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3.iii. El anglicanismo es carismático.

Muchos se pudieran preguntar cómo es posible


que una tradición litúrgica tan antigua como la anglicana pueda ser carismática. ¿Acaso
un orden litúrgico estricto o establecido no viene a limitar la participación del Espíritu
durante el culto? Los conocedores del pentecostalismo y el carismatismo estarán de
acuerdo en que una característica de la adoración en tales Iglesias es la espontaneidad y
la improvisación. ¿Cómo entonces se puede ser anglicano y carismático a la misma vez?
Respuesta, cuando la construcción y revisión de la liturgia han sido guiadas por el
Espíritu Santo, y cuando se le da espacio a la manifestación del Espíritu Santo a medida
que fluye la liturgia.

Por supuesto, las manifestaciones carismáticas dentro del anglicanismo son más
palpables en África, Asia y Latinoamérica que en el mundo anglosajón, por razones
culturales, teológicas y de personalidad. Pero ello no significa que no haya Iglesias
Anglicanas Carismáticas en Norteamérica, Inglaterra, Australia y Nueva Zelanda. Al fin
y al cabo, recordemos que el pentecostalismo, el carismatismo y los avivamientos
espirituales modernos tienen sus orígenes en el mundo de habla inglés, con la excepción
de Chile. Ahora bien, lo que no podemos ignorar, ya sea que seamos, o no, más o menos
carismáticos, es el impacto que los movimientos pentecostales y carismáticos han tenido
sobre todas las tradiciones eclesiales, tanto antiguas como históricas.

Claro está, para una tradición eclesial que confiesa la fe trinitaria, es decir, la revelación
de Dios, la cruz de Jesucristo y el ministerio del Espíritu Santo, no debería ser nada raro
experimentar la vitalidad y el señorío que proviene del Espíritu. Pues lo carismático
simplemente consiste en afirmar que el Espíritu Santo “goza del perfecta salud” hasta
los días de hoy, y que su presencia y actividad son fundamentales para la edificación de
la Iglesia y el avance del reino de Dios. En éste sentido, tal vez a algunos de nosotros no
nos guste autodenominarnos “carismáticos”, y está bien; pero lo que no podemos hacer
es negar la presencia y el significado de la tercera supra-persona de la Trinidad en
nuestras vidas e Iglesias.

¿Cuáles son las marcas registradas del Espíritu de Pentecostés en la Iglesia y nuestras
vidas? El movimiento Pentecostal y Neo-pentecostal (o carismático) vino a introducir
en las Iglesias un estilo de alabanza y adoración exuberante, con el acompañamiento de
instrumentos musicales, insignias, bailes y palmadas. Sin embargo, aunque todo ello
pudiera gustarnos, de por sí solo no manifiestan la presencia y el ministerio del Espíritu
Santo.

Más bien, como evidencia de la presencia del Espíritu Santo en nuestras Iglesias y vidas
tendríamos que mirar en otras direcciones más básicas. Por ejemplo: El carácter de
Jesucristo formado en el creyente, especialmente el fruto del Espíritu (amor); la llenura
del Espíritu para ministrar y servir con gozo y agradecimiento; la santidad de vida y
apartarse del pecado; el poder sobrenatural para transformar, reconciliar y sanar
personas; las experiencias místicas (o inmediatas) con Dios (visión, sueño, profecía,
paz, sabiduría, discernimiento, glosolalia); y el sentido de una relación personal e íntima
con el Dios trino. ¿Qué crees de todo esto? ¿Qué añadirías tú?

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