Hacia el 3102 antes de la invención de la escritura se ven enfrentados 2 grandes ejércitos, en la

guerra de Kurukshetra, por la disputa del trono de Hastināpura.

El dado del destino cae y gira, y, en el doceavo día de batallas, ese mismo día en que los ejército
no se detuvieron a orar para continuar matándose hasta el amanecer, el dado se detiene en el
número perdedor, el número 1.

Krishna asciende a los cielos y Kali aprovecha el momento para ingresar al mundo por medio del
delito del asesinato de una vaca.

Es de ésta forma que se da inicio al ciclo de la riña y la hipocresía, la era de Kali, o como podemos
llamar, el Kali Iuga.

En ésta era está sumida la corrompida humanidad, envuelta en un clima de oscuridad, donde el
poder divino de la destrucción de Kali se hace más fuerte y Shiva, su esposo, no podrá contener la
sed de aniquilación y brutalidad de Kali, que azotan éste mundo en forma de castigo.

Tendrán que pasar 432.000 años desde la partida de Krishna para que el décimo avatar de Vishnú,
el brillante removedor de oscuridad, Kalki, llegue montado en su majestuoso caballo blanco,
blandiendo su espada envuelta en llamas para borrar de la faz de la tierra a la humanidad
corrompida por los vicios, delitos y pecados. De ésta manera, se pondrá fin al Kali Iuga, reiniciando
el Dharma y comenzando el Satya Iuga, donde la justicia rodeará a los seguidores de Vishnú,
iniciando una era de armonía entre dioses, humanos y la naturaleza.