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TEMA 7: EL TRIBUNAL PENAL INTERNACIONAL PARA LA ANTIGUA YUGOSLAVIA.

Profesor Dr. D. Miguel Alía Plana.

1: CREACION. .........................................................................................................................................2
2: ANTECEDENTES NORMATIVOS. .....................................................................................................4
3: DEBATE SOBRE EL PROCEDIMIENTO FUNDACIONAL. ................................................................6
4: CARACTERISTICAS. ..........................................................................................................................7
5: COMPETENCIA. .................................................................................................................................8
5.1: “Ratione Personae”. .....................................................................................................................8
5.2: “Ratione loci”. ...............................................................................................................................9
5.3: “Ratione materiae”. .......................................................................................................................9
5.4: “Ratione temporis”. .....................................................................................................................12
6: ORGANIZACIÓN Y PROCEDIMIENTO. ...........................................................................................12
7: BIBLIOGRAFIA. .................................................................................................................................14

1: CREACION.

La desmembración de la Antigua Yugoslavia fue el proceso político más traumático de la


Postguerra Fría y supuso, junto con la caída del Muro de Berlín, el fin del Segundo Mundo, el
socialismo real. Mientras Europa vivía un desarrollo económico sin parangón, la Antigua Yugoslavia
se dividía y entraba en una guerra especialmente brutal, en el que se violaron sistemáticamente los
derechos humanos más básicos, como consecuencia de políticas que parecían imposibles después
de la Segunda Guerra Mundial.

El Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia (TPIY) fue un órgano jurisdiccional de


Naciones Unidas, creado en cumplimiento de dos Resoluciones del Consejo de Seguridad. La
primera fue la 808 (93), de 22 de febrero, mediante la que se manifestó su voluntad de crear un
tribunal penal internacional para llevar a cabo el “procesamiento de las personas responsables de las
serias violaciones de derecho internacional humanitario cometidas en el territorio de la ex Yugoslavia
desde 1991".

Esta Resolución formaba parte una serie de ellas que, desde 1991, había adoptado el
Consejo de Seguridad como consecuencia de las hostilidades conducidas en Croacia y Bosnia-
Herzegovina: y fue muy importante, ya que, por primera vez, el Consejo de Seguridad establecía un
tribunal, en virtud de las competencias contenidas en el Capítulo VII de la Carta, para gestionar un
caso de “amenazas a la paz, quebrantamiento de paz o actos de agresión", lo cual fue una auténtica
novedad1.

Por su parte, la Resolución 827 (93), de 23 de mayo, de su Consejo de Seguridad, de nuevo


al amparo del Capítulo VI de la Carta, siguió aguas a la anterior. En ella se expresaba la alarma por
las violaciones continuas del Derecho Humanitario que tenían lugar en Yugoslavia, después de su
desmembración, asesinatos en masa, detenciones, violaciones masivas de mujeres, depuración
étnica, etc. Por lo anterior, entre otras medidas, proponía la creación de un tribunal internacional “con
la finalidad exclusiva de enjuiciar a los presuntos responsables de graves violaciones del derecho
internacional humanitario cometidas en el territorio de la ex Yugoslavia entre en 1 de enero de 1991 y
una fecha que el Consejo de Seguridad determinara una vez restaurada la paz y, con este fin,
aprobar el Estatuto del Tribunal Internacional anexado al informe anteriormente citado”. En análogo
sentido, el art. 1 de su Estatuto establecía que…

…El Tribunal Internacional está habilitado para juzgar a los presuntos responsables de
violaciones del derecho internacional humanitario cometidas a partir de 1991 en el territorio de
la ex-Yugoslavia según las disposiciones del presente Estatuto.

El tribunal tenía una triple limitación: materialmente, solo podía ejercer sus competencias para
enjuiciar a los responsables de los delitos previstos en su propio estatuto; en lo geográfico, cuando
los hechos se hubieran cometido en el territorio soberano de los que fue la Antigua Yugoslavia; y en
lo temporal, a los hechos cometidos después de 1 de enero de 1991.

El tribunal funcionó desde 1993 hasta el 31 de diciembre de 2017 2. A partir de ese momento,
sus funciones residuales, incluida la supervisión de las condenas y el examen de los procedimientos
de apelación iniciados desde el 1 de julio de 2013, pasaron a la jurisdicción de un órgano sucesor, de
carácter menor, el “Mechanism for International Criminal Tribunals”, creado por Resolución del
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de 1966 (2010), de 22 de diciembre. Además, a nivel
nacional, parte de sus casos fueron transferidos a la “War Crimes Chamber within the Court of Bosnia
and Herzegovina (BiH)”. Este último órgano fue creado como consecuencia de las iniciativas de
reforma legal emprendidas por el “High Representative for Bosnia-Herzegovina” (constituido por los
Acuerdos de Dayton para tutelar su aplicación), en colaboración con el Tribunal Internacional para la

1: ALDRICH, G.H., “Jurisdiction of the International Criminal Tribunal for the Former Yugoslavia”, American Journal of
International Law, 1996; LESCURE, K., “International justice for former Yugoslavia: the working of the International Criminal
Tribunal of The Hague”. La Haya, KLI, 1996; SHENK, M.D., “International Criminal Tribunal for the Former Yugoslavia and
for Rwanda”, The International Lawyer, 1999; KOLB, R., “The jurisprudence of the Yugoslav and Rwandan Criminal
Tribunals on their jurisdiction and on international crimes, British Yearbook of International Law, 2001; CASSESE, A.,
“International Criminal Law”. Oxford: Oxford University Press, 2008; CARRILLO SALCEDO, J.A. (coordinador), “La
criminalización de la barbarie: La Corte Penal Internacional”. Madrid: Consejo General del Poder Judicial, 2000.
2: DELGADO CÁNOVAS, J.B., “Naturaleza y estructura básica del tribunal penal internacional para la antigua Yugoslavia”.
Granada: Comares, 2000; FERRER LLORET, J.: “La aplicación de las normas internacionales sobre responsabilidad penal
del individuo”, Revista del Instituto Internacional de Derechos Humanos (IIDH), n. 27, 1998; BASSIOUNI, M.C.; y MANIKAS,
P., “The Law of the International Criminal Tribunal for the Former Yugoslavia”. Nueva York: Transnational Publishers, 1996;
CLARK, R.S. y SANN, M. (eds.): “The Prosecution of International Crimes: A Critical Study of the International Tribunal for
the Former Yugoslavia”. Nueva Jersey: Transaction Publishers, 1996: MORRIS, V., y SCHARF, M.P., “An Insider ́s Guide of
The International Criminal Tribunal for the Former Yugoslavia (vols. 1 y 2”). Nueva York: Transnational Publishers, 1998.
ex Yugoslavia, para el enjuiciamiento de aquellos criminales que hubieran perpetrado sus delitos en
BiH y fueran considerados “criminales de bajo o medio nivel”, de acuerdo con lo establecido en la
Regla 11 de las Reglas de Procedimiento y Prueba del propio tribunal. Comenzaron a funcionar el 9
de marzo de 2005. Se incardina en la “Court of Bosnia-Herzegovina”, como una sala más. Esta Corte
suprema fue creada por una ley de 12 de noviembre de 2000, modificada en 2004. En cuanto a sus
competencias, “the WCC has jurisdiction over the crimes of genocide, torture, multiple murders, and
multiple rapes, and adheres to the legal principles employed by the ICTY” 3. Las relaciones entre
ambos tribunales se regularían de acuerdo con lo establecido en el art. 9 del Estatuto del tribunal
internacional, según el cual el mismo y los tribunales nacionales tendrían jurisdicción concurrente
para enjuiciar a las personas que hubiera cometido violaciones graves del Derecho Internacional
Humanitario en el territorio de la ex Yugoslavia a partir del 1º de enero de 1991, si bien el tribunal
internacional tenia primacía respecto de los nacionales.

El Estatuto4 del tribunal fue aprobado como anexo al documento S/25704, de 20 de mayo de
1993; y sus Reglas de Procedimiento y Prueba5, el 11 de febrero de 1994.

2: ANTECEDENTES NORMATIVOS.

Con carácter previo a la constitución del tribunal, el Consejo de Seguridad emitió numerosas
Resoluciones sobre las guerras yugoslavas. En la Resolución 764 (1992), de 13 de julio, el Consejo
de Seguridad reafirmó que todas las partes en el conflicto tenían el deber de cumplir con las
obligaciones impuestas por el derecho internacional humanitario, especialmente los Convenios de
Ginebra de 12 de agosto de 1949, y que quienes cometiesen u ordenasen la comisión de violaciones
graves de los Convenios eran personalmente responsables de dichas violaciones. Mediante la
resolución 771 (1992), de 13 de agosto, el Consejo de Seguridad expresó profunda alarma ante los
continuos informes de violaciones generalizadas del derecho internacional humanitario dentro del
territorio de la ex Yugoslavia y particularmente en Bosnia y Herzegovina, inclusive informes de
deportación y expulsión forzosas y masivas de civiles, reclusión y maltrato de civiles en centros de
detención, ataques deliberados contra no combatientes, hospitales y ambulancias, impedimentos a la
entrega de suministros médicos y alimentarios a la población civil y devastación y destrucción de
bienes en forma indiscriminada. El Consejo condenó enérgicamente las violaciones del derecho
internacional humanitario, incluidas las que entrañaba la práctica de "depuración étnica" y exigió que
todas las partes en el conflicto en la ex Yugoslavia pusieran término a todas las violaciones del
Derecho Internacional Humanitario. Pidió a los Estados y a las organizaciones humanitarias
internacionales que reunieran información corroborada en relación con las violaciones del derecho

3: STAN, L.; y NEDELSKY, N., “Encyclopedia of Transitional Justice, Volume 3”. Cambridge: Cambridge University Press,
2013, p. 486.
4: www.icty.org/en/documents/statute-tribunal.
5: www.icty.org/en/documents/rules-procedure-evidence.
humanitario, incluidas las transgresiones graves de los Convenios de Ginebra, que se estaban
perpetrando en el territorio de la ex Yugoslavia y la pusieran a disposición del Consejo. Además, el
Consejo decidió, con arreglo al Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, que todas las partes
y los demás interesados en la ex Yugoslavia y todas las fuerzas militares en Bosnia y Herzegovina
acataran lo dispuesto en la resolución y señaló que, de lo contrario, el Consejo tendría que adoptar
nuevas medidas con arreglo a la Carta.

En la Resolución 780 (1992), de 6 de octubre, el Consejo de Seguridad pidió al Secretario


General que estableciera una Comisión de Expertos imparcial que se encargara de examinar y
analizar la información pedida en la resolución 771 (1992), junto con cualquier otra información que la
Comisión pudiera obtener mediante sus propias investigaciones o las actividades de otras personas u
órganos de conformidad con la resolución 771 (1992), con objeto de presentar al Secretario General
las conclusiones a las que llegara sobre las pruebas de graves transgresiones de los Convenios de
Ginebra y otras violaciones del derecho internacional humanitario cometidas en el territorio de la ex
Yugoslavia.

El 14 de octubre de 1992, en atención a lo pedido en el párrafo 3 de la resolución 780 (1992),


el Secretario General presentó al Consejo de Seguridad un informe en que señaló que había decidido
establecer una Comisión de Expertos compuesta de cinco miembros (S/24657). El 26 de octubre de
1992, el Secretario General anunció la designación del Presidente y los miembros de la Comisión. En
una carta de fecha 9 de febrero de 1993, el Secretario General envió al Presidente del Consejo de
Seguridad un informe provisional de la Comisión de Expertos (S/25274), en que se llegaba a la
conclusión de que en el territorio de la ex Yugoslavia se habían cometido transgresiones graves y
otras violaciones del derecho internacional humanitario en las que cabía mencionar asesinatos,
"depuración étnica", matanzas en masa, torturas, violaciones, saqueo y destrucción de bienes civiles,
destrucción de bienes culturales y religiosos y detenciones arbitrarias. En su informe la Comisión
observó que si el Consejo de Seguridad u otro órgano competente de las Naciones Unidas decidía
establecer un Tribunal Internacional ad hoc, esa iniciativa estaría en consonancia con la orientación
de los trabajos de la Comisión.

La constitución del tribunal no fue solamente sustentada por estos documentos, antes bien,
se produjeron una serie de informes preliminares y Resoluciones de la Asamblea General y otros
organismos obre la situación en los territorios yugoslavos que, de manera directa o indirecta,
mencionaban la necesidad de establecer un tribunal. Así, destacamos, por ejemplo, la Resolución de
la Comisión de Derechos Humanos nº 1992/S-1/1 de 14 de agosto; de 1992 y 1992/S-2/1 de 1 de
diciembre; 1993/7 y 1993/8 de 23 de febrero.

También destaco la Decisión (A/CONF.157/24, parte I, cap. IV) adoptada or la Conferencia


Mundial de Derechos Humanos, de 15 de junio de 1993, mediante la cual se hacía un llamamiento al
Consejo de Seguridad para que adoptara las medidas necesarias para poner fin al genocidio en
Bosnia-Herzegovina, Y la Corte Internacional de Justicia, por Resolución de 8 de abril de 1993,
reafirmada el 13 de septiembre solicito la adopción de medidas provisionales a fin de que el Gobierno
de la República Federativa de Yugoslavia (formada entonces solo por Serbia y Montenegro) tomase
inmediatamente todas las medidas a su alcance para impedir la comisión del crimen de genocidio, de
conformidad con el compromiso asumido en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito
de Genocidio de 9 de diciembre de 1948,

La entonces llamada Conferencia para la Seguridad y la Cooperación en Europa hizo lo


mismo el 7 de noviembre de 1991, cuando solicitó una “atención especial” para los responsables
individuales de las violaciones de derechos humanos e hizo un llamado para que se determinaran
rápidamente las pruebas necesarias para juzgar a los criminales de guerra.

3: DEBATE SOBRE EL PROCEDIMIENTO FUNDACIONAL.

Desde el momento de su creación, el procedimiento adoptado fue discutido. De entre las


distintas opciones jurídicas que se analizaron para crearlo, éstas fueron las más relevantes 6:

1. Aprobar su creación por medio de un tratado internacional: hubiera sido la más ortodoxa de
las posiciones, de acuerdo con los principios del Derecho Internacional, pero también la
menos eficaz. Basta con pensar que para que un tratado entre en vigor, se requiere de un
número determinado de ratificaciones de parte de los Estados, proceso que normalmente
tarda años. En una situación como la que existía en 1993 en la antigua Yugoslavia, era una
solución impensable por ineficaz, para los graves crímenes de guerra que se cometían a
diario.
2. Aprobar la creación del tribunal por resolución de la Asamblea General, a propuesta del
Consejo de Seguridad: este procedimiento era mucho más expedito y eficaz que el anterior y
hubiera contado con un fundamento jurídico irrebatible, como era el art. 22 de la Carta, que lo
hubiera configurado como un organismo subsidiario de la Asamblea General.
3. Consideraciones políticas de variada índole, de oportunidad y de celeridad, abrieron una
tercera vía para crear el tribunal por Resolución del Consejo de Seguridad, en virtud de las
competencias que le otorga el Capítulo VI1 de la Carta: este procedimiento, estimado por
algunos juristas y gobiernos como muy audaz (dado que era la primera vez que se utilizaba),
se fundamentaba en el art. 41 de la Carta, que autoriza expresamente al Consejo de
Seguridad a "decidir qué medidas que no impliquen el uso de la fuerza armada han de
emplearse para hacer efectivas sus decisiones”. Adicionalmente, según los términos del art.
29 de la Carta, "el Consejo de Seguridad podrá establecer los organismos subsidiarios que
estime necesarios para el desempeño de sus funciones" y la naturaleza jurisdiccional de un
órgano subsidiario no es un obstáculo para su creación, sobre todo cuando el art. 22 antes
citado otorga idéntica facultad a la Asamblea General, no señala como competencia de la
Asamblea la creación de órganos jurisdiccionales. Escoger el Capítulo VI1 de la Carta como

6 : ODIO BENITO, Elisabeth, “El Tribunal Penal Internacional para la Ex-Yugoslavia. Justicia para la paz”, en
http://www.corteidh.or.cr/tablas/R06843-4.pdf.
fundamento de su creación determino simultáneamente sus límites y objetivos. El tribunal
seria jurídicamente válido, legítimo y eficaz únicamente en la medida en que su actividad
judicial se encaminase al restablecimiento y mantenimiento de la paz. Para ello, las
Resoluciones 808 (1993) y 827 (1993), determinan que restablecer y mantener la paz,
disuadir de la comisión de nuevos crímenes y hacer justicia, son los objetivos del Tribunal. En
los términos de dichas Resoluciones, los objetivos del Tribunal se expresan así: "...Decide [el
Consejo de Seguridad] establecer un Tribunal con el único propósito de enjuiciar las personas
responsables por violaciones serias del derecho internacional humanitario, cometidas en el
territorio de la antigua Yugoslavia...", convencido el Consejo de que tal “objetivo permitiría
restablecer y mantener la paz”7.

4: CARACTERISTICAS.

De acuerdo con los antecedentes expuestos y según el Estatuto del tribunal, poseía las
siguientes características”8:

1. Era un órgano judicial internacional: el tribunal fue creado conforme a procedimientos de


Derecho Internacional Público por órganos competentes Naciones Unidas. Fue el primer
tribunal penal de estas características, pues los de Núremberg y Tokio fueron creados por
decisiones de las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial. El tribunal para la ex
Yugoslavia se fundó durante la guerra como instrumento para alcanzar la paz.
2. Era un órgano colegiado. En efecto, el art. 12 del Estatuto establecía que estaría integrado
por 11 magistrados independientes, provenientes de todas las regiones del mundo.
3. Era un órgano creado ad hoc, porque se limitaba a crímenes perpetrados en la antigua
Yugoslavia. Su finalidad era, pues, exclusiva y localista. Era ad hoc, en suma, en tanto
carecía de vocación universal. El tribunal no podía estar dotado más que de las competencias
estrictamente necesarias para atender los objetivos que se le asignaron: juzgar a los
responsables de los crímenes de guerra para detener las violaciones generalizadas del
Derecho Internacional Humanitario, a fin de restablecer y mantener la paz. En este sentido,
Naciones Unidas afirmo que “la decisión [de crear el tribunal] no está relacionada con el
establecimiento de una jurisdicción penal internacional en general ni con la creación de un
tribunal penal internacional de carácter permanente, cuestiones que son y seguirán siendo
objeto de examen amplio por parte de la Comisión de Derecho Internacional y la Asamblea
General” 9 . De lo anterior se deriva su absoluta excepcionalidad, “no solo referida a su
ámbito material, geográfico o temporal, ni tan siquiera con relación al modo en que fueron

7: Ibíd.
8: Ibíd.; e “Informe presentado por el Secretario General de conformidad con el párrafo 2 de la Resolución 808 (1993) del
Consejo de Seguridad”, documento del Consejo de Seguridad S/25704, de 20 de mayo de 1993, en
http://repository.un.org/bitstream/handle/11176/51122/S_25704-ES.pdf?sequence=6&isAllowed=y.
9: Ibíd.
creados desde una perspectiva jurídica o política, sino específicamente en cuanto a su
más que posible ausencia de reedición en un futuro probable” 10.
4. Era un órgano especializado, su competencia como establecía el art 1 de su Estatuto, era la
siguiente: “el Tribunal Internacional está habilitado para juzgar a los presuntos responsables
de violaciones del derecho internacional humanitario cometidas a partir de 1991 en el
territorio de la ex-Yugoslavia según las disposiciones del presente Estatuto.”
5. Solo podía enjuiciar y, en su caso, castigar, personas físicas de acuerdo con un principio de
responsabilidad penal individual, a tenor del art. 7 de su Estatuto: “quienquiera haya
planificado, incitado a cometer, ordenado, cometido, o ayudado y alentado de cualquier forma
a planificar, preparar o ejecutar uno de los crímenes contemplados en los artículos 2 a 5 del
presente Estatuto, es individualmente responsable de dicho crimen.” Este art.7 se aparta
claramente del precedente de Núremberg, que juzgó la responsabilidad de "grupos
criminales". En los términos del art. 9 del Acuerdo de Londres de 8 de agosto de 1945, el
tribunal de Núremberg podía declarar que un grupo o una organización a la cual pertenecía
un acusado era una "organización criminal". De aquí resultara que cualquier persona pudiera
ser sometida a juicio por tribunales nacionales de los Estados signatarios en razón de su sola
afiliación a esa organización. Así lo recogió también el art. 10 del Estatuto del tribunal de
Núremberg.

5: COMPETENCIA.

La competencia del tribunal era la siguiente:

5.1: “Ratione Personae”.

De acuerdo con el art. 7 del Estatuto, la responsabilidad era siempre personal. El posible
cargo oficial que desempeñase el inculpado, ya fuera de Jefe de Estado o de Gobierno o de
funcionario responsable del gobierno, no le eximia de responsabilidad penal ni atenuaba la posible
pena. Si lo hechos se hubieran cometido por subordinados (personas integradas en una cadena de
mando) no eximia de responsabilidad penal a su superior si éste sabía o tenía razones para saber
que el subordinado iba a cometer tales actos o los había cometido y no adoptó las medidas
necesarias y razonables para impedir que se cometieran o para castigar a quienes los perpetraron.

10: CHINCHÓN ÁLVAREZ, Javier, “Principios y procedimientos de prueba en casos de crímenes sexuales ante los
tribunales penales internacionales: Su aplicación en las instancias judiciales internas”, en “Justicia y reparación para
mujeres víctimas de violencia sexual en contextos de conflicto armado interno: seminario internacional. Project Counselling
Service, Lima, 2007, p. 180, en
http://eprints.ucm.es/13911/1/Principios_y_procedimientos_de_prueba_en_casos_de_cr%C3%ADmenes_sexuales_ante_lo
s_Tribunales_Penales_Internacionales-Su_aplicaci%C3%B3n_en_las_instancias_judiciales_internas.pdf.
El hecho de que el inculpado hubiera actuado en cumplimiento de una orden impartida por un
gobierno o por un superior no le eximirá de responsabilidad penal, pero podrá considerarse
circunstancia atenuante si el Tribunal Internacional determina que así lo exige la equidad.

5.2: “Ratione loci”.

Era competente para conocer de los crímenes cometidos en el territorio de la antigua


Yugoslavia, con inclusión de su superficie terrestre, su espacio aéreo y sus aguas territoriales, según
lo previsto en los arts. 1 y 8 de su Estatuto. Recordemos que, según el primero, “el Tribunal
Internacional está habilitado para juzgar a los presuntos responsables de violaciones del derecho
internacional humanitario cometidas a partir de 1991 en el territorio de la ex-Yugoslavia según las
disposiciones del presente Estatuto”. Y de acuerdo con el segundo, “la competencia ratione loci del
Tribunal Internacional se extiende al territorio de la antigua República Federativa Socialista de
Yugoslavia, incluyendo su espacio terrestre, su espacio aéreo y sus aguas territoriales”.

5.3: “Ratione materiae”.

En opinión del Secretario General, la aplicación del principio “nullum crimen sine lege” exigía
que el Tribunal Internacional aplicase las normas del Derecho Internacional Humanitario
convencional, pero del que se afirmaba que “sin duda alguna forman parte del derecho
consuetudinario, de tal modo que no se plantea el problema de que algunos de los Estados pero no
todos se hayan adherido a determinadas convenciones” 11. El derecho Internacional Humanitario
convencional que fuera de toda duda había pasado a formar parte del Derecho Internacional
consuetudinario era el consagrado los Convenios de Ginebra, de 12 de agosto de 1949, para la
protección de las víctimas de la guerra; la Cuarta Convención de La Haya relativa a las leyes y usos
de la guerra terrestre y Reglamento conexo, de 18 de octubre de 1907; la Convención para la
Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, de 9 de diciembre de 1948 y el Estatuto del Tribunal
Militar Internacional, de 8 de agosto de 194512.

Lo anterior se concretaba en los siguientes tipos según el Estatuto:

Artículo 2

Violaciones graves de los Convenios de Ginebra de 1949

El Tribunal Internacional tendrá competencia para enjuiciar a las personas que cometan u
ordenen la comisión de violaciones graves de los Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949, a

11: Informe presentado por el Secretario General de conformidad con el párrafo 2 de la Resolución 808 (1993)…”, op. cit.
12: Ibíd.
saber, los siguientes actos contra las personas o los bienes protegidos por las disposiciones del
Convenio de Ginebra aplicable:

a) Homicidio intencional;

b) Tortura o tratos inhumanos, incluidos los experimentos biológicos;

c) Actos deliberados que causen grandes padecimientos o graves daños a la integridad física o la
salud;

d) Destrucción o apropiación de bienes no justificadas por necesidades militares y llevadas a cabo en


gran escala y en forma ilícita y arbitraria;

e) Uso de coacción para obligar a un prisionero de guerra o a un civil a prestar servicios en las
fuerzas armadas de una Potencia enemiga;

f) Privación deliberada a un prisionero de guerra o a un civil de su derecho a un juicio justo y con las
debidas garantías;

g) Deportación, traslado o reclusión ilícitos de un civil;

h) Toma de civiles como rehenes.

Artículo 3

Violación de las leyes o usos de la guerra

El Tribunal Internacional tendrá competencia para enjuiciar a las personas que violen las
leyes o usos de la guerra. Dichas violaciones comprenderán lo siguiente, sin que la lista sea
exhaustiva:

a) El empleo de armas tóxicas o de otras armas que hayan de ocasionar sufrimientos innecesarios;

b) La destrucción arbitraria de ciudades, pueblos o aldeas, o su devastación no justificada por


necesidades militares;

c) Los ataques o bombardeos, por cualquier medio, de pueblos, aldeas, viviendas o edificios
indefensos;

d) La apropiación o destrucción de instituciones consagradas al culto religioso, la beneficencia y la


educación o a las artes y las ciencias, monumentos históricos, u obras de arte y científicas, o los
daños deliberados a éstos;

e) El pillaje de bienes públicos o privados.

Artículo 4

El genocidio

1. El Tribunal Internacional tendrá competencia para enjuiciar a las personas que cometan los actos
de genocidio definidos en el párrafo 2 de este artículo, o cualquiera de los demás actos enumerados
en el párrafo 3 de este artículo.
2. Por genocidio se entenderá cualquiera de los actos que se enumeran a continuación, perpetrados
con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como
tal:

a) Matanza de miembros del grupo;

b) Lesiones graves a la integridad física o mental de los miembros del grupo;

c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de vida que hayan de acarrear su destrucción
física total o parcial;

d) Imposición de medidas destinadas a impedir los nacimientos dentro del grupo;

e) Traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo.

3. Serán punibles los actos siguientes:

a) El genocidio;

b) La conspiración para cometer genocidio;

c) La instigación directa y pública a cometer genocidio;

d) La tentativa de genocidio;

e) La complicidad en el genocidio.

Artículo 5

Crímenes de lesa humanidad

El Tribunal Internacional tendrá competencia para enjuiciar a los presuntos

responsables de los crímenes que se señalan a continuación, cuando hayan sido cometidos contra la
población civil durante un conflicto armado, interno o internacional:

a) Asesinato;

b) Exterminio;

c) Esclavitud;

d) Deportación;

e) Encarcelamiento;

f) Tortura;

g) Violación;

h) Persecución por motivos políticos, raciales o religiosos;

i) Otros actos inhumanos.


5.4: “Ratione temporis”.

La determinación resultó más compleja. Admitir la competencia sobre crímenes de guerra


imprescriptibles que hubiesen sido cometidos en cualquier tiempo en la antigua Yugoslavia era
incompatible con el fundamento jurídico de su creación (el Capítulo VI1 de la Carta). Esto condujo a
escoger una fecha a partir de la cual el Consejo había constatado que las violaciones al Derecho
Internacional Humanitario habían constituido una amenaza para la paz y la seguridad internacionales.
Fue, sin embargo, un razonamiento simplista y algo arbitrario (las violaciones serían, en todo caso,
anteriores a la fecha de su constatación). Dentro de criterios encontrados, el Secretario General se
fundamentó en los términos de la Resolución 808 (1993) e interpretó que el 1 de enero de 1991 era la
mejor fecha. Quedó así establecido en el artículo 8 del Estatuto: “la competencia ratione temporis del
Tribunal Internacional se extiende al período que comienza el 1º de enero de 1991”.

La fecha del cierre competencial quedaba abierta, lo cual implicaba la necesidad de


establecer límite en el tiempo, para lo que se fijaron dos criterios. El primero, respecto a la comisión
de los delitos, se establecieron la Paz de Dayton, de 1995, y el Acuerdo de Paz para Kosovo, de
1999. El segundo, y en cuanto al límite temporal de las actuaciones procesales, se estableció
mediante las Resoluciones 1503 (2003) de 28 de agosto y 1534 (2004) de 26 de marzo, que
establecieron un límite para la instrucción de asuntos a finales de 2004, de todas las actividades en
primera instancia en 2008 y toda actividad en 2010, fecha que se prolongaría en sucesivas
medicaciones hasta 2017.

6: ORGANIZACIÓN Y PROCEDIMIENTO.

El Tribunal Internacional estaba compuesto por los siguientes órganos:

1. Las Cámaras, esto es dos Cámaras de Primera Instancia y una Cámara de Segunda
Instancia;
2. El Fiscal.
3. Un Secretario común a las Cámaras y al Procurador.
Las Cámaras estaban compuestas por 11 jueces independientes, de distintas nacionalidades, y
de los cuales 3 ocupan un puesto en cada una de las Cámaras de primera instancia; y 5 lo hacían en
la Cámara de Apelaciones.

Los jueces debían ser personas de reconocida moralidad, imparcialidad e integridad,


poseedores de las cualificaciones requeridas en sus respectivos países para ser nombrados en las
más altas funciones judiciales. Se tenía en cuenta su experiencia previa en materia de Derecho
Penal, Internacional, Humanitario y Derechos Humanos. Eran elegidos por la Asamblea General,
sobre una lista presentada por el Consejo de Seguridad. Los jueces del Tribunal Internacional elegían
al presidente y regulaban el régimen interno de la institución.
El Fiscal era el responsable de la instrucción de los expedientes y del ejercicio de la
persecución de los autores de los delitos enumerados más arriba. El Fiscal era un órgano autónomo
dentro del Tribunal Internacional, actuaba con total independencia. No solicitaba ni recibía e
instrucciones de ningún gobierno ni de ninguna otra instancia. Su Oficina estaba compuesta por el
propio Fiscal y el personal cualificado que pueda necesitar. Era nombrado por el Consejo de
Seguridad, tras una propuesta del Secretario General; y debía tener reconocida moralidad, capacidad
y sólida experiencia en de la instrucción de asuntos criminales y sus diligencias. Su mandato era de
cuatro años, y era reelegible. Además, el tribunal poseía una Secretaria para la gestión administrativa
común.

En cuanto al procedimiento, se iniciaba de oficio, impulsado por el Fiscal, que abría un


informe de oficio o en base a los testimonios e informes obtenidos de todo tipo de fuente,
especialmente los gobiernos, los órganos de la Organización de las Naciones Unidas, las
organizaciones intergubernamentales y no-gubernamentales. Evaluaba los informes recibidos u
obtenidos y se pronunciaba sobre la oportunidad o no de iniciar las diligencias. Estaba habilitado para
interrogar a los sospechosos, las víctimas y los testigos, a reunir pruebas y a proceder a medidas de
instrucción sobre el terreno. En la ejecución de tales tareas podía solicitar el concurso de las
autoridades del Estado concernido. Todo sospechoso interrogado tenía derecho a ser asistido por
letrado, incluso de oficio.

Si el Fiscal decidía que había encontrado indicios de delito, instruía un acta de acusación, en
la cual expone sucintamente los hechos y el crimen reprochados al acusado en virtud de este
Estatuto. El acta de acusación era transmitida a un juez de la Cámara de Primer Instancia. Si
estimaba que el Fiscal había ha establecido que, a la vista de las presunciones, había motivos para
iniciar las diligencias, confirmaba dicha Acta. En caso contrario, era rechazada.

La Cámara de Primera Instancia daba lectura del Acta de acusación, se aseguraba de que
los derechos del acusado fueran respetados, confirmaba que el acusado había comprendido el
contenido del Acta y le ordenaba que se declarase culpable o no culpable. La Cámara de Primera
Instancia fijaba entonces la fecha del proceso, con audiencias públicas, a menos que la Cámara de
Primera Instancia decidiera realizarlas a puerta cerrada, de acuerdo con sus reglas de procedimiento
y de prueba. El tribunal preveía medidas de protección para las víctimas y los testigos, como, por
ejemplo, las audiencias a puerta cerrada y la protección de la identidad de las víctimas.

La Cámara de Primera Instancia pronunciaba sentencias e imponía e penas y sanciones


contra los culpables. La sentencia era comunicada en audiencia pública y podía ser adjuntados votos
particulares, En cuanto a las penas, la Cámara de Primera Instancia sólo impone penas de prisión.
Para fijar las condiciones del encarcelamiento, la Cámara de Primera Instancia recurría a las normas
de penas de prisión aplicada por los tribunales de la ex-Yugoslavia. Además del encarcelamiento del
condenado, la Cámara de Primera Instancia podía ordenar la restitución a sus propietarios de todos
los bienes y recursos que les hayan sido arrebatados por medios ilícitos, incluyendo la coerción.
La Cámara de Apelaciones conocía de los recursos presentados por las personas
condenadas por las Cámaras de Primera Instancia, o por el Fiscal, por los siguientes motivos:

1. Error de derecho que invalidase la decisión.


2. Error de hecho que conllevase una negación de justicia.
La Cámara de Apelaciones podía confirmar, anular o modificar las decisiones de las Cámaras de
Primera Instancia. En cuanto a la revisión, si se descubría un nuevo hecho desconocido en el
momento del proceso en primera instancia o en apelación, y que podría haber sido un elemento
decisivo en la decisión, el condenado o el Fiscal podían presentar al Tribunal una demanda de
revisión de la sentencia.

En cuanto a la ejecución de la pena, era llevada a cabo en un Estado designado por el


tribunal sobre la lista de Estados que hubiera hecho saber al Consejo de Seguridad. La reclusión
estará sometida a las reglas nacionales del Estado concernido, bajo control del tribunal.

Por ‘ultimo, destacamos que, si el condenado pudiera beneficiarse de un indulto o de una


conmutación de pena, en virtud de las leyes del Estado en la cual este preso, ese Estado se lo debía
comunicar al tribunal; y su presidente, de acuerdo con los jueces, decidía según los intereses de la
justicia y los principios generales del derecho.

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