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Giráldez Andrea

Educación musical:
los retos del futuro inmediato

El reciente cambio de milenio ha su- sar qué nos gustaría mantener y qué de-
puesto una buena ocasión para imaginar searíamos cambiar, hacer juicios de va-
el futuro y, al mismo tiempo, para re- lor intentando proyectar el futuro. No
flexionar sobre el pasado en los más di- podemos olvidar que «reflexionar sobre
versos ámbitos de la vida. Quienes nos el futuro es imposible sin referirse al pa-
dedicamos a la educación musical tam- sado y al presente, puesto que desde es-
bién nos hemos visto impulsados a mi- tos cimientos se construyen las líneas
rar para atrás en busca de claves que nos maestras de lo que está por venir»
permitieran calibrar el presente y, al mis- (Gimeno Sacristán, 1999: 29).
mo tiempo, a levantar la mirada tratan- Partiendo de estas premisas, los retos
do de perfilar un horizonte de futuro. Al- a los que se enfrenta la educación musi-
gunas de las ideas surgidas en este con- cal serán analizados teniendo en cuenta
texto son las que intentaré exponer en tres cuestiones básicas: dónde y por qué
este artículo aclarando, como correspon- aprender, qué enseñar y cómo enseñar
de, que las mismas son fruto de reflexio- música en las escuelas.1
nes personales y que, por tanto, no pre-
tenden adquirir un carácter universal.
Al hablar sobre la educación musical
en el futuro es necesario hablar sobre el
pasado y el presente, analizarlo, valorar
sus aspectos positivos y negativos, pen-

ANDREA GIRÁLDEZ Musical, Escuela


Doctora en Filosofía y Universitaria de Magisterio
Ciencias de la Educación. de Segovia, Universidad de
Prof. Titular del Área de Valladolid.
Didáctica de la Expresión

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temas educativos de numerosos países


y que, además, en muchos casos se
cuenta con profesores especialistas, a
primera vista deberíamos pensar que
esto no es motivo de preocupación. Sin
embargo, si tenemos en cuenta el valor
que otorgan a la educación musical los
políticos y, en muchas ocasiones, la so-
ciedad, quizá tendríamos que comenzar
a inquietarnos. No podemos perder de
vista que «una de las principales dificul-
tades consiste en que la música no es
percibida como si tuviera un valor de su-
Dónde y por qué aprender pervivencia. En la sociedad contempo-
ránea necesitamos el lenguaje, las ma-
La escuela es el único lugar donde todos
temáticas y las ciencias para sobrevivir,
los niños tienen la oportunidad de recibir
pero no necesitamos la música. Por lo
una educación musical.
menos eso es lo que se percibe común-
Mehlig, 1997
mente. […] Cualquier evidencia de falta
de comprensión científica se utiliza
para exigir medidas drásticas, sin tener
La inclusión de la música en el currí- en cuenta los costes que implica reme-
culo escolar es imprescindible. Comen- diar una desgraciada situación. En com-
zar este apartado con una afirmación tan paración, el analfabetismo musical es
categórica puede causar cierta preven- aceptado con ecuanimidad, incluso con
ción al lector, pero la fuerza de la aseve- indiferencia. No constituye ni siquiera
ración pretende anular algunas conside- una noticia. ¿Por qué debería serlo?»
raciones según las cuales la educación (Lehmann, 1993: 13-23).
musical «es apreciada en cuanto fomen- La situación es compleja y, a diferen-
ta la creación y proporciona disfrute, pero cia de lo que podría pensarse, la atención
se anula como objeto de conocimiento» que recibe la educación musical no siem-
(López García, 1993: 84-93). Las razones pre depende de las posibilidades econó-
que justifican una educación musical de micas de cada país sino, más bien, de
calidad dentro del sistema escolar son cuestiones ideológicas y del sistema de
múltiples y quedan avaladas por nume- valores que surge de los distintos proyec-
rosas teorías e investigaciones (Gardner, tos políticos. Valga como ejemplo la si-
1983; Shaw, 2000; Eisner, 2002, entre tuación vivida en los últimos años en Es-
otras). A pesar de ello, la realidad parece paña, donde la música entró a formar
obstinada y, a diferencia de lo que ocu- parte del currículo en 1990 con la apro-
rre con otras áreas de aprendizaje, la bación de la Ley Orgánica de Ordenación
música no tiene garantizado un lugar en General del Sistema Educativo (LOGSE),
el currículo escolar. durante la penúltima legislatura del go-
¿Debería, entonces, preocuparnos el bierno socialista. Una ley posterior, la Ley
futuro de la educación musical en las Orgánica de Calidad de la Educación
escuelas? Si consideramos que en las úl- (LOCE), promulgada en 2002 por el go-
timas décadas la música ha entrado a bierno del Partido Popular,2 de corte con-
formar parte de los currícula de los sis- servador y neoliberal, recortó hasta los

1 Siendo, el de educación musical, un concepto muy amplio, aplicable a niveles educativos dispares que van desde la educación
general hasta la profesional, pasando por la educación no reglada, debemos aclarar que nuestro artículo se limita a un contex-
to específico: el de la educación general u obligatoria.
2 La implantación de esta Ley ha sido paralizada por un Decreto de Ley aprobado por el nuevo gobierno socialista en 2004.

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límites la presencia de la música en la docentes de música en la última década


escuela. A cambio, se potenciaban las lla- sino también la manera de abordar esta
madas “áreas instrumentales” (matemá- asignatura que, en lo propuesto por la ley,
ticas, lengua e inglés) y asignaturas como pasaba a ser fundamentalmente teórica
la historia o la religión (una de las más y, en la etapa de Secundaria, se centra-
polémicas puesto que España es un es- ba básicamente en torno a la historia de
tado no confesional). La música llegó in- la música occidental.
cluso a “desaparecer” del borrador del Situaciones como ésta forman parte
currículo para la etapa de Primaria pu- de la realidad a pesar de que las razones
blicado en Internet durante varios días que deberían inducirnos a legitimar la
hasta que, sin más explicación, fue vuel- música en las escuelas son tantas y de
ta a incluir. En la etapa de Secundaria, el tanto peso como las que legitiman otras
recorte horario fue alarmante (suponía áreas de aprendizaje. Pero, ¿por qué es-
más del 50%). Por otra parte, desde el tas razones no parecen ser suficientes?
punto de vista de los objetivos y conte- Puede, como opina Philpott (2004: 65)
nidos, el currículo venía a echar por tie- que «la confianza excesiva en las justifi-
rra no sólo la labor desempeñada por los caciones simplistas realizadas en rela-
ción a la presencia de la música en el
currículo haya minado la inclusión de
esta materia y que, paradójicamente, los
numerosos argumentos que han procla-
mado a la música como algo especial
también hayan hecho que la música fue-
se tomada en consideración con menor
seriedad que otras disciplinas aparente-
mente de mayor peso».
Quizá tengamos que seguir perfilan-
do nuevas formas de argumentar (que no
argumentos) para conseguir que tanto la
clase política como la sociedad en gene-
ral comprenda que la música debe
legitimarse definitivamente como parte
fundamental de los currícula de la ense-
ñanza obligatoria. Y debemos hacerlo
porque «la música educa y es un medio
poderosísimo para la formación, para el
descubrimiento y la consolidación de
nuestra identidad, de nuestra diversidad
infinita pero también de nuestro desti-
no común, para afianzar los fundamen-
tos del espíritu, en momentos en que las
brújulas intelectuales y morales son más
apremiantes que nunca. Pero también
para poner de manifiesto las capacida-
des de [audición], composición e inter-
pretación musical que, de otro modo,
permanecerían ocultas e inadvertidas»
(Mayor Zaragoza, 2004: 7).

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Qué enseñar y el saber comunicar» que se actualiza


cuando se tienen experiencias musica-
les significativas. El desarrollo de esta
Necesitamos planificar un poco más para
“competencia musical” debería ser el
lograr una mayor eficacia; debemos
objetivo último de nuestro modelo edu-
elaborar unos curricula bien
cativo y, consecuentemente, orientarnos
fundamentados y formulados con
a la hora de seleccionar los contenidos
sensibilidad; es importante que pensemos
más adecuados. Al mismo tiempo, las
juntos sobre la educación musical.
capacidades desarrolladas mediante los
Swanwick, 1991.
contenidos seleccionados deberían po-
sibilitar al alumnado continuar un
aprendizaje musical independiente, más
allá de los muros del aula o, como señala
Como afirmábamos en el apartado Lehmann (1993) «proporcionarle el entre-
anterior, la inclusión de la música en el namiento y el conocimiento necesario
currículo escolar es imprescindible. Aho- como para tomar sus propias decisiones
ra bien, una vez reconocida su importan- musicales y la motivación para seguir
cia debemos plantearnos qué modelo de aprendiendo durante toda su vida».
educación musical queremos ofrecer a También nos hemos referido a la ne-
nuestro alumnado, algo que, entre otros cesidad de atender a la realidad musical
factores, queda determinado por la rea- que nos rodea, una realidad ecléctica en
lidad musical que nos rodea y por los con- la que, como ya hemos explicado, «la mú-
tenidos que seleccionamos para confor- sica florece como un campo de actividad
mar los programas educativos, difícil ta- libre y aparentemente ilimitado donde
rea si tenemos en cuenta que, a diferen- todos los recursos compositivos y las pos-
cia de lo que ocurría en el pasado, hay turas estéticas son posibles» y en la que
ahora demasiadas cosas que aprender y «conviven subculturas que interactúan y
cuestiones de peso que determinan (o se influyen mutuamente de diferentes
deberían determinar) nuestras opciones. maneras» (Giráldez, 2003: 70). Debido, en
Por una parte, nos planteamos un modelo parte, al desarrollo de los medios
educativo que permita al alumnado co- audiovisuales, en las últimas décadas he-
nocer y hacer música. Por otra, debemos mos podido tomar contacto prácticamen-
prestar atención a un mundo musical te con todas las músicas posibles. A pesar
marcado por el pluralismo, en el que con- de ello, los programas de música siguen
viven (y se fusionan) los más diversos es- centrándose en un repertorio muy redu-
tilos. Al mismo tiempo, no podemos ale- cido que, en la mayoría de los casos, suele
jar nuestra mirada de desafíos como los limitarse a la música culta de tradición
planteados por la globalización, la occidental (especialmente a aquella com-
interculturalidad o la multiplicación de puesta entre los siglos XVII y XIX) y, even-
medios audiovisuales y tecnológicos. tualmente, al folklore.3 Todo ello a pesar
Cuando hablamos de un modelo edu- de que, como afirma Small (1989:221) «li-
cativo que permita al alumnado conocer mitar nuestras enseñanzas, en épocas de
y hacer la música, nos referimos a un cambios tan profundos y turbulentos, so-
modelo que posibilite el desarrollo de lo lamente a los valores tradicionales de la
que Gino Stefani (1982) denomina “com- música occidental es correr el riesgo de
petencia musical”, concepto que él mis- limitar la imaginación de nuestros alum-
mo define como «el saber, el saber hacer nos a aquellos modos de pensamiento que

3 J. M. Vilar (1998: 78-90) analiza la presencia de las músicas modernas en los libros de texto de Educación Secundaria Obliga-
toria editados en España. Los valores promedio de grabaciones musicales incluidas en los discos compactos que acompañan
estos textos son los siguientes: modernas (13), tradicionales (19), clásicas (68). El análisis fue realizado con textos publicados en
la década de 1990. Si revisamos textos anteriores a esa fecha, comprobamos que aproximadamente el 95% de las audiciones

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han traído a nuestra cultura a su desas- Cómo enseñar


trosa situación actual». La selección del re-
pertorio no es algo inocente y, más allá de
las convicciones que el propio profesora- Las preocupaciones básicas no pasan hoy
do pueda tener con relación a este tema, de manera exclusiva por los aspectos
es cierto que muchos docentes piensan técnico-didácticos del proceso de
que deberían incluir músicas de diferen- enseñanza y aprendizaje de la música
tes épocas, culturas y contextos en sus sino, más bien, por algunos aspectos
programaciones, pero no tienen criterios contextuales de los procesos educativos.
claros a la hora de hacerlo. No podemos Hemsy de Gainza, 1997
olvidar que, salvo excepciones, la mayor
parte del profesorado se forma en conser- Desgraciadamente, muchas personas
vatorios o escuelas de magisterio en las recuerdan todavía su aprendizaje musi-
que la mayor parte de la enseñanza (por cal como una materia poco práctica, abu-
no decir la totalidad) gira en torno a la rrida o centrada en la teoría y la lecto-
música clásica de tradición occidental. Por escritura como primera y única vía de
ello, los cambios que puedan producirse acceso para llegar al sonido y a la propia
en el ámbito de la formación (inicial y música. Una situación que, aunque muy
permanente) del profesorado son esen- lentamente, fue cambiando con la difu-
ciales si queremos que el ideal de una sión de los métodos de educación musi-
educación musical en la que tengan ca- cal surgidos en la primera mitad del si-
bida todas las músicas posibles se haga glo XX (Dalcroze, Martenot, Willems,
realidad. Kodály, Orff) y el posterior desarrollo de
Finalmente, y sin agotar los factores a nuevas propuestas metodológicas
tener en cuenta a la hora de seleccionar (Dennis, Paynter, Shafer, entre otras).
los contenidos, hemos hecho alusión a los Aunque cada uno de estos métodos o pro-
desafíos que plantean los medios puestas metodológicas se basan en dife-
audiovisuales y tecnológicos en el ámbito rentes premisas, seleccionan distintos
de la educación musical. El desarrollo tec- contenidos y subrayan diferentes aspec-
nológico ha influido enormemente en la tos de los procesos de enseñanza y apren-
cultura moderna y, de manera muy espe- dizaje, la mayoría coincide en una idea
cial, en la industria musical. En la educa- básica: que todos los niños y las niñas
ción musical, el impacto de estos recursos pueden y deben beneficiarse de la ense-
nos ha llevado a replantearnos no sólo al- ñanza musical, sin importar su talento o
gunos de los contenidos, sino también los musicalidad.
objetivos, las actividades y los recursos La aportación de estos métodos al
metodológicos aplicados en el aula y a de- mundo de la educación musical ha sido
sarrollar diversas propuestas didácticas de un valor innegable y ha caracterizado
que atienden a las posibilidades que se una época en la que gran parte del pro-
abren mediante el uso de teclados, orde- fesorado se ha circunscrito, en un mo-
nadores y otras tecnologías disponibles mento u otro, a uno de ellos. Sin embar-
para la producción, grabación y reproduc- go, la realidad ha demostrado que la apli-
ción del sonido. Se trata, evidentemente, cación directa de alguno de estos méto-
de un terreno en el que aún conviven mi- dos en el ámbito escolar es inviable, es-
tos, promesas y realidades puesto que, a pecialmente si estamos atentos a algu-
pesar del importante número de investi- nos de los múltiples factores que afectan
gaciones realizadas hasta el momento, a los distintos procesos educativos en la
queda un largo camino por recorrer. actualidad, entre ellos, las características

eran de música clásica, quedando el 5% restante (y sólo en algunos libros) dedicado al folklore. En este sentido, parece haber
habido un avance aunque, apreciando la desproporción entre las distintas “categorías” musicales establecidas por Vilar, éste
es a todas luces insuficiente.

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de la sociedad actual, los desafíos de la Referencias bibliográficas


globalización y la interculturalidad o el
impacto de los medios y la tecnología a -Eisner, E. (2002). The arts and the creation of mind.
los que antes hemos hecho referencia. New Haven: Yale University Press.
Paralelamente, las bases filosóficas que -Gardner, H. (1995). Inteligencias múltiples. La teo-
sustentan la educación musical y las ría en la práctica. Barcelona: Paidós.
-Giráldez, A. (2003). La educación musical a las
aportaciones realizadas por distintos in- puertas del siglo XXI. Eufonía. Didáctica de la mú-
vestigadores han abierto nuevos cami- sica, 27, 69-74.
nos. La búsqueda de los enfoques más -Lehmann, P. (1993). Panorama de la educación mu-
adecuados a los procesos de enseñanza sical en el mundo. En Hemsy de Gainza, V. (Ed.), La
y aprendizaje han propiciado el desarro- educación musical frente al futuro. Enfoques
interdisciplinares desde la filosofía, la sociología,
llo de modelos pedagógicos abiertos que, la antropología, la psicología, la pedagogía y la
como señala Hemsy de Gainza (2002: 28) terapia. (13-23). Buenos Aires: Editorial Guadalupe.
parecen «concordar mejor con la época -López García, C. (1993). A propósito de la educa-
actual y las necesidades de niños y jóve- ción artística. Signos. Teoría y práctica de la edu-
nes, ya que tienden a promover vínculos cación, 8/9, 84-93.
-Mayor Zaragoza, F. (2004). La música educa. Eu-
flexibles e interactivos entre maestro y fonía. Didáctica de la música, 30, 7.
alumnos, padres e hijos, y también en- -Mehlig, R. (1997). La música en el sistema educatiu
tre pares. La apertura en lo pedagógico alemany. En AA.VV., Congrés de Música a l’Escola i
remite a los aspectos filosóficos de la a les Escoles de música. (93-100). Barcelona: DINSIC
educación pero también a las técnicas / Consell Català de la Música.
-Philpott, C. (2004). La música puede ser mala para
educativas. Implica la evaluación y el usted. Eufonía. Didáctica de la música, 30, 65-68.
análisis de la situación actual para, des- -Shaw, G. (2000). Keeping Mozart in mind.
de allí, programar intervenciones orien- California: Academic Press.
tadas a promover procesos de desarrollo -Stefani, G. (1982). La competenza musicale.
a lo largo de los diferentes ciclos de la Bologna: CLUEB.
-Swanwick, K. (1991). Música, pensamiento y edu-
educación formal». cación. Madrid: Morata / MEC.
Necesitamos emplear todas las -Vilar, J. M. (1998). La presencia de las músicas mo-
metodologías y técnicas a nuestra dispo- dernas en los libros de texto de educación secun-
sición para hacer realidad una educación daria. Eufonía. Didáctica de la música, 12, 78-90.
musical de calidad. Esto supone mucho
más que pensar en cómo enseñar los di-
ferentes contenidos; supone realizar
análisis filosóficos, sociológicos, psicoló-
gicos y epistemológicos, así como inves-
tigaciones rigurosas que nos ayuden a
encontrar respuestas a los múltiples de-
safíos que plantea la educación musical
actual. Los problemas son diversos y com-
plejos por lo que no pueden ser aborda-
dos desde una única perspectiva. El gran
reto de los profesores y profesoras de
música es, quizá, lograr un modelo de
enseñanza que posibilite el desarrollo
musical de todo el alumnado, teniendo
en cuenta que la música no es un privi-
legio, sino un derecho.

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