Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
(coords.)
Presentación:
Luis Núñez Ladevéze
No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento
informático, ni la transmisión por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico,
por fotocopia u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares
del copyright.
HTTP://www.universitas.es
E-mail: info@universitas.es
ISBN: 978-84-7991-282-6
Depósito Legal: M-44325 - 2010
7
LOS NIÑOS FRENTE A LAS PANTALLAS
8
La televisión y los niños. Una aproximación
a los modelos de investigación1
Television and children. An approximation
of research models
Tamara Vázquez Barrio. Universidad CEU San Pablo
Antonio Malalana Ureña. Universidad CEU San Pablo
Resumen
La aparición y desarrollo de la televisión como medio de comunicación de masas ha centra-
do la atención de numerosos científicos de diversas disciplinas sociales. Los estudios sobre
este tema son, por lo tanto, muy numerosos, atienden a objetivos diversos y emplean meto-
dologías variadas. Este trabajo persigue ofrecer un breve balance de la perspectiva histórica
de la investigación sobre la televisión y los niños recogiendo aquellos trabajos que han defi-
nido modelos de investigación, que han aportado datos de interés o que han desarrollado
hipótesis de gran valor para la investigación del tema en cuestión.
Abstract
The beginning and development of television as mass media communication has focused the
attention of numerous scientific of several social masteries. In consequence, there are a lot of
studies with different research objectives and that apply diverse methodologies. This work
want to offer a brief historic balance of research about television and children pointed out that
works that has defined research models, that has contributed interesting data or that has
expressed important hypothesis for the relationship between children and television research.
1
El estudio en el que se basa este trabajo forma parte de los siguientes proyectos de investigación
en los que los autores participan como investigadores: «La Televisión y la audiencia infantil en España.
Criterios y Contenidos de la programación y pautas de conducta» (Ref. SEJ 2004-00268), «La televisión y
la audiencia infantil en la Comunidad Autónoma de Madrid. Criterios, contenidos y pautas de conduc-
ta (REF. 06/HSE/108/2004) y «Proyecto Coordinado de Televisión e Infancia» (Ref. S2007/HUM-0424).
157
LOS NIÑOS FRENTE A LAS PANTALLAS
1. INTRODUCCIÓN
158
Tamara Vázquez y Antonio Malalana
159
LOS NIÑOS FRENTE A LAS PANTALLAS
base científica que la televisión sea buena o mala para los niños. Se trata siempre de
una relación entre una clase de televisión, una clase de niño y una clase de situación»
(Schramm, Lyle y Parker, 1965:145)
Tomando como punto de partida que la televisión puede modelar o modela –en
función del enfoque teórico del investigador– los comportamientos infantiles y que
puede promover –o promueve– creencias y actitudes sociales en los niños (por ejem-
plo hacia la inmigración, la mujer, la familia, el matrimonio, la homosexualidad, la reli-
gión, etc.) los investigadores sociales se han preocupado por conocer diferentes aspec-
tos de estos potenciales efectos. Dentro de los estudios centrados en los efectos cogni-
tivos las propuestas de Albert Bandura y de George Gerbner han marcado un antes y
un después.
Desde la perspectiva de Albert Bandura (1987, 1996) gran parte de la adquisición
de comportamientos se produce por modelado simbólico o aprendizaje vicario u
observacional. Dicho de otro modo, una parte importante del aprendizaje social se
produce ante la observación del comportamiento ajeno y de sus consecuencias. Este
aprendizaje vicario no se produce sólo a partir del comportamiento de modelos reales,
es decir, de los seres humanos que nos rodean, sino también a través de los modelos
simbólicos, expresados verbal o visualmente. Los personajes de la televisión son, por
lo tanto, modelos simbólicos que ofrecen información acerca de los valores humanos
y patrones de comportamiento y de conducta, que los adultos y sobre todo los niños y
adolescentes aprenden de forma vicaria.
Para Gebner y su equipo las historias, los mensajes, los patrones de caracterización
o la tipificación social que ofrece la televisión se imponen en el entorno simbólico y
afectan a las concepciones de la audiencia en áreas como el género, las minorías, los
estereotipos, la familia, la religión, las expectativas de futuro y otras, especialmente en
los que denominan «espectadores voraces»2.
En el ámbito de los efectos sobre la conducta los estudios son muy abundantes. Gar-
cía Matilla, Callejo y Waltzer (2006: 30) advierten sobre siete campos del comporta-
miento de los niños respecto a la televisión con la suficiente relevancia como para ser
considerados objetos específicos de estudio: comportamientos sociales; comporta-
mientos y logro escolar; comportamientos de ocio; comportamientos y hábitos con
relación a la televisión; comportamientos de consumo, especialmente los relativos a
los efectos de la publicidad televisiva; comportamientos con relación a la salud y dife-
rentes comportamientos del medio con respecto al género o la etnia. Dorr (1985: 69)
centra su atención en el área de la conducta afectada y considera los efectos psicológi-
cos, políticos, económicos y sociológicos.
2
«Las «lecciones» repetitivas que aprendemos de la televisión desde nuestra infancia pueden
convertirse en la base de una opinión más amplia acerca del mundo, con lo cual podemos conver-
tir la televisión en una fuente importante de valores generales, ideologías y perspectiva, así como de
asunciones específicas, de creencias e imágenes» (Gerbner et al., 1996:51).
160
Tamara Vázquez y Antonio Malalana
Otra forma de abordar el tema de los efectos consiste en analizar los que la investi-
gación atribuye a los diferentes tipos de contenidos. Debido a la amplitud de esta cues-
tión nos vamos a limitar a comentar los efectos imputados a los contenidos violentos y
a los publicitarios, por ser los más estudiados en el ámbito español.
161
LOS NIÑOS FRENTE A LAS PANTALLAS
y Peña, Andreu y Muñoz (1999) y todos han concluido que la violencia justificada
genera más agresividad en los niños.
Urra, Clemente y Vidal (2000:9-13) sintetizan otros aspectos que ellos denominan
«facilitadores» de la agresión. Los agrupan en dos bloques: en cuanto a la forma de
interpretar lo que se está viendo y en cuanto a la forma de presentación de la violencia.
El primero depende en mayor medida de las características individuales de los niños
receptores y el segundo, de las formas del contenido. Entre los aspectos que contribu-
yen en la forma de interpretar lo que se está viendo incluyen el significado de la comu-
nicación, la identificación con los personajes y la reactivación de estructuras asociati-
vas previamente adquiridas, además de la que hemos comentado en el párrafo ante-
rior. Dentro del segundo grupo se encuentran la naturaleza del agresor y de la víctima,
la presencia de armas, la extensión y el carácter gráfico de la violencia, la realidad de
las descripciones mediáticas, las consecuencias de la violencia y el humor como com-
pañero o no de la misma3. En ese libro también resumen los principales efectos de la
violencia sobre los espectadores en seis puntos: aprendizaje de actitudes y conductas
agresivas, desensibilización o insensibilidad ante la violencia; temor a ser víctima, pro-
cesos de justificación cognitiva; asociación cognitiva y transferencia de la excitación.
Además destacan las consecuencias que la violencia tiene sobre los niños por dos
cosas: por un lado, porque cuenta con aspectos que facilitan la agresión (por ejemplo
no se muestran las consecuencias de utilizar la violencia) y también porque cuantitati-
vamente están muy expuestos a este tipo de contenidos, ya que no sólo los ven en los
espacios infantiles como los dibujos animados, sino también en las películas y telese-
ries para adultos.
3
El segundo grupo de efectos «facilitadores» al que se refieren los autores ya había sido pues-
to de relieve fuera de nuestras fronteras por Donnerstein (1998:48-56), quien manifestó que hay
al menos nueve rasgos contextuales que pueden influir en la peligrosidad de los contenidos vio-
lentos porque incitan en mayor o en menor medida a la imitación. Estos rasgos son: la naturaleza
del agresor, la naturaleza de la víctima, la justificación de la violencia, la presencia de armas, la
extensión y el carácter gráfico de la violencia, el grado de realismo de la violencia, la recompen-
sa o castigo de la violencia, las consecuencias de la violencia y el humor como compañero, o no,
de la violencia.
162
Tamara Vázquez y Antonio Malalana
dos, los desean y los compran o influyen en sus padres para que éstos se los compren.
Entre los no intencionados sitúa el crecimiento de actitudes materialistas, la influencia
en los hábitos alimenticios y que como consecuencia de la publicidad muchas veces
se generan problemas entre padres e hijos cuando los primeros no transigen con las
exigencias de compra de los segundos. Gunter, Oates y Blades (2005) diferencian
entre los efectos de la publicidad en el conocimiento, en las actitudes y valoraciones
sobre los productos y las marcas, la influencia en el consumo y también se refieren a
los efectos no buscados de la publicidad como su influencia sobre las actitudes hacia
la comida o hacia el consumo de tabaco, por ejemplo. Sobre los efectos de la publici-
dad en las actitudes y valoraciones sobre los productos, Schor (2006) indica que la tele-
visión induce a la disconformidad con lo que uno tiene, crea una orientación hacia las
posesiones y el dinero y hace que los niños se preocupen más de los valores consu-
mistas y de las marcas.
En nuestro país, Martínez (2005: 202) enumera tres principales efectos que la publi-
cidad genera en los niños: a) el ascenso del materialismo por la influencia en su siste-
ma de valores y aspiraciones; b) la rápida inculcación de valores adultos en los niños,
tanto en los productos como en las escenificaciones publicitarias y c) la uniformidad de
los gustos infantiles a escala mundial.
Para Bringué (2000: 107) la influencia de la publicidad sobre el niño puede resumir-
se en tres campos de actuación: modificación de sus actitudes y valores a corto o largo
plazo; realización de peticiones a otras personas como los padres o los iguales; influen-
cia en las elecciones del niño y en su comportamiento de compra. Un estudio empírico
muy citado por la originalidad de su diseño metodológico que demuestra este último
efecto atribuido a la publicidad sobre los niños es el de Esteve (1983). Este autor observa
que existe una vinculación causal bastante intensa entre la inversión publicitaria y la
demanda de juguetes de los niños contrastando la publicidad de juguetes (tiempo de emi-
sión, número de anuncios, ubicación en la parrilla, etc.) con las peticiones de los niños
en las Cartas de los Reyes Magos. En la misma línea, Patricia Núñez (1992), aunque
minimiza el poder de la publicidad como único factor de socialización en su tesis docto-
ral, señala que la publicidad sí tiene efectos en la demanda de compra a corto plazo.
Volviendo al esquema lasswelliano que hemos tomado como punto de partida para
organizar la investigación, otra de las perspectivas desde la que se puede acometer el
estudio sobre la televisión es la centrada en los receptores. Las investigaciones sobre
este elemento del acto comunicativo se pueden agrupar de manera simplificada en dos
grandes bloques: «las destinadas a medir la audiencia y su distribución entre los distin-
tos medios y las que tienen por finalidad comprender el sentido de la relación que los
163
LOS NIÑOS FRENTE A LAS PANTALLAS
sujetos establecen con el medio. Las primeras se desarrollan con técnicas de investiga-
ción social cuantitativas. Las segundas, con prácticas de investigación social cualitati-
vas, aun cuando no exclusivamente. No faltan estudios que articulan las dos perspec-
tivas: relevancia y sentido» (Callejo 2002:120).
Esta unión de las dos perspectivas a la que se refiere Callejo en la cita anterior es un
hecho bastante reciente y que ha ido incrementándose desde el momento en el que la
escribe hasta nuestros días. Hasta hace dos décadas los enfoques teóricos en el campo
de la recepción televisiva estaban indiscutiblemente volcados hacia las técnicas de
investigación social cuantitativas. Las investigaciones cualitativas sobre la recepción
televisiva aparecen en los años ochenta a partir de los trabajos de Morley (1986), Hob-
son (1982), Buckingam (1987) o Lull (1990) en el contexto anglosajón y los desarrolla-
dos por Martín-Barbero (1987), Barrios (1993) u Orozco (1992 y 1996) en el latinoa-
mericano. Estos autores emprenden un cambio de orientación en el estudio de la tele-
visión recuperando las aportaciones más importantes de la teoría de los usos y gratifi-
caciones: por un lado, el lugar epistemológico central de los receptores y no de los
mensajes y los efectos como había sucedido hasta ese momento, y por otro, el carácter
activo de la audiencia. Ponen de relieve que los telespectadores no asimilan de forma
acrítica lo que reciben de la televisión, sino que interpretan activamente los mensajes
mediante un proceso en el que intervienen sus mediaciones cognitivas, familiares,
sociales, culturales e institucionales, que actúan como filtros para la lectura de los sig-
nificados televisivos. Pero los cambios más sustanciales son el metodológico –aban-
donan las técnicas de investigación cuantitativas predominantes en los paradigmas
anteriores y se valen de prácticas cualitativas de investigación social, sobre todo etno-
gráficas– y el de perspectiva –mientras los primeros ponen el acento en las necesida-
des individuales, los segundos lo hacen en los contextos específicos del consumo tele-
visivo como la familia y la escuela, que «de ser una variable poco influyente o que se
podía descuidar, pasó a considerarse como una compleja actividad cultural que se des-
arrollaba gracias a procesos de negociación y de réplica, a los que había que analizar
con las metodologías adecuadas» (Grandi, 1995:149)–.
A partir de este momento se polarizan las posturas de los que defienden una y otra
metodología y solo desde hace algunos años parece que ambas han conseguido legiti-
marse en función de lo que podríamos denominar adecuación temática: la elección de
una u otra perspectiva metodológica, al igual que la de una u otra herramienta de inves-
tigación de las que ofrece cada una de esas dos perspectivas, dependerá de su grado de
acondicionamiento a los objetivos planteados en el estudio que se pretenda acometer.
164
Tamara Vázquez y Antonio Malalana
165
LOS NIÑOS FRENTE A LAS PANTALLAS
tomar en cuenta. La educación aparece como un valor en sí sobre todo a medida que
desciende la escala social y la escuela pierde legitimidad a medida que se asciende
en el nivel de ingresos.
En España, la primera investigación que considera a los niños telespectadores
activos y utiliza metodología cualitativa es la dirigida por Juan Benavides (1992). A
ésta le siguen la de Aparici (1994), la tesis de Nuria García Muñoz (1997), enmarca-
da en un trabajo más amplio dirigido por el profesor Emili Prado, y las investigacio-
nes de Vílchez Martín (1999) o la encabezada por García Cortázar (1998), entre
otras4.
El trabajo de investigación desarrollado por Aparici (1994) no renuncia a la pers-
pectiva cuantitativa, pero la integra con otras dos: la tradición de los efectos o de los
contenidos y el estudio del comportamiento de las audiencias con el fin de realizar una
investigación aplicada al contexto de la educación, de la familia y de la sociedad. Mez-
cla, por lo tanto, metodología cuantitativa y cualitativa para el estudio tanto de la
audiencia como de la programación. Esta visión integradora se observa ya en las pre-
misas del estudio en las que además de considerar que las audiencias juegan un papel
activo y tienen normas y valores que pueden coincidir o entrar en conflicto con los pro-
puestos por el medio televisivo, aprecia la utilidad de los estudios cuantitativos de
audiencia para conocer las tendencias de ciertos sectores de población y poder plan-
tear propuestas.
En la misma línea se sitúa la investigación dirigida por García Cortázar, en el senti-
do de que también en este caso exploran la relación entre televisión, familia y escuela
desde una perspectiva que no está centrada en lo que la televisión hace a la gente. El
planteamiento es más bien al contrario, qué hace la gente con respecto a sus hijos y
alumnos en lo relativo a la relación de éstos con la televisión. Analizan la percepción
de la influencia del medio por parte de los sujetos implicados y la mediación de los
padres y educadores en la relación del niño y del joven con la televisión a través de
196 entrevistas en profundidad (84 a niños/as y adolescentes, 84 a padres y 28 a maes-
tros/educadores). Se trata de comprobar la influencia del medio sobre niños y jóvenes
percibida por padres y maestros y las estrategias que despliegan para mediar en esta
influencia.
La tesis de Nuria García también explora el concepto de recepción. En este caso
la investigación se centra en analizar las modalidades de relación entre los niños de
edades comprendidas entre los 6 y los 10 años y la televisión en el contexto fami-
liar. A través de 57 entrevistas en profundidad a niños de una escuela pública de
una localidad de Barcelona concluyó que estos prefieren ver televisión en compa-
ñía de los padres en la sala central de las relaciones familiares, el comedor. Según
la autora, la gratificación de los niños por el consumo grupal de la oferta televisiva
4
Para una revisión esquemática de la metodología y principales conclusiones de estas investi-
gaciones, Cfr. García Matilla, Callejo Gallego y Walzer (2004).
166
Tamara Vázquez y Antonio Malalana
A diferencia de lo que sucede con los estudios cualitativos sobre la recepción infan-
til de televisión, los de tipo cuantitativo, también denominados estudios demográficos,
son bastante abundantes. Comenzaron en EEUU paralelamente a los inicios del fun-
cionamiento del medio en los años 50 y se fueron implantando paulatinamente en el
resto de los países a medida que iba penetrando y popularizándose la televisión. El
objetivo de estas investigaciones consiste en medir el comportamiento y los hábitos de
consumo televisivo de los espectadores para lo que se valen de la audimetría y de la
encuesta.
La mayoría de las encuestas que se interesan por aspectos relacionados con los
medios de comunicación son encargadas por los departamentos de investigación de
los propios medios o por instituciones que se dedican a estudiar temas sociológicos
como el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). El primer estudio realizado por
este centro de investigación sobre la televisión y los niños data de 1964. Es el estudio
1001 sobre «Medios de comunicación infantiles» en el que se encuesta a los padres y
tutores, a los pedagogos y profesores y también a los niños de edades comprendidas
entre los 6 y los 16 años.
En 1998 el CIS acomete el estudio 2272 sobre «Hábitos de comportamiento ante la
televisión». Se trata de una encuesta realizada en el ámbito de Madrid a padres e hijos
sobre diferentes aspectos de la relación entre familia y televisión. Los temas más rele-
vantes en el contexto de nuestra investigación por los que son preguntados los encues-
tados son: el tiempo que dedican a ver la televisión, el tipo de programas que les resul-
tan más interesantes y a los que dedican más tiempo, la simultaneidad o no de otras
167
LOS NIÑOS FRENTE A LAS PANTALLAS
actividades mientras ven la televisión, si los niños la ven solos o acompañados, qué
conocimiento tienen los padres de la programación que ven sus hijos, cuál es su opi-
nión sobre el grado de violencia de la programación infantil y sobre los hábitos publi-
citarios y el grado de mediación familiar sobre los contenidos que ven los niños. Entre
las conclusiones más relevantes, la encuesta reafirma el papel hegemónico de la tele-
visión en el ocio de los niños y jóvenes madrileños y pone de manifiesto que en un día
laborable, éstos ven la televisión hasta las 11 de la noche. Respecto a la programación,
la mayoría manifiesta saber qué es lo que quiere ver cada vez que enciende la televi-
sión. La encuesta también pone de relieve que los niños y los jóvenes son los que sue-
len elegir qué se ve en el hogar (41%) a pesar de que el 51% de los padres afirma orien-
tar a sus hijos habitualmente sobre la programación que les conviene. Una vez más, los
números indican, que a pesar de que los documentales y los musicales son los géneros
que los encuestados declaran preferir, sin embargo dedican más tiempo a series y tele-
comedias aún interesándoles menos.
Sobre los hábitos televisivos de los niños cabe destacar la encuesta realizada por el
CIS en mayo de 2000 titulada «La televisión y los niños: hábitos y comportamientos»
en la que además se recoge información sobre la relación que mantienen con sus
padres en lo relativo a la televisión. La interpretación de los datos proporcionados por
esta macroencuesta corrió a cargo de los profesores Núñez Ladevéze y Pérez Ornia,
responsables de la propuesta y colaboradores del diseño, que contrastando este mate-
rial sociológico con el de estudios5 anteriores articulan una hipótesis sobre el sentido
de los datos estadísticos (Núñez Ladevéze y Pérez Ornia, 2002). Basándose en la teo-
ría de la disonancia cognoscitiva de Festinger (1957) desarrollan el concepto de con-
flicto o disonancia pragmática como explicación a algunas incongruencias que
encuentran al correlacionar las respuestas ofrecidas por los padres con las de los hijos
y con los datos audimétricos: «Por un lado, los padres se quejan de lo que ven los niños
por televisión; por otro, hacen poco por impedir que vean lo que ven; por un lado,
reprochan los contenidos vistos; por otro, hacen poco o nada para impedir que los
niños los vean» (Núñez Ladevéze y Pérez Ornia, 2002: 131). Las formas de interpretar
las distancias entre lo que se dice y lo que se hace son múltiples. La propuesta por los
autores es que «el encuestado tiene conciencia de la diferencia entre lo que es un jui-
cio de valor y una conducta» (Núñez Ladevéze y Pérez Ornia, 2002:141). Una cosa es
el criterio normativo de las personas, lo que se considera que se debería ver y que es
más interesante, y otra es la forma en que las personas aplican esos criterios, lo que en
la práctica se ve y queda registrado en las mediciones audimétricas.
Además de las encuestas encargadas por los departamentos de investigación de los
medios, a las que no es fácil tener acceso, y las realizadas por el CIS, la encuesta de
mayor envergadura cuantitativa en España por su tamaño muestral es el Estudio Gene-
5
Estudio 2238, febrero de 1997; Estudio 2272, «Hábitos de comportamiento ante la televisión»,
enero de 1998 y Estudio 2292, «Tecnologías de la información y la comunicación», junio de 1998.
168
Tamara Vázquez y Antonio Malalana
ral de Medios (EGM). Los estudios periódicos que lleva a cabo el EGM no consideran
a la población infantil –el universo lo componen la población de 14 o más años–, sin
embargo, ha llevado a cabo cuatro investigaciones sobre la Audiencia infantil y juve-
nil de medios en España en las que ofrece información actualizada sobre la relación de
los niños españoles de entre 8 y 13 años y los medios de comunicación.
Como comentábamos al inicio de este apartado, además de las encuestas, la gran
herramienta cuantitativa de investigación de audiencia es la audimetría. Aunque los
estudios audimétricos tienen por objetivo principal servir al mercado audiovisual, la
información que facilitan también es utilizada con frecuencia en investigaciones aca-
démicas para conocer determinados aspectos de las audiencias televisivas, y/o para
correlacionar esa información con la extraída por medio de otras herramientas meto-
dológicas como las encuestas, las entrevistas en profundidad, los grupos de discusión
o el análisis de contenido. Dos ejemplos de esta utilización de la audimetría como par-
te de investigaciones empíricas de carácter universitario son las dirigidas por Núñez
Ladevéze en el Instituto de Estudios de la Democracia. La primera de ellas, titulada «La
televisión y la audiencia infantil en España. Criterios y contenidos de la programación
y pautas de conducta» tiene por principal objetivo el análisis de la programación tele-
visiva infantil de éxito en las cadenas españolas y la representación de ésta que tienen
los principales agentes sociales responsables de su difusión, tanto programadores
como padres. Como las características específicas de cada uno de los objetivos de la
investigación requieren un desarrollo metodológico determinado se propuso un dise-
ño en el que, unas veces de forma sucesiva y otras de forma simultánea, se llevaron a
cabo las siguientes fases: análisis de audiencia, análisis de contenido, entrevistas en
profundidad y análisis de encuestas. La audimetría se utiliza en esta investigación de
carácter no comercial para conocer la estructura de la oferta de programas en horario
infantil y la estructura de la oferta de programas específicamente destinados al consu-
mo de esta audiencia con el objetivo de comparar las ofertas de las cadenas y determi-
nar las repuestas de los niños a los distintos tipos de programas.
El segundo proyecto titulado «Producción de los contextos de recepción de la
audiencia infantil en España: el lugar de la familia» se propone investigar la relación
entre tipos de familia y formas de recepción de la televisión por parte de la audiencia
infantil. Ese objetivo general se concreta en otros cuatro más específicos a los que ya
nos hemos referido con anterioridad6. Al igual que en el caso previo, la consecución
de estos cuatro objetivos requieren la articulación de prácticas cuantitativas y cualitati-
vas de investigación social entre las que, además del análisis de contenido y las entre-
6
Los recordamos aquí: análisis de las pautas de relaciones familiares (internas) que concretan
los distintos tipos de familia; concreción de la función que se asigna a la televisión a través de tales
pautas de conducta familiar; criterios adoptados por los núcleos familiares sobre la relación desea-
ble entre televisión y niños y condiciones de la vida familiar que interfieren, bien facilitando o bien
impidiéndola, la aplicación de los criterios sobre la clase de relación deseable entre niños y televi-
sión.
169
LOS NIÑOS FRENTE A LAS PANTALLAS
vistas cualitativas, se contempla el análisis de audiencia que tiene por finalidad verifi-
car hasta qué punto los padres cumplen sus propias normas respecto a la televisión.
Para ello se estudia la distribución de la audiencia infantil por horarios teniendo en
cuenta como principales variables la estructura, el número de ocupados y la clase
social del hogar.
Además de las investigaciones sobre los efectos y sobre los receptores, los estudios
centrados en los mensajes constituyen el tercer gran apartado de los propuestos por
Lasswell en cuanto a cantidad y relevancia de trabajos sobre la relación de la infancia
y la televisión. Aunque las investigaciones que participan de esta perspectiva son varia-
das en cuanto a sus objetos de estudio específicos, grosso modo y atendiendo a las
necesidades de nuestra investigación, podemos diferenciar dos grandes bloques: las
que se centran en la programación y las que analizan los espacios televisivos.
Las investigaciones sobre la programación, sea o no infantil, son bastante escasas
en ámbitos diferentes a los estudios de mercado realizados por departamentos de las
propias cadenas o por gabinetes especializados donde el criterio es la rentabilidad eco-
nómica y los parámetros son principalmente audimétricos. Sin embargo, existen algu-
nas excepciones dignas de mención como el trabajo desarrollado por el Institut Natio-
nale de l’audiovisuel (INA) entre los años 1979 y 1980 bajo los auspicios de la UNES-
CO en el que se comparaba la programación de siete países (Bélgica, Bulgaria, Cana-
dá, Francia, Hungría, Italia y Japón) durante tres semanas y del que se dedujeron, ade-
más de las estrategias de programación dominantes en los años 80 y que EEUU es el
país exportador de contenidos más importante, que existía cierta «especificidad nacio-
nal» a pesar de la gran homogeneidad de programas entre las televisiones de los dife-
rentes países analizados. Basándose en este resultado, en los años 80 se inicia una
nueva investigación en la que participan setenta países pertenecientes a los cinco con-
tinentes para elaborar una «Metodología para el estudio de la circulación internacional
de los programas y de las noticias en televisión» que revela que las televisiones euro-
peas adolecen de una gran dependencia respecto a la importación de producciones
ajenas, la mayoría estadounidenses, fundamentalmente en cuatro categorías de pro-
gramas: cine y películas de serie (71,5%), programas de entretenimiento (69%), infan-
tiles (35,9%) y deportivos (35,7%) (Garitonandía, 1986). En el ámbito europeo destaca
el trabajo científico del observatorio europeo de programación Euromonitor, que
mediante metodología cuantitativa trata de establecer comparaciones entre la progra-
mación de los diferentes países. El equipo español está dirigido por el profesor Emili
Prado de la Universidad Autónoma de Barcelona.
170
Tamara Vázquez y Antonio Malalana
Entre los autores que más han investigado la violencia televisiva mediante análisis
de contenido en España se encuentra el psicólogo Miguel Clemente. Uno de sus pri-
meros trabajos lo realizó junto a Miguel Ángel Vidal (Clemente y Vidal, 1995) y con-
sistió en un análisis de contenido de los dibujos animados emitidos por TVE 1, La 2,
Telemadrid, Antena 3 y Tele 5 entre finales de noviembre y diciembre de 1993. Como
es lo habitual en este tipo de estudios comparan la violencia que emite cada cadena y
su distribución en las diferentes bandas horarias y establece un perfil de agresor, agre-
dido y acto agresivo. Entre las conclusiones a las que llegan caben destacar que la
mayoría de los dibujos poseen en algún momento manifestaciones violentas; que los
tres tipos de programas que más violencia poseen son las películas, los dibujos anima-
dos y las teleseries; que la banda matinal es la más violenta desde un punto de vista
cuantitativo, si bien la violencia más perjudicial cualitativamente se manifiesta por la
noche; que la violencia suele ser física y en menor medida verbal o de otros tipos; que
se suele tratar de una violencia sin explicaciones, como mera diversión y costumbre;
no existe un día especialmente violento aunque el más problemático es el sábado (Cle-
mente, 1998: 77-78). También descubre en esa investigación que los programas desti-
nados al público infantil son mucho más violentos que el resto; que tienen contenidos
machistas, favorecen a las clases medias y altas y fomentan valores individualistas y
hedonistas; que las consecuencias de la violencia suelen ser leves o inexistentes y que
171
LOS NIÑOS FRENTE A LAS PANTALLAS
172
Tamara Vázquez y Antonio Malalana
Los principales estudios sobre estereotipos sexuales en los que se ha usado la téc-
nica del análisis de contenido se centran en explicar cómo la representación de los
varones en televisión es más positiva que la de las mujeres. Mientras que ellos «tienden
a ser presentados como más inteligentes, independientes, objetivos a la hora de tomar
decisiones», ellas son representadas «como más dependientes, son consumidoras poco
inteligentes cuyo lugar idóneo se sitúa en su hogar, y cuyas vidas están relacionadas
muy directamente con las consecuencias sociales producidas por comprar un produc-
to u otro» (Courtney y Whipple, 1974; Dominick y Ranch, 1972, citado por Clemente
y Vidal, 1995:125)
7
Informe 3/2004, que se puede consultar en la página web www.audiovisualcat.net/investiga-
cion/joguinescast.pdf
173
LOS NIÑOS FRENTE A LAS PANTALLAS
Además de los estudios comparativos entre hombres y mujeres, otro tema muy
investigado mediante análisis de contenido es la representación publicitaria de éstas
últimas, que incluso llega a constituirse en una corriente de investigación autónoma
denominada «estudios sobre la mujer» (Women’s studies). Comienzan a proliferar a
partir de la década de los 70 fuera de nuestras fronteras como consecuencia del auge
del feminismo (Suezle, 1970; McArthur y Resko,1975; Maraceck et al., 1978; Schnei-
der y Schneider, 1979) y en España empiezan a adquirir relevancia a finales de los 80
y sobre todo a partir de los 90 (Sánchez Aranda et al., 2002; Fajula y Roca, 2001; Frei-
xas, Guerra y Peindado, 2001; Bernández, 2000; del Moral, 2000; Bermejo et al,
1994; Peña-Marín y Fabretti, 1990; Méndiz, 1987 y 1988; Balaguer, 1985)
Si el cuerpo de investigaciones sobre los estereotipos femeninos es bastante recien-
te y no muy abundante, los estereotipos masculinos apenas han sido estudiados. Ber-
ganza y Hoyo resumen los estudios sobre la presencia de los hombres en la publicidad
del siguiente modo:
«en algunos de los trabajos sobre el tema se pueden rastrear referencias indirectas,
por exclusión en ocasiones con respecto a lo que se indaga y afirma sobre la imagen de
la mujer (como sucede en el de Gallego, 1990). En otros, pueden encontrarse referen-
cias directas, aunque no se le dedique una atención tan detenida como a la femenina
(como ocurre en el estudio de Peña-Marín y Fabretti de 1990 o en el de Balaguer,
1985). Cabe destacar aquí un tercer grupo de trabajos donde el hombre es objeto pre-
ferente de estudio (entre ellos resaltan los de Mir (1988), Moreno Sardá (1988) y el de
Rey (1994)» (Berganza y Hoyo, 2006: 163)
174
Tamara Vázquez y Antonio Malalana
ción están centrados, como ya hemos apuntado unas líneas más arriba, en el análisis
de los estereotipos femeninos.
La preocupación por la influencia negativa que la representación de estereotipos de
género en la programación televisiva puede ejercer sobre los telespectadores es mucho
mayor cuando se trata del público infantil. En este contexto se han llevado a cabo estu-
dios centrados exclusivamente en el análisis de contenidos televisivos dirigidos a este
segmento poblacional que tienen en cuenta la representación que ofrecen de hombres
y mujeres. Pearson y sus colaboradores hacen referencia a una investigación nortea-
mericana de los setenta en la que se concluía que los dibujos animados intensifican la
estereotipación de género de mujeres y hombres (Pearson, Turner y Todd-Mancillas,
1993: 370). Más reciente y en el ámbito nacional, un análisis detallado de la progra-
mación infantil en términos de visibilidad y relevancia de los géneros, subvencionado
por la Consejería de Sanidad y Bienestar Social de la Junta de Castilla y León a pro-
puesta de la Dirección General de la Mujer e Igualdad de Oportunidades, pone de
relieve una «evidente desigualdad». Sólo en un 26% de los episodios analizados hay
una presencia significativa de personajes femeninos con un papel de importancia para
el desarrollo narrativo. En otro 18% hay una presencia relevante aunque minoritaria y
en un 12,25% de los episodios visionados no hubo una sola presencia femenina. Por
lo tanto, si se suman la presencia femenina relevante con la minoritaria, el resultado es
que en el 44,6% de los episodios analizados tienen presencia femenina, muy lejos del
100% de relevancia masculina.
En esta misma línea, Pérez Ornia realiza un análisis de contenido de la programa-
ción infantil emitida por las cadenas españolas de televisión TVE-1, La 2, Antena 3,
Telecinco y Telemadrid entre las temporadas 1999/00 y 2002/03. Respecto al asunto
que estamos comentando Pérez Ornia indica que «llama la atención el alto porcentaje
de historias protagonizadas por individuos masculinos (81,8%), frente a un 14,3% de
elementos femeninos (…) Este predominio de lo masculino se corresponde tal vez con
la tradición literaria de todos los tiempos y con los estereotipos de los relatos audiovi-
suales que atribuyen al hombre el papel activo de héroe y a la mujer una actitud más
pasiva que espera ser salvada o liberada por aquél»
Como consecuencia de la persistencia de estos resultados y de la preocupación social
que estos generan, el Instituto de Radiotelevisión Española en colaboración con el Insti-
tuto de la Mujer elaboraron una Guía de contenidos no sexistas para la programación
infantil de televisión (2005) que realiza recomendaciones generales dirigidas a los padres,
a los profesores y a los responsables y trabajadores de los medios de comunicación.
La descripción de los mensajes comerciales dirigidos al niño es, desde los comien-
zos, uno de los campos en los que más se ha aplicado el análisis de contenido en el
175
LOS NIÑOS FRENTE A LAS PANTALLAS
área de investigación publicitaria. Los especialistas se han interesado por las caracte-
rísticas de la publicidad infantil y de la publicidad emitida en horario de protección.
Esta inquietud encuentra su explicación en el hecho de que el niño es un consumidor
previsiblemente más vulnerable a los mensajes persuasivos. Por este motivo este tipo
de mensajes están regulados por la normativa europea, su adaptación al régimen jurí-
dico español, las normas de admisión de publicidad de cadenas públicas y autonómi-
cas, y acuerdos sectoriales como el recogido en el código ético de la Asociación de
Autocontrol de la Publicidad.
Entre este tipo de estudios se encuentra el desarrollado por Xavier Bringué (2001).
Su trabajo se basa en el análisis de la publicidad de juguetes. La muestra consta de 285
anuncios distribuidos en las siguientes categorías de producto: vehículos de tamaño
reducido, muñecas y accesorios, muñecos, figuras y accesorios, construcciones y
manualidades, juegos y juguetes informáticos, primera infancia, juegos de mesa y
salón, y otros. Como instrumento de análisis se diseñó un cuestionario que incluye 177
variables, agrupadas del siguiente modo: datos generales del anuncio, elementos de
producción, personaje protagonista, otros personajes, localización del mensaje, per-
sonajes autoridad, lenguaje, argumento de venta, información del producto, y argu-
mentos persuasivos. Sus conclusiones son: 1) la publicidad de «juegos y juguetes»
sigue una estrategia persuasiva basada en la comunicación directa con el usuario, es
decir, con el niño, aunque éste no sea el comprador principal, porque el anunciante
confía en la capacidad de influencia del niño hacia la persona que finalmente le com-
prará el producto; 2) la información publicitaria opta, principalmente, por el formato
testimonial indirecto, aportando situaciones imitables que son utilizadas como ele-
mento persuasivo; 3) como argumentos persuasivos se utilizan la fantasía, la diversión,
el juego, es decir, aspectos relacionados con el uso del producto; 4) existe cierto sexis-
mo porque el juego competitivo sólo se utiliza en anuncios dirigidos a los niños, nun-
ca a las niñas; 5) la asociación con valores educativos sólo ocurre en las categorías de
«juegos y juguetes informáticos» y «primera infancia», seguramente porque la decisión
de compra la adoptan las personas adultas, capaces de valorar este tipo de beneficio
del producto.
En la misma línea va el informe elaborado para El Defensor del Menor a finales de
2004 titulado «Análisis de la publicidad infantil: Estrategias, valores y tratamiento del
menor» en el que se aplican técnicas de análisis de contenido a los anuncios de jugue-
tes emitidos por las cadenas de televisión del ámbito nacional (TVE-1, La 2, Tele 5 y
Antena 3) y por la autonómica Telemadrid durante la campaña de Navidad 2004-05.
Las principales conclusiones son: que se observa un alto grado de cumplimiento de las
normas de regulación vigentes para la publicidad de juguetes cuando se refieren a
valores de uso; que se mantienen los roles tradicionales de género tanto a nivel de pro-
ducto con juguetes «para chicos» y «para chicas», como a nivel de usuario asociando
más la actividad y la inteligencia a los chicos y excluyendo a las chicas de juegos de
conocimientos, habilidad y simulación. Finalmente, el estudio indica que continúa
176
Tamara Vázquez y Antonio Malalana
estando muy presente la agresividad en los anuncios de juguetes «para chicos». Una
carencia importante de este estudio es que no se presenta el diseño metodológico.
Victoria Tur (2004) también estudia la publicidad de juguetes. En este caso el aná-
lisis de centra en el registro visual y sonoro, las operaciones retóricas en texto e imagen
y aspectos creativos.
La publicidad de juguetes es uno de los tres tipos o líneas de actuación predomi-
nantes entre los spots publicitarios dirigidos a los niños (Fernández, 2004: 39) y la dife-
rencia de estudios entre este primero y los otros dos –spots que tienen que ver con pro-
ductos alimenticios y autopromociones de programas de la cadena emisora– es muy
significativa. Las autopromociones apenas han sido estudiadas en nuestro país. Respe-
to a «la bibliografía existente en España referente a publicidad y a las patologías vincu-
ladas a la alimentación se ha centrado hasta el momento en el análisis de las estrategias
persuasivas dirigidas a niños y adultos, a la disección de los estereotipos publicitarios
y a la búsqueda, entre otros, de la posible interrelación entre la publicidad y enferme-
dades como la anorexia y la bulimia obviando prácticamente siempre la obesidad»
(Jiménez, 2006: 247). En este sentido cabe destacar la tesis doctoral de Mónica Jimé-
nez Morales (2006).
Además de los estudios que centran el interés preferentemente en el tipo de pro-
ducto anunciado, hay otros en los que el objeto de estudio es el niño representado en
la publicidad. Gómez Espino y Blanco López (2005), en este caso valiéndose de análi-
sis en profundidad de tipo cualitativo, llevaron a cabo un estudio sobre las representa-
ciones sociales de la infancia en los anuncios publicitarios. Estudiaron 102 anuncios en
los que los niños o niñas se presentaban como personajes relevantes, pero excluyendo
los dirigidos específicamente a los niños, ya que su interés era analizar las representa-
ciones sociales de los adultos sobre la infancia. Observaron 20 arquetipos infantiles
diferentes que agruparon en cinco discursos: «niño/a vulnerable», «niño/a problema»,
«niño/a natural», «niño/a familiar» y «niño/a actor». «Cada uno muestra una visión más
o menos positiva (natural, familiar, actor) o preocupante (vulnerable y problema) de la
infancia, de forma que observamos cómo los anuncios oscilan entre atribuir a la infan-
cia un significado esencialmente optimista o interpretarla como fuente de incertidum-
bre y ansiedad (Gómez y Blanco, 2005: 60)
En esta misma línea, pero centrado en la publicidad insertada en los programas infan-
tiles independientemente de que sea o no infantil, se sitúa el estudio de Rodríguez y
Correyero (2008). Su objetivo es conocer en qué medida y de qué manera se utiliza la
imagen de los niños en los espacios publicitarios emitidos en los bloques de publicidad
de la programación infantil. Para ello utilizan una metodología mixta, cuantitativa y cua-
litativa. La muestra inicial del estudio la constituían todos los anuncios emitidos durante
la segunda semana del mes de julio de 2007 de lunes a viernes en los programas conte-
nedores infantiles matinales de las tres cadenas nacionales de emisión en abierto y de
ámbito nacional. Los 1.200 anuncios emitidos en esos espacios se redujeron a 47 porque
se eliminaron los anuncios repetidos, los patrocinios de concursos o secciones de pro-
177
LOS NIÑOS FRENTE A LAS PANTALLAS
grama y las autopromociones de series o películas de las cadenas así como los anuncios
que no estaban protagonizados por niños de entre 0 y 13. Las principales conclusiones
son: en primer lugar, que los niños ceden el protagonismo de los anuncios con cierta fre-
cuencia a creaciones animadas y mascotas; la aparición de niños en los anuncios busca
crear simpatía hacia el producto anunciado; existe cierta reticencia a crear mascotas del
género femenino; los niños que protagonizan los anuncios tienden a ser presentados
como niños habilidosos; en ocasiones adoptan comportamientos que son propios del
mundo adulto; se asocia la diversión y la felicidad a los productos y servicios que se anun-
cian y no se encontraron referencias a contravalores como la violencia.
Retomando una vez más el modelo de Lasswell del que nos estamos valiendo para orde-
nar la investigación sobre la televisión y los niños, otras ópticas desde las que se pueden
acometer los análisis sobre la televisión son los centrados en el emisor y en el canal. No los
vamos a comentar porque tienen una relación muy tangencial con nuestro objeto de estu-
dio. Simplemente apuntar que las investigaciones sobre el canal suelen centrar su atención
en las características técnicas del medio, en el lenguaje audiovisual o en la historia de la tele-
visión. Respecto a los emisores, es relativamente frecuente que se investigue a profesiona-
les de los medios, fundamentalmente mediante entrevistas personales, para complementar
investigaciones con otro objeto de análisis como los mensajes o los receptores. Esto ocurre,
por ejemplo, en uno de los proyectos dirigidos por Núñez Ladevéze en el que los objetivos
del estudio son los contenidos de la programación de éxito en la audiencia infantil y las
representaciones normativas y actitudes de los padres o tutores con respecto a ésta, pero se
ha incluido una parte de entrevistas en profundidad a los programadores de las principales
cadenas españolas para conocer los procesos de decisión que siguen y las principales
dimensiones que se tienen en cuenta para determinar la programación.
Aunque hemos podido comprobar a lo largo de todo este capítulo que la propues-
ta de Lasswell continúa teniendo validez analítica y resulta de gran utilidad por su sim-
plicidad para organizar la investigación sobre los medios de comunicación, también es
preciso indicar que esa sencillez, que es su principal virtud, es a la vez su principal
limitación, porque a la hora de hacer una investigación resulta muy difícil ceñirse a
uno de los apartados del modelo. En la práctica es fácil comprobar que hay una inte-
rrelación entre las diferentes modalidades del análisis y que la metodología se basa
principalmente en correlacionar unos tipos analíticos con otros.
6. BIBLIOGRAFÍA
178
Tamara Vázquez y Antonio Malalana
179
LOS NIÑOS FRENTE A LAS PANTALLAS
FAJULA, A.; ROCA, D. (2001). Evolución de los roles sociales de la mujer en la España del siglo XX.
Un análisis de la publicidad de Aspirina. En: Ayala Castro, M. C.; Fernández Soriano, E.; Fer-
nández de la Torre Madueño, M. D. (coords.). Jornadas de Comunicación y Género. Mála-
ga: Servicio de Publicaciones de la Diputación Provincial, p. 127-137.
FESTINGER (1957): A Theory of Cognitive Dissonance. Standford: Univ. Press; versión española
del Instituto de Estudio Políticos (Centro de Estudios Constitucionales de Madrid, 1975)
FREIXAS, A.; GUERRA, M. D.; PEINADO, C. (2001). Modelos profesionales y vitales en la publicidad
televisiva. Aspectos de género. En: Ayala Castro, M. C.; Fernández Soriano, E.; Fernández de
la Torre Madueño, M. D. (coords.). Jornadas de Comunicación y Género. Málaga: Servicio
de Publicaciones de la Diputación Provincial, p. 157-163.
GALÁN FAJARDO, Elena (2006). «La representación de los inmigrantes en la ficción televisiva en
España. Propuesta para un análisis de contenido. El Comisario y Hospital Central». Revista
Latina de Comunicación Social, 61. Disponible en: <http://www.ull.es/publicaciones/lati-
na/200608galan.htm>.
GALLEGO, J. (1990). Mujeres de papel. De Hola a Vogue: la prensa femenina en la actualidad.
Barcelona: Icaria.
GARCÍA DE CORTÁZAR, M. et al. (1998): El tercero ausente. Investigación empírica sobre el papel
de los adultos en la relación entre niños y televisión. Madrid: UNED.
GARCÍA GALERA, M. C. (2000): Televisión, violencia e infancia. El impacto de los medios. Barce-
lona: Gedisa.
GARCÍA LORA, M. (2004): Violencia, televisión y publicidad. Análisis narrativo de los espots
publicitarios de contenido violento. Sevilla: Alfar.
GARCÍA MATILLA, CALLEJO GALLEGO y WALZER (2004): Los niños y los jóvenes frente a las pantallas.
Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
GARCÍA MUÑOZ, N. (1997): Comportamientos y hábitos de consumo televisivo del niño en el
ámbito familiar. Barcelona: Bellaterra.
GERBNER, G., GROSS, L., MORGAN, M. y SIGNORIELLI, N. (1996). Crecer con la televisión: perspecti-
va de aculturación. En J. Bryant y D. Zillmann (Comps.), Los efectos de los medios de comu-
nicación. Investigaciones y teorías. Barcelona: Paidós, pp. 35-66.
GÓMEZ ESPINO, J. M. y BLANCO, J. (2005): «Los niños en la publicidad. Una propuesta de categori-
zación de las representaciones sociales sobre la infancia en los anuncios televisivos». Zer, nº
19, pp.53-76.
GONZÁLEZ REQUENA, J. (1992): El discurso televisivo: espectáculo de la posmodernidad. Madrid:
Cátedra.
GRANDI, R. (1995): Texto y contexto en los medios de comunicación. Análisis de la información,
publicidad, entretenimiento y su consumo. Barcelona: Bosh Comunicación.
GUNTER, B.; OATES, C.; BLADES, M. (2005): Advertising to Children on TV. Content, Impact, and
Regulation. London: Lawrence Erlbaum Associates, Publishers.
HALLORAN, J. D. (1974): Los efectos de la televisión. Madrid: Editorial Nacional.
HIMMELWEIT, H., OPPENHEIM, A. y VINCE, P. (1958): Television and the child: An empirical study of
the effects of television on the young. Londres: Oxford University Press.
HOBSON, D. (1982): Crossroads: The Drama of a Soap Opera. London: Methuen.
180
Tamara Vázquez y Antonio Malalana
181
LOS NIÑOS FRENTE A LAS PANTALLAS
182