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Revista Chilena de Derecho. Val. 26 N” 3, pp. 783.

790 (1999A Sección Bibliograffa

JE!iús-MARfA SILVA SANCHEZ: “La expansidn del Derecho penal. Aspectos de la


polfficn criminal en las sociedades postindustriales” (Civitas, Madrid, 1999)

Esta nueva obra de Silva S6ncbez cionales fueron el contrapesonecesario


contiene un acertado diagnóstico y una de un derechoautoritario y extraordina-
vigorosa toma de posición frente a uno riamente enérgico), como porque una
de los problemasmásacuciantesde las sectorialización del Derecho penal apa-
cienciaspenalesen la actualidad:qut ha- rece comola única forma de impedir que
cer con las demandascrecientesde pro- la “modernización” alcance tambibn el
tección penala que da origen la sociedad ámbito de su núcleomL duro. En defini-
contempordnea.Es un hecho que asisti- tiva, el autor plantea la consecuciónde
mos a la aparici6n de nuevasformasde un equilibrio, en virtud del cual la flexi-
delincuencia:la criminalidad organizada bilización de los criterios de imputación
-narcott%fico, terrorismo, pornograffa-, y de las garantías polttico-criminales
la criminalidad de las empresas-delitos ~610vaya asociadaa la imposición de
fiscales, medioambientales.en materia penasno privativas de libertad.
de consumo,salud e intereseseconómi- Esteplanteamientoaparentemente in-
cos colectivos-, la corrupción polftico- usitadose basaen la constataciónde que
administrativa y el abuso de poder, la resulta imposible poner atajo a las de-
violencia conyugal y el acoso sexual, mandassocialesde mayor protecci6nes-
etc. En este breve estudio de 127 pági- tatal en general y penal en particular.
nas, el autor se hacecargo de estasnue- Los elementosde esta constataciónapa-
vas formas de delincuencia,de una tam- recen desarrolladosen forma certera y
bien nueva autocomprensióndel grupo sugerente,profundamenteenraizadosen
social, y de la posición de la polftica cri- una nueva autocomprensi6nde la socie-
minal en estatesitura. dad cuyos sfntomasseadvierten tambien
Aparte de la Introduccibn, la obra se en nuestropaís. Se deja de lado, por tan-
compone de cuatro capitulos y un ex- to, una explicaci6n exclusivamentebasa-
curso. El primer capitulo se dedica al da en una especie perversidad estatal,
examen de las principales causasde la por la que la autoridadrecurrirla al ins-
expansióndel Derecho penal,para tratar trumento penal como el mas sencillo y
luego la globalización e integración económicoexpediente para desplazaral
supranacionalcomo multiplicador de tal plano simb6lico (de las declaraciones)
fen6meno.en el capftulo siguiente.Des- los problemasque deberfaresolver en el
pués del excurso acerca de la teoria nivel instrumental(protección efectiva).
funcionalistay su relaci6n con la expan- Al contrario, en el texto se alude al me-
sibn, aborda en el penúltimo capitulo nos a tres elementosdeterminantespara
una de las principalesconsecuencias del la mayor demandade protección:
fenómeno: la administrativización del
Derecho penal. Finalmente, el autor a) La complejidad creciente de la
toma posicióna favor de un Derechope- organizaci6nsocial,queconlleva no ~610
nal “de dos velocidades”, que dCcabida la aparici6n de nuevos riesgossino tal
en su interior a una porción importante grado de interrelaci6n entre los sujetos,
de los ilfcitos que resultan del proceso que el bienestarde unosha devenido en
expansivo. estrechamentedependientedel compor-
El libro entero es una refutación tamiento adecuado de los otros. Esta
frente a quienespretendenuna vuelta al complejidad creciente se expresa tam-
gures.des, liberales Strofrecht (“el vie- biCnen la apariciónde formas de crimi-
jo y buen Derechopenal liberal”, en ex- nalidad organizada,en la revolución de
presión de Lttderssen),tanto porque el las comunicaciones,en el rol que cum-
ideal que se pretende reconstruir nunca plen los medios masivosde comunica-
existió en realidad (las garantfastradi- ción y. por consiguiente,en la inmedia-
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tez con que se percibe todo cuanto pueda dad colectiva” (grupos feministas, eco-
afectar cualquier otro miembro del grupo logistas, pacifistas,etc.) que son acogi-
social. En el plano dogmatice, tal evolu- das por la izquierda polftica europea,y
ción se manifiesta en múltiples aspectos: el descréditoen que hancaido las instan-
la nueva configuraci6n de la delincuen- cias tradicionalesde protección extrape-
cia no intencional, de forma tal que su nal. Con respectoal primero, el estudio
calificación como dolosa-eventual o im- pone de relieve c6moquienesantescon-
prudente pasa a un segundo plano; la cebfan el sistemapenal como estructura
ubicacibn sistemática de las “fallas t6c- de dominaciónde los poderosos,hoy en
nicas”; la exasperación de los delitos de día lo perciben como un instrumento
comisi6n por omisión, etc. Estos elemen- funcional a la protección de sus intere-
tos denotan en definitiva una aparición ses.Este hecho no deja de recordar la
cada vez mayor del “otro” como riesgo antigua doctrina política del “uso alter-
y. sobre todo, de una delincuencia enten- nativo del Derecho”. Silva Sanchezad-
dida tambibn como abuso de poder. vierte, sinembargo,que serlamuy diffcil
b) La constitución de una sociedad queunarelajaci6nde las garantíaspolfti-
de sujetos fundamentalmente pasivos, co-criminalesdel Estado de Derecho y
dependientes del Estado de bienestar. de las reglasde imputaci6nen perjuicio
Tal sociedad evidencia una sobrevaiora- de los powerfd no redundetambién en
ci6n de la seguridad frente a la libertad las mismas consecuencias para los
de acción, lo que lleva a una restricci6n powerless, cuya delincuenciasiguesien-
progresiva de las esferas de actuación do, por otra parte, mayoritaria. Por lo
arriesgada. En una sociedad de clases pa- que serefiere al descréditode las instan-
sivas, la “libertad de no-pasión” prima cias extrapenalesde protección -lo que
sobre la libertad de acci6n, e incluso las justifica la apelacióna reaccionesestric-
desgracias tienden a verse como “injus- tamente penales- el autor alude a la
tos” (Ungliick por Unrecht). Por lo tanto, constataciónde que la sociedadno fun-
se eliminan espaciosantesconsiderados ciona como instanciaaut6nomade mora-
de riesgo permitido, se incrementa la lizaci6n. a la evolución del Derechocivil
apreciaciónde infraccionesa los deberes desdeun modelo de responsabilidada
de cuidado y se multiplica la tipifica- un modelode seguros,y a la burocratiza-
cibn de delitos de peligro. La aparicióny ción y corrupci6nde lasinstanciasadmi-
desarrollo de los llamados “sujetos del nistrativas.
bienestar” (o clases pasivas) explica
tambiénuna identificación de la mayoda Un capftulo aparte mereceel efecto
social con las vfctimas de la delincuen- multiplicador de la globalizaci6n e inte-
cia: cada persona se consideraa SI mis- gración supranacionalsobreel fenómeno
ma como una victima potencial másque expansivo. El pronóstico del autor es
como un delincuente en potencia. Por claro en el sentidode que el Derechope-
esta raz6n. el Derecho penal ya no es nal de la globalización no hara masque
simplementeuna Magna Charm del de- acentuarla tendenciaque ya se aprecia
lincuente, sino tambi6n. y quiza sobre en las legislacionesnacionales.Una vez
todo, una Magna Charta de la victima más, este pronóstico se fundamentaen
frente a la delincuenciade los poderosos.una serie de constatacionesque resulta
Tal cambio de perspectivano deja de te- muy difícil rebatir. Las demandasde la
ner consecuenciasrespecto del princi- globalizaci6n son eminentementeprácti-
pio de legalidad,en ttrminos de difumi- cas, pues en general se trata de evitar
nar los lfmites entre la interpretaci6n hipotéticas lagunas-o “paraísosjurfdi-
extensiva y la prohibida analogia in co-penales”-en la lucha contra la delin-
mdnm partem. cuencia transnacional(criminalidad or-
c) Una combinacibnde dos factores ganizada, criminalidad internacional,
constituye el tercer grupo de causasde la criminalidad de los poderosos).A este
expansi6n:la proliferaci6n de demandas hechosesumanla imposibilidadde pres-
de protección jurfdica provenientes de cindir por completo de la tradición an-
nuevosy atfpicos “gestoresde la morali- glosajona-cuya concepci6n de las ga-
BIBLIOGRAFIA

rantlas tradicionales difiere significativa- pio de culpabilidad, por nuevas formas


mente de la nuestra- y la natural resis- de comprenderel error y apreciarsu evi-
tencia psicol6gica de los palses para tabilidad, por una clara acogida de la
prescindir de sus propios instrumentos responsabilidadpenalde las personasju-
de represión en aras de una normativa rídicas (no obstanteque siguepresentan-
global, lo que sin duda (como, por lo de- do muchosaspectosno resueltosen su
mk, ya ha venido ocurriendo en la aplicación). y por la dificultad de recha-
Uni6n Europea) dará lugar a una ‘ktrna” zar del todo figuras que suponenuna
de conminaciones penales. presunción de culpabilidad (como la
No pasa por alto el autor que la de- srrict liabiliry o las infractions mafé-
lincuencia de la globalización es funda- rielles, del derechoanglosajóny francés,
mentalmente una delincuencia económi- respectivamente).Finalmente,el princi-
ca. Esto hace que la ciencia penal asista pio de proporcionalidad se verá ama-
a un cambio importante en cuanto al mo- gado por la proliferaci6n de delitos de
delo de delito que sirve de referencia a peligro y la sanciónpenal de conductas
las elaboraciones de la dogm8tica. Tal imprudentesen relación con bienesjurf-
situación debiera llevar -según Silva dicescolectivos (comoen el blanqueode
Sánchez- a una sectorializacidn de las capitales).
reglas de la Parte General del Derecho Precisamenteen relación con el prin-
penal, masque a una adaptaci6nde las cipio de proporcionalidad,surgeel pro-
formas clkicas al nuevo modelo. Sin blema de la llamada “administrativi-
embargo,y en buenamedidacomo con- zación” del Derecho penal, que Silva
secuenciade la contraposición de tres Sánchezabordaen el quinto capítulo de
tradiciones jurídicas (alemana,francesa la obra. Una vertiente importante de la
y del common lnw), en el proceso de expansiónse traduce en un cambio del
conformaci6nde estenuevo Derechope- modelo “deliro de lesidn de bienes indi-
nal ya es posible advertir consecuencias viduales” por el modelo “delito de peli-
dogmáticasde importancia: una tenden- gro de bienes supraindividuales”. Esta
cia a la inversi6n de la cargade la prne- concepcióndefensistase manifiesta es-
ba en materia de imputación objetiva pecialmenteen la protecci6n penal del
(sobre todo en temas medioambienta- medio ambiente. En este bmbito -así
les), lo que seune a sucreciente(y acer- como tambiénen el tr&ico rodado,en el
tada) apreciaciónen tirminos de proba- trfifico de estupefacientes,en el de los
bilidades; la comisión por omisión se illcitos tributarios- se ha convertido al
amplfa al gmbito de los delitos de em- Derechopenal en un Derechode gesti6n
presao de estructurasorganizadas(como punitiva de riesgos generales.Por esta
infracci6n del “deber de vigilancia”); la razón no ~610sehan flexibilizado las ca-
completa distinción a nivel de impu- tegoríastradicionalesde la dogmaticay
tación subjetiva entre dolo eventual y las garantías polftico-criminales, sino
culpa conscientepuedediluirse en la fi- que seha adoptadouna forma de razonar
gura anglosajonade la recklessness;las propia del Derecho administrativo san-
fórmulasde no-distinci6nentre autoría y cionador: secomienzana castigarpenal-
participación (especialmenteen materias mente ilícitos que en sí mismostienen
de tr;lfico de estupefacienteso blanqueo bajaintensidad,pero cuya multiplicación
de capitales);una tendenciaa considerar -desde una perspectiva sisttmica- re-
las eximentesal modo anglosaj6n.es de- sultarla perturbadora para el txito de
cir, comodefences. lo que llevarla a esti- determinados modelos sectoriales de
mar que debenser no ~610alegadassino gestión. Desde el prisma del darlo cu-
tambitn probadaspor el imputado. Algo mulativo -propio del Derecho adminis-
similar ocurre en relación con las garan- trativo sancio-nador- adquierensentido
tias polftico-criminales. El principio de los llamados “delitos de acumulaci6n”
legalidad seve afectado por un abando- (Kumularionsde[ikie), que ~610se expli-
no del mandato de determinaciónde los can en función de la respuestaa la si-
tipos y. en materiaprocesal,por la apari- guiente cuesti6n: “es verdad que cada
ción de criterios dispositivos. El princi- conductapor sl mismaes incapaz de da-
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ñar los bienes jurídicos protegidos, pero del propio Derecho penal y no, por
iqu6 ocurriria si todos hicieran lo mis- ejemplo, en un Derecho de la interven-
mo?“. En aras de este argumento, evi- ción -entre el Derecho penal nuclear y el
dentemente ajeno a la racionalidad pe- Derecho de las infracciones de orden-,
nal, se justifica la tipificación formal y como postulan Hassemer y otros autores.
material de una serie de illcitos, en algu- La opción politica por el Derecho penal
nos casos completamente nuevos (v.gr.. tiene, según Silva Sánchez, ventajas no
en el delito de contaminaci6n de aguas) necesariamente ligadas a la dureza de las
y en otros, nuevos ~610 para el Derecho sanciones: la fuerza del mecanismo pú-
penal (como ocurre con ciertas defrauda- blico de persecución y la dimensión san-
ciones tributarias y con algunas conduc- cionatoria (frente al Derecho civil), una
tas imprudentes en el tr&tico rodado o en mayor neutralidad polltica (frente al De-
los procesos productivos). En este senti- recho administrativo) y la imparcialidad
do, Silva Sánchez llama tambien acer- propia de lo jurisdiccional. Todo esto
tadamente la atención acerca de que la contribuye a dotar a la sanci6n penal,
lógica de la acumulación no ~610 se aun sin ser privativa de libertad. de una
plantea respecto de los nuevos riesgos, fuerza comunicativa y preventiva mucho
sino también en ciertos delitos tradicio- mayor. El hilo de su argumentaci6n es,
nales. Lo que ocurre es que normalmente entonces, muy claro. En el Derecho pe-
se oculta, como en algunos delitos fisca- nal coexisten dos bloques de ilícitos, los
les, bajo el formalismo de determinadas que son conminados con penas privati-
“infracciones de deberes”. No es difícil vas de libertad y los que no 10 son. No
seilalar cuáles son las objeciones funda- existen razones suficientes -sino al con-
mentales a los delitos de acumulaci6n. trario- para que la pena privativa de li-
Aparte de que implican utilizar el Dere- bertad sea despojada del aparato garan-
cho penal respecto de ilicitos de menor tfstico liberal. Sin embargo, la demanda
entidad y que vulneran el principio de social de protecci6n muy posiblemente
proporcionalidad, el mismo Derecho pe- no sed resuelta con un Derecho penal
nal de culpabilidad se ve seriamente le- reducido a sus ilícitos tradicionales, por
sionado pues, en definitiva, el funda- lo que se producirá una expansión hacia
mento de la sanci6n en estos casos ~610 la protección de intereses nuevos. Final-
puede hallarse ex iniuria tertii. mente, lo más probable es que tal expan-
Es asl como Silva Sánchez, sobre la sión traiga consigo una flexibilizaci6n de
base de que en todo sistema sanciona- las reglas de imputación y los principios
torio no tienen por qué existir la.5 mis- de garantla. Nada de esto es cuestionado
mas garantlas -pues incluso dentro del por el autor, siempre que se mantenga
propio sistema penal las consecuencias dentro de limites razonables. Lo que si
jurfdicas son sustancialmente diversas-, refuerza con insistencia es que “esta am-
sostiene que “el problema no es tanto en pliación del Derecho penal no podr8 ba-
la expansión del Derecho penal, sino sar su requerida fuerza comunicativa
especKicamente la expansión del Dere- en la imposición de penas privativas de
cho penal de la pena privativa de liber- libertad”. Por 10 tanto, Silva SBnchez
tad. Es esta última la que debe realmente acepta el advenimiento de un Derecho
ser contenida”. Por 10 tanto, en su pensa- penal “de dos velocidades”, 10 que impli-
miento es posible admitir cierta gradua- ca abordar una sectorialización tanto de
cibn en la vigencia de las reglas de im- las reglas de la Parte General como, con-
putación y las garantlas tradicionales, secuentemente, de la teoda de la reac-
siempre que el modelo sancionatorio -el ci6n penal.
tipo y la entidad de las sanciones que es El excuso de la obra est8 dedicado a
posible imponer- resulte acorde con ta- la concepci6n funcional-normativa sobre
les “modernizaciones”. Pero el autor va la misión del Derecho penal -defendida
incluso más allá: sobre la base de 10 an- especialmente por Gtlnther lakobs- y su
terior, no ve impedimentos para que la relaci6n con el problema de la expan-
sanción de buena parte de los nuevos sión. La razón por la que Silva Sgnchez
ilfcitos de la expansión se realice dentro introduce este capitulo en su obra es
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muy clara: una de las criticas que ha he- vergadura.En segundolugar, la aprecia-
cho la doctrina españolaal planteamien- ción no meramenteanecdóticade que el
to de Jakobs-fundamentalmentea partir Código Penal Espafiolde 1995 represen-
de la publicaci6n en espaÍío1de la critica ta una buenamuestradel fenómenoex-
de AlessandroBaratta, en 1984-consiste pansivo y. al mismo tiempo, del aban-
en afirmar que respondea una concep- dono de las limitaciones y resguardos
cibn maximalista del Derecho penal. propuestospor Silva Sánchez.
Esta argumentaciónha sido ya suficien- La tesis planteadaes sin duda inte-
tementerebatida por Sutiez, Pefiaranda resante.Tiene el indiscutible mCrito de
y Cancio en su introducción a la edición abogaren forma clara -y. en principio,
espafiolade los Estudiosde Derechope- tambiéndogmáticamenteviable- por una
nal de Jakobs, pero Silva S&nchez se limitación del fenómenoexpansivo. No
hace cargo una vez mis del asuntopara obstante, resulta necesariodestacarque
serialarel defecto esencialde la crftica: el núcleode la propuestase halla inevi-
la propuestade Jakobs,que asignaal De- tablementecondicionadopor una conje-
recho penal la funci6n de estabilizar la tura polltica, la de que no será posible
vigencia de las normasesenciales,no de- interponer una limitación másenérgicaa
termina tanto los alcancesdel Derecho la expansión“modernizadora” mediante
penal cuanto la manerade entender su el fortalecimiento de otras instanciasde
misibnen el dmbito que previamente-a protección, respectode las cualesel De-
nivel politico- sedefina comosuyo. Una rechopenal no debieraperder sucariicter
visibn crítica del fenõmeno expansivo subsidiario.Es verdad que la conjetura
no es, por lo tanto, en absolutoincompa- contraria tampocopuedesersostenidaen
tible con la afirmaci6n de un modelo forma cientifica. Sin embargo,no parece
funcional del Derechopenal. del todo razonabledejar de lado la aspi-
Antes de concluir estabreve nota pa- ración a que la ciencia ilustre con mayor
rece importante destacar dos plantea- profundidadel debatepolftico. Tal aspi-
mientosque recorren transversalmentela raci6n puedeincluso considerarseespe-
obra. Por una parte, la llamadade aten- cialmentevigente en aquellospaísesque
ción queimplica descubrircómo el fenó- estaránen condicionesde aprenderde la
meno de la expansiónno obedecesenci- experiencia europeacuando, en el mo-
llamente a un conjunto de reacciones mento oportuno, abordenla reforma de
precipitadasy faltas de ilustración. Por su propio sistemapenal.
el contrario, se deja entrever en qut me-
dida tal movimiento cuentacadavez más
con un respaldoideológico de mayor en- Alex von Weezel de la Cruz

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