Las representaciones del mapa geopolítico mundial son una herramienta que
con frecuencia ha sido utilizada para reflejar espacialmente la articulación del
sistema internacional desde la perspectiva de una o varias potencias. Éste ha
sido uno de los usos que se le ha asignado a la Geografía Política y, más
concretamente, a la Geopolítica. Función, que hizo de ésta un instrumento o
un medio para justificar fines y políticas, aunque se disfrazara
de cientificismos. Es decir, una disciplina al servicio del poder. Pues, estas
representaciones no iban más allá de una recreación del mundo puesta al
servicio del imaginario nacional de un Estado para justificar de cara al
público, políticas exteriores, a menudo, agresivas. Esta perversión de la
Geopolítica impidió durante mucho tiempo que esta sub-disciplina y la
Geografía Política en su conjunto madurasen. Así, fue más un instrumento
manipulado que una herramienta útil para entender las interrelaciones
espaciales políticas. Manipulación de la que no está exenta en la actualidad,
como pone en evidencia el mapa de la reconfiguración del orden mundial del
choque de civilizaciones de Samuel P. Huntington (1997)[1].
El mapa geopolítico de la NSS 2002 estaría encabezado por los EE.UU como
potencia hegemónica y se clasifica en:
- Potencias rivales:
- Emergentes: especialmente China, aunque
también la India y, en menor medida,
Indonesia
- Decadentes: Rusia
Regiones que se - Mundo Islámico y Árabe: con especial
creen conocidas,
pero que se hincapié en el conflicto árabe (palestino)-
desconocen y se israelí
les concede gran
importancia - Estados canalla: Irak y Corea del Norte
geopolítica:
(curiosamente no cita a Irán, Siria y a Cuba)
- Estados ex-canalla: Afganistán
Regiones que Basculamiento hacia el Este: emergente papel
cobran de China, India y en menor medida Indonesia,
importancia: creciente importancia del espacio centro-
asiático y del Mar Caspio, y el reto del
mundo islámico y la Guerra contra el
Terrorismo
- Cuarto Mundo
- Desigualdad Norte--Sur
- Cambio climático
El otro ejemplo de áreas que se creen conocidas pero se desconocen son las
que los EE.UU de forma maniquea definen como estados canallas. Término
con el que los demonizan como “malos”, igual que el Presidente Ronald
Reagan se refería a la Unión Soviética como el Imperio del Mal.
Simplemente, porque son estados que se escapan a su control y, por tanto, son
antisistema. Los EE.UU reelaboran su descripción de éstos en función de su
actitud. Así, la NSS 2002 señala a Irak y Corea del Norte a los que acusa de
tener y utilizar las ADM como una opción y no como arma disuasoria y
apoyar al terrorismo[33]. Curiosamente no cita expresamente ni a Irán, el otro
miembro del llamado Eje del Mal, ni a Cuba ni Siria. Sin embargo, como la
Libia de Muammar al-Gaddafi ya acepta la hegemonía Occidental, aunque
siga siendo un tirano, no se le demoniza más. Esta visión y relación con
los estados canallas no se basa en un análisis real de los retos económicos,
políticos y militares sino, más bien en un intento de justificar el control
geopolítico de esta región basándose en una descripción caricaturesca de
peligro para el mundo. Así, los resultados de la invasión de Irak han
demostrado que no era tal amenaza y, por consiguiente, no era consecuencia
de un análisis real de dichos retos e intereses geopolíticos[34]. Hasta tal punto,
que el terrorismo aparece en Irak, tras la TGG y eso que se vendió la
contienda como parte de la Guerra contra el Terrorismo[35]. Cuestionando, la
supuesta superioridad moral de los EE.UU. Si bien, la NSS 2002 entiende que
Afganistán, donde empezó la Guerra contra el Terrorismo, como Estado ex-
canalla y que tras su ocupación ha sido liberado (Bush 2002, p. 5 y 7). Sin
embargo, el país esta muy desestructurado, los talibanes se han reforzado,
recurren con frecuencia creciente a actos terroristas y la democracia no está
asentada.
Las regiones que ganan o pierden importancia para los EE.UU según la NSS
2002 indican un basculamiento hacia el Este desde el espacio europeo hacia el
mundo islámico, el Sur de Asia, Asia Central y región del Mar Caspio y
Extremo Oriente es fruto de un análisis objetivo de su creciente importancia
económica y estratégica. Que, hasta cierto punto, refleja la concepción Tierra-
Corazónde Halford Mackinder (1904; 1919 y 1943) en la preocupación por el
bloque Euroasiático a la hora de preservar los intereses estadounidenses. Por
el contrario, las áreas que pierden importancia están fundamentalmente
situadas en África e Iberoamérica. En donde sólo se centran en los estados
principales, demostrando el poco interés político, militar y económico de estas
regiones para los EE.UU. Sin embargo, este abandono puede resultar
contraproducente para los EE.UU, como demuestra el basculamiento de
Iberoamérica hacia la izquierda y el caos de África que, tarde o temprano, en
este mundo interdependiente, afectarán negativamente a los intereses
estadounidenses.
Por último, las terrae incognitae de la NSS 2002 son zonas que totalmente
ignora o, al menos, no concede importancia y, por tanto, son áreas que
se descartografían. Primero, regiones donde no hay compromiso de
enfrentarse a sus verdaderos problemas, fruto de la descolonización, la falta de
desarrollo, y la desigualdad, preocupándose más por sus implicaciones en la
Guerra contra el Terrorismo, aun cuando estos problemas son una amenaza
mucho mayor para la seguridad a medio plazo que el terrorismo, como son las
enfermedades, la pobreza, las tensiones étnicas, las malas cosechas, la sequía,
etc. Pues, contrariamente a lo que afirma la estrategia, son parte de su
causa[36]. No sólo se desentienden de los conflictos presentes en esas
zonas descartografiadas, sino que la NSS 2002 afirma que el modelo
neoliberal y el libre comercio son la solución a pesar de que, con frecuencia,
impactan negativamente en estos países e incrementan su dependencia del
“Norte”. La NSS 2002 da prioridad a la Guerra Contra el Terrorismo, en vez
de preocuparse por las dimensiones económicas y humanas de la seguridad.
Es decir, se busca combatir los síntomas y no la enfermedad al centrarse sólo
en la lucha contra el terrorismo y no en las causas que lo generan que están en
esa frustración por la desigualdad, la carestía y la humillación. El
área descartografiada por antonomasia es el África Sub-sahariana. Ésta se
percibe de forma genérica y sólo centrándose en los países principales por su
economía, poder político y militar, e importancia estratégica, como son
Sudáfrica, Nigeria, Kenya y Etiopía, y, no tanto, en los verdaderos problemas,
como ocurre con la poca atención prestada a los conflictos en el Cuerno de
África. De forma similar, otras zonas del planeta importan sólo por los
problemas del terrorismo y el narcotráfico, sin buscar analizar las fuentes del
conflicto enquistándolo más que solucionándolo, como ocurre con el conflicto
colombiano y el problema del narcotráfico en la región andina. Tratando, una
vez más, los síntomas en vez de la enfermedad. Segundo, la centralidad que se
le da al terrorismo y los estados canallas, a la vez que se pone como solución
panacea el modelo neoliberal y de libre mercado, descuida problemas para la
seguridad mundial potencialmente mucho más graves y sinérgicos entre si, y
que han sido descartografiados. Estos son: la expansión del Cuarto Mundo,
conformado por los cada vez más pobres del “Sur”; la creciente desigualdad
N-S; los conflictos olvidados y los estados fallidos[37]; los desplazamientos
de población, ya sean emigrantes, refugiados o desplazados, debido a los
conflictos, la persecución y los problemas socio-económicos; la violación de
los derechos humanos y el choque socio-cultural fruto de los desplazamientos,
los sentimientos de humillación por las desiguales relaciones N-S, etc. y, por
último, la poca centralidad que se le da, al que, posiblemente, sea el mayor
problema para la seguridad, el Cambio Climático.
Notas
[1] Agradecimientos:Al Dr José Luis Alonso Santos, Profesor de Análisis Geográfico Regional y Director
del Departamento de Geografía de la Universidad de Salamanca por su inestimable apoyo y guía en la
elaboración de este artículo.
[3] Esta clasificación en dos grandes grupos de la Geografía Política esta inspirada por el Forum
de Political GeographyIs there a politics to geopolitics? (Political Geography 2004).
[4] La Geografía Política Clásica, desarrollada hasta el final de la Segunda Guerra Mundial (SGM),
concibe a la disciplina desde una perspectiva vinculada a la tradición realista de las Relaciones
Internacionales. Ésto es, al servicio de los intereses nacionales de un Estado para alcanzar el fin
fundamental de la política exterior que en el realismo tradicional es el poder. Se trata de una concepción
de la Geopolítica determinista, social-darwinista y en la que la Geografía Política y la Geopolítica a
menudo se confunden (López Trigal y Benito del Pozo 1999, p. 31-43 y Nogué Font y Vicente Rufí 2001,
p. 37-49).
[5] La Geografía Política Neoclásica surge en el contexto de la derrota de Alemania en la SGM que
implicó el ostracismo de la Geografía Política. Ello no supuso que desapareciera del todo, como tampoco
desapareció la denostada Geopolítica. En este contexto, comienza tímidamente en los EE.UU a
desarrollarse una Geografía Política aparentemente neutra y desideologizada en el marco de lo que se ha
venido en llamar “revolución positivista” en Ciencias Sociales denominada Nueva Geografía y en el
contexto político de la Guerra Fría. Se trata de una Geografía Política que utiliza un enfoque
metodológico nuevo que, como señala López Trigal y Benito del Pozo (1999, p. 44), se caracteriza por ser
“más sistemática, que aplica modelos cuantitativos y experimenta métodos cualitativos a la vez que se
dispersa su preocupación ideológica”. Si bien, esta renovación implica el tratamiento de nuevos temas,
como por ejemplo, el estudio espacial del comportamiento electoral por medio de la Geografía Electoral,
progresivamente retomará a la Geopolítica.
[6] El pensamiento neoconservador en el campo de las Relaciones Internacionales tras la Guerra Fría se
caracteriza por la búsqueda de “la preservación de la hegemonía benevolente estadounidense mediante la
promoción activa de la democracia y el unilateralismo cuando sea necesario” (Feijóo 2006, p. 45).
[7] Huntington (1997, p. 19-20), desde un enfoque cultural, ha elaborado un modelo geopolítico que parte
de la premisa que el mundo tras la Guerra Fría se reconfigura espacialmente por medio de los
“lineamientos culturales” o “identidades civilizacionales” y que ha sido vista desde ciertos círculos como
la visión geopolítica del mundo después del 11-S. El mundo pasaría de ser bipolar y dividido en bloques
rivales, a ser multipolar y multicivilizacional, donde la tradicional hegemonía Occidental está siendo
desplazada hacia otras civilizaciones y cuyo principal choque sería entre la decadente Civilización
Occidental y las civilizaciones no Occidentales, que podría derivar en una guerra “en las líneas
divisorias” entre civilizaciones, sobretodo entre musulmanes y no musulmanes (Ibid, p. 13-15,30 y 374).
[8] También conocidos como Geografías Políticas Radicales, buscan revelar las contradicciones y las
desigualdades que el sistema capitalista provoca en el ámbito de la Economía Política reflejado entonces
en la aparición del Tercer Mundo y hoy en las desigualdades provocadas por la Globalización a diferentes
escalas (véase Taylor 2003, p. 47-58). Posteriormente, el análisis de los sistemas-mundo y las relaciones
centro-periferia de Peter Taylor y Colin Flint (2002) ha supuesto una gran renovación de la Geografía
Política.
[9] El enfoque posmodernista y, dentro de éste, la Geopolítica Crítica, surge en las últimas décadas del
siglo XX como respuesta a las insatisfacciones que generan los intentos de explicar la modernidad a
través de grandes teorías y grandes narrativas propias del positivismo y el marxismo en una época de
crisis y cambio en el que los conceptos tradicionales son cuestionados (Jencks 1987 citado en Robinson
1998, p. 467). La Geopolítica Posmodernista, como señala Timothy W. Luke (2003, p. 229), busca
primero imaginar y luego representar el espacio. La Geopolítica Crítica propone una visión crítica a
través del análisis del discurso para desenmascarar las prácticas geopolíticas (Ó Tuathail 1996, p. 18 y
Agnew 2005, p. 6-7).
[10] Véase The Economist 1995.
[11] Se citan a estos autores porque son representativos de los discursos geopolíticos al servicio de los
estados y su búsqueda de la hegemonía o, por lo menos, la búsqueda de la consolidación de la posición de
esos estados en el sistema internacional.
[14] Véase Ó Thuatail y Agnew 1992; Ó Tuathail 1996; Dodds 2001; y Agnew 2005.
[16] Este enfoque pretende elaborar una geopolítica alternativa de resistencia desde abajo y se define
como “an ethical, political, and cultural force within society […] that challenges the notion that the
interests of the state’s political class are identical to the community’s interests. Anti-geopolitics represents
an assertion of permanent independence from the state whomever is in power, and articulates two
interrelated forms of counter-hegemonic struggle. First, it challenges the material (economic and
military) geopolitical power of states and global institutions; and second, it challenges
the representations imposed by political and economic elites upon the world and its different peoples, that
are deployed to serve their geopolitical interests” (Routledge 2003, p. 236-237). En cursiva en el original.
En este artículo denominaremos Antigeopolítica.
[19] Estado canalla, también denominado Estado gamberro, es aquel Estado al que se le acusa de ser
irresponsable, antisistema al estar enfrentados a los EE.UU, no respetar la legalidad internacional,
especialmente respecto a las AMD y sus vinculaciones con el terrorismo, y ser una amenaza para la
comunidad internacional. Véase Marrero Rocha 2003, p. 32-35.
[20] Código Geopolítico es el “[c]ódigo utilizado en la política exterior de un gobierno, que evalúa los
lugares que están más allá de sus fronteras” (Taylor y Flint 2002, p. 412).
[21] El código geopolítico de la contención dominó la política exterior estadounidense durante la Guerra
Fría e “implica[ba] una postura defensiva” para frenar el expansionismo Soviético y comunista que creían
amenazaba el equilibrio de poder y aplicaba, además, la disuasión nuclear (Taylor y Flint 2002, p. 100).
Véase Gaddis 1982 y Taylor y Flint 2002, p. 100-105.
[22] Doctrina del Destino Manifiesto se define como la predestinación de los EE.UU a “extender, por el
ejemplo, la libertad y la justicia social para todos y apartar a la humanidad del mal camino, conduciéndola
hacia la Nueva Jerusalén terrestre” (Spanier 1991, p. 18), En cursiva en el original.
[25] Véase el capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas (Naciones Unidas 2003, p. 27-33).
[26] Dilema de la seguridad “surge como consecuencia del esfuerzo que un Estado hace a la hora de
reforzar su seguridad [...] que puede ser entendido por los demás estados como una amenaza a su
seguridad (Maciel Padilla 2002, p. 7)” (Feijóo 2006, p. 19).
[27] Véase Ibid, p. 169-180.
[28] La Primera Guerra del Golfo (1980-1988) fue entre Irán e Irak y la Segunda Guerra del Golfo (1991)
fue entre una coalición liderada por los EE.UU e Irak debido a la invasión de Kuwait (1990) por el
segundo.
[29] Véase Ibid, p. 112-158.
[31] Poder blando “es la capacidad de obtener los resultados que uno quiere, y en caso necesario, de
cambiar el comportamiento de otros para que esto suceda [... y] depende de la capacidad de organizar la
agenda política de forma que configure las preferencias de otros [... y] procede en gran parte de [...]
valores [... que] se expresan en [... la] cultura interna de [los EE.UU ...] y en la forma en que [actúa] en el
contexto internacional” (Nye 2003, p. 25 y 30-31 citado en Feijóo 2006, p. 171).
[35] Véase Ibid, p. 132-133.
[36] Véase The White House 2002, v donde afirma “Poverty does not make poor people into terrorists
and murderers. Yet poverty, weak institutions, and corruption can make weak states vulnerable to terrorist
networks and drug cartels within their borders”.
[37] Estado fallido se define por su debilidad y riesgo de autodestrucción como aquel Estado,
cuestionado, que ha perdido, en gran medida, el control sobre su propio territorio, el uso legítimo de la
fuerza, su funcionalidad, y a la vez posee dificultades para actuar con naturalidad en la Comunidad
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