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Así como el cine imponía modas, (vestirse o parecerse a tal o cual artista) desde la pantalla

también se contribuyó a formar el concepto del “deber ser” familiar. Reflejaba el sentido común
imperante en la sociedad y lo retroalimentaba.

El modelo representado tiene pequeñas variantes según el director o el estudio. Entre la comedia
brillante o el melodrama. La cotidianeidad de María Fernanda (Esposa último modelo) muy poco
tiene en común con la de Paulina (Mercado de abasto). Los extremos se tocan. El matrimonio
opera como salvador, perdonando el pasado. Unos por snobs, otros por haberse enamorado del
hombre equivocado. La mujer puede trabajar y ganarse un lugar, siempre acompañada por su
esposo o por la promesa de un casamiento cercano. Aunque en Las aguas bajan turbias se trate a
primera vista el tema laboral y la explotación, pienso que también se puede hablar de familia. La
voz en off deja en claro que esto es un racconto de tiempos pasados. Los trabajadores hablan en
guaraní, a diferencia de los empleados domésticos, los diarieros, o los mozos que ya habíamos
visto tantas veces, todos inmigrantes europeos. Estos tienen la mirada triste. No son los mismos
que bailan o hacen picnics, aunque también hay baile en medio de tanta tristeza. Escuchan la
guaracha triste, mientras el río devuelve cadáveres. Ellos son fondo y a la vez protagonistas del
melodrama. Y en el medio Adriana Bennetti, la italiana de Vittorio De Sica. Una actriz del
neorrealismo para contar esta historia, formada por varias entrecruzadas, algo poco habitual en el
cine de la época. Todos tienen un pasado. El melodrama único, se diversifica y los abarca a todos,
a su vez atravesados por el conflicto de fondo. Hombres y mujeres solas. La anciana habla de su
hijo, “el que le queda”, “ahora todos los mensus son mis hijos”. En medio nace el amor entre los
protagonistas. La familia son ellos mismos, los mensúes cuidándose unos a otros. Al final la luz se
asoma en el horizonte. El bueno mata al malo, bajo la mirada aprobatoria de su mujer
embarazada. La voz en off retorna, para recordarnos que en los hijos esta la esperanza de un
mañana mejor y una patria más grande y más justa. Escenas finales metidas a fuerza de cumplir
con el pedido del gobierno o sólo un giro deseado por el director cambiando el final de la novela
original?

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