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Caracterización del patrimonio cultural campesino de la comunidad de

San Andrés.

Autores: Lic. Nataly Caridad Guerra Hernández*

Prof. Tit. Lic. Juan Carlos Rodríguez Cruz Dr. C**

*Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente. Oficina de Regulación y


Seguridad Ambiental (ORSA).

Correo electrónico: natalyc@nauta.cu o segambiental@orsaholguin.cu


Teléfonos: 53 55084812 o 24 429057

**Universidad de Holguín. Facultad de Ciencias Sociales. Departamento de


Marxismo-Leninismo e Historia.

Correo electrónico: jcrodriguez@uho.edu.cu

Teléfonos: 53 59310252 o 24 482057

Holguín 2021
San Andrés es un poblado del municipio de Holguín, situado a 20 kilómetros al
oeste de la capital provincial. En la actualidad conforma un Consejo Popular
con alrededor de 15 846 habitantes, compuesto por 22 circunscripciones, 10 en
el perímetro urbano y 12 en el rural, posee una extensión territorial de 78 km2.

Las primeras referencias de San Andrés coinciden con la fundación del hato de
dicho nombre a fines del siglo XVI. El actual poblado fue fundado a mediados
del siglo XIX, con la edificación de su primera Iglesia en 1862. Con un largo
devenir histórico, San Andrés atesora un rico patrimonio, tangible e intangible,
destacándose en especial este último, como legado fundamentalmente, de la
numerosa población campesina que durante siglos habitaron la comarca y
puede incluirse fundamentalmente dentro de la cultura campesina.

Grosso modo tradicionalmente el patrimonio cultural se clasifica en material o


tangible y en inmaterial o intangible, también denominado patrimonio espiritual.
(Arjona, 1986). En esta investigación se acepta como patrimonio tangible lo
expresado en la metodología que ofrece Arjona (1986), que incluye: obras de la
arquitectura, pintura, escultura, cerámica, orfebrería, vestidos, ornamentas
personales; documentos, objetos de personalidades e instituciones; muebles,
implementos de trabajo, instrumentos musicales y demás objetos relacionados
con la cultura. A lo que agregamos los paisajes naturales. Los autores
consideran como patrimonio intangible las costumbres, tradiciones, creencias,
leyendas y mitos, refranero, variantes idiomáticas, que se trasmiten de forma
oral, de generación en generación (Rodríguez Cruz & Bezerra Neto, 2019). En
este trabajo se asume como concepto de patrimonio campesino lo expresado
por Rodríguez Cruz (2007): “El paisaje con valor estético o histórico,
construcciones, instrumentos de trabajo y otros objetos utilitarios, creencias,
costumbres, tradiciones, saberes y variante idiomática, que reflejan la herencia
histórico-cultural y su adaptación al contexto rural” (p.30).

A continuación caracterizamos el patrimonio de la comunidad de San Andrés,


iniciando el análisis por el patrimonio tangible conformado entre otros a
mencionar por el patrimonio natural, integrado por monumentos naturales,
constituidos por formaciones físicas, biológicas y geológicas. Dentro de los
exponentes de este patrimonio encontramos: Río Chaparra; presa sobre el Río
Chaparra; cadena de elevaciones junto al Río Medio; Minas de Zeolita y
Llanuras de La Vega " donde históricamente se ha sembrado tabaco”.

Dentro de los remanentes patrimoniales de la cultura aborigen presentes se


encuentran términos de uso cotidiano en el lenguaje campesino de la
comunidad, como los relacionados con la producción de casabe, incluyendo la
propia denominación del producto: casabe, guayo, maigoa, catibía, burén. En
actividades asociadas con las viviendas, fundamentalmente campesinas:
bohío, horcón, cuje, barbacoa, yagua, guano, yarey, arique, bajareque, caney,
así como en otros muchos términos como: canoa, jaba, catauro y coa. En las
denominaciones de muchas especies de la flora y la fauna: guayaba, yuca,
jutía, majá, caguayo, jicotea, entre otras. Es significativo destacar la
contribución aborigen a la cultura campesina, ejemplo de lo anterior son las
numerosas plantas cultivadas de este origen: yuca, boniato, malanga, ají,
papaya, guayaba, guanábana, piña y algunas especies de frijoles como el
carita.

Entre los sitios de valor histórico dentro del poblado, considerados estos, en
particular, como obras combinadas del hombre y la naturaleza, parcialmente
construidas que constituyen espacios relevantes por su interés histórico y
huellas patrimoniales relacionados con las luchas de independencia. Se
pueden mencionar: Loma de la Entrada (donde ocurrió el combate de San
Andrés el 29 de noviembre de 1958), Sabana de Canjilones (combate de José
Maceo 4 de junio de 1895), Parque de San Andrés (Antigua Plaza de Armas),
lugar donde fue asesinado José Mendoza (víctima de las Pascuas
Sangrientas), lugar donde fue asesinado el joven de 16 años Rafael Erenio
Pérez García (por el asesino Sosa Blanco), lugar, junto al Río Chaparra, donde
fue fusilado el bandido Abelardo Rodríguez, personaje célebre de la región en
la segunda mitad del siglo XIX y que ha originado numerosas leyendas, casa
de los "Hijos de los veteranos" donde se reunían a menudo durante el período
republicano y el cementerio.

Los instrumentos de trabajo y otros objetos relacionados con la vida rural,


enmarcan sus raíces en la cultura española, legado de la antigua cultura
agrícola del Mediterráneo, lo que no excluye aportes cubanos e incluso
variaciones locales. Los mismos se pueden organizar en grupos: relacionados
con el transporte (carretas de ruedas con llantas de hierro y madera, carretillas)
dirigidos a labrar la tierra o servir de apoyo a esta labor (arados antiguos de
fabricación criolla, molinos de moler maíz de forma manual del siglo XIX,
cultivadoras, gradas, azadas, machetes), arreos (yugos y otros aperos para
bueyes como argollas, monturas, bridas), utensilios para conservar líquidos y
alimentos sólidos (güiras para conservar la sal y las especias, frascos antiguos
de vino y canecas de barros), bajillas y otros utensilios de uso familiar
(porrones de barros y tinajas para almacenar agua).

El patrimonio arquitectónico de la comunidad de referencia está constituido


por un conjunto de diferentes edificaciones de significativo valor propios de las
diferentes épocas a que pertenecen y que evidencian las costumbres y gustos
imperantes en cada momento constructivo. Se destacan algunas casas de
mamposterías y tejas de la época colonial y primeras décadas del siglo XX y el
tradicional bohío campesino. Podemos mencionar como referentes la casa
construida en el siglo XVIII y que otrora fuera caballería del ejército español;
casa de los veteranos de las guerras independentistas, donde estos se reunían
a menudo durante el período republicano; el cementerio, que contiene las
tumbas de patriotas y personajes célebres de la localidad y está unido a
numerosas leyendas; vivienda de Arístides Berencén, antes fonda de Carlos
López; Parque Camilo Cienfuegos de San Andrés, antigua Plaza de Armas;
Iglesia católica; vivienda de Eduardo Trujillo Gallego; Barbería, en sus orígenes
caballeriza del ejército español; Taller de radio (Teatro Escobar), entre otros.

El patrimonio industrial tabacalero está integrado por medios materiales,


tradiciones y conocimientos, relacionados con el cultivo y elaboración del
tabaco. Ejemplo de lo anterior, cajuelas, piezas para hacer tercios, prensas,
paqueras y chavetas. La tabaquería “Adonis Cabrera”, es la única que está en
funcionamiento, con un rico historial, ostentando la condición de Vanguardia
Nacional durante varios años.

Dentro del patrimonio artístico se incluyen, danzas y tradiciones musicales,


así como, instrumentos relacionados con las mismas. Es de destacar las
controversias y los bailes con órganos. Además en este grupo se encuentran
objetos de valor artísticos relacionados con el culto religioso. Podemos citar
como ejemplos representativos bandolina y violín que pertenecieron a Pura
Vincench, destacada personalidad del poblado, así como partituras de piano de
dicha creadora; proyector de películas que trabajaba con carburo,
perteneciente a la familia Vincench y en la década de los cincuenta lo utilizaban
en su cine; fotos de la orquesta musical conocida como los “Hermanos
Vincench,” quien fuera una de las pocas orquestas de San Andrés; en el campo
de la literatura un cuento titulado “El ateo” dedicado a Pura Vincench, escrito
por el Dr. Antonio Díaz Fernández; el retablo de la iglesia (madera); el custodio
u ostensorio (bronce); crucifijo de bronce con pie; candelabros de bronce; cruz
alzada (bronce) y partituras de piano (himnos religiosos para la liturgia de las
horas) creados por la hermana social María del Carmen Morales Mustelier.

El patrimonio intangible es considerado como el alma de la comunidad, el


sentir y el legado del pueblo a lo largo de generaciones y contiene al patrimonio
cultural campesino (Rodríguez Cruz & Bezerra Neto, 2019).

En la comarca de San Andrés existe un rico patrimonio intangible, la mayoría


de cuyas manifestaciones son propias de la cultura campesina. Este patrimonio
es estudiado a través de:

Tradiciones alimentarias, que presentan profunda raíz criolla y comprende una


diversidad de platos que tienen como centro la carne de cerdo, ejemplo el
cerdo asado en púa y depositado después en una yagua, la grasa o manteca
de cerdo; los tamales de maíz tierno, condimentado con ajíes, ajos y empellas
de cerdo; el uso de casabe, con más frecuencia en festividades y como
acompañante del cerdo asado; el consumo de diversas viandas, como plátano
y boniato, azadas en brazas de carbón vegetal; tomar leche cruda en el
desayuno; el café colado en una bolsa de lana, al amanecer, por el mediodía y
por la noche, y como brindis amistoso a las visitas; la elaboración de dulces
caseros, en especial de guayaba y de la corteza de naranja agria, servido
generalmente con queso y ensaladas de estación.

Fiestas tradicionales campesinas, que comprenden festividades religiosas,


onomásticos, bodas y distintas formas de guateque. Entre las más
representativas se encuentran: las peregrinaciones del 8 de septiembre, día de
la Virgen de la Caridad; las fiestas de 30 de noviembre, día del Santo Patrono;
fiestas del 31 de diciembre y primero de enero, inicio de año nuevo y triunfo de
la Revolución; fiestas en la semana de la jornada Cucalambeana; baile con
órgano en la que los asistentes hacen uso del sombrero de yarey; corrida de
caballos y corrida de cintas; serenatas a media noche y madrugada; el juego de
dominó, lo mismo en días festivos como días tradicionales, muchas veces
acompañado de bebidas alcohólicas y los velorios en casa de familia.

El refranero popular, que es una forma del saber, refleja consideraciones


filosóficas sobre la existencia humana y las relaciones con el medio. A los
campesinos les gusta usarlos para salpicar sus conversaciones. Entre los
refranes recolectados en la comarca de San Andrés podemos citar: arrieros
somos y en el camino andamos; mal de muchos, consuelo de todos; yagua que
está para uno no hay chivo que se la coma, por solo mencionar algunos.

Dentro de los mitos y leyendas campesinas, los mismos relacionados con las
creencias heterodoxas, en su mayoría tratan sobre trasgos: brujas, fantasmas,
duendes y almas en pena. Podemos mencionar entre algunos que una de
estas leyendas ha dado nombre y notoriedad a un viejo puente, el Puente de la
Cadena; cuentan que por las noches en el sitio arrastran cadenas debajo en
sus aguas y muchos temían pasar por ahí porque en el lugar se presentaba un
ser fantasmal; el más conocido en la zona: el duende de Alejandro Solís; la
bruja Nona la Civila: fue un personaje real, que ha sido un mito por dos
generaciones, se le acusaba de brujería y de salir de noche a hacer el mal. Uno
de los autores recuerda que cuando niño le decían, “pórtate bien, si no te coge
la bruja Nona”.

El patrimonio cultural campesino existe, en primer lugar porque vive un grupo


humano que lo sustenta en sus prácticas y, en segundo lugar, por constituir ese
campesinado una fuerte cultura, una cultura milenaria que llega a América en
su versión mediterránea y no se sugiere en modo alguno que esta cultura esté
exenta de la pérdida paulatina de sus valores patrimoniales, en medio de un
proceso creciente de globalización y con los encontronazos con el proceso
civilizatorio posmoderno.
En los momentos actuales con el desarrollo vertiginoso de las nuevas
tecnologías de la información y el éxodo a gran escala del campo a la ciudad,
ha impactado de forma negativa en el patrimonio cultural campesino, influyendo
en la depreciación que hacen de éste la población y las instituciones
educativas; esto acarrea un proceso de desvalorización y desarraigo en las
nuevas generaciones y con ello la pérdida de valores patrimoniales, lo que
restringe su sustentación.
Bibliografía
1. Ávila y del Monte, Diego de. Memoria sobre el origen del Hato de San
Isidoro de Holguín. Holguín: Imprenta El Arte, 1926. Segunda Edición.
2. Arjona, Marta. Patrimonio cultural e identidad. Editorial Letras Cubanas,
La Habana, 1986.
3. Colectivo de autores. Holguín desde sus inicios hasta 1898. Ediciones
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histórico entre sus orígenes y el año 2000. Ediciones Holguín, 2008.
5. Córdova Martínez, Carlos; Rodríguez Cruz, Juan Carlos; Velázquez López,
Duanis. El Patrimonio identitario de la comunidad de San Andrés. En Revista
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6. Córdova Martínez, Carlos; Rodríguez Cruz, Juan Carlos; Rodríguez
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Andrés. En Revista Electrónica Ciencias Holguín, vol. XII, núm. 2, abril-
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7. García Castañeda, José A. La Municipalidad Holguinera. Ediciones
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8. Novoa Betancourt, José. Historia colonial de Holguín. Ediciones Holguín,
1999.
9. Peña Obregón, Ángela; Fernández Perdomo, Eida; Campano Vega,
Enrique. Holguín colonial: páginas de su historia. Ediciones Holguín,
1992.
10. Rodríguez, Juan Carlos; Bezerra Neto, Luis. La posmodernidad y la
autenticidad patrimonial en su relación con la cultura campesina y la
educación media en Cuba y Brasil. Germinal: Marxismo e Educação em
Debate, Salvador, v. 11, n. 1, p. 288-297, abr. 2019. ISSN: 2175-5604.
11. Rodríguez, Juan Carlos. El patrimonio identitario campesino y su
proyección axiológica en el proceso docente-educativo en la secundaria
básica suburbana. Tesis en opción al grado científico de Doctor en
Ciencias Pedagógicas, ISP “José de la Luz y Caballero”, Holguín, 2007.
12. Vega Suñol, José. Región e identidad. Ediciones Holguín, 2012.

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