Víctor Frankl fue un prisionero en diferentes campos de concentración nazi en lo que
duro la segunda guerra mundial. Allí se encontraban divididos de dos formas; los prisioneros comunes y los capos. Los prisioneros comunes no eran alimentados de una manera correcta, hacían trabajos forzados por mucho tiempo, en invierno eran expuestos a bajas temperaturas sin tener la vestimenta adecuada lo cual aumentaba la posibilidad de su muerte, sufrían al pensar mucho en sus familiares y personas allegadas ya que no sabían cómo se encontraban. Sino rendirán adecuadamente eran llevados a la cámara de gas. Por otra parte, los capos contaban con mas beneficios y eran administradores, ellos trataban a los demás prisioneros peor que los mismo soldados por eso se elegían a los más crueles. Muchos de los presos que ya tenían mucho tiempo dentro lograron desarrollar nuevas habilidades para poder sobrevivir todo el maltrato que conllevaba estar en estos campos para esto cambiaron su actitud, decidieron dejar que no les afecte emocionalmente lo que estaba sucediendo, tener ganas de vivir. Este libro no solo nos cuenta como es el trato a las personas o como se desenvolvía la segunda guerra mundial sino la forma de pensar de una persona estando dentro, la cual ha perdido todo y aun así tienen ganas de vivir, soñar y desea mantener su dignidad. Frankl desarrollo la logoterapia que nos habla de la búsqueda del sentido de su vida o motivación que tienen las personas para seguir adelante, uno mismo se encarga de encontrarlo a través de cada una de nuestras experiencias. El autor nos dice que nadie puede escapar del sufrimiento porque es parte de nuestra vida, es decir el dolor es obligatorio pero sufrir es opcional ya que nosotros tenemos la libertad y el poder suficiente para sacarle provecho a toda circunstancia o experiencia; como en su caso fue guiarse por la espiritualidad y estar en constante reflexión. El hombre es lo que decide ser, es libre de elegir pero es responsable de las consecuencias de aquello que elige. Es muy importante encontrar el sentido de la vida si no tiene por qué, y para que vivir la persona puede perderse generando inseguridad, se conforma con lo que tiene y existe un gran vacío en su vida. Estas tienden a sentirse solitarias, desdichadas, frustados sin una perspectiva clara de su vida incluso perdiendo la fe en la voluntad de sentido, pensando que sus actos y presencia no sirven para nada.