 Los votos consultivos
En algunos casos, la autoridad calificada para la celebración de los
contratos de la administración está en la obligación de solicitar y
obtener previamente la opinión de otro órgano de esta. Cuando la ley
impone el cumplimiento de este trámite, el requerimiento y la
consideración del dictamen emitido son elementos necesarios del
procedimiento de formación del contrato; la omisión de uno u otra
constituye vicio de legitimidad. El parecer emitido es, en unas
situaciones, vinculante, en otras, no lo es. Se entiende por parecer
vinculante aquel al cual en virtud de disposición legal, debe
conformarse la administración activa: si se trata de un dictamen
vinculante, la opinión desfavorable del órgano consultivo impide la
celebración del contrato proyectado

Formalidades posteriores del contrato administrativo.


Ciertos contratos de la administración no pueden ponerse en ejecución
sino después aprobados por un órgano del estado distinto de la autoridad
contratante. La aprobación, lo mismo que la autorización, contiene una
apreciación discrecional acerca de la conveniencia del contrato. Pero la
autorización es anterior al otorgamiento del contrato. Pero la autorización es
anterior al otorgamiento del contrato, en tanto que la aprobación es posterior
a él
 Significación jurídica de la aprobación de un contrato
Acerca de la significación jurídica del acto aprobatorio de un
contrato de la administración se han emitido dos opiniones, a
saber:
1. Para algunos autores, cuando la constitución o la ley exigen
la aprobación del contrato, sin esta, el contrato carece de
existencia. Es la opinión sustentada por Gaston Jeze: En
ausencia de la aprobación el contrato no existe. No hay
situación contractual. Las relaciones jurídicas que pueden
existir entre la comuna y el candidato contratante no son de
naturaleza contractual.
2. Una segunda opinión considera que la aprobación es una
condición suspensiva de la ejecución del contrato; pero que
este ya existe desde el propio momento de su otorgamiento.
Según esta opinión, la aprobación es solo un requisito
necesario para la ejecutividad: contiene un apreciación
acerca de la conveniencia de un contrato ya formado,
dirigida a decidir si debe o no ser ejecutado
 Aprobación legislativa
Según la constitución, los contratos de interés nacional requiere
aprobación de la asamblea nacional. Por otra parte, según
antes expusimos, las operaciones de crédito publico y las
concesiones de recursos naturales, los cuales entran en la
categoría de los contratos de interés nacional, requiere
autorización legislativa y por lo tanto están exentas del requisito
ulterior de la aprobación. El requisito de la aprobación
legislativa está consagrado al comienzo del artículo 150 de la
constitución y el penúltimo aparte de ese mismo artículo. Esta
materia exige un desarrollo extenso, y por ello, le dedicaremos
el capítulo siguiente.
 Aprobación no legislativa
El acto de aprobación de un contrato de la administración
puede ser encomendado por el ordenamiento jurídico a
órganos no legislativos.

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