Está en la página 1de 15

REVOCATORIA DIRECTA - Concepto

La revocatoria directa es una herramienta de la que pueden hacer uso tanto la


Administración como el administrado para que en sede gubernativa desaparezcan
del ordenamiento jurídico aquellos actos administrativos que estén en oposición a
la Constitución Política o a la ley, que no estén conformes con el interés público o
social o cuando con ellos se cause agravio injustificado a una persona. Es por
tanto, un medio eficaz con el que cuentan los sujetos del procedimiento
administrativo para remediar, sin acudir al aparato judicial, los yerros que puedan
cometerse en el ejercicio de la Administración Pública.

FUENTE FORMAL: CODIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO – ARTICULO


69

REVOCATORIA DIRECTA – Procedencia / REVOCATORIA DIRECTA –


Oportunidad / REVOCATORIA DIRECTA DE ACTOS DE CARACTER
GENERAL – Procedimiento

En cuanto a la procedencia y oportunidad de la revocatoria directa, los artículos 70


y 71 del Código Contencioso Administrativo previeron las siguientes pautas: En
primer término, señalan que no podrá pedirse la revocación directa de los actos
administrativos respecto de los cuales el peticionario haya ejercitado recursos de
la vía gubernativa. Lo anterior significa que existe incompatibilidad entre la
procedencia de la revocatoria con el agotamiento de la vía gubernativa, por cuanto
la administración ya tuvo oportunidad de enmendar los posibles yerros de su
actuación mediante los recursos. Y, en segundo lugar, dichas normas prevén que
la revocatoria podrá cumplirse en cualquier tiempo, inclusive en relación con actos
en firme o aún cuando se haya acudido a la Jurisdicción Contenciosa
Administrativa, siempre que en este caso no se haya dictado auto admisorio de la
demanda. En todo caso, las solicitudes de revocación directa de los actos
administrativos, bien sean de contenido general o particular y concreto deberán
resolverse dentro del término de 3 meses siguientes a la fecha de su presentación.
De otro lado, está claro que para efectos de revocar los actos de contenido
general, basta que la Administración decida revocarlos, dada su esencia
impersonal y abstracta que no consolida una situación jurídica particular.

FUENTE FORMAL: CODIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO – ARTICULO


70 / CODIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO – ARTICULO 71

REVOCATORIA DIRECTA DE ACTOS DE CARACTER PARTICULAR –


Consentimiento expreso del titular del derecho. Excepciones. Antecedente
jurisprudencial

Por el contrario, cuando se trata de actos de contenido particular y concreto, la


normatividad Contenciosa Administrativa, artículo 73 del C.C.A, ha establecido un
procedimiento reglado, en razón de la creación de situaciones subjetivas,
individuales y concretas de los administrados sobre un derecho, protegidos por la
Constitución Política en su artículo 58 cuando dice que” […] se garantizan […] los
derechos adquiridos con arreglo a las leyes civiles […]”. De la lectura de la norma
transcrita se desprende como regla general la imposibilidad de revocar
directamente los actos administrativos particulares y concretos, si la
Administración no cuenta previamente con el consentimiento expreso del titular del
derecho reconocido. No obstante, la norma también estableció excepciones a la
regla, esto es, a la posibilidad de revocatoria sin el asentimiento del administrado
cuando el acto particular surge de la aplicación del silencio administrativo o
cuando el acto ocurrió por medios ilegales.

FUENTE FORMAL: CONSTITUCION POLITICA – ARTICULO 58 / CODIGO


CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO – ARTICULO 73

NOTA DE RELATORIA: Sobre las excepciones para revocar los actos


administrativos de contenido particular, Consejo de Estado, Sentencia de 16 de
julio de 2002, Radicación: IJ029, Ponente: Ana Margarita Olaya Forero

REVOCATORIA DIRECTA DE ACTO DE RECONOCIMIENTO PENSIONAL –


Causales / REVOCATORIA DIRECTA DE ACTO DE RECONOCIMIENTO
PENSIONAL - Falta de requisitos pensionales / REVOCATORIA DIRECTA DE
ACTO DE RECONOCIMIENTO PENSIONAL – Documentación falsa. Debe
constituir delito. Antecedente jurisprudencial

El Legislador consagró una modalidad especial de revocatoria directa, el artículo


19 de la Ley 797 de 2003, consistente en la facultad de los representantes legales
de las instituciones de Seguridad Social o a quienes respondan por el pago de
prestaciones económicas, de revocar directamente los actos que reconozcan
pensiones, sin el previo consentimiento del particular, cuando se compruebe el
incumplimiento de los requisitos para acceder a la pensión o que el
reconocimiento se hizo con base en documentación falsa. En sentencia C-835 de
2003, la Corte Constitucional declaró exequible la anterior disposición
condicionándola en el entendido de que el incumplimiento de los requisitos o que
el reconocimiento se hizo con base en documentación falsa, se refiere a
conductas que estén tipificadas como delito por la ley penal.

FUENTE FORMAL: LEY 797 DE 2003 – ARTICULO 19

REVOCATORIA DIRECTA DE ACTO DE RECONOCIMIENTO PENSIONAL -


Eventos que requieren el consentimiento del particular / REVOCATORIA
DIRECTA DEL ACTO DE RECONOCIMIENTO PENSIONAL POR
CONTROVERSIA DEL REGIMEN JURIDICO APLICABLE - Improcedencia

La Corte advirtió que la facultad de revocación directa de los actos que reconocen
pensiones u otras prestaciones económicas sin el consentimiento previo del
pensionado, está limitada cuando la controversia surge de problemas de
interpretación del derecho pensional, que según el Alto Tribunal Constitucional,
puede ocurrir en relación con “el régimen jurídico aplicable, la aplicación de un
régimen de transición o la aplicación de un régimen especial frente a uno general”,
eventos en los cuales deberá acudirse al beneplácito del administrado, y de no ser
así, deberá adelantar ante los jueces competentes las acciones legales a que
haya lugar, para obtener la nulidad de los actos que pretende revocar. En otras
palabras, debe entenderse que la Administración no podrá hacer uso de la
revocación directa sin el previo consentimiento del titular, en los tres eventos
referidos, es decir, cuando el objeto de la revocatoria gira en torno al régimen
jurídico aplicable, la aplicación de un régimen de transición o la aplicación de un
régimen especial frente a uno general. De tal manera que ante la presencia de
cualquiera de los citados presupuestos se deberá acudir al asentimiento del titular
del derecho para revocar directamente o, en su defecto, acudir a la acción de
lesividad ante esta Jurisdicción para enervar la legalidad de dichos actos
administrativos. La Sala encuentra que la razón que motivó al Departamento del
Valle del Cauca para revocar los actos que habían reajustado la pensión del actor,
fue la aplicación de normas del orden territorial que habían sido derogadas por el
propio Departamento para la época en que se realizó el ajuste pensional. Esto
significa que la controversia versó sobre el régimen jurídico aplicable, y no por
comprobarse el incumplimiento de los requisitos para la pensión, que por demás
no desconoce el ente territorial, ni porque el reconocimiento de la misma se haya
efectuado con base en documentación falsa. En tales condiciones, es menester
concluir que el Departamento del Valle del Cauca debió haber obtenido el
consentimiento del actor para posteriormente revocar de manera directa los actos
que reajustaron la pensión de jubilación, por cuanto el objeto de litigio entre las
partes fue el régimen jurídico aplicable que, según la sentencia C-835 de 2003, es
un presupuesto que no encaja en los eventos por los cuales la Administración
puede revocar directamente sin el consentimiento del titular del derecho.

NOTA DE RELATORIA: Sobre los eventos que requieren el consentimiento del


particular para revocar el acto de reconocimiento pensional, ver sentencia de la
Corte Constitucional C-835 de 2003

FUENTE FORMAL: LEY 793 DE 2003 - ARTICULO 19

CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

SECCIÓN SEGUNDA

SUBSECCIÓN “B”

Consejero ponente: GERARDO ARENAS MONSALVE

Bogotá, D.C., veintiuno (21) de mayo de dos mil nueve (2009)

Radicación número: 76001-23-31-000-2005-00228-02(2222-07)

Actor: GUSTAVO ARBOLEDA ZAPATA

Demandado: DEPARTAMENTO DEL VALLE DEL CAUCA

AUTORIDADES DEPARTAMENTALES

Decide la Sala el recurso de apelación interpuesto por la parte demandada


contra la sentencia de 25 de mayo de 2007 proferida por el Tribunal Administrativo
del Valle del Cauca, por medio de la cual accedió a las pretensiones de la
demanda.

1. ANTECEDENTES
GUSTAVO ARBOLEDA ZAPATA, a través de apoderado, acudió a la
Jurisdicción en ejercicio de la acción prevista en el artículo 85 del Código
Contencioso Administrativo y solicitó la nulidad de las Resoluciones 1038 de 6 de
septiembre de 2004; 1056 de 4 de octubre de 2004 y 2067 de 8 de noviembre de
2004, por medio de las cuales el Departamento del Valle del Cauca revocó
directamente, y sin su consentimiento, los actos administrativos que le habían
reajustado su pensión disminuyendo su monto.

Como consecuencia de tal declaración y a título de restablecimiento del


derecho, solicitó que se ordene al Departamento del Valle del Cauca reajustar su
pensión de jubilación a la cuantía que venía devengando antes de la expedición
de los actos demandados, así como los perjuicios morales que le fueron
causados.

Los hechos de la demanda se resumen así:

Mediante Resolución 3481 de 20 de octubre de 1982, el Departamento del


Valle del Cauca reconoció al actor una pensión de jubilación, la cual fue reajustada
a través de las Resoluciones 3720 de 1988 y 2232 de 1989.

El Departamento del Valle del Cauca por medio de la Resolución 1038 de


2004, rebajó su mesada pensional aduciendo supuestas irregularidades en los
reajustes que la pensión había sufrido en los años de 1988 y 1989.

Interpuestos los recursos legales en contra de la Resolución 1038 de 2004,


los mismos fueron resueltos a través de las resoluciones que se recurren y que
confirmaron en todas sus partes el acto allí atacado.

Como normas vulneradas invocó los artículos 29 y 58 de la Constitución


Política; 14, 28, 34, 35, 69, 73 y 74 del Código Contencioso Administrativo y 19 de
la Ley 797 de 2003 y el concepto de violación lo desarrolló de la siguiente manera:

 Vulneración de la ley

Los actos acusados infringieron los preceptos jurídicos citados, por cuanto
el Departamento revocó directamente los actos administrativos particulares que
reajustaron la pensión, sin contar con el consentimiento del actor ni cumplir con el
deber de comunicación de la actuación administrativa iniciada, cuyo procedimiento
lo regula el artículo 73 del C.C.A.

Señala, que si bien es cierto que la entidad demandada fundamentó sus


decisiones en el artículo 19 de la Ley 797 de 2003, el cual previó la posibilidad de
revocatoria directa de los actos administrativos particulares de contenido pensional
sin el consentimiento del administrado, también lo es que dicha norma permite tal
revocatoria cuando se comprueba por la Administración que los actos fueron
expedidos con base en documentación falsa. Sólo en ese caso se puede de oficio
revocar los actos sin el previo asentimiento del particular; en los demás eventos, la
Administración debe acudir al procedimiento señalado en el Código Contencioso
Administrativo, en el que se preserva el derecho al debido proceso cuando se
exige para la revocatoria el consentimiento previo del particular a quien beneficia
el acto que se pretende revocar.

Considera que, el Departamento desconoció la protección constitucional de


los derechos adquiridos, en la medida en que disminuyó el monto de su pensión
sin acatar el procedimiento legal para ello.

Expresa, que la Administración habla genéricamente de irregularidades,


pero nunca las especifica, sólo se limitó a decir que los reajustes se dieron bajo el
amparo de normas derogadas, lo cual no es cierto, porque la Ordenanza 020 de
1984, que supuestamente derogó el régimen legal bajo el cual se le reconoció la
pensión, lo único que precisó fue que los servidores públicos del Departamento se
sujetarían al régimen legal vigente, lo cual no quiere decir que las normas
anteriores no tuvieran vigencia para los empleados que se hubieran pensionado
bajo su marco.

 Falsa motivación

La cual sustenta en que la Asamblea contaba con autorización


constitucional para establecer un régimen especial bajo el cual se pensionaran sus
servidores, situación que por ser especial y beneficiosa, no significa ilegal o
irregular. Así mismo, ignoró el marco jurídico legal de la pensión del actor y
presumió su mala fe, pues no existen irregularidades probadas en el sentido de
haber allegado documentos falsos para obtener el beneficio pensional.
2. CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA

El Departamento del Valle del Cauca se opuso a las pretensiones de la


demanda (folios 139 a 146 c. ppal.) con base en las razones que se resumen así:

Alega que no se violaron los derechos adquiridos del actor, toda vez que en
su momento le fue reconocida una pensión de jubilación con los requisitos de ley.

El reajuste de la pensión, que en su concepto es el tema objeto de


discusión en el presente asunto, se realizó conforme a la normatividad vigente de
la época, esto es, la Ordenanza 020 de 1984, que previó para los empleados del
Departamento el régimen pensional establecido en el régimen legal vigente que
para ese entonces era la Ley 71 de 1988.

Agrega, que el artículo 19 de la Ley 797 de 2003 ordena a los


representantes legales de las instituciones de seguridad social verificar de oficio el
cumplimiento de los requisitos para la adquisición del derecho y la legalidad de los
documentos, así como el pago de las sumas a cargo del tesoro público,
protegiendo de esta manera el interés general y el patrimonio del Estado.

3. LA SENTENCIA APELADA

El Tribunal Administrativo del Valle del Cauca accedió a las pretensiones de


la demanda (folios 158 a 170 c. ppal.), por las razones que se resumen a
continuación:

La administración está en la obligación de modificar o revocar sus actos a


través del ejercicio de los recursos legales procedentes o cuando al configurarse
alguna de las causales consagradas en el artículo 69 del C.C.A., oficiosamente o a
petición de parte, se imponga su revocatoria directa, siempre y cuando, se cumpla
la exigencia legal que contiene el artículo 73 ibídem.
Conforme a la sentencia C-835 de 2003 de la Corte Constitucional, el
artículo 19 de la Ley 797 de 2003 autoriza revocar los actos directamente en los
términos jurisprudenciales allí plasmados y sin violar el derecho fundamental al
debido proceso. En consecuencia, en este caso, la administración debió ejercer la
acción correspondiente para impugnar sus propios actos, esto es, la acción de
lesividad, con el fin de lograr que el juez administrativo declare la nulidad del acto,
dado que no se demostró la existencia de medios fraudulentos en la obtención del
derecho laboral reconocido.

Finalmente, respecto a la solicitud de perjuicios morales, encontró que los


mismos no fueron demostrados y, por tanto, no procede su reconocimiento.

4. EL RECURSO DE APELACIÓN

El Departamento del Valle del Cauca apeló la sentencia condenatoria del


Tribunal (folios 181 y 182 c. ppal), con fundamento en las razones que se
sintetizan a continuación:

La pensión fue reajustada al actor para los años 1988 y siguientes


desconociendo lo previsto en la Ordenanza 020 de 1984 cuando previó que el
régimen de los empleados del Departamento del Valle del Cauca sería el
contemplado en el régimen legal vigente, por el cual, debe entenderse el
establecido en la Ley 71/88.

Manifiesta que al actor no se le ha violado derecho alguno, puesto que las


normas que establecen prestaciones sociales no pueden ser modificadas sino por
medio de una ley o decreto expedido por el Presidente de la República, de
conformidad con las facultades constitucionales o legales.

5. ALEGATOS DE CONCLUSIÓN

Ninguna de las partes procesales se pronunció en esta etapa del proceso.


6. CONSIDERACIONES

6. 1 Problema jurídico

En los términos del recurso de apelación interpuesto, debe la Sala precisar


si la administración estaba facultada para revocar de manera directa y sin
consentimiento previo, los actos administrativos por medio de los cuales se
reajustó la pensión de jubilación del actor, disminuyendo su monto.

6.2 Marco normativo y jurisprudencial

6.2.1 De la revocatoria directa

Inicialmente, la Sala debe precisar que la revocatoria directa es una


herramienta de la que pueden hacer uso tanto la Administración como el
administrado para que en sede gubernativa desaparezcan del ordenamiento
jurídico aquellos actos administrativos que estén en oposición a la Constitución
Política o a la ley, que no estén conformes con el interés público o social o cuando
con ellos se cause agravio injustificado a una persona. Es por tanto, un medio
eficaz con el que cuentan los sujetos del procedimiento administrativo para
remediar, sin acudir al aparato judicial, los yerros que puedan cometerse en el
ejercicio de la Administración Pública.

El artículo 69 del Código Contencioso Administrativo prevé la revocatoria


directa en los siguientes términos:

“Los actos administrativos deberán ser revocados por los


mismos funcionarios que la hayan expedido o por sus inmediatos
superiores, de oficio o a solicitud de parte, en cualquiera de los
siguientes casos:

1. Cuando sea manifiesta su oposición a la Constitución


Política o a la Ley;
2. Cuando no estén conformes con el interés público o
social, o atente con él;
3. Cuando con ellos se cause agravio injustificado a una
persona.”
En cuanto a la procedencia y oportunidad de la revocatoria directa, los
artículos 70 y 71 del Código Contencioso Administrativo previeron las siguientes
pautas:

En primer término, señalan que no podrá pedirse la revocación directa de


los actos administrativos respecto de los cuales el peticionario haya ejercitado
recursos de la vía gubernativa. Lo anterior significa que existe incompatibilidad
entre la procedencia de la revocatoria con el agotamiento de la vía gubernativa,
por cuanto la administración ya tuvo oportunidad de enmendar los posibles yerros
de su actuación mediante los recursos.

Y, en segundo lugar, dichas normas prevén que la revocatoria podrá


cumplirse en cualquier tiempo, inclusive en relación con actos en firme o aún
cuando se haya acudido a la Jurisdicción Contenciosa Administrativa, siempre que
en este caso no se haya dictado auto admisorio de la demanda. En todo caso, las
solicitudes de revocación directa de los actos administrativos, bien sean de
contenido general o particular y concreto deberán resolverse dentro del término de
3 meses siguientes a la fecha de su presentación.

De otro lado, está claro que para efectos de revocar los actos de contenido
general, basta que la Administración decida revocarlos, dada su esencia
impersonal y abstracta que no consolida una situación jurídica particular. Por el
contrario, cuando se trata de actos de contenido particular y concreto, la
normatividad Contenciosa Administrativa ha establecido un procedimiento reglado,
en razón de la creación de situaciones subjetivas, individuales y concretas de los
administrados sobre un derecho, protegidos por la Constitución Política en su
artículo 58 cuando dice que” […] se garantizan […] los derechos adquiridos con
arreglo a las leyes civiles […]”.

Es por lo anterior, que el artículo 73 del Código Contencioso Administrativo


estableció las reglas para efectos de revocar directamente los actos
administrativos de contenido particular y concreto en los siguientes términos:

“Cuando un acto administrativo haya creado o modificado una


situación jurídica de carácter particular y concreto o reconocido un
derecho de igual categoría, no podrá ser revocado sin el
consentimiento expreso y escrito del respectivo titular.
Pero habrá lugar a la revocación de esos actos, cuando
resulten de la aplicación del silencio administrativo positivo, si se
dan las causales previstas en el artículo 69, o si fuere evidente que
el acto ocurrió por medio ilegales.

Además, siempre podrán revocarse parcialmente los actos


administrativos en cuanto se necesario para corregir simples
errores aritméticos, o de hecho que no incida en el sentido de la
decisión”.

De la lectura de la norma transcrita se desprende como regla general la


imposibilidad de revocar directamente los actos administrativos particulares y
concretos, si la Administración no cuenta previamente con el consentimiento
expreso del titular del derecho reconocido. No obstante, la norma también
estableció excepciones a la regla, esto es, a la posibilidad de revocatoria sin el
asentimiento del administrado cuando el acto particular surge de la aplicación del
silencio administrativo o cuando el acto ocurrió por medios ilegales.

Sobre el alcance del referido artículo y las excepciones para revocar los
actos administrativos particulares sin el consentimiento del titular, la Corporación 1
ya ha tenido oportunidad de pronunciarse en los siguientes términos:

“Nótese que en el inciso 2º [del artículo 73 del Código


Contencioso Administrativo] el legislador empleó una proposición
disyuntiva y no copulativa para resaltar la ocurrencia de dos casos
distintos. No de otra manera podría explicarse la puntuación de su
texto. Pero además, como se observa en este mismo inciso 2º y en
el 3º, el legislador, dentro de una unidad semántica, utiliza la
expresión “actos administrativos”, para referirse a todos los actos
administrativos, sin distinción alguna.

Lo cierto entonces es que tal como quedó redactada la


norma del artículo 73, son dos las circunstancias bajo las cuales
procede la revocatoria de un acto que tiene efectos particulares,
sin que medie el consentimiento del afectado: Una, que tiene que
ver con la aplicación del silencio administrativo y otra, relativa a
que el acto hubiere ocurrido por medios ilegales.

Sobre este punto de la revocación de los actos


administrativos, es relevante señalar que el acto administrativo a
que se refiere la parte final del inciso segundo del artículo 73 del
Código Contencioso administrativo, es al acto ilícito, en el cual la
expresión de voluntad del Estado nace viciada bien por violencia,
por error o por dolo, no al acto inconstitucional e ilegal de que trata
el artículo 69 del C.C.A., que habiéndose formado sin vicios en la

1 Sentencia de 16 de julio de 2002, exp. IJ029, M.P. Doctora Ana Margarita Olaya Forero.
manifestación de voluntad de la administración, pugna contra la
Constitución o la ley.

La formación del acto administrativo por medios ilícitos no


puede obligar al Estado, por ello, la revocación se entiende referida
a esa voluntad, pues ningún acto de una persona natural o jurídica
ni del Estado, por supuesto, que haya ocurrido de manera ilícita
podría considerarse como factor de responsabilidad para su
acatamiento. Ello explica porqué, en este caso, el acto
administrativo de carácter particular puede ser revocado sin
consentimiento del particular.

Ahora bien, el hecho de que el acto administrativo se


obtenga por medios ilegales puede provenir de la misma
administración o del administrado o de un tercero, pues en eso la
ley no hace diferencia. Pero además, el medio debe ser eficaz para
obtener el resultado, ya que es obvio que si algún efecto se
produce, éste debe provenir de una causa eficiente, como quiera
que si esa causa no es eficiente el resultado no se le puede
imputar a tal causa. El medio pues tiene que producir como
resultado un acto administrativo viciado en su consentimiento, por
vicios en la formación del acto administrativo y por esa vía es por lo
que se puede llegar a la conclusión, se repite, de la revocación de
tal acto, sin consentimiento del particular afectado, previa la
tramitación del procedimiento señalado en el artículo 74 del C.C.A.”

En síntesis, tanto el artículo 73 del Código Contencioso Administrativo como


la Jurisprudencia de esta Corporación al respecto, coinciden en señalar que el
acto producido por el silencio administrativo positivo y el que se origina por medios
ilegales, esto es, el acto ilícito, pueden revocarse directamente sin el
consentimiento del titular del derecho.

6.2.2 De la revocatoria directa a la luz de la Ley 797 de 2003

Con posterioridad al Código, el Legislador consagró una modalidad especial


de revocatoria directa, consistente en la facultad de los representantes legales de
las instituciones de Seguridad Social o a quienes respondan por el pago de
prestaciones económicas, de revocar directamente los actos que reconozcan
pensiones, sin el previo consentimiento del particular, cuando se compruebe el
incumplimiento de los requisitos para acceder a la pensión o que el
reconocimiento se hizo con base en documentación falsa. En efecto, el artículo 19
de la Ley 797 de 2003 señaló que:

“Los representantes legales de las instituciones de Seguridad


Social o quienes respondan por el pago o hayan reconocido o
reconozcan prestaciones económicas, deberán verificar de oficio el
cumplimiento de los requisitos para la adquisición del derecho y la
legalidad de los documentos que sirvieron de soporte para obtener
el reconocimiento y pago de la suma o prestación fija o periódica a
cargo del tesoro público, cuando quiera que exista motivos en
razón de los cuales pueda suponer que se reconoció
indebidamente una pensión o una prestación económica. En caso
de comprobar el incumplimiento de los requisitos o que el
reconocimiento se hizo con base en documentación falsa, debe el
funcionario proceder a la revocatoria directa del acto administrativo
aun sin el consentimiento del particular y compulsar copias a las
autoridades competentes.”

En sentencia C-835 de 2003, la Corte Constitucional declaró exequible la


anterior disposición condicionándola en el entendido de que el incumplimiento de
los requisitos o que el reconocimiento se hizo con base en documentación falsa,
se refiere a conductas que estén tipificadas como delito por la ley penal.

Además y para efectos del presente asunto, la Corte advirtió que la


facultad de revocación directa de los actos que reconocen pensiones u otras
prestaciones económicas sin el consentimiento previo del pensionado, está
limitada cuando la controversia surge de problemas de interpretación del derecho
pensional, que según el Alto Tribunal Constitucional, puede ocurrir en relación con
“el régimen jurídico aplicable, la aplicación de un régimen de transición o la
aplicación de un régimen especial frente a uno general”, eventos en los cuales
deberá acudirse al beneplácito del administrado, y de no ser así, deberá adelantar
ante los jueces competentes las acciones legales a que haya lugar, para obtener
la nulidad de los actos que pretende revocar.

En otras palabras, debe entenderse que la Administración no podrá hacer


uso de la revocación directa sin el previo consentimiento del titular, en los tres
eventos referidos, es decir, cuando el objeto de la revocatoria gira en torno al
régimen jurídico aplicable, la aplicación de un régimen de transición o la aplicación
de un régimen especial frente a uno general. De tal manera que ante la presencia
de cualquiera de los citados presupuestos se deberá acudir al asentimiento del
titular del derecho para revocar directamente o, en su defecto, acudir a la acción
de lesividad ante esta Jurisdicción para enervar la legalidad de dichos actos
administrativos.

6.3 Del caso en estudio


Descendiendo al caso sub lite, se encuentra que el Departamento del Valle
del Cauca reconoció al actor una pensión de jubilación, la cual fue reajustada
mediante Resoluciones Nos. 3720 de 1988 y 2232 de 1989 (fls. 32 a 36 c.ppal) en
los términos de lo previsto en las Ordenanzas Nos. 1 de 1979 y 020 de 1984.

El día 9 de agosto de 2004, mediante Oficio SDI-S-0268 la Subsecretaria de


la Gobernación comunicó al actor que en virtud del proceso de revisión de
pensiones del Ente Territorial se habían encontrado presuntas irregularidades en
las motivaciones que dieron origen al reajuste pensional, pues se habían aplicado
normas derogadas por la Ordenanza 020 de 1984. En dicha comunicación se le
concedió al actor el término de 5 días para sustentar el soporte legal del reajuste,
sustentación que llevó a cabo oportunamente, pero que no fue acogida por la
Administración.

Acto seguido, invocando la facultad de revocatoria directa sin el previo


consentimiento del titular prevista en el artículo 19 de la Ley 797 de 2003, a través
de la Resolución 1038 de 6 de septiembre de 2004 (folios 2 a 7 c. ppal) la
Subsecretaria de la Gobernación del Departamento del Valle del Cauca revocó
directamente las Resoluciones 3720 de 20 de octubre de 1988 y 2232 de 2 de
mayo de 1989 que habían reajustado la pensión incluyendo como factores las
dietas y los gastos de representación y, en su lugar, ajustó el valor de la pensión
de $5.180.056,oo a $3.938.994,10, disminuyendo su monto.

Argumentó la Administración para la decisión revocatoria que: “el reajuste


no debió realizarse bajo parámetros de normas derogadas sino en el régimen legal
vigente para la época; es decir con base en la Ley 71 de 1988 que en su artículo 1
manifiesta: Las pensiones a que se refiere el artículo 1 de la Ley 4 de 1976, las de
incapacidad permanente parcial y las compartidas, serán reajustadas de oficio
cada vez y con el mismo porcentaje en que sea incrementado por el gobierno el
salario mínimo legal mensual.” (folio3 c. ppal).

En el mismo sentido, las Resoluciones 1056 de 4 de octubre y 2067 de 8 de


noviembre, ambas de 2004, producto de los recursos de reposición y apelación
respectivamente, adujeron como causa para mantener la decisión atacada que la
administración podía revocar directamente los actos que habían reajustado la
pensión del actor por haberse aplicado un régimen pensional derogado por la
Ordenanza 020 de 1984 (folios 8 a 19 c. ppal)
En síntesis, la Sala encuentra que la razón que motivó al Departamento del
Valle del Cauca para revocar los actos que habían reajustado la pensión del actor,
fue la aplicación de normas del orden territorial que habían sido derogadas por el
propio Departamento para la época en que se realizó el ajuste pensional. Esto
significa que la controversia versó sobre el régimen jurídico aplicable, y no por
comprobarse el incumplimiento de los requisitos para la pensión, que por demás
no desconoce el ente territorial, ni porque el reconocimiento de la misma se haya
efectuado con base en documentación falsa.

En tales condiciones, es menester concluir que el Departamento del Valle


del Cauca debió haber obtenido el consentimiento del actor para posteriormente
revocar de manera directa los actos que reajustaron la pensión de jubilación, por
cuanto el objeto de litigio entre las partes fue el régimen jurídico aplicable que,
según la sentencia C-835 de 2003, es un presupuesto que no encaja en los
eventos por los cuales la Administración puede revocar directamente sin el
consentimiento del titular del derecho.

De no haber obtenido dicho asentimiento, debió interponer la acción de


lesividad ante esta jurisdicción, figura propia de la doctrina española y permitida en
nuestra legislación, tal y como se desprende de la parte final del inciso 1º del
artículo 149 del C.C.A., concordante con el artículo 73 ibídem. Dicha acción tiene
procedencia cuando la administración expide un acto que le resulta lesivo en
razón de su ilegalidad, pese a lo cual está imposibilitada para revocarlo
directamente, debido a que no se configuran las condiciones señaladas en el
artículo 69 del C.C.A., transcrito anteriormente, para hacer cesar sus efectos a
través de este mecanismo.

Como quiera que el Departamento del Valle del Cauca revocó directamente
los actos administrativos de contenido particular y concreto sin el lleno de los
presupuestos legales, la sentencia impugnada deberá confirmarse en su
integridad.

En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso


Administrativo, Sección Segunda, Subsección “B”, administrando justicia en nombre
de la República y por autoridad de la ley,
FALLA

CONFÍRMASE la sentencia de 25 de mayo de 2007 proferida por el Tribunal


Administrativo del Valle del Cauca, por medio de la cual accedió a las pretensiones
de la demanda presentada por el señor Gustavo Arboleda Zapata.

Cópiese, notifíquese, comuníquese, devuélvase el expediente al Tribunal de


origen y cúmplase.

Esta providencia se estudió y aprobó en sesión de la fecha.

VÍCTOR HERNANDO ALVARADO ARDILA

GERARDO ARENAS MONSALVE

BERTHA LUCÍA RAMÍREZ DE PÁEZ

También podría gustarte