0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
9 vistas13 páginas
El documento narra los eventos después de que Itachi se sacrifica para proteger a Sarada de Madara. Sasuke logra hacer que Sarada recupere el control sobre su oscuridad a través del amor que siente por su familia. Itachi resulta gravemente herido y es llevado para recibir atención médica. Más tarde, Shikadai cuida de Sarada después de que se desmaya por agotamiento.
El documento narra los eventos después de que Itachi se sacrifica para proteger a Sarada de Madara. Sasuke logra hacer que Sarada recupere el control sobre su oscuridad a través del amor que siente por su familia. Itachi resulta gravemente herido y es llevado para recibir atención médica. Más tarde, Shikadai cuida de Sarada después de que se desmaya por agotamiento.
El documento narra los eventos después de que Itachi se sacrifica para proteger a Sarada de Madara. Sasuke logra hacer que Sarada recupere el control sobre su oscuridad a través del amor que siente por su familia. Itachi resulta gravemente herido y es llevado para recibir atención médica. Más tarde, Shikadai cuida de Sarada después de que se desmaya por agotamiento.
..(Sarada) Al reconocer quién es, me tapo la boca para contener los sollozos; aunque las lágrimas no tardan en aparecer. ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste? No tenías razón para ello. No lo entiendo. ¿De verdad había la necesidad de que te sacrificaras por mí? No debiste…no debiste. -Tío Itachi… -Estoy bien…no te preocupes…por mí…-Lentamente, Madara retira su mano del abdomen de mi tío, quien cae de rodillas, mientras que su sangre va fluyendo poco a poco por todo el suelo. No sé cómo reaccionar. Estoy tan asustada. -Qué inútil eres al sacrificar tu vida por una carga como tu sobrina.-Madara patea su cuerpo haciéndolo a un lado.-¿No te das cuenta de que no vale la pena? Es idéntica a tu hermano; ambos inservibles y fáciles de dominar. Debiste unirte a mí cuando tuviste la oportunidad para no encontrarte en una situación tan complicada como esta. -Tu oscuridad…no ganará…-Está hablando. ¿Cómo es posible? ¿Aun en su estado tiene la fuerza suficiente para ello? -¿Por qué estás tan seguro de ello? -Sé que…Sarada y…sus amigos…te…van a derrotar.-El tipejo se ríe con malicia. -Sí que les tienes mucha fe. Ninguno podrá vencerme, son solo niños, al fin y al cabo. Todavía les queda mucho camino para llegar a igualar mi poder.-Chasquea los dedos.-Además, hay una de ellos que está controlada por mí.-La marca vuelve a expandirse. Me tomo el hombro y me apoyo en una de mis rodillas. Mi respiración está agitada. No me queda fuerza para detener la oscuridad. -No te…rindas. Todavía…no es tarde para…que domines la…oscuridad de…los Uchiha. Tú puedes…ganar…no lo…dudes. -Es demasiado tarde para ello. Su cuerpo ya está completamente cubierto de mi esencia, por ende, es impensable que sea capaz de lograr algo.-Trato de controlarme para que lo más oscuro que habita en mí no se expanda; pero es difícil. De repente, siento que una mano acaricia mi cabeza. -Itachi tiene razón, no te debes rendir.-Volteo con la poca voluntad que me queda y mis ojos se abren como platos. -Papá… -No puede ser…-Madara tiene la misma reacción que yo. -¿Se te había olvidado que seguía aquí? -Creí que… -¿Seguía inconsciente? Fue un pequeño truco para engañar al enemigo, aunque también por eso, permití que mi hermano fuera herido. Debía haber hecho algo.- Papá aprieta su puño. -Aunque…lo hubieses intentado…no habrías…cambiado mucho la…situación Sasuke…yo siempre he sido…más veloz que tú y…apenas y logré…meterme a tiempo entre…Madara y Sarada…para protegerla…de no…ser así…ella ya estaría muerta… -Qué momento tan bello. Voy a llorar.-Madara tuerce los ojos.-Mejor nos divertimos un poco ya que Sarada ha vuelto a estar bajo mi mandato.- Me está ganando de nuevo. Ya no puedo, controlarlo más. ..(Sasuke) Mi hija se descontrola. Kuso, todavía le cuesta manejar su oscuridad, y si Shikadai no está cerca, es muy difícil hacerla volver en sí. ¿Qué hago? Algo se me tiene que ocurrir. -Llegó la hora de que esto se ponga interesante. ¡Muéstrame todo tu potencial Sarada!-Retira mi mano de ella y con su antebrazo me arrincona contra un árbol ejerciendo presión sobre mi cuello. Tiene una gran fuerza. La intento empujar; pero me supera. -¡Raikiri!-Trata de penetrarme con su ataque en el corazón, y con el poco poder que me queda, agarro su muñeca para evitarlo. -A pesar de que su mente y cuerpo están controlados por mí, la sigues viendo como tu pequeña y dulce hija a la que eres incapaz de ponerle un dedo encima, ¿verdad? Es por eso por lo que es divertido utilizarla para dejarte vulnerable. -Sí que te…gusta…jugar sucio. -¿Y a quién no?-Suelta una carcajada. Se nota que lo está disfrutando, siempre ha sido así desde que lo conozco. En el pasado cuando luchábamos contra los lobos, no se conformaba con asesinar, sino también torturar. -No te…saldrás con la…tuya… -¿No consideras que ya lo hice?-Kuso, no me queda otra opción más que pelear. Gomen Sarada, en serio no quiero hacer esto. Le doy una patada en una pierna para hacerla retroceder y liberarme. Le entierro las uñas en los brazos y grita de dolor. Intenta soltarse; pero no consigue mucho. -Sarada, mírame. Lucha contra tu oscuridad, sé que todavía hay algo de luz despierta dentro de ti, y esa es la que no te permite hacerle daño a los que más quieres. Recuerda que ellos sienten lo mismo por ti y además te apoyan, y si tienen que herirte para que recobres la conciencia, lo harán, porque eres una parte fundamental de sus vidas.-Se detiene y su expresión llena de odio cambia a sorpresa. -¡No lo escuches Sarada! ¡Obedece a tu amo!-Madara le grita desesperado. Parece que conoce el punto débil del sello. -Tu madre y yo te vamos a cuidar siempre, no importa los años que tengas, y lo haremos porque te amamos y fuiste la que complementó nuestro existir. Sé que muchas veces soy muy frío contigo; pero es que me cuesta expresar lo que siento. Aun así, eso no me impide decirte que eres mi más grande tesoro. Siempre trato de esforzarme para dar lo mejor de mí y que te sientas orgullosa de decir que eres la hija de Uchiha Sasuke. Por favor, te suplico que vuelvas en ti, puedes hacerlo y lo sabes. -Papá…-La marca se contrae al tiempo que se deshace completamente. -Con un demonio. De momento tendré que irme, no me queda de otra. Más adelante volveremos a encontrarnos, es seguro.-Madara desaparece con el viento. Mi pequeña me mira con una sonrisa. -¿Es cierto todo lo que dijiste? -Claro que es cierto mi niña, nunca podría mentirte con algo como eso.-Nos abrazamos y me pongo a llorar como un bebé. Es lindo estar así los dos, hasta que escuchamos la tos de Itachi y volvemos a poner los pies sobre la tierra. Nos acercamos a él y ubico mis manos sobre la zona afectada para intentar detener el sangrado mientras alguien más llega. Es fijo que, si intento cargarlo en este momento, morirá en el camino. -Aguanta tío, tú puedes.-Siento una mano en mi hombro. Volteo estupefacto. -Gaara… -Descuida, Temari, Tenten y yo nos haremos cargo, ¿de acuerdo? -¿No están muy heridos? -Eso es lo de menos. Todavía podemos movernos. Quien realmente necesita un descanso eres tú Sasuke.-De repente, aparece Shizune con una camilla. -No se preocupe lord Sasuke, el equipo médico hará su mayor esfuerzo por salvarlo.-Levantan a mi hermano con cuidado. -Arigato Shizune.-La mujer me mira sonriente y hace una pequeña reverencia. -No tiene que agradecerme lord Sasuke. Este es mi trabajo después de todo.-Se retira con Itachi y los demás que apenas y pueden andar. Se apoyan entre los tres para no desmayarse. Una vez más, vuelvo a soltar las lágrimas. -El tío Itachi se pondrá bien, no te preocupes papá. -Lo sé hija, lo sé. -¡Sasuke! ¡Sarada!-Veo cómo mi esposa llega corriendo hacia nosotros y nos toma entre sus brazos a lo que mi hija y yo le correspondemos.-Menos mal que están bien.-Se le quebranta la voz debido al llanto.-Tenía tanto miedo de perderlos.- Acaricio su cabello. -Estamos bien cariño, ya no tienes que estar asustada. Aún no pensamos dejarte sola en este mundo.-La aferro más a mí para luego besarla como hace tiempos no lo hacía. -Por alguna extraña razón, que hagan eso ya no me da tanto asco.-Nos separamos y enfocamos la vista en nuestra pequeña. ..(Sakura) No puedo evitar soltar una risita por el comentario de Sarada. Le doy un leve codazo en el brazo con picardía. -¿No será porque ya encontraste al amor de tu vida?-Sus cachetes se ruborizan y busca mirar en otra dirección. -¿Cómo se te ocurre eso mamá? Claro que no. No existe nadie que me interese de esa manera. -¿No es así? ¿Entonces cuál es la situación con Shikadai?-Sus nervios aumentan. -Yo…etto… -¡Lo sabía! ¡Eres mala para disimular tus sentimientos mi niña! -Ya déjala en paz. No hay necesidad de que la abochornes más. -¿Por qué no? Es tan divertido. -Sakura.-Dice mi marido a modo de reproche. -Está bien ya entendí.-Mi hija pierde el conocimiento y se desploma; sin embargo, es atrapada por su príncipe azul antes de tocar el suelo. Me sorprende lo rápido que llegó. Es muy digno de ser llamado el hijo de Temari. Su respiración se oye agitada; pero por lo menos está en mejores condiciones que Sarada. Levanta la mirada. -No se preocupen. Desde aquí yo me puedo hacer cargo de ella.-Sonríe y la carga entre sus brazos.-Se ve que se esforzó de más.-Se la lleva. Suspiro y mi marido me abraza por la cintura. -Sí que es un buen muchacho. Temari y Shikamaru supieron educarlo. -Sí, así es. Es el chico que estábamos buscando para nuestra hija.-Veo cómo se rasca la cabeza incómodo. -Pues...no creo que todavía tenga que decirle yerno, ¿o sí?-Me río. -No seas tan sobreprotector con Sarada. Ya sabíamos que algún día esos dos serían algo más que amigos. Al fin y al cabo, se gustaron desde que se conocieron. Ambos siendo tan tímidos, sin saber cómo acercarse al otro. -Es verdad, siempre les ha dado miedo abrirse con los demás; pero poco a poco han mejorado. -Aún recuerdo cuando los presentamos, ella se escondió detrás de mí y él detrás de Temari. Es increíble el vínculo tan fuerte que han logrado formar. -Es igual al que tenemos tú y yo.-Nos miramos fijamente y esbozamos una sonrisa para finalmente, entrar en el hospital para que nos digan cómo siguen Itachi y Sarada. … ..(Shikadai) No sé cuánto tiempo ha pasado desde que entré con ella y los médicos la atendieron de inmediato. Me dijeron que su estado no es tan grave y que probablemente despierte pronto. A pesar de tener un montón de heridas profundas, dio todo lo que tenía para encarar a Madara de nuevo. No hay un día en el que no me sorprenda de su tenacidad. Es muy fuerte, incluso mil veces más que yo. Alguien llama a la puerta. Ya sé quién es. Ese olor es fácil de reconocer. -¿Se puede?-Lentamente abre la puerta. Efectivamente, es Jun. -Claro, pasa.-Le sonrío de lado. Entra y cierra detrás de sí sin hacer mucho ruido. Toma asiento a mi lado y suspira con pesadez. -¿Cómo sigue?-Pregunta sin quitar la vista de encima de Sarada. -Sus heridas se están cerrando y sanando más rápido de lo esperado. Aun así, es probable que demore un par de días. No es que se hubiese enfrentado a cualquier sujeto. -En eso sí tienes razón. Sí que es fuerte para sobrevivir a todo el daño que ese imbécil le causó tanto a su cuerpo como a su mente.-Veo cómo contempla cada cable que conecta la máquina a su cuerpo y el silencio vuelve a hacer presencia en la habitación. Duramos así un buen rato, hasta que me atrevo a voltear a ver a mi prima y lágrimas van rodando una a una por sus mejillas. -Jun, ¿estás bien?-Agacha la cabeza intentando ocultar sus sollozos. -Shikadai, respóndeme una cosa. ¿Por qué tenemos que ser tan débiles?-Levanta la mirada y sus ojos azules se hacen más claros de lo normal. Realmente no sé qué contestarle y mi cuerpo se queda inmóvil. Verla así me genera un nudo en el estómago y la garganta. -¿Por qué preguntas eso?-Es lo único que sale de mi boca. -Porque a pesar de todo lo que hemos trabajado por mejorar, es como si siguiéramos estancados en el mismo punto. Hace tiempo que no me sentía tan vulnerable.-Sin pensarlo, la abrazo y ella se limita a esconder su rostro en mi hombro. -Descuida, no eres la única que se siente así. Todos lo estamos, hasta nuestros padres. Ninguno sabe qué hacer para enfrentar esta situación a tal grado que a veces dudamos de si todavía queda una esperanza para cambiar el rumbo de nuestro futuro. -Odio no ser capaz de darle un giro a esto y ponerlo a nuestro favor. -Opino igual. Es como si solo anduviéramos dando vueltas en un bucle sin encontrar una salida.-Acaricio su cabello. Cada día las cosas se salen más de control. No sé cómo acabará esto. Lo único que pido es que nadie muera al final. Una vez más, hay otra esencia al otro lado de la puerta. -Puedes entrar Boruto.-El rubio abre despacio y mi prima se separa de mí para verlo a él. -No interrumpo nada, ¿verdad? -No, descuida.-La voz de Jun se oye apagada. Tanta es su desesperación que hasta la histeria se le ha ido. Boruto se acerca y se sienta junto a ella. -De hecho, venía a decirles que ya lograron estabilizar a Itachi. De suerte, tenían bolsas de sangre que ayudaron a recuperar la que había perdido.-Exclama mientras va limpiando una a una las lágrimas de mi prima. -Eso es bueno. Cuando Sarada despierte, de seguro estará contenta. -Claro que lo estará. Es de la vida de su tío de la que estamos hablando después de todo.-Jun se para. -Arigato primo.-¿Qué pasó aquí? ¿En serio me está agradeciendo?-Creo que necesitaba soltar todas estas emociones que me estaban ahogando. -Espera, ¿no te molesta que lo haya visto?-Se ríe. -Para nada. Además, no es la primera vez.-Le da un beso en la mejilla a mi amigo, quien se pone rojo cual tomate y definitivamente quedó sin habla. Tartamudea tratando de buscar las palabras adecuadas mientras que yo sigo con la boca abierta. -¿Qué…qué fue eso?-La voltea a mirar confundido. A lo que ella sonríe. -Te lo ganaste por ser tan especial conmigo.-Se retira del cuarto. Sigo estupefacto por lo que mis ojos acaban de ver. ¿Desde cuándo Jun se comporta tan dulce? Boruto enfoca su vista en mí. -¿Eso fue un sueño o realmente pasó? -Realmente pasó. -Discúlpame un momento.-Se levanta y se dirige a la pequeña terraza y pega un grito de emoción que creo que se escuchó hasta el otro lado del mundo. Menos mal lo hizo afuera y no al lado de Sarada, sino probablemente la hubiera despertado del susto y tendría un chichón en su cabeza. Me limito a suspirar y una vez que veo que su cuerpo se relaja, me acerco y me pongo a su lado apoyando mis antebrazos sobre la baranda de la pequeña azotea a lo que él me imita. -Jamás esperé que mi prima hiciera algo como eso. -Yo tampoco la verdad. Me dejó sorprendido; pero no puedo decir que no me gustó. Me sentí en las nubes.-Se acaricia el cachete con suavidad, cerrando los ojos y sonriendo como un idiota enamorado. -Bueno, al menos ya tienes más certeza de que lo que sientes por ella es recíproco.- Suelta una carcajada y me abraza por el hombro. -Viejo, siempre supe que ella sentía lo mismo.-Enarco una ceja. -¿Cómo que siempre? Antes, cada vez que te veía no te soportaba y te mandaba al carajo de un puñetazo o una patada.-Su mirada pasa de ser burlesca a una más seria. -Estoy seguro de que esa era su forma de mostrarme lo que sentía, ya que no encontraba otro modo de expresarlo. Siempre le ha costado sacar a la luz su lado sensible, porque cree que si lo hace puede salir lastimada, y eso le causa temor. -¿En serio? No me había dado cuenta. -Obviamente no, porque eres igual a ella en ese sentido. Lo único que los diferencia es que tú no reaccionas con violencia, sino que huyes y te escondes en algún lugar donde crees que nadie podrá encontrarte ni conocer lo que hay más allá de lo que muestras. -Puede que tengas razón. De todos modos, aún me sorprende lo mucho que la has ayudado a tomar el riesgo de confiarle su corazón a los demás. -No tienes idea de lo que me ha costado.-Suspiro. -¿Qué fue lo que te hizo enamorarte de ella? -Es complicado. Admito que cuando la conocí, físicamente no es que me hubiese atraído, hasta cuando un día, sus ojos y los míos se encontraron, y al verlos, supe que había algo que quería descubrir de ella. Por eso, decidí comportarme más idiota de lo normal para ver si existía la posibilidad de encontrar aquello que la hacía tan diferente, a tal punto que hasta la espié. -¿La espiaste? ¿Cómo hiciste para que no se diera cuenta de que lo hacías? -Créeme, en todas las ocasiones se dio cuenta y en cada una de ellas me mandó a volar. Su olfato es demasiado bueno como para engañarla. Aun así, seguí yendo detrás de ella y pude ver por unos segundos, sus ojos llenos de melancolía, los cuales nunca quiso mostrarle a nadie para que no la etiquetaran de débil. -¿Cómo sabes que no quería ser vista como alguien débil? -Ella misma me lo dijo cuando supo que no tenía otra opción porque sabía que no la dejaría en paz. Luego, con el tiempo, y al conocer su historia, me empecé a enamorar de ella sin medida y tenía el deseo de querer conocerla cada día más. -Ya veo. Es una bonita historia. Me alegra que se haya fijado en ti y no en otro.-Se separa un poco de mí y me mira con duda. -¿Qué quieres decir? -Pues que tú eres el único que la conoce mejor que nadie, incluso que sus padres. Por ello, eres digno de tenerla a tu lado. A pesar de que ambos son polos opuestos, no me cabe duda de que en todo momento la harás feliz, dándole tu amor incondicional y sacándole una sonrisa hasta en los momentos de crisis. -Al menos con esas palabras, sé que no tienes el deseo de asesinarme por meterme con tu prima en ese sentido.-Nos reímos por unos segundos. -¿Me prometes que siempre cuidarás de ella y que nunca la dejarás sola?-Alza su mano izquierda como si fuese a decir un juramento y la derecha se la pone en su pecho. -Te doy mi palabra.-Sonríe de oreja a oreja.-Jun es muy importante para mí, por eso es que no puedo ni quiero hacerle daño. Ya tiene suficiente con el manejo de sus emociones y el conflicto con Madara. -Es verdad. -¿Shikadai?-Escucho esa frágil voz. Ambos volteamos a ver hacia la camilla donde finalmente Sarada ha despertado. Se rasca un ojo para quitarse la pereza. Entramos de nuevo y nos sentamos frente a ella. -Qué alivio que estés despierta. Nos tenías preocupados. ¿Cómo te sientes? -Un poco adolorida; pero viva por lo menos. Me alegra darme cuenta de que Madara no los dejó en peores condiciones a las que ya estaban. -En definitiva estamos mejor que tú.-Exclama Boruto riéndose, a lo que Sarada y yo le seguimos el juego. -Por cierto, ¿los médicos han dicho algo sobre mi tío Itachi? -No te preocupes por él, está vivo. Ya lograron estabilizarlo.-Ella suspira. -Menos mal. Jamás me habría perdonado si se hubiera muerto por culpa mía.-Tomo su mano. -Nada de lo que pasó es culpa tuya. Además, él se sacrificó porque te ama y no quería ver a tu hermano sufrir si no sobrevivías al ataque del tipejo ese. -De todos modos, no quería perderlo. Aún no me siento lista para dejar ir a un ser querido que me ha acompañado desde que nací.-Boruto se aclara la garganta. -Bueno, yo me retiro. Imagino que tienen mucho de qué hablar ustedes dos.- Desaparece de nuestras vistas cual rayo. -Ese baka nunca cambiará, ¿verdad? -Espero que no, porque nadie nos hace reír más que él. -Coincido contigo.-Nos reímos por unos segundos y resurge el silencio. Su mirada se torna seria. -Otra vez no supe controlar mi oscuridad y por poco asesino a mi padre. Quisiera ser más fuerte a veces. -Escucha, eres una de las mujeres más fuertes que conozco. Has logrado evolucionar a una gran escala tu poder a pesar de no ser un vampiro completo. Aparte, lograste que el sello desapareciera.-Le doy un beso en la mano.-Siendo sincero, quisiera poder llegar a ser como tú en ese sentido. -No digas eso. Tú también eres fuerte. Bastante la verdad, a tal punto que cada día me sigues impresionando. No existe nadie que pueda detenerte cuando te propones algo. Eso es lo que te hace especial aparte de tu gran intelecto.-Suspiro. -Sí que eres buena para levantarme el ánimo. Esa es una de las razones por las que te amo tanto.-Me sonríe. -Y yo a ti.-Con mi mano libre toco su mejilla y la beso, dejándome llevar. Duramos así por quién sabe cuánto tiempo, porque en estos momentos es como si el reloj se detuviera. De repente, escucho a alguien que tose, haciéndome volver a la realidad. Al reconocerlo, doy un paso atrás por instinto. Estaba en otro mundo que ni siquiera fui capaz de notar su presencia. -Voy a fingir que no he visto nada.-Trago saliva. Qué miedo. Si las miradas mataran, creo que ya estaría a más de mil metros bajo tierra. -Etto…Sasuke…yo puedo explicárselo.-Me tiembla la voz. -Descuida, no es necesario que lo hagas. Era obvio que tarde o temprano esto tenía que pasar; aunque no esperé tener que presenciarlo.-Enfoca su vista a otra parte con incomodidad. -¿Ocurre algo papá? -Solo quería ver cómo seguías; aunque parece que ya te encuentras mucho mejor. -Arigato. -Y también quería darte las gracias Shikadai. -¿A mí? ¿Por qué?-Ahora mi miedo pasó a ser confusión. -Por haber traído a mi hija hasta acá para ser atendida de inmediato al tiempo que por todo lo que has hecho por ella en estos años. -Oh, no tiene que darme las gracias, esto lo hago porque me nace.-Hago una pequeña reverencia.-Además, su hija significa mucho para mí. -De eso me puedo dar cuenta. Eres de los pocos que anda pendiente de ella en todo momento.-Sonríe de lado. Es la primera vez que le veo esa expresión. Me aclaro la garganta y lo miro directo a los ojos. -Por eso, es que quiero pedirle que me acepte oficialmente como la pareja de Sarada. -Shikadai… -Le prometo que jamás la lastimaré, estaré para ella siempre. La protegeré con mi vida si es necesario, porque la amo y no existe nadie que me haga sentir lo que ella logra generar en mí. Sé que no soy un musculoso que atraiga las miradas; pero le aseguro que amaré a su hija hasta el último día de mi vida, porque es mi mundo y realmente no quiero perderla ni que nada ni nadie nos separe.-Un silencio se forma. No sé cómo reaccionará Sasuke; pero lo único que pido es que no me mate. -Tal parece que Temari hizo un buen trabajo como madre, eso es bueno. Por eso, puedo saber que eres el indicado para cuidar de mi niña una vez que yo me vaya de este mundo.-Me acabo de quedar sin palabras. -Etto… -No pongas esa cara de terror. Si piensas que voy a matarte por haberte metido con mi hija, no te preocupes, ya no tengo eso en mis planes. -Papá, no me digas que en serio estabas pensando eso. -Ya sabes que soy un poco sobreprotector contigo Sarada, y no quiero que ningún idiota te lastime ni mucho menos te haga sufrir. Sin embargo, confío en que Shikadai no lo hará, porque en sus ojos se ve el gran amor que siente por ti y la determinación de nunca dejarte ir. -Eso quiere decir que, ¿no hay problema en que salga con su hija? -Claro que no; pero si te advierto una cosa, si una sola lágrima procedente de algún sentimiento negativo brota de sus ojos, te juro que haré que tu muerte sea lenta y dolorosa hasta que ya no te queden alientos para gritar, ¿entendido?-Sus ojos pasan a ser rojos al tiempo que me penetran y me generan un escalofrío en todo mi cuerpo. Trago saliva. Es sorprendente el modo del que pasa de ser amigable a aterrador. -Hai.-Exclamo cual sargento. -Muy bien. Mejor me voy. Tengo que ver a Itachi.-De repente, Sarada se baja de la cama a tal velocidad que no alcanzo a detenerla. -Espera papá, yo también quiero ver a mi tío.-Sasuke suspira. -No es momento hija. Todavía tus heridas no han sanado por completo. Espera un poco y luego vas a verlo, ¿sí? -No puedo esperar. Tengo que hablar con él; necesito saber en qué estado tan fatídico lo dejó Madara.-El vampiro se agacha frente a ella y revuelve sus cabellos. -Ahora no puedes, tienes que esperar a que todas tus heridas sanen, y eso puede tardar ya que muchas de ellas son profundas y cualquier mal movimiento sería fatal para tu vitalidad. -Tu padre tiene razón. No vayas en contra de lo que es mejor para ti, por favor. No quiero volver a sentir el temor de pensar que estás a punto de morir.-La oigo dar un sonoro suspiro. -De acuerdo, esperaré. Puede que sea lo mejor. -Créeme que lo es pequeña.-Le da un suave beso en la frente.-Si quieres, luego de que lo vea, vengo aquí y te cuento cómo sigue, ¿te parece? -Está bien.-Se retira. -Bueno, una vez más estamos completamente solos.-Abrazo a mi novia oficial por la cintura. Ella solo se ríe. -Ni se te ocurra cometer una locura porque no falta que alguien más entre y arruine el momento. -Tranquila, no haré nada, solo me gustaría saber si, una vez que te recuperes, ¿te gustaría salir conmigo?-Sonrío cual idiota y veo cómo sus cachetes toman un tono rojo carmesí precioso. -¿Es una cita? -Obvio. ¿Qué dices? -Claro.-Chocamos frente con frente. Sin que lo notemos, la puerta se abre y todos nuestros amigos caen en montonera, dejándonos estupefactos. Otra vez nos perdimos de la realidad que no sentimos que ellos estaban ahí. -Carajo. Te dije que esto era mala idea Boruto. Como siempre, eres demasiado terco para escuchar.-Sarada y yo nos miramos confundidos y volvemos a enfocar la vista en ellos. -No me regañes viejo. En primer lugar, no te dije que me acompañaras. -Pero si no me dejaste de otra. Me arrastraste hasta aquí al tiempo que a Jun y a Himawari. -¿¡Quieren callarse de una vez ustedes dos!? ¿¡Acaso no se dan cuenta de que me están aplastando o es que piensan que ninguno pesa!? -Discúlpanos Jun.-Himawari se levanta al instante.-¿Y ustedes qué? ¿Planean asfixiarla? -¡¿Qué rayos pasa contigo Hayabusa?! ¡No tienes ningún derecho de tirarte sobre mi novia! -¡Eres tú quien nos estás aplastando a ella y a mí! ¡Así que tú tienes que ser el primero en quitarte de encima! -¡Yo te lo pedí primero! ¡Muévete!-Con un demonio. Jun está a punto de explotar de la ira. Estos dos van a salir mal parqueados si no se apresuran y se quitan de encima de ella. Me acercaría a ellos; pero ya he vivido la experiencia de enfrentarla cuando se sale de sus cabales, y no se lo recomiendo a nadie. -¡¿Eres idiota o qué?! ¡Si no te mueves tú primero, yo no podré quitarme!-Su cuerpo ya está cambiando. Definitivamente, están muertos. -¡Les dije que se quitaran de encima!-Libera todo su poder y manda a Boruto y a Hayabusa a volar. Himawari va a ver cómo está su chico. -Eso debió doler.-Decimos Sarada y yo al tiempo. Luego de eso, Jun vuelve a la normalidad. Vaya, ha aprendido a controlarse un poco. -Les dije que se quitaran y ninguno hizo caso. Ustedes se lo buscaron. -Jun, ¿no crees que te pasaste un poco de la raya? -Da igual. Agradece que no los maté Himawari. -Por Kami, qué mujer.-Dice el rubio con una sonrisa de oreja a oreja y todavía viendo estrellitas. La Uzumaki ayuda a su novio a pararse. -Por cierto, puede que sea inapropiado; pero alcanzamos a escuchar que estaban planeando salir los dos solos y nos gustaría saber si podíamos acompañarlos para que sea una cita triple. -Etto…bueno…-Me rasco la nuca. -Es una gran idea Himawari. Hagámoslo. -¿Qué?-No puedo creer que ella esté de acuerdo. -¡Genial! ¡Sé que nos vamos a divertir!-Kuso, y yo que quería pasar más tiempo a solas con Sarada. Realmente esto me frustra; pero bueno, parece que a ella no le importa. No tengo más opción que resignarme y aceptar. Puede que en otra ocasión se dé la oportunidad de estar completamente solos los dos. ooooooooOOOOOOOoooooooo Hasta aquí el capítulo. Espero que les haya gustado. Ya sé que me desaparecí hace un buen par de meses y me disculpo. Créanme que apenas y he podido dormir. No es fácil cursar el último año de colegio. La verdad, solo espero que la universidad sea más fácil para poder escribir con más frecuencia. Creo que hay que darles un poco de descanso a nuestros muchachos de tantas peleas, por eso la idea de la cita. ¿Cómo piensan que se lo van a pasar lo seis? Díganmelo en los comentarios, saben que amo leer sus ideas. -Inner: Sí que eres lenta, ¿no? -Yo: Ya lo sé. Por algo me disculpé. -Inner: Deberías pensar más en los que leen tus historias y lo desesperados que se ponen cuando todavía no hay un capítulo nuevo. -Yo: Lo hago; pero tampoco puedo quedarme días seguidos sin dormir. Mi cuerpo y mente tienen derecho a descansar. -Inner: Como sea. Por lo menos procura no volver a desaparecer por tanto tiempo de nuevo. -Yo: Lo intentaré. -Ambas: Gracias por leer y nos vemos en el próximo capítulo.