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Como hemos visto la hipótesis central de Jameson es que el posmodernismo como lógica
cultural del capitalismo avanzado, es producto principalmente de las transformaciones en
el orden económico-social producidas después de la Segunda Guerra Mundial. En este
cuadro, Jameson nos previene de conceptualizar esta transición en términos de una
ruptura radical, sino más bien debe ser entendido como una reestructuración de
elementos ya dados, sobre todo en el campo de la estética y la filosofía, donde
encontramos rasgos propiamente posmodernos. Estos rasgos o pautas, de estar
subordinados, pasan a ser dominantes, a ser rasgos centrales de la producción cultural.
Por ejemplo, las obras de Flaubert, Mallarmé y Mann, además de los filósofos a los que
Rocoeur clasificó como la filosofía de la sospecha: Marx, Nietzsche y Freud. Ácidamente,
Jameson señala que los intelectuales posmodernos le deben a estos tres
filósofos, obediencia conjunta(2002: 83).
Para 1960, cuando comienza la crisis del régimen de acumulación fordista, surgieron
diversos movimientoscontraculturales y antimodernistas, los cuales adoptaron lógicas
antiautoritarias, un lenguaje iconoclasta y una crítica a la vida cotidiana generada por los
imperativos de la modernidad racional-técnico-burocrática, el Estado y las instituciones
sociopolíticas. Estos movimientos contraculturales yantimodernos fueron el sustrato de
1968, el cual, para Harvey, constituye el precursor político y cultural del posmodernismo.
De este modo, sostiene que entre 1968 y 1972 surgió elposmodernismo de la crisálida del
movimiento antimoderno. Elposmodernismo nació de la derrota política de 1968 (2004:
55). No obstante, encontramos una cesura histórica sorprendentemente exacta en la obra
del arquitecto Charles Jencks, de quien Harvey cita:
“El fin simbólico del modernismo y el tránsito al posmodernismo se produjeron a las 15:32
horas del 15 de julio de 1972, cuando el complejo habitacional Pruitt-Igoe en St. Louis
(una versión premiada de la «máquina para la vida moderna» de Le Corbusier) fue
dinamitado por considerárselo un lugar inhabitable para las personas de bajos recursos
que alojaba.”(Harvey, 2004: 56).
Para Anderson la obra de Venturi y Jencks fue fundamental para que la arquitectura
portara la insignia de lo posmoderno, siendo el primer ámbito al que suele asociarse a
éste concepto desde entonces (2000: 37). El siguiente referente esencial es la obra La
condition posmoderne (1979) de Lyotard y la obra de Fredric Jameson, cuyos conceptos
de posmodernidad ya hemos analizado. Anderson señala que la aparición de la
posmodernidad corresponde a la década de 1970, en la que identifica tres coordenadas
históricas nuevas: La primera, la liquidación de la tradición aristocrática en la Europa
continental después de la Segunda Guerra Mundial, proceso acompañado por la extinción
de la burguesía como clase poseedora de una moral propia y conciencia de sí misma, en
su lugar aparece un conjunto fluctuante de actores: ejecutivos, auditores, administradores
y especuladores del capital sin identidad estable ni estabilidad en la estructura social
(2000: 118). Otra dimensión del fin del mundo burgués es la liquidación de
todo establishment academicista al que un arte de vanguardia pudiera cuestionar. La
segunda coordenada histórica señalada por Anderson, es la evolución de la tecnología,
particularmente considera que un avance tecnológico fundamental que provocó un salto
cualitativo en el poder de comunicación de masas es la televisión a color. Para Anderson
la televisión a color, cuya masificación se consolido en la década de 1970, representa la
innovación tecnológica fundamental de lo posmoderno, ya que en adelante la
posmodernidad se constituiría también como una maquinaria de imágenes, de modo que
el entorno posmoderno está constituido por un Niágara de cháchara visual (2000: 122).
[22] Ahora bien, la imagen es sobre todo mensaje, y estos mensajes transmiten ideología
en el sentido completo del término. De este modo, la cultura posmoderna es ante todo
la cultura del espectáculo (2000: 156). La tercera coordenada histórica son los cambios
políticos de la época, coincidiendo con Harvey, entiende alposmodernismo como producto
de la derrota de los movimientos político-subversivos en la década de 1970, de modo que
en la siguiente década la ofensiva de la derecha se expresó en los procesos de
privatización y ataque a la clase obrera de los gobiernos de Reagan y Tatcher, en los que
se constituyó el orden neoliberal. Anderson señala que para la década de 1980 se
consolidó eltriunfo universal del capital y la cancelación de alternativas políticas. En suma,
estas tres coordenadas históricas caracterizan el surgimiento y consolidación de la
posmodernidad, a las que Anderson resume así: “la posmodernidad surgió de la
constelación de un orden dominante desclasado, una tecnología mediatizada y una
política monocroma” (2000: 126). En suma, para Anderson la posmodernidad es propia
de sociedades capitalistas de una riqueza sin precedentes y con niveles de consumo muy
elevados.
Rocha Gámez (2006: 122) define a la posmodernidad como un periodo que “afecta a los
niveles como el cultural, filosófico y político con aspectos críticos y autocríticos
inconclusos de la modernidad y con que se niega a examinar los orígenes o los fines […]”.
En el arte, el término se utiliza para caracterizar a artistas o escritores no tradicionales ni
conservadores, cuya obra emplea términos y conceptos comotrasnacional, globalizado,
intercultural ymediatización de la cultura. El arte posmoderno, inicia con la corriente
delFunk Art, cuyo objeto estético eran temas urbanos de finales de los cincuenta: miedo a
la muerte, aborto, violencia e injusticia social. Posteriormente, a principios de la década de
los sesentas, surgió el pop art, movimiento considerado como rebelde y crítico hacia el
consumismo. Con el pop art se constituye una de las principales características del arte
posmoderno, el uso de imágenes de los medios de comunicación, con la consolidación de
los mass media, aunado a una sensibilidad acerca de la vaciedad del sí mismo. Gámez
señala que el pop artentró en una fase de declive a fines de los años setenta, surgiendo
otras expresiones como el performance, cuyas representaciones abordaban temas como
el racismo, la homosexualidad, el sida, entre otros, en el contexto del surgimiento del
feminismo, la guerra de Vietnam, los movimientos antinucleares y feministas. Otros
movimientos que representan el arte posmoderno son: elearth art, el body art,
el hiperrealismo, elhigh tech, el anti-diseño y el arte de internet.
Por su parte, Patxi Lanceros (1990) señala que el término posmodernidad se muestra
esquivo conceptualmente, ya que lo caracterizan límites difusos y unaubicación
variable. La posmodernidad adopta como principios
lafragmentariedad, discontinuidad ydeconstrucción, lo que determina que no podamos
hablar de unidad, aquí el centro del problema. La afirmación más interesante de Lanceros
es que “no existe posmodernidad” sino una “multiplicidad de estrategias parciales que
carecen de estrategia común” (1990: 142). Estas estrategias, van desde Nietzsche y
Baudelaire, pasando por Wittgenstein y Heidegger, hasta llegar a la informática (Lyotard y
Vattimo). Es aquí, cuando encontramos en Lanceros una oposición nítida de la
posmodernidad a la modernidad, ya que lo moderno estuvo dominado por la intención
de unidad, principio generador de un proyecto, esto es el proyecto de la modernidad,
el proyecto de la Ilustración.
¿Se puede otorgar un estatus conceptual al término posmodernidad? Klaus Von Beyme
señala: “la investigación empírica no puede prescindir de la formación de conceptos
abstractos” (1991: 20). En este sentido, es fundamental la defensa que hace Fredric
Jameson (2002) del principio de abstracción, el cual: “es un recurso que nos permite ver
en los dominios aparentemente autónomos e inconexos, los ritmos y secuencias ocultas
de cosas que por lo común sólo recordamos aisladas y una por una”(2002: 58). Jameson
refuta a los pensadores posmodernos que le “declararon la guerra” a todo principio de
totalidad, sobre todo en términos conceptuales. Encontramos aquí una teorización en
defensa de la conceptualización del término posmodernidad, puesto que Jameson señala
que hay una aparente contradicción en el intento de unificar un campo y la lógica misma
de la sustancia de ese campo. Esto es, el argumento de que siendo que el conjunto de las
teorías posmodernas está caracterizado por una lógica de la diferencia o diferenciación, y
por la completa heterogeneidad y emergencia de subsistemas aleatorios e inconexos de
todas clases, existe una contradicción y, aun más, un ejercicio de violencia y
dominación en el intento dereducir y excluir la constelación de juegos y diferencias en un
sistema unificado.
La pregunta que Jameson afronta es: “¿existe algo contradictorio y extraviado en
construir un sistema unificado de la diferenciación?” Jameson afirma que no, refuta a los
creen lo contrario argumentando que existe una confusión entre niveles de abstracción, ya
que al conceptualizar un sistema que produce diferencias, no por ello deja de producirlas,
además de que los detractores de este intento suponen que el concepto debe ser en
especie como el objeto que trata de teorizar, noción sumamente errada para Jameson, ya
que “no se supone que el concepto de perro ladre o el de azúcar tenga un sabor dulce”
(2002:60). De esta forma, el concepto de posmodernidad, en la construcción abstracta de
su objeto, no tiene que corresponder con la sustancia del mismo, es decir, no tiene reflejar
propiamente, en sí mismo, toda la gama de estrategias o juegos del lenguaje propios de la
constelación de teorizaciones y reflexiones en torno a lo posmoderno. En esta reflexión de
Jameson, encontramos argumentos sólidos para emprender la construcción de un
concepto de posmodernidad. En todo caso, Jameson nos previene defetichizar el
concepto de posmodernidad, de modo que identifiquemos o reemplacemos a éste con la
realidad misma.
Los principios que permiten reconocer al pensamiento posmoderno son los conceptos
de diferencia, heterogeneidad, diversidad, pluralismo, fragmentariedad eindeterminación.
Así mismo, éstos se oponen nítidamente a los defendidos en la modernidad, en la que el
mundo es entendido como “totalidad, como sistema de relaciones jerárquicamente
ordenadas” (Gargani, 1998: 19). Elcosmos geométrico de la modernidad, se afinca en los
principios deuniversalización, historia, razón, unidad yprogreso. Los pensadores
posmodernos emblemáticos son Jean-Franҫois Lyotard, Gianni Vattimo y Fredric
Jameson. Michel Foucault, Emmanuel Lévinas, Jacques Derrida, Jean Baudrillard y Gilles
Deleuze son considerados como precursores del posmodernismo e incluso como filósofos
posmodernos, aunque la mayoría negaron o rechazaron considerarse como tales. Niklas
Luhmann, Ulrich Beck, Richard Rorty, Gilles Lipovetsky y Zygmunt Bauman, son
considerados también como pensadores de la posmodernidad, a pesar del rechazo de la
mayor parte de ellos a identificarse con esta corriente o seleccionar otras categorías y
conceptos para describir fenómenos que son objeto también del análisis posmodernista.
[26]
― (2004), Una modernidad singular. Ensayo sobre la ontología del presente, Gedisa, Barcelona.
Gargani, Aldo G. (1998), “La fricción del pensamiento”, en Vattimo, Gianni (comp.), La
secularización de la filosofía: hermenéutica y posmodernidad, Gedisa, Barcelona, pp. 9-29.
[9] “[…] el ocaso de los discursos universalistas (las doctrinas metafísicas de los tiempos
modernos: los discursos del progreso, del socialismo, de la abundancia, del
saber” (Lyotard, 1991: 11). Como veremos en el capítulo tercero de esta investigación,
Habermas considera que no debe resultar extraño que teorías como las de Lyotard ganen
influencia, en razón de lo que este filósofo alemán considera el agotamiento de las
energías utópicas ante el fracaso práctico en el siglo XX de las esperanzas basadas en el
papel de la ciencia, la técnica y la razón articuladas en el siglo XIX (véase Habermas,
1988: 116).
[10] Lyotard analiza esta cuestión en relación con la pragmática de los relatos populares
del pueblo cashinahua (1998a: 47 y 1999: 42-43; 55-57).
[11] "El saber es y será producido para ser vendido, y es y será consumido para ser
valorado en una nueva producción; en los dos casos, para ser cambiado” (1998a: 16).
[12] “La historia, lo opuesto a la historia con minúscula, es un asunto teleológico para el
posmodernismo”; “Una rama del posmodernismo ve la historia como un asunto en
constante mutación, exuberantemente múltiple y de final abierto, una serie de coyunturas
o discontinuidades que sólo una violencia teórica puede juntar en la unidad de una
narración única.” (Eagleton, 1998: 77 y 78, respectivamente).
[13] De acuerdo con David Harvey en la obra de Lyotard encontramos más de un
indicio que el modernismo ha cambiado porque “han cambiado las condiciones técnicas y
sociales de la comunicación” (2004: 68). Veremos que en la obra de Vattimo, este cambio
en el mundo de la comunicación como génesis de la posmodernidad es absolutamente
central.
[14] Perry Anderson (en la introducción a Fredric Jameson (2002), El giro cultural. Escritos
seleccionados sobre el posmodernismo 1983-1998, Manantial, Buenos Aires, pp. 11-14).
[15] En Francia el neomarxismo fue sujeto a un proceso de posmodernización, habiendo
tenido su expresión en la New Left Review, que bajo la influencia de Michel Foucault y
Lyotard comportó un fin de las esperanzas revolucionarias y la despedida definitiva del
sujeto revolucionario. Se transitó entonces del neomarxismo al posmarxismo (Von Beyme,
1991: 121). No obstante, aquí veremos que la obra de Jameson es crítica de la corriente
posmoderna francesa.
[16] De acuerdo con Ian Chilvers el arte pop (pop art) es un término acuñado por el crítico
inglés Lawrence Alloway para designar al movimiento que se desarrollo de 1950 hasta
comienzos de 1970 en Gran Bretaña y Estados Unidos, centrado en la imaginería del
mundo del consumo y la cultura popular. Una característica del arte pop fue el rechazo a
cualquier diferenciación entre el buen y el mal gusto. Chilvers comenta que inicialmente
en los Estados Unidos se consideró al arte pop como una reacción frente al
expresionismo abstracto. En Estados Unidos, la representación más importante de esta
corriente son las serigrafías de Andy Warhol, representando latas de sopa y las pinturas
basadas en los cómics de Roy Lichtenstein (Chilvers, 2007: 754).
[17] Jean-Luc Godard es típico representante vanguardista y progresivamente –a partir de
1967-68– pasa de un radicalismo formal (característico de la ola francesa del “Nouvelle
Vague” en los años de 1950-1960) a un radicalismo político (al tipo de “cine militante”
proclive al maoísmo) compartido por otros cineastas como el polémico Roman Polanski
(nacido en París, de ascendencia polaca y con ancestros judíos) y el francés François
Truffaut (el iniciador del movimiento “nouvelle vague”, crítico del academicismo y
convencionalismo del cine francés de mediados del siglo XX).
[18] La “nueva novela” (nouveau roman) francesa de Alain Robbe-Grille, Nathalie Sarraute,
Claude Simon, Michel Butor y Samuel Beckett, que Jean Paul Sartre calificó como
“antinovela”, ha sido un intento de reinvención de la historia a partir de estructuras
discursivas organizadas por métodos de composición numérica-geométrica, y que fue una
novedad en la segunda mitad del siglo XX, y aún continúa como tal en la obra de autores
como Michel Tournier, Georges Perec y Michel Houellebecq (al respecto, véase Jameson,
2002: 17); más sobre el tema en el libro de Leo Pollmann, Nueva novela en Francia y en
Iberoamérica, Gredos, España, 1971.
[19] Harvey adopta el enfoque de la escuela de la regulación, la cual entiende al régimen
de acumulación como un periodo estable entre la acumulación y el consumo, como una
correspondencia entre las condiciones de producción y las condiciones de reproducción
de los asalariados. El régimen de acumulación, implica un modo de regulación, que
significan las normas, leyes y hábitos que garantizan la unidad del proceso de producción
y su estabilidad durante un determinado periodo. Harvey pondera estos términos por su
valor heurístico(2004: 144). Por otra parte, comenta que en 1914 inició simbólicamente el
fordismo, cuando Henry Ford estableció la jornada de cinco dólares y ocho horas en
Michigan. El régimen de acumulación fordista, implicó la constitución de un nuevo tipo de
sociedad racionalizada y modernista, basada en el consumo masivo
[20] “Esto implicaría que el sistema financiero ha alcanzado un grado de autonomía de la
producción real sin precedentes en la historia del capitalismo, que de esta manera entra
en una era de riesgos financieros igualmente sin precedentes.” (Harvey, 2004: 218). En
efecto han ocurrido importantes crisis del capitalismo financiero neoliberal durante la
década de 1990 y la primera del siglo XXI, la más reciente la crisis financiera originada en
Estados Unidos en 2008 a raíz de la especulación en el sector inmobiliario.
[21] Siguiendo la tesis de Jameson, identifica al modernismo alto como la estética propia
del establishment que ejerció hegemonía después de 1945: “La gran literatura modernista
de Joyce, Proust, Eliot, Pound, Lawrence, Faulkner –juzgada alguna vez como
subversiva, incomprensible o perturbadora- fue canonizada por el establishment (en las
universidades y revistas literarias más importantes)” (2004: 53, cursivas de Harvey).
[22] “La llegada de lo posmoderno ha instalado el dominio de las imágenes como nunca
antes” (Anderson, 2000: 156).
[23] Esta distinción es hecha por Lyon con un propósito análitico, con un carácter
aproximativo, ya que señala que lo cultural es indisociable de lo social.
[24] Esta caracterización de la temporalidad como aceleración o fugacidad es fundamental
en el concepto de sociedad liquida de Zygmunt Bauman. Conceptualmente Bauman
rechaza la noción de posmodernidad, optando por el término modernidad líquida. (Veáse
Bauman, 2006 y el último capítulo de este trabajo).
[25] Característico es el modelo pospanóptico de poder descrito por Bauman o el Imperio
de Hardt y Negri. La posmodernidad también ha dispuesto una fluidificación del poder, en
este sentido, el modelo de poder liquido de Bauman es representativo (Véase Hardt y
Negri, 2002; Hardt y Negri, 2004).
[26] En el caso de Richard Rorty, ha sidopuesto en entredicho su comprensión dentro de
esta corriente, y ni siquiera él estaba interesado en descifrar el significado preciso de
“posmoderno” (Fortanet, 2005), no obstante, algunos lo encasillan como un pensador que
comulgó con el discurso posmoderno para abandonarlo tempranamente (Rivera, 2011), al
negar a la filosofía toda fundamentación metafísica y ontológica, por lo que se le ha
reconocido como un “pragmático posmoderno”.
José Lira Rosiles en 11/09/2013 10:02:00 a. m.