Te dejara ayer, Llena de recuerdos tristes, Vacía de querer... hoy sonrío con temor, tal vez…, pero sonrío.
Alma, no te alejes de mí,
Que amortiguas mi dolor. Al rescatarlo del sentir del mío.
¡Tú!! Alma mía
no me abandones, no te conviertas en lo que no soy ni eres.
El dolor rasga la seda
donde guardas tus quereres. Indeterminados, mas presentes siempre en ti.
Sus formas, en recuerdo de poema,
en recuerdo de canción, en recuerdo de mares y océanos... ¡De Amor!! No te alejes Alma mía, un poema no se olvida, nace de las entrañas yendo hacia ti...
¡Alma guardiana, al percibir!!
Una canción se repite en alegría. No tiene ninguna ironía, ¡Es puro recuerdo al compartir!! En ti, Alma mía, se repite, en ti. Esos mares y océanos admirados..., Imaginados. La remembranza de ayer al vivir se posa, en las olas o en el horizonte. Allá a lo lejos, en sueños del alma. ¡Todos, para volver a vivir! ¡Tus sueños!! Y... los míos ¡Aún por descubrir!!
¿Dónde estás Alma?
Sin ti, me falta la piel encarnada en ti. Tienes mi vivencia al vivir. La sonrisa en tu rostro, la palabra opaca sin pronunciar, escribí siempre en mi alma ¡En ti!!
¡Tú! Movimiento sin caminar,
¡Tú! Percepción sin distinguir en impresión, en sensación, en sentir...
Mi vivenciar; ayer dolido y dolorido,
el sueño lo hace una ilusión. No puedo vivir sin ti, porque me quitas mi sueño y mi ensueño! Y…. sin sueños yo no se vivir!!
No puedo vivir sin ti.
Tú recitas mi poema… ¿Quién te recita su alma a Ti? Me preguntó mi Alma… A mí... me lo recitas tú en mis sueños, al anochecer y al amanecer, Sonriendo a mi alma, le pregunté ¿Quién te recita su alma a ti? ¡Quien hace a tus ojos sonreír, en ti!