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Historia Del Derecho Notarial y Sistemas-Notariales PDF
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Piura – Perú
Historia del Derecho Notarial y Sistemas Notariales
1. En los Hebreos
Para el Derecho Notarial, esta cultura es de gran importancia porque los hebreos contaron
con antecedentes de los notarios actuales; cuenta la historia que los reyes y funcionarios
públicos del pueblo hebreo no sabían leer y escribir, es por esta razón que se auxiliaban
de los escribas para realizar sus funciones.
Entre los hebreos, el conocimiento del arte de escribir que poseía cualquiera de las partes
contratantes, era motivo suficiente para que se redactara y formalizara el convenio. Pero
si los contratantes ignoraban, que era lo más frecuente, entonces estaban obligados a
reclamar la intervención del oficial o funcionario público destinado a tales fines, cuyo
Oficial recibía el nombre de escriba o escribano.
Así pues, los escribas eran quienes formaban parte de la organización religiosa, estos
estaban adscritos a las distintas ramas del gobierno, teniendo como función primordial la
redacción de los documentos concernientes al Estado y a los particulares.
En el pueblo hebreo se conocieron varias clases de escribas, de los que suele afirmarse
que ejercían fe pública, sin embargo, no la ejercían de propia autoridad, sino que esta
dependía de la persona de quien el escriba dependía. Tal parece que la razón principal por
la cual eran requeridos sus servicios era por sus conocimientos caligráficos, por tal razón
no se considera al escriba hebreo como un verdadero notario. En estricto sentido, lo que
daba eficacia a los actos era el testimonio que realizaban los escribas, así tenemos:
- Los Escribas de la Ley: cuyo cometido era interpretar los textos legales con
toda pureza y fidelidad, dando lectura de los mismos ante el pueblo y
aplicándolo a los casos prácticos. Estos Escribas solían asesorar a los jueces
laicos que presidían los tribunales de escasa importancia. A ellos se les tenía
en mucha autoridad e influencia, dada su misión de interpretar la ley; sólo
ellos podían interpretar la ley, y no se admitían sino las explicaciones por ellos
manifestadas, por ende se creían los depositarios de la verdad contenida en la
ley.
- Los Escribas del Pueblo: conocedores de las ley y las costumbres, asesoraban
a los ciudadanos que los requerían, y redactaban los documentos en que
constaran las convenciones entre particulares, tales como contratos de
matrimonio, ventas, arrendamientos, etc. Es decir, a estos escribas se les
consideraba redactores de pactos y convenios entre los particulares, eran más
parecidos a los notarios actuales, pero su sola intervención no daba legalidad
al acto, pues para conseguir esta era necesario el sello del superior jerárquico.
- Los Escribas del Estado: ejercían funciones de secretarios y escribanos del
Consejo de Estado, de los Tribunales y de todos los establecimientos públicos.
Ellos eran los únicos que tenían derecho de poner sello público sobre las leyes,
las sentencias de los Tribunales y los actos de los particulares que debían
adquirir autenticidad para poder ejecutarse.
Lo anterior nos hace ver que las funciones fundamentales del escriba y el notario actual
tienen gran parecido, ya que ambos redactan actos jurídicos y les dan la notoriedad oficial
que la organización en que viven les permite.
2. En Egipto
En la sociedad egipcia los Escribas eran los encargados de la redacción del documento,
pero este documento carecía de autenticidad; para que la tuviera debía recurrirse al
Magistrado, el cual autenticaba lo redactado por el Escriba por medio de un sello que
imprimía al instrumento. La actuación del Escriba se cumplía generalmente mediante el
uso de tablillas de arcilla humedecidas en las que éste iba grabando mediante la utilización
de palillos especiales, los caracteres cuneiformes, típicos de la escritura.
Cuenta la historia que al igual que en el pueblo hebreo, en el caso egipcio, la función del
escriba era similar, quién además de saber y escribir se le denominaba Consejero del
Faraón, al sacerdote, al magistrado, al funcionario y al doctor.
Cabe mencionar que entre los egipcios prevaleció el registrador sobre el escriba, en
cambio con los hebreos, este último fue el que se impuso sobre el primero.
Asimismo, en la historia antigua de Egipto se conocieron dos clases de documentos, el
"casero" y el "del escriba y testigo"; con respecto al primero, una persona contraía
simplemente una obligación de hacer, como lo era casi siempre la transmisión de la
propiedad de un objeto, lo que se hacía con tres testigos y la firma de un funcionario de
jerarquía. En el caso conocido como "documento del escriba y testigo", lo era una
declaración de persona, la que firmaba el escriba y en forma tal que resultaba casi
imposible el que pudiera alterar el papiro sobre el cual los egipcios fueron verdaderos
maestros al grabarlos. Este documento "despierta curiosidad en cuanto que,
efectivamente, el escriba pudo hacer sido un antecesor del notario"; del mismo modo,
respecto de los sacerdotes estos tenían un carácter semejante al del notario profesional,
en cuanto también se encargaba de redactar correctamente los contratos.
3. En Grecia
Los Singraphos eran considerados como verdaderos notarios, cuya principal función
consistía en llevar un registro público. Estos sujetos eran muy comunes en la ciudad de
Atenas, en la cual no se otorgaba contrato alguno si no se inscribía en Registro Público
llevado por ellos. Cada tribu contaba con dos de ellos, los cuales estaban más circunscritos
a la familia o gentilicio y gozaban de grandes consideraciones y honores. Los Mnemon,
Promnemon o también conocidos como Sympromnemon, se consideraban como los
representantes de los precedentes griegos del notario; ya que se encargaban de formalizar
y registrar los tratos públicos y las convenciones y contratos privados.
4. En Roma
En Roma la función notarial existió desde los primeros tiempos pero no estuvo a cargo de
una sola persona sino que la misma se atribuyó a distintos funcionarios.
El tabelión tenía la finalidad de redactar actas jurídicas y los convenios entre los
particulares.
Esta variedad de nomenclatura no prueba, en definitiva, sino que la función notarial está
dispersa y atribuida a multitud de variados oficiales públicos y privados, sin que
originariamente se reúnan todas las atribuciones en una sola persona.
Cabe recalcar que, El tabullarius es una figura que nace por decreto del Príncipe, por tal
motivo pertenece al Derecho Público, este oficial venía a ser una especie de archivero de
documentos privados, además de desempeñar las funciones oficiales del censo y debido
al hábito de la custodia de documentos oficiales debió proliferarse la costumbre de que se
le otorgara en depósito los testamentos, contratos y documentos que los particulares
consideraban que debían ser guardados, para que el día en que se necesitaran produjeran
sus efectos.
A pesar de que los tabullarius tenían bajo su custodia dichos documentos, este hecho no
producía por sí mismo su carácter auténtico a los actos privados; pero sí podemos afirmar
que estos oficiales tenían fe pública no solo por lo que respecta al censo, sino también al
hecho de la entrega de los documentos privados que custodiaban. Por lo anterior, se pude
decir que la fe pública no afecta el contenido de los documentos pero sí a la entrega de
los mismos. Es a través del Tabularius y del Tabellio como se llega a la figura del notario,
sin embargo no son estos los notarios como se conocen actualmente, ya que faltaba la
función legal de dar forma solemne a los actos formalistas del derecho romano.
Así pues, se puede determinar que, es a través del tabularius y del Tabellio como se llega
a la figura del notario, sin embargo no son estos los notarios como se les conoce
actualmente, ya que faltaba la función legal de dar forma solemne a los actos formalistas
del derecho romano.
5. En la época de Carlomagno
Durante la época de Carlomagno, aparecen los llamados scabini, quienes tenían funciones
judiciales que incluía el conocimiento de los llamados "juicios fingidos", es decir,
aquellos en los que realmente no existía conflicto de derechos, y en los que se aparentaba
un juicio a fin de dotar de seguridad a la adquisición de derechos. Esta ficción ya se
encuentra presente desde el Derecho romano, en donde la in iure cessio consistía en un
juicio fingido por virtud del cual, el transmitente de un inmueble reconocía ante el pretor
el mejor derecho del adquirente, con lo que este quedaba investido automáticamente con
la propiedad. Pues bien, esa misma situación se presentó con los scabini, pues resolvían
los actos de jurisdicción voluntaria (sin conflicto) a través de la expedición de un
documento: instrumenta guarentigia, el cual gozaba de fe pública. Así, pues, la escritura
pública (típico instrumento notarial) nace casi como una derivación de la sentencia
judicial.
6. En la Edad Media
El sistema feudal, tuvo gran influencia en la materia que nos ocupa, pues al combinarse
los dos poderes, el temporal de los señores y el espiritual de la Iglesia Católica, dio origen
a multitud de ramas dentro de la institución y así surgió, no solo muy variada gama de
notarios eclesiásticos, sino que también, los condes y barones, en sus respectivos feudos,
se subrogaron el derecho de nombrar escribanos, que se denominaban según el caso,
notarios por los abades, priores y marqueses.
7. En España
Habrá que llegar a Las Partidas de Alfonso El Sabio (siglo XIII), para contar con un
primer estatuto orgánico del notario y del instrumento notarial. Allí se define al notario,
sus condiciones, nombramiento y cese, las obligaciones y prohibiciones, el protocolo o
registro de notas, el instrumento público y privado, los honorarios, la responsabilidad por
falsedad, entre otros temas. La importancia de la legislación Alfonsina es tan grande en
el ámbito notarial, que sus formas y modelos perduraron por muchos siglos, prácticamente
hasta el XIX.
Para el caso americano, rigieron Las Partidas y las demás fuentes hispánicas, entre ellas,
el Fuero Juzgo, el Fuero Real, las Leyes del Toro, la Nueva Recopilación y la Novísima
Recopilación, las cuales establecieron una regulación general del notariado, permitiendo
la existencia de distintas categorías de estos, algunos de competencia exclusiva para la
Casa Real y otros de competencia general; algunos, de competencia territorial estricta y
otros de competencia en todo el reino.
En época más reciente, podemos encontrar la fundamental Ley Francesa del25 del ventoso
(16 de marzo) de 1803. Sobre ella, bien vale la analogía siguiente: si el Código de
Napoleón marcó un hito en el Derecho civil, igual podemos decir de esta Ley del Ventoso
con respecto del Derecho notarial. En efecto, esta ley es la primera que regula en forma
íntegra y exclusiva la función notarial, y que además tiene el mérito de separar de manera
terminante la f-e pública notarial, propia del ámbito extrajudicial, de la potestad del juez
de dirimir conflictos. Antes de ello, existía confusión entre ambas materias y funciones.
El primer título de la le1'trata de los notarios, su función, su competencia y sus deberes;
en una segunda parte, encontramos los actos notariales, la forma, las minutas,
certificaciones y protocolo. El segundo título versa sobre el número, distribución y fianza
de los notarios; condiciones de admisión y nombramiento, así como la disciplina. El tercer
título establece disposiciones transitorias para los notarios que en ese momento se
encontraban en ejercicio.
Las aportaciones principales de la Ley francesa son las siguientes:
- Para ser notario, se establece el requisito de una práctica notarial ininterrumpida de seis
años.
- El cargo es vitalicio.
- Como principio de seguridad, se exige la trascripción del título de propiedad que acredite
el derecho del enajenante.
Otro hito moderno importante en esta breve síntesis histórica, está dado por la Ley
Orgánica de Arreglo del Notariado de 1862 (vigente), que sienta las bases en España para
la concepción autónoma y específica de la función notarial. En efecto, antes de ello
reinaba el caos en materia de enajenación de oficios notariales, retención de archivos,
confusión de competencias y yuxtaposición de atribuciones extrajudiciales y
contenciosas; además, había una creciente inmoralidad por falta de disciplina y vigilancia
en el ejercicio de la función. Por ello, no pudo ser más exacto el epígrafe de esta venerable
ley: "de arreglo del notariado".
1. En el Incanato
Tuvo poco empleo debido al régimen familiar que existía y que gobernó las relaciones
entre el Ayllu y el sistema socialista; pues en la sociedad incaica no predominó la
propiedad privada, tampoco existió entre particulares la actividad comercial con fines de
lucro ni hubo el dinero como instrumento de cambio; es decir: no había necesidad de
instituir forma específica de notariado por carecer de objeto.
A comienzos del siglo XIV con Inca Roca al ampliarse el dominio de los incas se presentó
la necesidad de crear funcionarios pues se multiplicaron los negocios jurídicos.
Se cree que el notariado Peruano tiene sus raíces en la conquista Española, en el siglo
XVI, cuenta la historia que don Rodrigo de Escobedo (o Descobedo), Escribano del
Consulado del Mar, integrante de la Flota de Colón, está considerado por el Ilustre José
A. Negri, como “El primer Notario que pisó tierra americana y actuó profesionalmente
como tal”.
Los escribanos eran casi siempre hombres que integraban las expediciones sin título
alguno. Como menciona José Negri “eran medio soldados y medio letrados, manejando
la pluma y la espada con aliento aventurero”.
Por razones obvias, en este período prima el desorden de la función notarial. Los
Escribanos intervenían en lo contractual, en lo civil y penal; su jurisdicción la determinaba
el gobernador. Redactaban testamentos, transacciones, actas de fundación de ciudades,
escrituras de sociedades, requerimientos, intervenían en los juicios penales, ejecución de
sentencias, etc.
En esta época se hizo mal uso de la fe pública, sólo obedecía a los conquistadores y para
sus codicias. Entre los casos históricos de intervención de Escribanos tenemos: el
rescate de Atahualpa, el reparto, el testamento de Pizarro.
3. En la Colonia
Se dice después de la conquista, los primeros notarios fueron Don Francisco De Xerez,
Don Miguel Astete, Don Pedro Pizarro, Don Pedro Sancho De La Hoz Y Don Cristóbal
Mena.
Reestablecida la calma después de las guerras civiles y luego de la tardía reacción violenta
de los indios, comenzó la verdadera organización jurídica y administrativa de la colonia.
Se permitió la subsistencia de la organización incaica entre los indios, respetando el
régimen oriundo, con el fin de desplazarlo gradualmente, pero hasta entonces el
quipucamayoc debía intervenir en los inventarios, en el depósito de bienes y otras cosas
atendibles por razón de su oficio; su cargo era vitalicio, mientras no esté incapacitado
física o moralmente; era elegido por voto popular.
Tal como se había previsto, en pocas décadas los Quipucamayoc fueron dejando los
quipus y adoptando el uso del papel; su actuación se españolizó y gradualmente la
organización notarial hispana absorbió a éste.
Los escribanos a pesar de que debían ser nombrados por el Rey, los virreyes y
gobernadores nombraron gran número de escribanos, justificando su actitud con la
enorme extensión de las colonias y la necesidad de administrar justicia.
El ejercicio del cargo se volvió comercial; se podía vender o comprar el puesto, quedando
por ello siempre en manos de familiares o autoridades de mayores recursos económicos,
y estaba orientado a favor de quien más da o quien tiene mayor influencia.
4. Historia del Derecho Notarial después de la Conquista
El sistema se mantuvo por varias décadas, más o menos inalterable, hasta que se vio la
necesidad de dictar una norma específica referida a la función notarial y su vinculación
con el Registro de la Propiedad Inmueble (creado por ley de 1888, pero que se fue
implementado progresivamente en los años siguientes). Así, mediante Ley del 04 de
octubre de 1902, se aprobó la norma sobre los notarios en sus relaciones con el registro
de la propiedad inmueble, la misma que fue reglamentada por Resolución Suprema de 20
de junio de 1903. En pocas palabras, este conjunto normativo tenía como finalidad exigir
que los notarios pasen sin demoras los partes (copias certificadas) de las escrituras
públicas al registro, así como, que las escrituras cumplan los requisitos establecidos por
la ley y el reglamento del registro, a fin de posibilitar las inscripciones. Asimismo, se
estableció que los notarios quedaban sujetos a la Junta de Vigilancia del Registro en
cuanto a la inspección y disciplina de las obligaciones notariales frente al registro (art. 5
de la ley).
Sin embargo, la imperativa reforma que requería la justicia civil en los primeros años del
siglo XX, también arrastró el tema del notariado, pues ambos se encontraban vinculados,
tal como se explicó antes. Por ello, mediante la Ley 1510, del año 1911 (y vigente a partir
de 19I2), se aprobaron tres normas en forma simultánea:
El Código de Procedimientos Civiles (que rigió hasta 1993), la Ley Orgánica del Poder
Judicial (que rigió hasta 1963) y la Ley del Notariado (que rigió hasta 1992). Las
novedades que introdujo, esta última, que es la única que interesa para efectos de esta
exposición, fueron las siguientes:
Los Colegios Notariales fueron creados por virtud de la Ley 16607, dictada en junio
de 1967, y su constitución sería obligatoria en aquellos distritos judiciales en los que
se desempeñasen más de cinco notarios. Los Colegios tienen la función de velar por
la disciplina y ética notarial; así como impulsar el mejoramiento profesional de sus
miembros y fomentar la ayuda mutua. Los notarios, para su ejercicio, debían estar
forzosamente incorporados en un Colegio.
Sin embargo, la modificación más importante que sufrió la ley de 1911 se debió al
Decreto Ley 22634, del 14 de agosto de 1979, que introdujo las siguientes novedades:
La Ley de 1911 quedó derogada en diciembre de 1992, con la expedición del Decreto Ley
26002, que fue objeto de sucesivas modificaciones y ampliaciones en el transcurso de los
años de su vigencia, lo que se explica por los vertiginosos cambios producidos en la
sociedad moderna, y que requieren ser trasladados a la legislación.
Por Ley N° 26662 de fecha 22 de Setiembre del año 1996 se amplían las facultades a los
notarios para poder tramitar ASUNTOS NO CONTENCIOSOS, tales como:
Rectificación de Partidas
Inventarios
Comprobación de Testamentos
Sucesión Intestada.
Sistemas Notariales
1. Sistema Latino
El sistema notarial latino se caracteriza por la garantía jurídica que ofrece a sus usuarios.
Esta garantía se ve plasmada en los documentos que realiza el notario, los cuales
significan una importante herramienta jurídica. La fe pública envestida en el notario de
corte latino otorga plena autenticidad a las declaraciones emitidas o hechos presenciados
por un notario.
Tiene como eje o protagonista al Notario, considerado como un profesional del derecho
que, en forma imparcial e independiente, ejerce una función pública, consistente en la
formación, conservación, reproducción y autentificación del documento notarial,
incluyéndose dentro de su alcance la certificación de hechos. Del mismo modo, es
colaborador nato y calificado del poder público, con la ventaja de que no solo aplica la
norma rígida al derecho positivo sino que sabe encontrar el encuadre flexible dado por
los usos y costumbres.
La labor del notariado en estos países se constituye así en una imprescindible necesidad,
otorgando garantía de autenticidad, imparcialidad y seguridad a los ciudadanos,
cumpliendo en ese sentido una doble misión: dar fe y dar forma.
Esa función se evidencia mediante la autoría del documento por parte del notario, un papel
principal que desempeña en la vida social. Es por eso que al notario latino se le exige el
conocimiento adecuado y científico del derecho.
El Notario Latino tiene el deber de averiguar la verdadera voluntad de las partes, brindar
su asistencia profesional y redactar el instrumento, ya sea para dar nacimiento al acto o
contrato o para darle una mejor forma probatoria, según sea el caso. Es equivocado pensar
que el fin del instrumento público notarial sea solo el de pre constituir una prueba; por la
naturaleza e importancia de determinadas relaciones contractuales del derecho, se exige
la intervención notarial para darles nacimiento. Es de este modo que el derecho ofrece
seguridad a las partes y a los terceros respecto a la oportunidad del acto o contrato, la
autenticidad del mismo, su legalidad y licitud, y en cuanto a su eficacia en el tiempo.
El cual se ejerce en países cuyo origen viene del anglo y el sajón, tales como Inglaterra,
Suecia, Estados Unidos (excepto Louisiana) Canadá por mencionar solo algunos. En
estos países el notario goza de fe pública limitada al indicar únicamente la veracidad de
las firmas de los documentos, no puede ir más allá, no tiene deber de asesorar ni
responsabilidad sobre el contenido del documento. El notario en el sistema anglosajón no
tiene la facultad de expedir documentos que ofrezcan garantías jurídicas como en el
sistema notarial latino.
En este sistema, el notariado es un oficio privado pero sujeto a los requisitos y límites que
le impone el Estado. Para ser notario no es necesario ser abogado, ni siquiera profesional,
lo único que se necesita es realizar un curso, y en algunos lugares es necesario también
pagar una licencia y contar con un seguro. Algo muy particular del sistema anglosajón es
que a los abogados se les prohíbe ser notario, pero solo a los abogados en ejercicio.
En los países de derecho sajón, la actividad del Notario está muy disminuida y en nada
responde a una labor profesional. En la Inglaterra, la asistencia de carácter jurídico a los
interesados corre a cargo de la “legal profession”: la Barrister, conocidos asesores
consejeros que actúan ante los tribunales, y los Solicitors, equivalentes a procuradores
que son los que directamente se entienden con los clientes ya que el Barrister
inusualmente es visto. La prueba por excelencia es la oral, estando la documental
subordinada a ella. Lo mismo ocurre en los Estados Unidos, en razón de su sistema
jurídico basado en forma primordial en la jurisprudencia y la costumbre, que
prácticamente sientan el Derecho. En Inglaterra, el sistema es esencialmente casuístico y
los precedentes constituyen normas de cumplimiento obligatorio. La ley pasa a un
segundo plano. En los Estados Unidos, el esquema es muy similar, con la singular
diferencia de que este país cuenta con una constitución.
En cuanto a su actuación, no tiene el triple carácter como otros Notariados, ya que si bien
el Notario es un colaborador técnico en la redacción del contrato, su intervención no lo
hace solemne, ni siquiera auténtico; la autenticidad o veracidad se refiere, no al contenido
sino solamente a las firmas del documento.
Solo tiene jurisdicción exclusiva en materia de protesto de letras internacionales y en la
autentificación o legalización de firma de documentos que hayan de surtir efectos en el
extranjero. Por eso se ha podido afirmar que el notario inglés es un funcionario con miras
al extranjero.
Conclusiones
2. El origen del notariado es muy remoto, pero data desde que el hombre comenzó a
vivir en sociedad. Su primer ancestro es el Escriba, un hombre con capacidad de
leer y escribir, un elemento esencial en una organización jurídica y administrativa
de los reinos.
4. El sistema notarial latino se caracteriza por la garantía jurídica que ofrece a sus
usuarios, garantía que se ve plasmada en los documentos que realiza el notario.
La fe pública envestida en el notario de corte latino otorga plena autenticidad a
las declaraciones emitidas o hechos presenciados por un notario.
LINKOGRAFÍA
• https://www.monografias.com/trabajos56/derecho-
notarial/derechonotarial2.shtml
DERECHO NOTARIAL
• https://www.academia.edu/7959244/HISTORIA_DEL_DERECHO_NOTA
RIAL_EN_EL_PER%C3%9A
HISTORIA DEL DERECHO NOTARIAL EN EL PERÚ
• https://es.scribd.com/document/284126087/1-Los-Sistemas-Notariales
LOS SISTEMAS NOTARIALES