Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Las experiencias s infancia pueden influir directamente en la forma en que se acerque a su vida
en el futuro. La forma en que te relacionas con otras personas, traumas y emociones son
consecuencias de las experiencias adquiridas cuando eras niño.
Los niños no tienen sentido del tiempo, por lo que la ausencia de sus padres durante unas
horas puede entenderse como un abandono. Debe dejarlo claro cuando vaya, pero volverá. Un
ejemplo simple es el comienzo del día escolar, el niño cree que lo dejarán allí, por lo que es
importante una conversación que explique que estará en la escuela por un tiempo
determinado. Es necesario que ella entienda que las personas que ama no siempre estarán
cerca. Este sentimiento debe estar muy bien formateado en la edad adulta.
El miedo a no ser amado por los padres, la familia e incluso los amigos puede obstaculizar
psicológicamente el desarrollo del niño y la formación de su identidad. Si no se la trata bien,
puede comprender que no merece el afecto de los demás y, en consecuencia, comenzar a no
valorarse a sí misma como persona.
Humillacion
Educar no es una tarea fácil, la represión es aún menos. Pero, si el niño comete errores, es
necesario corregir y ser firme, para eso la conversación es siempre la mejor opción. Tenga
cuidado con los términos despectivos y las peleas frente a otras personas, humillar a un niño
puede provocar serios problemas psicológicos. Y si esto sucede a menudo, ella puede entender
que necesita humillar a los demás para sentirse bien.
Falta de confianza
Los niños tienen un gran recuerdo, así que solo promete lo que realmente puedes guardar, de
lo contrario sospecharás de todo lo que digas. Los padres, sobre todo, deben ser confidenciales
con sus hijos. Si no confían en ti, será difícil mantener una relación tranquila sin mentiras
durante toda la vida.
Injusticia
A nadie le gusta que lo culpen por algo que no hicieron, así que siempre tenga cuidado de no
cometer injusticias. Los sentimientos de indignación, ira e impotencia pueden transformar la
vida de un niño y convertirlo en un adulto extremadamente perfeccionista y autoritario.