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Dialnet LaExpansionDelDerechoPenalAspectoDeLaPoliticaCrimi 2650132 PDF
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tez con que se percibe todo cuanto pueda dad colectiva” (grupos feministas, eco-
afectar cualquier otro miembro del grupo logistas, pacifistas,etc.) que son acogi-
social. En el plano dogmatice, tal evolu- das por la izquierda polftica europea,y
ción se manifiesta en múltiples aspectos: el descréditoen que hancaido las instan-
la nueva configuraci6n de la delincuen- cias tradicionalesde protección extrape-
cia no intencional, de forma tal que su nal. Con respectoal primero, el estudio
calificación como dolosa-eventual o im- pone de relieve c6moquienesantescon-
prudente pasa a un segundo plano; la cebfan el sistemapenal como estructura
ubicacibn sistemática de las “fallas t6c- de dominaciónde los poderosos,hoy en
nicas”; la exasperación de los delitos de día lo perciben como un instrumento
comisi6n por omisión, etc. Estos elemen- funcional a la protección de sus intere-
tos denotan en definitiva una aparición ses.Este hecho no deja de recordar la
cada vez mayor del “otro” como riesgo antigua doctrina política del “uso alter-
y. sobre todo, de una delincuencia enten- nativo del Derecho”. Silva Sanchezad-
dida tambibn como abuso de poder. vierte, sinembargo,que serlamuy diffcil
b) La constitución de una sociedad queunarelajaci6nde las garantíaspolfti-
de sujetos fundamentalmente pasivos, co-criminalesdel Estado de Derecho y
dependientes del Estado de bienestar. de las reglasde imputaci6nen perjuicio
Tal sociedad evidencia una sobrevaiora- de los powerfd no redundetambién en
ci6n de la seguridad frente a la libertad las mismas consecuencias para los
de acción, lo que lleva a una restricci6n powerless, cuya delincuenciasiguesien-
progresiva de las esferas de actuación do, por otra parte, mayoritaria. Por lo
arriesgada. En una sociedad de clases pa- que serefiere al descréditode las instan-
sivas, la “libertad de no-pasión” prima cias extrapenalesde protección -lo que
sobre la libertad de acci6n, e incluso las justifica la apelacióna reaccionesestric-
desgracias tienden a verse como “injus- tamente penales- el autor alude a la
tos” (Ungliick por Unrecht). Por lo tanto, constataciónde que la sociedadno fun-
se eliminan espaciosantesconsiderados ciona como instanciaaut6nomade mora-
de riesgo permitido, se incrementa la lizaci6n. a la evolución del Derechocivil
apreciaciónde infraccionesa los deberes desdeun modelo de responsabilidada
de cuidado y se multiplica la tipifica- un modelode seguros,y a la burocratiza-
cibn de delitos de peligro. La aparicióny ción y corrupci6nde lasinstanciasadmi-
desarrollo de los llamados “sujetos del nistrativas.
bienestar” (o clases pasivas) explica
tambiénuna identificación de la mayoda Un capftulo aparte mereceel efecto
social con las vfctimas de la delincuen- multiplicador de la globalizaci6n e inte-
cia: cada persona se consideraa SI mis- gración supranacionalsobreel fenómeno
ma como una victima potencial másque expansivo. El pronóstico del autor es
como un delincuente en potencia. Por claro en el sentidode que el Derechope-
esta raz6n. el Derecho penal ya no es nal de la globalización no hara masque
simplementeuna Magna Charm del de- acentuarla tendenciaque ya se aprecia
lincuente, sino tambi6n. y quiza sobre en las legislacionesnacionales.Una vez
todo, una Magna Charta de la victima más, este pronóstico se fundamentaen
frente a la delincuenciade los poderosos.una serie de constatacionesque resulta
Tal cambio de perspectivano deja de te- muy difícil rebatir. Las demandasde la
ner consecuenciasrespecto del princi- globalizaci6n son eminentementeprácti-
pio de legalidad,en ttrminos de difumi- cas, pues en general se trata de evitar
nar los lfmites entre la interpretaci6n hipotéticas lagunas-o “paraísosjurfdi-
extensiva y la prohibida analogia in co-penales”-en la lucha contra la delin-
mdnm partem. cuencia transnacional(criminalidad or-
c) Una combinacibnde dos factores ganizada, criminalidad internacional,
constituye el tercer grupo de causasde la criminalidad de los poderosos).A este
expansi6n:la proliferaci6n de demandas hechosesumanla imposibilidadde pres-
de protección jurfdica provenientes de cindir por completo de la tradición an-
nuevosy atfpicos “gestoresde la morali- glosajona-cuya concepci6n de las ga-
BIBLIOGRAFIA
ñar los bienes jurídicos protegidos, pero del propio Derecho penal y no, por
iqu6 ocurriria si todos hicieran lo mis- ejemplo, en un Derecho de la interven-
mo?“. En aras de este argumento, evi- ción -entre el Derecho penal nuclear y el
dentemente ajeno a la racionalidad pe- Derecho de las infracciones de orden-,
nal, se justifica la tipificación formal y como postulan Hassemer y otros autores.
material de una serie de illcitos, en algu- La opción politica por el Derecho penal
nos casos completamente nuevos (v.gr.. tiene, según Silva Sánchez, ventajas no
en el delito de contaminaci6n de aguas) necesariamente ligadas a la dureza de las
y en otros, nuevos ~610 para el Derecho sanciones: la fuerza del mecanismo pú-
penal (como ocurre con ciertas defrauda- blico de persecución y la dimensión san-
ciones tributarias y con algunas conduc- cionatoria (frente al Derecho civil), una
tas imprudentes en el tr&tico rodado o en mayor neutralidad polltica (frente al De-
los procesos productivos). En este senti- recho administrativo) y la imparcialidad
do, Silva Sánchez llama tambien acer- propia de lo jurisdiccional. Todo esto
tadamente la atención acerca de que la contribuye a dotar a la sanci6n penal,
lógica de la acumulación no ~610 se aun sin ser privativa de libertad. de una
plantea respecto de los nuevos riesgos, fuerza comunicativa y preventiva mucho
sino también en ciertos delitos tradicio- mayor. El hilo de su argumentaci6n es,
nales. Lo que ocurre es que normalmente entonces, muy claro. En el Derecho pe-
se oculta, como en algunos delitos fisca- nal coexisten dos bloques de ilícitos, los
les, bajo el formalismo de determinadas que son conminados con penas privati-
“infracciones de deberes”. No es difícil vas de libertad y los que no 10 son. No
seilalar cuáles son las objeciones funda- existen razones suficientes -sino al con-
mentales a los delitos de acumulaci6n. trario- para que la pena privativa de li-
Aparte de que implican utilizar el Dere- bertad sea despojada del aparato garan-
cho penal respecto de ilicitos de menor tfstico liberal. Sin embargo, la demanda
entidad y que vulneran el principio de social de protecci6n muy posiblemente
proporcionalidad, el mismo Derecho pe- no sed resuelta con un Derecho penal
nal de culpabilidad se ve seriamente le- reducido a sus ilícitos tradicionales, por
sionado pues, en definitiva, el funda- lo que se producirá una expansión hacia
mento de la sanci6n en estos casos ~610 la protección de intereses nuevos. Final-
puede hallarse ex iniuria tertii. mente, lo más probable es que tal expan-
Es asl como Silva Sánchez, sobre la sión traiga consigo una flexibilizaci6n de
base de que en todo sistema sanciona- las reglas de imputación y los principios
torio no tienen por qué existir la.5 mis- de garantla. Nada de esto es cuestionado
mas garantlas -pues incluso dentro del por el autor, siempre que se mantenga
propio sistema penal las consecuencias dentro de limites razonables. Lo que si
jurfdicas son sustancialmente diversas-, refuerza con insistencia es que “esta am-
sostiene que “el problema no es tanto en pliación del Derecho penal no podr8 ba-
la expansión del Derecho penal, sino sar su requerida fuerza comunicativa
especKicamente la expansión del Dere- en la imposición de penas privativas de
cho penal de la pena privativa de liber- libertad”. Por 10 tanto, Silva SBnchez
tad. Es esta última la que debe realmente acepta el advenimiento de un Derecho
ser contenida”. Por 10 tanto, en su pensa- penal “de dos velocidades”, 10 que impli-
miento es posible admitir cierta gradua- ca abordar una sectorialización tanto de
cibn en la vigencia de las reglas de im- las reglas de la Parte General como, con-
putación y las garantlas tradicionales, secuentemente, de la teoda de la reac-
siempre que el modelo sancionatorio -el ci6n penal.
tipo y la entidad de las sanciones que es El excuso de la obra est8 dedicado a
posible imponer- resulte acorde con ta- la concepci6n funcional-normativa sobre
les “modernizaciones”. Pero el autor va la misión del Derecho penal -defendida
incluso más allá: sobre la base de 10 an- especialmente por Gtlnther lakobs- y su
terior, no ve impedimentos para que la relaci6n con el problema de la expan-
sanción de buena parte de los nuevos sión. La razón por la que Silva Sgnchez
ilfcitos de la expansión se realice dentro introduce este capitulo en su obra es
19991 BIBLIOGRAFIA 787
muy clara: una de las criticas que ha he- vergadura.En segundolugar, la aprecia-
cho la doctrina españolaal planteamien- ción no meramenteanecdóticade que el
to de Jakobs-fundamentalmentea partir Código Penal Espafiolde 1995 represen-
de la publicaci6n en espaÍío1de la critica ta una buenamuestradel fenómenoex-
de AlessandroBaratta, en 1984-consiste pansivo y. al mismo tiempo, del aban-
en afirmar que respondea una concep- dono de las limitaciones y resguardos
cibn maximalista del Derecho penal. propuestospor Silva Sánchez.
Esta argumentaciónha sido ya suficien- La tesis planteadaes sin duda inte-
tementerebatida por Sutiez, Pefiaranda resante.Tiene el indiscutible mCrito de
y Cancio en su introducción a la edición abogaren forma clara -y. en principio,
espafiolade los Estudiosde Derechope- tambiéndogmáticamenteviable- por una
nal de Jakobs, pero Silva S&nchez se limitación del fenómenoexpansivo. No
hace cargo una vez mis del asuntopara obstante, resulta necesariodestacarque
serialarel defecto esencialde la crftica: el núcleode la propuestase halla inevi-
la propuestade Jakobs,que asignaal De- tablementecondicionadopor una conje-
recho penal la funci6n de estabilizar la tura polltica, la de que no será posible
vigencia de las normasesenciales,no de- interponer una limitación másenérgicaa
termina tanto los alcancesdel Derecho la expansión“modernizadora” mediante
penal cuanto la manerade entender su el fortalecimiento de otras instanciasde
misibnen el dmbito que previamente-a protección, respectode las cualesel De-
nivel politico- sedefina comosuyo. Una rechopenal no debieraperder sucariicter
visibn crítica del fenõmeno expansivo subsidiario.Es verdad que la conjetura
no es, por lo tanto, en absolutoincompa- contraria tampocopuedesersostenidaen
tible con la afirmaci6n de un modelo forma cientifica. Sin embargo,no parece
funcional del Derechopenal. del todo razonabledejar de lado la aspi-
Antes de concluir estabreve nota pa- ración a que la ciencia ilustre con mayor
rece importante destacar dos plantea- profundidadel debatepolftico. Tal aspi-
mientosque recorren transversalmentela raci6n puedeincluso considerarseespe-
obra. Por una parte, la llamadade aten- cialmentevigente en aquellospaísesque
ción queimplica descubrircómo el fenó- estaránen condicionesde aprenderde la
meno de la expansiónno obedecesenci- experiencia europeacuando, en el mo-
llamente a un conjunto de reacciones mento oportuno, abordenla reforma de
precipitadasy faltas de ilustración. Por su propio sistemapenal.
el contrario, se deja entrever en qut me-
dida tal movimiento cuentacadavez más
con un respaldoideológico de mayor en- Alex von Weezel de la Cruz