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Gestión educativa para disminuir el rezago en la educación en pacientes pediátricos

hospitalizados en el Hospital Militar de Especialidades de la Mujer y Neonatología.

Educational management to decrease the lag in education in pediatric patients hospitalized


in the Military Hospital of Women's Specialties and Neonatology.

Isabel Guadalupe Luevanos Gardea


Adscripción institucional: Secretaría de la Defensa Nacional, Hospital Militar de
Especialidades de la Mujer y Neonatología.
Licenciada en Enfermería y Obstetricia, por la Universidad Nacional Autónoma de México.
Maestra en Administración Pública, por el Centro de Posgrados del Estado de México.
Candidata a doctora por la Universidad del Distrito Federal, Campus Santa María.
Correo: isaluevanos17@gmail.com
Teléfono: 5529826868
Dirección: Unidad habitacional militar, edificio p, depto. 104, avenida Canal de Garay No.
100, El Vergel, Del. Iztapalapa.

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Gestión educativa para disminuir el rezago en la educación en pacientes
pediátricos hospitalizados en el Hospital Militar de Especialidades de la
Mujer y Neonatología.
Educational management to decrease the lag in education in pediatric patients
hospitalized in the Military Hospital of Women's Specialties and Neonatology.

Isabel Guadalupe Luevanos Gardea


Universidad del Distrito Federal, Campus Santa María

Resumen
El gobierno a través de la Secretaria de Educación Pública y de Salud, implementó un
programa enfocado a los pacientes pediátricos encamados en hospitales públicos, que lleva
por nombre “Sigamos aprendiendo en el hospital” a través de la implementación de aulas
hospitalarias, que tiene como misión brindar a los niños el apoyo educativo necesario para
mantenerlos actualizados, motivo por el surge la necesidad de fundamentar la necesidad de
implementar el citado programa en el Hospital Militar de Especialidades de Especialidades
y Neonatología, con el fin de evitar el rezago educativo y la deserción escolar en los
pacientes hospitalizados y apoyarlos a que continúen con sus estudios. El hospital como
una institución de salud, tiene la oportunidad de brindar apoyo educativo, al ser un hospital
de tercer nivel y de concentración nacional, se ve en la necesidad de gestionar a través de
sus directivos el beneficio para su población de derechohabientes.

Palabras clave: Gestión educativa, Rezago educativo, Deserción escolar, Pacientes


pediátricos.

Abstract
The government, through the Ministry of Public Education and Health, implemented a
program focused on pediatric patients in public hospitals, called "Let's keep learning in the
hospital" through the implementation of hospital classrooms, which has the mission of
providing children with the educational support necessary to keep them updated, This is
why the need to implement the aforementioned program in the Military Hospital of
Specialties and Neonatology arises, in order to avoid educational lag and dropout in
hospitalized patients and to support them to continue with their studies. The hospital, as a
health institution, has the opportunity to provide educational support, as it is a third level
hospital with a national concentration, it is necessary to manage, through its directors, the
benefit for its population of beneficiaries.

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Key Word: Educational management, Educational gap, School desertion, Pediatric
patients.

Introducción
El presente documento permite la creación de un modelo administrativo-educativo
basado en la gestión que le permitirá a los pacientes hospitalizados en el HMEMYN
(Hospital Militar de Especialidades de la Mujer y Neonatología) integrarse al programa
federal de pedagogía hospitalaria “Sigamos aprendiendo…en el hospital” a través del aula
hospitalaria.
Hoy en día, en nuestro país el rezago educativo y la deserción escolar es un tema
prioritario y si bien abordar esta situación es fundamental, una propuesta como la que
plantea el Programa Sigamos aprendiendo… en el hospital, además de innovadora, permite
enfrentar el problema.
La población cautiva en el hospital requiere educación inicial, básica y media,
apoyados en valores como la solidaridad, la conciencia y el compromiso de dar a los
demás, Sigamos aprendiendo… en el hospital, fue diseñado para lograr una vinculación
entre la salud y la educación, y con ello evitar el rezago educativo y la pérdida del curso
escolar.
El principal objetivo de este Programa es brindar una oportunidad educativa a niñas,
niños, jóvenes y adultos que han perdido la salud y que, por lo mismo, o bien se han visto
forzados a pasar estancias prolongadas en algún hospital, o tienen que hacer visitas
recurrentes al mismo.

Problemática
En la época actual y con el avance de la tecnología, no podemos dejar de lado la
educación de los niños, ya que son ellos el futuro de un país, los que continuarán con el
desarrollo de la ciencia e implementando nuevos proyectos que favorecerán el crecimiento
y sustento económico de su país.
El hecho de que un niño dependa económicamente de sus padres y de la calidad de
atención en los servicios de salud de su país para poder sobrevivir a sus enfermedades, es
realmente una injusticia social cuando se deja sin importancia la educación escolar.
A través del tiempo, podemos percatarnos que la relación entre los profesionales de
la salud y los de la educación, esta distanciada, pero no siempre ha sido así, personajes de la
historia en la educación se han preocupado por fomentar este contacto como Itard,
Montessori, Decroly, entre otros, quienes desde el siglo XIX pusieron en práctica un
proceso de colaboración médico-pedagógica, iniciando con niños de hospitales
psiquiátricos y continuando con niños normales (Villaroel, 2015). Lo importante de
manejar el aspecto educativo, es mejorar sus condiciones de vida, además de que será su
única herramienta para defenderse de la vida y/o encontrarse en desventaja con la sociedad.

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El servicio de pediatría nace con la fundación del Hospital Central Militar el 20 de
noviembre de 1942, como un servicio de concentración de todos los derechohabientes
pediátricos de la República Mexicana, ya que hasta esa fecha, era el único que contaba con
todas las especialidades por considerarse un hospital de tercer nivel, pero debido a la
situación de espacio ya que al incrementar el número derechohabientes, con fecha 16 de
junio del 2016, el servicio de pediatría emigra al Hospital Militar de Especialidades de la
Mujer y Neonatología, para favorecer y mejorar la atención médica en salud a los pacientes
pediátricos, el citado hospital realiza certificación a los servicios de salud, avalado por el
consejo de salubridad general, obtenido calificación de 10, es importante señalar que desde
un inicio del surgimiento del servicio de pediatría, nunca ha contado con programas
hospitalarios de apoyo a la educación para evitar el rezago educativo.
Por lo cual no cabe duda de que, en el aspecto de salud, la institución ha brindado
con calidad la atención médica, pero desafortunadamente el aspecto educativo en el área
escolar se ha dejado en el olvido, los pacientes con patologías de tratamientos prolongados
se han visto en la necesidad de abandonar los estudios escolares.

Educación hospitalaria y antecedentes


Fundamento legal internacional

En la Carta europea de los derechos de los niños hospitalizados, en su art. 18,


establece “Derecho a proseguir su formación escolar durante su permanencia en el
hospital, y beneficiarse de las enseñanzas de los maestros y del material didáctico que las
autoridades escolares pongan a su disposición, en particular en el caso de hospitalización
prolongada, con la condición de que dicha actividad no cause perjuicios a su bienestar y/o
no obstaculice los tratamientos que se siguen.” y art. 20, “ Derecho a poder recibir los
estudios en caso de hospitalización parcial (hospitalización diurna) o de convalecencia en
su propio domicilio.”

En la declaración de los derechos del niño, la niña o joven hospitalizado o en


tratamiento de Latinoamérica y el Caribe en el ámbito de la educación establece (Caribe,
2009):
Declaración de Niterói, Rio de Janeiro, Brasil, 9 de septiembre de 2009 en la Asamblea
General de REDLACEH (Red Latinoamericana y del Caribe por el Derecho a la Educación
de Niños y Jóvenes Hospitalizados o en Tratamiento).
1. Derecho a recibir educación mientras se encuentra hospitalizado, en tratamiento
ambulatorio o en situación de enfermedad, durante toda la línea de vida desde su
nacimiento.

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2. Derecho a que los países establezcan y desarrollen la normativa necesaria para hacer
efectiva la atención educativa, implementando las políticas pertinentes al efecto.
3. Derecho a ser educados por profesionales de la educación especializados, conforme
a proyectos educativos que atienden sus necesidades especiales, con contenidos,
metodología y evaluación que consideren su situación médica y de salud.
4. Derecho a recibir un servicio educativo integral, que tenga en cuenta la persona, sus
aspectos físicos, psicosociales, espirituales, familiares, afectivos, cognitivos,
artísticos, expresivos, y culturales, haciendo especial hincapié en los aspectos sanos
sobre el déficit.
5. Derecho a recibir educación en los establecimientos de salud, en espacios propios
definidos para desarrollar actividades pedagógicas, en lugares adecuados,
accesibles, debidamente implementados, que respondan a las tendencias educativas
vigentes.
6. Derecho a que su familia sea informada de la existencia de las Aulas y/o Escuelas
Hospitalarias y Domiciliarias y de su posibilidad de continuar su proceso de
aprendizaje.
7. Derecho a recibir educación en el lugar donde éste se encuentre, cuando no sea
posible su traslado al Aula y/o Escuela Hospitalaria.
8. Derecho a ser educados en sus domicilios por educadores capacitados cuando su
condición de salud lo justifique.
9. Derecho a mantener el contacto y pertenencia a su establecimiento educacional de
origen y la factibilidad del retorno a éste una vez recuperada la salud.
10. Derecho a recibir la visita de sus compañeros de curso y de establecimiento de
origen, para mantener su pertenencia y su vinculación con su establecimiento
educacional de origen.
11. Derecho a que los estudios cursados en el Aula y/o Escuela Hospitalaria o en su
domicilio sean reconocidos por los organismos públicos educacionales y posibiliten
la promoción escolar.
12. Derecho a que los adultos no interpongan ningún tipo de interés o convivencia
personal, sea político, religioso, social, económico, o de cualquier naturaleza, que
impidan, perturben, menoscaben u obstaculicen su legítimo acceso a la Educación
durante su hospitalización o tratamiento médico ambulatorio.

Fundamento legal nacional


El artículo tercero constitucional establece que todo individuo tiene derecho a
recibir educación. El Estado -federación, estados, Distrito Federal y municipios-,
impartirá educación preescolar, primaria y secundaria. La educación preescolar, primaria
y la secundaria conforman la educación básica obligatoria. La educación proporcionada

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por el Estado tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y
fomentará el amor a la Patria y la conciencia de la solidaridad internacional ( Unidad de
Planeación y Evaluación de Politicas Públicas, 2017).
Igualmente se establece que toda la educación que el Estado imparta será gratuita y
que éste promoverá y atenderá todos los tipos y modalidades educativos, incluyendo la
educación superior; apoyará la investigación científica y tecnológica y alentará el
fortalecimiento y difusión de la cultura de México.
La educación que ofrece el Estado debe ser laica, por tanto, ajena a cualquier
doctrina religiosa, y estará orientada por los resultados del progreso científico. La
educación también se guía por el principio democrático, considerando a la democracia no
sólo como estructura jurídica y régimen político, sino como sistema de vida fundado en el
constante mejoramiento económico, social y cultural de las personas (Madrigal, 2013).

Antecedentes Internacionales

Hablado de antecedentes internacionales de pedagogía hospitalaria, la atención al


problema de la educación de los niños hospitalizados ha experimentado un gran auge en los
últimos años en todo el mundo, sobre todo entre diversos colectivos como gobiernos de
educación, autoridades locales, administraciones hospitalarias, personal médico, así como
educadores, pedagogos, maestros y psicólogos.
Cuesta tiempo convencer al personal que se dedica al ámbito de la salud y a la
administración que el niño enfermo precisa apoyo médico y sobretodo educativo,
especialmente cuando se halla hospitalizado. Desde principios del siglo XX se iniciaron
algunos proyectos de escuelas hospitalarias y poco a poco se fueron impartiendo clases en
diversos hospitales europeos, pero durante la Segunda Guerra Mundial dicha actividad se
vio muy reducida.
En el año de 1988 tuvo lugar el primer Congreso Europeo sobre la Educación y la
Enseñanza de los Niños Hospitalizados, organizado por iniciativa de un grupo de pediatras
y educadores del Centro Médico Universitario de la ciudad de Liubliana, Eslovenia. Como
resultado de este encuentro surgió la iniciativa de crear una asociación europea de
educadores hospitalarios; comenzó así una andadura centrada, desde un principio, en
defender el derecho a la educación de los pacientes pediátricos y en potenciar el rol del
pedagogo y el profesor hospitalarios, dando a conocer la importancia y el alcance de sus
trabajos.
En 1992, se celebró el segundo Congreso Europeo de Pedagogía Hospitalaria en
Viena, Austria, a él asistieron más de 350 profesores y pedagogos procedentes de 20 países
europeos, durante este congreso se dieron los pasos necesarios para la creación definitiva
del HOPE (Hospital Organisation of Pedagogues in Europe), una asociación internacional,
con fines científicos y educativos, centrada en la enseñanza y la atención pedagógica de los
niños y jóvenes enfermos y hospitalizados (Lieutenant, 2018)

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Antecedentes Nacionales

En México la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Secretaría de Salud


(SALUD) han puesto en marcha el programa Sigamos aprendiendo en el hospital, con el
objetivo de reducir el riesgo del rezago educativo de niños y jóvenes hospitalizados, así
como entre adultos.
A pesar de que en nuestro país ha contado desde el siglo pasado iniciativas
encaminadas a dar continuidad escolar a la población pediátrica hospitalizada sin éxito
alguno, en distintas instituciones de salud; el programa Sigamos aprendiendo en el hospital
inició operaciones de manera oficial el 9 de marzo de 2005 en cinco hospitales del Distrito
Federal: Hospital Infantil de México Federico Gómez, Hospital General de México,
Instituto Nacional de Rehabilitación, Instituto Nacional de Pediatría y Hospital General Dr.
Manuel Gea González.
En poco tiempo se extiende a otros estados e instituciones del país, en la Ciudad de
México amplía su cobertura a otros hospitales e institutos nacionales, para el mes de
octubre de 2006, el programa operaba ya en 47 hospitales y tres albergues de 23 entidades
federativas mexicanas, incluyendo la Ciudad de México, en los que se ha atendido niños,
jóvenes y adultos en riesgo de rezago educativo.
La atención del programa se enmarca en dos aspectos clave del desarrollo social y
humano: la educación y la salud, clasifica en dos grupos a su población objetivo: los niños
y los jóvenes de educación básica atendidos en el hospital y las personas mayores de 15
años de edad. Este último grupo está conformado por los pacientes, miembros de las
familias de éstos y sus acompañantes, además de trabajadores de los hospitales que deseen
concluir la educación básica.
En la actualidad la Ciudad de México, tiene una cobertura en diez hospitales de
segundo y tercer nivel del sector público, brindando atención a los alumnos en aulas fijas,
dentro de las áreas de especialidades y en aulas móviles que se desplazan a sala para la
atención individual en cama. Asimismo, atiende a población flotante de los estados
aledaños que acuden a los hospitales de tercer nivel de esta capital para recibir tratamientos
a los que no tienen acceso en sus localidades (Riquelme, 2018).

La hospitalización y sus consecuencias


Después de la Segunda Guerra Mundial comenzó a presentarse una especial
atención a las consecuencias psicosociales derivadas de la hospitalización, actualmente, se
puede afirmar que la enfermedad en la infancia, unida a los efectos de la hospitalización,
tiene profundas repercusiones psicológicas y sociales sobre la vida del niño enfermo.
En los últimos años, la hospitalización pediátrica ha cambiado mucho, actualmente,
es necesario ofrecer una atención global, bio-psico-social, y son bien conocidas las
consecuencias tanto a corto, como a largo plazo, la separación del niño con sus padres

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constituye en la mayoría de los casos una situación estresante para él, aunque la intensidad
de las respuestas infantiles disminuye con la edad, el preescolar, de tres a seis años, puede
llegar a manifestar reacciones extremas en el momento de la separación de personas
significativas.
Estas reacciones pueden depender de las acciones de los padres, que pueden ser
atribuidas a la calidad de esta relación y de las reacciones específicas en que esta
interacción, de los padres con sus hijos, se da ante cualquier situación.
Los cambios de horario, la separación de la familia, el malestar que siente por su
enfermedad, las restricciones para desplazarse, la inactividad y otras incomodidades,
contribuyen a la explicación de por qué, para muchos niños, la experiencia de la
hospitalización llega a convertirse en un verdadero trauma.
La hospitalización complica aún más la dinámica familiar y el estado emocional del niño,
pues este nuevo sistema origina una importante fuente de conflictos y tensiones. Puede,
incluso, llegar a presentarse la nosocomefobia o miedo a los hospitales.
Asimismo, existen ciertos temores infantiles, objetivos e imaginarios, ante la
hospitalización, que generan ideas confundidas entre el castigo, el miedo al abandono, las
agujas e inyecciones, la regresión, etcétera. En edad escolar, los miedos más comunes los
constituye el dolor, la anestesia, la mutilación corporal, la pérdida de su sitio en clase;
mientras en la adolescencia, los temores se refieren a la pérdida del control (anestesia), la
dependencia, la falta de actividades, la restricción de visitas y las normas y rutinas del
centro hospitalario (Hernández, 2018).

Educación escolar en el paciente pediátrico hospitalizado con el programa


Sigamos aprendiendo en el hospital.
Hoy en día, en nuestro país el rezago educativo y la deserción escolar es un tema de
necesidad, y es necesario abordar esta problemática de raíz, una propuesta como la que
plantea el Programa Sigamos aprendiendo… en el hospital, es innovadora y permite tener
herramientas para enfrentar el problema.
El programa está dirigido a la población pediátrica de hospitales que requiere cursar
educación inicial, básica y media, y apoyado en valores como el compromiso de dar a los
demás, Sigamos aprendiendo… en el hospital, fue diseñado para lograr un vínculo entre la
salud y la educación, y con ello prevenir el rezago educativo, la deserción escolar y por
ende la pérdida del ciclo escolar.

El principal objetivo de este Programa es brindar una oportunidad educativa a niñas,


niños, jóvenes y adultos que han perdido la salud y que, por lo mismo, o bien se han visto
forzados a pasar estancias prolongadas en algún hospital, o tienen que hacer visitas
recurrentes al mismo, además de responder a las necesidades de educación a los pacientes
que viven en condición de enfermedad (Secretaría de Salud, 2018).

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Un valor agregado del Programa, de especial importancia y que no podemos dejar
de mencionar, es que ayuda también a quienes participan en él a canalizar sus emociones
por medio del estudio y el aprendizaje, lo que vuelve más agradable su estancia o en el caso
sus visitas en el hospital. Cabe señalar que el Programa también está abierto a los familiares
o a los acompañantes de los pacientes que se encuentran en condición de rezago educativo,
así como a los trabajadores de las unidades médicas que deseen incorporarse a él y
aprovechar el servicio para continuar sus estudios.
Actualmente Sigamos aprendiendo… en el hospital opera en los 32 estados de la
República Mexicana, y cuenta con 125 aulas, de las cuales 98 de ellas en 65 hospitales
pertenecen a la Secretaría de Salud. En total, se beneficia aproximadamente a 29,839 niños,
niñas y jóvenes hospitalizados (Secretaría de Salud, 2018).

Aulas hospitalarias
Para llevar a cabo el citado programa, fue necesario equipar los espacios físicos de
los hospitales y convertirlos en aulas, así cada nosocomio tendría sus propias aulas.
En cada espacio necesario existe la disponibilidad del aula, como por ejemplo en el
área de quimioterapia, hematología, salas de pediatría, en la consulta externa para pacientes
externos, para que asistan sus familiares y el personal del hospital que esté interesado en
formar parte del programa (Secretaría de salud, 2018).

Las aulas tienen tres modalidades:


 Aulas hospitalarias: cuando la enfermedad les permite desplazarse hasta ellas, para
realizar actividades académicas y recreativas.
 Aulas ambulatorias, o atención en cama: para los pacientes que están aislados, en
estos casos, se les acerca el material y el apoyo educativo.
 Aulas externas: para los que se ven forzados a hacer visitas recurrentes al hospital.

Servicio de pediatría del Hospital Militar de Especialidades de la Mujer y


Neonatología

El servicio de pediatría nace con la fundación del Hospital Central Militar el 20 de


noviembre de 1942, como un servicio de concentración de todos los derechohabientes
pediátricos de la República Mexicana, ya que hasta esa fecha, era el único que contaba con
todas las especialidades por considerarse un hospital de tercer nivel (Arcaute, 2017), pero
debido a la situación de espacio ya que al incrementar el número derechohabientes, con
fecha 16 de junio del 2016, el servicio de pediatría emigra al Hospital Militar de
Especialidades de la Mujer y Neonatología, para favorecer y mejorar la atención médica en
salud a los pacientes pediátricos, el citado hospital realiza certificación a los servicios de

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salud, avalo por el consejo de salubridad general, obtenido calificación de 10 (Secretaría de
la Defensa Nacional, 2018).
Por lo cual no cabe duda de que, en el aspecto de salud, la institución ha brindado
con calidad la atención médica, pero desafortunadamente el aspecto educativo en el área
escolar se ha dejado en el olvido, ya que hasta la fecha no cuenta con algún programa de
pedagogía hospitalaria, enfocada a prevenir el rezago educativo en los pacientes
hospitalizados.

Educación hospitalaria como estrategia para prevenir el rezago


educativo y la deserción escolar.

Los tiempos prolongados de hospitalización, provoca que los niños y niñas que
padecen padecimientos que requieren de hospitalización prolongada, provoca de manera
directa el rezago educativo, que a largo plazo provoca consecuencias graves tanto en los
pacientes como en la situación económica del país, es por eso que se necesita un cambio en
educación hospitalaria, donde se impartan los conocimientos de educación básica que
forman parte del proceso educativo, se necesita un cambio o innovación educativa,
pensando en algo más que en la mera realización de experiencias o proyectos pedagógicos
que se puedan brindar de manera ocasional, en partes fragmentadas por parte de agentes
que no se dedican a la educación, si n o de un proyecto bien establecido en coordinación
con la secretaría de educación publica ya que es ella quien liderea a nivel nacional la
educación en México.
La política educativa en México tiene fama de ser insuficiente a las demandas en el
proceso enseñanza-aprendizaje, hasta la fecha no existe una propuesta real de cambio,
donde se inserte la preocupación una gestión de una verdadera innovación por la población
mas desprotegida, incluye a los niños hospitalizados, por lo cual hay que abogar por una
visión de la innovación suficientemente compleja y rica que resulte impensable sin apelar a
experiencias concretas y compromisos personales en un marco administrativo idóneo y
facilitador, la innovación educativa es un proceso de definición, construcción y de
participación social, con esta idea hay que llamar la atención sobre el hecho de que la
innovación en educación ha de ser pensada bajo categorías sociales, políticas, ideológicas,
culturales...
La innovación educativa en el ámbito hospitalario merece ser pensada como una
tensión utópica que tiene que ser favorecida por el sistema educativo, por la imaginación
creadora, por la transformación de lo existente. donde es importante incluir a todos los
hospitales públicos y privados del país para potenciar el proceso de capacitación y
potenciación de instituciones de salud y sujetos a la implantación de nuevos programas,
nuevas tecnologías, o inculcación de nuevos términos y concepciones.
Esta idea pretende destacar cómo, hoy por hoy, goza de mayor credibilidad y
validez educativa una visión de la innovación como proceso de construcción institucional y

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personal que la correspondiente, ya superada, del cambio como tecnología del diseño y
difusión de programas educativos.
En este sentido, una innovación en el ámbito hospitalario ha de suponer un
contexto, un espacio para el aprendizaje y desarrollo de capacidades nuevas como si
estuvieran acudiendo a los centros escolares, con profesores y alumnos (Pascual, S/f).

En los países en vías de desarrollo, una de las consecuencias de la transición


epidemiológica ha sido la disminución en la tasa de hospitalización infantil; sin embargo,
las causas actuales de hospitalización de pacientes pediátricos obedecen principalmente a
enfermedades crónicas, lo cual propicia que los menores permanezcan internados por
tiempos prolongados o bien por periodos cortos, pero de manera repetitiva.
Para los niños, la permanencia en el hospital significa un alejamiento de su entorno
habitual, como el hogar y la escuela. Sus ausencias en esta última y los efectos
biopsicosociales de la enfermedad son factores de riesgo para el estancamiento y la pérdida
de habilidades escolares previamente adquiridas.
La inasistencia a la escuela por el malestar que ocasionan las enfermedades y los
tratamientos puede alargarse durante varios meses, de modo que cuando los niños intentan
reintegrarse al ámbito escolar se encuentran en desventaja en comparación con el resto de
sus compañeros, lo cual constituye un factor de riesgo para la deserción escolar (Peña,
2018)
El impacto de la enfermedad sobre los menores trastoca varios aspectos:
psicológico, físico, ocupacional y social; y provoca depresión, alteraciones conductuales,
dificultades de concentración, ansiedad y miedo.
La enfermedad en la infancia reduce la independencia del niño convirtiéndolo en un
ser dependiente, primero de sus padres y luego de sus hermanos. Asimismo, la familia se
encuentra en una situación particular, entre dos espacios de temporalidad: el tiempo
evolutivo propio de la familia y el que marca la enfermedad. Existen reacciones que pueden
presentarse en los padres y que deben destacarse con el fin de mejorar la comunicación y
vinculación con los diversos actores en el proceso educativo. La angustia, depresión,
agresividad y la culpa pueden aflorar en cualquier momento y el educador tendría que estar
alerta a tales reacciones con el fin de comprender la causa y evitar conflictos.
Como rasgos que acusan depresión figuran las alteraciones del sueño, el apetito, la
pérdida de actividades sociales, profesionales, deportivas, etcétera. La depresión suele
acompañarse de una gran rigidez afectiva, abandono del rol de padres, distanciamiento
psíquico, rechazo del niño o volcarse en el niño como súper cuidadores, o bien, una excusa
vital de la propia existencia.
La agresividad se manifiesta en relación al niño, al otro cónyuge, a otros familiares,
o al equipo médico, incluso, es posible que el niño se aleje de la norma, desaparezca la
imagen ideal y/o la enfermedad se viva como un castigo.

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Otro elemento que se hace presente en las familias es la culpabilidad como
sentimiento más connatural, especialmente difícil, sobre todo en casos de accidentes
provocados por negligencia, o en diagnósticos de enfermedad genética, como la
intoxicación durante la gestación (alcoholismo, tabaquismo, varicela, toxoplasmosis…).
Otro trastorno que llega a presentar la familia puede referirse al psicosomatismo,
que genera protección exagerada del niño, rigidez afectiva o bien pobreza en la resolución
de conflictos, así como polarización de conflictos en el paciente (Peña, 2018).
La pedagogía hospitalaria está cobrando gran importancia dada la necesidad de
obtener saberes para organizar y diseñar situaciones de aprendizaje en el espacio
hospitalario, atendiendo a todos los factores que este contexto implica.
Hay gran cantidad de variables que van a intervenir en el proceso educativo, como
la duración de la hospitalización, heterogeneidad de edad y nivel educativo de los niños y
adolescentes, espacios y recursos donde desarrollar las actividades educativas; brindan un
marco de referencia para tratar lo que ahora nos ocupa y constituye la capacitación del
docente, en las circunstancias y condiciones de las instituciones de salud involucradas.
Este programa de atención a la educación básica, para prevenir el rezago escolar por
enfermedad, hace necesario contemplar adecuaciones compensatorias por desfase escolar,
población migrante y en ocasiones, por necesidades educativas especiales, considerando:
 Adaptar las condiciones del ambiente educativo, de acuerdo a las características de
cada padecimiento.
 Adecuar contenidos curriculares para cada paciente Considerar los intereses,
condiciones y expectativas del alumno en el contexto hospitalario.
 Destacar las fortalezas y oportunidades de los alumnos en esta nueva situación.
 Mantener y aprovechar el contacto con la escuela regular en un trabajo conjunto.
 Potenciar la inquietud de aprender y los hábitos de estudio en el educando,
compensando los efectos de su situación en hospital.
 Fomentar relaciones de confianza y seguridad mediante la interacción personal y,
por ende, socioafectiva.
 Evaluar, validar y certificar el logro académico, mediante la sistematización del
seguimiento individual y permanente.
 Promover el uso de las nuevas tecnologías, como medio de investigación,
instrumento de comunicación y recurso en la realización de proyectos. Brindar
continuidad en el proceso de aprendizaje (Arrieta, 2018).

La deserción escolar, es uno de los grandes problemas ocasionados por las visitas
frecuentes al hospital debido a los prolongados tratamientos, rompiendo las relaciones
sociales del niño y generando sentimientos de inseguridad con respecto a sí mismo y su
desempeño escolar. Esto en muchas ocasiones resulta el factor determinante para que el
menor presente dificultades en la reincorporación a su escuela de origen y posteriormente,
si no cuenta con el acompañamiento adecuado, abandone sus estudios.
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Por lo anterior, resulta relevante apoyar a los alumnos en riesgo de rezago escolar por
enfermedad, sin perder de vista las dificultades del maestro para brindar una atención
individualizada, dada la saturación de grupos en la escuela de procedencia. Aquí cobra gran
importancia el vínculo entre la escuela y la familia, y el mutuo apoyo con el fin de facilitar
la integración del niño o adolescente a la vida escolar.
Así toma un sentido especial el concepto de inclusión determinado por Tony Booth como
“el conjunto de procesos orientados a eliminar o minimizar las barreras que limitan el
aprendizaje y la participación de todo el alumnado. Las barreras –dice Booth-, al igual que
los recursos para reducirlas, se pueden encontrar en todos los elementos y estructuras del
sistema”.
Se dice que la escuela puede ser facilitadora o generadora de dichas barreras,
dependiendo de la forma en que pueda favorecer o dificultar el desarrollo y aprendizaje del
alumno. Tanto en las propuestas europeas como latinoamericanas, relacionadas con la
pedagogía hospitalaria, se menciona que las aulas hospitalarias no pretenden reemplazar a
las escuelas de origen, sino constituir una educación compensatoria para aquellos alumnos
en situación de desventaja por enfermedad: “la idea es facilitar la continuidad, establecer
una transición adecuada en la reintegración del paciente alumno, a la escuela –nos comenta
Sylvia Riquelme en el libro Aulas y Pedagogía Hospitalaria en Chile-, de manera que se
tome conciencia de la enfermedad y de los efectos de la hospitalización en los niños
enfermos y sus familias” (Eslava, 2018).

Necesidad real de un aula hospitalaria en el HMEMYN


En el HMEMYN, se atienden anualmente aproximadamente 300 pacientes
pediátricos que sus edades van desde 30 días de nacidos hasta los quince años de edad,
mismos que se hospitalizan en las salas de cirugía pediátrica, pediatría medica e
infectología pediátrica, de esta población un aproximado del 10% presentan hospitalización
de más de quince días, llegando haber pacientes hasta de un año, con diagnóstico de
diversas patologías, siendo las más comunes las leucemias o algún otro tipo de cáncer.
Lo que representa una muestra de 30 niños, esto es relación con los que se
encuentran hospitalizados, se anexan a estos pacientes la población de pacientes que acuden
a quimioterapia externa, que son un aproximado de 10 pacientes diarios y otros más cada
tercer día, lo que aumenta la población diaria, se resalta que un 80% de estos pacientes son
foráneos, los que nos daría un gran total de aproximadamente 40 niños diarios, cifra que
puede variar en relación a su condición de salud.
Verificando la cantidad de pacientes, es importante hacer hincapié que la cantidad
de niños y niñas es representativa.

Conclusión

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La oportunidad de educar a nuestros pacientes hospitalizados se pierde día a día por
falta de gestión y liderazgo de los dirigentes de esta noble institución, además de que falta
una estrategia eficaz para prevenir la deserción escolar y el rezago educativo.
El pasado es historia, el presente no brinda la oportunidad de realizar actos de gran
beneficio para los pacientes hospitalizados para que, en su futuro, brinden a este país
mejores mexicanos y nuevas oportunidades de desarrollo.

Referencias:
Arcaute, F. (2017). Hospital Central Militar: 75 años a la vanguardia en modernización,
innovación y cultura de la calidad en salud. Historia y filosofía de la medicina. [PDF].
Recuperado de:
https://www.medigraphic.com/pdfs/sanmil/sm-2017/sm176k.pdf

Arrieta, M. (2018). Intervención educativa en el hospital. Memoria del primer diplomado


en pedagogía hospitalaria. Recuperado de:
https://www2.aefcm.gob.mx/pedagogia_hospitalaria/archivos-acciones/apuntesph_digital-
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