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"Reyes y sacerdotes para Dios"

Conference Paper · February 2019

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Silvia Scholtus
Universidad Adventista del Plata
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“Reyes y sacerdotes para Dios”

Por Silvia C. Scholtus


Dra. en Teología
Universidad Adventista del Plata
e-mail: silviascholtus@gmail.com

Introducción

Saludos: Es un gusto estar con ustedes esta mañana.


Hoy les propongo revisar lo que dice la Biblia sobre algunos aspectos de la
“recompensa eterna” que Dios dará a los que lo aman.
1. Los invito a empezar con Ap 1:6. Juan alaba a Dios porque su recompensa es que nos
salvó en Cristo y nos “hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre”.
2. Ap 5:10 dice “De ellos hiciste un reino; los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro
Dios, y reinarán sobre la tierra”.
3. La bienaventuranza de Ap 20:6 dice: “que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y
reinarán con él mil años”.
Surgen preguntas interesantes de estos textos.
1. ¿Cuál es la función de un sacerdote?
2. ¿Por qué Dios hace sacerdotes a sus redimidos?
3. Y quizás nos hagamos otra pregunta, ¿tenemos que empezar a practicar aquí el oficio
de sacerdotes?
Hagamos una revisión rápida para encontrar la respuesta en la Biblia.

El oficio de sacerdote

La función de los sacerdotes eran varias. Entre ellas la de:


1. Representar a Dios ante el mundo, y ser mediador entre Dios y los hombres.
2. Ser responsables de la enseñanza de la ley, de los estatutos divinos y de juzgar. Incluso
algunos sacerdotes recibieron el oficio profético.
Veamos lo que el apóstol Pedro dice de los cristianos en 1 P 2:9,
Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece
a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las
tinieblas a su luz admirable.
Con esta declaración, Pedro resumió que ser sacerdotes y reyes para Dios es ser
proclamadores de la salvación de Dios. Así sea como representantes, instructores, jueces
o profetas.
Como vimos, para Pedro y Juan, todo seguidor de Dios es un sacerdote. Lo interesante
es que Apocalipsis dice que ejercer como sacerdotes y reyes es parte de la recompensa
eterna.
Veamos un poco más sobre la cuestión de ser sacerdotes que proclaman la salvación.

1
Cuando Dios creó a los primeros seres humanos, los denominó adanes porque estaban
hechos de la tierra, los hizo varón y mujer. Hoy podríamos llamarlos terrícolas. En Gn
1:26-27, dice específicamente
“Hagamos al hombre [adam]1 a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y
tenga potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y las bestias, sobre toda
la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra”. Y creó Dios al hombre
[adam] a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.2
Dios creó a los dos adanes como encargados de gobernar la tierra en su nombre y
conforme a su liderazgo de amor y servicio. Eran reyes porque gobernaban, y también
sacerdotes porque representaban a Dios ante la creación de la Tierra, proclamaban sus
designios y la cuidaban.
Como bien sabemos, todo iba bien hasta que cambió por causa del pecado.
En Gn 3:15, Dios tuvo que anunciar que iba a restaurar la situación estableciendo un
sacerdocio adicional. Se trata del sacerdocio mesiánico. Este sacerdocio proclamaría
nuevamente cómo es el gobierno divino y su relación con los que creó. Y, esto operó un
cambio en la proclama que debían dar los sacerdotes humanos después de la caída.
A partir de ese momento, el sacerdocio se diferenció en dos tipos:
1. Un sacerdocio mesiánico o Redentor.
2. Un sacerdocio tipológico o de proclama.
La Biblia detalla en que difieren sus responsabilidades.
Empecemos con el sacerdocio mesiánico.

El sacerdocio mesiánico

El sacerdocio mesiánico es único. Requiere que el sacerdote sea el sacrificio y con su


sangre purifique del pecado. Es único, porque pertenece al Mesías prometido según Gn
3:15. El apóstol Pablo destaca este hecho en Hebreos 7:26 y 27.
Tal Sumo Sacerdote nos convenía: santo, inocente, limpio, apartado de los pecadores
y hecho más sublime que los cielos; que no necesita, como los otros sacerdotes,
ofrecer cada día primero sacrificios por sus propios pecados y luego por los del
pueblo. Esto lo hizo una sola vez para siempre, cuando se ofreció a sí mismo.
Por lo tanto, el sacerdocio mesiánico es diferente al sacerdocio tipológico. El objetivo
de los dos sacerdocios, mesiánico y tipológico, era procurar restablecer el orden del
gobierno divino en la tierra con una amplitud mayor a la original.
Este sacerdocio mesiánico es eterno. Desde la eternidad Dios tuvo su representante
divino. Reiteramos, este tipo de sacerdocio surgió debido a la necesidad de recuperar el
gobierno de Dios en la tierra. Cristo, en sus sermones destacaba que estaba llegando el
reino de Dios.3

1
En otras versiones rinde “humanidad”. El término hebreo es extraído del término “tierra” [adamah] que
indica los elementos con los que Dios vinculó a este nuevo ser. Al igual que a los pájaros los vinculó con
el aire y a los peces con el agua.
2
Ver también Gn 5:1.
3
Mt 5.

2
El sacrificio que haría de su persona el sacerdote mesiánico se representó siempre
sobre un altar, con el sacrificio de animales. Esto se hacía en el espacio abierto
simbolizando que el sacrificio del Mesías ocurriría en la tierra. Le seguiría su labor
intercesora en el Lugar Santo y de juicio en el Lugar Santísimo representado
posteriormente en la tipología del santuario israelita. Las actividades en los espacios
cerrados del santuario terrenal estaban ocultas a los ojos humanos porque era un símbolo
de las actividades que este sacerdote mesiánico realizaría en el cielo, y, por eso, estaba
vedado el ingreso a otros que no fueran del sacerdocio levítico a estos espacios.
Hay dos aspectos fundamentales del sacerdocio mesiánico. El primero, según la Biblia,
es que el Mesías es el Hijo de Dios. El segundo aspecto es que el Mesías es un sumo
sacerdote que se sacrificó a sí mismo4 y que vivirá siempre para interceder.5 Pablo explica
que el sacerdocio mesiánico es del tipo de Melquisedec, porque su línea no proviene del
sacerdocio levítico y además de sacerdote, es rey.
La Biblia agrega que el sumo sacerdote de esta orden es obviamente un ser humano,
como dice Gn 3:15, ya que desciende de la simiente de la mujer. Es el nuevo Adam según
Ef 2:14.6 Pablo agrega en Ro 5:14-19 y 1 Co 15:22, 45, que era necesario que viniera este
sacerdote mesiánico por causa del pecado del primer Adam.
Jesús, como el Mesías, consideró que su sacerdocio era del tipo de Melquisedec. Tomó
los elementos que Melquisedec entregó a Abraham al momento de bendecirlo, como dice
Gn 14:18, es decir, el pan y el vino. El pan y el vino son símbolos de la reconciliación
lograda por Dios con los seres humanos mediante el sacrificio del sacerdote mesiánico.
El Mesías y sumo sacerdote de esta orden era central que ofreciera su vida para llegar
a ser el mediador del nuevo pacto en el cielo.7
¿Por qué en el cielo? Porque debía justificar ante el resto de los seres creados por Dios
en el universo, que los redimidos de la tierra podían volver a ser parte de la comunidad
celestial. ¡Extraordinaria recompensa!
Veamos aspectos de la tarea de los sacerdotes tipológicos o de proclama.

El sacerdocio tipológico

Los diferentes sacerdocios tipológicos representan y acompañan al sacerdocio


mesiánico en alguna de sus funciones o etapas en el plan de redención. Esencialmente, la
tarea de un sacerdote tipológico era ser un representante de Dios y proclamar su salvación.
Veamos las proclamas de los sacerdotes tipológicos a lo largo del tiempo.

¿Cómo era en los comienzos?

Ya vimos que los dos primeros adanes, varón y mujer, fueron designados por Dios
como representantes de la nueva creación ante él.
El Edén se constituyó en el primer santuario que mostraba los objetivos de Dios a ser
reproducidos en el resto del planeta. El primer Edén era el lugar de encuentro entre Dios

4
Heb 9:26.
5
Heb 7:25.
6
En griego, καινὸν ἄνθρωπον [kainòn ánthropon].
7
Heb 8:3; 9:12-15.

3
y los primeros adanes. Ap 21-22 describe la nueva creación y dice que Dios habitará junto
con los seres humanos recreados.
Al momento en que los adanes, varón y mujer, pecaron, Dios agregó el anuncio de
redención.
El varón debía representar la muerte que se introdujo en toda la creación por causa del
pecado, realizando sacrificios de animales limpios a cielo abierto sobre un altar de
piedras. La revelación dada en ese momento a los primeros adanes enfatizaba el anuncio
de la llegada del sacerdote mesiánico, que revertiría el proceso del pecado y del mal, y
establecería nuevamente el reino de Dios.8
El anuncio mediante el sacerdocio de la mujer implicaba el ser la portadora de vida del
Mesías.9 Es notorio que así lo entendió el primer adán varón porque fue a partir de ese
momento en que el segundo adán mujer recibió un nombre que la distinguió del primer
adán. El nombre que recibió es Eva, y se relaciona con el concepto de dar vida (Gn 3:20).
Esto destaca que entendieron la esperanza de redención prometida por Dios que vendría
por medio de la mujer. El registro bíblico presenta el anhelo de las mujeres en esta
esperanza dada en el Edén. Las mujeres deseaban tener el privilegio de dar vida y llegar
a ser la madre del Mesías prometido. El anuncio de la salvación a través de las mujeres
contenía especificaciones clave para el respeto a la vida de todo ser humano junto con la
prohibición de quitarla en rituales religiosos de adoración. El concepto principal detrás
de este hecho era que los seres humanos concebidos eran portadores de la imagen de Dios
y, por lo tanto, no debía eliminarse su vida en un sacrificio. Esto dice Gn 9:6.
Cuando Dios suscitó el sacerdocio mesiánico, los dos primeros adanes, varón y mujer,
asumieron el sacerdocio tipológico para proclamar la labor redentora del sacerdocio
mesiánico.
La proclama que Dios encargó a los varones y las mujeres se extendió durante la época
patriarcal y más. Su proclama no tenía nada que ver con la forma posterior desvirtuada
de los sacerdocios que surgieron en distintos pueblos y culturas en las que se
implementaban rituales de fertilidad, prostitución, y sacrificios humanos. Como ocurrió
siempre, todo lo dado por Dios fue tergiversado con el tiempo en rituales que nada tenían
que ver con las indicaciones brindadas originalmente.
El nacimiento del Mesías por medio de una mujer virgen ilustra el hecho de que no
portaría pecado por recibir la simiente de un varón, sino que sería una simiente nueva,
llegando a ser el primogénito de una nueva humanidad. Podemos decirlo de otra manera.
Así como Dios completó la humanidad extrayendo del primer adán varón al segundo adán
mujer, posteriormente del adán mujer extraería al nuevo adán varón.
Estas proclamas por parte del varón y la mujer expresaban simultáneamente las
consecuencias del pecado que darían muerte al Hijo de Dios y de la esperanza de la nueva
vida que vendría por medio de él.
Se necesita ver también a la figura de la mujer en la humanidad transformada. La mujer
también porta la imagen de Dios.

8
Gn 3:15; Judas 1:14-15.
9
Isaías 7:14; Mt 1:23.

4
Otro sacerdocio tipológico es el de Melquisedec

El sacerdocio de Melquisedec representa mediante el pan y el vino, que el sacrificio


del Mesías traería paz entre Dios y los seres humanos. Aparece por primera vez en Gn
14:18. El apóstol Pablo describe bien este sacerdocio en el libro de Hebreos.

Otros sacerdocios tipológicos eran los sacerdocios levítico y aarónico

La tipología ritual que realizaban estos sacerdotes surgió con la revelación mayor dada
a Moisés en el Sinaí. Con este sacerdocio se modificaban algunas condiciones de rituales
y sacrificios del período patriarcal, pero no anulaba la proclama y la transmisión de la
esperanza de redención.
Éxodo 32 registra las razones por las que la tribu de Leví fue consagrada al servicio de
Dios en este tipo de sacerdocio. Aarón fue escogido sumo sacerdote junto con su
descendencia.10 La elección de la tribu de Leví como servidores del sumo sacerdocio de
Aarón y sus descendientes se debió al pecado del pueblo de Israel.
El pueblo había sido elegido como pueblo de sacerdotes y reyes para acompañar el
servicio del santuario. Pero pecaron al adorar el becerro de oro.11 Por eso, cada
primogénito varón de las otras tribus fue absuelto de su responsabilidad sacerdotal para
los aspectos sacrificiales, y reemplazado por los varones de la tribu de Leví. Esto aparece
en Nm 3:12.
La revelación dada a los patriarcas incluía la representación de la muerte del “Cordero
de Dios” con el sacrificio de un animal sobre un altar en el espacio abierto, y de la vida
con el nacimiento del Mesías de una mujer. Después, Dios reveló a Moisés que los
espacios cerrados del santuario representaban el ministerio del Mesías para vida en el
cielo. Por eso, como ya se mencionó, nadie excepto los levitas podían ingresar a esos
espacios.
La caducidad de la representación tipológica del sacerdocio levítico y aarónico se
terminó con la llegada del sacerdote Mesías.12 Ya no era necesario representar las
promesas de Dios con este sacerdocio, porque estas promesas estaban en pleno
cumplimiento.
Veamos ahora otro sacerdocio tipológico.

El sacerdocio del pueblo de Dios

Una vez que la promesa del sacerdocio mesiánico se concretó, el énfasis de la proclama
de los sacerdotes tipológicos cambió de nuevo para acompañar la labor del sacerdocio
mesiánico en su siguiente ministerio.
El sacerdocio del pueblo consiste mayormente en resguardar el legado profético de las
promesas de salvación. Pablo explica este aspecto en Ro 3:1-2, cuando dice que al pueblo
de Israel le fue confiada la Palabra de Dios. El pueblo de Israel fue elegido entre otras
naciones para ser los depositarios de las promesas y anunciarlas al resto de los pueblos.

10
Ex 28:3; 40:13-15.
11
Comparar Ex 19:6; 32.
12
Mt 27:50-51.

5
Fue parte de la estrategia divina para que sus promesas no se perdieran en el tiempo. Y
esta responsabilidad pasó a la iglesia como pueblo de Dios.
Este sacerdocio tipológico del pueblo siempre estuvo presente desde el tiempo de los
dos primeros adanes, varón y mujer. La misión de resguardar el legado profético siempre
existió. Y, después de que se cumplió la promesa y comienzo del ministerio del
sacerdocio mesiánico, este sacerdocio del pueblo pasó a la Iglesia Cristiana.
Como ya vimos, Pedro usa el lenguaje de “sacerdote” para la iglesia como pueblo de
Dios y lo mismo Juan en Apocalipsis. Ambos asignan la responsabilidad sacerdotal a la
comunidad de todos los cristianos y no exclusivamente a la de sus líderes. Recordemos
que la jerarquía eclesiástica que diferenció entre sacerdotes y el pueblo o laicado fue
posterior al primer siglo.
Cada creyente debe ejercerlo porque eso indica que está siendo restaurado a la
imagen de Dios y es miembro del reino de Dios.
Los creyentes de la iglesia cristiana tienen la responsabilidad como sacerdotes de
representar y acompañar al sacerdocio mesiánico en sus funciones o etapas en el plan de
redención. Actualmente le toca acompañar la etapa de intercesión y juicio en el santuario
celestial.
¡Dios ya cumplió su promesa enviando al sacerdote mesiánico! ¡Qué privilegio
acompañarlo en su ministerio aquí y ahora! ¡Dios nos recompensará en la eternidad
dejando que sigamos estando siempre junto a su trono!
Este sacerdocio del pueblo se alista directamente bajo la orden del sacerdocio real del
Mesías como describe Apocalipsis. Su duración no cesa. Tendrán la responsabilidad de
mantener en el recuerdo de todos los habitantes del universo el sacrificio hecho por Dios
mediante su Hijo para redención.13

Resumamos

La recompensa eterna de Dios al hacernos sacerdotes y reyes fue querer agradecer a


sus hijos fieles por aceptar ser sus colaboradores en la difusión de su verdad de salvación.
Veamos las preguntas que nos hicimos al comienzo.
1. ¿Cuál es la función de un sacerdote? – Representar y proclamar la gracia de Dios.
2. ¿Por qué Dios hace sacerdotes a sus redimidos? – Porque con gozo expresarán
eternamente la gracia que recibieron de Dios.
3. La última pregunta, ¿tenemos que practicar aquí el oficio de sacerdotes? – Sí. Lo dice
el apóstol Pedro. En un mundo confundido por muchas voces con proclamas
diferentes, Dios quiere que todos sin distinción de sexo o edad, anunciemos con gozo
su salvación. El mensaje actual de los sacerdotes tipológicos es estar bajo el liderazgo
del sacerdocio mesiánico proclamando la certeza de la redención obrada por él.
Veamos un esquema que resume lo dicho hasta aquí.

13
Ap 14:1-6.

6
Exclamemos agradecidos junto con Juan que Dios nos “hizo reyes y sacerdotes para
Dios, su Padre” para que en esta última etapa de la historia del mundo acompañemos
proclamando lo que está haciendo como sumo sacerdote mesiánico en el cielo.
¡Qué grandiosa recompensa! Por la eternidad, proclamaremos como sacerdotes la
gracia de Dios y lo acompañaremos en su gobierno.

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