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PRINCIPIOS HIDRÁULICOS
En virtud de que la mayoría de los frenos son accionados hidráulicamente, es conveniente que repasemos brevemente
los principios hidráulicos que los hacen funcionar.
Puesto que los líquidos no son compresibles, la presión sobre ellos los forzará a pasar, a través de un tubo, al interior de
unas cámaras o cilindros, donde harán que unos pistones entren en movimiento dentro de un cilindro a presión de 100
libras por pulgada cuadrada (7,032 Kg/cm2).
El líquido es obligado a correr a través de tubos o conductos hacia otros tres cilindros. La fuerza que el cilindro aplica a
los pistones de los tres cilindros es proporcional al tamaño de los pistones. Cuando el pistón posee un área de 1 pulgada
cuadrada habrá una fuerza de 100 libras sobre el mismo, o sea, 100 libras por pulgada cuadrada (7,032 Kg/cm2).
Si el pistón tiene un área de 0,5 pulgadas cuadradas, la fuerza sobre el mismo será de 50 libras (100 x 0,5), o sea, 3,516
Kg/cm2. Si el pistón tiene un área de 2 pulgadas cuadradas, la fuerza sobre el mismo será de 200 libras (100 X 2
pulgadas cuadradas), es decir, 14, 06 Kg/cm2.
DEFINICIÓN
El sistema de frenos es básicamente un amplificador de la fuerza que el conductor aplica sobre el pedal, transmitiéndola
a los frenos para detener las ruedas.
El primer amplificador que se encuentra es el pedal y dependiendo de su mayor o menor longitud amplifica la fuerza. El
segundo elemento amplificador es el servofreno, el cual ayudado por el motor crea una diferencia de presiones, vacío en
un lado y presión atmosférica al otro; al accionar el freno colabora con el esfuerzo del conductor. Entre mayor sea el
diámetro mayor será la amplificación. Como tercera ayuda está el sistema hidráulico comprendido entre el cilindro
maestro (Bomba) y los cilindros receptores (De rueda), a mayor diferencia entre las áreas de los pistones del cilindro
maestro y de los pistones del cilindro de rueda, mayor amplificación se obtendrá.
Entre más grande sea el diámetro de los cilindros en las ruedas y más pequeño el de la bomba, la amplificación de la
fuerza de frenado es mayor. Al llegar al final del sistema encontramos que las zapatas son otro amplificador que actúan
como una palanca mecánica y su efecto es directamente proporcional a la longitud, entre el punto de apoyo (anclaje) y
el punto en que se aplica la fuerza (del pistón). El elemento que se encuentra en movimiento es la campana en conjunto
con la rueda y sobre aquella actuaran las zapatas para detener el movimiento (Freno de tambor). A mayor diámetro de
campana mayor potencia. En el freno de disco, el elemento que gira es el rotor (Disco) y contra el se apoyarán las
pastillas para inmovilizarlo.
Nótese que, en la Fig. 2, los tamaños de los pistones y las presiones hidráulicas se ofrecen como ejemplo de las
presiones. Los pistones, generalmente, son mayores en las ruedas delanteras, debido a que, cuando se aplican los
frenos, el impulso de avance del vehículo lanza más peso sobre dichas ruedas. Por consiguiente, es necesario un mayor
esfuerzo de frenaje en las ruedas delanteras para obtener un frenaje equilibrado.
CILINDRO MAESTRO
Las Fig. 4 y 5 muestran aspectos y secciones de un cilindro maestro desarmado. El pistón del cilindro maestro
desarmado. El pistón del cilindro maestro está articulado al pedal del freno mediante una disposición de palanquilla
que proporciona una considerable ventaja mecánica. Es decir, el empuje sobre el pedal del freno se multiplica varias
veces por la disposición de la palanquilla. Por ejemplo, en la disposición mostrada en la Fig. 3, un empuje de 100 libras
sobre el pedal del freno producirá un empuje de 750 libras en el pistón, cuando se apliquen los frenos por primera vez.
El pistón al moverse hacia adentro en el cilindro maestro (desde la posición mostrada en la Fig. 3, hasta la que vemos
en la Fig. 6), pasa por la lumbrera de compensación. Esto atrapa el líquido del cilindro que se encuentra delante del
pistón. La presión sube rápidamente y el líquido es forzado a través de los conductos de freno hasta los cilindros de
ruedas. Esta acción aparece en la Fig. 6.
5. CILINDRO DE RUEDAS
La Fig. 7 muestra la construcción de un cilindro de rueda. La presión hidráulica aplicada entre las dos zapatillas del
pistón fuerza a éste hacia fuera. Por consiguiente, los pasadores accionadotes de las zapatas fuerzan a éstas porque
entran en contacto con las tamboras. Las zapatillas del pistón están hechas de tal manera, que la presión hidráulica las
fuerza apretadamente contra la pared del cilindro de rueda. Esto produce un buen sellaje, que mantiene al líquido en el
cilindro.
6. CARRERA DE RETORNO
En la carrera de retorno, la tensión del muelle sobre la articulación del freno y la presión del resorte contra el pistón del
cilindro maestro fuerzan al pistón a moverse hacia atrás en su cilindro.
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Ahora, el líquido fluye desde los cilindros de rueda hacia el cilindro maestro, como se ve en la Fig. 8. La tensión de los
resortes de las zapatas de freno fuerza a estas para que se separen o alejen de las tamboras y de esta manera, empuja
hacia adentro los pistones de los cilindros de rueda. Así el líquido retorna desde los cilindros de rueda al cilindro
maestro, como señalan las flechas. Sin embargo, cierta presión queda atrapada en los conductos, debido a la válvula de
retención al final del cilindro maestro (véase la Fig. 4). Al descender la presión, la válvula de retención ce cierra,
atrapando unas cuantas libras de presión en los conductos y cilindros de rueda. Esta presión sirve para evitar que los
cilindros de rueda tengan salideros y también para reducir las posibilidades de que el aire penetre en el sistema.
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8. CHUPAS O SELLOS
Las chupas o sellos son elementos encargados de dar estanqueidad en los Cilindros Maestros, Cilindros de Rueda,
Limitadores, Hidrovac, etc., en que se necesita evitar el paso del líquido y/o desplazarlo en el sistema.
Las chupas deben ser compatibles con el líquido en el cual se van a desempeñar generalmente líquidos en base sintética.
No deben dilatarse más allá de lo especificado al contacto con el líquido.
? No se deben descomponer cuando son sometidas a alta temperatura.
? No deben presentar adhesividad (pegajoso) al entrar en contacto con líquido de frenos.
? No deben presentar manchas superficiales al estar almacenadas.
? Las chupas de mayor uso en el mercado se producen en caucho natural y en SBR.
? Repita la operación tres veces anotando en cada una las lecturas obtenidas, normal es que en los frenos
delanteros la presión sea más alta que en las ruedas traseras, a causa del corrector o limitador, pero en todo caso
debe ser igual en las dos ruedas del eje. Es conveniente proveerse de los manuales de los automóviles más comunes
con el fin de comparar las lecturas.
? Debe hacer verificar que cuando suelte el pedal freno el manómetro regresa inmediatamente a (cero) en la
mayoría de los casos, o entre 10 y 15 PSI (1 bar), cuando haya válvula de presión residual, en la bomba, por ejemplo
en el R-4 Plus, en las cuatro ruedas y R-6 en las ruedas traseras.
? Si la aguja del manómetro se demora en regresar o se mantiene con lecturas altas, debe desconectar los
flexibles y comprobar que no estén obstruidos. Si lo están deben ser reemplazados.
obstrucción del respiradero del depósito podría motivar el "arrastre" en los frenos, ya que la presión quedaría atrapada
en el depósito, lo cual impediría la salida normal de la misma. Esto sería algo al hecho de producir una entrada de aire
en el sistema (Ver No. 9 de la tabla).
El vehículo tira hacia un lado. Si el vehículo tira hacia un lado cuando se aplican los frenos, quiere decir que se está
ejerciendo más presión de frenaje a un lado que al otro. Tal cosa ocurre si algunos de los forros o bandas están
impregnados de aceite o de líquido de frenos (de manera que pierden efectividad de frenaje), si las zapatas están
desigual o indebidamente ajustadas, si los neumáticos no están inflados uniformemente, o si los cilindros de rueda
defectuosos u obstrucciones en los conductos del freno impiden la acción uniforme de frenaje en todas las ruedas.
Además, el aflojamiento en las placas de respaldo del freno o el empleo de dos tipos diferentes de forros de frenos, hará
que el automóvil tire hacia un lado cuando estos se apliquen. Los forros o bandas se impregnarán de aceite si el nivel del
lubricante en el diferencial o en el eje trasero es demasiado alto, ya que esto generalmente produce un salidero por el
sello de aceite (Fig.11) el aceite cae en los frenos o bandas y los empapa. En las ruedas delanteras, los forros o bandas
de frenos pueden impregnarse de aceite si los cojinetes de esas ruedas están indebidamente lubricados o si el sello de
aceite está defectuoso o incorrectamente instalado. Los cilindros de rueda dejarán escapar líquido de frenos hacia los
forros o bandas si están defectuosos, o si se ha instalado indebidamente un pasador accionador. Por ejemplo, si los
forros de una rueda izquierda se empapan de líquido de freno o de aceite, el automóvil tenderá a tirar o desviarse hacia
la derecha, pues los frenos serán más efectivos en ese lado.
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Pedal blando o esponjoso. Si el funcionamiento del pedal es blando o esponjoso, es probable que haya aire en el
sistema, aunque unas zapatas desajustadas también podrían originar este problema. Véase más adelante, en la sección
Aire en los frenos, las circunstancias que podrían permitir la entrada de aire en el sistema.
Deficiente acción de frenaje que requiere excesiva presión en el pedal. Si los forros o bandas están
impregnados de aceite o de líquido de frenos, no agarrarán bien y se requerirá excesiva presión en el pedal para obtener
la acción de frenaje. El ajuste incorrecto de las zapatas o el empleo de forros inadecuados podría originar la misma
dificultad. Algunas veces, cuando los forros se han humedecido, después de un fuerte aguacero o tras haber conducido
el vehículo sobre charcos profundos, los frenos no operarán correctamente. En este caso, su funcionamiento normal
quedará restablecido cuando los forros se hayan secado. Pero si estos están empapados de aceite o de líquido de frenos,
habrá que reemplazarlos, ya que no es fácil quitar esos contaminantes. Otra causa posible de deficiente acción de
frenaje es el exceso de temperatura. Después que se han aplicado los frenos durante largos períodos, como cuando se
baja una pendiente prolongada, comienzan a sobrecalentarse. Este sobrecalentamiento reduce la efectividad del frenaje,
de modo que los frenos fallan. A menudo, si se le dejan enfriar, se restablecerá su eficiencia. Sin embargo, los períodos
de frenaje excesivamente largos a altas temperaturas pueden chamuscar los forros, por lo que habrá que reemplazarlos.
Además, la tambora puede ponerse vidriada o "Glaseada", de manera que estará demasiado lisa para producir un buen
frenaje. En este caso, la tambora debe esmerilarse o tornearse. El vidriado también puede ocurrir aun cuando los frenos
no se hayan sobrecalentado.
Los Frenos están demasiado sensibles o agarran. Cuando los frenos están sumamente sensibles y producen un
frenado brusco, con ligera presión sobre el pedal, puede ser que los forros se hayan puesto grasientos (si es así, los
frenos son susceptibles de tener "agarre", pero si están impregnados de aceite, no producirán efecto de frenaje). Si las
zapatas están desajustadas, si se han empleado los forros inadecuados, o si las tamboras están ralladas o ásperas
(Fig.12), el agarre en cuestión puede ocurrir cuando los forros entre en contacto con la tambora. El aflojamiento en la
placa de respaldo puede provocar la misma dificultad; cuando los forros entran en contacto con la tambora, la placa de
respaldo se mueve para producir un frenaje brusco.
Frenos con ruidos. Si los forros o bandas se desgastan tantos que los remaches entran en contacto con las tamboras
(Véase figura 12), si las zapatas se deforman de modo que la presión sobre la tambora no es uniforme, si los remaches
de las zapatas se aflojan y hacen contacto con la tambora, o si esta se torna áspera o desgastada, los frenos
tendrán ruido. Cualquiera de estas deficiencias es susceptible de originar un chirrido cuando se aplican los frenos.
Además, las piezas flojas, como la placa de respaldo del freno pueden producir rechinamiento.
Aire en el sistema. Si el aire penetra en el sistema hidráulico, el resultado será un frenaje deficiente y un pedal
esponjoso. El aire puede penetrar en el sistema si el respirador de llenado se obstruye o tupe (Fig.13), puesto que eso
tendería a crear un vacío parcial en el sistema durante la carrera de retorno del pistón. Entonces, el aire podría
desviarse por la zapatilla trasera del pistón (como indican las flechas) y penetrar en el sistema. Es posible que
accidentalmente se obstruya el respiradero (debido a la acción de una llave) cuando se saca el tapón del llenador.
Siempre compruebe el respiradero y límpielo cuando se saque el tapón y se instale. El aire también puede penetrar si la
válvula del cilindro maestro tiene salideros y no mantiene la presión en el sistema. Esto podría permitir que el aire pase
alrededor de las zapatillas de los pistones de cilindros de ruedas, puesto que no habría presión que sostuviera las
zapatillas con fuerza contra las paredes del cilindro. Probablemente la causa más común de presión de aire en el sistema
de frenaje es el bajo nivel del líquido de frenos en el cilindro maestro. Si el líquido en cuestión desciende por debajo de
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la lumbrera de compensación, el sistema hidráulico absorberá el aire cuando el pistón se mueva hacia delante en la
carrera de frenaje. El aire presente en el sistema debe eliminarse, añadiendo líquido de frenos y purgando el sistema
según se describirá más adelante.
Pérdida de líquido de frenos. El líquido de frenos puede escapar si hay salideros en el cilindro maestro, o en el
cilindro de ruedas, si las conexiones de conductos están flojas o si dichos conductos están averiados. Una causa posible
de salideros en los cilindros de ruedas es la instalación incorrecta del pasador accionador (Fig.14). Si el pasador está
ladeado, como se indica, entonces el empuje lateral sobre el pistón puede permitir los salideros por este último. Los
salideros debido a otras causas, en el cilindro maestro o en los cilindros de ruedas, requieren la extracción y reparación
o reemplazo de las piezas defectuosas.
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Sistema de suspencion
1.1- Generalidades
El sistema de suspensión de un vehículo es el conjunto de componentes
mecánicos que unen la parte suspendida del vehículo con la superficie rodante, con
el objetivo primordial de mantener siempre el contacto de la rueda con el terreno, de
manera que se consiga, por una parte, un mayor control y seguridad del vehículo
dado que toda suspensión va a contribuir a mejorar la estabilidad del vehículo,
mejorando la adherencia y la respuesta de la dirección, y por otra, que también sirva
para absorber las irregularidades del terreno de manera que proporcione una mayor
comodidad a los ocupantes del vehículo.
En todo vehículo se pueden distinguir dos grandes grupos en los elementos que lo
componen:
• La Masa Suspendida: que es la parte de la masa del vehículo que es soportada
por el sistema de suspensión. Estaría constituida por el chasis, grupo motor,
carrocería, etc., además de la carga y ocupantes del vehículo.
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Otros componentes del vehículo, como los asientos o los neumáticos son
elementos complementarios que pueden considerarse de algún modo como
integrantes de la suspensión de un vehículo, ya que ayudan también a amortiguar y
absorber las irregularidades del pavimento, contribuyendo a mejorar la comodidad
de los ocupantes del vehículo.
1.2- Funcionalidad del sistema de suspensión en los vehículos
Por tanto, los elementos elásticos del sistema de suspensión de los vehículos van
a desempeñar una de las funciones primordiales que tiene que ver con garantizar los
más altos niveles de seguridad y estabilidad en el vehículo, y esto se consigue
asegurando que exista siempre un buen contacto entre la rueda y el piso de la
carretera.
Por otro lado, los elementos amortiguadores del sistema de suspensión van a
absorber parte de la energía generada por la circulación del vehículo sobre terrenos
irregulares. De esta manera, los amortiguadores al ser elementos absorbedores de
energía, van a encargarse de eliminar lo antes posible las oscilaciones del elemento
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flexible producidas por las irregularidades del terreno. Son, por tanto, elementos
disipadores de energía, que hacen que decaiga el movimiento de balanceo
provocado por cualquier tipo de perturbación que actúe sobre la suspensión.
La hoja superior y más larga, llamada hoja maestra, va curvada en sus extremos
formando una especie de "ojos" para introducir en ellos unos casquillos o
"silentblocks", que sirven para alojar los pernos o bulones que anclan la ballesta al
soporte del bastidor del vehículo formando sendas articulaciones.
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Las hojas que conforman la ballesta se deforman debida a las desigualdades del
terreno y la carga del vehículo, de manera que las hojas tienden a ponerse rectas al
deformarse, por ejemplo, cuando la rueda pasa por encima de cualquier irregularidad
del terreno. Por este motivo, la forma de realizar el anclaje de la ballesta al chasis
deberá disponer de un sistema que permita su alargamiento.
Los esfuerzos que soportan las hojas de acero de una ballesta son esfuerzos de
flexión. La carga que puede soportar la ballesta está en función del número de hojas
que conforman la ballesta, del espesor y ancho de las hojas, de la longitud de la
ballesta y de la calidad del material de fabricación de las hojas de acero de la
ballesta. Para la construcción de las ballestas y elección de los materiales a usar se
recomienda consultar en las normas UNE 26 224-5-6-7 y 26 063.
donde,
F es la semicarga que actúa sobre cada extremo de la ballesta
N es el número de hojas que conforman la ballesta
b es el ancho de las hojas que conforman la ballesta
e es el espesor de las hojas que conforman la ballesta
L es la longitud de la semicuerda de la ballesta
σ es el la tensión admisible por esfuerzo de flexión de la hoja de la ballesta bajo
carga. Su valor, que depende de la calidad del material del que esté fabricada la
hoja, suele oscilar entre 40-60 kg/mm2 para los aceros comúnmente empleados en la
fabricación de ballestas.
Por lo que la carga total admisible que podrá soportar la ballesta anterior será el
doble de la calculada, es decir, 2·F = 1120 kg.
En ocasiones, y con objeto de aumentar la capacidad de carga del eje trasero en
los vehículos de carga, se suele realizar la instalación de una ballesta secundaria,
también llamado ballestín, que se añade a la ballesta principal de la suspensión
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Por lo que la carga total admisible que podrá soportar el ballestín anterior será el
doble de la calculada, es decir, 2·F = 768 kg.
La capacidad de carga del conjunto ballesta + ballestín será igual a la suma de los
dos anteriores valores:
• Capacidad de carga del conjunto ballesta + ballestín = 1120 + 768 = 1888 kg.
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2.2- Muelles
Continuando con los componentes elásticos de una suspensión, le toca el turno
ahora a los muelles helicoidales o resortes. Estos elementos, básicamente formados
por un alambre de acero enrollado en forma de espiral, tienen la función de absorber
los golpes que recibe el vehículo, provenientes de las irregularidades de la carretera.
La rigidez del muelle dependerá del diámetro de la varilla utilizada, del número de
espiras, del ángulo de inclinación de las mismas, del diámetro del resorte y de la
calidad del acero empleado para su construcción. Variando sus características
constructivas, se puede conseguir que la suspensión se comporte de una u otra
manera diferente.
- Paso (p): es la distancia entre dos espiras útiles contiguas del resorte en estado
libre, medida axialmente entre los centros de las secciones transversales del hilo de
material.
- Diámetro del hilo (d): es el espesor del hilo empleado en la fabricación del
resorte. Generalmente, la forma más común de la sección transversal del hilo es la
circular, aunque también hay hilos de sección elíptica o rectangular.
- Diámetro exterior (De): diámetro de la superficie cilíndrica envolvente exterior del
resorte.
- Diámetro interior (Di): diámetro de la superficie cilíndrica envolvente interior del
resorte.
- Diámetro medio (D): diámetro medio de las espiras que conforman el resorte. El
diámetro medio del muelle se elegirá en función de la carga que ha de soportar. Se
tiene que:
D = 1/2 · (Di + De)
- Longitud del hilo de alambre (l): longitud total del hilo de alambre una vez
desarrollada la hélice.
- Longitud en estado libre o longitud libre (L): longitud total que presenta el resorte
cuando no actúa ninguna fuerza exterior.
- Longitud de compresión (Lc): longitud del muelle sometido a una carga de valor
F.
donde,
G es el módulo de rigidez característico del tipo de material con el que está
fabricado el muelle [N/m2]
d es el diámetro del hilo de acero [m]
D es el diámetro medio del resorte [m]
N es el número de espiras del muelle.
donde,
c = D/d
siendo,
d el diámetro del hilo de acero [m]
D el diámetro medio del resorte [m]
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Esta deflexión o desplazamiento (x) que sufre el muelle se puede calcular debido
a que la rigidez del resorte tiene un carácter lineal, siendo precisamente la constante
de rigidez (K) del resorte el factor de proporcionalidad que define la relación entre la
fuerza (F) aplicada sobre el muelle y el desplazamiento (x) que origina en el muelle
en la dirección de la carga:
F=K·x
Así, por ejemplo, una forma de conseguir variar la flexibilidad es con el empleo de
muelles helicoidales cónicos, donde el diámetro de las espiras va disminuyendo
progresivamente de un extremo a otro. Así se consigue una flexibilidad progresiva a
medida que se comprime el muelle, de manera que presente un comportamiento
blando inicial y una mayor dureza conforme se va comprimiendo las espiras.
También existen muelles progresivos en los que la distancia entre las espiras
puede ser mayor en el centro que en los extremos del muelle para, de esta forma,
aumentar la rigidez progresivamente al aumentar la compresión que soporta el
muelle debida a la carga.
más rígido seleccionando un material para la fabricación del hilo del resorte con
mayor módulo de rigidez (G), manteniéndose inalteradas las dimensiones y
número de espiras.
b) Cuanto más pequeño sea el diámetro del muelle (no del hilo) mayor será el
coeficiente de rigidez. Es decir, se puede obtener un resorte más rígido
reduciendo el diámetro (D) del muelle, manteniéndose inalterado el tamaño de hilo
y el número de espiras.
Por otro lado, para el cálculo del periodo o tiempo de oscilación (T) de un resorte,
habrá que tener en cuenta dos variables: el peso o carga que soporta el elemento
elástico (F) y el coeficiente de elasticidad del mismo (K). Si se conoce el valor de
estas dos variables, el periodo de oscilación (T) de todo resorte viene calculado por
la siguiente formulación:
F
T = 2 · π ·
√
K·g
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donde,
T es el período o tiempo de oscilación en segundos [s]
F es la fuerza o carga a la que está solicitado el muelle [N]
K es la constante de rigidez del muelle [N/m]
g es el valor de la gravedad, 9,81 m/s2
Una vez calculado el valor del período (T), se obtendría la frecuencia (f = 1/T), que
finalmente multiplicado por 60 nos daría las oscilaciones por minuto del muelle de la
suspensión.
- Ejemplo de cálculo de la frecuencia de oscilación de un muelle:
donde,
G es el módulo de rigidez característico del tipo de material con el que está
fabricado el muelle [N/m2]
d es el diámetro del hilo de acero [m]
x es la deflexión del muelle [m]
F es una fuerza a la que está solicitado dicho muelle [N]
D es el diámetro medio del resorte [m]
N es el número de espiras del muelle.
Por otro lado, la energía (E) que almacena un muelle cuando se deforma se
puede obtener mediante la siguiente formulación:
x2
E = K ·
2
donde,
E es la energía almacenada en el muelle [J]
K es la constante de rigidez de un muelle [N/m]
x es la deflexión del muelle [m]
2.3- Barras estabilizadoras
La barra estabilizadora de la suspensión de un vehículo es una barra de acero con
propiedades de naturaleza elástica, que se encuentra fijada en sus extremos a cada
soporte de la suspensión de cada lado del mismo eje.
Todo vehículo circulando a velocidad por una curva se ve sometido a una fuerza
centrífuga que hace que se incline hacia un costado, que puede generar una
sensación de molestia en los ocupantes del vehículo, además de poder existir un
peligro real de vuelco del vehículo si la velocidad fuera inadecuadamente excesiva.
Esto es así debido a la fuerza centrífuga que actúa sobre el vehículo, que es de
dirección radial y ejerce un empuje sobre el vehículo que tira de él hacia el exterior
de la curva.
Esta fuerza genera una transferencia de carga en el vehículo que hace inclinar a
la carrocería de tal forma que una parte de la suspensión, la situada en el lado
exterior a la curva, se comprima, mientras que la otra parte de la suspensión del
vehículo, la situada hacia el interior de la curva, se expanda corriendo el riesgo de
despegar la rueda de este lado del pavimento.
Este hecho, es decir, que las ruedas de un lado del vehículo tiendan a subir,
mientras que las ruedas del otro lado tiendan a bajar comprimiéndose contra el
suelo, va a generar un par de torsión que es absorbido por la barra estabilizadora,
impidiendo que la carrocería se incline excesivamente hacia un lado y ejerciendo
una resistencia al balanceo del vehículo.
Así, el movimiento vertical hacia arriba de la rueda situada del lado interior de la
curva se transmite a la otra rueda del eje a través de la barra estabilizadora, que
tiende a bajar la carrocería de ese lado comprimiendo el muelle de la suspensión, de
manera que se consigue sumar la acción de los dos muelles, ayudando a mantener
la estabilidad del vehículo.
Este mismo efecto se produce, no sólo cuando el vehículo toma una curva, sino
cuando por ejemplo, una de las ruedas encuentra un bache o cualquier obstáculo,
creando, al bajar o subir la rueda, un par de torsión en la barra que hace que la
carrocería se mantenga en posición horizontal. De esta forma, como se ha dicho, se
consigue sumar la acción de los dos muelles.
2.4- Barras de torsión
La introducción de nuevos aceros reforzados, con mejores propiedades elásticas,
ha permitido sustituir en determinadas ocasiones las ballestas y los muelles
helicoidales por las barras de torsión, sobretodo en vehículos con suspensión semi-
independientes, como se verá más adelante.
En comparación con las ballestas, las barras de torsión apenas disipan energía
por fricción, por lo que poseen una capacidad de absorción de energía mayor que
las ballestas. Y en lo relativo al peso, y concretamente al peso no suspendido, se
suele considerar menos de la mitad del peso de la barra de torsión como peso no
suspendido, lo que sitúa este sistema de suspensión como el más favorecido en este
aspecto.
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Aunque las barras de torsión pueden tener diversos tipos de sección transversal,
la más utilizada es la sección en forma circular.
De entre todos los elementos, los amortiguadores son un componente común que
forma parte de la suspensión de cualquier vehículo. Pueden ser de fricción (poco
usados), de gas o amortiguadores de tipo hidráulicos, que a su vez se dividen en
giratorios, de pistón y telescópicos, que son los más usados.
El paso permanente son orificios fijos que restringen el flujo del caudal. En el caso
de las válvulas de apertura por presión, para que éstas se abran es necesario
ejercer sobre ellas una determinada presión. A medida que la presión aumenta, la
apertura irá haciéndose cada vez mayor.
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En la figura adjunta se pueden observa el flujo de aceite a través del pistón con
los discos que componen las válvulas de apertura por presión y la aguja que regula
el diámetro de la válvula de apertura, cuando el amortiguador es variable.
De aparición más tardía que los de doble tubo, su uso cada vez está más
extendido, sobretodo en vehículos de altas prestaciones y vehículos de competición.
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Al empujar el vástago, la presión que ejerce el aceite sobre dicho pistón flotante
hace que la zona del gas se comprima, aumentando la presión a ambos lados (gas y
aceite). A su vez, el aceite se ve obligado a pasar a través de las válvulas del pistón
principal.
Cuando el pistón (2) desplaza el aceite (3) durante la compresión, este aceite
comprime un poco más el nitrógeno (5). El gas, por tanto, se encuentra sometido a
variaciones de volumen, actuando como un muelle.
La presión continua ejercida por el gas sobre el aceite, por medio del pistón
flotante (4), asegura una respuesta instantánea y un funcionamiento más silencioso
de las válvulas del pistón.
Además, esta presión que ejerce el gas evita los fenómenos que provoca la
aparición de espuma en el aceite, que pueden ser la causa, aunque
momentáneamente, de una ineficaz amortiguación.
Las principales ventajas que presentan los amortiguadores presurizados son las
siguientes:
• La respuesta de las válvulas internas del amortiguador son más sensibles ante
menores amplitudes.
• El confort en marcha se ve mejorado.
• En expansiones y compresiones límites se ve mejorada la respuesta del
amortiguador.
• Se reducen los ruidos provocados por el paso del aceite hidráulico entre
cámaras.
• Aunque se produzca una fuga del gas contenido en su interior, pueden seguir
desempeñando su función.
• Además, este tipo de amortiguadores suelen ser de menor tamaño y de menor
fricción que los amortiguadores monotubo normales.
Además, se tratan de piezas que se pueden dañar con cierta facilidad, por lo que
en muchos vehículos los "silentblocks" son elementos que se sustituyen de forma
habitual.
Una rótula de dirección desgastada puede hacer que la dirección sea errática o se
desvíe, así como producir un desgaste importante de los neumáticos. Cuando se
utilicen rótulas de dirección nuevas, se hará necesario llevar a cabo una nueva
alineación de las ruedas del vehículo.
4.3- Mangueta y buje
La mangueta es una pieza, generalmente fabricada en acero aleado, que sirve de
unión entre el buje, en el cual se alojará la llanta de la rueda, con los elementos de la
suspensión del vehículo, como el amortiguador, tirantes, trapecios o brazos de
suspensión.
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A través del buje se transmite la parte proporcional del peso del vehículo hacia la
llanta de cada rueda. El buje, por tanto, cumple una misión muy importante, pues es
un punto de puente de transmisión del peso del vehículo hacia el suelo a través de la
llanta de la rueda.
Para la fijación del buje a la llanta de la rueda se suelen emplear una serie de
tornillos regularmente distribuidos, de manera que se garantice que la unión buje-
llanta pueda soportar las fuerzas de torsión que genera el motor sobre el eje del buje
y, en segundo lugar, permitir que la llanta no se separe del buje en las curvas
cuando la rueda gire o se incline.
4.4- Brazos de suspensión
Los trapecios o brazos de suspensión son brazos articulados, normalmente de
fundición o de chapa de acero embutido, cuya misión es soportar el peso del
vehículo a través de la suspensión. En el caso de vehículos de alta gama o de
competición, los trapecios pueden ir fabricados de fibra de carbono para reducir el
peso del conjunto.
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Los tirantes sirven también para absorber los desplazamientos y esfuerzos de los
elementos de la suspensión a través de los "silentblocks" o cojinetes elásticos
montados en sus extremos.
Para verificar el estado del sistema de suspensión del vehículo lo mejor es realizar
una prueba de circulación en carretera, con objeto de detectar las posibles
anomalías, como golpeteos o ruidos.
Así, por ejemplo, una mala estabilidad o un balanceo excesivo cuando el vehículo
circula por una curva, indica una suspensión excesivamente blanda y, por tanto,
deficiente que debe ser reparada. Entre las principales anomalías que pueden
detectarse en la suspensión de un vehículo, están las siguientes:
a) Suspensión blanda: una suspensión se dice que está "blanda" porque las
ballestas, muelles, barras de torsión u otro elemento del sistema de suspensión, han
perdido flexibilidad. Esta circunstancia es muy común que se produzca con el paso
del tiempo, debido al agotamiento de los materiales. Cuando una suspensión se
hace demasiado blanda, influye haciendo que la altura de la carrocería del vehículo
al suelo disminuya. La reparación en este caso es muy simple y consiste en sustituir
el elemento defectuoso.
7.- En los sistemas de suspensión por barras de torsión deberá realizarse una
inspección del estado de las barras y una verificación de alturas de la carrocería, que
determina el estado de la suspensión.
Si alguna de las barras estuviera en mal estado, deberá ser sustituida, para lo cual
se procederá a descomprimir la suspensión y posteriormente a retirar la barra de
torsión.
TRANSMICION
Embrague:
Su misión es acoplar o desacoplar el giro del motor de la caja de cambios de forma que no cause tirones, sino que
el movimiento suceda de forma progresiva. Este elemento ubicado entre el volante motor (o de inercia) y la caja de
velocidades, puede ser de distintas clases: hidráulico, electromagnético, de fricción, de disco y hasta de muelles.
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Caja de velocidades:
Es la responsable de la relación entre el cigüeñal y las ruedas, aumentando o disminuyendo las revoluciones a las
que gira cada uno de ellos para sacar el mayor provecho posible al motor. Pueden ser automáticas o manuales.
Árbol de transmisión:
Se trata de una pieza cilíndrica que va unida por un extremo a la caja de cambios y por el otro al piñón del grupo
cónico-diferencial para transmitir el movimiento, en determinados tipos de vehículos, se prescinde de este
elemento dentro del sistema de transmisión.
Grupo cónico-diferencial:
Cuando el movimiento longitudinal (inducido por el embrague y la caja de cambios) llega al árbol de transmisión,
éste lo une a grupo cónico-diferencial donde se convierte en movimiento transversal y es dirigido a los palieres.
Pero su verdadera labor es mantener constante la suma de velocidades que llevan las ruedas motrices antes de
tomar una curva, permitiendo que las ruedas exteriores den más vueltas que las interiores y evitando que patinen.
Pese a la importancia que tiene el diferencial en el buen funcionamiento de los automóviles, en vehículos pequeños
puede no resultar visible, ya que se aloja dentro de la caja de velocidades.
Palieres:
Los palieres o semiárboles de transmisión reciben el movimiento, tal como indicamos, en ángulo recto para
ejercerlo directamente sobre las ruedas motrices, incluso en modelos de automóviles que carezcan de árbol de
transmisión.
Ahora que conocemos el recorrido que realiza el movimiento desde el cigüeñal hasta las ruedas motrices,
indicaremos que no siempre circulan a las mismas revoluciones. Cuando el árbol de transmisión gira más
despacio se produce una reducción o desmultiplicación, mientras que cuando es al contrario, lo
denominamos multiplicación o súper-marcha.
Esta relación vendrá determinada principalmente por el tipo de sistema de transmisión que llevemos instalado:
Propio de turismos de baja o media potencia, donde las ruedas delanteras son tanto motrices como directrices y no
encontramos árbol de transmisión.
Lo encontramos en camiones o turismos que cuentan con motores de potencia elevada. Las ruedas motrices, en este
caso, son las traseras y cuenta con un árbol de transmisión.
Propulsión doble:
Es el sistema adecuado para vehículos de gran tonelaje donde las ruedas traseras soportan gran parte del peso, por
lo que se colocan dos puentes traseros motrices dividiendo entre dos el esfuerzo que soporta habitualmente un solo
grupo cónico.
Transmisión total:
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Encontramos esta opción generalmente en camiones similares a los antes mencionados, en automóviles todoterreno
y en vehículos dedicados a la construcción. Consta de un puente en cada eje del vehículo, así que ambos son
motrices; tanto el delantero como el trasero. Además cada uno tiene su propio diferencial lo que nos permite elegir
a qué puente enviamos el movimiento a demanda.
Esperamos que este artículo os haya ayudado a descubrir un poco más sobre el sistema de transmisión de tu
automóvil y su funcionamiento.
DIFERENCIAL
Un diferencial es el elemento mecánico que permite que las ruedas derecha e izquierda de un vehículo giren a
distinta velocidad, según este se encuentre tomando una curva hacia un lado o hacia el otro.1
Cuando un vehículo toma una curva, por ejemplo hacia la derecha, la rueda derecha recorre un camino más corto que
la rueda izquierda. Para entenderlo, recuerda que en una pista de atletismo el corredor que da la curva abierta recorre
más distancia que el contrincante de la vuelta cerrada.
Antiguamente, las ruedas de los vehículos estaban montadas de forma fija sobre el eje. Este hecho significaba que
una de las dos ruedas no giraba adecuadamente, desestabilizando el vehículo. Mediante el diferencial se consigue
que cada rueda pueda girar correctamente en una curva, sin perder por ello la fijación de ambas sobre el eje, de
manera que la tracción del motor actúa con la misma fuerza sobre cada una de las dos ruedas.
Funcionamiento[editar]
Diferencial libre
El diferencial consta de engranajes dispuestos en forma de "U" en el eje. Cuando ambas ruedas recorren el mismo
camino, por ir el vehículo en línea recta, el engranaje se mantiene en situación neutra. Sin embargo, en una curva los
engranajes se desplazan ligeramente, compensando con ello las diferentes velocidades de giro de las ruedas 2.
La diferencia de giro también se produce entre los dos ejes. Las ruedas directrices describen una circunferencia de
radio mayor que las no directrices, por ello se utiliza el diferencial.
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Un vehículo con tracción en las cuatro ruedas puede tener hasta tres diferenciales: uno en el eje frontal, uno en el eje
trasero y un diferencial central.
En el hipotético caso de que ambos ejes sean directrices, el que tenga mayor ángulo de giro describirá un radio mayor.
Dado que un diferencial ordinario reparte el par por igual entre ambas ruedas (reparto 50 %-50 %), la capacidad de
tracción máxima es siempre el doble de la de la rueda con menor tracción. En caso de que esta sea cero en una de las
ruedas, la capacidad de tracción total es lógicamente cero. Para solucionar este problema se emplean diferenciales
autoblocantes o bloqueables. Estos últimos pueden forzar a ambas ruedas a girar a la misma velocidad, eliminando el
efecto diferencial y enviando hasta el 100 % del par a una rueda.