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Una próxima vez…

Cuando quiera de nuevo conectar con otro ser, desearía acariciarnos antes el alma, dibujar la
silueta de una sonrisa en los corazones, antes que el tacto sobre la piel; encontrarnos en las
miradas y no ser presos del tiempo ni de la prisa; para así bailar antes una canción de amor,
sincronizar nuestros latidos y llegar a vibrar a una misma frecuencia… Entonces si, libres de la
cárcel de los cuerpos, entregarnos al deseo que va más allá, que no es una necesidad, sino un
anhelo; que no es un juego ni un despropósito; sino que lleve a quedarnos vacíos y llenarnos de
todo, entregarse por completo y recibir a alguien entero también… Y cuando ya no quede más qué
dar, sentiremos que nada falta. Quiero la eternidad en una noche, pero además que al despertar,
con el sol, aún haya espacio para agradecer al universo por una nueva oportunidad.

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