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30 El encuentro con la psicosis desde la perspectiva de un EAIA © 2 Carmen Fernandez Ayerbe Trabojadore social FAIA UHospitoler i! ‘eneoncont Coneriones E! EAIA es uno de los dispositivos del sistema de protecci6n de me- nores encargado de valorar sitvacio- nes de desproteccién y proponer a la administracién (DGAIA) la necesidad y conveniencia de separar al nifio o adolescente de sus padres. También le corresponde hacer el seguimiento de los menores ya tutelados y las pro~ puestas que eso conlleve, entre otras la regulaci6n del contacto entre ese menor y sus familiares En los EAIA tratamos con mo- dolidades parliculares de desinser- cién en lo social. En cualquier caso, la casuistica que suele presentarse esté més tocada por las légicas de la exclusién que por los nuevos pa- redigmas de la inclusién. Los casos que atendemos svelen mostrar graves dificultades, cuando no fracasos, de los sistemas en los que se mueve el nifo; en primer lugar el familiar, pero también el educativo, y, a veces, el de los servicios de solud mental El encuentro con la psicosis en los EAIA puede darse por el lado de los nifios, pero muy @ menudo se presenta en los padres. La mayoria de allos sin diagndsticos ni tratamientos, presentan conductas trastornadas y graves dificullades pora circulor en lo social, sin poder vincularse a los servicios y aceptar las propuestas de intervencién o tratamiento. Cuando aparecen difcultades graves en el cvidado de los hijos, interviene el EAIA. La gravedad y estridencia de los casos que nos ocupan fécilmente puede propiciar la precipitacién en la toma de decisiones. Entiendo que el encargo a los EAIA debe tomarse por ol lado de la bésqueda de vias que den posii dades a otros encveniros, ofertando nuevos vineulos, nuevos lugares para ‘cupar por los sujetos (nis y padres), intentando evitar que el nifio debe se- pararse de su entorno, pero, cuando esto no es posible, dando condiciones de posibilidad para que esa separa cién pueda ser usada por el sujeto. Gala: “ahora hago le que toca a mi edad” Gala con 11 aifos presentaba en le escuela conductas sexvalizedas muy alarmantes, se fugaba durante dias de ‘casa y nunca volvia por propia inicia- fiva, Consumos de oleohol y relacio- nes con grupos de riesgo la ponfan constantemente en peligro. Su madre no podia limitarla ni contenerla, En la historia familiar aparecia que Gala ho- bia sufrido entre los 5 y 7 aiios abusos sexuales por porte de la pareja de la madre, ésta lo denuncié y se separé de él, pero nunca volvieron a hablar de 0:0 y fampoco pudo sostener el ra- tamiento psicolégico que se indicd en ‘ese momento para Gala. En un periodo breve de encuentros en el EAIA, Gola yu made consinieron a la propuesta de que la nif ingresara en un centro, aunque el ingreso se acabé producien- do durante una de sus fugas. leva 4 ajios en un centro, en- seguide acepts la oferta que all le hicieron y se maneja con un *ha- cer lo que me corresponde para mi edad’. Desde el primer momento el combio en las conducias de Gala fue fan radical que més bien parecia un simulacro. Pero sigue sosteniendo una modolidad de relacién en lo social que le permite seguir la escolaridad, normalizar sus elecciones, amigos, in- tereses, tratamiento... Los conflictos que oparecen no tienen ninguna dif cultad de reconduecién desde el cen- tro, en trabajo conjunto con el EAIA que sigue atendiendo a su madre. Acepfan ambas los mérgenes que ponemos CRAE y EAIA a sus con- factos, siempre marcados por la falta de limites maternos. A pesar de que 54 infernamiento desde el principio se preveia largo, ni CRAE ni EAIA hemos propuesto una familia de acogida, Gala ya esté en un lugar donde es acogide y que puede usor de una buena manera. Queda en suspenso qué podré sostenor o la salida del centro, posiblemente ya cerca de la mayoria de edad, Esta operacién se hace compleja tn la psicosis donde la problematica actéa en el propio vinculo social y, por lo tanto, también en el que se crea con los profesionales, es decir, en la tronsferencia, A causa del l= gor que ocupa y las decisiones que de él dependen, el EAIA debe tomar especialmente en cuenta lo que esté en juego, el lugar que ofrecemos y el que subjetivamente venimos a ocupar. La supervision en estos casos, resulta de gran valor y uilidad. Marta: “Al final el nifio desaparece, pero aun no sé <émo” ‘Marta, una madre separada, pe- leaba a través de denuncias y juicios consfanies con su ex marido por Rafa, el hijo comin de & aos. El nie, en tratamiento en ef CSMU, era descrito como un nifio muy frégil. La madre, cfectada de un trastorno mental grave, también en tratamiento en el CSMA (Centro de Solud Mental de Adulios), ‘no contaba con ningén soporte Familor. ‘Mantenia una relacién muy confliciva con los servicios, que detectabon una relacién madre-hijo muy probleméti- ca para ésle, ademés de negligencias graves en sv atencién, problemas de hrabitabildad en el domicilio... Marta aceptaba ser atendida en el EAIA sdlo por una profesional en la que haba coptado interés en dorle un lugar, repetia en las entrevistos que crefa que al final el nifo desopare- ceria. Explicoba de forma inconexa sus lecturas de libros de psicologia, y de un relato en especial, sobre unos padres separados y un hijo que des- aparecia, ain no sabia por qué no habia llegado al final Después de supervisar el caso se valord que era conveniente borrar algo de ese interés que podia ser interpretado como perseguidor. Unos semanas después dejé al nifio en el EAIA y se fue, diciéndole enfadada: “5 quédate aqui, que te cuide X (la profesional) o tu padre”. Conexiones esccit 31 32 Ciertamente, el nifio desaparecié para ella, que no volvié @ acudir al EAIA, ni hizo nada para tener contac- fo con él, Parece que asi pudo tomar distancia de la persecucién en la que se hobia tornado la relacién con su marido. Meses después, acompafiada por el CSMA, acudié al EAIA y re- quirié retomar el contacto con su hijo, aceptando, con un trabajo previo, los términos en los que esa relacién debia producirse en interés de Rafa, El nifo fue acogido por su padre y tendré que ir stand, sin la presen- Cia invasive de su madre, su historia el lugar que all cupa. Los indlca- dlores de maltrato que presentaba este caso eran suficientes pora concluir répidamente que el nifio deba ser separado de su madre. Eniendemos que esa conclusién, sin un tiempo previo para la construccién que hizo esta madre en esas entrevisas, hubie- ro precipitado una intervencién que hubiera requerido de gran violencia para el nifio y que para esia mujer hubiera situado el EAIA en el lugar del perseguider que ocupaba hasta ‘ese momento su ex marido. De alguna manera pudo “consentir” un limite a sus excesos con su hijo y, después, pudo construir su propia respuesta, Es evidente que, en nuestro cam- po, los ingresos en centros residen- ciales no son per se una garantia de una mejor evolucién frente @ una enfermedad mental grave. En estos nifios, cabe la posibilidad de que una separacién de sus padres, aun evando su relacién con ellos sea en extremo enfermiza, pueda provocar un agravamiento de su patologia. Ese célevlo del riesgo es de una gran dificultad en el EAIA ya que no es un entorno clinico y debe trabojor con otros servicios (si los hay) paro, de este modo, tener elementos en la oma de la decisién. Las preguntas que introduce esta decisién, son: © gDe qué separacién se trata? gPuede la separacién producir efectos de rwnccitConesones mejora?, 0, por el contrario, gdes- encadenaré un desamporo mayor dl svjeto? © 3Qué proteccién buscamos? En algunos casos se trata de la pro~ feccién anle si mismo, Un Gltimo caso: ges suficiente la separacién que introduce un ingreso? Abel es un chico de 14 afios y lleva 1 afo y medio en un centro. Ingress después de un intento fallido de trabajo entre diferentes servicios de la ciudad. Abel presentaba crisis de onsiedad, ideas de muerte, un in- fento autoltico, agresividad verbal y fisica en casa y en el instituto, donde no podia sostener ni oprendizajes ni normas minimas de convivencia. Vivia con su madre y su hermano en un ambiente de violencia intrafemilior severa, donde era agredido verbal y fisicamente, con constantes reproches y erticas de su madre que provoca- ban su célera y violencia. Paradé- jicamente, su madre se presentaba como victima de su hijo y vivia de forma extremadamente persecutoria evalquier intervencién profesional. La policia intervenia a menudo en el domicilio. Sélo se consiguié que mantuviera unos meses de tratamien- to en el CSMU, que abandoné por decisién materna, Abel tuvo que ser ingresado ‘en un CREI (Centro Residencial de Educacién Infensiva} sin ningdn con- sentimiento. Durante los primeros meses que estuvo en el centro, los mensajes de la madre durante las visitos le impedtan aceptar la oferta educotiva del centro y “usar la separacién” de la buena manera. Aun chora una sola hora de visita al mes es suficiente para que, mimetizado con el discurso de la madre, hable de que esti secues- trade, de que queremos maltraterlo aély a su madre. La madre, con graves problemas en todos los dmbitos, también los tiene para cumplir hororios: no se presenta © no llega a las vistas con Abel. En los periados en que, por ese motivo, se distancian los contacios con la macre, Abel puede retomar el vinculo edueo- fivo con su tutor y poner su interés en otros lugares: oprendizajes, amigos... ¥y seguir su tratamiento en el CSMU. Pero Abel no acepla suspender los visitas con su madre, esa propuesto, si viene de la insttveién, sélo confir- ima la hipétesis materno. Abe! puede acepiar la ausencia de la madre si la sitta del lado de la impesibilidad de ella y no de la imposicién educative, no puede ser privado de la madre. Ain no sabemos si en algéin momento 4l podrd elegir separarse de lo que comporta esa privacién. Cuando la oferta al sujeto no funciona, sitvacién que se presenta con més crudeza en la pubertad y la adolescencia, los centros residencioles se pueden ver desbordados por los trastornos que se manifiestan en forma de agresiones sobre si mismo y a los ddemés; en el propio centro, en la es- cudla,. gQué mérgenes puede dar el centro, la escuela, para poder incluir respuestos particulares de esos sujetos cuondo éstas son tan poco adaptadas cl orden social establecido? Nos enfrentamos @ una impor- tonte difcultad desde el sistema de proteccién para atender esta casuis- fica, La mayorie de centros no fueron pensados para dar esta atencién ton porticulorizada y ante sfienen el reto de disefiar estrategias para atender estos fenémenos que cada dia van en aumento y evitar asi las consecuencias para el propio menor afectado, asi como para sus compafieros de hogar. Por el momento, estas situaciones suelen acabar con una demanda de combio de centro, reproduciéndose otra vez la légica de la exclusion. Es entonces cuando el EAIA se encven- tra en la dificutad para proponer un cambio del que no podemos asegurar al destino ya que la potestad final del Nos enfrentamos a una importante dificultad desde el sisterna de proteccién para atender esta casuistica. La mayoria de centros no fueron pensados para dar esta atencin tan particularizada y ante si tienen el reto de disefiar estrategias para atender estos fendmenos que cada dia van en aumento y evitar asi las consecuencias para el propio menor afectado, asi como para sus compaiieros de hogar. nuevo centro ol que iré el menor la tiene la DGAIA. Resulia muy dificil acompafiar a estos chicos con este nivel de incertidumbre respecto © su futuro inmediato. A mi entender, desde el EAIA las vias posibles de krabojo podrfan apuntar a los siguientes elementos; aunque todos ellos deben procurar generar condiciones de posibilidad y no necesariamente una garantia de solucién absolute: * Abriren los procesos de valoracién un tiempo previo a la cone: un tiempo vacio de saber en el cual pueda surgir el molestar subjetivo Dariamos asi la posibilidad de que los sujetos construyan sus propias respuestas y se responsabilicen de lo que les ocurre, A veces estas res- puestas pueden ser mas funciona les para la familia, olras veces no consiguen serlo, pero ese trabajo previo da alguna posibilided a que la separacién pueda convertirse en verdadera proteccién. © Los profesionales tienen que ocupar un lugar de responsa- bilidad, representar en su per- sona un buen deseo para ese nifio, chico y su familia. Es en ese momento cuando se puede proponer a un nifio o joven su ingreso en un centro. * Trabajo en red, tanto en los pro- cesos de valoracién/estudio, como durante el tiempo de ingreso del menor. Trabajo que apunte a la corresponsabilidad. Con especial atencién en no permitir que la co- ordinacién entre servicios susituya la palabra del sujeto * No confirmar con nuestra posicién y/o intervencién el perjuicio sobre los EAIA como lugar donde sélo s¢ ejerza el control social. La ex- periencia nos dice que podemos convertirnos, en algunos casos, en lugares de reconexién con lo socal En cvalauier caso, lo que resulta imposible garantizar es qué tipo de construccién subjetiva hard el nifo y su familia frente a la medida protec- tora y la oferta que se les ha hecho. Ante la imposibilidad de solu- ciones que eliminen el molestar y el conflicto sélo queda buscar aquello que sea posible y lo més conveniente para cada caso. Nota "Texto presentado en la X Jornada de Debt “Solut Mental | Educacio" de la F9B, 26 de noviembre del 2010. CConexiones oamcow 33

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