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CONTROL FRACCIONARIO
Desde los últimos años de bachillerato los estudiantes conocen los operadores diferenciales
d/dx, d /dx , etc, pero probablemente pocos se preguntan si es necesario que el orden de
diferenciación sea un entero. ¿Por qué no un número racional, fraccionario, irracional o incluso
complejo? Ya en el comienzo del cálculo diferencial e integral, en una carta a L’Hopital en 1695,
el propio Leibniz planteó la cuestión: ‹‹ ¿Puede generalizarse el significado de las derivadas de
orden entero a derivadas de órdenes no enteros? ›› L’Hopital sintió curiosidad ante la pregunta
y respondió con otra: ‹‹ ¿Que´ ocurriría si el orden fuera 1/2? ›› Leibniz, en una carta del 30 de
septiembre de 1695, respondió:
‹‹Esto conduciría a una paradoja, de la cual se obtendrán consecuencias útiles algún día››. La
cuestión planteada por Leibniz ha sido un asunto tratado durante más de 300 años, y ahora se
conoce como cálculo fraccionario, una generalización de la derivada y la integral ordinarias para
órdenes arbitrarios (no enteros).
Aplicaciones
Se puede aplicar a diversos sistemas, pero no significa que sea mejor que otros, algunos casos
el resultado de la aplicación de este tipo de control tiene resultados significativamente buenos,
a comparación de otros.
TECNOLOGÍA 5G
Gracias a esta nueva tecnología podremos, por ejemplo, aumentar exponencialmente el número
de dispositivos conectados. Vehículos, robots industriales, mobiliario urbano (badenes, calzada,
paradas de autobús) o cualquier dispositivo electrónico que tengamos en casa (desde la alarma
alarma, la lavadora, la refrigeradora o el robot aspirador) podrán conectarse y compartir
información en tiempo real.
Junto con todo esto, también el 5G vino con mitos urbanos, como lo explico el ingeniero, donde
personas quemaban las antenas 5G, pensando que existen riesgos de salud, y que estas traerían
muchas enfermedades como el SARS-COV2, cáncer, etc. Dichos rumores son completamente
falsos, porque no existe radiación ionizante en dichas antenas, ni mucho menos en el medio en
el que se propaga.
Los satélites de observación terrestre varían en función del tipo de órbita que describen, la carga
útil que lleven a bordo y, en cuanto a los instrumentos de generación de imágenes, la resolución
espacial, las características espectrales y la amplitud de franja de los sensores. Todos esos
parámetros se definen al principio de la misión, dependiendo de la aplicación a la que se vaya a
destinar el satélite.
Para monitorizar la meteorología a gran escala y alta frecuencia, es conveniente que el satélite
se sitúe en una órbita geoestacionaria. En esa órbita, el satélite tiene una visión constante de
casi un hemisferio entero. Sin embargo, si la órbita es muy alta (de unos 36.000 km sobre la
Tierra), es difícil obtener una elevada resolución espacial. Por otra parte, para aplicaciones como
el seguimiento de nubes sobre los continentes, no se requiere una resolución espacial elevada.
En las aplicaciones explicadas en la presentación, nos dio a conocer sobre satélites de uso libre
civil, y constelaciones de satélites que brindan información geográfica muy importante, que
puede usarse para estudios de predicción de desastres, tal como la ingeniera lo hizo en Bolivia.
Entre los satélites más importantes se encuentran (LandSat, Sentinel, MeteoSat)
En las aplicaciones que requieren imágenes de alta resolución de una zona específica, como la
monitorización del lago de un glaciar o la captación de los edificios destruidos por un terremoto,
es necesario utilizar un sensor de alta resolución. Normalmente, un sensor de ese tipo capta una
franja estrecha y se encuentra en un satélite de órbita terrestre baja (LEO, Low Earth Orbit), por
ejemplo, a unos 600 km de la Tierra, como en el caso del satélite QuickBird. Desde esa órbita no
se puede monitorizar continuamente la misma zona, debido al movimiento relativo del satélite
respecto a la Tierra: sólo se pueden captar imágenes de una zona determinada cuando el satélite
pasa sobre ella.
En la presentación del Dr. Carlos pudimos observar una cantidad enorme de proyectos centrados
en la robótica para la rehabilitación, entre ellos había robots de soporte, de tratamiento, de
apoyo, etc. Cada uno se adecuaba a la necesidad del usuario, para ello se requería un análisis
completo de la problemática de cada paciente.
Aspectos éticos y sociales. El investigador no puede ser ajeno a las consecuencias éticas y a los
efectos sociales de la solución tecnológica que propone. La tecnología "invasiva", los sistemas
que coartan la libertad de decisión del usuario, los sistemas que monitorizan y vigilan sus
movimientos, deben ser limitados a lo estrictamente necesario.
Uso de tecnología económica. Las personas con discapacidad no suelen tener capacidad
económica como para adquirir equipamiento muy sofisticado. Incluso en los países en que este
tipo de ayudas recaen en los servicios de asistencia social, el precio máximo de los sistemas
resultantes condiciona fuertemente el éxito de los proyectos.