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La importancia del aprendizaje basado en proyectos y el aprendizaje basado

en problemas.

Pareciera ser que enseñar una currícula es lo más importante que el docente debe

hacer. Sin embargo, como plantea Tobón (2014), en la actualidad la educación

debe pretender no solo enseñar contenidos temáticos sino formar ciudadanos

integrales. Para lograr esto, plantea que se deben enseñar de forma transversal

las siguientes competencias: proyecto ético, emprendimiento, trabajo colaborativo,

gestión del conocimiento, desarrollo sustentable y comunicación bilingüe.

Lo planteado por Tobón se enlaza con la propia visión de Ausubel sobre qué

entiende por aprendizaje ya que éste plantea que el aprendizaje tiene lugar

cuando las personas interactúan con su entorno tratando de dar sentido al mundo

que perciben. Este aprendizaje entonces se logra gracias a que en esta

interacción se construyen representaciones personales significativas y que poseen

un sentido de un objeto, situación o representación de la realidad (Rivera, 2004).

Es decir, que los alumnos aprendan significativamente es parte de un proceso

constante en la vida de una persona y no se limita al aula.

Por esto, Tobón (2014) plantea la idea de formar ciudadanos integrales a través

de las competencias mencionadas. Ya que si los estudiantes las adquieren, serán

herramientas que utilicen toda la vida y no solo les servirá a ellos como individuos

sino que tendrá un impacto positivo en la sociedad. Además de que a través de

estas competencias podrán aprender significativamente los contenidos

curriculares.

Los docentes entonces tienen que preparar estudiantes que sean capaces de

investigar, de saber dónde se obtiene conocimiento confiable, que comprendan


ese conocimiento, que lo interpreten, lo critiquen, lo mejoren y además, lo apliquen

para poder resolver problemas del contexto. Es decir, la enseñanza debe ser

orientada entonces hacia contextos significativos en los que se apliquen proyectos

con un sentido social que resuelvan problemas reales.

Es aquí donde radica la importancia del aprendizaje basado en proyectos y el

aprendizaje basado en problemas, ya que son dos técnicas de aprendizaje que

permiten que los estudiantes logren adquirir las competencias propuestas por

Tobón (2014) para generar ciudades integrales, con actitud crítica y ética,

orientados a la resolución de problemas de su contexto con un sentido social.

El aprendizaje basado en proyectos (ABP) parte de una pregunta concreta, que

pretende estar ligada a resolver una problemática contextual significativa para los

estudiantes, que ellos deben intentar resolver mediante la construcción de un

proyecto (Botella y Ramos, 2019).

En esta modalidad de enseñanza, según García-Varcálcel y Basillotta (2017, en

Botella y Ramos, 2019), se pretende obtener un producto final, en donde el

alumnado participa en la estructuración del proyecto y desarrolla estrategias de

investigación.

Además, una característica importante del ABP es que pretende resolver un

problema de aplicación práctica (es decir, que está orientado a la acción), más allá

del aula de clases. Lo que normalmente mantiene altamente motivados a los

estudiantes (Martí, Heydrich, Rojas y Hernández, 2010).

También el ABP debe ser reconocido como un proceso que puede verse

modificado por el contexto. Es decir, que implica la revisión activa y crítica por

parte del docente y del alumno (Botella y Ramos, 2019).


Otra de las ventajas de los ABP es que te permite trabajar de forma

interdisciplinaria (Tobón, 2014).

Por otro lado, el aprendizaje basado en problemas es una técnica en la que, a

diferencia del ABP, se enfoca solo en solucionar un problema en particular. Sin

embargo, también resulta ser una herramienta útil para que los estudiantes

puedan desarrollar habilidades de solución y adquirir conocimientos específicos de

forma colaborativa (Gil-Galván, 2018).

El aprendizaje basado en problemas presenta un problema inicial afín al contexto

y de relevancia social para el alumno, en donde se busca que el estudiantado sea

creativo en la búsqueda de soluciones o en la interpretación de la situación objeto

de estudio. Finalmente este tipo de técnica pretende que se adquieran

conocimientos a la par de que se desarrollen habilidades generales y actitudes

útiles para el ámbito profesional como la autorregulación del aprendizaje, el trabajo

colaborativo, la comunicación, entre otras (Gil-Galván, 2018; Tapia, 2020).

Como se puede observar, ambos, el aprendizaje basado en problemas y el

aprendizaje basado en proyectos buscan que se adquieran conocimientos pero

también se desarrollen competencias que servirán no solo para la vida profesional

sino para la vida en general.

Además, ambos tipos de aprendizaje debieran cumplir en la práctica con los

indicadores que menciona Tobón (2014) para autoevaluar la práctica docente:

sensibilización, comunicación asertiva, conceptualización, resolución de

problemas, fortalecimiento de valores, trabajo colaborativo, creatividad,

metacognición y gestión de recursos.


Por ejemplo, ambos tipos de aprendizaje estimulan la metacognición, ya que crear

un proyecto o resolver un problema no solo implica saber de ciertos temas sino

también de usar métodos de resolución para alcanzar metas.

Finalmente, es importante resaltar que con respecto a las secuencias didácticas,

este tipo de aprendizajes son excelentes estrategias de aprendizaje que pueden

ser implementadas en la etapa del desarrollo (Tapia, 2020).

En conclusión, el aprendizaje basado en proyectos y el aprendizaje basado en

problemas resultan técnicas que permiten que los estudiantes no solo aprendan

conocimientos sino que desarrollen habilidades que les permitan ser ciudadanos

integrales, capaces emprender, y de resolver a problemáticas sociales con un alto

sentido ético; que a su vez, generará mejores sociedades.

Fuentes de consulta

Botella, A. y Ramos, P. (2019) Investigación-acción y aprendizaje basado en proyectos.

Una revisión bibliográfica. Perfiles educativos, 41(163), 127-141. Recuperado en 19 de

octubre de 2020, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-

26982019000100127&lng=es&tlng=es.

Gil-Galván, R. (2018). El uso del aprendizaje basado en problemas en la

enseñanza universitaria. Análisis de las competencias adquiridas y su

impacto. Revista mexicana de investigación educativa, 23(76), 73-93. Recuperado

en 19 de octubre de 2020, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?

script=sci_arttext&pid=S1405-66662018000100073&lng=es&tlng=es.

Martí, J., Heydrich, M., Rojas, M. y Hernández, A. (2010) Aprendizaje basado en

proyectos: una experiencia de innovación docente. Revista Universidad EAFIT, 46


(158), 11-21. Recuperado en 19 de octubre de 2020

https://www.redalyc.org/pdf/215/21520993002.pdf

Rivera, J. (2004). El aprendizaje significativo y la evaluación de aprendizajes.

Revista de Investigación Educativa, 8 (14), 47-52.

Tapia, R. [Formación Docente UAEM] (19, octubre, 2020). La secuencia didáctica:

Fase del desarrollo. [Archivo de video]. Recuperado de

https://www.youtube.com/watch?v=SF5F7GNEt9Y&feature=emb_title

Tobón, S. [Fundación Telefónica Movistar México] (16, junio, 2014). Las

competencias del futuro (conferencia completa) [Archivo de video]. Recuperado de

https://www.youtube.com/watch?v=H1cHdZHXtOs&feature=emb_title

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