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Hasta aquí, la posmodernidad en voz de Lyotard y Vattimo.

Analizaremos ahora la obra


de Fredric Jameson, de quien Perry Anderson comenta: “Ningún otro autor ha producido
una teoría tan penetrante o general de las dimensiones culturales, socioeconómicas y
geopolíticas de la posmoderno”.[14] Por otra parte,  Von Beyme considera que su obra
constituye una especie de marxismo posmodernizado (1991: 155).[15] Fredric Jameson,
en su obra  Una modernidad singular (2004), afirma que no es posible simplemente
continuar con la modernidad como si no hubiesen sucedido transformaciones que han
configurado lo que se denomina posmodernidad, por lo que establece como cuarta
máxima de la modernidad: “Ninguna «teoría» de la modernidad tiene hoy sentido a menos
que se pueda aceptar como hipótesis de una ruptura posmoderna con lo moderno” (2004:
86). 

Fredric Jameson rechaza restringir a la posmodernidad en el ámbito de la ideología


cultural o como descripción de una determinada estética o estilo (1991a: 101; 2002: 17),
su hipótesis es que la posmodernidad es producto de las transformaciones en el orden
social y económico que se ha denominado también sociedad posindustrial; de consumo;
del espectáculo o de los medios de comunicación. Jameson considera a la
posmodernidad como un concepto periodizador, que da cuenta de las pautas culturales
de esta nueva etapa del capitalismo, de la transformación delmodo de producción
capitalista después de la Segunda Guerra Mundial, denominada también como
“capitalismo tardío o multinacional”. Jameson, parte de la teoría de Ernst Mandel,
desarrollada en su obra Late capitalism, en la que definió una tercera fase del capitalismo
originada en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, aunque rechaza que deba
designarse esta etapa como “posindustrial”, sino como capitalismo multinacional, ya que
este concepto denota la ampliación del capital hasta territorios antes no mercantilizados.
Por otra parte, esta tercera fase del capitalismo se caracteriza también por una gran red
informática y comunicacional descentralizada (1991a: 85). Siguiendo la teoría de Mandel,
Jameson establece que la posmodernidad es la lógica cultural del capitalismo avanzado.
Durante la década de los setenta, señala, se establece un nuevo orden internacional,
caracterizado por la dominación económica y militar de Estados Unidos en el que surgen
procesos como el neocolonialismo, la Revolución Verde, los avances tecnológicos e
informáticos, la globalización, el consumo de masas, la escisión entre capital financiero y
capital productivo y, la comercialización de la cultura. En este período surge un nuevo tipo
de sociedad,  y de acuerdo con Jameson, en este diagnóstico coinciden pensadores tanto
marxistas como no marxistas.
Jameson afirma que el posmodernismo no es concepto aceptado, tampoco es entendido
de manera generalizada. Crítica su repudio facilista y complaciente,así mismo, califica
como corrupta cualquier celebración igualmente facilistade la posmodernidad (2002: 49;
1991b: 101). Admite que, como cualquier otro, se ha cansado del eslogan del
posmodernismo, deplorando sus giros y usos incorrectos, además de que es un concepto
que “plantea más problemas que los que resuelve”. No obstante, defiende el concepto, ya
que caracteriza la situación de manera eficaz y económica: “Tenemos que ponerle un
nombre al sistema” (2002: 74). Ahora bien, lo fundamental en el concepto de
posmodernidad según Jameson, es que tiene consecuencias políticas, ya que las
diversas posiciones que se adopten hacia él implica la articulación de visiones de la
historia en las que se evalúa el momento social en el que vivimos. Desde este enfoque es
como Jameson evalúa el pensamiento de Lyotard, del que, afirma, no puede analizarse
adecuadamente en términos únicamente estéticos, sino que lo central es que éste
diagnóstica un nuevo sistema social más allá del capitalismo clásico. De este modo,
problemas aparentemente sólo estéticos tienen consecuencias políticas, concretamente,
Jameson identifica a las tendencias posmodernas con los procesos de descentralización y
con la institucionalización de grupos pequeños(2002: 70). Por otra parte, coincide con
Lyotard en su noción de crisis de la metanarraciones, vista por él como unacrisis de los
cánones, ya que en la sociedad posmoderna no existen lenguajes normativos en términos
globales, ya que los mismos pasan a ser uno más entre todos los estilos locales-tribales.

Jameson identifica y adjetiva diversas posturas y análisis sobre la posmodernidad, entre


ellas: laantimoderna representada por Ihab Hassan; la proposmoderna de Tom Walfe; la
premoderna de Jürgen Habermas y; la antiposmoderna, también de Habermas. Para
Jameson lo fundamental de estas cuatro posturas es la aceptación que hacen de forma
explícita o implícita del término posmodernidad, ya que coinciden en el diagnóstico de
una ruptura entre los momentos moderno y posmoderno, independientemente de la
evaluación que hagan de ambos (2002: 45), por otro lado, considera que estas posturas
son “susceptibles de una expresión políticamente progresista o políticamente
reaccionaria”.

En términos sociales, en la posmodernidad surgen fenómenos como la aparición de


nuevos tipos de consumo; un ritmo cada vez más rápido de cambios en la moda y los
estilos; la penetración de los medios de comunicación en la sociedad en general; y el
desarrollo de las grandes supercarreteras y la cultura del automóvil (2002: 37). En
términos estéticos, Jameson afirma que el posmodernismo puede encontrarse en todas
las artes: En arquitectura, Robert Venturi, Charles Moore, Michael Graves y Frank Gehry;
en cuyos edificios la percepción del volumen y el espacio se desvanecen, pero más
importante aún, es su carácter populista, con la generación de una corriente denominada
arquitectura pop, cuyas obras se encuentran insertadas en zonas comerciales, de comida
rápida y zonas de moteles, en este sentido, un edificio emblemático del posmodernismo
es el Bonaventura Hotel, de John Portman en Los Angeles. Lo que distingue a la
arquitectura posmoderna de la moderna es el abandono de la aspiración utópica del
espacio arquitectónico (2002: 50; 1991a: 88); en poesía, John Ashbery; en pintura, Andy
Warhol y en general el arte pop;[16] en música, John Cage, el rock punk y el new wave;
en el cine, Jean-Luc Godard;[17] y en literatura la nueva novela francesa (2002: 17)[18].
La década de 1970 representa el período transicional clave puesto que es en este período
cuando la estética del alto modernismo, que en su origen se había presentado como un
arte de oposición, subversivo ante la sociedad como el expresionismo abstracto, la poesía
de Pound, Eliot o Wallace Stevens, las obras de Stravinsky, la literatura de Joyce, Proust
y Mann, se habían ya institucionalizado, convertido en el establishment, dominando la
academia, los museos y las redes de galerías de arte, por lo que una nueva generación
de poetas, pintores y músicos iniciaron un movimiento deruptura ante tal
ambiente asfixiante(2002: 16). En términos de teoría contemporánea, la posmodernidad
no se define por los discursos sistémicos e integrados, como lo fueron, por ejemplo, la
obra de Wittgenstein o la filosofía analítica. En la posmodernidad se ha configurado un
nuevo discurso, asociado a la filosofía francesa, concretamente a la obra de Michel
Foucault. Jameson afirma que lo propiamente posmoderno en la obra de Foucault,
consiste en que no podemos catalogarla únicamentecomo filosofía, historia, ciencia
política o teoría social.

Como hemos visto la hipótesis central de Jameson es que el posmodernismo como lógica
cultural del capitalismo avanzado, es producto principalmente de las transformaciones en
el orden económico-social producidas después de la Segunda Guerra Mundial. En este
cuadro, Jameson nos previene de conceptualizar esta transición en términos de una
ruptura radical, sino más bien debe ser entendido como una reestructuración de
elementos ya dados, sobre todo en el campo de la estética y la filosofía, donde
encontramos rasgos propiamente posmodernos. Estos rasgos o pautas, de estar
subordinados, pasan a ser dominantes, a ser rasgos centrales de la producción cultural.
Por ejemplo, las obras de Flaubert, Mallarmé y Mann, además de los filósofos a los que
Rocoeur clasificó como la filosofía de la sospecha: Marx, Nietzsche y Freud. Ácidamente,
Jameson señala que los intelectuales posmodernos le deben a estos tres
filósofos, obediencia conjunta(2002: 83).

1.2 La constelación de conceptualizaciones y esquemas

El conjunto de teorías y conceptualizaciones heterogéneas de posmodernidad, serán


analizadas aquí no en modo progresivo y lineal, sino que me parece más adecuado,
utilizar como metáfora la palabra constelación, en razón del carácter discontinuo,
contradictorio y no lineal de este conjunto. Como hemos mencionado ya, la
posmodernidad abarca diversos campos disciplinarios, desde la estética hasta la filosofía,
la ciencia y la política, por lo que los conceptos aquí referidos necesariamente reflejarán
esa diversidad, con lo cual, esperamos conseguir una visión amplia del fenómeno, para
finalmente construir un concepto de posmodernidad.

Albrecht Wellmer, en su obra Sobre la dialéctica de la modernidad y posmodernidad. La


crítica de la razón después de Adorno (1993), señala que el prefijo pos forma parte de
una red de conceptos y formas de pensamiento cuyo referente común es la conscienciade
encontrarse en el umbral de una sociedad cuyos contornos aún no son claros, pero
parece apuntar a la extinción del proyecto histórico de la modernidad. Señala que las
teorías posmodernas tienen como temática recurrente la crítica a las nociones de razón y
del lenguaje, siendo que una de las proclamas centrales del posmodernismo es la muerte
de la modernidad. Wellmer comenta que los epitafios para la modernidad están repletos
de sarcasmo, acritud y odio: “Nunca un proyecto comenzado con tan buenas intenciones
–hablo del de la Ilustración europea- fue llevado a la tumba entre tantas maldiciones.”
(1993: 104). Wellmer interpreta a la posmodernidad, no en términos sociológicos, sino
como un proyecto: el de la «autosuperación de la razón». De este modo, el
posmodernismo tiene un tema de fondo central: la crítica a la razón «totalizadora». La
posmodernidad sería entonces unmovimiento de búsqueda de una razón como juego de
racionalidades plurales,asentada en una tolerancia reciproca de los discursos  y no como
una razón idealque comporte una reconciliación de los juegos de lenguaje (1993: 112).  
David Harvey, en su obra La condición de la posmodernidad (2004), delimita a ésta como
una condición histórico-geográfica específica. Siguiendo el análisis de Jameson, en torno
a la posmodernidad como producto de las transformaciones en el modo de producción
capitalista después de la Segunda Guerra Mundial, sostiene que ésta etapa histórica nace
de la crisis de hiperacumulación del régimen de acumulación fordista-keynesiano, cuyo
auge se ubica entre 1945 y 1973.[19] Este régimen se basó en el dominio del Estado
keynesiano, con un poder amplio de regulación monetaria, fiscal y política, además un
trabajo organizado cuya disciplina se estableció en el New Deal de Franklin D. Roosevelt
y por la función corporativa de los sindicatos. El trasfondo de este proceso fue la
consolidación de la hegemonía económica, financiera y militar de Estados Unidos. De
1965 a 1973 comenzó a gestarse la crisis delrégimen de acumulación fordista y del boom
de la posguerra. La rigidez que comenzó a dominar la economía determinó que, con el fin
de mantener los compromisos del Estado keynesiano, se imprimiera moneda, con lo que
se desató la ola inflacionaria. 1973 fue el momento culminante de la espiral inflacionaria y
año además en que la OPEP desató la crisis petrolera al incrementar los precios del
petróleo. De este modo, en 1973 se exteriorizó una profunda crisis de sobreacumulación;
fiscal y de legitimación. La respuesta a esta crisis, afirma Harvey, fue la articulación de
unrégimen de acumulación «flexible», el cual se caracteriza: “por la emergencia de
sectores totalmente nuevos de producción, nuevas formas de proporcionar servicios
financieros, nuevos mercados y, sobre todo, niveles sumamente intensos de innovación
comercial, tecnológica y organizativa” (2004: 170). El capital adquiere mayor movilidad y
recurre al capital financiero como poder coordinador. El sistema financiero se desreguló y
adquirió una importancia fundamental en la economía mundial, lo que para Harvey
significa un mayor potencial para la formación de crisis monetarias y financieras, por otra
parte, el incremente en la capacidad de movilidad del capital ha aumentado su poder
sobre los Estados Nación.[20] Por otro lado, el empleo regular transita hacia los contratos
de medio tiempo, subcontratos o trabajo temporal, es decir, hacia la precarización laboral,
la caída del nivel salarial y la seguridad laboral. Al mismo tiempo, Harvey señala que el
mercado laboral se ha reestructurado, con un mayor peso del sector de los servicios. Por
otra parte, en términos políticos, la posmodernidad se caracteriza por la llegada del
neoconservadurismo, representado por los gobiernos de Ronald Reagan y Margaret
Tatcher. El neoliberalismo tendría como eje la política económica poskeynesiana de
ataque a los salarios reales y el poder que los sindicatos habían adquirido en el periodo
de la posguerra, a través de las políticas de austeridad, el recorte fiscal y el abandono del
compromiso social.
La transición hacia un régimen de acumulación «flexible», fundado en la inestabilidad y
fragmentariedad, que ponderada la aceleración del rito de innovación de las mercancías y
la integración de nichos de mercado especializados, como respuesta a la crisis de
sobreacumulación del régimen de acumulación fordista, no operó sólo en términos
económicos, sino además en su correspondiente modo de regulación social y política. La
tesis central de Harvey, es que el posmodernismo es un movimiento estético que nace de
la crisis de hiperacumulación que culminó en 1973, que con su celebración de la
diferencia, lo transitorio, el espectáculo y la moda, y en general con la creciente
mercantilización de la cultura, mimetiza estéticamente al nuevo régimen de
acumulación «flexible» (2004: 334).

Para 1960, cuando comienza la crisis del régimen de acumulación fordista, surgieron
diversos movimientoscontraculturales y antimodernistas, los cuales adoptaron lógicas
antiautoritarias, un lenguaje iconoclasta y una crítica a la vida cotidiana generada por los
imperativos de la modernidad racional-técnico-burocrática, el Estado y las instituciones
sociopolíticas. Estos movimientos contraculturales yantimodernos fueron el sustrato de
1968, el cual, para Harvey, constituye el precursor político y cultural del posmodernismo.
De este modo, sostiene que entre 1968 y 1972 surgió elposmodernismo de la crisálida del
movimiento antimoderno. Elposmodernismo nació de la derrota política de 1968 (2004:
55). No obstante, encontramos una cesura histórica sorprendentemente exacta en la obra
del arquitecto Charles Jencks, de quien Harvey cita:

  “El fin simbólico del modernismo y el tránsito al posmodernismo se produjeron a las 15:32
horas del 15 de julio de 1972, cuando el complejo habitacional Pruitt-Igoe en St. Louis
(una versión premiada de la «máquina para la vida moderna» de Le Corbusier) fue
dinamitado por considerárselo un lugar inhabitable para las personas de bajos recursos
que alojaba.”(Harvey, 2004: 56).

En adelante, la arquitectura de la Bauhaus, la arquitectura funcional, cedería ante el


nuevo paradigmaLearning from Las Vegas, del arquitecto Robert Venturi. Harvey comenta
que elposmodernismo arquitectónico sostiene una visión fragmentada de lo urbano,
recuperando las historias locales y lasnecesidades y fantasías particulares, en contraste
con los grandes proyectos de la arquitectura moderna, comprendidos en un proyecto
social (2004: 85). De este modo el posmodernismo arquitectónicodefiende la autonomía
del espacio y una construcción basada en un estilo ecléctico y ornamental. En términos
estéticos, Harvey señala, siguiendo a Jameson, que el posmodernismo denota la
disolución de las fronteras entre la altacultura y la cultura popular, por lo que se presenta
como un movimientoantiaurático y antivanguardista.[21] Elposmodernismo se enfoca a la
producción cultural de acontecimientos, espectáculos, happenings e imágenes de los
medios. En el campo filosófico, Harvey afirma que el posmodernismodenota la mezcla del
pragmatismo norteamericano, el posestructuralismo y el neomarxismo que elaboran una
crítica de la razón abstracta y una profunda aversión a los proyectos de emancipación
social a través de la ciencia, la razón y la tecnología. La deconstrucción como movimiento
iniciado por Derrida, a fines de 1960, caracteriza también al posmodernismo. Para
Derrida, el collage  es una forma esencial del discurso posmoderno. Elposmodernismo,
pondera la fragmentación, la discontinuidad, el pluralismo, el reconocimiento de otras
voces.

En su obra Los orígenes de la posmodernidad (2000), Perry Anderson elabora un


minucioso análisis de la genética del término. Señala que la noción
de posmodernidad emergió en Hispanoamérica en los años treinta del siglo XX con
Federico de Onís, quien denominaba así a la corriente conservadora dentro del propio
modernismo, cuyas características eran el perfeccionismo del detalle y el humor irónico.
Frente a esta corriente, de Onís propuso un ultramodernismo que llevara a éste a una
nueva culminación a través del trabajo poético de las vanguardias, con obras de
alcance universal. El concepto de posmodernidad introducido por de Onís, no tuvo una
difusión más amplia en el ámbito hispanoamericano. Veinte años después, el
términoposmodernidad fue utilizado por Arnold Toynbee como categoría histórica, en el
octavo volumen de su Estudio de la historia, para describir a la época iniciada con la
guerra franco-prusiana y el proceso del auge de la clase obrera industrial en Occidente.
Para Anderson las deficiencias empíricas de la obra de Toynbee y sus conclusiones
proféticas contribuyeron al aislamiento de su obra. En Norteamérica, el término fue
introducido por el poeta Charles Olson, crítico del racionalismo humanista, en quien
encontramos un uso más adecuado del término, como descripción de un mundo más allá
de la era de losdescubrimientos y de la Revolución Industrial. No obstante, Anderson
señala que las ideas estéticas de Olson no cristalizaron en una doctrina concreta, con el
inicio del ambiente anticomunista en Estados Unidos, su poesía se volvió más irregular y
aforística. En 1959 el término reapareció en la obra de C. Wright Mills para designar una
era en las que los ideales del liberalismo y el socialismo estaban a punto de derrumbarse.
Ahora bien, Anderson comenta que el termino posmodernidad alcanzó una difusión más
amplia hasta los años setenta. En 1972 apareció en Nueva York la revista Boundary 2,
bajo el subtitulo“Journal of Posmodern Literature and Culture”, con el reconocimiento de la
influencia de la poesía de Charles Olson y la escuela de poetas de Black Mountain. La
contribución de Boundary 2, de acuerdo con Anderson, fue estabilizar la idea colectiva de
lo posmoderno, aunque la revista literaria finalmente se decantó en un existencialismo
sartreano y próximo también a Heidegger. Entre los primeros colaboradores de esta
revista se encontraba el crítico literario Ihab Hasan, quien adoptó la categoría foucaultiana
de ruptura epistémica para definir al pensamiento posmoderno y sujuego de
indeterminación e imanencia. En el análisis de Hasan, Anderson señala que tres nombres
aparecían constantemente: el compositor John Cage, el pintor Robert Rauschenberg  y el
diseñador Buckminster Fuller. No obstante, Hassan rechazó analizar las consecuencias
político-sociales de la posmodernidad, debido a la aversión que sentía hacía la política.
Posteriormente, en 1987 en su obra The Postmodern turn, Hassan se distanció de la
corriente posmoderna. Acusó al posmodernismo de haber tomado un rumbo
equivocadoque lo condujo a convertirse en unabufonada ecléctica. Por otra parte,
Anderson señala que desde el ámbito de la arquitectura en la década de los setenta el
concepto fue adoptado porCharles Jenks en su obra Language of Post-modern
Architecture (1997), para quien lo posmoderno en términos arquitectónicos consistía en
un estilo dedoble codificación  que apelaba simultáneamente a la sensibilidadeducada y
al gusto de las masas. De acuerdo con Anderson, esta tesis había sido inspirada por la
obra Learning from Las Vegas (1972) del arquitecto Robert Venturi, un manifiesto
arquitectónico en el que se criticó a la arquitectura moderna, es decir, el Estilo
Internacionalinaugurado por Mies Van der Rohe. Para Venturi la arquitectura debía
insertarse dentro de lo urbano sin las aspiraciones puristas del modernismo
arquitectónico, fundando un nuevo estilo basado en lo decorativo y asociando a la
arquitectura con las artes gráficas y la escultura. Con este antecedente puede entenderse
la obra de Charles Jenks, para quien finalmente en la década de los ochenta lo
posmoderno se materializó en una sociedad mundial de tolerancia plural, que ofrecía una
superabundancia de ofertas posibilitada por la sociedad de la información.

Para Anderson la obra de Venturi y Jencks fue fundamental para que la arquitectura
portara la insignia de lo posmoderno, siendo el primer ámbito al que suele asociarse a
éste concepto desde entonces (2000: 37). El siguiente referente esencial es la obra La
condition posmoderne (1979) de Lyotard y la obra de Fredric Jameson, cuyos conceptos
de posmodernidad ya hemos analizado. Anderson señala que la aparición de la
posmodernidad corresponde a la década de 1970, en la que identifica tres coordenadas
históricas nuevas: La primera, la liquidación de la tradición aristocrática en la Europa
continental después de la Segunda Guerra Mundial, proceso acompañado por la extinción
de la burguesía como clase poseedora de una moral propia y conciencia de sí misma, en
su lugar aparece un conjunto fluctuante de actores: ejecutivos, auditores, administradores
y especuladores del capital sin identidad estable ni estabilidad en la estructura social
(2000: 118). Otra dimensión del fin del mundo burgués es la liquidación de
todo establishment academicista al que un arte de vanguardia pudiera cuestionar. La
segunda coordenada histórica señalada por Anderson, es la evolución de la tecnología,
particularmente considera que un avance tecnológico fundamental que provocó un salto
cualitativo en el poder de comunicación de masas es la televisión a color. Para Anderson
la televisión a color, cuya masificación se consolido en la década de 1970, representa la
innovación tecnológica fundamental de lo posmoderno, ya que en adelante la
posmodernidad se constituiría también como una maquinaria de imágenes, de modo que
el entorno posmoderno está constituido por un Niágara de cháchara visual (2000: 122).
[22] Ahora bien, la imagen es sobre todo mensaje, y estos mensajes transmiten ideología
en el sentido completo del término. De este modo, la cultura posmoderna es ante todo
la cultura del espectáculo (2000: 156). La tercera coordenada histórica son los cambios
políticos de la época, coincidiendo con Harvey, entiende alposmodernismo como producto
de la derrota de los movimientos político-subversivos en la década de 1970, de modo que
en la siguiente década la ofensiva de la derecha se expresó en los procesos de
privatización y ataque a la clase obrera de los gobiernos de Reagan y Tatcher, en los que
se constituyó el orden neoliberal. Anderson señala que para la década de 1980 se
consolidó eltriunfo universal del capital y la cancelación de alternativas políticas. En suma,
estas tres coordenadas históricas caracterizan el surgimiento y consolidación de la
posmodernidad, a las que Anderson resume así: “la posmodernidad surgió de la
constelación de un orden dominante desclasado, una tecnología mediatizada y una
política monocroma” (2000: 126). En suma, para Anderson la posmodernidad es propia
de sociedades capitalistas de una riqueza sin precedentes y con niveles de consumo muy
elevados.

David Lyon, en su obra Posmodernidad(2005), afirma que este concepto ha suscitado


desde la década de los ochenta un debate importante en una gran variedad de disciplinas,
desde la geografía hasta la teología y de la filosofía a la ciencia política, cuyo antecedente
fue la controversia que tal término suscitó en el arte, la literatura, arquitectura y cine.
Identifica a Jean-François Lyotard, Jean Baudrillard, Jaques Derrida, Michel Foucault,
Gilles Deleuze, Gianni Vattimo y Richard Rorty como pensadores posmodernos. Señala
que como concepto socioanalítico cobró relevancia desde la década de los ochenta,
siendo rechazado por varias corrientes y pensadores, quienes acuñaron otros sustantivos,
prefijos y adjetivos para denotar al fenómeno posmoderno: modernidad alta, que expresa
una idea de madurez de la misma; modernidad tardía, que sugiere una etapa
final;  hípermodernidad, para denotar que ciertos rasgos presentes marginalmente en la
modernidad que hoy predominan; metamodernidad, que expresa que las condiciones
propias de la modernidad se han transformado; ymodernidad reflexiva, que postula la
autoconciencia de la modernidad misma (2005: 17). Lo que tenían en común tales
términos era el rechazo de la idea de que la modernidad se habría detenido.

Lyon defiende el concepto de posmodernidad y critica su rechazo fácil al calificarla como


moda o capricho intelectual. La posmodernidad es producto de una serie de procesos
fundamentales que tuvieron lugar hacia fines del siglo XX, de modo que no se puede
considerar la situación actual como una mera prolongación de la modernidad, incluso con
cambios de mera forma. Esos cambios fundamentales fueron señalados en la década de
los setenta por Daniel Bell, que utilizó el término “posindustrialismo” para describir la
nueva realidad en la producción en la que el sector de servicios se había convertido en
predominante, además del auge de las tecnologías de la comunicación y la información,
que configurarían una “sociedad de la información”, concepto del que el análisis de
Lyotard parte, aunque sin la fe en el progreso del que esta noción estaba imbuida. Lyon
afirma que la posmodernidad está íntimamente relacionada con el nihilismo occidental,
generado cuando la razón moderna se cuestiona así misma. Respecto a la génesis de lo
posmoderno, menciona a pensadores como Friedrich Nietzsche y su filosofía nihilista; a
Martin Heidegger y su amplia influencia en el pensamiento de Gianni Vattimo, con la
negación de entender el fin de la modernidad como un escenario de decadencia y colapso
cultural; George Simmel, con su análisis de lo social no desde un punto de vista
comprehensivo, sino fragmentario y la pérdida de sentido en el mundo posindustrial. Este
nihilismo posmoderno analizado por Lyon expresa la crisis de la metanarraciones de La
condición posmoderna de Lyotard. La idea de progreso y razón entran en crisis. La
primera dimensión cuestionada es la noción de un conocimiento o cultura universal; la
segunda, el progreso basado en la tecnociencia, que generó un desastre medioambiental;
y tercera, la dimensión de la legitimación política, cuya crisis se refleja en la
desmotivación del ciudadano-trabajador.

En Lyon encontramos una importante distinción entre posmodernidad, posmodernismo y


posmodernización. Sostiene que la posmodernidad denota el auge de las tecnologías de
la información y la comunicación, que facilita la extensión de las relaciones sociales en el
fenómeno propio de la globalización, en un ambiente de sobreproducción de imágenes,
objetos y diferencias (2005: 99). Para Lyon el rasgo esencial de la posmodernidad es la
comunicación, especialmente a través de las redes informáticas; por otra parte, se
caracteriza por el surgimiento de nuevos movimientos sociales relacionados con
problemas étnicos, ecológicos y de género y; finalmente, expresa el dominio del
consumismo, que ha llegado a eclipsar la posición central de la producción. La sociedad
de consumo, es una categoría fundamental para entender el fenómeno de la
posmodernidad, ya que es el consumo lo que domina la existencia y lógica social de los
sujetos posmodernos. Ello determina el cuestionamiento de los anteriores modelos de
análisis social y práctica política. De este modo, Lyon defiende la utilización del concepto
de posmodernidad en todo intento de describir el cambio cultural, aunque niega que la
posmodernidad sea una sociedad completamente nueva o que podamos identificar alguna
sociedad con este concepto. La posmodernidad para Lyon, denota aquel estado de crisis
de la modernidad, la aparición de nuevas tecnologías y formas de relacionarse
socialmente.

El posmodernismo, que acentúa lo cultural, cuestiona todos los principios de la ilustración


europea: “El posmodernismo se refiere aquí a fenómenos culturales e intelectuales, a la
producción, consumo y distribución de bienes simbólicos” (2005: 26).[23] El eslogan propio
de este posmodernismo es “Aprender de Las Vegas”,  o de los indígenas, la naturaleza
o lo que sea, agrega Lyon, ya que en un ambiente en que los discursos proliferan y se
multiplican, el logocentrismo queda desacreditado. El estilo propio de este
posmodernismo es el collage. Finalmente, la posmodernización se refiere a los procesos
de movilidad y flexibilidad en la producción industrial, el predominio de los trabajadores de
la información y la tecnología como principal factor de la innovación en los métodos de
producción y la creación de nuevas formas y vías de relacionarse socialmente (2005:
108).
En términos cercanos a Jameson, Anderson y Lyon, Terry Eagleton, en su obra Las
ilusiones del posmodernismo(1998), define a la posmodernidad comoun periodo histórico
específico y alposmodernismo como una forma de la cultura contemporánea. En este
trabajo, Eagleton usa indistintamente ambos conceptos. Señala que la posmodernidad es
un estilo de pensamiento que desconfía de las nociones de verdad, razón, identidad y
objetividad, la idea de progreso universal o emancipación y de los grandes relatos. En
este sentido, considera al mundo como contingente, inexplicado, diverso, inestable,
indeterminado; con un escepticismo en torno a la objetividad de la verdad, la historia y las
normas. Como Jameson, Eagleton considera que la posmodernidad tiene un sustrato
material: una nueva forma de capitalismo en Occidente relacionado con la importancia de
la tecnología, el sector de servicios, finanzas e información, y con la sociedad de
consumo. En este sentido, encontramos en Eagleton la reafirmación de la tesis de que
la posmodernidad no es meramente un estilo, sino una realidad social: “Parte del poder
del posmodernismo es el hecho de que existe, mientras que considerar existente el
socialismo es más discutible” (1998: 13). Como estilo cultural, el posmodernismo denota
un arte sin profundidad, descentrado, sin fundamentos, autorreflexivo, juguetón, ecléctico,
pluralista, que rompe con la distinción entre la alta cultura y la cultura popular.

Klaus Von Beyme, en su obra Teoría política del siglo XX. De la modernidad a la


posmodernidad (1991), señala que en las ciencias sociales las teorías posmodernas se
impusieron en contra de los conceptos de sistema y totalidad, resaltando en cambio su
carácter compilatorio. Por otro lado, evalúa la problemática en torno a la periodización de
la posmodernidad, ya que “un pensador posmoderno consecuente no puede aceptar una
época posmoderna claramente delimitada” (1991: 145). Comenta que Charles Jencks
situó su nacimiento en 1960, y que otras situaciones históricas se consideran
como cesuras, tales como el activismo de la generación de 1968 o la demolición de
edificios representativos de la modernidad clásica en San Luis en 1973. La tesis principal
de Von Beyme es que la posmodernidad no comporta un paradigma completamente
nuevo que reemplace a la modernidad, sino que representa la radicalización y
culminación de sus principios. Siguiendo esta idea, señala que puede entenderse la
paradoja del futuro anterior de Lyotard cuando éste afirmó: “Una obra no puede
convertirse en moderna si, en principio, no es ya posmoderna” (Lyotard, 1999: 23). En
este sentido, la posmodernidad no comporta una negación completa de las conquistas de
la modernidad, los principios modernos que han tenido continuidad en el pensamiento
posmoderno son: el antievolucionismo, el método comparativo (método de la diferencia) y
la diferenciación de las subesferas de la sociedad, aunque señalando la primacía de la
cultura.

Von Beyme caracteriza a la sociedad posmoderna como sumergida en una época de


hedonismo dominada por el yo minimalista, que vive en apatía y falta de compromiso
social. Este individualismo hedonista de la sociedad posmoderna tiene como contraparte
los encounter groups y las terapias de felicidad, cuya expresión vital es el art
pop (1991:154). En este sentido, en la posmodernidad el conflicto entre política y
economía no aparece ya como dominante, sino las relaciones de intercambio entre la
cultura y la economía, en las que la cultura es sometida a un proceso de comercialización.
En términos sociales, la posmodernidad comporta el dominio de la sociedad multicultural y
el debilitamiento de las fronteras del Estado-nación, imperando como paradigma los
procesos de descentralización y localismo.

El posmodernismo no surgió como un grupo paradigmático compacto, sino que éste se


articuló en varios momentos. El primer concepto que logró tener influencia fue el
de poshistoria, creado por el filósofo francés Antoine Augustin Cournot durante el
Segundo Imperio. Después vendrían conceptos que lograrían imponerse rápidamente
comosociedad posindustrial, posfordismo,posmaterialismo hasta llegar alposfeminismo. El
posmodernismo, denota un desencantamiento de la filosofía, situando como centro una
pulsión lúdica. En la articulación del pensamiento posmoderno influyeron las ciencias
naturales y la teoría del arte (1991: 323). Los principios relevantes del pensamiento
posmoderno, de acuerdo con Von Beyme, definidos negativamente en referencia a su
distanciamiento de la modernidad, son: Indeterminación, fragmentación, hibridación,
disolución del canon, pérdida del yo, ironía, carácter de constructo e inmanencia. A su
vez, identifica seis rasgos característicos: 1)La revolución del concepto de tiempo y la
conciencia de vivir en una época de transformación histórica. En este sentido se el
posmodernismo percibe unaaceleración de la vivencia del tiempo que se potencia en esta
fase histórica. Esta aceleración se manifestó en el arte en elhappening: “la
posmodernidad ha aprendido a vivir con la vivencia de lo efímero”.[24] 2) La acentuación
en la irreligiosidad de la modernidad. Se renuncia a la búsqueda de un sentido global, de
una teleología; al ámbito de la trascendencia e incluso a la imposibilidad de encontrar
normas comunes; 3) la distancia irónica y el placer por lo lúdico. El pensamiento
posmoderno se distancia de la seriedad moral de la modernidad clásica, lo que exaspera
a los defensores de su proyecto, como Habermas; 4) la aceptación de la sociedad de
consumo posindustrial; 6) el abandono del concepto de sociedad, sobre todo desde el
enfoque deconstructivista y la obra de Niklas Luhmann y; 6) el rechazo a una relación
instrumental con la naturaleza (1991: 169).  

De este modo, el pensamiento fragmentado de la posmodernidad se opone a la formación


de teorías integradas, siendo que en la modernidad tardía se convirtió en anacrónica la
idea de “una ciencia, un método y un paradigma teórico”. Los principios de la «teoría
política posmoderna» son: 1)desustancialización del poder. El análisis del poder  y la
dominación en la modernidad clásica se concibió en términos verticales, en la
posmodernidad se entendió como análisis reticular, horizontal, sin que se verifique una
sede espacial, institucional del poder, en cambio este funciona a través de una estructura
reticular, de un modelo demacrocontrol descentralizado que caracteriza al Estado
posmoderno[25]; 2)fin de la teoría de la revolución. Los pensadores posmodernos
consideran a la teoría de la revolución como parte de una tentación totalitaria, se
ponderan en cambio las transformaciones en el aquí y el ahora por medio de la actividad.
En este sentido también caen bajo sospecha el internacionalismo y el cosmopolitismo de
la modernidad clásica, caso de Antonio Negri cuando señala el “fin del internacionalismo
obrero”; 3) intensificación del concepto de pluralismo, que ha mostrado dificultad para
integrarse en un una teoría de la decisión democrática, cuestión que podemos ejemplificar
con el flujo conflictivo de un universo heterogéneo de juegos de lenguaje no sometidos a
un lenguaje común ni a la noción de consenso, en la filosofía de Lyotard; el siguiente
principio se encuentra íntimamente relacionado con el anterior; 4) revalorización de las
minorías y crítica al principio de mayoría. Finalmente, la filosofía posmoderna con la
postulación de la muerte de las metanarraciones y la construcción de un pensamiento
posmetafísico comporta el fin de lasteorías de la legitimidad, ya que estas son
consideradas por los teóricos posmodernos, como parte de lasnarraciones
emancipatorias míticas.   

Zidane Zeraoui (2006) analiza a la posmodernidad por medio del concepto


de paradigma de Thomas S. Kuhn. La época contemporánea es el escenario de la
transición entre dos paradigmas, una época, por lo tanto, de incertidumbre y relatividad.
Zeraoui, esboza losparadigmas de la posmodernidad en diversos campos y disciplinas.
En la ciencia el paradigma posmoderno se caracteriza por la interdisciplinariedad,
indeterminación, inestabilidad y caos como principio de creatividad, no reduccionista ni
determinista. En política el paradigma posmoderno  se caracteriza principalmente por la
crisis de los sistemas autoritarios que permite la irrupción de nuevos actores sociopolíticos
tales como las redes no gubernamentales, a su vez por los sistemas de consenso; los
sistemas disipativos; el poder descentralizado; disolución de las fronteras; paridad
hombre-mujer; y el lema “pensamiento global, acción local”. En el ámbito de la economía,
se caracteriza por: la mundialización de la economía; el modelo de producción flexible; la
incertidumbre y; el desarrollo a través de la información y la tecnología.  Finalmente, en
términos sociales, el paradigma posmoderno expresa la tendencia al refuerzo de los lazos
comunitarios y el sentimiento localista, así como: flexibilidad en las costumbres,
conciencia de la cuestión ambiental, reconocimiento de las limitaciones de la ciencia y el
asociacionismo libre.

Cárdenas Bonilla (2006) considera que el concepto de posmodernidad se refiere al


planteamiento del pluralismo ideológico con la ponderación de pequeñas
narrativas culturales y étnicas frente a las políticas etnocentristas y redentoras; al
antiuniversalismo; y al rechazo hacia lasviejas formulas para alcanzar el bienestar
sociopolítico, ya que la modernidad fue incapaz de cumplir sus promesas: No se alcanzó
mayor libertad, educación y distribución de la riqueza y, por otra parte, el desarrollo de las
ciencia y la tecnología ha conllevado a una profunda desestabilización de los ecosistemas
y un avance significativo en armamento y sistemas de inteligencia militar no comparada
con la investigación médica, que adolece de falta de financiamiento.

Rocha Gámez (2006: 122) define a la posmodernidad como un periodo que “afecta a los
niveles como el cultural, filosófico y político con aspectos críticos y autocríticos
inconclusos de la modernidad y con que se niega a examinar los orígenes o los fines […]”.
En el arte, el término se utiliza para caracterizar a artistas o escritores no tradicionales ni
conservadores, cuya obra emplea términos y conceptos comotrasnacional, globalizado,
intercultural ymediatización de la cultura. El arte posmoderno, inicia con la corriente
delFunk Art, cuyo objeto estético eran temas urbanos de finales de los cincuenta: miedo a
la muerte, aborto, violencia e injusticia social. Posteriormente, a principios de la década de
los sesentas, surgió el pop art, movimiento considerado como rebelde y crítico hacia el
consumismo. Con el pop art se constituye una de las principales características del arte
posmoderno, el uso de imágenes de los medios de comunicación, con la consolidación de
los mass media, aunado a una sensibilidad acerca de la vaciedad del sí mismo. Gámez
señala que el pop artentró en una fase de declive a fines de los años setenta, surgiendo
otras expresiones como el performance, cuyas representaciones abordaban temas como
el racismo, la homosexualidad, el sida, entre otros, en el contexto del surgimiento del
feminismo, la guerra de Vietnam, los movimientos antinucleares y feministas. Otros
movimientos que representan el arte posmoderno son: elearth art, el body art, 
el hiperrealismo, elhigh tech, el anti-diseño y el arte de internet.     

1.3 Concepto de posmodernidad, posmodernismo y


posmodernización

Existe un debate en torno a la posibilidad o no, de otorgarle un status conceptual a tal


término posmodernidad. Michel Maffesoli descarta la posibilidad de otorgarle tal estatus,
ya que entiende a la posmodernidad como “el conjunto de categorías  y sensibilidades
alternativas a las que prevalecieron durante la modernidad” (1990: 104). De este modo,
para Maffesoli, lo que denota el término posmodernidad es una toma de perspectiva,
una categoría mental que permite entender la saturación de un epistema. Lo que el
término denota aquí es la sensibilidad de estar situados frente el fin de una época y el
nacimiento de otra, de la que pueden identificarse ciertas pautas como el pluralismo,
eclecticismo, relativismo, equivalencias e intercambiabilidad. 

Urdanibia (1994) analiza también la dificultad de construir un concepto de posmodernidad,


ya que se le ha empleado para señalar una sensibilidadde una condición, más que
una nueva época, lo que evidentemente le obligaría a llevar a cabo un esfuerzo
períodizador. Urdanibia coincide con Maffesoli en torno a que lo posmoderno denota
unestado de crisis, en el que se elabora una negación del estado precedente (la
modernidad), pero sin llegar a la afirmación de un espacio nuevo, sino a laconciencia de
estar situados frente al imperio de “la incertidumbre, el escepticismo, la diseminación, las
situaciones derivantes, la discontinuidad, la fragmentación, la crisis […]” (1994: 69). Las
consecuencias de lo anterior, en el terreno de lo artístico, conllevan a fenómenos como
el pastiche, el collage, en suma, a una posición escindida yesquizofrénica. ¿Por qué
escindida y esquizofrénica? Porque esta crisis, en la que no podemos encontrar un
destino seguro en el horizonte vislumbrado, constantemente nos remitimos al pasado a
buscar la seguridad de los modelos y cánones establecidos. Fredric Jameson (1991: 45)
coincide en este diagnóstico, denominando comopastiche a la práctica posmoderna que
consiste en la imitación de estilos caducos, ante el ocaso del estilo únicomodernista. Esta
postura, como se analizará con detalle más adelante, es rechazada por Lyotard, al
denunciar el recurso a la nostalgia, a los cánones, lo que constituye un deseo endémico
de realidad  totalmente contrario a laestética de lo sublime, al espíritu de la
posmodernidad.

Por su parte, Patxi Lanceros (1990) señala que el término posmodernidad se muestra
esquivo conceptualmente, ya que lo caracterizan límites difusos y unaubicación
variable. La posmodernidad adopta como principios
lafragmentariedad, discontinuidad ydeconstrucción, lo que determina que no podamos
hablar de unidad, aquí el centro del problema. La afirmación más interesante de Lanceros
es que “no existe posmodernidad” sino una “multiplicidad de estrategias parciales que
carecen de estrategia común” (1990: 142). Estas estrategias, van desde Nietzsche y
Baudelaire, pasando por Wittgenstein y Heidegger, hasta llegar a la informática (Lyotard y
Vattimo). Es aquí, cuando encontramos en Lanceros una oposición nítida de la
posmodernidad a la modernidad, ya que lo moderno estuvo dominado por la intención
de unidad, principio generador de un proyecto, esto es el proyecto de la modernidad,
el proyecto de la Ilustración.

¿Se puede otorgar un estatus conceptual al término posmodernidad? Klaus Von Beyme
señala: “la investigación empírica no puede prescindir de la formación de conceptos
abstractos” (1991: 20). En este sentido, es fundamental la defensa que hace Fredric
Jameson (2002) del principio de abstracción, el cual: “es un recurso que nos permite ver
en los dominios aparentemente autónomos e inconexos, los ritmos y secuencias ocultas
de cosas que por lo común sólo recordamos aisladas y una por una”(2002: 58). Jameson
refuta a los pensadores posmodernos que le “declararon la guerra” a todo principio de
totalidad, sobre todo en términos conceptuales. Encontramos aquí una teorización en
defensa de la conceptualización del término posmodernidad, puesto que Jameson señala
que hay una aparente contradicción en el intento de unificar un campo y la lógica misma
de la sustancia de ese campo. Esto es, el argumento de que siendo que el conjunto de las
teorías posmodernas está caracterizado por una lógica de la diferencia o diferenciación, y
por la completa heterogeneidad y emergencia de subsistemas aleatorios e inconexos de
todas clases, existe una contradicción y, aun más, un ejercicio de violencia y
dominación en el intento dereducir y excluir la constelación de juegos y diferencias en un
sistema unificado.  
La pregunta que Jameson afronta es: “¿existe algo contradictorio y extraviado en
construir un sistema unificado de la diferenciación?” Jameson afirma que no, refuta a los
creen lo contrario argumentando que existe una confusión entre niveles de abstracción, ya
que al conceptualizar un sistema que produce diferencias, no por ello deja de producirlas,
además de que los detractores de este intento suponen que el concepto debe ser en
especie como el objeto que trata de teorizar, noción sumamente errada para Jameson, ya
que “no se supone que el concepto de perro ladre o el de azúcar tenga un sabor dulce”
(2002:60). De esta forma, el concepto de posmodernidad, en la construcción abstracta de
su objeto, no tiene que corresponder con la sustancia del mismo, es decir, no tiene reflejar
propiamente, en sí mismo, toda la gama de estrategias o juegos del lenguaje propios de la
constelación de teorizaciones y reflexiones en torno a lo posmoderno. En esta reflexión de
Jameson, encontramos argumentos sólidos para emprender la construcción de un
concepto de posmodernidad. En todo caso, Jameson nos previene defetichizar el
concepto de posmodernidad, de modo que identifiquemos o reemplacemos a éste con la
realidad misma.

Los principios que permiten reconocer al pensamiento posmoderno son los conceptos
de diferencia, heterogeneidad, diversidad, pluralismo, fragmentariedad eindeterminación.
Así mismo, éstos se oponen nítidamente a los defendidos en la modernidad, en la que el
mundo es entendido como “totalidad, como sistema de relaciones jerárquicamente
ordenadas” (Gargani, 1998: 19). Elcosmos geométrico de la modernidad, se afinca en los
principios deuniversalización, historia, razón, unidad yprogreso. Los pensadores
posmodernos emblemáticos son Jean-Franҫois Lyotard, Gianni Vattimo y Fredric
Jameson. Michel Foucault, Emmanuel Lévinas, Jacques Derrida, Jean Baudrillard y Gilles
Deleuze son considerados como precursores del posmodernismo e incluso como filósofos
posmodernos, aunque la mayoría negaron o rechazaron considerarse como tales. Niklas
Luhmann, Ulrich Beck, Richard Rorty, Gilles Lipovetsky y Zygmunt Bauman, son
considerados también como pensadores de la posmodernidad, a pesar del rechazo de la
mayor parte de ellos a identificarse con esta corriente o seleccionar otras categorías y
conceptos para describir fenómenos que son objeto también del análisis posmodernista.
[26]

Como hemos mencionado, a pesar de que el concepto de posmodernidad ha sido


utilizado más como un concepto operativo que como uno analítico, los anteriores son
principios y análisis fundamentales para construir un concepto de posmodernidad. Con
base en la discusión analizada en este trabajo y el pensamiento de los filósofos
posmodernos, pretendo definir un concepto de posmodernidad que pueda utilizar en este
trabajo con fines tanto operativos como analíticos.

La posmodernidad es un periodo histórico articulado en la década de 1970 como producto


de la crisis en el sistema capitalista keynesiano-fordista, que comportó el tránsito hacia un
régimen de acumulación «flexible». Este régimen se caracteriza por el fin del Estado
social-keynesiano, el incremento de la movilidad del capital, la desregulación financiera y
la precarización laboral. Por otra parte, durante este periodo es fundamental el desarrollo
y predominio del sector de servicios de la economía, las tecnologías de la información y la
comunicación, la sociedad de consumo y el Estado neoliberal. En términos políticos
denota la hegemonía del neoconservadurismo en los gobiernos occidentales, los
procesos de descentralización del poder, el surgimiento de los nuevos movimientos
sociales, la crisis de participación política o crisis de motivación en la ciudadanía, la crisis
de las estrategias de cambio social basadas en el marxismo o la idea de revolución social
sistémica, así como el auge de enfoques liberales basados en el pluralismo, el
multiculturalismo y la descentralización. Otros conceptos que han sido utilizados para
describir este periodo son: capitalismo tardío, capitalismo multinacional, capitalismo
líquido; sociedad posindustrial, sociedad de los mass media, sociedad de la información,
sociedad del espectáculo, sociedad de consumo; modernidad reflexiva, metamodernidad,
modernidad alta, hípermodernidad, segunda modernidad, globalización, modernidad
líquida.

El posmodernismo es una  corriente de pensamiento estético, filosófico y político guiada


por los principios dediferencia, heterogeneidad,
diversidad,fragmentariedad y discontinuidad. En términos filosóficos, denota los enfoques
basados en las metodologías de la deconstrucción, la genealogía y la hermenéutica, así
como el rechazo a la filosofía del Iluminismo; a los conceptos de razón instrumental,
totalidad y sistema. Por otra parte, denota también la filosofía posmetafísica. En el ámbito
estético, comporta el  dominio de lacultura pop, en función del creciente proceso de
comercialización de la cultura basado en la indistinción entre cultura de élite y cultura
popular. Este proceso tiene como correlato la extinción de un establishment academicista
en el ámbito estético, así mismo, el abandono del manifiesto y vanguardia artísticos.  
La posmodernización es el proceso en las sociedades en vías de desarrollo en el que se
verifica el tránsito hacía un régimen de acumulación «flexible», el predominio de las
tecnologías de la información y la comunicación, las cuales son fundamentales para la
lógica del desarrollo del capitalismo tardío multinacional. Por otra parte, denota la
articulación de una sociedad de consumo y la consolidación del Estado neoliberal por
medio del proceso de privatización y desregulación de sectores de la economía, llevando
a su fin a las políticas económicas de corte keynesiano, es decir, el fin del Estado
benefactor. De este modo, laposmodernización no es un proceso etnocéntrico, ya que se
ha verificado en naciones en América Latina y Europa del Este, principalmente a través de
las políticas de ajuste impulsadas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco
Mundial desde la década de 1980.

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[1] No obstante, Wellmer advierte que esta analogía puede resultar en parte engañosa, ya
que en un dibujo encriptado el observador puede descubrir esto o aquello en un juego en
el que lo ambiguo se encuentra dentro del fenómeno óptico. En cambio, en
aquella constelación espiritual que es la posmodernidad, aun  si la ambigüedad estuviera
localizada en el fenómeno mismo, el observador no está situado externamente al dibujo,
sino que estaría formando parte de él, por lo que no podría observarlo en su totalidad. Lo
que Wellmer quiere decir es que no puede decirse nada revelador acerca de la
posmodernidad a no ser que se haga desde una perspectiva teórica que al mismo tiempo
ofrezca una imagen o representación del presente. Lo que me parece importante de esta
metáfora empleada por Wellmer, es que denota la complejidad de
esa constelación compuesta por una heterogeneidad de conceptos y formas de
pensamiento que giran en torno al prefijo pos (Wellmer 1993: 52). Por otra parte, la
palabra inglesa puzzle ha sido castellanizada como puzle. De acuerdo con el diccionario
de la Real Academia Española, sólo posee una acepción o significado: rompecabezas
(juego).
[2] “El posmodernismo es un fenómeno tan variado que todo lo que se asegure de una
obra está casi destinado a ser falso en otra”; “Si el posmodernismo cubre todo, desde
el punk rock hasta la muerte de la metanarrativa, desde las revistas de historietas hasta
Foucault, entonces resulta difícil ver cómo un único esquema explicativo puede llegara a
hacer justicia a una entidad tan raramente heterogénea” (Eagleton,  1988:13 y 45,
respectivamente)
[3] Lyotard señaló que esta obra se concibió como un informe del saber en las sociedades
más desarrolladas, propuesto al Counseil des Universités del gobierno de Quebec. En
este sentido comenta que es un escrito de circunstancias (1998a:11). No obstante, su
importancia en la consolidación del paradigma de la posmodernidad es fundamental.
Anderson señala que tres años antes de la publicación de esta obra Lyotard había
asistido a un simposio organizado por el teórico literario Ihab Hassan, quien en 1971 fue
uno de los primeros en adoptar teóricamente la noción de posmodernidad, aunque en
términos estrictamente estéticos como veremos más adelante. Por otra parte, para
Anderson, esta obra realizada por encargo oficial, es una guía poco fiable para captar la
postura intelectual más general de Lyotard, ya que una de las cuestiones centrales a la
que la obra se limita es el destino epistemológico de las ciencias naturales, un tema en el
que Lyotard era un lego y, en este sentido, Anderson cita una confesión realizada
posteriormente por aquél en una entrevista: “Me inventé historias, me refería a una
cantidad de libros que nunca había leído, y por lo visto eso impresionó a la gente; todo
eso tiene algo de parodia […]. Es simplemente el peor de mis libros, que son casi todos
malos, pero éste es el peor.” (Anderson, 2000:40). Ahora bien, consideremos que esta
declaración contiene una buena dosis de ironía y espíritu lúdico, típico en la obra de
Lyotard: “Como presunto filósofo y escritor, confieso que no tengo posibilidad alguna de
evitar ser un impostor” (1992:20). En este sentido, en la misma introducción a La
condition posmoderne, Lyotard realiza una aclaración que Anderson no considera ni cita:
“Queda añadir que el informador es un filósofo, no un experto. Éste sabe lo que sabe y lo
que no sabe, lo sabe aquél. Uno concluye, el otro interroga, ahí están dos juegos del
lenguaje.”   
[4] Respecto a la relación de los diversos campos de conocimiento con la narrativa,
Habermas afirma: “Pero tampoco el pensamiento conceptual, ni siquiera en los ámbitos
de la filosofía, de las ciencias sociales y humanas, e incluso en la física, mantiene el
lenguaje teórico su autonomía frente a los elementos figurativos, metafóricos e, incluso,
míticos. No hay una lengua exclusivamente conceptual” (1988:47); “Ya sabemos, al
menos desde la obra de Mary Hesse, que también el lenguaje de los científicos está
recorrido por metáforas […]” (1988:194). En este sentido, Vásquez Rocca (2006:46)
considera que el interés por lo literario y artístico no tiene porque implicar un apresurado
abandono del modelo discursivo y analítico característico de la filosofía, sino el acceso a
un punto de vista más completo, otro límite crítico. Sostiene la tesis de que la
«estetización generalizada», constituye una revitalización para la filosofía, trascendiendo
el ámbito restringido designado por el paradigma cientificista y la tradición moderna. La
tesis entorno a una «estetización generalizada» es uno de los motivos de la crítica al
posmodernismo (véase el capítulo tercero de este trabajo).
[5] Perry Anderson señala que la noción de las metanarraciones fue formulada por
primera vez por Lyotard en su obra Instructions païennes (1977). En el origen este
término se refería a una metanarración «maestra»: el marxismo (2000:44).
En La condition posmoderne, como vemos, se extiende el catálogo de metanarrativas de
la modernidad. Por otra parte, Erich Fromm reflexionó en la década de 1950 acerca de
la Gran promesa de progreso ilimitado, propio de la sociedad industrial moderna: “la
promesa de dominar la naturaleza, de abundancia material, de la mayor felicidad para el
mayor número de personas, y de una libertad personal sin amenazas.” (2006:21).
Esta Gran promesaes lo que Lyotard llama Grand relato. 
[6] Vásquez Rocca (2011: 67) define a losmetarrelatos como: “las verdades
supuestamente universales, últimas o absolutas, empleadas para legitimar proyectos
políticos o científicos. Así por ejemplo, la emancipación de la humanidad a través de la de
los obreros (Marx), la creación de la riqueza (Adam Smith), la evolución de la vida
(Darwin), la dominación de lo inconsciente (Freud), etc. […]. El metarrelato es la
justificación general de toda la realidad, es decir, la dotación de sentido a toda la
realidad.”
[7] Fromm señaló una serie de problemáticas que se exteriorizaron claramente a fines de
la década de los cincuenta, las cuales comportaron el fracaso de la Gran promesa:
pobreza, el desastre ecológico, burocratización,  manipulación de la opinión pública a
través de los medios de comunicación y riesgo de una confrontación nuclear (2006: 22).

[8] En lógica proposicional, [un functor es un]signo que enlaza las proposiciones entre sí, como por


ejemplo la disyunción débil (v), el bicondicional (↔) o la barra de Sheffer (|). También recibe el
nombre deconectiva o constante lógica. No obstante, el concepto de functor es mucho más amplio
que el de conectiva, ya que, al estar vinculado al concepto de función, hace referencia a
operadores semánticos también presentes en otras ramas de la lógica, como la lógica de clases o
la lógica de predicados. Así, pues, además de las conectivas, también son functores
los operadores (la unión, la intersección, la complementación), los relatores (la predicación, la
pertenencia, la inclusión, la equivalencia) y los functores determinativos (el descriptor y el
abstractor)” (Véase Enciclopedia Filosófica Symploké, la voz “Functores” [en línea],
<http://symploke.trujaman.org/index.php?title=Functor>). Gilles Deleuze y Félix Guattari dicen al
respecto que “el objeto de la ciencia no son conceptos, sino funciones que se presentan como
proposiciones dentro de unos sistemas discursivos. Los elementos de estas proposiciones se
llaman functores. Una noción científica no se determina por conceptos, sino por funciones o
proposiciones. Se trata de una idea muy variada, muy compleja, como ya se desprende del empleo
respectivo que de ella hacen las matemáticas y la biología; sin embargo esta idea de función es lo
que permite que las ciencias puedan reflexionar y comunicar. La ciencia no necesita para nada a la
filosofía para llevar a cabo estas tareas. Por el contrario, cuando un objeto está científicamente
construido por funciones, un espacio geométrico por ejemplo, todavía hay que encontrar su
concepto filosófico que en modo alguno viene implícito en su función. Más aún, un concepto puede
tomar como componentes los functores de cualquier función posible sin adquirir por ello el menor
valor científico, y con el fin de señalar las diferencias de naturaleza entre conceptos y funciones”
(Deleuze y Guattari, 2003).

[9] “[…] el ocaso de  los discursos universalistas (las doctrinas metafísicas de los tiempos
modernos: los discursos del progreso, del socialismo, de la abundancia, del
saber”  (Lyotard, 1991: 11). Como veremos en el capítulo tercero de esta investigación,
Habermas considera que no debe resultar extraño que teorías como las de Lyotard ganen
influencia, en razón de lo que este filósofo alemán considera el agotamiento de las
energías utópicas ante el fracaso práctico en el siglo XX de las esperanzas basadas en el
papel de la ciencia, la técnica y la razón articuladas en el siglo XIX (véase Habermas,
1988: 116).
[10] Lyotard analiza esta cuestión en relación con la pragmática de los relatos populares
del pueblo cashinahua (1998a: 47 y 1999: 42-43; 55-57).
[11] "El saber es y será producido para ser vendido, y es y será consumido para ser
valorado en una nueva producción; en los dos casos, para ser cambiado”  (1998a: 16).
[12] “La historia, lo opuesto a la historia con minúscula, es un asunto teleológico para el
posmodernismo”; “Una rama del posmodernismo ve la historia como un asunto en
constante mutación, exuberantemente múltiple y de final abierto, una serie de coyunturas
o discontinuidades que sólo una violencia teórica puede juntar en la unidad de una
narración única.” (Eagleton, 1998: 77 y 78, respectivamente).
[13] De acuerdo con David Harvey en la obra de Lyotard encontramos más de un
indicio que el modernismo ha cambiado porque “han cambiado las condiciones técnicas y
sociales de la comunicación” (2004: 68). Veremos que en la obra de Vattimo, este cambio
en el mundo de la comunicación como génesis de la posmodernidad es absolutamente
central.
[14] Perry Anderson (en la introducción a Fredric Jameson (2002), El giro cultural. Escritos
seleccionados sobre el posmodernismo 1983-1998, Manantial, Buenos Aires, pp. 11-14).
[15] En Francia el neomarxismo fue sujeto a un proceso de posmodernización, habiendo
tenido su expresión en la New Left Review, que bajo la influencia de Michel Foucault y
Lyotard comportó un fin de las esperanzas revolucionarias y la despedida definitiva del
sujeto revolucionario. Se transitó entonces del neomarxismo al posmarxismo (Von Beyme,
1991: 121). No obstante, aquí veremos que la obra de Jameson es crítica de la corriente
posmoderna francesa.
[16] De acuerdo con Ian Chilvers el arte pop (pop art) es un término acuñado por el crítico
inglés Lawrence Alloway para designar al movimiento que se desarrollo de 1950 hasta
comienzos de 1970 en Gran Bretaña y Estados Unidos, centrado en la imaginería del
mundo del consumo y la cultura popular. Una característica del arte pop fue el rechazo a
cualquier diferenciación entre el buen y el mal gusto. Chilvers comenta que inicialmente
en los Estados Unidos se consideró al arte pop como una reacción frente al
expresionismo abstracto. En Estados Unidos, la representación más importante de esta
corriente son las serigrafías de Andy Warhol, representando latas de sopa y  las pinturas
basadas en los cómics de Roy Lichtenstein (Chilvers, 2007: 754).
[17] Jean-Luc Godard es típico representante vanguardista y progresivamente –a  partir de
1967-68– pasa de un radicalismo formal (característico de la ola francesa del “Nouvelle
Vague” en los años de 1950-1960) a un radicalismo político (al tipo de “cine militante”
proclive al maoísmo) compartido por otros cineastas como el polémico Roman Polanski
(nacido en París, de ascendencia polaca y con ancestros judíos) y el francés François
Truffaut (el iniciador del movimiento “nouvelle vague”, crítico del academicismo y
convencionalismo del cine francés de mediados del siglo XX).
[18] La “nueva novela” (nouveau roman) francesa de Alain Robbe-Grille, Nathalie Sarraute,
Claude Simon, Michel Butor y Samuel Beckett, que Jean Paul Sartre calificó como
“antinovela”, ha sido un intento de reinvención de la historia a partir de estructuras
discursivas organizadas por métodos de composición numérica-geométrica, y que fue una
novedad en la segunda mitad del siglo XX, y aún continúa como tal en la obra de autores
como Michel Tournier, Georges Perec y Michel Houellebecq (al respecto, véase Jameson,
2002: 17); más sobre el tema en el libro de Leo Pollmann, Nueva novela en Francia y en
Iberoamérica, Gredos, España, 1971.
[19] Harvey adopta el enfoque de la escuela de la regulación, la cual entiende al régimen
de acumulación como un periodo estable entre la acumulación y el consumo, como una
correspondencia entre las condiciones de producción y las condiciones de reproducción
de los asalariados. El régimen de acumulación, implica un modo de regulación, que
significan las normas, leyes y hábitos que garantizan la unidad del proceso de producción
y su estabilidad durante un determinado periodo. Harvey pondera estos términos por su
valor heurístico(2004: 144). Por otra parte, comenta que en 1914 inició simbólicamente el
fordismo, cuando Henry Ford estableció la jornada  de cinco dólares y ocho horas en
Michigan. El régimen de acumulación fordista, implicó la constitución de un nuevo tipo de
sociedad racionalizada y modernista, basada en el consumo masivo
[20] “Esto implicaría que el sistema financiero ha alcanzado un grado de autonomía de la
producción real sin precedentes en la historia del capitalismo, que de esta manera entra
en una era de riesgos financieros igualmente sin precedentes.” (Harvey, 2004: 218). En
efecto han ocurrido importantes crisis del capitalismo financiero neoliberal durante la
década de 1990 y la primera del siglo XXI, la más reciente la crisis financiera originada en
Estados Unidos en 2008 a raíz de la especulación en el sector inmobiliario.
[21] Siguiendo la tesis de Jameson, identifica al modernismo alto como la estética propia
del establishment que ejerció hegemonía después de 1945: “La gran literatura modernista
de Joyce, Proust, Eliot, Pound, Lawrence, Faulkner –juzgada alguna vez como
subversiva, incomprensible o perturbadora- fue canonizada por el establishment (en las
universidades y revistas literarias más importantes)” (2004: 53, cursivas de Harvey).
[22] “La llegada de lo posmoderno ha instalado el dominio de las imágenes como nunca
antes” (Anderson, 2000: 156).
[23] Esta distinción es hecha por Lyon con un propósito análitico, con un carácter
aproximativo, ya que señala que lo cultural es indisociable de lo social. 
[24] Esta caracterización de la temporalidad como aceleración o fugacidad es fundamental
en el concepto de sociedad liquida de Zygmunt Bauman. Conceptualmente Bauman
rechaza la noción de posmodernidad, optando por el término modernidad líquida. (Veáse
Bauman, 2006 y el último capítulo de este trabajo).
[25] Característico es el modelo pospanóptico de poder descrito por Bauman o el Imperio
de Hardt y Negri. La posmodernidad también ha dispuesto una fluidificación del poder, en
este sentido, el modelo de poder liquido de Bauman es representativo (Véase Hardt y
Negri, 2002; Hardt y Negri, 2004).
[26] En el caso de Richard Rorty, ha sidopuesto en entredicho su comprensión dentro de
esta corriente, y ni siquiera él estaba interesado en descifrar el significado preciso de
“posmoderno” (Fortanet, 2005), no obstante, algunos lo encasillan como un pensador que
comulgó con el discurso posmoderno para abandonarlo tempranamente (Rivera, 2011), al
negar a la filosofía toda fundamentación metafísica y ontológica, por lo que se le ha
reconocido como un “pragmático posmoderno”.
José Lira Rosiles en 11/09/2013 10:02:00 a. m.

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