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os eviRTUDES SENSUALIDAD Y SOBERBIA yal comportamiento habitual, se convierten en vicios 0 er Ager bn conus ‘ectos morales. {a sensualidad da lugar a la pereza, la intemperancia, Iujuria, l affin excesivo de comodidad y la avaricia, La serbia, por sa parte, deriva en orgullo, vanidad, autosufi rncia, susceptibilidad y rebeldia, Cada uno de estos vicios 4 objeto de un capitulo en este libro. Evidentemente, todos padecemos en cierta medida cada .0 de estos vicios. Sin embargo, a cada persona correspon tuna tendencia mas pronunciada hacia una de las dos andes ramas —Ia sensualidad o la soberbia— y, dentro étas, hacia algin vicio en especifico, que es su defecto vminante En ocasiones he preguntado a diferentes grupos: «Pues- sa escoger, ghacia qué rama preferirfan tender? A sabien- ts de que ambas son malas y de que es ineludible tender tcia una de ellas». Muchos me han respondido que los vi- os de la sensualidad, por su indole corporal, son més visi- ‘es y por eso, aunque sean a veces més aparatosos, resultan «ds identificablesy faciles de combatir. El enemigo esté ala sta, Los vicios de la soberbia, en cambio, al ser de indole spiritual, pueden ser mas sutiles, casi imperceptibles y, por ‘mismo, se detectan y combaten con mas dificultad. En [a vida real, lamentablemente, no podemos escoger uestras pasiones. Dejarian de ser eso, «pasiones». Mis bien rotan espontancas segin el temperamento y las predispo- ciones personales de cada uno. Lo que nos toca hacer es escubrir qué pasiones predominan en nuestra personali- ad y, en particular, cudl es muestra pasién 0 defecto domi- ante, para combatirlo con inteligencia y decision. orien aay 2s AVIRTUBES Laavaricia no lleva a ninguna parte. Al polarizar suim- Iso vital hacia la posesién de més y mas cosas, el avaro seuida otros aspectos esenciales de su vida. De hecho, anto mds se enriquece en posesiones mas se empobrece mo persona. ‘Todos hemos escuchado alguna vez Ja fébula del Rey idas. Fue un hombre que crecié obsesionado por la ri- 7a; particularmente por el oro. El dios Baco le concedio. fin su maximo deseo: que todo lo que tocara se transfor- fara en oro. Y todo iba muy bien hasta que quiso beber, mer, dormir... Todo se convertia en oro; en puro, dara {rio oro. a avaricia tiene un efecto paradéjico: el avaro, pose- indolo todo, se siente vacio, Tarde o temprano se da cuen- tade que nada es capaz de saciar la sed de gu ambicioso corazén. Y es que ningtn bien material, en la cantidad que sea, esté hecho a la medida de su corazén. Porque el corazén del hombre tiene aspiraciones trascendentes que ningan bien material puede saciar. nom Anica gAvaro yo..2 {Me siento insatisfecho con lo que tengo? sEnvidio o codicio ficilmente las posesiones de los dems? {Soy un comprador compulsive? Acumulo ropa, zapatos, joyas, accesorios de vestir mas alld de lo que necesito? sDisfruto enormemente contando y recontando mis po- sesiones? slengo una obsesidn enfermiza por coleccionar cualquier tipo de abjeto material? sSoy de los que estan dispuestos a pagar una fortuna por algiin articulo «inico en su especies? jMe siento realizado al mostrar a los demas mis pose- sionest {Soy una persona «agarraday? Muy rara ver estoy dis puesto a donar o compartir mis bienes? 49s a wrTUDEs Cuando era nifio, en la casa de enfrente vivian dos aicos en plena adolescencia y bastante dados a este tipo ¢ comportamientos. Mis hermanos y yo nos divertiamos on sus rarezas. Corrian los afios setenta y se impuso por reve tiempo la moda de Ios zapatos con suelas y tacones cevados, también para caballeros. Motivados por nuestra spuesta admiracién, cada semana estrenaban zapatos un co mas altos, Se nos presentaban con la regla de medir 1 mano para que pudiéramos sorprendernos de los ya diez ontimetros de suela, Nadie tenia zapatos tan altos como 1s suyos. Tristemente, la excentricidad tiene muy poco que srcon la verdadera estatura humana. eoriola sRebelde yo sSiento la necesidad de distinguirme habitualmente de los demas? iMe gusta ser y que me llamen coriginab? sTengo gustos un tanto excéntricos en el vestir, vocabu- lario y comidas? {Tiendo a corregir y matizar lo que afirman los demas? Cuando converso en grupo, jme gusta asumir posicio- nes contrarias a la opinién comin? {He sido «rebelde sin causa» alguna vez? iMe atrae selectivamente todo lo walternativor: «medici- na alternativa», «espiritualidad alternativa», «alimentos altemativos» «moda alternativan, etcétera? 3Me identifico facilmente con grupos contestatarios, mo- vimientos contraculturales o banderias politicas radica- les? : sProcuro dar a mis palabras 0 acciones algiin efecto muy original? sSuelo convertir las tareas mas comunes en rituales 0 ex- travagancias personales? 64 vicios a vinrunes E ba nies ue salir huyendo del Reino de Israel para refugiarse en | + ;Soy avasallador, es decir, esclavizo con“ Jerusalén. f demas? ‘Triste epilogo de muchos orgullosos, al final de su vida reciben en pago de su tirania el olvido y la soledad, quiz | + ;Me halaga tener fama de adurov? Benjamin Franklin: «El que come orgullo, cena despreciow x facilidad de quienes les fueron més cercanos. Tal vez por €s0 dijo I | | | 4Orgulloso yo...? : sPienso excesivamente bien de mi mismo: de mis talen- tos, capacidades y buen juicio? sSoy de los que, al ejercer cualquier autoridad, tiranizan, atropellan y lastiman a los demas? {Soy impaciente, intolerante o incomprensivo ante las ff + ;Soy prepotente o desconsiderado con los demés? E | | limitaciones o deficiencias ajenas? {Soy impositivo ¢ inflexible a la hora de expresar mis opiniones? + sJuzgo y critico internamente el proceder de los demas? + jPrefiero exigir que dialogar o motivar? a a vicios 8 ieTUDES 7. Lu NY Esclay {Noy por la vida como una gran antena parabéltica, aten- toa captar toda sensacién que deleite mis sentidos? Soy de «mirada distraidav? jCaigo con facilidad en la Laatmésfera meditica ha alcanzado altos niv Curiosidad de ver lo que puede ser inconveniente? minacidn erdtica, La televisidn, el cine, los me: | yel Internet han puesto al servicio de Ja c: {Me dejo llevar fécilmente por cualquier estimulo que | tecnologias sin precedentes. Navegar libreme berespacio hoy casi equivale a callejear por | de una metrépoli. ¥ quienes gustan de andar < Me dejo vencer porla guls? | ala vuelta de la esquina con especticulos en \ L_ delascivia, centros de table dance, casas de cit cos de irradiacién de la sensualidad Ahora bien, el bombardeo sexual no tenc Suelo tomar algiin alimento a sabiendas de que me hace | no hubiera en nosotros una inclinacién ego 7 sexual: la lujuria. La enorme industria del se: y seguir siendo negocio mientras esta pasié: jAbuso del alcohol? sHe perdido alguna vez el control? zando los tejidos de horabres y mujeres, de toc )_yestratos sociales, Cada uno es un cliente pot ee eaeadsdice ra as? su apetito sexual esté siempre al acecho, esp: ee case Pe ee arzojen algo de carnada, ' La bnisqueda consciente y deliberada de la xual y de su satisfaccién, fuera del matrimoni de Injuria. Obviamente, no entra aqui lo que ¢ ma involuntaria: una imaginacién no consen! rada inesperada o, incluso, una excitacién fisic sin importar su intensidad o duracién. excite mis sentidos? i {Soy melindroso para comer? daio? 36 viclos & iaruDes 3Perezoso yo. + {Me rijo habitualmente por la ley del minimo esfuerzo? + sSoy desordenado en el uso de mi tiempo? + sDejo con facilidad pendientes «para mafianay? + jHay caos en mi escritorio, mesa de trabajo, cajones, ar- culos de aseo personal? + {Soy descuidado o desaliftado en mi arreglo personal? + ;Soy negligente en el cumplimiento de mis responsabi- lidades? + Me descubro con cierta facilidad «no haciendo nada»? + gRehuyo especialmente el trabajo intelectual? + jMe da flojera la vida espiritual? i 6. INTEMPEE Todo Aristételes dijo que el ser humano es un anit es una definicién reciente, pero ayuda a ent comercio y la publicidad dirigen tantos men nes a cierto sector —innegable— de nuestra verdadero cliente potencial es el animal quel Tenemos, sin duda, muchos vinculos ¢ dad con el universo material y, en particu animal. Somos del género. A tal punto que da del hombre podria hacernos pensar que somos més que animales; un poco mas co cializados, pero animales al fin. La verdad es otra. Somos esencialmente diferencia no estriba sélo en la presencia d ritual, También nuestro cuerpo es diferes humano, De hecho, més que poseer un cue péreos; més que instintos, tenemos tende: sensibilidad, aunque corpérea, es en ciertor ‘Ahora bien, el hecho de ser corpéreos cesidades y tendencias que se expresan er titos sensitivos. La sed, el hambre, el impt apetitos que residen en nuestra corporeidad ciones vitales necesarias para la supervivenc y de la especie. Quizé es cuestién de enfoque: el autosuficiente no se da cuenta de que, en realidad, Ia interdependencia reciproca es generadora de amor, de cercania, de vinculacién con los dems; es el catalizador de las més intimas y fecundas rela- ciones personales y el cemento de la vida social. Por otro lado, bien dijo Jestis que sélo quien se hace como niio —y no hay nadie més necesitado que uno de ellos— puede en- trar en el reino de los cielos.* : 13. SUSCEPTIBI El ego i A veces traemos la sensibilidad a flor de pie horno para bollos», decimos. No andamos « normal. Nuestro humor puede variar segin + JMe siento demasiado seguro de mi mismo, de mis apti- f preocupaciones, los ritmos hormonales y hast: tudes y capacidades? La susceptibilidad es otra cosa. Es una in nuestro ego. Cualquier érgano inflamado se sensible. Igual le pasa al ego: cuando se inf + ;Emprendo con frecuencia tareas 0 retos que superan mi lastima, Pero la susceptibilidad es mas que u Capacidad? | chucén; es una visi6n y una actitud ante la vic F tible tiene la impresién y hasta la firme convi las personas, los acontecimientos y las circt han confabulado, como una mano invisible, p pazy hacerle a vida de cuadritos. La susceptibilidad afecta todas las dimes persona. Su primer tablado es la imaginacié) tible es hiperinterpretativo. Cavila, sospecha, cabos con excesiva facilidad, legando a con: tundas que se basan en unos cuantos indicios; al margen de la realidad. Ademés, su imagin: E Ja sola, Le sigue el compas un cierto comple} 0 delitio de persecucién, por lo que tiende a jAutosuficiente yo...? + Prefiero suftir lo que sea antes que pedir ayuda? + Soy individualista? jEvito el trabajo en equipo por consi- derar que los dems son ms un estorbo que una ayuda? jMe encastillo frecuentemente en mis propias ideas y concepciones de la vida? {Me importa demasiado poco lo que los demas opinen sobre mi? + gJamas pido consejo? ie CE MIR,3 S aWaTuoe La susceptibilidad consume el corazén, Dificilmente xplica de otro modo tanto desgaste en ciertas parejas. indo la susceptibilidad da paso a la sospecha, la sospe- al reclamo, el reclamo a la contienda, y la contienda al o, el corazén se agota, se vacia; porque odiar es un des- arro del corazén. SUSCEPTISLIDAD sSusceptible yo...? sTiendo a interpretar negativamente el proceder de los demés? ;Normalmente en contra mia? iMe resiento fécilmente cuando percibo algiin tipo de desconsideracién hacia mi persona? *Soy de las personas que necesitan ser tratadas con «pin- zas y guantes blancos» para no ser lastimadas? sTodo lo tomo «personal»? {Vivo, por ello, con una acti- tud agresiva y defensiva? {Suelo agrandar los pequetios problemas 0 dificultades de la vida? 2Hago «berrinches» cuando las personas no me tratan como yo esperaba? {sTengo la sensacién de que los demés me quieren lastimar? @Me quejo con frecuencia de mi «mala suerte»? {Soy rencoroso? gEncuentro cierto deleite en «reabriry mis heridas? g ra captar la vanidad ajena que un vanidoso. Y nadie cciona con mayor enfado. Lo que hace insoportable la ridad de los dems es que hiere la propia. Por desgracia, no es posible esconder la vanidad por mucho tiempo. La vanidad se descubre igual que un delito, decia M. Cowley. Tarde o temprano, el vanidoso se mete en un callején sin salida. Sus pala- bras, comportamientos y actitudes termi- nan por delatarlo, evidenciando su vacie- dad, ilusién y ficcién, pues eso es también la vanidad: humo inconsistente. Bien lo sia Alfonso X, El Sabio: «L.os cantaros, cuanto més vacios, isruido hacen». vaNinaD Wanidoso yo...? {Siento una necesidad enfermiza de quedar bien ante los demas? {Cuido con demasiado esmero mi fisico, estética o arse Jo personal? sInvierto demasiado tiempo y recursos en P 3 poy ello? jHago alarde de mi inteligencia, sabiduria o cultura en algin campo? Soy ostentoso? jHago gala de prendas, joyas 0 articulos lamativos? sTemo excesivamente quedar en ridiculo? {Me cohibo o inhibo ficilmente ante los demas? jMe fal- ta sencillez y espontaneidad? ‘Tras alguna accién o intervencién publica, sme Ja paso preguntindome silo hice bien? ;Soy adicto a los aplau- 05, al flash 0 a cualquier tipo de reconocimiento? sMe he descubierto alguna vez mendigando alabanzas? {Soy perfeccionista aun en cosas que no lo ameritan? viciose vieruoes espectaculares, peliculas, programas televisivos, periddicos y revistas. La pomografia es una industria que crece expo- nencialmente y se filtra como lz humedad en nuestras ca- sas, oficinas y espacios de descanso. Los grados de consu- ‘mo varian, desde el que anda con el ojo suelto viendo todo Jo. que se presenta, hasta el que paga para ver, que ya es sefal de cierta adiccién. Estudios recientes han confirmado que la pornografia puede tener efectos psical6gicos y emocionales adictivos. Eladicto a la pornografia se desconecta facilmente de sus responsabilidades y descuida la comunicacién con los de- ; més. Su vicio lo aisla en una especie de enclaustramiento sexual. No puedo olvi- dar a un compafero de universidad que sufria amargamente por baberse dejado | enredar en este vicio. Se sentia ansioso, vulnerable y profundamente decepcio- / nado de s{ mismo. Ansiaba borrar de} golpe la impresién dejada en su memoria por tantas imagenes que ahora lo turba- ban y atormentaban, pero no podia. La pornografia le estaba pasando su factura. Una caracteristica muy tipica del lujurioso es que perc be cada nueva tentacién como una oportunidad tinica que) ro puede dejar pasar. Fs un cortoplacista; un esclavo de laf inmediatez. Vive para el aqui y ahora. No sabe esperar. Por 0, los temperamentos més primarios e impacientes pue- den tener mayor peligro en este campo. E ‘La lujuria destruye muchas vidas. Como un devastador tsunami, deja @ su paso una espantosa secuela de nifios abu- sados, madres adolescentes, carreras truncadas, familias r0- Ul tas,y millones de enfermos. De todas partes sealza el clamor wv social contra esos males, pero sorprende constatar como n0 sealzan las voces con igual vehemencia contra el despliegue de permisividad y erotismo que son su causa mas frecuente Mientras el mundo siga erotizado, seguir habiendo abusos, violaciones, infidelidades y muchas, muchas Mgrimas. sLujurioso yo. sTengo el «ojo suelto» ante los estimulos sensuales que se presentan? Me delei ve a ito en conversaciones, confiden cl cias y chistes su- bidos de tono? cee Consiento fi iConsiento ficilmente pensamientos o i \$ © imaginaciones cargados de sensualidad? i sHe pagado alguna vez por ver pornografia? + gTengo el habito de la masturbacion? iMe dejo llevar por la pasion en el trato con mi novio(a}? Si soy casado, zh she sido infiel de pensamiento, de corazs ode acto? ‘ cena Soy de los que no dejan pasar «oportunidads para satis- facer su apetito sexual? jase virrunes aquellas actividades en las que todo esté debidamente ontrolado, Su afin de comodidad es un grillete que inmo, iliza a toda la familia. El comodén sufre para adaptarse a cualquier circuns- ancia, La vida esta tejida de situaciones imprevistas, mu- hhas veces inclementes y molestas. Por eso, lejos de vivir ranquilo, el comodén anda por la vida preocupado de to- las las variables que pueden, en cualquier momento, robar- e su comodidad. Por titimo, hay que decir que el comodén es una perso- xa muy poco solidaria. Ve por su comodidad y no mira las necesidades ajenas. Da tristeza verlo cobijado en su capara- én, como un cangrejo ermitafio, que no tiene el valor ni la prontitud para ceder su espacio y suftir en lugar de alguien més. Bl precio de la solidaridad es olvidarse de uno mismo y el comodén no esté dis: puesto a pagarlo, No se da cuenta de que por el mismo precio viene la felicidad in- cluida, y asf se ve privado de ella Todos conocemos relatos sobre per- sonas heroicas que han sufrido grandes incomodidades por ayudar a alguien. Recuerdo en particular Is historia de tina joven judia que, al concluirla segunda guerra mundial, recign liberada de un campo de exterminio nazi, bo tenia fuerzas para caminar siquiera hasta la estacién del tren, Un joven muy delgado —casi tan necesitado como ella la tom en brazos y la cargé hasta la estacidn, con gran esfuer- zo y sacrificio. Fue y le consiguié como pudo un pan y wn taza grande de café. La joven no podia creerlo. Era la pri ‘mera vez en mpuchisimo tiempo que tenia en sus manos una bpebida caliente. Poco después, el joven desaparecié y ella no comoiDao supo més de él. Aftos mas tarde, aquella mujer vino a saber que su abnegado salvador habia sido un seminarista catélico polaco llamado Karol, quien llegaria a ser Papa. sComodén yo. + :Soy de las personas que huyen sisteméticamente de toda incomodidad? + jMe irritan los climas adversos —lluvia, frfo, calor ex- cesivo? + flengo necesidades «especiales» que me impiden adap- tarme alas circunstancias —colch6n especial, almohada especial, silla especial, eteétera? + sBvito las acampadas al aire libre? gMe descorazona imag nar siquiera las incomodidades propias de una excursién? + Soy quisquilloso o demasiado exigente en detalles de ‘poca importancia que tienen que ver con mis gustos 0 maniast + gEsquivo siempre que puedo cualquier compromiso de tipo social o religioso?

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