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SAN JUAN DE AVILA, Obras I, 1792 PDF
SAN JUAN DE AVILA, Obras I, 1792 PDF
Juan de Ávila,
clérigo, apóstol de Andalucía
TOMO PRIMERO
OBRAS
D EL V EN ER A BLE MAESTRO
JUAN DE AVILA.
TOM O P R IM E R O .
OBRAS
DEL V EN ER A BLE MAESTRO
JUAN D E AVILA,
CLERIGO,
APOSTOL DE LA ANDALUCIA.
TOM O P R IM E R O .
CONTIENE
ja?«
CON L A S L I C EN C IA S NECESARIAS.
E N M A D R ID E N L A IM P R E N T A REAL.
AHo DE 1 7 9 2 .
JDECRETUM DECRETO
T 0 L E T A N Ay EN L A C A U S A
sea Cordubensi Beatifi- Toledana ó Cordoben-
cattonis , & Canoniza- se de la Beatificación,
tionis Venerabilis Servi y Canonización del V .
D ei Joannis de A v ila , Siervo de D io s Juan
Prasbyteri , M agistri de A v i l a , Presbítero,
nunc upat i y super du- llamado comunmente
bio: An constet de Vir- el M aestro , sobre la
tutibus Theologalibus, dud a: Si consta de las
jp/itf, t y f , í í ChaM Virtudes T eo lo g a le s
rítate erga Deum , í í F e, Esperanza y C a r i
proximum : necnon de dad para con D io s y
Cardinalíbus Prudenm el p r ó x im o : y asimis
tía y Ju st it ia , Forti- mo de las Cardinales,
tudine 7 í í Temperan- Prudencia 7 Justicia,
/¿4 , earumque ad~ Fortaleza y Templan^
nexis in grada heroy- z a 3 y demas virtudes,
, /» casu y et ad todas en grado heroico;'
effectum , de quo agU en el c a s o , y para el
tur. - efecto de que. se trata.
RoVnai M . D C C . L I X . Ex En R om a año de I 7 5 9
T yp o g ra p h ia Reverenda; en la Imprenta de la R e v e
Camera: Apostolicce. renda Cámara Apostólica.
O)
PROLOGO DEL AUTOR
AL LECTOR CHRISTIANO.
++^‘4i4l·+i^4'4мf'^*^1i^'^‘4'4♦
++íf+++^'+4‘+++;^J^+í,í t'M4,+4t4,*t"++4**i*+++¡+4‘+^«t*+^
DOCTRINA ADMIRABLE
-*lí
Y D E ,S U M A IM P O R T A N C IA ,
QUE DIÓ
h
y deshacer á la misma carne. Este es el buen
responder a Dios quando llama.
Avisad , hermano , que el sentimiento de
Chrísto dexa obligado al que fue llamado á muy
particulares servicios, si ,no quisiere hallarse el
hombre con grande ingratitud delante su Cria
dor. De suerte, hermano, que entonces enten-
dereis que el llamamiento y sentimiento es de
D io s, quando le respondiéredes ccn el cum
plimiento del Divino ^querer, aunque sea con
riesgo de perder la hacienda, vida y honra, y
esto es lo que justifica al hombre y le pone en
la perfección, y le hace muy parecido y seme
jante á Jesu-Christo, que k sorvos tuvo , y muy
de paso en esta v id a , los consuelos, y siempre
estuvo en exercicio de C ru z, sin resfriarse un
punto en el amor de ella.
También sabed, hermano, que algunas ve
ces el demonio endulza el alm a, y la pone de
vota , á fin de tener la carne en gran flaqueza
por medio de aquel gusto y sabor de la espiri
tual gula, y para que el alma confie mucho y
descanse en ella, pareciéndole al tal que es ver
dadero espíritu lo que siente interiormente, y
con aquel falso sabor indiscretamente se exerci-
te en vigilias y larga oracion, ó extremados ayu
nos,
(XLI)
nos, no comiendo ni durmiendo lo que ha me
nester , y sacándose la sangre sin casa ni medida:
y así con esta demasía venga á perder los exer-
cicios mas útiles, y en que Dios mas se sirve y
agrada: y aún de aquí resulta otro engaño, y
es, que como el alma se siente muy abundan
te en estos sentimientos y dulzuras, cree de sí
que es perfecta, y con esto se hace lerda, y no
procurá de aprovechar mas, y adquirir mas vir
tudes , estando como está en esto el verdadero
amor de Dios y el verdadero espíritu, trae en
otro desvario el demonio á los cales; y es que
con aquel sabor y dulcedumbre de espíritu (que
ellos dicen) no es otra su intención en todos sus
exercicios, en que se exercitan en el camino del
Señor, sino andar buscando sentimientos de de
voción y dulcedumbre* hechos golosos tras estos
deleytes, seguidores y amadores de su mismo
regalo, poniendo todo su fin en sí mismos, los
quales vienen de poco en poco á ser del justo
Juez Christo permitidos caer en grandes peca
dos en este inundo, y en el otro en eternas pe
nas y aflicciones, porque este alto Señor pone
los ojos en la intención de los corazones huma
nos , y pluguiera á D ios, hermano , que anees
hubiérades sido un gloton de bien comer y be
ber
(xLIl)
ber, y contentaros á vos mismo, según la car
ne j en estos deley tes, porque al cabo el mismo
hastio fuera causa de vuestra enmienda, y no
hubiérades sabido á qué saben sentimientos de
Dios f sino sabéis estimarlos y darles el lugar
que merecen, prefiriendp el exercicio de las vir
tudes el padecer, y la Cruz á todos ellos, por
que el sabor suyo quizá no os hubiera engañar
d o , poniendo en él todo el fin de Muestras
obras , conociendo vos como Jesu-Christo
nuestro Maestro puso en la Cruz el fin y aun el
principio de todos sus dias, y allí acabó la vida
por vos.
Mirad , hermano, que el verdadero amor
está escondido allá en lo profundo de las vir
tudes, y manifiesrase en qualquiera adversidad:
declaróme mas; el fundamento de la paciencia
es un deseo entrañable de padecer por amor
de Dios todo lo que es posible sufrir al hombre
y pasar en tiempo y eternidad. Y asimismo digo
de las demás virtudes, y que quando el alma
siente este entrañable deseo de humildad y pa
ciencia , este deseo y amor se manifiesta exce-
riormente, quando el hombre actualmente pa
dece , sufriendo cosas de pena , hallando en
ellas descanso y dulzor, ó á lo ménos llevándolas
con
( XLIIl)
con paciencia: Este (si por amor de Dios lo
pasa) es verdadero am or, y todo lo demás sos-
pee lioso y sin fundamento.
La santidad de ogañ o, hermano, se com
pone de tener grandes deseos en la Oración, y
hacer grandes pecados en la conversación , llo
ramos allí los dolores de nuestro Redentor Je-
su-Christo, y luego procuramos darlos á nues
tros próximos y hermanos: allí reverenciamos
la paciencia del Hijo de Dios, y despues exer-
citamos la ira, callamos una hora y parlamos
todo el d ia; de manera , que sacando en lim
pio nuestro espiritual aprovechamiento, es ir
nos á callar allí , orar y pensar en Dios, dando
esto por precio de lo que deseamos y busca
mos , que es consuelo y deleyte, y luego que
damos como de antes; de manera, que nues
tra santidad es de m olde, porque nunca cre
ce , ni se traca de esce punto, siendo el prin
cipal de quien debemos tratar: mucha gente
va engañada por este cam ino, Dios lo reme
die. Amen.
Mirad pues, que os cumple tomar lam a-
no de esce aviso que os d o y , porque os levan
téis, y no tropezar en el pie de los que le atra
viesan para que caygais, induciéndoos á que
bus-
(x u v )
busquéis los deleyccs de Dios y no su Cruz. Es
to pues es lo que os digo que debeis vos hacer,
sino quereis ser compañero de su engaño, y malo
como ellos. Guardaos de estos huecos y vacíos,
que no dexan cosa de Dios y de sí, que toda
no lo vierten en la conversación espiritual que
ellos dicen, y quando les faltan verdades vie
nen á decir mentiras, y aun á tratar pecados, y
aun á cometerlos sin asco. ¡
N o sé qué os pueda decir sino que el que
tomare la mano, como yo agora la tomo á con
tradecirlos, y yo solo con muy pocos á tantos
millares, queriendo desquiciarlos de su modo
de santidad falsa y profana, en que están fun
dados , temo pasaré no pequeño peligro , y
que no me han de tener por de tan buen seso
quanto es necesario sea tenido quien ha de
aconsejar y adestrar á otros: mas no me con
viene hacerlo menos, pues que con el ayuda
de Dios he tomado este cargo de desengañar
á algunos qué andan muy, fuera de camino ,
entendiendo que van por el espiritual: y así no
he dexado ni dexaré de decir cosa que me pa
rezca cumplir al aprovechamiento perfecto del
Varón verdaderamente espiritual, ni disimularé
aunque sea á riesgo m ió , pues que los verda-
de-
(XLV)
EXPOSICION BREVE
DE LAS BIENAVENTURANZAS,
QUE PREDICÓ EN EL MONTE
B e a t i m ites.
Beati misericordes.
El que tuviere los males ágenos por suyos,
a semejanza de madre, que está mas enferma
y llorosa con la enfermedad de su unigénito
hijo que el mismo hijo que padece el m a l,
ésce es el buen misericordioso.
Beati pacijici.
Aquel cuyos movimientos estuvieren tan
so-
<L Vl )
sosegados que na se levanten contra la razón ,
y que la voluntad siga con mucho amor á la de
Dios, y despues tuviere gran deseo y :trabajo por
ver esta paz en los otros, á ésce le conviene la
octava palabra.
POR EL V. M. JU A N B E Á V IL A ,
P R E SB ÍT E R O
Y PREDICADOR APOSTÓLICO DE LA ANDALUCIA.
CARTA
Q U E E S C R I B I Ó E L M IS M O V E N E R A B L E
M aestro á un P r e d ic a d o r : trata de la a lte za á
que los tales son le v a n ta d o s, y de cóm o se han
de h ab er con D io s y con la s ánim as 5 de lo
m ucho que le han de c o sta r, y d el ánim o
^ que p a ra ello han de tener.
CKAR 1S S 1M E .
*»-<>■
JLJ^os cartas de V , Reverencia he recibido > en
las quales me hace saber del nuevo llamamiento
con que nuestro Señor lo ha llamado para en
gendrarle hijos á gloria suya : S it ipse bentdictus in
2W . I, д
a CA RTA DEL VENERABLE MAESTRO
I - .
L a sum a'de esto es, que les enseñe á andar poco á po
co sin a y o , para que no estén siempre floxos y rega
lados , mas tenga algún nervio de v irtu d , y no se
de él tanto á otros, que pierda su recogim iento y pe
sebre de D io s, porque mas provecho hará con hablar
un p o c o , si sale de corazon encendido, que con
derramar palabras frias acá y acullá : el medio en
esto pídalo á su conciencia, mirando que no se
enfrie i y lo que mejor es , pídalo al soberano
M aestro que se lo enseñe por el espíritu suyo. I te n ,
no se meta en remediar necesidades corporales, sa l
vo ordenando en general como se rem edie, asi com o
ordenando esa cofradía ó cosas sem ejantes, y con
eso cum pla, y sépanlo asi sus h ijo s , que no han
de llegarse á él , ni esperen de él favor tem
poral alguno, porque si en esto no mira , sería
grande estorbo para el camino que quiere caminar.
,Y esto está mandado en el C on cilio Cartaginense
I V , donde se dice ( i ) : E l O bispo no haga por sí
mismo los negocios de las viudas y huérfanos y
peregrinos sino por el A rcipreste,ó Arcediano.;, y
dixo abaxo ( 2 ) : Q ue solamente entienda en, la lec
ción y o ra cio n , y palabra de predicación , ruegos de
jueces' ó de personas.¡a quien se jdebe a lg o , p o r-
.X ' : ií. · ■ >; - >
■ que
( 1) Concilio Cariagí cap. (a ) 'Eodem Concilio¡ cap 00.
A UN PREDICADOR. I J
EN QUE SE T R A T A Q U AN TO NOS
conviene oír á D io s j y del adm irable Ienguage
que nuestros primeros Padres tenian en el estado
de la inocencia, el qual perdido por el pecado,
sucedieron m uchos m u y malos.
CAPITULO II.
( 1) Joan. g. ( 2) August,
DEL MUNDO. 31
CAPITULO III.
C A P IT U L O IV.
CAPITULO V.
DE QUAN TO D E B E M O S H U IR LOS R E G A LO S
de la carne. T como es peligrosísimo enemigo , y de
qué medios nos habernos de aprovechar
para vencerlo.
CAPITULO VI.
y
(1) S-. Hiere»,
Tom> h G
JO DEL MAL LENGUAGI
~ y
DE LA CARNE. 5 3
y no nos Impida nuestra secreta y amigable ha
bla que solíamos tener con el*
>í>í*tXxVX>0<>í>^Cv>.-XXXiJr
C A P I T U L O Y II.
CAPITULO VIII.
(i)t Agustín.
Ht
6O DEL MAL LETS’GUAGE
CA P IT U LO IX.
(j) Genes* 3»
6$ DEL MAL LEN'GUAGE
5 0
»OOOOOOCX>OOC<x>OC>- >í>O>CiOOC>O <>OOO<:><>0'<x>cX
CAPITULO X.
DE M U C H O S O TR O S M E D IO S Q U E D E B E M O S
usar guando este cruel enemigo nos acometiere
con estos primeros golpes.
I . · ■'
JL-íos avisos que para remedio de esta enfermedad
habéis oido, son cosas que ordinariamente habéis
de u sar, aunque sea fuera del tiempo de la tenta
ción. A gora oid lo que habéis de hacer quando
os acometiere y os diere el primer golpe. Señalad
luego la frente ó el corazon con la señal de ía
C r u z , llamando con devocion al santo nombre de
Jesu-Christo, y decid: N o vendo yo á Dios tan
I2 va^
•68 DEL MAL LEX’ GÜAGE
CAPITULO XI.
O á & O 6 G
’ O t > o C O O O c> * O 0 O O & 4 C ·
CAPITULO XII.
Q U E S U E L E D IO S C A S T IG A R A L O S S O B E R B IO S ,
con perm itir que pierdan la joya de la castidad 7 para
humillarlos , y de quanto conviene ser humildes
para vencer á este enemigo.
CAPITULO XIII.
(i) 3. Reg. i i .
PE LA CARNE. 8 7
CAPITULO XIV.
CAPITULO XV.
CAPITULO XVI,
CAPITULO XVII.
EN QUE SE C O M IE N Z A A T R A T A R D E LOS
lenguages del demonio, y quanto los debemos h u ir7 y que
uno de ellos es ensoberbecer 4 un hombre para le traer á
grandes males y engaños, y de algunos medios para
huir este lengaage de la soberbia.
xx><>^«<><w;-><x>o<>ac>ooíxxxx>*<>!><í<xx>f!0<x>ocoo<x^ocioo;>o^o<^<
CAPITULO XVIII.
D E O T R O L A Z O C O N T R A R I O AL PASADO,
que es la desesperación con que el demonio pretende
vencer al hombre , y cómo nos habremos contra él.
, (i) Rom, 8.
Тот. 1. В
1 1 4 DEL MAL LENGVAGE
CAPITULO XIX .
DE LO M U CH O QU E NOS D IO EL ETERN O
Padre en darnos áfesu~Christo nuestro Señar , y guarir'
to lo debíamos agradecer, y aprovecharnos de esta mer·*
cedy esforzándonos con sil apura no admitir la desespe
ración con que el demonio suele combatirnos*
CAPITULO XX.
() Q J 0 O O T 6 0 A 6 A O fr ♦ O ■ 6
CAPITULO XXI.
CO Epies. 4. ( 2) Ecde, 3.
1- 2. 6 . DHL MAL LENGUAGE
CA-
iDEt DEM O N í Ó , 1 29
C A PIT U LO X X II.
C A PIT U LO XXIII.
D E L G R A N D E M A L QUE H A C E E N E L A N IM A
la desesperación ¡ y como conviene vencer este enemigo
con espiritual alegría , y diligencia y fervor
en el servicio de Dios.
ven , aunque no ■
miren en ello : y quánto mas crece
lo uno, mas crece lo otro. Y de causa contraria
se sigue el efecto contrario* según está escrito ( i) :
E l corazoñ malo dá. tr iste za , y de esta na.es la des
confianza , y otros, males contra· ella. . . ,
■
: . C A P IT U L O · X X IV .
■
después de haber muchas veces errado ;-r,en fm , tie
nen un corazon , que con pocos bienes se hincha
y hace v a n o , y han menester muchos males para
andar humillados para con Dios y los próximos.
Y la cura.de *estos males ya vos veis que no puede
ser sino con cauterios de fuego de permitir Dios
desconsuelos e ignorancias, y aun pecados , para
que asi lastimados se humillen , y sean libres de
los males y a . dichos. D ice el. Profeta Micheas ( i ):
Vendrás basla·.Babylonia, y a llí serás librado, y te
redimirá Dios de la mano de' tus enemigos i porque
en la confusioti de estas caídas y vida , se suele
el hombre humillar; y; buscar- el remedio de Dios,
y hallar , ó que ( por^ Centura) á 'in o : haber. :caido',
lo perdiera por soberbia , ó no 1 6 « buscara con di^
iigencia y dolor;. Gracias t Señor , á tí para siem
pre; que de males tan .perjudiciales, s u e le s s a c a r
bienes d e l..C ie lo , y que también ^res glorificado
en perdonar pecadores como lo eres' en;-hacer jun
tes* y tenerlos en pie. Y salvas por vía de cora
zon contrito y humillado al que no fue para ser
virte con lealtad, Y haces que los pecados den oca-
síon. á que el hombre sea hum ilde, cauto y dili
gente. Y que como tu dixiste ( 2 ) : A quien mas
.. s tid -
CAPITULO XXV.
E
(1) Román. 8. (a) August,
Tom. T. T
I 4 6 del m al le n g ü a g e
CAPITULO X X V I.
COMO P R E T E N D E EL D E M O N IO
en las sobredichas tentaciones apartarnos de la devociont
y buenos exersicios , y que el remedio es creer en ellosy
dexando la demasiada codicia de los dulces sentimientos
del anima t y por qué fin se pueden
estos desear.
CAPITULO XXVII.
QUE E L V E N C IM IE N T O D E L A S T E N T A C IO N E S
dichas esta mas en tener paciencia p ara las s u f r i r ,
y esperanza del fa v o r del S eñ o r, que en la fu e r z a
de querer bacer que no vengan.
(1) ¿fgusiin.
DEL M AL LENGÜAGH
CAPITULO XXVIII.
DEL G R A N D E R E M E D IO QU E E S CONTRA
las tentaciones buscar un Confesor sabio y experimentado,
a quien se dé entera, cuenta y crédito : y lo que
el Confesor debe hacer con taUs, y del fr u to
de estas tentaciones.
CAPITULO XXIX.
( i) Luc. a ty
DEL DEMONIO. I y 3
CAPITULO XXX.
DE M U CH AS CAUSAS Q UE H A Y
para confiar que el Señor nos librará en toda tribulación ,
por grave que sea , y de dos significaciones
que tiene esta palabra Creer.
( i ) fflarc. 4 .
ES VERDADERA. I J j'
■-•XX><>-í>0í*í*S><<--*<x>o<x>í<x;
CAPITULO XXXI.
CAPITULO XXXII.
CAPÍTULO XXXIII,/
t& <&<&*&*&*&
C AP I T UL O XXXIV.
QUE LA V ID A PERFECTA DE LO S Q U E H A N
creído nuestra Fe es grande testimonio de su v e rd a d ;
y de quanto han excedido en bondad los Christianos
á todas otras gentes ,
CAPITULO XXXV.
¿ V E LA P R O P I A C O N C I E N C I A
del que quiere seguir la v i r t u d , le da testimonio
de ser nuestra Te verdadera i y como el amor de la mala
vid a es impedimento para la recibir , y grande
. parte para la perder .
C e z'
;2 0 4 QUE LA. FE CATOLICA
CAPITULO XXXVI.
QUE SI SE P O N D E R A LA V IR T U D
y grandeza de J a obra del creer , bailaremos grande
testimonio que testifique ser mueba r a zó n , que el en
tendimiento del hombre, sirva a Dios
. . con recibir su F e .
C A P I T U L O XXXIX.
EN QUE SE RESPOND E A LA O B JE C IO N -
que pueden poner contra nuestra Fe , diciendo , que enseña
Dios cosas muy altas.
P
*“■odrá alguno d ecir, movido por estas razones ó
por otras, que es cosa justa que crea el hombre
lo que no entiende, porque Dios lo dice. Mas que
pudiéndose esto cumplir con creer otras cosas, no
hay por que se crean las que los Christianos cree
mos. Mas decidme, ó hombres ciegos, ¿que tacha
hallais en lo que los Christianos creemos ? Y si no
sabéis decir lo que sentís, y o os lo dire. Parecen
os tan altas las cosas altas que del alteza de Dios
ere-
(i) jíu g m t.
He 2
.2 2 0 QtiE LA FE CÁTOLfCA
CAPITULO XL.
·£ :<---^XXXX> 0 0 ">ÍXXXXXXlfr
CAPITULO X L I.
C A P IT U L O X L II.
• - '''' ^ L " „r
CAPITULO XLI1I. ■
QUE ES TANTA LA G R A N D E Z A
de nuestra F e > que ninguno de .los· .motivos dio-bos^
ni otros que se pueden decir y b'aitan a qm\ un bombita
. crea ton esta divina Fe , sin que x l Seft$r. ¿l)o
dé para creer su particular favor* :
CAPITULO XLIV.
(1) E ccL 5 ,
25 2 DE LÁ FE CATOLICA.
CAPITULO XLV.
POR QUE EL SE Ñ O R O R D EN O S A IV A R N O S
mediante la F e , y no por humana razón , y de la grande
sujeción que debemos tener alas cosas que la Fe nos ensenaf
y di la particular devocion que especialmente
debemos a lo que el Señor Jesús
enseñó por su boca*
CAPITULO XLVI.
( i) iS*. Hiero»..
DE LA FE CATOLIC A. 2 $9
CA PITU LO X L V IL
DE Q U A N T E R R IB L E CASTIGO E S P E R M IT IR
Dios que uno pierda la Fe , y como justamente es quitada
4 los que no obran conforme á lo.
que ella enseña*
CAPITULO X L V III.
E N QUE S B PROSIGUE M A S E N P A R T IC U L A R
}o ya dicho, y se declara la que se requiere para entrar \
á leer y entender las divinas letras
y Doctores Santos*
( i) «y. Atanasio,
Í)E L A PE C A TO L IC A . 2 7 3
Dios quiere en general, mas saber en particular el
consejo de D io s, y que quiere D io s , como dice
el Sabio, no se puede saber por estudio humano;
mas según el mismo dice: Tu sentidoy Señor , ¿quién
lo sabrá si tú no dieres sabiduría , y enviares de las
alturas el Santo Espíritu tuyo ? Esta sabiduría es la
que enseña el ageadamiento de Dios en particular,
la qual no mora en los malos. Y quando esta per-
severa en el hombre con experiencia de sanros tra
bajos , humildes oraciones y frutos de buenas obras,
hace á un hombre verdaderamente sabio, para que
con la lección de la Escritura y larga experiencia
pueda enseñar á los otros á manera de testigo de
Vísta, y dar en la vena del ageno corazón , en
señando por lo que pasa en el suyo. Y sin esto,
si una vez acertare errará muchas, y será de aque··
lío s, de los qualesdice San Pablo ( i ) : Que querien
do ser engañadores de la Ley, no entienden las cosas
que hablan. Conviene también ayudarse ei hombre*
que quiere estudiar la Divina Escritura, del socoro
ro y exposición de los Santos , y aun de Escolásti
cos, porque lo que del estudio de la Divina Es
critura se saca, sin llevar estas cosas, probádoloha
Alem ania, mas por su mal.
CA-¡
( i ) i . Titn. i .
, Tom. I. Mm
*74 PE LA. FE CATO LICA
<oíio*<oító*íci<sonot(ot'íooo*«o(io*<oí>c»'tóíio»*ci(i«»*CH>o*(oBotíd<io*<o¡(o**©(t©Ko(iot
C A P IT U L O XLIX.
CA-
SENTIM IENTOS ESPIR ITU A LES. 1J9
CAPITULO L.
d e c o m o s u e l e n s e r m u c h o s
2 § 0 ENGAÑOS A CERCA DB
CAPITULO LI.
( i) Psalm > l a .
SEttTlMÍENTÓS ESPIRITUALES. 2 89
no sin justo ju icio: porque como dice San Agus
tín ( i ) , la soberbia, debe ser engañada. Estad pues
tan limpia de aqueste aplacimiento y de pensar que
sois algo por aquestas revelaciones,· que no se mude
vuestro corazón ni un solo punto del lugar humilde
en que antes estaba debaxo del temor santo de
D io s : y asi os habed en ellas como si no os hubie
ran venido, y si con responder esto el negocio pa
sare adelante t dad luego cuenta de el á quien os
pueda aconsejar lo que os cumple, aunque mejor
sería dar esta cuenta luego que os acaeciese, y
ayudar vos con oraciones, y ayunos y otras buenas
fobras al que os ha de aconsejar, para que Dios
Je aclare la verdad , pues el negocio es tan dificul
toso: porque si al espíritu bueno de Dios tenemos
por espíritu malo del demonio, es gran blasfemia,
y somos semejantes á los miserables Fariseos, con-
traditores de la verdad de Dios , que atribuían al
espíritu malo las obras que Jesui-Christo nuestro Se
ñor hacia por Espíritu Santo. Y si con facilidad
de creencia acetamos el instrumento del espíritu,
m alo, por cosas del Espíritu Santo, ¿ que' mayor
mal puede ser, que seguir las tinieblas por luz y
el engaño por verdad, y lo que peor e s , al de^
mo-
( i) ¿íugitst.
Tom. A Oo
,2 $ Ó ENGAÑOS ACERCA DE
> C< >í>< VyyX><> C<XX> :XX>0< >e^CxX^XV>C^< >C> C<>'> < ' > C O C X V X X x > *.;X
CAPITULO LII.
Oo 2.
2 ENGAKOS ACERCA DE
C A PIT U LO L U I.
DE LA OCULTA SO B E R B IA C O N QUE S U E L E N
ser muchos gravemente engañados en el camina de la
•virtud y y de quan a peligro están los tales de ser
enlazados en ilusiones del demonio.
CAPITULO LIV.
D E A L G U N A S P R O P I E D A D E S
que tienen los que en el capítulo pasado dixirnos
ser engañados : y de quanto conviene recibir parecer,
ageno 7 y de los males que trae el amor,
del propio juicio.
/' ;7 :>,
302 ' TINGADOS acerca de
geles. Y también la misma caridad no tendría en*
txada para que se comunicasen los corazones de
unos con otros , si los hombres no aprendiesen
mediante otros hombres. San Felipe fue enviado al
Eunuco: y Moysen recibió el consejo de su suegro
Jetro ( O . Todo esto dice San Agustín. Iten, dice
San Juan Clímaco : Que el hombre que se cree a sí
mismo, no ha menester que le tiente el dimonio, porque
él mhmo es demonio para si. Iten, dice San Geróni
mo (2) ; No quise yo seguir mi propio parecer , el qual
'suele ser muy mal consejero. Iten, San Vicente dice,
y aconseja mucho : Que el hombre que quisiere ser
espiritual , tenga algún Maestro por quien se rija : y
si lo puede haber y no lo toma , nunca le comunicara
D ios la gracia , por su soberbia. San Bernardo y San
Buenaventura á cada paso aconsejan lo mismo. Y
la Escritura de Dios está llena de esto mismo ; unas
veces dicc(3) : Ay de vosotros que sois sabios en vues
tros’ ojos , y delante de vosotros mismos prudentes. Y
en otra parte: Si vieres algún hombre que se tiene por
sabio y cree que mas bien librado que este sera el
ignorante. Y San Pablo nos amonesta: No queráis
ser sabios acerca de vosotros mismos. Y el Sabio di
ce. (4 ): Si no dixeres al necio las cosas que él cree en
su
(1) Exod. 13. (2) Hieron, (3) Isai, g, (4) Eccles, 6,
SE N T IM IE N T O S E SP IR IT U A LE S. 303
su corazón y no recibirá las palabras de prudencia. Y
en otra parte ( i ) : Sí inclinares tu oreja , recibirás
doctrina : y si amares el otr , serás sabio. Y por no ser
prolijo, digo , que la Escritura D iv in a , y amones
taciones de los Santos, y las vidas de ellos, y las ex
periencias que hemo§ visto, todas'á una boca nos-en
comiendan, que no nos arrimemos á nuestra pruden
c ia , mas que inclinemos nuestra oreja al ageno con
sejo ; porque de otra manera, '¿que cosa habría -mas
sin orden, que la Iglesia de D io s, ó qualquíera Con
gregación , si cada uno hade seguir su parecer, pen
sando que acierta ? ¿ Y como puede ser que el espíritu
de Christo , que es espíritu de humildad y de paz, y
de unión, mueva á uno á ser en contrario de todos
los otros, en quien el mismo Dios mora? ¿ Y có
mo puede nacer de este espíritu, que se tenga un
hombre en tanta estima, que no se halle en la
congregación de los hombres quien le pueda ense
ñ a r , ni juzgar, si su espíritu es bueno ó malo?
Porque, Como dice San Agustín (2), no dexaria es
te de tomar ageno consejo y obedecer, sino porque
piensa con su soberbia, que es mejor que el otro
que le aconseja: y ya· que sea su soberbia tanta
que cleá que es mejor que los otros, debe pensar,
que
(1) Eccles. 61 (2) ulugust.
1
304 EN G AÑ OS ACERCA DB
que así como puede ser uno menos bueno qué otro*
y tener don de profecía ó de sanar enfermos, y
semejantes dones , de los quales carezca el otro que
es mejor que ¿1, así puede ser, que el que es me
nor en otros dones, sea mayor en tener don de
consejo 6 de discreción de espíritu , de ios qua-<
les carezca el otro, que era mayor : y pues Dios
es tan amigo de la humildad y p az, no tema na
die , que si io que tiene es de Dios se vaya ó
se pierda, por sujetarse por el mismo Dios al age-i
no parecer, antes mas y mas se confirmará: y sí
de otra parte fuere, huirá : y si su sabiduría es
infundida de D io s , mire que una de las condicio
nes de ella, según dice Santiago ( 1 ) es, ser sux*
dible. Y, mire que llama San Agustín á estos pen
samientos soberbísimos y peligrosísimos (2): por
que aunque sea peligrosa la soberbia é inobediencia
de la voluntad que e s , no querer obedecer á la
voluntad agetia, muy mas peligrosa es- la soberbia
del entendimiento, que es creyendo á su parecer,
no sujetarse al ageno, porque el soberbio en la vo
luntad, alguna vez obedecerá, pues tiene por me
jor ei ügeno parecer. Mas quien tiene ¡asentado en
s í, que 5ú parecer es ei m ejor, quien le curará?
¿Y;
(t) Jacob. 3. {«) Augm .
SENTIMIENTOS ESPIRITUALES. JJOJ
X X X X X X X X '.-ÍX X i<X^<XXX>OC<»>C><XX^<V>C><'>r^>O^V>-1<>ÍX><Nr>CXS->e4!^
CAPITULO LV.
QUE D E B E M O S G R A N D E M E N T E
huir el propio parecer , y escoger persona á quien
por Dios nos sujetemos para ser de ella rsgidoSj
y qué tal ha de ser esta > y cómo
nos habremos con ella .
CAPITU LO L V I.
Tom, /, Bj;
314 DEL PROPIO CONOCIMIENTO.
CA
DEL PROPIO CONOCIMIENTO.
CAPITULO LV II.
QUE LO P R IM E R O QU E HA DE M IR A R
el hombre es á sí mismo , y de la necesidad que tenemos
del propio conocimiento , y de los males que nos
vienen por fa lta de este conocimiento propío.
(i) Joann. 6,
31 8 BEL p r o p i o c o n o c i m i e n t o .
X X X X X * XXXX><*&<
CAPITULO LVIII.
CAPITULO L IX .
quieto , recogeos en éí
á lo menos dos veces al d ía , una por la mañana,
para pensar en la Sacra Pasión de Jesu-Christo
nuestro Señor, como despues diremos; y otra en
la tarde en anocheciendo, para pensar en el exer-*
-ciclo del propio conocimiento * y el modo que ten*
dreis sea este: Tomad primero algún libro de bue
na doctrina en que como en espejo veáis vuestras
faltas, y con el toméis manjar con que vuestra
ánima sea esforzada en el camino de D iosj y este
leer no ha de ser con pesadumbre 7 ni pasando mu
chas hojas, mas alzando el corazon á nuestro Se
ñ or, suplicarle que os hable en .vuestro corazon
con su viva vo z, mediante aquellas palabras que
de
U E LPR áPÍO CONOCIMIENTO. J t 9
de fuera leis, y os de el yerda.dero sentido de ellas.
Y con aquella atención y reverencia estad atenta,
escuchando á Dios en aquellas palabras que de
fuera leéis, como si á ¿1 mismo oyérades predicar
quando en este mundo hablaba, De manera , que
aunque tengáis los ojos en el libro, no peguéis en
el con mucha ansia el corazon para que os haga
olvidar de’ Dios , mas tened á lo que leéis una mer*
diana y descansada atención que no os cautive ni
pida la atención Ubre y levantada que al Señor ha
béis de. tener,, y_, ;l.eyendo · de . esta manera np as
cansareis. Y darosha nuestro Señor el vivo, sentido
de las palabras, que obre·: en vuestra ánima unas
veces, arrepentimiento dev,uestros pecados, otras con
fianza de él y de su p e r d ó n y os- abrirá el enten
dimiento á cónócer otras muchas-cosas, aunque leáis
pocos renglones: y algunas veces conviene internun*
pir el leer, por pensar alguna cosa que del leer
resultó, y despues tornar á leer, y así se ván aya-,
dando la lección y la oracion. Y con el corazon
así devoto y recogido podéis comenzar á entender
>en el exercicio de vuestro propio conocimiento, y .
de esta manera vuestras rodillas hincadas pensareis
quán excelente y sqberana Magestad vais á.hab.la^
¿a qual no la pensáis lexos de vos, mas que hinche
cíelos y tierra: que ninguna parte hay en que no
Xom. I, Xt esté
3 3O DEL T R 0P T 0 CONO CIM IEN TO ,
CAPITULO LX.
CAPITULO LXI.
DE LO QUE SE HA DE CONSIDERAR
en la meditación de la· muerte acerca de lo que sucederá
al ánima , para aprovechar en el propio
conocimiento.
C A P IT U L O L X II.
Q U E E L C O T ID IA N O E X A M E N D E N U E S T R A S
fa lta s ayuda mucho para el propio conocimiento , y de
otros grandes provechos que este exercicio del examen
, trae, y del provecho que nos viens. de las reprehensiones
que otros nos d a n , é el Señor interiormente
nos envía .
CA PITU LO L X III.
CAPITULO L X IV .
DE UN P ROrECH OSO E X E R C 1C I 0
del conocimiento del str natural que tenemos,
para con él alcanzar la humildad .
CAPITULO LXV.
COMO e x e r c iTa r n o s e n e l c o n o c im ie n t o
CAPITULO LXVI.
Tom. I, Zz
$62 DEL PROPIO CO N O CIM IEN TO ;
C A P IT U L O LXVH .
C A P IT U L O L X V III.
E N .Q U £ SE COMIENZA ,A TRATAR
4 e la consideración, de Christo nuestro Señor, y de Ios_
Misterios de. su Vida y M uerte , y de I4 mucha razón
que hay para n$s ejercitar en esta consideración 5
y de los grandes frutos.,qu$
. _ ^
nos vienen.
(t) Paral, a i .
3 7 4 DE LA ORACION
CAPITULO L X IX .
XXX>0<>CX>CKX>C<XX'5<X><>0<>CX>©<>CKXV><^^ X X X X X ^ ÍX
CAPITULO LXX.
QU E E S M U T IM P O R T A N T E EL E X E R C IC IO
de la Oración , y de los grandes provechos
que de ella se sacan.
(1) ¿4 ugust. (a) Lúe. 11. (3) Cbryiost* (4) Luc, ««►
( 5) Joann. ji, (6) Luc, 16,
Y M ED ITA CIO N . '$91
San Ambrosio ( i ) , nos dio á entender lo que de
bemos hacer quando quisiéremos comenzar algún
negocio , pues que en aquel suyo primero oró, y
tan largo. Y por esto debiera decir San Dionisio,
que en principio de toda obra hemos de comen
zar por la Oración. San Pablo? amonesta , que en
tendamos con instancia en la O ración:, y el Señor
dice (2 ), que conviene siempre orar, y no año-
xar , que quiere decir ,. que se haga esta, obra con.
frequcncia , diligencia y cuidado: porque los que quie
ren valerse con tener cuidado de sí en hacer obras
agradables á D io s , y no curan de tener Oración*
con sola una mano nadan , con sola una mano pe -
lean, y con solo, un pie. andan, porque· el Señor,
dos nos enseñó ser n e ce sa ria sq u a n d o dixo (3):.
Velad y orad r porque no- entréis en tentación* Y Ja
mismo aviso quando dixo (4 ) 1 Velad*, pues, en todo
tiempo orando , que seáis hallados dignos de es
capar de todas, estas c o s a s q u e han de. v e n ir, y
estar, delante el Hijo> de la Virgen : T entrambas co
sas junta San Pablo· ( 5 ) ,, quando arma af Caballe
ro Christiano en la guerra espiritual que tiene con
tra el demonio: porque así como un hombre t p o t
bue-r
(1) símbro?. (3)' Luc. 18,. (3)1 Mattl·.. 26- (4) Luv. i t ,
(>) Epbcs,
391 DE t A ORACION,
(1) Gregor.
Toni. /. Ddd
3Í> 4 DE LA ORACION
CAPITULO L X X I.
I N D I C E
Dirección de espíritus,
D
¿cómo se hacen? 1 2 .
Delicias de la carne, se D octores, enseñan el mo
deben huir mucho , do de interpretar la
4 1, Escritura, 270 .
Dem onio, su lenguage, Doncellas, que' tales de
10 3 * ben ser, 32 6 .
Demonio , no tienta al
E
hombre sino quando
y cómo lo permite Engaños del demonio en
D io s, 1 8 2 . puntos de la carne ,
Dem onio, se transfigura 26.
en A ngel de lu z, 1 03. Engaños de falsas revela
Desesperación, lazo que ciones, 2 7 9.
arma el demonio á los Escritura Santa,.quien la
tentados, 1 1 2 . ha de declarar, 2 5 7 .
Desesperación, se debe Escritura Sagrada, cómo
vencer con la confian se debe leer y enten
za en la Divina mise- d er, 2 7 1 .
cordia, 1 3 4 · Esperanza en D io s, vence
D evocion , la aborrece el las tentaciones, 1 5 7 .
demonio, 1 5 1 . Esposa de Jesii-Christo,
Dignidades, suelen hacer que tal debe ser, 3 2 6 .
de buenos malos, 3 8. Exercicio quotidiano , á
Dignidades, no se han de quien desea aprove
solicitar, 40, char en la virtud, 32 9 .
Exa-
DE LAS COSAS N O TA BLES. 401
Exámen de la .conciencia,
G
útilísimo , debe ser
quotidiano , se pro Gentiles , su ceguera,
pone el modo de ha 165.
cerlo, 33 P. Gerónimo (San), su mo
Exercicio provechoso so do de huir las tenta
bre el propio conoci ciones de Ja carne, 8 9 .
m iento, 3 4 9. Gloría , debemos darla
toda á Dios , 3 P 4 .
F Grandeza de la Religión
Christiana, 1 3 # .
Fam a, debemos mirar por G racias, se deben dar á
ella , 6o. Dios por habernos lla
Favores de Dios , por mado á la Fe, 1 4 4 .
grandes y muchos, ha Gracia particular , se ne
cen creíbles sus M is cesita para creer, 1 3 y.
terios , 2 1 1 . G ra cia , el conocimiento
F e , el demonio tienta de la gracia de D io s ,
contra la Fe á los sen útilísimo para humi
suales , i 4 5. llarnos , 3 5 4 .
Fe, principio de la vida Gracia de Dios, su concur
Espiritual , 1 8 7 . so con el libre alvedrío
F c j las cosas de la Fe son bien explicado , 3 6 2 .
muy creíbles, 1 8 9 . Gustos divinos y munda
F e , tiene testigos irrefra nos , su diferencia ,
gables, 1 9 4 . 6 4*
Tom. L üee , · He-
40Z I N D TC E
castidad , 7 9 \
H
Humildad , fundamento
Hereges, siguen una fal de la virtud , 2 2 3 .
sa lu z , 2 60. Hum ildad, exercicio so«
Honra mundana, escollo bre esta virtud, 3 4
de la perdición de los
hombres de p u n tillo, JyL
2 7* Jesu C hristo, su vida y
Honra mundana, no de Misterios deben ser
be apreciarla el Chris- asunto continuo de
tiano en compara nuestras meditaciones,
ción de la honra de 369.
D io s, 2 8. Jesu-Christo, su amor á
Honra vana del m undo, los hom bres, 1 1 6 .
remedios para despre Iglesia Romana., oráculo
ciarla , 3 1 . de la F e , 2$ 7 .
Honra verdadera, la C ruz Incontinencia, se vence
de Jésu-Christo, 3 3 . con la confianza en
Honra humana, quándo Dios para vencer
y cómo se puede de la , 8 8.
sear, 3 5 . Infidelidad, terrible cas
Honra y fama, se ha de tigo de D io s, 2 6 2.
ordenar á D ios, 3 6. Ilusiones del demonio en
Hum ildad, se guarda mal el deseo de tener reve
entre honras, 4 7 . laciones , 2 8 6 .
Humildad , deñende la Ilusiones sensuales, pa
ra
DE LAS COSAS n o t a b l e s . 403
ra distinguirlas de las Maria Santísima, debe in
verdaderas revelacio vocarse su nombre, y
nes , 2 p i . pedir su auxilio en las
tribulaciones de la car·^
ne , 9 o.
Lección E sp iritu al, su Mártires, testigos irrefra
exercicio necesario pa gables de la F e , 1 9 5.
ra el espíritu , 3 2 7 . Meditación de la Pasión
Libros que debe leer el de C hristo, fructuo
quetratad evirtu d,i 7 . sa, 3 7 7 .
L e y de D io s , su obser Misericordia de D io s , se
vancia el mejor amor, : debe tener presente
284. en qualquiera tribula
Libre alvedrío, su con ción , 1 2 0.
curso con la gracia Misericordia de D io s , se
bien explicado, 3 6 1 . guro remedio, 1 2 5 .
Luxuria , es el castigo de Misericordia de D io s , se
la soberbia , 8 2 . ha de hallar en la Ora
L u z de la razón, dicta la ción, 3 9 4 .
creencia de los Miste Misterios de la Fe, aun
rios de la F e, 2.1 6. que tantos, son m uy
creíbles , 2 2 3 .
M
Mortificaciones heroycas
Maria Santísima, su con de algunos Santos, que
sideración auyenta las . vencen las tentaciones
tentaciones, 6 9 · de la carne , 7 1 .
Eee 2 Mun-
404 in d ГСН
M u n d o, su lenguage no á ía ractoíial, ioo<
se debe o ir , 2 7 . Obediencia, debe tenerse
M undo, sus engaños con siempre al C on fesor,
tinuos, 3 4 . 309.
Mugeres , su familiaridad Ociosidad , dá lugar á las
dañosa á la castidad, tentaciones , j o .
5 3· Oficios honoríficos, peli-ч
Mugeres, aunque sean pa- grosos , 3 5 .
rientas, se debe evitar O jo s , cómo se bebe ver
su mucho trato, como de los ojos el hom-<
pernicioso, 5 4 . bre espiritual, 312*
M uerte, su consideración Oración, se debe fxeqüen"
necesaria para la vida ta r , r 8.
espiritual, 3 3 1 . O ra ció n , remedio grande
de las tentaciones, 6 2.
N
Oración , su provecho y
Negación de sí mismo, necesidad, 3 8 3 .
necesaria para la vida
espiritual , 2 8 . P
Nom bre de Jesu-Chrlsto, Padre, debe tener un co-
remedio para las ten razon tierno, 9 ■
taciones, 6 7 . Paz , y quietud de los
que vencen las tenta
O
ciones, 5 3.
Obediencia que debe te Parecer propio, se debe
ner la parte sensitiva h u ir, 304.
Fa-
DE LAS COSAS NOTABLES >40 J