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, Octubre 26 de 2016
Santurbán es una de las principales fuentes hídricas de la zona, goza de gran diversidad
de fauna y flora, ofrece paisajes andinos potenciales para el turismo y contiene
abundante riqueza mineral. El alto contenido de oro y plata en el subsuelo
contradictoriamente es la causa de la problemática socio-económica.
aseguran que aún el páramo no está protegido como las licencias ambientales aseguran.
“Si bien la inversión y la experiencia han sido importantes para el país y la región, aún
persiste la deuda social. Las 4.000 familias que tradicionalmente han habitado el páramo,
son quienes asumen el principal impacto” dice Ludwing Arley Anaya exdirector de la
Corporación Autónoma Regional Para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB),
entidad encargada de la protección del páramo de Santurbán.
En febrero de 2016 la Corte constitucional delimitó las zonas inalteradas del páramo,
zonas con intervención humana en proceso de recuperación y zonas en las que se
permitiría la actividad minera en una baja medida. El Ministerio de Ambiente y Desarrollo
sostenible, junto con las entidades regionales y distritales ha implementado proyectos
como el acuerdo N° 078 en el que se establecen mecanismos para la recolección de
residuos sólidos que pueden contaminar las fuentes hídricas.
Planteando una relación beneficio-costo, ¿valen más los beneficios naturales que nos
brinda el páramo a corto, mediano y largo plazo o los recursos económicos obtenidos por
permitir su alteración?. Hay dos salidas “fáciles” para el problema: La primera consiste en
permitir la explotación minera en esta zona para lograr así beneficios económicos, tanto
los que invierten en ese proyecto como para la población, a costa de afectaciones como la
pérdida del ecosistema del páramo. La segunda sería la conservación del páramo y
prohibir todo tipo de actividad en esta zona, de esta manera conservamos el ecosistema y
el agua que nos suministra, pero afectamos a la comunidades que se benefician de la
actividad minera.
Actualmente existen campañas en todo el país para el uso racional del recurso hídrico y la
protección de los ecosistemas que lo generan y almacenan , sin embargo la conciencia
medio-ambiental aún es escasa, por ejemplo el caso del municipio de San Martín, Cesar
donde se planea implementar el método de fracturamiento hidráulico para la extracción de
petróleo lo cual amenaza gravemente no solo el territorio del cual pretenden extraer el
petróleo, sino también el agua de la zona y que cuenta con el aval del gobierno de nuevo
bajo la premisa de “desarrollo sostenible”. Este y el caso del páramo de Santurbán son
dos de la los tantos casos en los que se demuestra el poco compromiso del estado en la
protección de los ecosistemas y del agua en sí. .
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Grupo nueve
Bogotá D.C., Octubre 26 de 2016
bajo la regulación del uso del agua, la protección de los ecosistemas donde se genera
este líquido (Páramos) y la oferta de alternativas laborales para los habitantes de las
zonas aledañas a dichos ecosistemas que dependen de las actividades mineras que se
llevan a cabo en la zona y le causan un grave daño a tales ecosistemas.
Lamentablemente este no es el caso, y contrario a lo que deberían hacer el estado
(garantizar el agua potable a todos los habitantes del país), como se ha escrito en el
presente ensayo sus políticas ambientales se quedan bastante cortas para la situación de
todas las cuencas, páramos, embalses, acuíferos y ríos que están siendo alterados y
destruidos por benefícios banales en comparación con el valor del agua.
El agua no es un bien inagotable, pero sumamente importante para la vida cotidiana, así
que se debe primero velar por la protección de los ecosistemas que la albergan,
garantizar el uso adecuado del mismo para que las generaciones venideras puedan hacer
uso de ella también.
Por último se concluye que el valor del agua es incalculable, pero igual a este es el uso
que le damos este recurso, que sin él claramente la vida común no sería igual, por lo cual
es indispensable un cambio de mentalidad no sólo en los funcionarios del estado sino en
general en toda la comunidad en pro de la protección de nuestro oro líquido, el agua.
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