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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN CRISTÓBAL DE HUAMANGA

ESCUELA DE POSGRADO

MAESTRÍA EN DOCENCIA UNIVERSITARIA

ASIGNATURA:

Didáctica de la Educación Superior

TEMA: Sistema tutorial

PROFESOR:

Dra. Olga Hurtado Ambrocio

INTEGRANTES:

Miranda Pereira, Labslov Enrique


Mosquera Anaya, Heidy Winie
Reynoso Hilario, Jhon Marco

Ayacucho – Perú

2020

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

1.- Marco de referencia de la Tutoría


1.1.- Definición de tutoría
1.2.- Modalidades de trabajo
1.3.- Características
1.4.- Pilares de la Tutoría
1.5.- Áreas de la tutoría
1.6.- La tutoría como estrategia para mejorar la calidad de la Educación Superior
1.7.- Modelo de Orientación para el Desarrollo Personal del Estudiante

2.- Desarrollo de sesiones de Tutoría


2.1.-Sesiones de tutoría como estrategia
2.2. Ssistemas tutoriales inteligentes
2.3.- Sesión de tutoría académica
2.4.- Facilidades y desafíos de un sistema de tutoría
2.5.- La importancia de la tutoría para apoyar la formación profesional

CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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Introducción

El presente trabajo titulado “Sistemas Tutoriales” busca explicar al lector sobre los
fundamentos, características , tipos , desafíos e importancia de esta estrategia metodológica
en el escenario de la educación universitaria.

Por ello, el estudio está dividido en dos capitulos.

La primera parte aborda los conocimientos básicos, es decir, el marco referencial, de la


tutoría y el sistema de tutorías. Estos puntos que se cubre van desde las definiciones de
conceptos base, modalidades, características, pilares y áreas de la tutoría. De igual manera, se
aborda brevemente la tutoría como estrategia que nos permite mejorar la calidad de la
educación superior. Finalmente, en presenta uno de los modelos mas populares que es el
Modelo de Orientación para el desarrollo personal.

La segunda parte del trabajo cubre el desarrollo de las sesiones de tutoría. Esta sección abarca
la tutoría como estrategia, nos habla de las nuevas tendencias como los sistemas de tutorías
inteligentes y la tutoría académica, De igual modo, explica brevemente los desafíos,
facilidades e importancia.

La ultima parte esta dedicada a las conclusiones finales del trabajo monografico donde se
presentan las ideas y analisis más relevantes producto del desarrollo del presente
investigación.

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1.- Marco de referencia de la Tutoría

1.1.- Definición de tutoría

El Ministerio de Educación (MINEDU), 2007, define la tutoría como “(…) una modalidad de
la orientación educativa.” (p.10)

Anuies (1998), define la tutoría como “(…) un proceso de acompañamiento de tipo personal
y académico a lo largo del proceso formativo para mejorar el rendimiento académico,
solucionar problemas escolares, desarrollar hábitos de estudio, trabajo, reflexión y
convivencia social.” (Mendoza et al., 2017, p.1)

Además, Rodríguez (2003) añade que “Es una forma de orientación individual que utiliza el
docente en el proceso educativo.” (p.20)

Asi mismo, Rodríguez, 2003, identifica dos situaciones de su aplicación: Como método


didáctico y Como sistema de tutoría

1.- Como método didáctico:

Se utiliza en el desarrollo de determinados cursos, que por su naturaleza


demanda un trabajo individual en los alumnos. Si por ejemplo, en un
determinado curso, se encarga el desarrollo de un trabajo distinto para cada
alumno y como profesor damos la orientación necesaria para el buen
desarrollo de dichos trabajos en forma individual, entonces estaremos
haciendo uso del método didáctico denominado tutoría. (Rodríguez,2003,
p.21)

2.- Como Sistema de Tutoría:

Se utiliza como un medio de orientación complementario a la formación de los


alumnos, que se dan en aulas, laboratorios y talleres. Aquí el propósito de la
orientación, es contribuir al éxito de los alumnos en la vida académica y
personal. (Rodríguez,2003, p.21)

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Por otro lado, el Diseño Curricular Nacional lo define como “(…) un servicio de
acompañamiento socio afectivo, cognitivo y pedagógico de los estudiantes. Es parte del
desarrollo curricular y aporta al logro de los aprendizajes y a la formación integral, en la
perspectiva del desarrollo humano”. (MED-2005: 23) (como se cito en MINEDU, 2007, p.10)

Así mismo, señala como su finalidad principal “(…) orientar su proceso de desarrollo en una
dirección beneiciosa, previniendo las problemáticas que pudieran aparecer.” (MINEDU,
2007, p.10).

Además, para MINEDU, 2007, su importancia radica en

(…) la formación integral de los estudiantes, y su aporte al logro de los


aprendizajes, el plan de estudios de la EBR considera una hora de tutoría
dentro de las horas obligatorias, que se suma al trabajo tutorial que se da de
manera permanente y transversal. (p.10)

Por ellos, el MINEDU (2007) hace hincapié en la presencia constante de la tutoría y aclara
que “(…) la tutoría no se limita al desarrollo de la Hora de Tutoría, ni a la labor de los tutores
formales, puesto que la orientación es inherente a todo el proceso formativo.” (p.10)

Finalmente, Rodríguez (2003) explica la importancia de la tutoría dentro de la educación


superior o universitaria cuando postula que “(…) la tutoría se aplica para apoyar la formación
profesional, se hace necesario considerarla como un sistema. En este tipo de casos la
administración se integra a la educación, para que la educación cumpla sus propósitos.”
(Rodríguez,2003, p.28)

En ese sentido Cano (2009) ha identificado seis momentos claves para realizar intervenciones
tutoriales.

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Nota. Los seis momentos claves para realizar intervenciones tutoriales. Tomado de Cano,
2009, p.192

Para Cano (2009) Al identificar estos momentos “(…) se podrán adelantar algunas
intervenciones generales que habrán de concretarse en acciones específicas que estarán
definidas dentro de un plan de acción tutorial de carrera o titulación.” (p.192)

Así mismo, Cano (2009) menciona puntos clave que se deben tener en cuenta en estos
momentos. Además, menciona que estas deben “(…) prescritas en los planes de acción
tutorial diseñados por los profesores–tutores en corresponsabilidad directa con la comunidad
universitaria en su conjunto.” (p.193)

1.- “El estudiante es siempre el punto de referencia esencial.” (Cano, 2009, p.193)

2.- “El desarrollo armónico y equilibrado de sus capacidades cognitivas e intelectuales”


(Cano, 2009, p.193)

3.- “El desarrollo armónico y equilibrado de sus capacidades de sus habilidades sociales”
(Cano, 2009, p.193)

4.- “El desarrollo armónico y equilibrado de su desarrollo personal y emocional” (Cano,


2009, p.193)

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5.- “El desarrollo armónico y equilibrado de sus competencias profesionales han de ser
dimensiones que ocupen, globalmente, las expectativas” (Cano, 2009, p.193)

1.2.- Modalidades de trabajo

MINEDU (2007) divide el trabajo tutorial en dos modalidades de trabajo: grupal e individual.

1.- Tutoría grupal

o “El principal espacio para su desarrollo es la Hora de Tutoría, en la cual el tutor o la


tutora trabajan con el conjunto de estudiantes del aula.” (MINEDU, 2007, p.10)

o “Es un espacio para interactuar y conversar acerca de las inquietudes, necesidades e


intereses de los y las estudiantes, siendo una oportunidad para que el docente tutor, o
tutora, apoyen su crecimiento en distintos aspectos de su vida.” (MINEDU, 2007,
p.10)

o Se caracteriza por su flexibilidad, de tal forma que, contando con una


planificación básica que se sustenta en un diagnóstico inicial de los y las
estudiantes y las propuestas consignadas en los instrumentos de gestión de la
institución educativa (IE), está sujeta a adaptaciones o modiicaciones cuando
así lo exigen las necesidades del grupo. (MINEDU, 2007, p.10)

1. Tutoría individual

o Esta modalidad de la tutoría se lleva a cabo cuando un o una estudiante


requiere orientación en ámbitos particulares, que no pueden llegar ser
abordados grupalmente de manera adecuada, o que van más allá de las
necesidades de orientación del grupo en dicho momento. La tutoría

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individual es un espacio de diálogo y encuentro entre tutor y estudiante.
(MINEDU, 2007, p.10)

Mientras que Álvarez et al., 2019, clasifican las tutorías teniendo en cuenta los diferentes
marcos de universidad

1. Modelo académico

Ligado a la tradición alemana, y con presencia en el contexto de la Eu- ropa


continental, centra las funciones de la universidad en el desarrollo académico
de los estudiantes, sin un fin exclusivamente profesionaliza- dor, y en el
estímulo de la ciencia. En un marco de defensa de la libertad y autonomía de
sus miembros, el papel del docente se restringe a los aspectos académicos,
desvinculando la formación de las necesidades de desarrollo del estudiante. En
este contexto la responsabilidad del pro- fesor está en informar sobre aspectos
académicos de su asignatura y/o parcela de conocimiento sin traspasar las
paredes del aula. (Álvarez et al., 2019, p.17)

2. Modelo de desarrollo personal

Más vinculado a la tradición anglosajona, la universidad presta mayor


atención al bienestar y desarrollo personal de sus alumnos, incluyendo la
orientación académica, profesional y personal. Este modelo lo encon- tramos
desarrollado en contextos caracterizados por la flexibilidad de los títulos en el
mercado de trabajo y una concepción de una formación más generalista y con
poca relación con el mercado laboral. En general, la etapa universitaria se
considera clave en la formación como personas y suele tenderse a la movilidad
geográfica en ese período, por lo que la vida extraacadémica dentro de los
campus es, en algunos casos, objeto de intervención del docente. (Álvarez et
al., 2019, p.17)

3. Modelo de desarrollo profesional

Surgido del traspaso de la formación en la empresa o en las escuelas técnicas,


el papel del profesor tutor es asegurar la capacitación pro- fesional y el ajuste
al mercado laboral, con la colaboración de otras figuras tutoriales del entorno

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organizacional (tutor de empresa). En la última etapa, los cambios en cuanto a
las competencias profesionales, con el relanzamiento de las habilidades
personales o como elemento clave, ha llevado a una cierta atención hacia el
desarrollo personal del estudiante. (p.17)

Finalmente, Álvarez et al., 2019, mencionan que “(...) la mayor parte de los centros
universitarios definen como objetivo prioritario la atención a la dimensión personal del
estudiante.” (p.17)

Además, Álvarez et al. (2019) definen tres modalidades teniendo en cuente el nivel de
intervención en la acción tutorial.

La primera modalidad consiste en “La tutoría de materia que se ocupa de orientar al


estudiante sobre temas relativos a los contenidos disciplinares que el profesor expone o
presenta en clase, o sobre temas relativos a trabajos relacionados con la materia.” (Álvarez et
al., 2019, p,23)

La segunda modalidad consiste en

La tutoría de carrera o de itinerario académico se refiere a un se- guimiento del


estudiante a lo largo de los estudios universitarios, en cuestiones generales
relativas a los itinerarios curriculares, a la adaptación a la vida universitaria, a
la mejora del rendimiento o a las salidas profesionales. (Álvarez et al., 2019,
p,23)

La tercera modalidad consiste en

La tutoría de asesoramiento personal que corresponde a una tuto- ría


especializada para el tratamiento o la intervención ante deter- minadas
circunstancias personales de algunos estudiantes y que es responsabilidad de
profesores expertos en la intervención psicope- dagógica, o bien consiste en el
uso de servicios especializados de la propia universidad a través de la
derivación que pueda hacer el tutor académico o el tutor de carrera. (Álvarez
et al., 2019, p,23)

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1.3.- Características

El MINEDU (2007) define estas características tomando en cuenta la concepción y de los


pilares de la tutoría

1.- Formativa:

Mediante la tutoría ayudamos a que los y las estudiantes adquieran


competencias, capacidades, habilidades, valores y actitudes para enfrentar las
exigencias y los desafíos que se les presentarán en su proceso de desarrollo.
Una relación caracterizada por la conianza, la aceptación, el diálogo, el afecto
y el respeto entre el tutor o la tutora y sus estudiantes favorecerá la
interiorización de estos aspectos. (MINEDU, 2007, p.13)

2.- Preventiva:

Promueve factores protectores y minimiza factores de riesgo. No espera a que


las y los estudiantes tengan problemas para trabajar en la Hora de Tutoría
aspectos como: conocerse a sí mismos, aprender a comunicarse con los demás,
asumir la responsabilidad de sus vidas, por mencionar algunos. Asimismo, por
medio de la relación que establecemos los tutores y tutoras con nuestros
estudiantes, acompañándolos y escuchándolos, sentamos bases para orientar su
desarrollo, evitar o reconocer las diicultades cuando se presentan, y actuar en
consecuencia. (MINEDU, 2007, p.13)

3.- Permanente:

El o la estudiante recibe apoyo y herramientas que le permiten manejar las


situaciones en su proceso de desarrollo durante todo su recorrido educativo.
Los logros y avances de los estudiantes se beneician del desarrollo de
relaciones adecuadas con el tutor o la tutora y los compañeros y compañeras;
es un proceso que requiere tiempo y continuidad. (MINEDU, 2007, p.13)

4.- Perzonalizada:

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El desarrollo humano es un proceso complejo en el que existen patrones
comunes y previsibles, junto a un sinnúmero de factores hereditarios,
ambientales y sociales que coniguran de manera única y particular a cada uno,
determinando múltiples posibilidades, elecciones y desarrollos distintos. Por
eso, debemos brindar atención personalizada a cada estudiante e interesarnos
por él o ella como persona, con sus características particulares. (MINEDU,
2007, p.13)

5.- Integral: “Promueve la formación integral de los y las estudiantes como personas,
atendiéndolos en todos sus aspectos: físico, cognitivo, emocional, moral y social.”
(MINEDU, 2007, p.13)

6.- Inclusiva:

La tutoría, al estar integrada en el proceso educativo y ser tarea de toda la


comunidad educativa, asegura atención para todos los estudiantes,
promoviendo en todo momento el proceso de inclusión de aquellos que
tuvieran necesidades educativas especiales. Cada sección debe contar con una
Hora de Tutoría en la que tutores y tutoras trabajemos con todos los y las
estudiantes del grupo-clase, orientando nuestra labor en función del proceso de
desarrollo y de las características y necesidades comunes de cada etapa
evolutiva, para mayor beneicio de todos. (MINEDU, 2007, p.13)

7.- No terapéutica:

La función tutorial no es reemplazar la de un psicólogo o psicoterapeuta, sino


la de ser un primer soporte y apoyo dentro de la institución educativa. Lo que
podemos hacer es observar e identiicar lo más temprano posible cualquier
problema que nuestros estudiantes puedan tener –sean emocionales,
familiares, de aprendizaje, salud u otros–, para darles soluciones adecuadas, y
de ser necesario derivarlos a la atención especializada. (MINEDU, 2007, p.13)

Por otro lado, Álvarez et al. (2019) definen las características de la tutoría universitaria

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En primer lugar, “Es una acción docente de orientación dirigida a impulsar y facilitar el
desarrollo integral de los estudiantes en su dimensión intelectual, afectiva, personal y social,
en línea con un planteamiento de calidad desde la perspectiva del estudiante.” (Álvarez et al.,
2019, p,22)

En segundo lugar,

La tutoría contribuye a personalizar la educación universitaria. La enseñanza


en la universidad persigue que las personas construyan y maduren unos
conocimientos y unas actitudes. Si pensamos que el aprendizaje es una
evolución personal de cada alumno y que la característica fundamental de la
universidad del siglo xxi es el incremento en la heterogeneidad del alumnado
(en cuanto a edad, expectativas, participación laboral durante los estudios...),
la tu- toría debe facilitar el seguimiento académico individualizado de los
estudiantes en la planificación y desarrollo de su itinerario de formación .
(Álvarez et al., 2019, p,22)

En tercer lugar,

La atención al estudiante constituye un elemento clave de calidad. La ratio de


alumnos hace de la tutoría un recurso clave y sin alternativa. Así, en los países
donde ha predominado el modelo únicamente de servicios de orientación,
independientes de la actividad académica, no puede llegarse a atender al
conjunto de estudiantes, de manera que su actuación se reduce a la
información más o menos extensiva, o bien, al counseling intensivo pero
minoritario. (Álvarez et al., 2019, p,22)
En cuarto lugar,
La tutoría canaliza y dinamiza las relaciones del alumnado con los diferentes
segmentos de atención al estudiante, tanto de carácter admi- nistrativo
(facilitando el acceso y la interpretación de la información), docente
(contribuyendo a la comprensión del currículum formativo de los estudios y
del significado y demandas de las diferentes ma- terias), organizativo
(favoreciendo la participación...) y de servicios (de orientación, culturales... a
través de favorecer su conocimiento y el encuentro entre ambos). Es, de este
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modo, un garante en el uso adecuado de los diferentes recursos curriculares y
extracurricu- lares que la institución pone a su alcance. (Álvarez et al., 2019,
p,23)

5.- Al facilitar este último objetivo, la tutoría permite la integración activa del
estudiante en la institución. No sólo porque facilita el acceso a la in-
formación, de una forma crítica y constructiva, sino porque estimula la
implicación y participación en todos los niveles organizativos. (Álvarez et al.,
2019, p.23)

1.4.- Pilares de la Tutoría

MINEDU (2007) ha identificado como los pilares que sustentan el sistema de tutoria y la
orientación educativa tres elementos.

1.- El currículo:

La tutoría es inherente al currículo, forma parte de él y asume integralmente


sus propuestas. Cabe precisar que esto no signiica que la tutoría sea un área
curricular. El currículo no se agota en las áreas curriculares, del mismo modo
que la tutoría es más amplia que la Hora de Tutoría. La labor tutorial se
prolonga y consolida en la interacción constante que se produce entre los
diversos miembros de la comunidad educativa y los estudiantes, en diferentes
circunstancias y momentos educativos. (MINEDU, 2007, p.11)

2.- El desarrollo humano:

Precisamente, la complejidad del desarrollo plantea la necesidad de acompañar


a los y las estudiantes en este proceso para potenciar su avance y prevenir
diicultades. Diversos estudios han mostrado que los programas de orientación
efectivos están basados en las teorías de la psicología del desarrollo (Borders y
Drury, 1992). (como se cito en MINEDU, 2007, p.11)

3.La relación tutor-estudiante:

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A lo largo de nuestra vida, las relaciones que establecemos con las demás
personas constituyen un componente fundamental de nuestro proceso de
desarrollo. Es también gracias a los otros que llegamos a ser nosotros mismos.
En este sentido, nuestros estudiantes requieren de adultos que los acompañen y
orienten para favorecer su desarrollo óptimo. Por ello, la tutoría se realiza en
gran medida sobre la base de la relación que se establece entre la o el tutor y
sus estudiantes. El aspecto relacional es, por excelencia, el que le otorga su
cualidad formativa. (MINEDU, 2007, p.11)

1.5. Áreas de la tutoría


MINEDU (2007) Los docentes Tutores desarrollaran las áreas de la Tutoría, de acuerdo a las
características de sus estudiantes, poniendo énfasis en aquellas que se correspondan con sus
necesidades, intereses o inquietudes. Las áreas de la Tutoría son ámbitos temáticos que nos
permiten brindar atención a los diversos aspectos del proceso de desarrollo de los estudiantes,
para poder realizar la labor de acompañamiento y orientación. No deben confundirse con las
áreas curriculares. Para facilitar la atención de las necesidades que se dan en el proceso de
desarrollo de los estudiantes, la labor de la tutoría se divide en siete áreas. Estas son:

1.Área Personal - Social:

Busca favorecer en el estudiante el desarrollo de una personalidad saludable y equilibrada,


que le facilite actuar con plenitud y eficacia en su enlomo social. Desde el área de personal
social, se apoya a los estudiantes en el trabajo de aspectos que le posibiliten manejar mejor
las exigencias y desafíos que se presentan en su proceso de desarrollo y en su vida social.
(MED-2005, p.23)

2.Area Académica:

Busca asesorar a los estudiantes en el ámbito académico, para que puedan obtener un pleno
rendimiento en sus actividades escolares y prevengan 0 superen posibles dificultades. EI tutor
ofrece al estudiante la posibilidad de conocer y desarrollar sus capacidades, facilitándole la
adquisición y construcción de aprendizajes significativos y funcionales. Es decir,
aprendizajes que combinan elementos cognoscitivos y afectivos, que el estudiante podrá
aplicar a su vida cotidiana. (MED-2005, p.26)

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3.Área Vocacional:

Busca ayudar al estudiante en la elecci6n de una ocupación, oficio 0 profesión, en el marco


de su proyecto de vida, que responda a sus características y posibilidades, tanto personales
como del medio. Se busca ayudarlos a descubrir y realizar progresivamente sus aspiraciones
personales. (MED-2005, p.28)

4.Area De Salud Corporal y Mental

Busca promover la adquisición de estilos de vida saludable, es decir, formas de vivir que:
favorecen la salud, la que se entiende como un completo estado de bienestar físico, mental y
social, y no solo como la ausencia de enfermedad y dolencia. Se consideran aspectos de
cultura alimentaría, hábitos de higiene, actividad física y salud mental en los estudiantes.
Desde esta orientaci6n, se trata de fomentar en los estudiantes, desde sus primeros años de
escolaridad, actitudes y comportamientos responsables respecto a su salud integral, que les
permitan prevenir posteriores dificultades y, a la vez, promover la salud con las demás
personas. (Oliveros R.,2004, p.28).

5.Area De Ayuda Social

Busca que 1os estudiantes participen reflexivamente en acciones dirigidas a la búsqueda del
bien común. EI área de ayuda social motiva y compromete a los estudiantes en acciones que
les permiten participar activamente en el mejoramiento de las condiciones de vida del grupo y
de la comunidad a los que pertenecen. Para esto, los tutores promoverán actividades como:
proyectos de ayuda social, jornadas, campañas, pasacalles, etc. (Oliveros R.,2004, p.32).

6.Area De Cultura Y Actualidad

Busca que el estudiante conozca y valore su cultura, reflexione sobre temas de actualidad,
¡involucrándose as! con su entorno local, regional, nacional e internacional. Se promueve que
valore sus raíces, tradiciones, costumbres, desarrollando sentimientos de pertenencia, as;
como también respeto y tolerancia a las diferencias culturales. Asimismo, se fomenta que
plantee interrogantes y exprese sus opiniones, que desarrolle una actitud reflexiva frente a los
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acontecimientos y nuevos contextos, que vive (en los que por ejemplo hay una mayor
presencia 0 influencia de los medios y tecnologías de comunicaci6n como la TV, radio,
Internet, entre otros). (Oliveros R.,2004, p.33).

7.Área De Convivencia

Busca contribuir al establecimiento de relaciones democráticas y arm6nicas, en el marco del


respeto a las normas de convivencia, Tiene en cuenta que la calidad de la convivencia
favorece la realidad de los aprendizajes y el desarrollo integral. Las instituciones educativas
deben promover el buen trato a los estudiantes, el respeto a todos sus derechos y el
cumplimiento de sus deberes. Se trata de trabajar la disciplina mediante una autoridad
compartida, que estimule a los estudiantes a hacerse responsables de si mismos y de sus
comportamientos. (Oliveros R.,2004, p.34).

1.6. La Tutoría como estrategia para mejorar la calidad de la educación superior

Hablar de tutoría en la educación superior implica aceptar la participación del aspecto social
en los procesos de construcción del conocimiento.

Desde este enfoque, los aprendizajes ocurren dentro del marco de lo social; la sociedad es un
producto humano y el hombre un producto social. Todo está mediado en el hombre, pero a su
vez, el hombre es un mediador. Al no existir proceso sin mediaciones, se reconoce la
importancia de la mediación pedagógica, como un amplio espacio de reflexión y de trabajo.
(UNAD, 2001).

Dentro de este marco, la tutoría según Raúl Calixto Flores. 2016, se concibe como un proceso
educativo referido a la socialización que involucra todos los elementos con los que interactúa
la persona: la familia, la escuela, la comunidad así contextos específicos de interacción social
en donde se construyen conjuntos de significados, representaciones y valores a través de los
procesos de mediación semiótica, sociocultural e interaccional. (p.2).

El reconocimiento de que lo social interviene en la construcción del conocimiento, implica,


por una parte, el mundo que rodea al sujeto, es decir, la realidad que enfrenta una persona en

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proceso de conocimiento y, por otra parte, su interacción con este mundo, con esta realidad,
la cual necesariamente está mediada por la interacción con los otros. Experiencias y
contenidos en las que participa el sujeto ocurren en una compleja trama de relaciones
sociales.
Bajo esta perspectiva, puede entenderse que el aprendizaje se ubica en el campo de la
actividad social y las experiencias compartidas, en tanto el conocimiento no aparece por
generación espontánea ni se construye en solitario, sino gracias a la mediación, a la
interacción con otras personas y con distintos elementos. (p.12).

Los profesores, los tutores y los compañeros académicos se reconocen como mediadores del
acto de aprendizaje, así como también diversas instancias de mediación
involucradas en el proceso de enseñanza, como son la propia institución educativa, el plan
curricular, los medios instruccionales, las condiciones y contenidos para el aprendizaje y
todas las acciones pedagógicas a las que se tenga acceso, entre ellas, la tutoría. (p.13).

En el contexto actual, la acción tutorial se ubica dentro de las interacciones sociales


entendidas como el contexto natural y legítimo de los procesos específicamente humanos, la
consideración del hombre como un ser social y el reconocimiento de los procesos inherentes
a su constitución como sociales; a la vez, que evidencian que nuestras operaciones cognitivas
están enraizadas en la práctica de nuestro trato cotidiano con las cosas y con las personas
(Habermas, 1990).

1.7. Modelo de Orientación para el Desarrollo Personal del Estudiante


El Modelo integra tres componentes: autovaloración personal, visión de futuro personal y
plan de vida personal (Bisquerra Alzina & Pérez Escoda, 2007).

a. Autovaloración personal (AV)

El desarrollo de la autovaloración personal, constituye un pilar fundamental para el desarrollo


personal del estudiante.

Esta autovaloración personal se construye en niños y niñas a partir de la calidad de las


interacciones con las personas significativas, especialmente de las opiniones que, explícita e

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implícitamente, manifiestan los padres, madres y profesores y profesoras sobre su
comportamiento, y la manera como estas son interpretadas por niños y niñas (Bisquerra
Alzina & Pérez Escoda, 2007).

La autovaloración personal se expresa en el autoconcepto y la autoestima que


manifiesta el o la estudiante. Para contribuir al desarrollo de una autovaloración personal
adecuada, se requiere el acompañamiento de un adulto que lo tutele, y el diseño de
situaciones pedagógicas que permitan al estudiante aprender a conocerse y valorarse a partir
de su desempeño personal. (Bisquerra Alzina & Pérez Escoda, 2007).

El desarrollo de un autoconcepto y una autoestima positiva se construye, en gran medida, a


partir de la forma como cada uno da significado a las experiencias de éxito personal, para lo
cual es necesario que los y las docentes, sobre todo los que somos tutores, seamos
conscientes del papel que cumplimos en la construcción de la autovaloración personal del
estudiante. Es importante que los docentes promovamos en niños, niñas y adolescentes, una
adecuada evaluación de los éxitos y fracasos de su actuar. En este sentido, es indebido utilizar
adjetivos o frases que puedan agredir al estudiante, tales como: “Eres un bruto”; “Tú no
sirves para esto”; “No creo que puedas”, favoreciendo el desarrollo de una autoestima y un
autoconcepto negativos, que generen bloqueos y frustraciones que pueden impedir el logro de
metas y aspiraciones personales. (Bisquerra Alzina & Pérez Escoda, 2007).

Este componente se puede trabajar a través de las áreas de Personal social, Académica, Salud
corporal y mental de la Tutoría.

b. Visión de futuro personal (VF)

Los docentes tutores y tutoras que hemos contribuido al desarrollo de una autovaloración
positiva en nuestros estudiantes tenemos el terreno propicio para ayudarlos a vislumbrar su
visión de futuro. Cuando un estudiante es consciente de sus capacidades personales y tiene
seguridad en sí mismo para lograr lo que se propone, surge en él o ella una expectativa sobre
las metas que pueda lograr en la vida. (Bisquerra Alzina & Pérez Escoda, 2007).

Desde esta perspectiva, nuestro rol de docente tutor consiste en ayudar al estudiante a
construir su visión de futuro.
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Para contribuir a esto podemos utilizar diversas estrategias, que van desde hacer preguntas
sobre cómo se ve en el futuro, hacer pensar en la posibilidad de realizarse en alguna profesión
u otra actividad, hasta propiciar situaciones donde los y las estudiantes aprendan a mirar su
medio social y se imaginen mejores condiciones de vida para su familia, comunidad y país.
(Bisquerra Alzina & Pérez Escoda, 2007).

Es así que, las dimensiones fundamentales de la VF son: la misión en el mundo, que se


expresa en los compromisos y convicciones con el futuro deseado por el o la estudiante, y la
visión en el mundo que es la forma de percibir la realidad y concebir el futuro, y en la cual
los significados personales, la cultura de los y las estudiantes, la presencia de compañeros,
familiares, profesores, etc., contribuye a su configuración. Se trata de que el y la estudiante
vayan descubriendo a qué pueden dedicarse en la vida, que adquieran ideales y tengan
objetivos que deseen lograr para el futuro. (Bisquerra Alzina & Pérez Escoda, 2007).

c. Plan de vida (PV)


Si él o la estudiante ha logrado determinar qué es lo que quiere hacer en la vida y tiene metas
que desea alcanzar, entonces, los docentes tutores y tutoras podemos ayudarlos a construir su
plan de vida. Diseñar este plan de vida implica reflexionar, definir y poner por escrito metas
personales para un período de tiempo determinado. Metas a cinco años o más pueden permitir
que los estudiantes proyecten y visualicen cambios importantes. (Bisquerra Alzina & Pérez
Escoda, 2007).

El primer punto a considerar en el PV es la formación de principios orientadores en el o la


estudiante que guían sus acciones. Estos son criterios o valores que orientan las decisiones
que se toman. Se agrupan en un programa de vida personal que representa una guía de acción
para el logro de metas y objetivos de vida, los cuales no deben estar desligados de su contexto
familiar, comunal y social. (Bisquerra Alzina & Pérez Escoda, 2007).

El segundo punto del PV es la elaboración de estrategias y la organización de las tareas que


debe llevar a cabo cada estudiante para alcanzar sus metas y objetivos de vida. El conjunto de
estas estrategias y organización de tareas es lo que se denomina en el plan de vida: programa
de actividad. Para lo cual se sugiere que las y los estudiantes elaboren un listado de las
posibilidades y opciones que están a su alcance, obteniendo la mayor cantidad de información
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posible acerca de cada una. Pueden consultar con profesionales que los orienten
objetivamente, identificando las ventajas y desventajas de las decisiones a tomar,
considerando las consecuencias positivas y negativas a corto, mediano y largo plazo.
(Bisquerra Alzina & Pérez Escoda, 2007).

El tercer punto es el carácter existencial del PV (Fig.1). Este no solamente se remite a


establecer metas u objetivos académicos, también se dirige a promover cambios y mejoras en
las relaciones interpersonales, permitiendo que los y las estudiantes puedan compartir,
conocerse, aprender a valorar a los demás y a sí mismos. (Bisquerra Alzina & Pérez Escoda,
2007).

Fig.1

Nota. Modelo de plan de vida tomado de Bisquerra Alzina & Pérez Escoda, 2007.

2. Desarrollo de sesiones de tutoría


2.1. Sesiones de tutoría como estrategia
La tutoría, entendida de manera genérica implica el acompañamiento que toda persona
necesita al adelantar cualquiera de los procesos de desarrollo existencial. Los orígenes del
término y de las acciones que implica, se remontan a la antigüedad.

Córdoba (1998) relaciona el concepto de tutoría con el genérico de tutela, y con el concepto
clásico de curador (cuidador). Se refiere entonces al tutor como quien ejerce el papel de

20
“defensor, protector o director en cualquier línea. Así mismo la tutela o tutoría se confiere
para curar (cuidar) de la persona y los bienes de aquel que por minoría de edad o por otra
causa, no tiene completa capacidad civil.” En este sentido encontramos el papel del tutor en
el maestro de la antigua Grecia, concretamente en la mayéutica socrática. Sin embargo, se
han situado sus inicios, sus raíces y la tradición que ha conformado su práctica actual en la
universidad medieval.

Doherty (2002) se refiere a que, en el periodo medieval, en la Universidad de Oxford, cuando


los escolares, hombres jóvenes, eran admitidos en la institución para ser formados como
“hombres de carácter, conocimiento y religión”, esto implicaba que se les inculcara el
comportamiento, las reglas de vida y las ideologías propias de los hombres prominentes de la
Inglaterra medieval.

Sin embargo, durante el siglo XIX la idea de un tutor moral comenzó a cambiar y a ejercer un
papel más académico. El papel del tutor se refería a “enseñar a los estudiantes cómo usar sus
mentes. A enseñar cómo pensar, no enseñar qué pensar” (Moore, 1968, citado por Doherty,
2002).

El modelo inglés de tutorías ha servido de patrón para la aplicación de esta estrategia en


muchas otras universidades del mundo. El papel del consejero académico a manera de tutor
en muchas de las universidades norteamericanas es una muestra de ello, y conduce a que
tanto el tutor como el estudiante, encuentren las mejores alternativas para conseguir el más
elevado nivel de formación.
Existen varias estrategias para desarrollar el programa de tutorías, entre las cuales Argüís et
al. (2001) destacan:

La tutoría individual, que otros llaman asesoría personal (o íntima personal), en la cual el
profesor-tutor pretende conocer la situación de cada alumno, lo ayuda personalmente y lo
orienta en la planificación y ejecución de sus tareas escolares. Uno de los puntos positivos de
la tutoría individual es trabajar la autoestima de los estudiantes, facilitar que asuman sus
responsabilidades y nuevos retos con entusiasmo y permitir que demuestren sus emociones.
Esta tutoría supone un compromiso más profundo tanto por parte del tutor como por parte del
estudiante ya que abarca temáticas de índole intelectual, afectivo, social, académico,
profesional, institucional, etc. (Tam, J., G. Vera y R Oliveros. 2008)
21
La tutoría de grupo, en la cual el profesor-tutor ayuda a los alumnos en la orientación del
currículo y en la participación activa en el centro educativo. Él colabora con los profesores
que intervienen en el grupo de alumnos y aporta a cada uno de los profesores del grupo la
información necesaria sobre cada alumno y grupo.

Otra estrategia es la tutoría de prácticas en empresas, en donde los tutores son los
responsables del control y seguimiento de las prácticas en las entidades en régimen de
convenio. Estas son las que realizan los docentes cuando supervisan las prácticas
profesionales de los estudiantes
Algunos modelos genéricos de tutoría son expuestos de manera esquemática por Hock,&
Pulvers, K. (2001), y a partir de esta clasificación pueden verse algunas implicaciones de la
aplicación de tutorías en medios educativos; sostienen los autores:
Las contradicciones permanentes que resultan de la relación entre tutoría y los programas
tutoriales postescolares generan múltiples problemas. Primero, existe el problema de la
definición del modelo tutorial. Algunos autores describen la tutoría como la situación ideal de
enseñanza debido a que incluye la instrucción uno-a-uno en los contenidos y las habilidades
presentadas por el tutor.

Bloom (1984), referenciado por Hock & Pulvers (2001) sostiene que la tutoría uno-a-uno
constituye una excelente oportunidad para docentes muy habilidosos, que enseñan destrezas,
estrategias y contenidos de conocimientos a un solo estudiante. Sostienen, además, que las
oportunidades que presenta la tutoría uno a uno puede optimizar el impacto de una variedad
de técnicas y prácticas de instrucción validadas tales como la instrucción directa, modelación
tutorial de conductas de pensamiento y solución de problemas, soporte y sustentación de
habilidades y estrategias de estudio y suministro de retroalimentación inmediata, positiva y
correctiva.

2.2. Sistemas tutoriales inteligentes

Los Sistemas Tutoriales Inteligentes, para Wenger (1987), son herramientas cognitivas. Estos
sistemas usan resultados de las ciencias cognitivas, teorías instruccionales, técnicas de
Inteligencia Artificial y computacionales para desarrollar sistemas que se adaptan al estado de
conocimiento del alumno y al estilo de enseñanza del tutor. Estos sistemas han demostrado

22
ser efectivos en la enseñanza uno a uno (Murray, 1999; Chi et al., 2001).  Actualmente, no
son solo herramientas de laboratorio, sino también han ingresado a las aulas y lugares de
trabajo.

La competencia de un STI comprende capacidades de entendimiento, aprendizaje,


razonamiento y resolución de problemas. Asimismo, debe identificar fortalezas y debilidades
de un aprendiz, y establecer un plan instruccional.

La arquitectura básica de un STI consta de componentes para modelar el conocimiento a


enseñar (plasmado en el modelo del dominio), el seguimiento de la actividad del estudiante (o
modelo del estudiante), el conocimiento pedagógico (que será plasmado en un plan
instruccional), y la interfaz de comunicación.

Fig.1: Arquitectura básica de un


STI – Poner en formato APA.
Falta indicar fuente y pagina de
donde se saco el grafico

Por ejemplo, en la enseñanza de la ingeniería, claramente se perfilan, el estilo de enseñanza


de los profesores, el estilo de aprendizaje de los estudiantes y una interacción conflictiva
entre ellos. Felder y Brent (2005) sostienen que aquellos instructores que mejor entiendan las
diferencias, tendrán la mejor oportunidad de conocer las diversas necesidades de aprendizaje
de todos sus estudiantes.

El estilo de enseñanza dominante en muchas de nuestras universidades es el


experto/autoridad formal, el cual no discrimina preferencias de aprendizaje. Una línea de
investigación, que nos interesó seguir, fue analizar la compatibilidad entre los estilos de

23
estudiantes y profesores. Asimismo, fue estudiado los tipos de conocimiento de dominios.
Falta colocar fuente según

El objetivo es alcanzar la enseñanza uno a uno, adaptando el comportamiento del STI a


estudiantes y profesores. Felder y Spurlin (2005) propician el uso del Índice de Estilos de
Aprendizaje como guía para los instructores. Hemos usado este índice y los resultados de
compatibilidad entre estilos enseñanza/aprendizaje en la formulación de estrategias tutoriales
del sistema. De esta forma se amplía el contexto de aprendizaje del estudiante, respetando su
propio ritmo de adquisición de conocimientos.

Modelo del dominio del STI

Por ejemplo, se eligió los mapas conceptuales para (Jonassen et al., 1997) modelar el dominio
por considerarlos apropiados para alcanzar una representación flexible y re-usable. La
representación usa un grafo donde los nodos son conceptos y las relaciones entre ellos son los
arcos.

El modelo semántico que el diseñador produce desde su mapa conceptual puede ser


trasladado al material instruccional, por ejemplo, en la forma de vínculos semánticos los
cuales vistos como interfaz gráfica reflejan el mapa conceptual del experto. Por este motivo,
el estudiante asimila el conocimiento estructural reflejado en los vínculos mientras navega el
sistema de información usando dichos vínculos. Se ha separado el conocimiento inmerso en
los tópicos de la experticia requerida para enseñarlo a fin de alcanzar una mayor flexibilidad
en la representación del dominio. Sin embargo, esa separación no inhabilita una relación
dinámica entre ellos.

Modelo del estudiante del STI

El modelo del estudiante es una descripción declarativa de las características de las


actividades de aprendizaje de los estudiantes (Sison y Shimura, 1998). Es un tema
controvertido. No hay consenso sobre el contenido que debe contener. Sin embargo, el STI
necesita información sobre el aprendiz a fin de planificar apropiadamente la sesión tutorial.
Nuestro sistema usa un modelo overlay básico (Carr y Goldstein, 1977) el cual registra el
entendimiento del sistema sobre el conocimiento que el estudiante posee del tópico. En este
esquema, la respuesta del estudiante es analizada para evaluarla convenientemente. Este

24
modelo puede ser aplicado cuando el conocimiento experto puede ser fragmentado en
unidades pequeñas.  Un registro es guardado con las habilidades que un estudiante
determinado ha alcanzado. Este registro se usa para decidir si el estudiante ha aprendido el
tópico o no.

El modelo del estudiante trata la caracterización del estudiante (datos personales y perfil del
estudiante), conocimiento (almacenamiento de los temas ya conocidos, objetivos
instruccionales adquiridos, equivocaciones cometidas y material didáctico usado) y
comportamiento (información de la última sesión). El modelo se ha organizado en dos
módulos principales: carácter del aprendiz y sesión del estudiante, el primero se refiere a las
características personales y la evolución del conocimiento del estudiante, el segundo se
refiere a la sesión en totalidad y su análisis posterior.

Modelo pedagógico del STI

El esfuerzo para capturar conocimiento experto pedagógico a fin de ampliar la


competencia tutora de los STIs es tema de investigación desde hace décadas. Los trabajos
recientes focalizan la posibilidad de que las tácticas y estrategias observadas sean factibles de
implementar. La extensión de sus capacidades está orientada, actualmente, hacia la
consideración de las diferencias individuales de los estudiantes y la implementación de
técnicas de motivación.

El módulo ha sido dividido en cuatro capas a fin de construir las estrategias tutoriales.
Cada una de las capas manipula diferentes niveles de adaptación. La capa de adaptación a
nivel macro depende tanto de los tópicos a enseñar y de los Objetivos Instruccionales a
alcanzar. Además, se ha incluido una teoría pragmática de instrucción: CLAI (Cognitive
Learning from Automatic Instruction) (Arruarte et al., 1996). En la capa intermedia de
adaptación, se fijan las características del grupo de estudiantes siguiendo las decisiones del
autor/instructor. En la capa micro de adaptación las estrategias tutoriales adaptan la
enseñanza según las características individuales de cada estudiante.

Además de estas estrategias independientes del dominio, el autor puede crear otras que se
adapten al desarrollo del estudiante teniendo en cuenta el tema del dominio. Se ha
considerado cuatro estrategias especializadas para ingeniería: uso de analogías, simulación

25
computacional de procesos, ejercicios creativos y resolución de problemas en equipos, a fin
de mejorar la adaptabilidad del sistema.

2.3.- Sesión de tutoría académica

Según Arnaiz (2010), en la orientación académica, distinguimos tres funciones específicas:


Facilitar el proceso de incorporación al sistema universitario, estableciéndose como
propósito que el alumno logre la adaptación, en el sentido que pueda asimilar la libertad que
la universidad le ofrece a diferencia de un sistema escolar, el cual tiende a ser más restringido
o estructurado para la mayoría de los estudiantes.

Fomentar la reflexión de la propia razón de ser un estudiante universitario y así el


alumno pueda discernir cuál será su compromiso afectivo con su opción personal por
formarse en la universidad.

Orientar en el desarrollo académico de los estudiantes, realizar seguimiento


académico (revisiones de planes de estudios, matrículas y calificaciones) y afianzar o mejorar
los hábitos y estrategias de estudio.

El sistema de tutoría académica en la universidad se vincula entonces al concepto de


calidad académica porque está destinado a promover mejores aprendizajes, a plantear y servir
de ayuda en la resolución de problemas, a identificar dificultades y contribuir a afrontarlas
creativamente. Se trata de lograr el mejor rendimiento académico, el desarrollo de las
aptitudes, la adecuada inserción grupal e institucional, proveer al estudiante de metodologías
y herramientas para el trabajo intelectual (no siempre presentes en las etapas previas de
formación); acompañarlo a advertir sus actitudes frente al estudio y a las evaluaciones, a sus
características de aprendizaje y a las naturales modificaciones que en ellos se vayan
presentando.

Para la implementación de un programa de tutoría es necesario establecer etapas para


su realización. Garcia (2010) señala como primera etapa la planeación, la cual incluye la
delimitación de objetivos a cumplir y el conocimiento de la situación académica de los
alumnos a través de un diagnóstico. La instrumentación, segunda etapa, consiste en

26
identificar las soluciones a las problemáticas y/o necesidades de los estudiantes mediante
actividades o acciones dirigidas por el tutor. Finalmente, la evaluación, etapa en la que se
conocen los resultados alcanzados a partir de la intervención y se valora su efectividad para
realizar los ajustes o medidas preventivas necesarias.

2.4.- Facilidades y desafíos de un sistema de tutoría

Lucas (2000) describió ciertos beneficios que obtienen tanto tutorados como tutores de su
interacción. Entre los beneficios que reciben los primeros se encuentran: participar en
publicaciones, obtención de becas, colaboración en la investigación, soporte, protección,
conocimientos, consejos, altas probabilidades de éxito ocupacional y experiencia. Por otra
parte, Lucas divide los beneficios que reciben los tutores en extrínsecos e intrínsecos. A
través de los primeros, los tutores reciben asistencia e incrementan sus niveles de
productividad; los tutorados pueden fortalecer sus carreras generando nuevas ideas e
incrementando la profundidad del conocimiento; renuevan el sentido de entusiasmo por el
trabajo y contribuyen a realzar sus niveles de poder, estatus profesional e ingresos. Con los
segundos, los tutores pueden disfrutar del trato con sus alumnos y sentir satisfacción
personal, sabiendo que con la tutoría contribuyen al éxito de aquellos.

Lyons y Scroggins (1990) señalan que el estudiante no sólo recibe todos los beneficios, ya
que un tutorado prometedor favorece la carrera del tutor. Los estudiantes actúan como
catalizadores para construir eslabones nuevos entre colegas y contribuir al propio desarrollo
del tutor. Permiten liberarlos de las tareas más rutinarias (por ejemplo, trabajo de laboratorio)
para dar tiempo a cuestiones más creadoras. El tutor, al tomar interés por el progreso del
estudiante, puede mejorar su experiencia académica. Según los autores referidos, aquellos
estudiantes que se sienten tutorados son participantes más activos en el mundo profesional o
en la investigación.
Campbell y Campbell (2000) realizaron una investigación para identificar los beneficios que
perciben los participantes de la tutoría. El grupo de tutorados señaló como beneficios:
consejo, guía, información, amistad, apoyo, ayuda académica, así como en problemas
personales, confianza y oportunidades para conocer puntos de vista diferentes. Por su parte, el
grupo de tutores advirtieron como beneficios: interactuar de manera personal con estudiantes,
adquirir satisfacción y experiencia en lo compartido, sentirse en contacto con estudiantes y
aprender de ellos.
27
Para Waldeck, Orego, Plax, y Kearney (1997), la tutoría puede favorecer al tutorado cuando
le proporciona información sobre la política del departamento o de la institución, así como de
las regulaciones y órdenes implícitas que imperan. Dichos autores enfatizan que el uso
apropiado de la tutoría puede ser crucial en el éxito futuro del tutorado en el terreno
académico.
En cuanto a los retos y dificultades de la tutoría, se encuentran: poca disponibilidad en cuanto
a tiempo por parte del tutor, problemas interpersonales, incompatibilidad de caracteres, falta
de compromiso y expectativas diferentes entre tutor y tutorado (Ehrich, Hansford y Tennet,
2003).

De manera particular, la conducta de un tutor explosivo, egocéntrico, demasiado rígido o


protector resulta inconveniente, así también cuando el tutorado comienza a considerar al tutor
no como apoyo sino como control. Algunos tutores intentan vivir a través de sus tutorados,
quienes persiguen las metas del tutor, no las propias. Lucas (2000) refiere que algunas
relaciones llegan a ser de explotación, enfermizas o discriminatorias, disminuyendo el
potencial del alumno hasta debilitar la relación y reducirla a un vínculo de dependencia.
Zuber (1994) realizó una encuesta a un grupo de tutorados sobre lo que consideraban los
principales impedimentos en la tutoría. Encontró las siguientes dificultades: falta de
conocimientos por parte del tutor para dirigir el proyecto de investigación del alumno; falta
de interés o poca motivación; sobrecarga de trabajo; poca disponibilidad; falta de didáctica y
supervisión inadecuada del proyecto de investigación y ausencia de realimentación.

Es de llamar la atención que los beneficios y obstáculos en la tutoría se centren, en su


mayoría, en tutores y alumnos, pero no en los sistemas con los que se encuentra vinculado su
quehacer como pudieran ser: los grupos de trabajo, los departamentos o facultades, las
instituciones universitarias, las profesiones o campos disciplinarios, el entorno (como el
sector productivo y de servicios), etc. Esta aseveración nos permite señalar un desfase entre el
contexto actual de la sociedad del conocimiento y las actividades tutorales, pues mientras la
primera exige abrir el espectro de colaboración, así como la gestión, aplicación e innovación
del conocimiento a las múltiples esferas de la vida, los beneficios y obstáculos de la segunda
se siguen analizando mediante el cristal de los beneficios personales.

2.5.- La importancia de la tutoría para apoyar la formación profesional


28
La tutoría cobra una especial importancia, como lo manifiestan Díaz y Pinzón de Santamaría
(2002): Definitivamente currículos universitarios flexibles, sin contar con el servicio de
tutoría, son impensables. Se ponen en riesgo la calidad y los objetivos de enseñanza-
aprendizaje. Esto se afirma principalmente pensando en que un estudiante que inicia su
educación universitaria en medio de las actuales características del proceso, podría ser un
firme candidato a la deserción al no contar con el apoyo necesario en lo referente al manejo
autónomo de su proceso educativo.

Los programas de tutorías que se deben poner en funcionamiento en las instituciones


universitarias, se orientan entonces a:

• Contribuir a la formación integral del individuo.

• Generar ganancias efectivas en el aprendizaje de las disciplinas.

• Potenciar las capacidades de los educandos y fortalecer sus debilidades.

• Orientar a los participantes en el aprovechamiento eficaz y adecuado de las oportunidades.

Los ambientes académicos tradicionales y convencionales han tendido a favorecer algunas de


las diferentes dimensiones de la persona, principalmente aquellas que se vinculan con el
acervo intelectual, las destrezas del conocimiento y la solución de problemas planteados
desde la perspectiva teórica y que son solucionables por medio de esquemas algorítmicos la
mayoría de las veces provenientes de las matemáticas.

Sin embargo, en el mundo actual y las circunstancias que viven nuestros países, el cultivo de
otras dimensiones del individuo, principalmente en el contexto de la educación superior, es
de vital importancia. Podemos mencionar aquí la formación de actitudes pro sociales, de
capacidad de autogobierno, de creatividad en la búsqueda de solución de problemas, de
hábitos de vida saludables y eficaces, entre otros. Un programa de tutorías está entonces
dirigido a complementar la formación superior en aspectos como estos, que contribuirán a
incrementar las posibilidades de éxito de los egresados en su desempeño profesional.

Para que esto se realice se deben tener explícitas las políticas del programa de tutorías en la
universidad y hacer parte de su modelo pedagógico, de tal manera que sea una estrategia

29
pedagógica que busque el desarrollo integral de los estudiantes para orientarlos en su
formación y se incrementen sus habilidades tanto personales como profesionales.

El informe de la Cepal-Unesco (1992), anota que se debe procurar una educación equitativa
con calidad y textualmente señala que

(…) junto a la transmisión de las destrezas y habilidades, además de la


disposición a asumir riesgos y tomar decisiones para facilitar la integración
productiva de los estudiantes al mundo moderno, se requiere formarlos en los
valores sociales propios de una ciudadanía moderna que son los cimientos de
un sistema democrático y un desarrollo con equidad. La falta de transmisión
de valores como la responsabilidad social, la solidaridad, la tolerancia y la
participación, truncan el esfuerzo educativo (p. 37).

En este sentido la práctica pedagógica no es solamente instruir para que se realice una acción;
el desafío es una educación de calidad con equidad, con perspectiva para una educación para
la democracia, en donde se tenga en cuenta al sujeto educativo, no solamente desde el punto
de vista económico sino también como sujeto social, que pueda incorporarse en forma crítica
al medio, que tenga habilidades, valores y actitudes para vivir con dignidad y así pueda
contribuir a la calidad de vida (Magendzo, 2001).

Anota al respecto Orozco (1999) que la educación es, en consecuencia, educación en y para
la libertad, fomenta el crecimiento de la persona y la capacita para una vida útil y responsable
frente a sí mismo y frente a la sociedad global. La educación, si cumple con sus fines, forma
el carácter y la personalidad del individuo y contribuye a la generación de espacios de
eticidad en los que la vida humana se hace posible. Estos son los espacios que permiten las
interacciones entre los hombres.

Por lo anterior es importante tener en cuenta el currículo que se maneja en las instituciones
educativas y que está promulgado en la Ley 115 de 1994 en donde se señala textualmente
que: “Currículo es el conjunto de criterios, planes de estudio, programas, metodologías y
procesos que contribuyen a la formación integral y a la construcción de la identidad cultural
nacional, regional y local, incluyendo también los recursos humanos, académicos y físicos
para poner en práctica las políticas y llevar a cabo el proyecto educativo institucional”
(Ministerio de Educación Nacional de Colombia, 1994).

30
De acuerdo con lo expuesto se confirma que el sentido último de la educación es la formación
del sujeto democrático, autónomo, constructor de conocimiento, comprometido con la
transformación de la sociedad, formación que ha sido en muchas ocasiones relegada en el
currículum. Además, se conoce que al interior de una entidad educativa autoritaria, jerárquica
y dependiente es imposible formar un sujeto democrático. La creación de una cultura escolar
democrática es condición necesaria para la formación del sujeto democrático, por lo tanto, es
indispensable revisar el currículo ya que éste debería entregar los conocimientos y desarrollar
las habilidades, actitudes y competencias necesarias para vivir en sociedad.

Petrus (1998), anota que es evidente que existen otros valores, al margen de los
conocimientos, que deben tener una importante presencia entre los contenidos escolares. La
institución escolar no puede estar ajena a la problemática social, sino que debe estar
comprometida a dar respuesta a ello y no puede estar atenta únicamente a los conocimientos
científicos. Se deben tener presentes los principios educativos fundamentales para una
convivencia democrática, principios que no estén solamente escritos en el papel, sino que se
vivan cotidianamente en la escuela, tales como la participación, la solidaridad, solución
adecuada de los conflictos, diálogo, tolerancia, etc.

Estos temas los considera contenidos transversales que traspasan el ámbito de las asignaturas
o materias escolares que hacen referencia a problemas y conflictos que se dan de manera
cotidiana en la sociedad. De ahí que los principales objetivos de los contenidos transversales
sean tomar conciencia de los conflictos y adquirir competencias sociales.

Petrus (2000) considera que los contenidos transversales hacen referencia a determinados
contenidos educativos de base ética válidos para todos los educandos, prescindiendo de
creencias, ideas políticas o religiosas. Anota que los principios abiertos, dialogantes, los
valores que otorgan dignidad, no pueden tener fronteras; antes, al contrario, deben impregnar
todas las actividades escolares. Los contenidos transversales por su contenido social, no
deben tener un planteamiento excesivamente conceptual ni en horarios fijos, sino que son
contenidos que se comparten a través de todas las materias escolares.

Lo anteriormente expuesto tiene mucha relación con los programas de tutorías. Se observa
esta similitud a partir de diferentes funciones que se pueden ejercer de manera transversal en
el ambiente educativo y que podrán ser tema de análisis más profundo posteriormente. Una
función de ayuda que actúa como motivador para que el estudiante pueda prevenir y dar

31
respuestas efectivas y asertivas en su contexto; una función de intervención educativa porque
trabaja directamente aspectos como la conducta, los procesos de pensamiento, los factores
emotivos y la motivación académica y de la vida en general, técnicas concretas sobre
diferentes problemas como autoestima, métodos y hábitos para el éxito en el estudio, etc.

Función formativa porque proporciona, además de elementos informativos que pueden ser de
interés, orientación para formar actitudes y valores. Función evaluadora en dos sentidos, el
individual que ayuda a la persona a conocerse, y el general al examinar las necesidades,
actitudes y capacidades potenciales para poder ofrecer el mejor programa formativo posible.
Por último, la función de planificación porque diseña itinerarios educativos adecuados al
nivel y la motivación de cada “tutoriado”.

Es indispensable constituir una cultura de la tutoría en la cual el estudiante esté dispuesto a


profundizar, a complementar su aprendizaje, a adquirir competencias, y el docente a su vez
esté también dispuesto a brindar asesoría en lo puramente académico, en lo técnico
metodológico y en lo actitudinal, porque una competencia no se forma solamente desde la
perspectiva teórica, no puede ser evaluada solamente con el modelo de calificación
tradicional.

Además, como lo anotan Farrés y Obregón, citados por Díaz y Pinzón (2002), se debe
trabajar con los tutores en despertar la conciencia de que están participando en un proceso de
formación de recursos humanos, no en la generación de productos de investigación.

Un programa de tutorías debe hacerse presente en las diferentes personas e instancias que
conforman la comunidad académica (estudiantes, docentes, administrativos). Además, es
relevante, como lo anotan Díaz y Pinzón (2002), que cada profesor se sienta tutor y
contribuya a orientar y asesorar al estudiante en la toma de decisiones sobre sus necesidades,
intereses y capacidades.

Es importante además crear políticas desde el ente central de la universidad para analizar
juiciosamente los planteamientos de las tutorías y así trazar el horizonte de renovación,
divulgación y expansión de las mismas.

En lo vinculado al aspecto puramente humano de esta actividad, a pesar de que es frecuente


entender las tutorías como una estrategia más o menos eficaz para mejorar la calidad del

32
aprendizaje, es de gran importancia rescatar una multiplicidad de dimensiones vinculadas con
el concepto.

Las políticas aplicadas en los últimos tiempos a la educación superior no sólo conllevan la
pretensión de conseguir de la capacitación, a manera de producto, un individuo con las
capacidades para desempeñar una determinada función. La capacitación que un individuo
recibe debe conducirlo a un ser cada vez más integral, no sólo eficiente en su trabajo sino
creativo y participativo de la dinámica social y política de sus entornos mediatos e
inmediatos.

En este sentido, no podemos limitar el concepto de tutoría al papel comercial o remedial de


un control de calidad industrial, debemos entenderlo como una de las alternativas más
apropiadas para que la educación realmente se constituya en la vía para el crecimiento de las
personas, el desarrollo de las comunidades y la armonía social.

Un profesional que debe desempeñar su función en estrecha vinculación con personas, tanto
en lo individual como en lo social deberá contar no sólo con una capacidad técnica en su
trabajo, sino con un acervo de valores y un repertorio de actitudes acordes con la
responsabilidad que implica trabajar con seres humanos.

Entonces, sin lugar a dudas, una educación que no favorezca sólo el cultivo de los aspectos
técnicos en el individuo, es motor eficaz en el desarrollo. Una sociedad que de manera
consciente y decidida favorece la investigación, la creación y aplicación del conocimiento
multiplica continuamente sus recursos naturales (…) que soporta crecimientos cada vez
mayores (Sarmiento, 2000). Pero, además, el aumento de las capacidades que produce el
capital humano no sólo tiene que ver con la participación activa en la organización productiva
sino con el disfrute más profundo de mayores oportunidades (Sarmiento, 2000).

Al respecto, Díaz (2002) anota,

(…) no es preocupación única la formación de un profesional; lo es la formación de la


persona: ciudadano, miembro de una sociedad, profesional de excelencia, responsable,
independiente, crítico y creativo; lo es la formación de una persona capaz de
identificar problemas y buscar alternativas de solución; capaz de mejorar día a día su
vida personal, de intervenir en la transformación del medio sociocultural; de construir

33
su futuro personal y de contribuir a perfilar el de su familia y el de su entorno
sociocultural. (p. 39).

El tutor debe ser capacitado no sólo en el cumplimiento de una función vinculada con el éxito
académico con miras a la promoción o a la obtención de calificaciones o títulos. Es preciso
generalizar entre los docentes tutores la actitud necesaria para que se constituyan en factores
determinantes de la formación humana integral de los educandos.

Topping (2002) manifiesta la necesidad de capacitar en los procedimientos generales de toda


tutoría. Por ejemplo, cómo entablar una relación de confianza. Adicional a esto, el tutor debe
contar con las habilidades y herramientas suficientes para desarrollar en sus pupilos mejores
estrategias de aprendizaje, y para que estos adquieran las destrezas y repertorios de conducta
que mejoren el ambiente de trabajo en el aula y fuera de ella.

No sobra mencionar además la necesidad de que la institución brinde los espacios adecuados
para que esta actividad se desarrolle, como el disponer de cubículos aptos para adelantar
tutorías personales o para pequeños grupos; y que se viabilice la posibilidad de que los
programas cuenten con un seguimiento puntual y una capacitación permanente.

Sin embargo, un programa de tutoría es eficaz en la medida en que exista el nivel adecuado
de motivación en los participantes. En este aspecto la actitud del tutor es fundamental y
permite la posibilidad de que el estudiante perciba claramente los efectos positivos de la
actividad tutorial. Las investigaciones han establecido por ejemplo que el aprendizaje resulta
más productivo, cuando se realiza durante breves sesiones frecuentes antes que durante largas
sesiones ocasionales (Topping, 2002). Esta motivación juega un papel decisivo en momentos
como estos en los cuales la aplicación de la flexibilidad curricular requiere de un profesorado
comprometido y con disposición para cumplir los objetivos del programa.

34
Conclusiones:

Es importante conocer los fundamentos teóricos de un sistema tutorial, ya que esto nos
permitirá ser capaces de aplicar e implementar el sistema de tutorías en los centros de
educación que pueden ir desde la educación básica regular hasta la educación superior
universitaria.

El sistema tutorial es una herramienta recurrente y de carácter flexible para el proceso de


enseñanza-aprendizaje y asegurar la identificación y solución de problemas o momentos
difíciles por los las que podría estar pasando el estudiante. De este modo el tutor debe
acompañar y asistir al estudiante teniendo que trabajar temas que van desde asistencia social,
académicos o psicológicos.

El acompañamiento tutorial constituye en la actualidad una necesaria alternativa en el marco


de la educación superior. El presente trabajo parte de una conceptualización general de la
tutoría y efectúa una revisión de los estilos, métodos y procedimientos relacionados con esta
faceta de la vida académica que aplicada de manera coherente y sistemática

Al hablar de un contexto universitario es importante identificar las necesidades de orientación


de los eestudiantes para apoyar su formación profesional en base a entrevistas y reuniones de
trabajo

35
Finalmente, se debe mencionar que es importante incluir en los sistemas tutoriales la
participación de los miembros del Comité Directivo de los centros de estudios, docentes y
familias de los alumnos para lograr un trabajo articulado y en armonía con las necesidades
reales de los estudiantes.

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