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Toda empresa tiene que tener definidos claramente estos tres conceptos y además,
saber trasmitirlos adecuadamente. Bien delimitados, ayudarán a tomar decisiones de
la empresa. La misión es la razón de ser de la empresa, es decir, define el porqué de
su existencia. La visión por su lado, define a lo que quiere llegar a ser o alcanzar la
empresa. Los valores detallan nuestra forma de ser. Son el punto de partida para
desarrollar la cultura corporativa.
Una vez tenemos definidos los conceptos anteriores, se debería empezar a desarrollar
el modelo de cultura corporativa que nos interesa proyectar. En este momento es ideal
empezar a implicar al equipo humano de la empresa. Una interesante propuesta es
hacerles partícipes de este momento. Por ejemplo, se les puede pedir opinión o
incluso proponer un brainstorming. Escuchar sus ideas no solo les acercará a este
proceso, sinó que servirá a la empresa a sacar seguro ideas interesantes y es una
buena fórmula para conocer como nos ven los empleados como empresa.
Por otro lado, también se trabajará aspectos destinados a nuestra proyección exterior,
como los mensajes a lanzar, imagen, reputación entre muchos otros.
6. Compartir logros
Como vemos, hay distintos aspectos a tener en cuenta para crear una cultura
corporativa óptima. Ser coherente y estar motivado son esenciales para poder avanzar
en la buena dirección
Afinidad entre el perfil de los empleados y la cultura de la empresa
Por esta razón contratar a personas que además de contar con las habilidades y la
experiencia necesaria para desempeñar un cargo, se sientan identificadas con la
cultura y los valores de la organización, es fundamental para que se «pongan la
camiseta» (además de ayudar a preservar el buen ambiente dentro de la misma). Por
el contrario, estas son 4 consecuencias que puede traer el no hacerlo.
Aún sin ser conscientes de ello, muchas empresas y líderes al interior de estas pueden
estar creando un ambiente de competencia y en el que muchas personas busquen
figurar. Estas conductas pueden ser peligrosas en la medida que tienden a generar
rivalidades en los equipos e ir en contra de sus intereses. Por tanto, evitar cualquier
forma de favoritismo y anteponer siempre los intereses colectivos o de grupo a los
particulares, es un aspecto clave alrededor del cual debe girar toda gran cultura dentro
de una organización.
No sólo se trata de que los empleados estén alineados con la cultura y los valores de
la empresa.
Sobre todo si estamos hablando de una gran cultura, esta debe tener la capacidad de
inspirar a las personas a través de su misión, visión y valores; no únicamente en la
forma de unos bonitos enunciados que en la práctica no sirven de mucho, sino como
algo que le da un mayor sentido y significado a lo que hacen todos los empleados más
allá del dinero que reciben por su trabajo, y algo alrededor de lo cual gira toda la
empresa y se toman las decisiones.
Valorar y tener en cuenta las opiniones de todos los empleados
A veces muy buenas ideas y sugerencias pueden venir de quien menos se espera. Y
las empresas que gozan de una gran cultura son conscientes de esto.
Por eso, a nivel de las distintas áreas, no sólo se escucha a los empleados y se da a
sus comentarios la debida importancia en la medida que con el conocimiento y la
experiencia que han adquirido en su trabajo están en condiciones de aportar muy
buenas ideas, sino que además esto es algo que se incentiva permanentemente.
Hoy en día las cosas cambian rápidamente. Aquello que daba resultado hace sólo
unos cuantos años atrás puede que ya no. Por esa razón evitar aferrarse a cualquier
cosa (sea que se trate de un método, proceso o técnica), y estar siempre abierto a
considerar nuevas ideas y enfoques aún por más absurdos y descabellados que
puedan parecer, es fundamental dentro de toda organización.
Un lugar de trabajo agradable es clave para que las personas mantengan motivadas,
pero también para que haya un buen ambiente laboral. De hecho, partiendo de esa
base muchos espacios de trabajo compartido han sido diseñados entendiendo que no
sólo tener un sitio de trabajo ameno es clave para lograr estas cosas, sino también
para que la gente consiga inspirarse y desarrollar al máximo su creatividad.