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Aplicación de la Clasificación Geomecánica SMR mediante un Sistema de


Información Geográfica (SIG)

Article · November 2001

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5 authors, including:

José B. Serón Enrique Montalar


Universitat Politècnica de València AECOM
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V Simposio Nacional sobre Taludes y Laderas Inestables – Madrid, 27 a 30 de noviembre de 2001 .

APLICACIÓN DE LA CLASIFICACIÓN GEOMECÁNICA SMR


MEDIANTE UN SISTEMA DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA (SIG).

SERÓN GÁÑEZ, José Bernardo.1


ROMANA RUIZ, Manuel.1
MONTALAR YAGO, Enrique.1
CRUZADO PORCAR, José Manuel.2
DENIA RÍOS, José Luís.3
1
Departamento de Ingeniería del Terreno, Universidad Politécnica de Valencia.
2
Departamento de Expresión Gráfica en la Ingeniería, Universidad Politécnica de Valencia.
3
Dpto. de Ingeniería Cartográfica, Geodesia y Fotogrametría. Univ. Politécnica de Valencia.

RESUMEN

Este artículo presenta como se ha abordado el problema de la aplicación de la clasificación


SMR, en una zona determinada de estudio, mediante un sistema GIS y los resultados
obtenidos. El objetivo final es conseguir mapas temáticos de las distintas propiedades
geomecánicas de los macizos rocosos y de estabilidad de los taludes existentes (artificiales
o naturales) y poder hacer una primera estimación de la estabilidad de futuros taludes, con
una geometría determinada, bien a lo largo de un trazado (vías de comunicación) o bien
aisladamente (canteras, edificaciones, ...). Se concluye que la aplicación de la clasificación
SMR mediante un SIG es posible y válida, de forma que pueden generarse dos tipos de
mapas: de “calidad geomecánica” (mediante el RMR y sus parámetros) y de
“susceptibilidad”. La validez vendrá siempre determinada por la cantidad y calidad de los
datos y, fundamentalmente por el uso que de estos mapas quiera hacerse.

1. INTRODUCCIÓN

En el Departamento de Ingeniería del Terreno, el Grupo de Investigación de Mecánica de


Rocas (giMroc) de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), dentro de una de sus
líneas de investigación, ha realizado un proyecto, tutelado por la Comisión Interministerial de
Ciencia y Tecnología (CICYT), en coordinación con otros cinco grupos de investigación que
integran un total de nueve instituciones (Universidad Politécnica de Cataluña, Institut
Cartogràfic de Catalunya, Instituto Tecnológico Geominero de España, Universidad
Politécnica de Madrid, Universidad Politécnica de Valencia, Universidad de Cantabria,
Universidad de Oviedo, Universidad de Granada y Universidad de Jaén).

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V Simposio Nacional sobre Taludes y Laderas Inestables – Madrid, 27 a 30 de noviembre de 2001 .

El proyecto coordinado tiene por título “Aplicación de los Sistemas de Información


Geográfica al análisis de la estabilidad y a la cartografía de susceptibilidad de movimientos
de ladera (GISLYT)”. Se abordan en él cuatro tipos de inestabilidades: deslizamientos
superficiales y corrientes de derrubios, desprendimientos y avalanchas en laderas naturales,
roturas en desmontes rocosos y deslizamientos planares de grandes dimensiones. El
subproyecto de la Universidad Politécnica de Valencia (y el de la Universidad de Granada)
aborda los desmontes rocosos, teniendo como objetivo conseguir, de forma automatizada,
evaluar la inestabilidad de macizos rocosos mediante la clasificación SMR, integrando, en
un SIG (que permite la coordinación de las bases de datos gráficas y literales) el tratamiento
y representación de los parámetros intervinientes, haciendo factible la presentación
inteligible de los datos tomados en el campo, o relacionados con ellos, a través de diversas
funciones integradas en el sistema.

2. LA CLASIFICACIÓN GEOMECÁNICA SMR

La clasificación SMR, “Slope Mass Rating”, Romana (1985, 1988, 1991,1993, 1995), es un
sistema para aplicar a la clasificación RMR de Bieniawski (1973, 1979, 1989, 1993) los
factores de ajuste oportunos para el caso de taludes. Proporciona una división en clases de
estabilidad (Tabla 1) y recomendaciones para métodos de soporte y/o corrección (Tabla 4).

Tabla 1 – Clases de estabilidad según el SMR


DESCRIPCIÓN DE LAS CLASES SMR
CLASE Nº Vb Va IVb IVa IIIb IIIa IIb IIa Ib Ia
DESCRIPCIÓN MUY MALA MALA NORMAL BUENA MUY BUENA

ESTABILIDAD TOTALMENTE INESTABLE INESTABLE PARCIALMENTE INESTABLE ESTABLE TOTALMENTE ESTABLE

GRANDES ROTURAS
ALGUNAS JUNTAS O
ROTURAS POR PLANOS CONTINUOS JUNTAS O GRANDES CUÑAS ALGUNOS BLOQUES NINGUNA
MUCHAS CUÑAS
O POR LA MASA

SOSTENIMIENTOS REEXCAVACIÓN IMPORTANTES SISTEMÁTICOS OCASIONALES NINGUNO

El índice SMR para la clasificación de taludes se obtiene (Tabla 3) del índice RMR básico
(Tabla 2) sumando un "factor de ajuste", que es función de la orientación de las juntas (y
producto de tres subfactores) y un "factor de excavación" que depende del método utilizado:

SMR = RMR + (F1 x F2 x F3) + F4

F1 Factor de ajuste que depende del paralelismo entre el rumbo de las


juntas y el de la cara del talud.
F2 Depende del buzamiento de la junta.
F3 Refleja la relación entre los buzamientos de la junta y el talud.
F4 Factor de ajuste según el método de excavación.

Cuando aparecen diferentes familias de juntas en el talud se ha de calcular el SMR para


cada familia, tomando el valor más desfavorable. Si el flujo de agua es irregular y/o la roca
no está meteorizada en su totalidad, también debe tomarse el valor más desfavorable.

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Tabla 2. Parámetros y valoraciones para la Clasificación RMR (Bieniawski, 1989)


RMR básico = Σ VALORACIONES
PARAMETRO VALORACIONES
RESISTENCIA < 25
> 250 250-100 100-50 50-25
A COMPRESIÓN SIMPLE (MPa) 25-5 5-1 <1
DE LA MATRIZ ROCOSA 15 12 7 4 2 1 0
RQD (%) 100-90 90-75 75-50 50-25 <25
(ROCK QUALITY DESIGNATION)
20 17 13 8 3
SEPARACIÓN (mm) >2000 2000-600 600-200 200-60 <60
ENTRE JUNTAS
20 15 10 8 5
ESPEJOS DE FALLA
ESTADO DE LAS JUNTAS: MUY RUGOSAS. ALGO RUGOSAS. ALGO RUGOSAS. o RELLENO BLANDO > 5 mm
NO CONTINUAS. SEPARACIÓN < 1 mm. SEPARACION < 1 mm. RELLENO < 5 mm o
o SEPARACIÓN > 5 mm.
RUGOSIDAD, CONTINUIDAD, CERRADAS. BORDES ALGO BORDES MUY
SEPARACIÓN 1-5 mm.
SEPARACIÓN, RELLENO BONORDES SANOS. METEORIZADOS. METEORIZADOS.
CONTINUAS
Y ESTADO DE LOS BORDES CONTINUAS.
30 25 20 10 0
SECAS LIGERAMENTE HÚMEDAS HÚMEDAS GOTEANDO FLUYENDO
FLUJO DE AGUA EN LAS JUNTAS (0) (0-0.1) (0.1-0.2) (0.2-0.5) (0.5)
(RAZÓN DE PRESIONES INTERSTICIALES)
15 10 7 4 0

Tabla 3. Obtención del índice SMR (Romana, 1985)


SMR = RMRb + (F1 x F2 x F3 )+ F4 (ROMANA, 1985)
α j = DIRECCIÓN DE BUZAMIENTO DE LA JUNTA
FACTORES DE AJUSTE DE α s = DIRECCIÓN DE BUZAMIENTO DEL TALUD
LAS JUNTAS β j = BUZAMIENTO DE LA JUNTA
(F1 , F2 , F3 )
β s = BUZAMIENTO DEL TALUD

MUY FAVORABLE FAVORABLE NORMAL DESFAVORABLE MUY DESFAVORABLE

ROTURA PLANA |α j - α s| = > 30º 30º - 20º 20º - 10º 10º - 5º < 5º
VUELCO |α j - α s-180º| =
VALORES 0.15 0.40 0.70 0.85 1.00
AJUSTE ANALÍTICO F1 = (1- sen |α j-α s|)2
| βj | = < 20 º 20º - 30º 30º - 35º 35º - 45º > 45º
ROTURA PLANA 0.15 0.40 0.70 0.85 1.00
VALORES
VUELCO 1.00
AJUSTE ANALÍTICO F2 = tg 2 βj
ROTURA PLANA βj - βs = >10º 10º - 0º 0º 0º-(-10º) <(-10º)
VUELCO βj + βs = < 110º 110º - 120º > 120º - -
VALORES 0 -6 - 25 - 50 - 60
AJUSTE ANALÍTICO F3 = (SE MANTIENEN LOS VALORES PROPUESTOS POR BIENIAWSKI, 1976 / 79)

F4 = VALORES EMPÍRICOS ESTABLECIDOS PARA CADA MÉTODO DE EXCAVACIÓN


FACTOR DE AJUSTE POR EL
MÉTODO DE EXCAVACIÓN TALUD NATURAL PRECORTE VOLADURA SUAVE VOLADURA ó MECÁNICO VOLADURA DEFICIENTE
+ 15 + 10 +8 0 -8

Tabla 4 – Recomendaciones de los métodos de sostenimiento según el SMR


VALORES DEL SMR PARA CADA FORMA DE ROTURA (EMPÍRICOS)
ROTURAS PLANAS MUY GRANDES IMPORTANTES NINGUNA
ROTURAS EN CUÑA MUCHAS ALGUNAS MUY POCAS NINGUNA
ROT. POR VUELCO IMPORT. MENORES NINGUNA
ROT. COMPLETAS POSIBLES NINGUNA

SMR 0 10 15 20 30 40 45 50 55 60 65 70 75 80 90 100

REEXCAVACIÓN
REEXCAVACIÓN
MUROS DE CONTENCIÓN
DRENAJE SUPERFICIAL
DRENAJE
DRENAJE PROFUNDO
HORMIGÓN PROYECTADO
HORMIGÓN DENTAL
HORMIGÓN
CONTRAFUERTES y/o VIGAS
MUROS DE PIE
BULONES
REFUERZO
ANCLAJES
ZANJA DE PIE
PROTECCIÓN VALLAS (DE PIE O DE TALUD)
REDES y/o MALLAS (DE TALUD)
SANEO
SIN SOSTENIMIENTO
NINGUNO

MÉTODOS DE SOSTENIMIENTO SUGERIDOS

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3. RAZONES DE LA ELECCIÓN DEL RMR Y EL SMR PARA SER CARTOGRAFIADOS

Está claro el interés que tiene la representación cartográfica de un “índice de calidad” de la


roca. Se debe elegir entre los dos más ampliamente extendidos y utilizados: Q de Barton
(Barton et al, 1974) y RMR de Bieniawski (Bieniawski, 1973). Ambas clasificaciones tienen
su génesis en las obras subterráneas (minas y túneles). El índice de Barton se utiliza como
un método empírico de proyecto y control de túneles, mientras que el índice RMR básico es
un método general para considerar la “calidad geomecánica” de un macizo, y puede ser
corregido con distintos factores de ajuste en función del campo al que se aplique (túneles,
cimentaciones, taludes –SMR-, etc).

El tipo de aplicaciones para las que pueden ser útiles los mapas temáticos geomecánicos,
como “representación superficial”, también conduce a considerar apropiados el RMR y el
SMR; el primero como representación de la calidad general de los afloramientos y el
segundo de la estabilidad de taludes (obras o elementos superficiales frente a los túneles, -
subterráneos- y las cimentaciones -no siempre superficiales-). Por otra parte, el índice de
Bieniawski es lineal y “porcentual” mientras que el índice Q es logarítmico (Tabla 5) y por
tanto menos aprehensible por el observador (aunque resulte muy adecuado en los casos
extremos, tanto en condiciones muy buenas –RMR > 80- como muy malas –RMR < 30- ).

Tabla 5 - Clases de roca según el valor de Q y del RMR.


Q Clase de roca RMR Clase Descripción

400 - 1.000 Excepcionalmente buena 100 – 81 I Muy buena


100 – 400 Extremadamente buena
40 – 100 Muy buena 80 – 61 II Buena
10 – 40 Buena
4 – 10 Normal 60 – 41 III Media
1–4 Mala 40 – 21 IV Mala
0.1 - 1 Muy mala
0.01 - 0.1 Extremadamente mala 20 - 0 V Muy mala
0.001 - 0.01 Excepcionalmente mala

Los parámetros básicos e índices elementales, en los que se basan las clasificaciones,
también resultan más “tangibles” los utilizados en el RMR que los del Q. Los factores de
corrección Fi para la obtención del SMR, individualmente o en conjunto (F1 x F2 x F3 + F4),
también pueden ser objeto de representación, aunque la interpretación del resultado no sea
fácil.

3.1. Validez de la clasificación SMR como método tradicional

Además de los 31 taludes, con diferentes grados de estabilidad, analizados para establecer
la clasificación SMR (Romana, 2000), en sucesivos proyectos de investigación, se han
estudiado 57 taludes de carretera y ferrocarril, seleccionados fundamentalmente por criterios
litológicos y por su magnitud (longitud y altura). Sus alturas varían entre los 10 y 65 metros y
sus edades entre los pocos meses y más de un siglo. Se trata de taludes en servicio, por lo

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que predominan las clases II y III (estables/parcialmente estables). En todos los casos se ha
calculado el índice SMR y se ha comparado con el estado real. De todos estos estudios se
puede concluir (Jordá y Romana, 1997; Jordá et al, 1999) que la clasificación geomecánica
SMR proporciona una estimación muy cercana al verdadero comportamiento del talud,
aunque resulta ligeramente pesimista (entre 0 y 5 puntos) en la estimación del estado futuro
del talud. Asimismo, se puede observar la coincidencia entre los métodos de
protección/sostenimiento sugeridos por el sistema y los aplicados en la realidad. El uso de la
clasificación SMR está extendido o ha sido utilizado en diversos países y muchos autores
han publicado sus experiencias y conclusiones sobre la utilización del SMR (Romana, 2000).

4. PROCESO GENERAL DE TRABAJO

Una vez fijada la zona de estudio, esta deberá o no dividirse en subzonas en función de su
tamaño y/o uniformidad. El tamaño influirá en la escala de trabajo; en el proyecto GISLYT se
han utilizado escalas entre 1:10.000 y 1:5.000. Con escalas menores resultan planos muy
generalistas, donde algunas características relevantes pueden quedar diluidas por el resto;
las escalas mayores son más apropiadas para el estudio de problemas muy específicos y
requieren un tratamiento diferente. La falta de uniformidad obligará a crear subzonas donde
poder realizar correctamente la extensión espacial de los datos.

Los datos serán de dos tipos: los que aporte el MDT (Modelo Digital del Terreno) y los
obtenidos mediante la realización de estaciones geomecánicas, que alimentarán la base de
datos del GIS, considerando los parámetros obtenidos como valores localizados
puntualmente (a lo sumo asimilables a pequeñas extensiones homogéneas, cubiertas por la
estación). En la memoria de objetivos del proyecto GISLYT se dice: “...se pretende
identificar parámetros básicos del terreno con los que evaluar el grado de peligrosidad de las
laderas... estos parámetros deben ser de fácil y rápida obtención... idealmente dichos
parámetros deberían poder derivarse de información en formato digital (modelos digitales de
elevaciones, imágenes de satélite, mapas geológicos, uso del suelo,...) aunque no se
descarta la obtención de algunos datos sobre el terreno...”, a la hora de abordar la
estabilidad mediante el uso de las clasificaciones geomecánicas, no queda más remedio
que acudir a la toma de datos de campo en afloramientos y taludes.

En cada uno de los puntos correspondientes a las estaciones se dispondrá, por tanto, de los
parámetros geomecánicos del macizo y de los índices RMR (para afloramientos y taludes) y
SMR (sólo en taludes); para todos ellos se deberá hacer una regionalización que permita la
“extensión” espacial de los mismos. Atendiendo a la definición de variable regionalizada:
“variables distribuidas en el espacio de forma que presentan una estructura espacial de
correlación...y que presentaran dos aspectos complementarios y aparentemente
contradictorios: un aspecto aleatorio, asociado con variaciones erráticas e impredecibles y
un aspecto estructurado que reflejará las características globales de variación del fenómeno
regionalizado” (Samper y Carrera, 1990), se trata por tanto de determinar, para cada
parámetro, las regiones que presentan un “aspecto estructurado” que permita un tratamiento
uniforme e independiente, en mayor o menor grado, del resto de las regiones.

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Tras la regionalización, que es el punto crítico del proceso (y aunque puede automatizarse
informáticamente, parece inevitable, en mayor o menor grado, la intervención “manual”), y
extendidos los valores dentro de cada región, se pueden generar los mapas geomecánicos,
de parámetros básicos y de índices. Podrán ser, de acuerdo con los diferentes usos u
objetivos: mapas de valores (magnitud) o de valoraciones (puntuación); continuos (isolíneas)
o de intervalos (clases); los mapas de índices pueden generarse a partir de los valores de
éstos regionalizados o mediante operaciones con los mapas básicos.

5. APLICACIÓN A LA ZONA DE ESTUDIO

5.1. La zona de estudio

El estudio se ha llevado a cabo (Figura 1) en la barrera montañosa costera (estribaciones de


la Sierra de Oropesa) entre la Plana de Castellón y el Llano de Torreblanca (entre Oropesa y
Benicassim), punto de paso de numerosas vías de comunicación (Autopista A7, Carretera
Nacional CN-340 –actual y antiguo trazado-, líneas de FF.CC –en servicio, y en
construcción- y múltiples carreteras locales).

Figura 1 – Zona de estudio y modelo de elevaciones del terreno.

Se trata de un relieve maduro con capas de suelo muy superficiales. Se encuentra en la


intersección de la Cordillera Ibérica (NO a SE) y la Cordillera Costero Catalana (NE a SO);
presenta erosiones costeras, acantilados y playas de acumulación. Los materiales más
superficiales se corresponden con el Cretácico inferior (Aptiense) y Cuaternario; los
afloramientos son: Calizas bioclasticas (Gargasisense), Areniscas (Albiense), Carniolas
(Gargasiense), Conglomerados (Mioceno), rellenos cuaternarios y playas. La red de drenaje
se compone de pequeños cursos fluviales con origen en las montañas próximas, poco
jerarquizadas, con alineaciones concordantes con las cadenas Ibérica y Costero Catalana.
El clima es suave, debido a la presencia del Mediterráneo, con lluvias máximas en Octubre
con algunas esporádicas en primavera y periodos secos de 4 y 5 meses.

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5.2. Toma de datos

Se elaboró un inventario de taludes y afloramientos a partir de 69 estaciones geomecánicas,


33 en taludes excavados y 36 en afloramientos naturales. Se tomaron previamente a la
regionalización, si bien inicialmente se partió de 62 estaciones y posteriormente a la
zonificación se añadieron 7, no puede considerarse a esto un proceso cíclico (Serón et al,
2000). Estos 69 “puntos” de información suponen más de 20.000 parámetros geomecánicos;
incrementar el número de puntos hasta un buen nivel estadístico puede generar un volumen
gigantesco de datos, manejable por un GIS, pero gravoso y no usual en los reconocimientos
geomecánicos.

5.3. Regionalización de la zona

Los datos geomecánicos no son, en principio, ni interpolables ni extrapolables; requieren


una regionalización previa, más o menos compleja, en función de las características
geológico-estructurales de la zona. Los factores de regionalización pueden considerarse en
tres grupos:

• Seguros: Litología y tectónica


• Presumibles: Geomorfología y derivados del MDT
• Inciertos: Derivados del MDT, climáticos y del biotopo.

Para realizar la regionalización se consideraron los parámetros en tres grupos:

• Propiedades de la matriz rocosa: Resistencia a compresión simple.


• Propiedades de las discontinuidades: RQD, Separación y Condición de juntas.
• Propiedades del macizo rocoso: Presencia de agua.

Así, por ejemplo, en la Figura 2 se muestra la regionalización realizada para la obtención de


mapas de RMR o SMR a partir de sus valores en las estaciones; obtenida por superposición
de las regionalizaciones para todos los parámetros.

Figura 2 – Regionalización para los mapas de RMR o SMR.

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5.4. Extensión de valores en cada región

Los valores se extendieron en cada área, para cada parámetro con su correspondiente
regionalización, mediante diferentes métodos. Dependiendo de la cantidad y la distribución
de los datos puede resultar inútil usar complejos métodos estadísticos por no corresponder
las variables a las teóricas distribuciones estadísticas esperadas.

Con regionalizaciones bien realizadas, los datos dentro de una región apenas tendrán
diferencias y podrá, simplemente, considerarse en toda ella la media (si hay pocos datos) o
la moda (cuando haya muchos); el error cometido no será apreciable si se está utilizando
una representación por intervalos de clase.

Cuando dentro de una región existan valores de un parámetro claramente diferentes, o


próximos pero de distintos intervalos, puede ser o por que esa región necesitaba una
subdivisión o porque se está en los valores frontera de los intervalos. En estos casos debe
recurrirse a extrapolaciones más cuidadas: interpolación (los puntos dato quedan con su
valor real) o aproximación o tendencia (que modifican el valor del punto dato). Este último
caso, pese a variar los valores dato, puede ser más realista que el primero y se presta más
a la intervención de regiones vecinas.

Para la resistencia a compresión simple se ha tomado el valor medio de los valores


medidos, afectado de un tratamiento lineal (búfer) en áreas singulares, reduciendo el valor
en las zonas de fractura / barrancos e incrementándolo en divisorias y zonas escarpadas.
No se ha tenido en cuenta ninguna relación de proximidad y/o vecindad, excepto en zonas
ciegas. El RQD ha sido interpolado, con los mismos búferes del caso anterior: Para la
frecuencia de juntas se ha tomado la de la familia más desfavorable, con el mismo
tratamiento que el RQD. En el caso de las condiciones de las juntas se ha realizado una
extrapolación con métodos de aproximación o tendencia, ya que es un parámetro estimado;
se han utilizado búferes sólo en las zonas de fractura / barrancos, dando más importancia a
relaciones de vecindad. El valor del agua es constante en toda la zona de estudio y sólo se
han utilizado búferes en los barrancos.

Figura 3 – Mapas de valoración del espaciamiento y del estado de las juntas.

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6.- MAPAS DE ÍNDICE DE CLASIFICACIÓN

Como ya se dijo anteriormente, para el RMR básico se pueden seguir dos procedimientos:

Un mapa resultante de la suma de cada mapa de parámetros.


Un mapa de valores obtenido a partir del RMR calculado para cada estación.

Los resultados son similares, si bien el segundo método resulta mejor cuando se obtiene
con una regionalización resultante de la suma de las regionalizaciónes de cada parámetro.
En la Figura 4 se presenta un mapa del RMR básico de la zona de estudio. Se ha realizado
con el segundo método, usando búferes reductores en vaguadas y fallas e incrementales en
divisorias y zonas de pendientes elevadas.

Figura 4 – Mapa del RMR básico.

El mapa del índice SMR se obtiene a partir del RMR mediante la aplicación de los factores
correctores. Para el índice SMR se pueden generar tres clases de mapas:

SMR del terreno natural.


SMR a lo largo de una ruta.
SMR para un talud genérico de orientación prefijada.

Los factores F1, F2 y F3 se obtienen a partir del MDT en el primer caso, y de éste y las
estaciones geomecánicas en los otros dos. El factor F4 tiene valor constante en taludes
naturales y puede considerarse como un buffer lineal a lo largo de vías o taludes de
orientación prefijada. Los factores F1, F2 y F3 y el producto (F1xF2xF3) pueden ser
representados en un mapa, por contra la representación del factor F4 carece de sentido.

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7. VALIDACIÓN Y CONTROL

La única manera de probar la validez de los resultados es compararlos con la realidad. En el


caso de los parámetros básicos y del RMR es posible tomar nuevas estaciones
geomecánicas y comparar los valores obtenidos con los predichos por el modelo, pero
puede romperse el equilibrio calidad-coste;. de todos modos es posible crear mapas a partir
de todas las estaciones geomecánicas menos una, comparando los resultados con los de la
estación excluida. La Tabla 6 muestra los resultados de este proceder en cinco puntos;
generalmente los errores son menores a media clase de RMR, siendo más evidente en
afloramientos que en taludes, pero más pesimista en taludes.

Tabla 6 - Variaciones del RMR en un punto dado tras eliminar una estación.
Punto RMR medido RMR obtenido Variación
A16 66 69,56 +3,56
A20 64 70,27 +6,27
A21 67 67,81 +0,81
T20 72 70,30 -1,70
T21 72 71,10 -0,90

Para el SMR, creando mapas a partir de todas las estaciones geomecánicas menos una, se
compara el valor obtenido en el mapa con el observado (en clases de estabilidad, de
acuerdo con la condición del talud y las medidas correctoras colocadas, Tablas 1 y 4) y con
el calculado con los datos de la estación eliminada. Este método adquiere verdadero
sentido, como parte de un proceso de validación, cuando el talud es inestable o contiene
fuertes medidas correctoras. En el área de estudio sólo un talud era (al estar en servicio se
ha corregido) realmente inestable (clase IV) con fuertes medidas correctoras, este talud ha
sido excluido de los datos (no así los afloramientos próximos) para verificar el
procedimiento, siendo detectado por éste.

Todos estos chequeos deben ser integrados en un “índice de validez” o “coeficiente de


control de correlación” de forma que pueda ser representado mediante isolíneas “de
fiabilidad” junto con el parámetro o índice cartografiado. La elección del mejor índice de
entre los posibles, en cuanto a viabilidad, representación y comprensión, forma parte del
proceso de investigación por el momento.

8. CONCLUSIONES

La aplicación del SMR a taludes en roca es factible mediante un SIG, obteniéndose dos
tipos de mapas, de “calidad geomecánica” y de “condiciones actuales de estabilidad”.

En el primer grupo se incluyen los de: parámetros básicos, RMR básico, factores Fi y
SMR del terreno natural.
El segundo grupo incluye: SMR del terreno natural, SMR a lo largo de nuevas vías
de comunicación y SMR para un talud genérico con una orientación prefijada.

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Figura 5 – Mapa del SMR del terreno natural.

El procedimiento tradicional de aplicación del método SMR es ligeramente pesimista (Jordá


y Romana, 1997; Jordá et al, 1999) y lo mismo ocurre con su tratamiento mediante GIS, la
Figura 5 muestra puntos aislados de las clases IV y V, inestables y completamente
inestables, que obedecen a dos causas diferentes:

- Situaciones de inestabilidad real.


En el caso del SMR del terreno natural se trata de pequeñas zonas con riesgo de
inestabilidad o, sobre todo, las que han sido reparadas (que no suponen riesgo).

- Situaciones de inestabilidad irreal.


Generalmente puntos aislados creados por el tratamiento dado por el MDT en
pequeñas irregularidades de la superficie del terreno.

Este ultimo caso no constituye un gran problema, estos mapas son sólo una ayuda y no una
herramienta última de diseño. Parafraseando a Bieniawski (1997):

“Los mapas geomecánicos no deben usarse aisladamente (como una


herramienta única)... sino en el contexto de un proceso global de diseño
ingenieril... solo en fases preliminares y/o de planeamiento, pero no para
definir (las medidas) finales de diseño... “.

Como herramienta de decisión última el problema tiene una difícil solución en 2D, dado que
es necesario representar toda la estructura espacial del macizo. Ésto supone un incremento
en la dificultad de obtención de los datos, requiriendo un mayor esfuerzo que los métodos
ingenieriles tradicionales de estabilidad de taludes, lo que es contrario al espíritu del
GISLYT.

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AGRADECIMIENTOS

Los autores quieren expresar su agradecimiento a la Comisión Interministerial de Ciencia y


Tecnología (CICYT), que financió el proyecto de investigación: “Aplicación de los Sistemas
de Información Geográfica al Análisis de la Estabilidad y a la Cartográfia de Susceptibilidad
de Movimientos de Ladera” (nº AMB97-1091-C06), en el que se incluía el subproyecto
“Evaluación de Estabilidad de Laderas mediante SIG (Aplicación a la Estabilidad de Taludes
Rocosos. Validación del SMR)” (nº AMB97-1091-C06-03). Asimismo, quieren reconocer el
estimulo que para la investigación ha supuesto la labor realizada por el Profesor Jordi
Corominas, coordinador del proyecto general.

REFERENCIAS

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