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Salmos 23

1. El Señor es mi pastor: nada me falta;


2. en verdes pastos él me hace reposar. A las aguas de
descanso me conduce,

3. y reconforta mi alma. Por el camino del bueno me dirige,


por amor de su nombre.

4. Aunque pase por quebradas oscuras, no temo ningún mal,


porque tú estás conmigo con tu vara y tu bastón, y al verlas
voy sin miedo.

5. La mesa has preparado para mí frente a mis adversarios,


con aceites perfumas mi cabeza y rellenas mi copa.

6. Irán conmigo la dicha y tu favor mientras dure mi vida, mi


mansión será la casa del Señora por largos, largos días.
Salmos 27

1. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer?


Amparo de mi vida es el Señor, ¿ante quién temblaré?

2. Cuando los malvados se lanzan contra mí para comer mi


carne, ellos, mis enemigos y contrarios, tropiezan y
perecen.

3. Si me sitia un ejército contrario, mi corazón no teme, si una


guerra estalla contra mí, aún tendré confianza.

4. Una cosa al Señor, sólo le pido, la cosa que yo busco es


habitar la casa del Señor mientras dure mi vida, para gozar
de la dulzura del Señor y cuidar de su santuario.

5. Porque él me dará asilo en su cabaña en tiempos de


desdicha, me ocultará en el secreto de su tienda, y me alzará
sobre la roca.

6. Y ahora mi cabeza se levanta sobre mis enemigos que me


cercan. Jubiloso en su carpa ofreceré sacrificios con
aclamaciones. Quiero cantar, tocar para el Señor.

7. Señor, oye la voz con que a ti clamo, escucha, por piedad.

8. Mi corazón de ti me habla diciendo: "Procura ver su faz".


9. Es tu rostro, Señor, lo que yo busco, no me escondas tu
cara. Con enojo a tu siervo no rechaces; eres tú mi defensa,
¡no me abandones, no me dejes solo, mi Dios y Salvador!

10. Si me abandonaran mi padre y mi madre, me acogería el


Señor.

11. Enséñame, Señor, tus caminos, y guíame por sendero


llano.

12. Líbrame del afán de mis contrarios, pues contra mí se


levantan falsos testigos que lanzan amenazas.

13. La bondad del Señor espero ver en la tierra de los


vivientes.

14. Confía en el Señor, ¡ánimo, arriba! espera en el Señor.


Salmos 91

1. Tú que habitas al amparo del Altísimo y resides a la sombra


del Omnipotente,

2. dile al Señor: "Mi amparo, mi refugio, mi Dios, en quien yo


pongo mi confianza".

3. El te librará del lazo del cazador y del azote de la desgracia;

4. te cubrirá con sus plumas y hallarás bajo sus alas un


refugio.

5. No temerás los miedos de la noche ni la flecha disparada de


día,

6. ni la peste que avanza en las tinieblas, ni la plaga que azota


a pleno sol.

7. Aunque caigan mil hombres a tu lado y diez mil, a tu


derecha, tú estarás fuera de peligro: su lealtad será tu
escudo y armadura.

8. Basta que mires con tus ojos y verás cómo se le paga al


impío.

9. Pero tú dices: "Mi amparo es el Señor", tú has hecho del


Altísimo tu asilo.
10. La desgracia no te alcanzará ni la plaga se acercará a tu
tienda:

11. pues a los ángeles les ha ordenado que te escolten en todos


tus caminos.

12. En sus manos te habrán de sostener para que no tropiece tu


pie en alguna piedra;

13. andarás sobre víboras y leones y pisarás cachorros y


dragones.

14. "Pues a mí se acogió, lo libraré, lo protegeré, pues mi


Nombre conoció.

15. Si me invoca, yo le responderé, y en la angustia estaré


junto a él, lo salvaré, le rendiré honores.

16. Alargaré sus días como lo desea y haré que pueda ver mi
salvación".
Salmos 140

2. Líbrame, Señor, del hombre malvado, defiéndeme de la


gente violenta,

3. de los que en su corazón maquinan males y que provocan


riñas cada día;

4. que cual serpiente afilan sus lenguas y veneno de víbora hay


en sus labios.

5. Señor, protégeme de manos del impío, defiéndeme de la


gente violenta, que piensan cómo hacerme tropezar.

6. Los soberbios me han puesto un lazo oculto, han tendido


redes bajo mis pies y me han puesto trampas junto al
sendero.

7. Dije al Señor: "Tú eres mi Dios, presta atención, Señor, a la


voz de mi súplica".

8. Señor Dios, poderoso para salvar, tú cubres mi cabeza el día


del combate.

9. No consientas, Señor, los deseos del malvado, no dejes que


su plan se realice.
10. Que no alcen su cabeza los que me asedian, que la malicia
de sus labios los ahogue;

11. que lluevan sobre ellos brasas ardientes, que los eches al
abismo y no salgan.

12. Que la tierra rechace al detractor y persiga al violento el


mal sin tregua.

13. Sé que el Señor hará justicia al desvalido y dará a los


pobres la razón.

14. Los justos darán gracias a tu Nombre, los hombres rectos


se quedarán en tu presencia.

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