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1. Introducción
La energía, no cabe duda, es una cuestión fundamental en toda actividad industrial y en
cualquier servicio, y la selección de la forma de energía más idónea que ha de emplearse en cada
momento es un aspecto substancial del problema. De entre todas las energías secundarias que el
hombre dispone, el aire comprimido tiene unas propiedades específicas que lo hacen muy
interesante para determinadas aplicaciones. Aunque su utilización se remonta a más de dos mil
años y su incorporación a la industria sucedió hace bastante más de un siglo, fue a partir de 1950,
en el momento en que empezó a emplearse en procesos de automatización, cuando se produjo un
fortísimo incremento en su uso.
El aire comprimido es una energía con numerosas aplicaciones debido a sus grandes y
múltiples cualidades y sus pocos inconvenientes, por lo que se ha hecho casi imprescindible,
siendo difícil encontrar una industria que no lo utilice.
La tecnología que emplea este tipo de fuente de energía se denomina neumática, palabra
que deriva de pneuma que significa viento, respiración e incluso alma. Técnicamente se define la
neumática como la tecnología que estudia la producción, transmisión y control de movimientos y
esfuerzos mediante el aire comprimido.
Paralelamente existe la oleohidráulica que tiene los mismos fines pero empleando como
fuente de energía los líquidos a presión, fundamentalmente aceites.
Incidiendo ahora en las ventajas del aire comprimido diremos que dispone obviamente de
una fuente inagotable; es transportable a distancias apreciables; puede almacenarse en cantidades
moderadas en depósitos fijos o móviles; la temperatura no le afecta y es antideflagrante; es una
energía limpia que no contamina y no requiere tuberías de retorno.
Los elementos que precisa en su utilización, tanto en producción como en uso, son
simples, económicos y robustos; su mantenimiento es sencillo sin necesitar de especialistas; el
riesgo de accidentes es mínimo.
Las velocidades de trabajo que proporciona son elevadas, sobre todo en las de giro, no
superadas por casi ninguna otra fuente de energía, recuérdese el torno del dentista que puede
alcanzar las 500.000 revoluciones/min. Si un elemento se sobrecarga no se estropea, solamente
se para, volviéndose a poner en marcha cuando se retira aquella.
Los mecanismos en los que se utiliza aire comprimido poseen facilidad de regulación,
tanto de velocidad como de fuerza, desde cero a su valor máximo. En los movimientos lineales se
puede regular su posicionamiento, aunque en menor grado que los parámetros anteriores. Poseen
una gran facilidad para conseguir el cambio de sentido de la marcha gracias a la poca inercia que
tiene el aire. Se puede transformar un movimiento lineal en giratorio o viceversa sin problema.
1-2 Neumática
Como inconvenientes hay que considerar que la fuerza que puede producir es limitada, no
superando los 50.000 N. También que la velocidad que proporciona en los movimientos no es
rigurosamente constante debido a la compresibilidad del aire. El esfuerzo no puede regularse con
demasiada precisión y el posicionamiento intermedio tampoco es muy exacto ni resulta fácil su
regulación.
El aire es transparente lo que hace a veces difícil detectar una fuga. El aire comprimido
requiere una cierta preparación por lo que su costo es algo elevado. Hay que reseñar también que
los procesos de generación y de descarga a la atmósfera del aire resultan algo ruidosos.
Como ya se ha reseñado su campo de aplicación y las funciones que puede llevar a cabo
son amplísimas, se suele decir que viene tan solo limitado por la imaginación del usuario. En el
cuadro siguiente se incluyen, sin intención de ser exhaustivos, algunas de las funciones que es
capaz de ejecutar.
Misiones del aire comprimido
Alimentar Punzonar Voltear
Apretar Soplar Doblar
Sujetar Sincronizar Clasificar
Levantar Controlar Maniobrar
Expulsar Contar Accionar
Empujar Girar Repetir hasta el ∞
Embutir Fijar Manipular
Remachar Vascular Etcétera
A esto hay que añadir que en función de la formación del proyectista, pretenderá el
“electricista” resolver el problema necesariamente mediante una solución de mando eléctrica, el
“hidráulico” de una manera hidráulica y el “neumático” empleando la neumática. La solución de
mando óptima de un problema planteado implica como condición previa el conocimiento de todas
las alternativas que se ofrecen.
Los cuadros que se acompañan a continuación tienen como finalidad proporcionar una
idea general de las características fundamentales de los medios más corrientes de trabajo y de
mando, así como establecer unos criterios para su elección. Sin embargo no se trata ni puede
tratarse aquí de una enumeración completa de todos los factores, sino sólo de una exposición de
los puntos más importantes empleando palabras clave.
1-4 Neumática
Por ejemplo, en México D.F. que está a 2.240 m sobre el nivel del mar, la presión
atmosférica local está alrededor de los 0,768 bar.
En cuanto a las unidades en que se mide la presión, en la tabla 1-3 se recogen las más
importantes y se indica la equivalencia entre ellas. Hay que mencionar que las unidades más
utilizadas en neumática son el bar y el MPa en el sistema internacional y psi (libra por pulgada al
cuadrado) en el sistema anglosajón.
2
kg/cm Pa bar atm psi mca Torr
2
kg/cm 1 98.000 0,98 0,97 14,22 10 735
-5 -5 -4 -4 -4 -3
Pascal 1,02⋅10 1 10 9,8⋅10 1,45⋅10 1,02⋅10 7,51⋅10
5
bar 1,02 10 1 0,99 14,50 10,2 751
atm 1,033 101.257 1,013 1 14,66 10,33 760
psi 0,0703 6.895 0,069 0,0682 1 0,703 51,74
mca 0,1 9.800 0,098 0,097 1,42 1 73,6
-3 -3 -3 -2 -2
Torr 1,36⋅10 133,2 1,33⋅10 1,32⋅10 1,93⋅10 1,36⋅10 1
Tabla 1-3. Cuadro de equivalencias de unidades de presión.
El aire comprimido, desde que se toma de la atmósfera hasta que se utiliza para cumplir su
cometido pasa por diferentes estados de presión y temperatura (capítulo 2). En las condiciones de
presión y temperatura típicas de las aplicaciones neumáticas (Pmáx< 12 bar; Tmáx< 130 ºC), el aire
cumple la ecuación de estado llamada de los gases ideales, que se expresa por:
p ⋅ V = m ⋅R ⋅ T
donde p es la presión absoluta del aire, V es el volumen del recinto donde se encuentra, m es la
cantidad de masa, T es la temperatura en escala absoluta y R es una constante que para el aire en
el S.I. vale 287,14 J/(kg ºK).
p T
Q 0 = 1 ⋅ 0 ⋅ Q1
p 0 T1
En esta ecuación tanto la presión como la temperatura tienen que estar expresadas en la
escala absoluta correspondiente.
Para finalizar, se debe señalar que, cuando se trabaja con aire comprimido, la energía de
posición y la energía cinética suelen ser despreciables frente a la energía de presión. La energía
de posición siempre se puede despreciar porque tiene un valor muy reducido en todas las
instalaciones industriales. La energía cinética sólo debe tenerse en cuenta si se trabaja con
presiones muy reducidas o si se tienen escapes a la atmósfera a través de boquillas que reducen
notablemente la sección de paso del aire.