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unifamiliares
Una parte de la vivienda desciende más que la otra. Consecuencia: fisuras en los muros de las
fachadas, en los tabiques, en los solados.
Asentamientos habituales
Las viviendas unifamiliares implicadas han sido construidas generalmente mediante muros de
fábrica (ladrillos o bloques de hormigón) sin sótanos y cimentadas a poca profundidad (en
general, entre 0,5 y 1 m.). Las cimentaciones han sido realizadas en hormigón, normalmente
hormigón armado.
Estas zapatas de cimentación tienen como función repartir las cargas de la edificación (peso
propio + sobrecarga de uso) en el suelo hasta una profundidad que no excede, en principio, de
3 a 4 m. bajo el nivel de cimentación.
Si en estos límites el terreno está constituido por elementos rocosos, no es de prever ningún
incidente grave.
Si, en cambio, se encuentra intercalado un estrato de arcillas finas, la vivienda corre el riesgo
de sufrir movimientos que originarán daños. En primera instancia, los que nos encontraremos
corresponderán a siniestros ocurridos en período climático normal, fuera de cualquier
fenómeno de sequía, y que no tienen que ver con los problemas de construcciones sobre
arcillas expansivas estos problemas específicos se tratarán en la segunda parte de este tema.
Se necesita, pues, una segunda condición: que las cargas transmitidas por la construcción no
estén distribuidas uniformemente entre distintos puntos de apoyo.
• Una estructura frágil. Pero todavía es necesaria una tercera condición: en efecto, este
asiento diferencial tenderá a deformar los muros de la casa. Cada deformación de un muro
de fábrica va acompañado de la aparición de tensiones en los revestimientos, sobre todo, a
nivel de juntas entre ladrillos.
Los muros de fachadas son normalmente los más solicitados, ya que las esquinas de la
edificación se encuentran más cargadas que las zonas intermedias.
Si se reúnen las tres condiciones, el muro se agrieta, siguiendo un esquema típico, en diagonal
(que refleja la deformación indicada), y siguiendo las juntas de la obra de fábrica.
Estas fisuras principales pueden ir acompañadas de fisuras horizontales bajo los forjados,
incluso fisuras verticales en los cambios de material. Pueden prolongarse en el interior de la
construcción, por ejemplo a los tabiques o a los alicatados.
• La presencia yuxtapuesta de dos estratos de edades diferentes bajo los cimientos, una
antigua poco compresible y una más moderna mal compactada en el curso de los trabajos.
Conclusión
La lección que se puede extraer entonces es que es completamente descabellado, cada vez
que se proyecta una obra en un suelo desconocido, ahorrarse un reconocimiento (incluyendo,
si es necesario, la intervención de un especialista), de un coste de 100.000 a 250.000 pesetas,
cuando el siniestro puede suponer un coste diez veces mayor.
02 - Movimientos excepcionales de cimentaciones en
viviendas unifamiliares.
Introducción
Hemos visto, en la ficha nº 1, los daños por asientos debidos a arcillas jóvenes y compresibles,
sin diferenciar las arcillas por su constitución mineral, de la cual depende muy directamente su
sensibilidad al agua.
Si, ahora, nos centramos en este parámetro, nos vamos a encontrar dos grupos más de
siniestros, cuyos efectos sobre las edificaciones son más graves.
Los períodos de gran sequía conducen a una fuerte disminución del volumen en
algunos suelos arcillosos.
Sin que sea posible aquí analizar a fondo este proceso, resumimos brevemente sus principales
manifestaciones:
• La sequía acarreó, en unos suelos con fuerte retención de agua como son las arcillas con
predominancia de montmorilonita, una evaporación de gran intensidad, entre la superficie y
el banco arcilloso, y esto hasta una profundidad de 2 a 4 m. Téngase en cuenta que, en la
alternancia de una estación normal, las variaciones en el contenido de agua del suelo
perturban su equilibrio hídrico en una profundidad no superior a 1 m (ver esquema).
Sin entrar en el detalle matemático de la cuestión, hay que saber que esta evaporación
conduce a una fuerte disminución del volumen del suelo arcilloso por expulsión del agua (una
decena de cm).
• Este proceso se agrava localmente por la presencia, en la proximidad del edificio, de alguna
vegetación, cuya necesidad de agua es significativa (por ejemplo, robles, álamos, fresnos
...).
• Quizás la cuestión de mayor repercusión sea que estos movimientos del suelo no han sido
uniformes bajo los edificios, pues ellos mismos constituyen pantallas contra la evaporación.
El resultado ha sido la generación de esfuerzos diferenciales importantes entre el centro del
edificio y su periferia. Se han observado, en las esquinas, descalces de las zapatas, que
han provocado grietas como las que se presentan en la fotografía.
Se trata de daños del mismo tipo que los descritos en la primera ficha de esta colección, pero
la amplitud de las grietas puede adquirir valores mucho mayores, alcanzando, en los casos
graves, los 30 o 40 mm. La envergadura de las reparaciones puede acarrear a un coste que,
en el caso límite, puede ser el de una nueva edificación.
En este caso, los desperfectos afectan también a la obra secundaria y a las instalaciones,
incluso a elementos exteriores a la propia edificación (aceras, calzadas, red de alcantarillado,
redes de suministros, etc.).
• Se señala, por último, que debido a la propia naturaleza de las arcillas afectadas, se puede
desarrollar, en el transcurso de un periodo ulterior muy lluvioso, un efecto opuesto de
dilatación que tienda a volver a cerrar las grietas (no sin dificultades para la reparación).
Esta última observación nos lleva a decir algunas palabras de esta patología inversa, que se
da en estos mismos suelos arcillosos de montmorilonita. Se manifiesta porque el edificio
constituye una cobertura del terreno, que lo aísla de las variaciones climáticas estacionales,
sobre todo de la evaporación en período caluroso y seco (pero sin que se trate, en esta
ocasión, de sequía excepcional).
• A corto plazo (los primeros ciclos anuales), y sobre todo para los edificios construidos en
período seco, levantamientos de la periferia provocados por la dilatación que acompañan las
primeras lluvias. El centro, al abrigo de penetraciones de agua directas, queda estable.
• A largo plazo (tres a cinco años), un aumento continuo del contenido de agua bajo el centro
del edificio, sobre todo si el nivel freático es poco profundo. Su periferia (especialmente las
esquinas) permanece más expuesta a las variaciones climáticas.
Además, estos movimientos estacionales, contrariamente a que ocurre con los debidos a la
consolidación, no van a amortiguarse en un plazo razonable.
Conclusión
Hay que señalar que la patología en la cimentación de las edificaciones, provocada por la
presencia de arcillas expansivas, no es un fenómeno imprevisible. Las consecuencias, en caso
de sequía prolongada, pueden ser calamitosas.
La Lección
Podemos extraer, confirmando lo expuesto en la ficha anterior, es que toda capa arcillosa
dudosa debería ser objeto de una investigación mínima sobre su potencial de dilatación.
03 - Hundimiento de muros de
contención
Introducción
Los daños que normalmente sufren estas obras pueden de hecho limitarse a grietas,
acompañadas o no de deformaciones en el plano del muro (se dice "que tiene un
abombamiento"). En los casos graves, se produce el vuelco de una parte del muro o, peor aún,
la caída del conjunto del muro. Estos fallos tienen orígenes diversos, en relación con errores de
dimensionamiento de las obras o deficiencias en su realización pero, en todos los casos,
aparecen dos fuentes principales generadoras de la acción: el empuje del terreno y la acción
del agua.
• El primero, es la densidad del suelo retenido, es decir, el peso por unidad de volumen de
este suelo, fácilmente calculable en laboratorio. Un suelo corriente puede pesar entre 1.6 y
1.8 toneladas / metro cúbico y, por supuesto, cuánto más elevada es esta densidad, más
empuja el suelo.
• El segundo, más difícil de valorar con precisión, lleva el nombre de "ángulo de rozamiento
interno" del suelo. Representa la manera en que los granos constitutivos de este suelo
actúan unos sobre otros para conferir al conjunto una estabilidad propia más o menos
pronunciada. Nos podemos hacer una idea de este criterio observando el ángulo que se
produce en un montón de áridos (arena, grava o gravilla) respecto a un plano horizontal al
ser vertidos libremente en el suelo, y que varía, en general, de 25 a 45º.
El empuje que ejerce un suelo es mayor cuanto más bajo es el "ángulo de rozamiento interno"
y, por el contrario, una masa casi rocosa no ejercerá prácticamente ningún empuje. Además,
conviene señalar que una ligera variación de este ángulo puede producir una gran diferencia
en la intensidad del empuje.
Conviene añadir el efecto de la cohesión cuando se trata de terrenos arcillosos, ya que ésta
puede reducir notablemente el empuje total, en el caso de que el suelo esté suficientemente
seco. Pueden observarse masas de arcilla pura con taludes verticales estables de varios
metros de altura.
En los suelos "reales", que habitualmente son mezclas, la determinación de sus características
intrínsecas, ligadas además a su contenido de agua natural, solamente puede obtenerse a
partir de ensayos de laboratorio específicos.
El cálculo del empuje se basa en un conjunto de principios teóricos, demasiado complejos para
ser abordados aquí. Citaremos la única hipótesis, simplificadora, pero siempre utilizada, del
físico francés COULOMB (1736-1806). Según ésta, cuando el muro entra en carga
experimenta en primer lugar un ligero desplazamiento en coronación, provocando la formación
de un triángulo de terreno independiente del resto, que constituye enseguida el único elemento
activo del esfuerzo (ver esquema).
En la práctica esta acción, que se ejerce sobre toda la altura del muro, puede sustituirse por la
aplicación de una fuerza horizontal -llamada resultante de empuje- en el tercio inferior del
tabique. Su valor está en función, además de los parámetros arriba indicados, del cuadrado de
la altura de terreno a contener.
En el origen de las patologías citadas aparece, a menudo, una subestimación del valor del
empuje, así:
a) En el caso de la caída
Estas fuerzas tienen una resultante que atraviesa el plano de contacto zapata-suelo en un
punto que puede situarse en una de las tres posiciones siguientes:
1. En el interior de una zona llamada "del tercio central". No existe ningún riesgo de
caída.
2. Fuera de esta zona, pero dentro del resto de la zapata. En este caso todo depende de
la "deformabilidad" del suelo portante (es, por ejemplo, el caso de la torre de Pisa). El
muro puede sufrir una inclinación limitada (pero en ocasiones progresiva), por asiento
diferencial entre los dos bordes de la zapata.
3. Por último, en el exterior de la zapata. Hay un riesgo claro de vuelco alrededor del eje
de ésta, lo que viene a indicar que el valor del empuje es demasiado elevado para que
el equilibrio "estático" de la obra esté asegurado.
Se trata de un problema de flexión inherente a ese muro, que funciona como una ménsula
vertical (pero para esto la zapata tiene que estar bien "anclada" en el suelo). En el caso de
tipologías de bloques rígidos sobrepuestos y enlazados por una delgada capa de mortero, un
defecto en el agarre puede acarrear un desgarramiento del costado superior, y como
consecuencia un vuelco de un trozo de muro (ver esquema).
Esquema simplificado de solicitaciones de un muro.
Barbacane: Mechinal.
Triangle de Coulomb: Triángulo de Coulomb.
Résultante de pousée: Resultante del empuje.
Tiers central: Tercio central.
Poids de louvrage: Peso de la obra.
Diagramme de contraintes sur le sol:
Diagrama de tensiones del suelo.
Ligne de glissement: Línea de deslizamiento.
Résultante générale: Resultante general.
Basculement: Basculamiento.
Basculement: Basculamiento.
Caso de basculamiento del muro.
Joint de morter "faiblard": Junta de mortero debilitada.
Eforts dus à la terre: Esfuerzos debidos al terreno.
Angle de frottement interne: Angulo de rozamiento interno.
Le massif sera stable si...: El macizo será estable si...
¡El olvido de la acción del agua es muy frecuentemente una causa de siniestro!
En efecto, si el suelo está sumergido en agua (caso de una "capa freática"), disminuye su
densidad, y por tanto también el empuje del terreno, pero conviene no olvidar añadir el del
agua... que no es poco.
Puede presentarse otro riesgo de desperfectos cuando se acumulan aguas (de escorrentía, por
ejemplo) detrás del muro, en el que no se han ejecutado orificios destinados a su evacuación
(mechinales), o después de la reparación de las juntas degradadas en un muro antiguo.
Conclusión
Parece que este tipo de construcción no es siempre tan simple como creen algunos poco
informados de las sutilezas técnicas de los suelos. Para la determinación de la resultante del
empuje es preciso a menudo un análisis detallado del emplazamiento y de la naturaleza exacta
del material "tierra" que espera que le sostengan.
La lección
• Un sondeo con toma de muestras alteradas para la identificación del terreno in situ.
• El estudio considerará al menos a dos métodos de reconocimiento (presiómetro y
penetrómetro) para poder confirmar los resultados.
• La profundidad de los sondeos (en el caso de pilotes) debe superar al menos en 7
diámetros, con un mínimo de 5 metros, la cota prevista para la punta de los pilotes.
• El efecto provocado en el caso de grupos de pilotes puede llevar a incrementar la
recomendación precedente.
La composición del suelo puede ser muy compleja.
Esta ficha número 04 y las dos siguientes tratan de casos concretos en que es de aplicación
la afirmación anterior.
La zona de influencia de las tensiones en el caso de un grupo de pilotes será más amplia y
más profunda.
Conclusión
El ahorro que el promotor de una obra puede conseguir con el estudio del suelo no se
encuentra en el importe de dicho estudio. Más bien al contrario: un estudio geotécnico
cuidadoso permitirá que se optimicen las soluciones, y en consecuencia que se abaraten
los costes.
05 - Problemas en cimentaciones profundas: el
rozamiento negativo en pilotaje
En este caso trataremos un aspecto también muy específico, que puede dar origen
a daños en la estructura, y cuya causa original hay que buscarla, una vez más, en
el desconocimiento de las características del suelo por un estudio geotécnico
incompleto o inapropiado.
Los asentamientos de los pilotes pueden provenir de un rozamiento negativo, que tiene
su origen bien en cargas excesivas aportadas sobre el terraplén, bien por rellenos
ejecutados alrededor de la obra.
Los asentamientos propios del relleno, a los que hay que añadir los del estrato de
terreno compresible subyacente, producen en toda la longitud del pilote unos esfuerzos
de rozamiento cuya resultante tiene una componente vertical dirigida hacia abajo.
Es el caso del "rozamiento negativo", que se suma por tanto a la carga que normalmente
se transmite por la obra al pilote.
Conclusión
El ahorro que el promotor de una obra puede conseguir con el estudio del suelo no se
encuentra en el importe de dicho estudio. Más bien al contrario: un estudio geotécnico
cuidadoso y una correcta interpretación de los resultados del mismo permitirá que se
optimicen las soluciones y, en consecuencia, que se abaraten los costes.
06 - Los esfuerzos oblicuos ligados a la acción de
rellenos sobre cimentaciones profundas
Introducción
A pesar de ello, el pilote podrá continuar con su descenso bajo la influencia de cargas
estáticas de larga duración debido a la existencia de eventuales zonas compresibles
situadas bajo la zona del rechazo.
Como ejemplos finales en esta pequeña serie sobre cimentaciones profundas, citaremos
simplemente los tres casos siguientes:
• Errores de implantación
Conclusión
Los pilotes, como elementos no visibles de la obra sobre los cuales el control resulta
realmente difícil, deberían merecer todo el cuidado y la vigilancia posible por parte de las
empresas que se encargan de su ejecución.
07 - Las grietas estructurales de las obras de
albañilería en viviendas unifamiliares
Introducción
Las tres categorías de grietas estructurales que vamos a estudiar en esta ficha
son:
• Las fisuras por la retracción “diferencial” de los materiales que contiene la fabrica.
(Fisuras 1)
• Las fisuras provocadas por cambios de temperaturas y humedad. (Fisuras 2)
• Las fisuras debidas a la flexión del forjado. (Fisuras 3)
Origen
b. Por otra parte, se sabe que estos materiales presentan, como consecuencia de los
cambios de temperatura, variaciones dimensionales nada despreciables (dilatación en
verano, contracción en invierno). De este modo, un cerramiento, con varios metros de
longitud, tiende a contraerse varios milímetros en épocas de frío. Pero, debido a su
unión rígida con el resto del edificio, sufre tensiones de tracción que son susceptibles de
provocar grietas verticales.
FISURAS 3- Los forjados de la vivienda unifamiliar, suele estar formado por viguetas
prefabricadas, de hormigón armado o pretensado, con función de carga en un solo
sentido, y cuya longitud puede llegar a los 5 metros o más. Un forjado de estas
características puede sufrir una ligera deformación a flexión en su parte central. Esta
circunstancia no compromete su estabilidad, pero puede ir acompañada de un giro del
apoyo sobre el muro de fachada y de un levantamiento del borde del forjado. Esto
genera una grieta horizontal bajo su apoyo.
Este defecto también puede afectar a los ángulos del techo realizados con losas de
hormigón armado, si el encuentro de las paredes no ha sido reforzado con una
armadura metálica vertical, mediante bloques cuyos ángulos hayan sido especialmente
perforados con tal fin.
La mayoría de estas grietas atraviesan la pared y llegan hasta el revestimiento, por lo
que, a priori, son de carácter filtrante; pero puede evitarse que aparezcan señales de
humedad en la cara interna del muro de fachada colocando una cámara de aire entre el
cerramiento y el trasdosado, capaz de evacuar el agua filtrada.
Introducción
Podemos definir revestimiento como todo elemento superficial que aplicado sobre la cara
de otro elemento constructivo, mejora su aspecto estético y otras propiedades.
Descripción
Revestimientos continuos
• Piedra natural: Solo deben pintarse para igualar el color con el resto de la fachada.
Para preservarlas en su aspecto normal, si no son porosas, basta un revestimiento
transparente de PMMA. En el caso de piedras porosas el tratamiento adecuado seria
una consolidación con siliconas repelentes, ya que una acrílica formaría una película
con porosidad de formación de incrustaciones y posterior pelado.
• Ladrillos silico-calcáreos: Salvo los ladrillos muy cocidos a cara vista, la mayoría
requiere un revestimiento de protección. En ciertos países las fábricas se revisten con
revestimientos al disolvente, con suficiente permeabilidad al vapor de agua, para su
transpiración. También se utilizan revestimientos alquídicos, pero es preferible, u n
acabado trasparente, como soluciones de PMMA. Si se ponen acabados al silicato,
deben ser complementados con siliconas repelentes al agua.
• Productos con cemento: Muchos m2 de este tipo de superficies se han acabado con
revestimientos transparentes y pigmentados, a pesar de la confianza en la durabilidad.
La solución mas recomendable se implanto en los años 60 combinando una
imprimación en base solvente, con una buena penetración, y acabado con un
revestimiento en emulsión, que tiene una permeabilidad 10 a 100 veces superior a las
soluciones, por tanto complementa la protección contra la carbonatación de aquella.
Origen de daños
f) Resecado: La aplicación a llana, sobre todo con tiempo seco y con viento, es propicia
a la aparición de cambios de tono y empalmes entre las superficies tratadas con
intervalos de algunos minutos. Si el enfoscado es mas o menos liso en unas zonas que
en otras, existen diferencias de aspecto que se magnifican por el ensuciamiento desigual
y el lavado en zonas menos rugosas.
a) Manchas: Variaciones de color o relieve. Pueden ser originados por la preparación del
soporte, la aplicación o la absorción.
d) Fisuraciones: Además de las propias del material, pueden ser causadas por el soporte
o la aplicación. Mientras que la microfisuración sea superficial no afecta a las
características del monocapa, pero pueden evolucionar a fisuras por acción de los
cambios térmicos. La característica más relacionada es la retracción, que a su vez
depende de otras, módulo de elasticidad dinámica, adherencia y resistencia a flexión.
Introducción
Hoy en día, la mayoría de las edificaciones que se construyen están dotados de una o varias
plantas bajo rasante, en continuo contacto con la humedad del terreno, hecho que se ve
agravado cuando están situados por encima de nivel freático. Debido a ello, estos muros
deben ser proyectados para prevenir la posible filtración de agua o la aparición de manchas de
humedad.
Para poder paliar tales efectos, debe tenerse en cuenta el diseño del muro desde dos aspectos
fundamentales:
• la previsión de un drenaje capaz de que evacuar el flujo de agua, ya sea proveniente del
nivel freático, aguas subterráneas o simplemente aguas de lluvia
• Contemplar las medidas necesarias a tomar para conferir un carácter hidrofugante al muro.
Hemos de empezar por distinguir los diferentes tipos de humedades atendiendo a las causas
de su aparición, y que se pueden agrupar en:
1. Humedades por capilaridad: Son aquellas que se manifiestan en aquellos materiales debido
a su estructura porosa y tubular (en nuestro caso, prácticamente la totalidad de los muros de
sótano estarán ejecutados con hormigón), que por efecto de la tensión superficial y las paredes
de los conductos capilares da lugar a la circulación desde un determinado punto del elemento
que esté en contacto con el agua.
Así, la velocidad de absorción de agua por los capilares es directamente proporcional al
diámetro de los mismos e inversamente proporcional a la ascensión por ellos, tal como se
muestra en el siguiente cuadro:
Cuando el diámetro capilar esta por debajo de las 0.01 micras, las ascensión es casi nula lo
que se lograría empleando un hormigón con una relación agua/cemento de 0.5.
Las causas de estas humedades pueden ser muy variadas, entre las mas habituales es la de
estar los muros de contención en contacto con el nivel freático o por debajo del estrato
impermeable, o por causas accidentales como las roturas de tuberías de suministros de agua o
saneamiento.
La presencia de sales favorece el proceso patológico, ya que estas penetran en los poros y
oquedades del hormigón en el ciclo ascenso y descenso de las aguas, cristalizando y
produciendo tensiones que acaba por disgregar el muro.
Este tipo de humedades se caracterizan por aparecer en franjas horizontales continuas en la
parte inferior de los muros, acentuándose en las zonas medias.
2. Humedad por filtración: Es aquella que se produce por la entrada de agua a través de
oquedades, encuentros o puntos singulares, grietas, holguras y que normalmente da lugar a
manchas.
Se deberá prestar especial atención a los encuentros del muro de sótano con la solera y el
forjado superior, así como a las juntas de dilatación y paso de instalaciones.
3.Humedades por condensación: Se dan como consecuencia de la existencia de un problema
térmico y una alta humedad relativa, en particular, cuando la temperatura en la superficie del
muro es igual o inferior al punto de rocío del terreno con el que esta en contacto. La aparición
de este tipo de humedad suele ir asociada a humedades de filtración o capilaridad que ven
agravado sus efectos por una mala ventilación.
Este tipo de humedades se presentan como manchas superficiales que a menudo vienen
acompañas de formaciones de hogos y microorganismos.
4. Humedades accidentales: Son las originadas por causa fortuita o coyuntural, y son con
frecuencia uno de los efectos de una relación previa causa/efecto, como lo puede ser la rotura
de una red de saneamiento debido a movimientos de la estructura.
Como ya se dijo antes, debemos de tratar la prevención de este tipo de patologías desde dos
frentes distintos:
• Ejecución de un drenaje.
• Impermeabilización de la superficie del muro.
Sistemas de impermeabilización
Proteger los muros por su cara exterior (en contacto con el terreno), es la forma más eficaz,
desde el punto de vista de la durabilidad de sus componentes, pero es condición indispensable
que su cara exterior sea accesible durante la ejecución. La impermeabilización se consigue
mediante la aplicación de membranas.
Dentro de estos sistemas debemos distinguir diferentes soluciones:
# Por su constitución:
Todas ellas podrán ir bien adheridas al soporte, adheridas y fijadas mecánicamente o flotantes
con fijaciones mecánicas.
Sistemas de drenaje
1.Drenaje tradicional: Se dispone en la base del muro y por debajo del nivel de solera e
inmediatamente por encima del plano de asiento de cimentación, una tubería porosa sobre una
capa de mortero u hormigón y rellenar con material filtrante. (figura 1).
· Geocompuestos mallados: Formados por geotextil filtrante, muy permeable al agua, unido
mediante calor y presión a una malla o red de redondos de Polietileno rígido.
Introducción
Con motivo de la escasez de suelo edificable en zonas urbanas unido a la alta demanda
existente, cada vez más frecuentemente se edifica sobre suelos de baja calidad geotécnica o
rellenos, con el consecuente aumento de la probabilidad de que se produzcan daños o
patologías en los edificios, en especial los que han empleado cimentaciones superficiales tales
como zapatas o losas.
La combinación de una incorrecta definición del terreno un sistema de cimentación superficial
puede dar origen igualmente a daños en el inmueble.
Descripción
• Relleno natural -Suelo natural o vegetal de muy baja compacidad y/o capacidad portante
(habitualmente terrenos cuaternarios), no preconsolidados y no aptos para cimentar.
(algunos depósitos asociados a vaguadas, playas o alteraciones superficiales de suelos).
• Relleno artificial o echadizo -Suelo artificial de baja compacidad y no apto para cimentar,
compuesto por restos de suelo natural, restos cerámicos, metálicos y otros, que tienen su
origen en movimientos de tierras previos, escombreras mineras, vertederos urbanos, etc.
El relleno ya sea natural como artificial, como hemos visto, se trata de un terreno de baja
compacidad, muy heterogéneo y con una deformabilidad potencial muy alta, resultando en la
mayoría de los casos una probable fuente de daños.
Su comportamiento es imprevisible frente a una cimentación, presentándose patologías la
mayoría de las veces por asientos diferenciales y por otras causas que rompen el débil
equilibrio relleno-cimentación:
· Presencia de agua. El relleno, como material heterogéneo y poco compacto es muy sensible
a la acción del agua. Antiguos cauces o vaguadas rellenos pueden reactivarse en periodos de
fuertes lluvias (lavado del suelo bajo cimentación), un caudal considerable de agua de lluvia
(infiltración) o debido a la rotura de saneamientos, puede redistribuir las partículas en rellenos
granulares (arenas y limos) o alterar elementos como metales, materia orgánica, etc,
disolviéndolos parcialmente y creando huecos, además de aguas potencialmente agresivas al
hormigón / acero.
Conclusión
Introducción
Se define fabrica como todo aquel elemento constructivo constituido a partir de la traba de
ladrillo, bloques o piedra mediante el uso de argamasa. En el caso que nos ocupa y dado los
tiempos que vivimos, vamos a tratar en esta ficha las especificas de ladrillo intentando analizar
los daños o defectos que aparecen en estas así como los agentes que inducen a su
proliferación, no siendo objeto de esta exposición las lesiones originadas por movimientos
estructurales, cimentación y demás elementos constructivos vinculados a los cerramientos.
Estos se podrán dar a lo largo del proceso de fabricación, puesta en obra o vida útil del
cerramiento.
· CALICHES.
Defecto por el cual aparecen en el ladrillo concentraciones de oxido de cal que al hidratarse
aumenta su tamaño pudiendo dañar la pieza (en nódulos superiores a 0.5 mm). Su origen
viene de una mala preparación y moldeo.
Se suele manifestar a los 3 ó 4 meses después de realizado el muro.
· EXFOLIACIONES.
· COCCION
Este tipo de defecto, de puede manifestar bien por una cocción defectuosa al no alcanzar la
temperatura necesaria o el tiempo suficiente, no se forman las fases vítreas y no se alcanzan
las resistencias mecánicas adecuadas, o bien por un cambio en la fase del cuarzo,
produciendo microfisuraciones alrededor de cada grano de este material, provocando una
merma en la resistencia mecánica de la pieza.
Lo ideal seria que el mortero se comportara con análogas características que el ladrillo que
une y alcanzase las mismas características mecánicas. Si el mortero es excesivamente rico en
contenido de cemento o bien en un exceso de agua, se dará lugar a :
· AGUA DE LLUVIA
· CAPILARIDAD
Se trata de la ascensión del agua por una red de tubos o poros muy finos en el sentido
contrario a el de la gravedad, siendo un fenómeno de difusión ya que se produce en cualquier
dirección, hecho que favorece el mortero por su naturaleza porosa.
La altura hasta la que asciende el agua suele rondar entre 1.5-2 metros, donde se equilibra
el ascenso del agua con la evaporación de la misma, por lo que el tratamiento a aplicar deberá
de localizarse por debajo de esta cota.
A mayor espesor del muro mayor altura de humedad porque necesita mayor superficie a
evapora, dando esto también lugar a eflorescencias.
· CONDENSACION
· DILATACION-RETRACCION.
Este tipo de fisuras y grietas surgen como consecuencia de los diferentes coeficientes de
dilatación del mortero y ladrillo. Para paliar este tipo de daños, es conveniente humedecer las
piezas cerámicas antes de su colocación, así como prever juntas de dilatación en los paños de
fábrica con una distancia máxima entre 30 y 40 metros en clima continental y de hasta 50 en
ambiente marítimo (aunque es aconsejable no sobrepasar los 30 m indiferentemente del
ambiente).
Este tipo de fisuras o grietas se presentan normalmente próximas a vanos y en los puntos
medios de los paños, además de en frente de forjados y encuentros en esquinas.
Introducción
Actualmente, más del 25% de las humedades que se reclaman se localizan en la cubierta,
siendo en la mayoría de los casos un fallo en la lámina de impermeabilización.
En este tema abordaremos los diferentes sistemas constructivos para resolver una cubierta así
como las patologías más comunes que suelen venir asociadas a cada una de ellas.
Debemos partir de la consideración de que la cubierta es mas un elemento de protección que
de separación y sin duda el mas expuesto a las acciones de agentes agresivos tales como la
lluvia, hielo, nieve, la radiación solar, el viento o la contaminación.
Descripción
1º Según su forma:
La característica mas importante de un sistema de cubrición debe ser la estanqueidad ante los
agentes meteorológicos y contaminantes. En la medida que se garantice la estanqueidad de la
cubierta se verán mermados la mayor parte de los daños que en ella puedan darse.
Existen diferentes soluciones constructivas para conseguir que una cubierta sea estanca,
siendo las mas usadas:
Debe recordarse que la acción directa del sol sobre los materiales, los degrada rápidamente
(perdida de elasticidad, fotodegradación...) y que la sucesiva y continuada contracción-
dilatación de los materiales, provocada por su exposición a variaciones térmicas reiteradas y
extremas, produce así mismo rápidos deterioros por fisuración, desescamación... Como
consecuencia se deberá proteger la barrera de estanqueidad por lo que se deberá tender a
soluciones de cubierta invertida, es decir, las disposiciones en las que el aislamiento térmico
(envolvente térmica), este situada lo mas exterior posible.
A continuación se relacionan los agentes patológicos mas comunes a los que están expuestas
las cubiertas así como los daños que estos pueden llegar a originar.
· Acción de viento: Los daños que puede originar la acción del viento suelen traducirse en
desprendimientos de piezas y desgarros de láminas.
Deben estudiarse soluciones de fijación de los elementos de estanqueidad y sus diferentes
elementos complementarios de cubierta. En función de a intensidad y grado de exposición al
viento sin perjuicio de que las referidas fijaciones no coarten la libre dilatación de los
materiales. En le caso de cubiertas por piezas se deberá emplear morteros mixtos con bajas
pendientes y anclajes mecánicos con todo tipo de pendientes.
En climas con riego de hielo o nieve, deben evitarse soluciones que supongan la retención de
dichos elementos, por lo que se evitaran la disposición de cazoletas, canalones o sumideros
sifónicos de recogida de aguas pluviales así como limahoyas de baja pendiente,
favoreciéndose su uso en cubiertas de elevada pendiente o disponiendo elementos protegidos
ante estos condicionantes mediante aislantes térmicos o equipados con resistencias eléctricas.
· Acción de la radiación solar: La acción directa del sol sobre la envolvente estanca se
traduce en fotodegradaciones (descomposición de materiales por la acción de la radiación
ultravioleta), y patología por dilatación térmica, lo que se traduce en:
Además de los agentes considerados hasta el momento, merecen una mención aparte los
fallos que se comenten en fase de proyecto o por malas soluciones constructivas. A
continuación se adjuntas los más comunes:
• En albardillas rematadas con piedra artificial, aparece el fallo bien por la inexistencia de
goterones o bien por la unión longitudinal de las piezas a tope, siendo necesario en estos
casos hacer una junta a media pieza y sellarla.
• Cuando el peto es muy ancho, resolver con caballete-junta, sellándola y siempre volando
con goterón.
• Continuidad de la membrana impermeabilizante en juntas de dilatación estructurales. La
solución correcta es no interrumpir la dotándola de continuidad mediante el uso de láminas
complementarias independientes a modo de refuerzo.
• Unión del forjado de cubierta con el peto rígida. Debido a las variaciones de temperatura
que experimenta la cubierta, este último forjado sufrirá movimientos de dilatación-retracción
provocando el desprendimiento del frente del forjado acompañado de una grieta horizontal a
lo largo del mismo. La solución pasa por intercalar una banda de poliestireno expandido o
similar entre forjado y peto que amortigüe estos movimientos.
• Filtración de agua en la unión de cazoleta y membrana impermeabilizante. Se ve originado
por la falta de solape existente entre ambos elementos. Se evita con el empleo de
sumideros y láminas de materiales compatibles así como con solapes no inferiores a 10
cms.
• Filtración de agua en puntos singulares tales como esquinas, limatesas, limahoyas,
encuentros con chimeneas, etc. Se han de resolver siguiendo las especificaciones del
fabricante del elemento de estanqueidad dispuesto en cada caso o bien según lo
establecido en la NBE-QB 90.
13 - Asiento de soleras en viviendas
unifamiliares
Introducción
En primer lugar conviene recordar que existen dos tipos de soluciones para resolver la base
de apoyo del solado:
· A partir de un forjado sanitario, constituido por viguetas apoyadas sobre muros de carga o
enanos de hormigón.
· Mediante solera de hormigón armado, vertido de sobre una base de materiales escogidos,
previa compactación de los mismos. Esta forma de ejecución es la mas usual por ser la más
económica.
En los casos donde el suelo es particularmente sólido e indeformable como puede ser un
suelo rocoso no hay riesgo de deformaciones.
Descripción
En los solados construidos sobre una solera se producen mas daños que en los realizados
sobre un forjado sanitario.
En primer lugar porque están realizados normalmente sobre bases no aptas. Y en segundo
lugar porque hay que prestar especial atención a la ejecución de las mismas.
Por lo general los asientos de los solados se manifiestan en los bordes de la solera.
Se observa que ciertos solados de las plantas bajas de las viviendas unifamiliares sufren
hundimientos localizados en el arranques de los tabiques, acompañados de pequeñas
fisuras en paredes y acabados.
Origen
Lo ideal seria construir las soleras sobre terrenos consistentes, pero en la mayoría de los
casos esto no es posible.
Así se tendría que tener en cuenta que los terrenos heterogéneos deberían ser rechazados
a menos que se sometan a los acondicionamientos y estudios específicos para cada caso.
Son especialmente problemáticos los terrenos con un alto contenido de agua y son debidos
a:
• El estancamiento del agua de lluvia, por ejemplo, terrenos en hondonadas o los que
posean una capa arcillosa poco permeable justo bajo el nivel de la cimentación.
• A las variaciones del nivel freático, capaz de modificar el contenido de agua, y provocar
compresiones o dilataciones o incluso empujes directos bajo el solado.
• A las inundaciones debidas a las crecidas de los ríos cercanos.
Estos tres últimos tipos de terrenos deben ser objeto de trabajos previos de drenaje, que
irán destinados a sanear la base donde se va a construir.
Estos puntos sintetizan el conjunto de causas que pueden provocar daños en una solera,
siendo su origen el terreno. Sin embargo, existe otra clase de deficiencias, que se
manifiestan, incluso cuando el terreno es apto, y que están ligados a la ejecución misma de
la solera.
Una solera puede sufrir asientos diferenciales bajo el efecto de cargas aplicadas si se dan
ciertos condicionantes. Un forjado de una vivienda transmite un esfuerzo repartido de
alrededor de 500 Kg/m2, o más localmente si soporta los tabiques de la planta baja.
Estas condiciones que a continuación se enumeran serán susceptibles de darse por dos
motivos distintos y a veces concurrentes:
· Los granulados (guijarros, gravas, arena) que provienen de las canteras o lechos de ríos,
bien calibrados y limpios (exentos de impurezas arcillosas)
Existe un método de trabajo que permite saber el contenido optimo de agua necesario para
conseguir una compacidad máxima según la naturaleza de la base y la fuerza de
compactación. Lo más frecuente es que en pequeñas obras no se cuente con este método
y por tanto se corre el riesgo de equivocarse en la proporción.
Descuidar la compactación en los límites existentes entre el suelo y el terreno ocupado por
las cimentaciones. Se observa muy a menudo que la compactación a lo largo de los muros
de fachada es insuficiente.
14 - La corrosión de las armaduras en el hormigón
armado.
Introducción
Las elementos de hormigón armado a la intemperie, balcones, cornisas, son los lugares
donde con mas frecuencia donde aparecen daños debidos al desprendimiento del
hormigón, que tienen su origen, la mayoría de las veces, en la corrosión de sus
armaduras. Estas patologías se manifiestan primero mediante el desprendimiento del
hormigón de una forma puntual o longitudinal, dejando las armaduras próximas a la
superficie, sin protección, por lo que con el tiempo quedan recubiertas por una película
de oxido que se manifiesta mediante la aparición de manchas en la zona afectada.
Como es sabido, una barra de acero en contacto con un medio húmedo acabará por
oxidarse, pero en nuestro caso, los redondos de acero se encuentran recubiertos por un
material denso como lo es el hormigón.
En el hormigón, durante su primer año de vida, estas oquedades son ocupadas por
partículas de cal que provienen del cemento y que son el residuo de las reacciones
químicas que dan lugar a la solidificación del hormigón, algunos días después de su
vertido. Esta cal es de gran utilidad porque es la que origina la formación en las
armaduras de una película protectora contra la formación del óxido. Se dice entonces
que el acero es pasivo.
Pero con el tiempo, esta situación varia, primero con la lluvia, que puede penetrar en el
hormigón hasta 2 ó 3 cms de profundidad en ciclos alternos de humedad-secado.
Por otra parte el aire del ambiente contiene un gas carbónico y oxigeno que siguen el
mismo camino que el agua, penetrando a través de los poros del hormigón.
A partir de este estado el oxigeno, podrá atacar al acero siempre que el ambiente sea
húmedo. Entonces, se desarrolla la reacción de corrosión propiamente dicha, dando
lugar a la formación de sales de hierro en capas superpuestas en el acero.
Acero.
Frente de ataque
El hormigón armado es joven y estable pero comienza la
penetración del CO2 y del oxígeno.
Rotura
Fase final. Oxidación importante del acero con formación de sales expansivas.
Fragmentación y manchas de óxido.
Origen
1.- La causa principal del desencadenamiento rápido de este proceso es por lo tanto,
después de lo que acabamos de ver, la porosidad excesiva del hormigón, cuyo origen se
encuentra:
2.- La colocación de las armaduras sin precaución respecto a las distancias mínimas a la
superficie.
Consideraciones Finales
Introducción
Dada la envergadura del tema a tratar, vamos a desglosar esta monografía en dos
partes. En esta primara parte, se analizaran los posibles factores o agentes destructivos
de la madera, mientras que en la segunda parte estudiaremos las técnicas de protección,
intervención y reparación más usuales que se emplean para paliar este tipo de daños.
El uso de la madera por el hombre como sistema constructivo se remonta a los orígenes
de la edificación, tanto como elemento estructural como de acabado.
Descripción
Los agentes abióticos en la mayoría de las ocasiones producen daños leves a la madera,
a excepción del fuego prolongado. El peligro de estos radica en que en muchas
ocasiones son la vía de entrada agentes bióticos tales como hongos o insectos.
- Reino vegetal:
• Bacterias
• Bacilos
• Bacterium
• Cypiphaga
• Flavobacterium
• Hongos
• Cromógenos
• De pudrición
• Parda
• Blanca
• Cúbica
- Reino animal:
• Mamíferos
•
Conejos y roedores
• Aves
• Pájaro carpintero...
• Insectos Xilófagos (Que roen la madera)
• Coleópteros: carcoma y polilla
• Isópteros: Termitas.
• Lepidópteros: Mariposas
• Himenópteros: Hormigas.
El agua en contacto con la madera, penetra a través de las fibras saturando los poros
tubulares y cuando alcanza grados de humedad entre el 25-35% produce el hinchazón
de la misma.
Este tipo de ataque viene originado por la acción de los rayos ultravioletas sobre la
lignina, atacando la madera más blanda de la albura y produciendo la desfribramiento
superficial con la consiguiente aparición de crestas (periodo otoño-invernal), valles
(primavera) y manchas de tonos grisáceos originadas por la fotodegradación. Estos
daños afectan a elementos vistos y solo tiene trascendencia estética.
La madera soporta bien los cambios de temperatura siempre y cuando sean lentos y
progresivos, ya que de no ser así, podrían originar fendas o grietas originando vías de
entrada de humedad y favoreciendo la aparición de hongos e insectos xilófagos.
El fuego ataca de forma relativamente lenta y progresiva. Por debajo de los 275º, solo se
desprende vapor de agua, desecando la madera y dificultando el ataque del fuego. Por
encima de los 275º la reacción es exotérmica y cuando se alcanzan los 450º se empieza
a originar residuo sólido en forma de carbón, susceptible de quemar y por tanto de
causar colapso estructural.
Debido al bajo coeficiente de dilatación de la madera, una vez desecada y carbonatada
superficialmente esta queda protegida relativamente de la acción del fuego, habiendo
casos de inmuebles que han sufrido incendios y la estructura de madera ha conservado
el duramen de sus escuadrías intacto, y por tanto su capacidad resistente.
Los hongos, por si mismos, no atacan directamente a la madera, sino que estos generan
unas encimas que se desarrollan en estructuras fibrosas, llamadas “hifas”, que se
introducen por las fisuras de la madera, degradándola.
Dentro de los hongos, distinguimos los cromógenos, que aunque pueden afectar
ligeramente la capacidad resistente de la madera, el principal efecto es la aparición de
manchas azuladas y actúan en maderas sometidas a bajas temperaturas. Otro tipo de
hongos más peligrosos son los de pudrición, que afectan a las capacidades mecánicas y
reológicas de la madera, destruyendo la estructura de sus fibras. Su desarrollo óptimo se
da con grados de humedad entre 35 y 60% y ambiente ácido. Según el tipo de madera
se clasifica en pudrición blanca (frondosas) o parda (coníferas) y dependiendo de la
lesión causada distinguiremos entre fibrosas, corrosivas y cúbicas, siendo estas últimas
las más dañinas.
Los insectos xilófagos constituyen los agentes bióticos más frecuentes en las maderas
de edificación afectadas por degradación. Estos, atacan la madera en su fase de larva,
mientras dura su desarrollo y crecimiento, y habitualmente, cuando llegan a su edad de
adulto, perforan un hueco y salen al exterior, no volviendo a la madera hasta la puesta
de huevos que inicie un nuevo ciclo vital.
Los isópteros (termitas) constituyen un caso excepcional, ya que no tienen fase larvaria,
y al llegara a adultos no abandonan la madera por lo que es más difícil su detección.
(1) Capa blanda, blanquecina, que se halla inmediatamente debajo de la corteza en los tallos leñosos
(2) Parte central, más seca y compacta, del tronco y de las ramas gruesas de un árbol.
(3) Hendidura en dirección de las fibras en la madera.
16 - Patologías de la madera: Los factores adversos y
agentes destructivos (2ª Parte)
Introducción
Descripción
3.- Pincelado y pulverización: Son los mas empleados y el producto penetra por
capilaridad, con un costo bajo aunque la protección es tan solo superficial.
4.- Autoclave: Es un sistema de impregnación por doble vacío. Sin duda es el sistema
que ofrece mayores garantías con una mayor penetración y retención de producto que el
resto de los sistemas. Consiste en someter a la madera a un vacío inicial, en el que se
elimina el aire ocluido, se pulveriza el producto en vacío decreciente y se y restituye la
presión normal.
5.- Otros: Dentro de estos se encuentras sistemas de inyección, aspersión por túnel,
difusión...
• Tratamiento frente a la acción del fuego: Para poder lograr una eficaz protección
contra el fuego intrínseca al elemento de madera, la solución más utilizada es la
aplicación de barnices a base de resinas especiales y clorocauchos, así como pinturas
con agentes activos que en presencia de llama se hinchan formando una espuma
carbonizada que aísla la superficie recubierta.
• Tratamiento frente a la acción del sol: Los más eficaces son los que incorporan óxidos
metálicos que reflejan la radiación ultravioleta del sol, responsable del agrietamiento
de la madera.
Las inyecciones en las vigas se pueden hacer mediante taladro y empleo de un embudo
a presión con separación de 1 a 3 metros, efectuando la operación de relleno varias
veces. También es conveniente poner una barrera venenosa en el terreno mediante
agujeros de aproximadamente un metro regularmente distribuidos usando estos
compuestos.
En el caso concreto de la carcoma, en maderas expuestas al exterior, se recomienda el
uso de naftalenos clorados o productos solubles en agua a base de sales ácidas de flúor
que desprenden ácido fluorídrico muy venenoso para las larvas.
En ocasiones los daños en los elementos estructurales de madera son tan severos se ha
de proceder a la consolidación, refuerzo o incluso la sustitución de parte o de la totalidad
de la pieza afectada.
Entre estas técnicas destacamos las siguientes:
• Método Arriaga: Es una variante de la técnica Beta, en la que las piezas de madera
sufren un cajeado en el que se introducen láminas o placas de resinas sintéticas, y
recuperación de la forma original mediante el vertido de resina epoxi hasta la
coronación del elemento resistente.
Introducción
Mención a parte merecen la amplia variedad que hoy en día existen de forjados
prefabricados, entre los cuales ya adelantábamos las placas alveolares pero a las que se le
pueden sumar tipologías tan comunes como las prelosas, las placas cerámicas
pretensadas, los forjados de piezas TT así como todas sus variantes de forma y
dimensiones que serán tratados más detenidamente en fichas posteriores.
Dentro de las patologías que derivan de una mala concepción del proyecto es la que
presentan los forjados de cubiertas con bajas pendientes (menores a un 1%), los cuales
sufren en épocas de lluvia el embalsamiento de agua en superficie, lo que hace que
aumente la sobrecarga para el que se calculó, aumentando con ello a su vez la flecha y con
ello el embalse, hasta que finalmente tras varios ciclos acaba por hundirse. Este caso es
especialmente significativo en construcciones que se ejecutaron en el periodo comprendido
de 1939 a 1963, en el que la estimación de cargas era la mitad que se estima actualmente a
la hora de calcular un forjado, y en regiones con clima benigno (por ausencia de estimación
de sobrecarga de nieve).
Otro caso típico de aparición de daños originados por errores en fase de proyecto es el que
se debe a una mala previsión de del plan de cimbrado y descimbrado, especialmente
agravado cuando la carga debida al peso propio es parte importante respecto de la carga
total trasmitida, como es el caso de losas macizas o reticulares). En estos casos, el forjado
en proceso de ejecución, debido a la transmisión de cargas de forjados superiores mediante
la colocación de puntales, puede llegar a rebasar la carga total para el que se estimo,
siendo esta causa de una deformación permanente que a la hora de la puesta en carga en
situación real se manifieste en forma de agrietamientos longitudinales e incluso peligro de
colapso.
Es frecuente encontrar losas con grietas en su cara superior coincidentes con el apoyo de
los paños en el encuentro con las vigas. Esta patología tiene su origen en una errónea
estimación del forjado basado en un modelo de cálculo isostático sin considerar los
momentos negativos en el transito de un paño a otro y por tanto sin prever armado de
negativos en estos puntos.
Algo similar ocurre con los apoyos de los forjados en vigas de borde, donde en ocasiones
no se considera un cierto factor de empotramiento, con la consiguiente aparición de una
grieta transversal en el paño afectado junto al apoyo originada por el giro no previsto en
fase de cálculo.
Por último, dentro de esta casuística cabe destacar los daños producidos por una excesiva
deformación de los forjados, pudiéndose estimar evaluando la flecha activa del mismo. Es
este punto el que mayor numero de daños produce, no solo en el elemento estructural, sino
en los vinculados de alguna manera a este, tales como la tabiquería y cerramientos de
fachada. Este problema se viene acrecentando en los últimos años debido a la tendencia de
ir a luces mayores y al uso sistemático de las vigas planas, unido muchas veces a la
ausencia de tabiquería en las plantas mas bajas. La manifestación de un exceso de flexión
los forjados, se puede traducir en tres tipos de fisuras:
A) Fisuras verticales: se dan cuando el forjado en el que apoya el paño de tabiquería es menos flexible
que el superior, provocando grietas de compresión.
B) Fisuras horizontales: se dan cuando el forjado en el que apoya el paño de tabiquería es mas flexible
que el superior, quedando el paño parcialmente colgado.
C) Fisuras inclinadas: se dan cuando el forjado en el que apoya el paño de tabiquería afectado y el
superior tienen rigideces similares.
Como ya hemos visto, los errores en periodo de proyecto constituyen la fuente más
importante de siniestralidad, aunque no debemos obviar los cometidos en fase de ejecución
y recepción de materiales, entre los que destacamos los siguientes:
· Falta de compatibilidad entre vigueta y bovedilla, lo que lleva en muchas ocasiones a que
el espacio entre el alma de la vigueta y los laterales de las bovedillas sea prácticamente
inexistente, lo que conlleva a que en fase de hormigonado, el hormigón no pueda rodear a
la vigueta, quedando estas sustentadas tan solo por la capa de compresión y no teniendo
resistencia alguna frente a esfuerzo rasante, lo que puede llegar a ocasionar el colapso del
forjado. (figura 1)
· Por último señalar uno de los problemas más frecuentes y que deriva de la recepción de
materiales es el se presenta las bovedillas cuando sufren de dilatación potencial. Esto se
traduce en un aumento de volumen de la bovedilla originando una rigidez torsional que
conlleva a la caída de los fondos de las bovedillas.
18 - Patologías por arcillas expansivas. Naturaleza y
comportamiento
Introducción
Como introducción para el estudio de las patologías producidas por arcillas expansivas, es
importante conocer su origen, naturaleza y base por tanto de estudio para su comportamiento
frente a los cambios de humedad.
Las arcillas provienen de la alteración físico-química por acción principalmente del agua, de
minerales que forman parte de otras rocas preexistentes, en función de que roca se altera y en
que grado, se originan una serie de minerales denominados “minerales de la arcilla”.
Los materiales arcillosos que son susceptibles de sufrir hinchamiento o procesos de
expansividad, que permiten una entrada muy grande de agua entre las láminas de su
estructura, son principalmente los pertenecientes al grupo de las esmectitas (figura 2). Como
apunte, indicar que cuando el catión interlaminar es el sodio, las esmectitas tienen una gran
capacidad de hinchamiento, pudiendo llegar a producirse la completa disociación o separación
de las láminas, teniendo como resultado un alto grado de dispersión y un máximo desarrollo de
propiedades coloidales, que dan lugar a propiedades especiales como las de los lodos
estabilizadores tixotrópicos o bentonitas. Si por el contrario, tienen Ca o Mg como cationes de
cambio su capacidad de hinchamiento será mucho más reducida.
Desde el punto de vista geotécnico, los suelos plásticos o arcillosos, son aquellos capaces de
deformarse sin agrietarse, ni producir rebote elástico, cambiando su consistencia al variar el
contenido de agua. En función de los cambios de contenido de humedad se dan diferentes
estados físicos, siendo los límites para cada estado de consistencia los conocidos como límites
de Atterberg: límite líquido, límite plástico e índice de plasticidad, que son el punto de partida
para la estimación de la expansividad de un suelo.
• Humedad natural
DESCRIPCIÓN
El comportamiento de este tipo de suelos frente a los cambios de humedad (problema que se
acusa con los cambios estacionales debido a los ciclos de humectación-desecación así como a
la ascensión del nivel freático) da lugar a la variación de su volumen, produciéndose
movimientos por los asentamientos diferenciales de la cimentación, lo que puede llevar a la
estructura a soportar esfuerzos superiores a los previstos en cálculo y por tanto producir
patologías no admisibles, que pueden ser:
Figura 3. Grietas inclinadas por asientos diferenciales debidos a retracciones del suelo.
· Rotura de cimentación.
Zapatas aisladas y/o corridas: despegue de cimentación, grietas horizontales por empujes y
grietas inclinadas por asiento diferencial.
Losas: Grietas de flexión y distorsiones que pueden desembocar en giros y rotura de la misma.
Pilotes: En obras antiguas, rotura de pilastras por cambio del estado de cargas, roturas por
flexión, cortante o flexión, empujes sobre vigas riostras y los encepados, hundimientos por
retracción del suelo, etc.
Muros de sótano: Grietas por empujes laterales.
· Deformación de pavimentos.
ORIGEN
El origen de las patologías por arcillas expansivas, depende directamente de tres factores que
pueden interaccionar entre si y que son:
• Cambios de humedad. Debido a la estación en la que nos encontremos o por otros factores
externos tales como rotura de tuberías de abastecimiento de agua, de saneamiento, zonas
de riego abundante, existencia de árboles de crecimiento rápido y hoja caduca próximos al
edificio, etc., se produce la hidratación y deshidratación del terreno.
PREVENCIÓN
Para evitar la aparición de las patologías descritas, deberán seguirse una serie de
recomendaciones generales a seguir tanto en proyecto como en ejecución y de las cuales
deberán elegirse todas o algunas en función del caso particular :
Se podrá disminuir la acción de las arcillas expansivas siempre y cuando la tensión transmitida
por cada zapata, pozo o pilote sea regular y constante, no debiendo aparecer diferencias
importantes de carga de unas a otras. Deberá calcularse los posibles movimientos
diferenciales y distorsiones angulares estimando si es necesario profundizar la cimentación
para evitar posibles daños.
c) Sistema de cimentación. Los pozos, zapatas, pilotes, etc, deberán en todos los casos estar
perfectamente arriostradas en dos direcciones, con vigas de atado adecuadamente armadas.
Tanto la cimentación como las vigas riostras deberán separarse del terreno en todas sus caras
(en pozos perimetralmente) con una capa de zahorra de unos 15 cm que amortigüe los
posibles empujes del suelo sobre las mismas. Deberá evitarse en todos los casos el apoyo
directo de soleras sobre el sustrato expansivo, recomendándose la ejecución de forjados
sanitarios con una correcta ventilación y debidamente calculados.
Zapata sobre pozo de hormigón pobre armado.
Con grados medios-altos y altos de expansividad, evitar el riego excesivo de las zonas
ajardinadas que deberán disponer de un sistema adecuado de drenaje que impida cambios de
humedad del suelo y donde se evitará la plantación de especies caducifolias y de ribera
(chopos, alisos, sauces, olmos, etc) próximos a los edificios y sus cimentaciones.
f) Drenaje. Sistemas de drenaje perimetral efectivos, con tubos dren profundos y sistemas que
eviten la colmatación de los mismos (geotextiles, etc) y permitan la correcta evacuación de las
aguas superficiales.
REPARACIÓN
Las actuaciones a llevar a cabo, son complejas y de elevado coste, siendo estrictamente
necesaria la obtención de parámetros geotécnicos específicos para que el cálculo del recalce o
refuerzo esté a la altura de las circunstancias y la patología no progrese. Los principales
métodos de reparación son:
Introducción
Los seísmos o terremotos son los causantes de más de 14 millones de víctimas en todo el
mundo desde 1775 cuando un seísmo destruyó la ciudad de Lisboa.
Las pérdidas económicas y el número de víctimas que se producen durante los terremotos
dependen directamente del daño sufrido por las construcciones, por el elevado número de
edificios vulnerables existentes en las zonas sísmicas.
Durante los seísmos se libera de forma brusca la energía de deformación acumulada durante
períodos de tiempo elevados en las zonas de contacto entre las placas tectónicas, pudiendo
producirse a mayor o menor profundidad de la corteza terrestre.
El foco o hipocentro es el lugar físico donde se produce. Puede ser superficial (entre 0 y 70 Km
de profundidad), intermedio (entre 70 y 300 Km) o profundo (por debajo de los 300 Km).
Vamos a analizar los efectos de los seísmos en las edificaciones a las que afectan, así como
los parámetros o criterios a tener en cuenta en el proyecto y construcción de las mismas.
La NCSE-02 deroga a la anterior NCSE-94, disponiendo de un plazo de 2 años para ajustar los
proyectos y construcciones de nuevas edificaciones a la normativa actual.
DESCRIPCIÓN
Podemos entender por daños directos los que ocurren físicamente en las estructuras durante
los terremotos. Así mismo, se dan otros daños indirectos: producidos por fuego, liberación de
materias peligrosas, inundaciones por fallo de diques o presas, desprendimientos de objetos o
de elementos estructurales o no estructurales, etc.
Dentro de los daños directos existen diversos grados hasta llegar al colapso de la estructura. Si
bien un cúmulo de daños leves a moderados puede llevar a la consideración de ruina
económica del edificio, procediendo su demolición.
En estructuras de hormigón armado, las lesiones que podríamos considerar como leves o de
grado medio, previas al colapso parcial o total de la estructura, serían:
ORIGEN
Los daños producidos por los terremotos y su magnitud dependen de varios factores, como
son:
En lo que se refiere a la tipología de las construcciones se hace una evaluación del riesgo
sísmico en zonas urbanas, mediante el método del índice de vulnerabilidad (GNDT 1986). A
partir de los datos obtenidos en una inspección post-terremoto, se obtienen los índices de
vulnerabilidad (calificación de calidad del diseño y construcción sismorresistente de los
edificios) y de daños que sufre una estructura. Ambos índices se relacionan para cada tipología
estructural y para cada grado de intensidad sísmica.
Fig. 4. Funciones de vulnerabilidad para edificios porticados de hormigón armado con vigas planas
Fig. 5. Funciones de vulnerabilidad para edificios porticados de hormigón armado con forjados reticulares
Prevención de daños
CONCEPTO DE DUCTILIDAD
La ductilidad es una característica de las estructuras por la que éstas son capaces de
deformarse en mayor o menor grado. Si dotamos de suficiente ductilidad a una estructura, ésta
se deformará inelásticamente sin llegar al colapso y sin producirse una pérdida substancial de
resistencia. Lo que supondría que la estructura habrá absorbido así la diferencia entre la
demanda de resistencia ante un sismo real y la de proyecto del edificio.
Las estructuras de hormigón armado es de las tipologías estructurales que mayores patologías
presentan, además de ser las de uso más generalizado en edificación.
La ductilidad estructural conseguida depende del armado de los elementos que componen la
estructura, de su cuantía y de la propia ductilidad del acero de armar. El hormigón adquiere
una cierta ductilidad cuando se confina mediante un refuerzo transversal dispuesto en forma de
estribos.
2.- Utilizar sistemas estructurales adecuados para las zonas sísmicas, evitando errores de
diseño.
SISTEMAS ESTRUCTURALES
Edificios porticados. Barras conectadas en los nudos cuyos elementos estructurales han de
cumplir condiciones referentes a la cuantía mínima del acero de refuerzo, longitudinal y
transversal, así como ciertas relaciones mínimas ancho-espesor para los mismos.
• Englobados en este punto están los edificios porticados con vigas planas que no son
eficientes frente a acciones sísmicas.
• Los edificios con pilares y losas tienen un comportamiento sísmico inadecuado. Esta
estructura presenta dificultades para transmitir las tensiones tangenciales entre pilares y
losas, lo que puede llevar a un fallo frágil. Aún sin llegar al colapso, los desplazamientos
horizontales provocados por las acciones sísmicas son excesivos.
Edificios apantallados. Los muros de hormigón armado ofrecen una resistencia a cortante o
arriostramiento frente a las solicitaciones horizontales derivadas de las acciones sísmicas.
Edificios porticados con muros. Los pórticos de hormigón armado colaboran con los muros
de cortante o arriostramiento para proporcionar la resistencia lateral necesaria, lo que minimiza
los desplazamientos horizontales.
Edificios con núcleo central. El edificio se proyecta con un concepto global de la estructura
de forma que las instalaciones y comunicaciones generales se concentran en un punto –núcleo
central- que se constituye en elemento rigidizador del conjunto, reduciendo los
desplazamientos laterales. Es importante disponer el o los núcleos reduciendo al mínimo la
excentricidad, para evitar la torsión global en la estructura.
20-Patologias por acciones sísmicas (2ª pte: terrenos,
cimentación y otras tipologías estructurales)
Introducción
Como continuación a la ficha anterior, vamos a desarrollar las patologías por acciones
sísmicas en relación a los terrenos y la cimentación y otras tipologías estructurales diferentes
de la de hormigón armado, como son las estructuras de acero y las de muros de carga de
fábrica y forjados de madera.
Terrenos/cimentación
A).- DESCRIPCIÓN
• grietas en el suelo
• cambios en el caudal de manantiales y pozos
• asentamientos diferenciales del suelo, fundamentalmente en terrenos sueltos y con gran
cantidad de agua
• licuefacción de terrenos saturados de agua, sobre todo cuando la sacudida tiene gran
duración
• desplazamiento del terreno a lo largo de la falla (lo que provocaría los desplazamientos de
las edificaciones situadas en laderas)
B).-ORIGEN
En terrenos, el origen de los daños está en la magnitud de los movimientos provocados por las
sacudidas sísmicas, la cual va a depender de los siguientes factores:
b).-Pendiente del terreno. Los daños se concentran en áreas donde existen suelos poco
firmes y donde hay zonas deslizantes.
Los desplazamientos de tierras son más frecuentes en terrenos que forman taludes, cuando
existen muros de contención y en rellenos flojos o insuficientemente compactados, después de
un terremoto suelen producirse asientos que afectan a las edificaciones.
c).-Cercanía a las fallas activas. La fuerza del movimiento decrecerá a medida que se
sitúe más lejos del epicentro.
A) DESCRIPCIÓN
Fig. 3. Daños producidos en una nave industrial formada por perfiles metálicos y paneles prefabricados.
En las estructuras formadas por muros de carga de fábrica y forjados de madera se van a
producir:
B) ORIGEN
En otras tipologías estructurales los daños son debidos a las siguientes causas:
Prevención de daños
2.- Utilizar sistemas estructurales adecuados para las zonas sísmicas, evitando errores de
diseño.
Introducción
Los parámetros que intervienen y que hay que tener en cuenta cuando construimos en
terrenos en pendiente son:
·Tipo de terreno y sus características geomecánicas y geológicas
·Inclinación o pendiente
·Situación (áreas bajo pendientes pronunciadas o en relieves topográficos altos)
·Características de los estratos: espesores, inclinación o pendiente, orientación, buzamientos,
existencia de fracturas, diaclasas, fallas, niveles intermedios...
·Contenido en agua del suelo y situación del nivel freático
·Factores naturales (contenido de agua en el suelo y situación del nivel freático, ríos y oleaje,
lluvia, hielo y nieve, sismicidad y vulcanismo)
·Factores humanos (excavaciones, voladuras, sobrecargas)
En este caso vamos a analizar las construcciones realizadas en laderas o terrenos con
pendiente, distinguiendo dos tipos de terreno: suelos y rocas, analizando en esta ficha las
patologías producidas en terrenos que denominamos suelos.
Se podría definir como suelo, al terreno compuesto por material detrítico no cementado
(fragmentos de rocas) de diferentes tamaños y que es susceptible de sufrir deformaciones
frágiles y dúctiles con presiones relativamente bajas, además de poder disgregarse a corto
plazo.
· Roturas de tres tipos, en caso de rellenos a media ladera: rotura planar a través de la
superficie de contacto entre el relleno y el talud natural, rotura circular incluida totalmente en el
relleno y rotura circular pasando por el terreno del talud preexistente.
El orígen de los daños que se producen en las construcciones situadas en suelos en pendiente
pueden ser:
·Apoyo de la cimentación en estratos de diferente espesor, estando las zapatas afectadas por
espesores de suelos compresibles progresivamente crecientes (por ejemplo paleorrelieves
cubiertos e inclinados y contactos discordantes). Ya que los asientos que se producen bajo una
zapata son proporcionales al espesor de suelo compresible, se producirá entonces una
situación en la que caben esperar asientos diferenciales entre apoyos contiguos, que serán de
mayor o menor entidad según las características deformacionales de los suelos sobre los que
apoya.
• debido a las características del material que lo constituye (resistencia baja, capas de
material blando incompetente, presencia de discontinuidades orientadas desfavorablemente,
caracterización geotécnica diferente...)
• por fuerzas externas desestabilizadoras que producen la rotura
• debido a cambios en la geometría, variación de las condiciones hidrogeológicas, aplicación
de cargas estáticas o dinámicas, etc.
·En rellenos a media ladera realizados para conseguir una plataforma horizontal donde se
ubique la edificación, parte es desmontada en el talud y parte terraplenada, generalmente, con
el mismo material desmontado, por lo que se pueden producir:
Si para realizar dicha plataforma se desmonta parte del talud, existe riesgo de inestabilidad y
deslizamiento de este nuevo talud (más aún si posee una altura considerable y una inclinación
vertical).
Los daños producidos en las edificaciones que se sitúan en laderas de montañas o suelos en
pendiente dependerán en todo caso de la importancia y magnitud de la inestabilidad del talud.
Estos podrían ser:
PREVENCIÓN
Para evitar las patologías típicas de este tipo de edificaciones se han de aplicar medidas
correctoras como son:
• En cimentaciones sobre rellenos a media ladera, se verificará que el terreno sea competente
y se pueda cimentar mediante zapatas, adaptando la edificación a la pendiente del talud y
empotrando las zapatas a distintas cotas.
Salvo que no se haya producido la ruina del edificio se realizarán recalces de la cimentación
hasta alcanzar terreno firme mediante micropilotes, refuerzos de la estructura, contenciones de
tierra adicionales tras la estabilización de los taludes....lo que implica unos costes elevados y
una ejecución dificultosa.
Conclusión
Introducción
Un macizo rocoso constituye un medio discontinuo, esto es, compuesto por bloques separados
por discontinuidades naturales, previas a cualquier movimiento. Los terrenos rocosos tienen un
comportamiento anisótropo que depende de las características de las discontinuidades, así
como de la litología de la roca matriz y su historia evolutiva. De ahí la importancia de
caracterizar el terreno y el tipo de movimiento para proceder a su estabilización o, en su caso,
prevenirlo.
Los movimientos que puedan llevar a la inestabilidad de los taludes en macizo rocoso son
básicamente los mismos que en suelos, por lo que no vamos a extendernos aquí sobre los
conceptos generales descritos en la ficha anterior. Lo que haremos será particularizar para
medios rocosos.
Vuelcos, implican una rotación de unidades con forma de columna o bloque sobre una base.
Casi exclusivos de medios rocosos, condicionados por la disposición estructural de los estratos
y un sistema de discontinuidades desarrollado.
Variantes son el vuelco por flexión, vuelco de bloques y vuelco mixto. El vuelco de bloques se
da en macizos rocosos con sistemas de discontinuidades ortogonales que dan lugar a la
fracturación en bloques.
En el estudio de la estabilidad de taludes en macizo rocoso hay que atender a la estabilidad del
talud en su conjunto, pero también a inestabilidades locales.
Para el análisis de estabilidad de taludes en su conjunto se aplican clasificaciones
geomecánicas que nos permiten obtener índices cuantitativos de la calidad de la roca. Estos
índices de calidad según los parámetros considerados que contemplan la resistencia de la roca
matriz, la disposición y el estado de las discontinuidades y la presencia de agua. De todos, los
más utilizados por ser de aplicación directa en taludes son:
• Rotura plana
• Rotura en cuña
• Rotura por vuelco
• Rotura por pandeo de estratos
Si se dieran las condiciones para que se produjera alguna de las roturas anteriores se calcula
su factor de seguridad mediante métodos numéricos o gráficamente ayudado de la proyección
semiesférica equiareal de Schmidt y el concepto de cono de fricción.
Si el factor de seguridad resulta inferior a la unidad, esto es condición de inestable, será
necesario un estudio de deslizamiento con las medidas correctoras a adoptar en su caso.
• Pandeo por flexión de placas continuas. Consecuencia del peso propio de la placa por lo
que puede evitarse limitando la altura del talud.
• Pandeo por flexión de placas fracturadas en taludes con frentes planos. Ha de existir una
familia de juntas aproximadamente ortogonales a la estratificación paralela al talud. Las
causas de la inestabilidad son externas a la placa, tales como empujes del terreno
adyacente o presiones intersticiales. De hecho el peso del estrato superior actúa como
estabilizador en oposición al giro de los bloques.
• Pandeo por flexión de placas fracturadas en taludes con frentes curvados. Se diferencia de
la anterior en que la curvatura del talud hace que la inestabilidad pueda producirse con
sobrecargas pequeñas.
Daños en edificaciones
El origen de los daños que se producen en las construcciones situadas en terrenos rocosos
con pendiente alta pueden ser:
ALTERABILIDAD ALTA del macizo rocoso, debido a la circulación de agua por planos de
estatificación o esquistosidad, sumado a una capacidad de alteración elevada de dicha roca.
Así la roca se transforma por el agua, perdiendo sus propiedades cohesivas y de resistencia,
pudiendo sufrir las edificaciones que no hubieran previsto este fenómeno en forma de
inestabilidades. Esquistos micáceos y pizarras poco litificadas.
Prevención y reparación de daños
Son los mismos que los expuestos en la ficha de patologia 21 "Patologías en edificaciones
sobre pendientes de terreno (1ª parte: Suelos)".
Conclusión
Introducción
La agresividad o ataque químico del terreno puede afectar a las estructuras que están en
contacto con él, en mayor o menor medida, afectando por tanto la durabilidad de esas
estructuras y por tanto su resistencia y estabilidad a lo largo del tiempo.
El principal agente agresivo del hormigón es el agua, bien directamente o bien como vehículo
de transporte de los agentes agresivos y ya que en el terreno nos podemos encontrar agua en
forma de niveles freáticos estables o colgados, condensaciones bajo cimentaciones o
escorrentía subterránea por riego o lluvia, incluíremos los daños originados por la agresividad
de la misma al hormigón.
Asociados sobre todo a rocas y procesos volcánicos, rocas y minerales de origen evaporítico y
alteración de sulfuros asociados yacimientos minerales, tenemos importantes concentraciones
de Yeso, Glauberita, Thenardita, etc, en la mayoría de nuestros suelos. Dado que la presencia
de sustratos y aguas sulfatadas en España es más que frecuente, deberán tomarse
precauciones en la construcción de obras de hormigón.
Según el contenido de aluminato tricálcico (C3A) del clinker los cementos serán más o menos
resistentes a los sulfatos.
b) Lixiviado o disolución
Se debe al poder de disolución de las aguas puras o carbónicas de aquellos compuestos
solubles del hormigón. Tambien se puede producir por el ataque de aguas ácidas (su
agresividad depende de su Ph y contenido de CO2).
c) Acción del agua de mar
La agresividad del ambiente marino se debe fundamentalmente a las sales que lleva disuelta el
agua de mar: cloruro sódico, cloruro magnésico, sulfato magnésico, sulfato cálcico, cloruro
potásico, sulfato potásico y bicarbonato cálcico.
Esta agresividad se divide en dos tipologías: la relativa a la degradación del hormigón por la
acción de las sales agresivas y otra por los procesos de corrosión debido a la humedad
ambiental y el aporte de cloruros. Los iones cloruros inhiben o atenúan en cierta medida la
acción de los sulfatos, ya que dan lugar a un cloroaluminato de calcio hidratado que no es
expansivo, o al menos no tanto como la ettringita. Pero en el caso de que el clínker contenga
gran cantidad de aluminato tricálcio y el grado de saturación sea elevado, los cloruros
existentes en el agua de mar no pueden evitar la formación de la estringita, con sus
consecuencias.
DESCRIPCIÓN
Los daños producidos por el terreno a las estructuras de hormigón que están en contacto con
él, tales como elementos de cimentación (zapatas, pozos, losas, pilotes...), muros de
contención u otros son:
• Corrosión de armaduras con pérdidas de sección en las barras principales del 1%.
Aparecen ligeras fisuras longitudinales en las esquinas coincidiendo con la situación
de las barras, pero no fisuras transversales en el plano de los estribos.
• Corrosión de las armaduras principales con pérdida de sección del 5%. Salta el
hormigón en las esquinas y quedan las barras de acero principales al aire. Aparecen
fisuras en el plano de los estribos. La capa de óxido hace que las armaduras
pierdan adherencia con el hormigón.
• Corrosión de las barras principales con pérdida de sección del 25%. Se desprende el
hormigón en las zonas de los estribos y quedan estos al aire. Pérdida de anclaje
frente a pandeo y de adherencia de las barras. Se supone que el hormigón, por
efecto de la corrosión se ha debilitado en una profundidad de 1 cm.
• Rotura de estribos. La sección de acero que queda en las barras principales no
trabaja. Las barras principales pandean.
Fig. 2.- Fisuras en muro de hormigón, situado en ambiente marino, originadas por
la entrada de cloruros debido a una deficiente ejecución del mismo.
ORIGEN
Los factores de los que dependerán las patologías a encontrar debido al ataque de agentes
químicos a las estructuras de hormigón van a ser:
Los motivos que van a llevar a una falta de resistencia del hormigón al ataque químico son:
• mala compactación
• deficiente curado
• recubrimientos insuficientes
Fig. 3.- Recubrimientos mínimos del hormigón según clase de exposicion (EHE)
PREVENCIÓN
Para evitar la degradación del hormigón por agentes agresivos se ha de tener en cuenta las
siguientes medidas que eviten la entrada de estas sustancias desde el exterior hacia el
hormigón, así como la no presencia de agentes agresivos en sus componentes:
• Que la relación agua/cemento sea lo más reducida posible (de forma compatible con la
trabajabilidad de la mezcla y la hidratación del cemento) .
• Un elevado contenido de cemento.
• Compactación y curado adecuados.
• Si estas medidas son insuficientes ante el ataque ambiental se deberán utilizar cementos
especiales, resistentes al tipo de ataque que le afecte.
Para la ejecución de hormigones en ambiente marino se deberán emplear cementos con bajo
contenido de aluminato tricálcico.
La incorporación de escoria de horno alto, cenizas volantes o puzolanas naturales (CEM II/A-S,
CEM II/B-S, CEM II/A-V, CEM II/B-V, CEM II/A-P y CEM II/B-P) mejora el comportamiento del
cemento ante agentes agresivos.
Los cementos con elevado contenido de adiciones, como los de horno alto (CEM III), los
puzolánicos (CEM IV) y mixtos (CEM V), presentan una elevada resistencia a la agresión
química.
Los cementos especiales (ESP VI), han sido especialmente diseñados para hormigonado de
grandes macizos, y aplicaciones en las que es fundamental un desarrollo lento de resistencias
y una cierta resistencia a los agentes agresivos del terreno.
Los cementos de aluminato de calcio (CAC) tienen unas características muy particulares que
los hace adecuados para hormigones refractarios, obras en terrenos yesíferos.
REPARACIÓN
Si el ataque es interior, se ha de sustituir el elemento por otro que supla la función que éste
desempeñaba, si esto no es posible, como en el caso de pilares, se puede colocar un perfil
adosado a cada lado de la pieza que se encargarán de resistir las cargas que acometan sobre
el elemento estructural, prescindiendo por tanto de la resistencia del pilar de hormigon.
Tambien se puede inyectar resina epoxi alrededor de la pieza y colocar luego platabandas de
acero que forren todo su perímetro.
En definitiva, habrá que definir de forma correcta el alcance de la reparación así como elegir el
sistema más adecuado y realizar en su caso los ensayos pertinentes que determinen la causa
de las patologías encontradas.
Fig. 4.- Ejemplos de reparación de pilar afectado por ataque químico
Conclusión
Para evitar el ataque de los agentes agresivos al hormigón principalmente se deberán tomar
las medidas adecuadas desde el propio hormigón (en su elaboración, mediante la adición de
los aditivos correspondientes, etc). Previamente se deberá determinar o cuantificar el grado de
agresividad, mediante la elaboración de los correspondientes ensayos en el estudio
geotécnico.
24 - Corrosión en las estructuras de acero. (Deterioro de
sus propiedades)
Introducción
El acero es una aleación o combinación de hierro y carbono (alrededor de 0,05% hasta menos
de un 2%), aunque a veces se agregan otros componentes para darle otras características. Ya
que es básicamente hierro altamente refinado, su fabricación comienza con la reducción de
hierro, produciéndose el arrabio, el cual se convierte más tarde en acero.
El hierro puro, por tanto, es uno de los elementos del acero y no se encuentra libre en la
naturaleza ya que reacciona con facilidad con el oxígeno del aire para formar óxido de hierro
(herrumbre). Por tanto, las estructuras de este tipo se ven afectadas por la corrosión, o
formación de herrumbre, pudiendo dar lugar a su destrucción.
• Aceros al carbono: son la mayoría de los aceros (más del 90%). Contienen diversas
cantidades de carbono y menos del 1,65% de manganeso, el 0,60% de silicio y el 0,60% de
cobre.
• Aceros de baja aleación ultrarresistentes: reciben un tratamiento especial que les confiere
una mayor resistencia que los anteriores, por lo que se pueden emplear vigas más delgadas
sin disminuir su resistencia, logrando así un espacio interior más amplio.
La corrosión, pues, sería la interacción de un metal con el medio que lo rodea, produciendo el
deterioro de sus propiedades tanto físicas como químicas. Se crean dos zonas, la anódica,
donde se produce la disolución del metal (corrosión) y la catódica, donde el metal permanece
inmune. Podemos clasificar la corrosión:
• Según Medio:
· química, reacciones producidas por la acción del medio ambiente (agua, ambientes marinos,
gases industriales...). Las estructuras expuestas a estos ambientes sufren los efectos
corrosivos debido a la acción de cloruros, que son arrastrados por el viento y depositados en el
acero, que con ciclos alternados de humedad posibilitan la reacción de celdas galvánicas.
• Según Forma:
DESCRIPCIÓN
- Coloración, la herrumbre presenta varias coloraciones que van desde el rojo intenso hasta el
café rojizo. Inicialmente la herrumbre es un fino granulado, pero a medida que transcurre el
tiempo se convierte en pequeñas escamas.
- Disminución de resistencia
- Aumento de tensiones
- Roturas revestimientos-fábricas
- Roturas material
ORIGEN
Los factores que intervienen en la corrosión del acero y que van a provocar y/o agravar la
misma, son:
PREVENCIÓN
Para proteger el acero contra la corrosión habrá que recubrirlo con una capa protectora, que
puede ser de distintos materiales. Se deberá cumplir:
El empleo de materiales de relleno que puedan atacar al acero, requiere en las zonas de
contacto protecciones especiales acordes con el material de relleno. Igual temperamento se
debe adoptar en zonas de contacto con medios agresivos (suelos, carbón, etc.)
REPARACIÓN
Introducción
Como parte integrante de la edificación las instalaciones sufren patologías que, a su vez,
pueden provocar daños que afectan al resto de elementos constructivos del edificio.
De este modo, nos encontramos con patologías que podemos agrupar, según la consecuencia
de los daños, en:
• Directas, que serían los defectos que provocan fallos en la propia instalación, afectando al
servicio para el que están concebidas.
• Indirectas, los defectos ocasionados por las instalaciones a otros elementos ajenos a la
propia instalación.
Ambas patologías están vinculadas, ya que una patología directa conlleva una indirecta (por
ejemplo, la rotura de una bajante podría producir daños en la albañilería y acabados del
edificio). Por tanto en esta ficha analizaremos las patologías producidas por las instalaciones y
las patologías de las propias instalaciones, centrándonos en los defectos que afectan a otros
elementos constructivos y no así en la falta de confort o habitabilidad y defectos de otra índole
(olores, ruidos, sobredimensionado...) que los fallos en instalaciones pueden provocar.
DESCRIPCIÓN
• Taponamiento y rebose de aguas, por la acumulación de sólidos que obstruye las tuberías
de saneamiento disminuyendo la sección efectiva de las mismas.
• Daños en elementos estructurales, por apertura de huecos en vigas, ábacos... por el paso
de instalaciones a través de elementos o en zonas no previstas debido a un mal replanteo o
improvisaciones de última hora.
Fig. 3.- Daños causados a un nervio de forjado reticular por una
tubería de saneamiento, debido a defectos en el replanteo.
ORIGEN
El origen de los daños se encuentra principalmente en las patologías que se originan en las
instalaciones, que a su vez tienen un origen, el cual se puede encontrar en las distintas fases
por las que pasan éstas y que, de forma general, podemos agrupar en:
1. Proyecto
2. Ejecución
3. Puesta en servicio
4. Mantenimiento
5. Diseño y fabricación.
1) Los defectos originados en la fase de proyecto son los de más difícil solución, se producen
por los siguientes motivos:
a. Soluciones no adecuadas.
Se produce cuando en el momento de la redacción del proyecto el planteamiento inicial no se
adapta a las necesidades del edificio, no se tienen en cuenta las características y resto de
condicionantes que garanticen la mejor solución.
c. Falta de definición.
Suele ocurrir que no exista una correcta y completa definición de los proyectos, con una
definición incompleta del trazado y características de las canalizaciones y de los equipos, la
ausencia de detalles de unión con la estructura u otros elementos constructivos, presencia de
Pliegos de Condiciones no actualizados o adaptados a las condiciones de la instalación y del
edificio, para su correcta ejecución.
d. Materiales inadecuados
El empleo de materiales sin tener en cuenta la interacción de los mismos con el fluido, el medio
o con otros elementos provocará un envejecimiento prematuro de las instalaciones.
• Errores en el replanteo.
• Cambios del proyecto improvisados.
• Incumplimiento de normativa.
• Sustitución de materiales por otros “similares”.
• Manipulación incorrecta de los materiales.
• Defectos producidos por otros trabajos ajenos a la propia instalación.
PREVENCIÓN
Para prevenir las patologías originadas por las instalaciones así como las de las propias
instalaciones a nivel de proyecto deberán realizarse (teniendo en cuenta las posteriores fases y
los diferentes trabajos que intervienen en la obra) proyectos completos donde se planteen :
• soluciones adecuadas
• cumplimiento de normativas
• cálculos y dimensionamientos correctos
• definición completa (detalles constructivos, materiales)
• adecuada selección de los materiales (agresividad, incompatibilidades)
• adecuada previsión de espacios (paso de instalaciones, registros)
• prever un correcto mantenimiento
De esta forma, a nivel de ejecución, se deberá cuidar que cumpla todas las especificaciones de
proyecto y prever un mantenimiento a posteriori, adecuado y suficiente.
Algunas medidas preventivas para evitar algunos defectos:
• Para evitar los daños provocados por la ejecución incorrecta de arquetas en puntos
singulares, se realizarán las mismas con continuidad hidráulica entre los elementos de
entrada y salida de las aguas.
• En el caso de saneamiento se ha de prever la ventilación necesaria según edificación
(primaria, secundaria), mantener la pendiente de 1,5% en los tramos horizontales y prever
registros en puntos singulares así como cada cierta distancia de tramos rectos.
• Empleo de tuberías de cobre o de materiales plásticos, en el caso de instalaciones de
fontanería, adaptando las uniones a las características del tubo además de prever válvulas
reductoras de presión en las acometidas.
• Para las uniones soldadas se deberá utilizar un material de aporte con un contenido mínimo
de plata de 3,5%, limpieza de las zonas, correcta ejecución de la soldadura, protección
exterior del tubo en todo su recorrido limitación de la longitud de tramos rectos y evitar los
codos en los cambios de dirección.
• En cuanto a los equipos empelados se deberá verificar que funcionan conforme a las
especificaciones del fabricante, realizándose los ajustes necesarios y que no presentan
defectos aparentes. Se deberá verificar además que se han efectuado las comprobaciones,
manipulaciones y ajustes necesarios para garantizar un comportamiento correcto y acorde
con el proyecto.
REPARACIÓN
Los defectos de las instalaciones con más trascendencia, que son aquellos que provocan
daños importantes a los elementos constructivos, requieren reparaciones con gran aplicación
de medios materiales y, consecuentemente, económicos.
26 - Daños a muros y fachadas de piedra
Introducción
La piedra forma parte de los exteriores de numerosos edificios de nuestras ciudades, siendo el
material más empleado en España durante muchos años principalmente en edificios de
nuestro patrimonio monumental. En los últimos diez años se ha llevado a cabo un desarrollo
importante en la construcción de revestimientos industrializados en edificios, anclados
mecánicamente, encontrándonos la piedra en dichos elementos en forma de aplacados o
chapados.
En esta ficha vamos a incluir los daños a los muros o fachadas formadas por piezas de piedra,
intentando analizar las patologías propias de este material, como componentes fundamentales
de estructuras antiguas, reutilizadas en rehabilitaciones de edificios como elementos portantes
(muros de sillería, mampostería, etc.) y por lo tanto, susceptibles de recibir cobertura de seguro
decenal de daños. A su vez nos servirá como introducción a otra ficha posterior en la que se
incluirán los revestimientos de fachadas de este material (chapados o aplacados pétreos).
Podemos clasificar a grandes rasgos, las rocas utilizadas en construcción según su origen y
composición en:
DESCRIPCIÓN
· Exfoliaciones
· Suciedad y manchas
· Humedades
ORIGEN
Las causas que producen la alteración de la piedra en las fachadas de este material pueden
ser:
1.- Agua: marina, de lluvia o de capilaridad (absorción a través del suelo). El agua reacciona
con el sustrato pétreo disolviendo sus componentes y actuando como vehículo de transporte.
2.- Viento. El viento transporta partículas de arena que golpean la piedra, desmoronándola al
cabo del tiempo, agravándose en presencia de sales y humedad.
4.- Agentes atmosféricos. Contaminantes atmosféricos como los óxidos de nitrógeno, carbono
y azufre que proceden de la combustión de hidrocarburos, el gas metano emitido por los
fertilizantes y la quema de bosques y los gases de combustión de residuos sólidos. La
presencia de partículas atmosféricas contaminantes produce una degradación en las rocas
calizas, formándose costras de calcín y sulfín muy perjudiciales, originándose el llamado mal
de la piedra.
5.- Biodeterioro o acción de Agentes biológicos: los musgos, líquenes, hongos retienen
humedad, favorecen la colonización y producen ácidos que modifican el color de la piedra. Se
incluye la acción de algunas bacterias, como las autótrofas, que se desarrollan con la propia
acción de la luz, las sulfobacterias que transforman compuestos silicatados en ácidos y oxidan
el azufre a sulfato y las nitrificantes que producen nitritos y nitratos que al reaccionar con el
carbonato cálcico de las rocas calcáreas pueden formar nitrato cálcico. También los insectos y
los roedores movilizan material y los ácidos (nítrico y fosfórico) presentes en los excrementos
de las aves favorecen la degradación de la piedra.
6.- Alteración del material. De tipo estructural: la pieza no se dispone en la misma posición que
tenía en cantera por lo que no resiste.
7.- Terremotos.
8.- Acción del hombre (puesta en práctica de técnicas poco probadas, utilización de materiales
abrasivos...)
PREVENCIÓN
Para este tipo de edificaciones sería imprescindible la prevención antes que la intervención si
bien es cierto que generalmente no es posible la eliminación de los factores externos que
atacan la piedra (agua, contaminación ambiental...) por lo que habrá que intentar paliar sus
efectos. Se debe realizar una conservación adecuada, lo cual es fundamental, para evitar la
acción negativa de los factores climatológicos y medioambientales.
Algunas actuaciones a tener en cuenta en el proceso de proyección, intervención o
mantenimiento de las fachadas de piedra serían:
- creación de barreras de árboles de alto porte para evitar la acción del viento sobre las
fachadas de piedra
• tener en cuenta la velocidad de la acción limpiadora de manera que se pueda controlar sus
efectos
• no deberá generar productos perjudiciales para la piedra
• no generará modificaciones superficiales que faciliten su deterioro
• considerar el tipo de producto para cada tipo de material
REPARACIÓN
La reparación o intervención sobre los daños ocasionados en los edificios con fachadas de
piedra contempla las siguientes etapas:
a) Fase previa:
b) Intervención
ii. Consolidación. Si muestra que hay daños importantes en la fábrica, habrá que hacer una
restitución funcional o de forma. Con esta actuación se pretende mejorar la resistencia
mecánica de la roca, aumentando la cohesión de los granos de la zona superficial y evitando
su desprendimiento. El consolidante se aplicará en placas.
d) Acabado
Introducción
El efecto que la oscilación térmica provoca en los edificios es el del movimiento tanto de la
estructura como del resto de elementos secundarios que lo componen, quedando estos
sometidos a contracciones y dilataciones.
DESCRIPCIÓN
• Condiciones ambientales.
• Tipología de edificación (luces, geometría y dimensiones, soluciones empleadas...).
• Exposición del edificio o de los elementos constructivos a los agentes térmicos.
• Tipología de los materiales (madera, acero, hormigón...).
• Características de los materiales: la conductividad térmica, coeficiente de dilatación, calor
específico, resistencia, retracción, etc.
• Condiciones de aislamiento.
Los daños ocasionados por las variaciones térmicas, bien por los movimientos de dilatación o
por la contracción del hormigón durante su fraguado pueden ser:
1.- Fisuras
En zapatas pueden aparecer fisuras superficiales que pueden tener hasta 0,4 mm de anchura
y llegando hasta el nivel de la armadura superior.
En fachadas de ladrillo aparecen fisuras en esquinas (de 1/2 pie), en el tabique de cámara
alrededor de marco de ventanas, de forma vertical en jambas de ventanas (cuando la fábrica
vuelve formando la jamba), bajo cargaderos metálicos, de forma vertical en el centro del vano
con grandes luces entre pilares.
Fig. 1.- Desprendimiento de canto de forjado (se han retirado algunas piezas para comprobar el apoyo en el forjado)
y fisura vertical en esquina, situada a medio pie de la arista.
3.- Rotura de los muros que son atravesados por tuberías de agua caliente, en caso de no
disponer de junta.
5.- Descamación
8.- Fendas superficiales en la madera, por cambios bruscos de temperatura, lo que posibilita
la acción de hongos y penetración de humedad, favoreciendo así el ataque de insectos
xilófagos.
ORIGEN
Prevención de daños
Tanto en proyecto como en ejecución se deberá realizar el estudio adecuado y aplicar unas
reglas de diseño para evitar los daños provocados por efecto de la temperatura. Algunas
medidas serían:
Según la NBE AE-88 suele estimarse que la distancia entre juntas de dilatación en estructuras
ordinarias de edificación, de acero laminado, o de hormigón armado no debe sobrepasar 40 m.
Esta distancia suele aumentarse a 50 m si los pilares son de rigidez pequeña, y reducirse a 30
m si los pilares son de rigidez grande. (Sin consideración de acciones térmicas).
· En los cerramientos de ladrillo las juntas deberán fraccionar paños a distancias adecuadas
(12-15 m), se situarán en las esquinas (si son paños de gran longitud), en quiebros, en
encuentros con otro tipo de cerramientos u otros paños de ladrillo sin traba, en prolongaciones
de ventanas alargadas... Se realizarán también juntas horizontales en el encuentro entre
fábrica y forjado.
· En las cubiertas se respetarán las juntas estructurales del forjado o del soporte abarcando
todos los elementos de las mismas: impermeabilizantes, elementos de protección, tableros de
soporte, canalones, albardillas, barandillas, etc. En las cubiertas planas se dispondrán en las
limatesas (puntos altos). Se realizarán además juntas auxiliares y perimetrales.
· El sellado será compresible e irá sobre un fondo de junta que también será elástico. El
ancho de las juntas dependerá del movimiento previsto y de la compresibilidad del sellante; el
espesor o profundidad de este dependerá de las características del material y del ancho de
junta.
- Mantenimiento adecuado: las juntas requieren una conservación e inspección periódica para
evitar su degradación y la entrada de elementos extraños. Determinados materiales empleados
poseen una durabilidad determinada (por ejemplo la silicona, tiene una durabilidad aproximada
de 10 años), con lo que habrá que sustituirlo al cabo de ese tiempo.
Introducción
En caso de variar de manera no prevista o superarse las condiciones para las que han sido
calculados esos elementos se producen lesiones que pueden llegar a ocasionar el colapso del
edificio.
Vamos a analizar de forma general las patologías más frecuentes de las estructuras debido a
los esfuerzos a los que están sometidos. En fichas posteriores procederemos a ampliar y
analizar con más detalle estas solicitaciones: como afectan a los diferentes elementos
constructivos y los métodos adecuados de prevención así como de reparación, de cara al
Seguro Decenal de Daños.
DESCRIPCIÓN
- Fisuras
o Por tracción. Se producen en la mayoría de los elementos de hormigón armado que trabajan
a flexión.
Se produce debido a la excesiva deformación de los vanos concurrentes al pilar.
En pilares son perpendiculares a las barras principales, atravesando la sección de una parte a
otra; suelen situarse donde se encuentran los estribos.
o Por flexión, en pilares no llegan a seccionar la totalidad del pilar, pudiendo aparecer en la
parte superior o inferior del mismo (suelen iniciarse en las armaduras).
o Por torsión, provoca fisuras a 45º que buzan en dirección opuesta en ambas caras de las
vigas. Suelen darse cuando existe un brochal o viga que une pórticos de luces
descompensadas.
Cuando existen brochales o vigas de fachadas con forjados de grandes luces, al flectar éstos
cuando no tienen la suficiente rigidez surgen fisuras horizontales en distinto plano en fachada y
a nivel de forjado y que se van cerrando a medida que se acercan a los pilares. Si tenemos
muros de carga y viguetas, al levantarse las cabezas de éstas en los apoyos, aparecen fisuras
horizontales y abiertas en toda su longitud.
o Por cortante, las fisuras comienzan en el centro de la pieza, progresa por sus dos extremos
llegando a unir el apoyo con la carga, dividiendo en dos partes el elemento (puede llegar a ser
un proceso instantáneo, por lo que es muy peligroso).
En pilares no es frecuente, suele producirse en pilares de planta baja de edificios que tienen
que soportar fuertes empujes que no tienen la sección o armadura transversal suficiente. Los
pilares extremos de última planta, donde acometen vigas de grandes luces y si no tienen
armadura transversal suficiente,
están sometidos a tensiones tangenciales apareciendo fisuras inclinadas, con tendencia a los
45º, en las dos caras opuestas, desplazándose una parte del pilar sobre la otra cuando el
estado es muy avanzado (Fig. 2).
En casos muy aislados, las fisuras se manifiestan con rotura inclinada con aproximación a los
60º por cortante, en hormigones muy secos con resistencias muy altas.
En vigas, las fisuras son cerradas, con una inclinación entre 45 y 75º hacia el pilar. Son muy
peligrosas ya que la rotura puede ser instantánea.
Se puede producir la rotura de las esquinas por anclaje insuficiente de los estribos.
Fig. 5.-Desplazamiento de las dos zonas del pilar por cortante debido al aplastamiento.
- Vuelco
En el caso de los muros de contención, cuando no tienen un peso suficiente para soportar el
empuje de tierras pierden su estabilidad volcando.
Si tenemos un muro de contención con una puntera pequeña debido a los empujes del terreno
intentará volcar, oponiéndose el forjado, pero si éste no es capaz de resistir dicho empuje se
podría producir un aplastamiento del frente del forjado.
ORIGEN
El exceso de carga que provoca los cambios en las condiciones de trabajo previstas para los
elementos constructivos y que va a ocasionar los daños antes mencionados se puede producir,
entre otros, por:
PREVENCIÓN
Para evitar este tipo de patologías en los elementos estructurales además de estar bien
calculada la estructura ha de estar bien diseñada y evitar posteriores errores de ejecución. Una
elección adecuada del tipo de estructura y cimentación y un correcto planteamiento reduce la
aparición de los daños.
o Evitar los pilares apeados así como las vigas sometidas a torsión (evitar los brochales y las
luces grandes de viguetas, de esta forma se evitan momentos torsores mayores en las vigas).
o Evitar luces de vigas descompensadas o pilares extremos con vigas de grandes luces, ya
que las primeras originan fuerte momentos en los segundos.
o Para evitar la aparición de fisuras por acumulación de cargas en los voladizos inferiores con
cerramientos se deberán construir estos de arriba abajo y calcular el primer voladizo con mayor
carga y rigidez, para prevenir la que le puedan transmitir los voladizos superiores.
o En voladizos durante la ejecución del encofrado hay que tener en cuenta la contraflecha y
retirar los puntales pasados 28 días, para evitar flechas instantáneas y diferidas mayores.
o Se deberá comprobar a esfuerzo cortante en las cabezas de las viguetas, sobre todo si no
tienen armadura transversal, ya que si supera la resistencia del hormigón y no la de los
coeficientes de seguridad se podría producir su hundimiento al someterse a una determinada
sobrecarga. Para reforzar un forjado a cortante se macizará la zona de bovedillas adyacentes a
las vigas, con hormigón.
o Los cercos o estribos de acero para la torsión deberán calcularse independientemente a los
de cortante. Si una viga necesita cercos soldados para absorber la torsión y se quiere evitar la
soldadura, se pueden duplicar ramas.
REPARACIÓN
En general los refuerzos se suelen realizar con hormigón o mortero, estructura metálica o
resinas, aunque también existen otros métodos (con pretensado, anclajes, por cambio de
esquema estructural...)
Bibliografía:
Introducción
Como continuación y ampliación a la anterior ficha que sirvió de base o introducción al tema de
las acciones y solicitaciones a las que trabajan los elementos estructurales, vamos a comenzar
analizando con más detalle el esfuerzo normal, estudiando principalmente como elemento
estructural los soportes.
Fig.1-Fuerzas que actúan sobre una sección. Fig.2-Momentos que actúan sobre una sección.
CONCEPTOS
Solicitación normal o axil (Nx): producida por las fuerzas que van en sentido longitudinal o
perpendicular a la sección de la pieza.
Solicitación tangencial o cortante (Vy o Vz): producida por las fuerzas paralelas a la
sección.
Solicitación torsora (momento torsor Tx): producida por las fuerzas paralelas a la sección y
que no cortan al eje perpendicular a ella y momentos localizados que tengan la dirección del
eje perpendicular a la sección.
Solicitación flectora (momentos flectores My o Mz): producida por las fuerzas
perpendiculares a algún eje contenido en la sección y que no lo corten y momentos localizados
que tengan la dirección de alguno de los ejes contenidos en la sección.
Especialmente en los pilares metálicos, surge el fenómeno de pandeo (las cargas no siguen el
eje de la pieza por lo que experimenta deformaciones en aumento bajo la acción de las cargas,
sin que éstas sean incrementadas) un problema peligroso que deberá tenerse en cuenta a la
hora de su diseño. Para el cálculo de pilares metálicos se aplican las fórmulas clásicas para
obtener las tensiones que solicitan a las secciones, para lo cual se entra con los esfuerzos
mayorados (al axil se le aplica un coeficiente de pandeo W;) y se comprueban que las
tensiones que obtenemos son inferiores a las admisibles garantizadas por el fabricante.
Cuando no existe espacio suficiente para alojar un pilar convencional se puede recurrir a los
soportes compuestos, pilares de hormigón armado y perfiles metálicos en su interior, que
hacen las veces de armadura de compresión. Suelen emplearse perfiles HEB, IPE y 2UPN.
En cuanto a los pilares metálicos compuestos, aquellos formados por piezas simples
empresilladas o triangulados entre sí, han de considerarse como piezas únicas.
MUROS. Como variante de los soportes por unidad de superficie nos encontramos con los
muros de sótano, sometido a flexiones (por empujes del terreno) y compresiones (por las
cargas gravitatorias).
ZAPATAS. Las zapatas rígidas, aquellas cuyo vuelo v en la dirección principal de mayor vuelo
es menor o igual que 2 veces su canto, se calcularán a compresión mediante el método de
bielas y tirantes (EHE, artículo 59.2.1).
Descripción y origen de los daños
DESCRIPCIÓN
Fisuras
· Por compresión, en pilares provoca diversas formas de fisuración según la esbeltez (relación
altura / espesor) del mismo y si se coarta o no la dilatación transversal en sus extremos así
como la heterogeneidad del hormigón a lo largo de la pieza, el reparto no homogéneo de las
compresiones, etc.
Son muy peligrosas ya que indican que el pilar se encuentra al borde de su agotamiento, es
decir, que el hormigón está agotando prácticamente su capacidad resistente y puede traducirse
en un colapso inminente.
Pueden aparecer fisuras finas y juntas en la cara de un soporte esbelto, a mitad de su longitud.
Las fisuras de agotamiento tienden a concentrarse en el tercio superior del pilar, la zona más
débil de resistencia y donde suele fallar el estribado, aumentando las fisuraciones en las
cabezas, justo debajo de los forjados
Fig. 4.- Fisuras de agotamiento en compresión y compresión elevada sin estribado superior.
Las fisuras verticales en los pilares indican colapso inminente por aplastamiento del hormigón,
si estuviera zunchado el pilar saltaría primeramente el recubrimiento, aunque seguiría
resistiendo pero con importantes deformaciones.
Una carga concentrada de compresión puede originar fisuras con directriz paralela a la carga
ya que al aplicarse ésta sobre una sección determinada, tenderá a distribuirse por la pieza
(bielas o compresiones) ocasionando tracciones (tirantes o tracciones) que provocan la
aparición de las fisuras a lo largo de la pieza, teoría de bielas y tirantes.
Si tenemos un pilar ejecutado con hormigones de mala calidad, la rotura comenzará en la parte
superior descendiendo hasta la zona central, puesto que el hormigón de la cabeza del pilar es
algo más débil por las segregaciones que se producen durante el vertido por un mal vibrado.
· Por tracción. Se produce debido a la excesiva deformación de los vanos concurrentes al pilar.
Las fisuras son perpendiculares a las barras principales, atravesando la sección de una parte a
otra; suelen situarse donde se emplazan los estribos. Ampliaremos este punto en la ficha
correspondiente a los daños por solicitación flectora.
· Por pandeo. En los pilares son fisuras horizontales en el centro del soporte.
La rotura es rápida y muy grave.
Suele saltar primeramente el recubrimiento.
ORIGEN
Las fisuraciones provocadas por los esfuerzos de compresión, principalmente se deben a las
siguientes causas:
• - Dimensionado incorrecto:
• · secciones insuficientes
• · armadura insuficientes
• - Mala selección de los materiales: hormigones de mala calidad
• - Aumento de luces de vanos o crujías no contempladas en los cálculos (viguetas o vigas de
luces superiores a las previstas) o entradas en carga prematura
• - Ejecución incorrecta: estribos caídos o inexistentes
• - Movimientos no considerados en el cálculo que provocarían momentos excesivos en
pilares muy rígidos (asientos diferenciales en la cimentación, sismo, viento, empujes...)
• imperfecciones constructivas
• flexiones adicionales no previstas
• materiales imperfectos
• fallos en la alineación de cargas
PREVENCIÓN
Las piezas de hormigón en masa que se encuentran sometidas a compresión simple tienen
una capacidad resistente muy limitada, por la posibilidad de que se produzca una rotura
oblicua por deslizamiento del hormigón según planos que forman 37º con el eje del pilar, por lo
que para evitar esta rotura se han de disponer armaduras longitudinales mínimas y cercos o
estribos.
Los pilares pueden estar sometidos a momentos importantes alternativos por ejemplo bajo la
acción del viento o el sismo, que hacen que necesite armadura de tracción.
Para el retranqueo de las caras de los pilares, debe tenerse en cuenta que no se introduzcan
excentricidades que originen momentos adicionales a los momentos de flexión que
proporcionan las vigas y forjados en los nudos.
En pilares compuestos, es aconsejable dejar unos 5 cm entre perfiles y estribos para evitar
coqueras durante el hormigonado, en caso de considerar momentos pequeños (pilares
interiores de edificios) los perfiles se consideran como armadura. Se debe tener especialmente
en cuenta el pandeo.
Los pilares metálicos al estar afectados más directamente por el fenómeno de pandeo son más
complejos, ya que ha de tenerse presente en su diseño y cálculo, debiendo considerar perfiles
con una esbeltez (relación altura / espesor) inferior a 200.
REPARACIÓN
Si tras las comprobaciones pertinentes fuera necesario proceder a reparar el pilar afectado, se
procederá a su refuerzo:
• encamisados metálicos
• encamisados de hormigón
• encamisados con resinas o fibras (de carbono de carbono de alta resistencia, etc)
También pueden emplearse angulares en las esquinas de los pilares que pueden estar
zunchados contra el pilar mediante presillas transversales. Este refuerzo también (como el de
hormigón) permite trabajar al pilar vertical y transversalmente, pudiendo llevarse hasta el punto
de hacerle trabajar tan sólo transversalmente (también si se zuncha mediante un tubo
metálico).
Se debe conseguir la transmisión adecuada de las cargas del pilar superior al que se quiere
reforzar y de éste al pilar inferior, por lo que normalmente se deberán prolongar los refuerzos
por encima y por debajo de pilar afectado (debiendo calcularse y comprobarse los efectos que
produciría en las zonas afectadas: punzonamiento), sobre todo si está sometido a momentos
importantes. En caso de estar sometido a compresión es posible reforzarlo de forma aislada
sin prolongar los refuerzos.
La anchura del refuerzo debe ser lo más pequeña posible para minimizar los problemas de
cortadura en la transmisión de esfuerzo.
Los refuerzos verticales aislados deben completarse con refuerzos de zunchado transversal en
las proximidades de los forjados, lo que evitará la rotura de recubrimientos y aumentará su
eficacia.
Si la diferencia entre el hormigón base y el hormigón aportado no supera los 75 Kp/cm2 los
esfuerzos se reparten por igual. A medida que aumenta la diferencia van tomando más carga
los refuerzos.
Bibliografía:
Introducción
Ya adelantamos en la ficha anterior que producen solicitación cortante las fuerzas contenidas o
paralelas a una sección transversal recta, originando tensiones tangenciales o cortantes.
Dada la extensión del tema a tratar, vamos a desglosar esta monografía en dos partes. En esta
primera parte, se analizarán los posibles daños producidos en diferentes elementos
estructurales debido a este esfuerzo, mientras que en la segunda parte estudiaremos la
prevención y técnicas de reparación más usuales empleadas para paliar este tipo de daños.
Los elementos estructurales principalmente afectados por el esfuerzo cortante, entre otros, y
de los que vamos a analizar los daños producidos por el mismo, son:
Las tensiones cortantes puras son difíciles de encontrar pues la cortadura pura suele ir
acompañada de fenómenos de flexión (cuando hay momentos flectores siempre se da
cortante).
En las piezas de hormigón armado la función, entre otras, de resistir los esfuerzos cortantes la
tiene la armadura transversal (cercos o estribos). Una pieza no necesitará armadura de
cortante (salvo los mínimos que correspondan) cuando las tracciones que se generen en el
alma de sus secciones perpendiculares a las bielas de compresión se encuentren por debajo
de la capacidad resistente del hormigón para resistirlas.
Podemos hacer referencia en este punto a los pilares apeados, que a día de hoy se están
convirtiendo en elementos de uso cotidiano, usándolos indiscriminadamente en un intento de
adaptar la estructura a la distribución y no al revés, como criterio lógico constructivo.
Hablamos de apeos en pilares cuando un soporte acomete a la directriz de una viga sin que
exista continuidad inferior directa. Principalmente el cortante va a penalizar la viga (aunque
también el punzonamiento, por ejemplo en caso de vigas planas con escuadrías mínimas,
esfuerzo que consideraremos en fichas posteriores).
- Pilar: elemento vertical, en el que la rotura por cortante no es frecuente, suele producirse en:
• pilares extremos de última planta de cubierta a los que acometen vigas de grandes luces
• pilares extremos con poca altura que arrancan de la cimentación y le acometen vigas de
grandes luces o pilares cortos que arrancan de muros de contención
• pilares sometidos a empujes horizontales (tierras, sismo)
• pilares de edificaciones situadas en laderas, por deslizamiento de las tierras
- Ménsula: elemento en voladizo cargado en su extremo, cuyo vuelo es como máximo igual a
su altura. Suele ejecutarse en juntas de dilatación, para evitar realizar otro pilar contiguo. Al
aplicar la carga fuera del eje del pilar se crea una excentricidad que origina un momento. La
disposición del estribado en estos elementos ha de ser horizontal.
- Forjado unidireccional: elemento estructural generalmente horizontal y plano que tiene como
función principal recoger y transmitir las cargas a vigas o jácenas y de éstas a los elementos
verticales, en las diferentes plantas, en el que la transmisión de cargas se lleva a cabo
mediante la disposición de viguetas (ya sean semirresistentes o autorresistentes) u otros
elementos lineales (placas alveolares, prelosas...) en una dirección. Entre estas es habitual
disponer bovedillas ya sean cerámicas, de hormigón o de poliestireno para aligerar el peso del
forjado.
- Forjado bidireccional: elemento estructural generalmente horizontal y plano que tiene como
función principal recoger y transmitir las cargas de las diferentes plantas a los elementos
verticales, en el cual la transmisión de cargas se dispone en dos direcciones perpendiculares
entre sí. Existen dos variantes: mediante nervios ortogonales o losas macizas, dependiendo de
si se disponen elementos de aligerado o no.
VIGAS
Fisuras.
El riesgo de las fisuras por cortante es más elevado cuanto menos armadura transversal exista
en la pieza, con una cuantía más elevada se obtiene mayor tiempo de aviso y en ausencia de
esta armadura la rotura será inmediata, por lo que se ha de tener muy en cuenta en aquellas
piezas, como viguetas, nervios o losas, que no llevan esta disposición de armado.
En las vigas de hormigón armado se distinguen dos tipos de esfuerzo cortante: el producido
por excesiva tracción diagonal y el producido por una compresión excesiva de la biela:
· Las primeras fisuras tienen una inclinación entre 45º y 75º hacia el pilar, si no existe un
momento flector apreciable o si existe, respectivamente. Son de ancho variable, mayor a nivel
de la armadura de tracción (zona central) y que generalmente se cierra al llegar a la cabeza
comprimida. Suelen presentarse varias fisuras paralelas pero con una separación apreciable.
· Las producidas por una compresión excesiva son fisuras de 45º con un ancho constante a lo
largo de la misma, y en general muy fino (entre los 0,05 y 0,1 mm) que no suelen alcanzar los
bordes superior e inferior de la pieza. Suelen aparecer varias paralelas.
Fig. 2.- Fisuras de la derecha: fisuras finas por compresión excesiva de la biela.
Fisuras de la izquierda: fisuras de cortante por excesiva tracción diagonal.
Cuando se combinan tensiones de tracción por flexión y tracción diagonal, aparecen fisuras de
cortante mezcladas con las de flexión, siendo de ancho variable (mayor a nivel de armadura de
tracción) y presentándose en zonas de hormigón fisurado por la acción de momentos flectores.
Fig. 3.- Fisuras anteriores por esfuerzo cortante, combinado con momentos flectores de cierta entidad.
En el caso de cargas concentradas, debido a la excesiva tracción diagonal junto con el efecto
local de la transmisión de la carga, aparecen fisuras de 45º, a nivel de armadura de tracción,
que luego se curva dirigiéndose hacia la carga concentrada. Tienen un ancho máximo variable
a nivel de armadura de tracción, reduciéndose al llegar a la cabeza comprimida.
Las vigas que no disponen de cercos anclados suficientemente al tender a salirse del hormigón
rompen la esquina de la pieza, apareciendo por tanto la esquina partida cerca del apoyo,
siendo más acusado cuando todos los estribos se han anclado a la misma barra longitudinal.
En vigas planas, vigas cuyo canto es igual al espesor del forjado que adquieren su resistencia
aumentando su anchura y cargándose de unas cuantías de acero muy elevadas, pueden
aparecer fisuras longitudinales en la parte superior y en medio de las mismas.
FORJADOS UNIDIRECCIONALES
Hundimiento instantáneo.
MÉNSULAS
Fisuras
Son finas y con tendencia a los 45º llegando a seccionar el elemento. Se producen por
escasez de armadura transversal, mala colocación de la misma o por una sección insuficiente.
FORJADOS RETICULARES
Rotura.
Los nervios que llegan al ábaco, si no tienen armadura transversal, al ser estas secciones las
que están sometidas a la concentración de tensiones tangenciales más importantes, pueden
romper por cortante, siendo la rotura a 45º.
Difícilmente se puede observar, por ser corto el tiempo de aviso.
Se debe a la omisión de la armadura transversal, empleo de hormigón de menor resistencia,
defectos de mal vibrado o por aplicar cargas mayores a las previstas.
PILARES
Fisuras / Rotura
Las fisuras comienzan en el centro de la pieza, progresa por sus dos extremos llegando a unir
el apoyo con la carga, dividiendo en dos partes el elemento (puede llegar a ser un proceso
instantáneo, por lo que es muy peligroso).
No es frecuente. En los casos comentados en el párrafo anterior los pilares están sometidos a
tensiones tangenciales apareciendo fisuras inclinadas, con tendencia a los 45º, en las dos
caras opuestas, desplazándose una parte del pilar sobre la otra cuando el estado es muy
avanzado.
En casos muy aislados, las fisuras se manifiestan con rotura inclinada con aproximación a los
60º, en hormigones muy secos con resistencias muy altas.
El origen de los daños en pilares producidos por este esfuerzo suele ser:
MUROS
Fisuras / Rotura
Los muros han de calcularse a esfuerzo cortante. La fábrica de ladrillo rompe fácilmente por su
escasa resistencia a esta solicitación. Debido a empujes parciales se presentan fisuras en
vertical y en horizontal, cerradas y en distintos planos. Estas fisuras se deben a una sección
insuficiente para soportar el esfuerzo cortante o la aplicación de carga excesiva.
Fig. 5.- Desplazamiento de la parte superior del muro de contención ejecutado con bloques.
Cuando se trata de muros con puntera, si el axil del pilar que apoya sobre el muro es elevado y
la puntera tiene poco espesor romperá por cortante, quedando una parte del cimiento
inutilizada y la otra parte sometida a tensiones muy elevadas, lo que plantearía una situación
de alto riesgo. Si el muro es de poca altura y escasa armadura horizontal, puede producirse la
rotura con tendencia a los 45º.
Bibliografía:
Introducción
En esta segunda parte, como ya adelantamos en la ficha anterior, haremos referencia a las
técnicas de prevención y de reparación más usuales para paliar los daños que pueden
producirse debido a los esfuerzos cortantes y que ya describimos en la primera parte.
VIGAS
Las vigas se armarán adecuadamente, sin un número excesivo de barras que dificulte el
correcto vibrado así como los encuentros con el armado de los pilares, lo que daría lugar a
zonas sin hormigonar o sólo con árido fino.
Para absorber las tensiones de tracción que se originan debido a las tensiones rasantes (p.e.
en los apoyos) se puede emplear barras dobladas, también pueden doblarse las barras a
tracción 45º en el punto más conveniente y si la solicitación es importante se pueden inclinar
los estribos hasta formar un ángulo de 70º con el eje de la viga.
Las vigas planas deberán soportar el esfuerzo cortante (además del punzonamiento), los
cercos que se encuentran en el borde del voladizo no suelen trabajar a cortante, ya que están
muy alejados, por lo que en algunos casos, cuando el ancho de las vigas supera los 40 cm se
pueden duplicar transversalmente los estribos, dividiendo en tres partes la base de la misma,
de esta forma se evitan las fisuras longitudinales.
Para el paso de instalaciones, no se deben cortar barras y cercos ni disminuir las secciones
de las vigas, lo que supone una disminución de su capacidad mecánica frente a esfuerzos
cortantes a que está sometido, entre otros.
PILARES
Para evitar los daños por cortante en pilares, se deberían evitar luces de vigas
descompensadas o pilares extremos con vigas de grandes luces. Para no acentuar más el
problema debería realizarse una puesta en obra del hormigón adecuada, lo que implicaría un
correcto vibrado y la inexistencia de coqueras, y colocar los cercos necesarios.
FORJADOS
Las viguetas se deberán comprobar a cortante en las cabezas (aún más si no tienen armadura
transversal), y se realizará un hormigonado y vibrado correcto para evitar que la cara inferior
de la vigueta quede sin hormigón, reduciéndose la sección resistente, disminuyendo así la
capacidad de absorber el esfuerzo cortante a que están sometidas las cabezas de las mismas.
En caso de tener que cortar las viguetas, se hará con una sierra de disco y no a golpes, para
evitar las fisuras que disminuyen su capacidad mecánica y expone las piezas a la corrosión.
MÉNSULAS
Se emplearán estribos horizontales en las ménsulas, ya que éstas son piezas que no siguen la
ley de conservación de las secciones planas y las tracciones que se originan son
prácticamente horizontales (lo que significa que el esfuerzo cortante de la ménsula, si no
puede ser absorbido por el hormigón, será absorbido con estribos horizontales).
Las ménsulas han de repartir uniformemente las presiones en el sentido transversal, por lo que
se pueden colocar en el apoyo dos láminas de neopreno que admite cierta movilidad (o corcho
prensado, poliestireno de alta densidad...)
El armado deberá doblarse y anclarse correctamente (debe evitarse el doblado en el plano
vertical de la armadura).
coexistiendo las técnicas más tradicionales con otras más recientes que requieren unas
condiciones de ejecución y de diseño de mayor calidad (además de desconocer algunos
aspectos respecto a la forma de trabajo del conjunto, dimensiones de los elementos
empleados, etc). Se da además la ausencia de normativa que regule este aspecto de las
estructuras.
Se deberán tener en cuenta aspectos tales como la rigidez original de los elementos
reparados, en el momento de redistribuir los efectos provocados por las acciones sobre los
elementos concurrentes o próximos, para no dotarles de una rigidez superior y provocar más
daños. Este efecto puede venir ocasionado además de por el aumento de sección por las
características de los materiales que conforman la solución adoptada como refuerzo (diferente
módulo de elasticidad, fluencia del nuevo hormigón empleado en el encamisado del pilar, etc.)
ya que se puede producir una deformación diferencial que habrá que considerar.
A modo de ejemplo, enumeramos algunas posibles soluciones:
En general, la reparación conllevaría el apuntalamiento, el aumento de la sección y de la
armadura transversal (bien mediante chapas o introduciendo la armadura necesaria). Una
solución simple y segura será la de cortar las luces de trabajo introduciendo una estructura
auxiliar metálica bajo la dañada. En caso de que la zona afectada sea muy amplia una solución
puede ser la colocación de collarines metálicos en los soportes y emparrillado metálico bajo el
forjado afectado.
VIGAS
En vigas previa limpieza adecuada de las superficies, se pueden añadir chapas metálicas
laterales unidas mediante tornillos pasantes apretadas contra el alma de la sección del
hormigón o pegadas con resina epoxi (aunque, como ya hemos comentado en otras
ocasiones, la resina epoxi pierde sus características mecánicas expuesta a temperaturas
superiores a las que garantizan su correcto funcionamiento, como puede ser las producidas
por un incendio, además de requerir unas condiciones de ejecución especiales, lo que hace
que no sean apropiadas de cara al Seguro Decenal de Daños). También mediante un recrecido
de la sección con hormigón o mortero armados (cementos base portland, árido seleccionado y
aditivos, alta resistencia, gran adherencia, elevada alcalinidad, gran compacidad, retracción
nula).
Si aún no se han desarrollado las fisuras de cortante o son de escasa entidad, se puede
prescindir de las chapas metálicas de sujeción e introducir los estribos que necesite la pieza,
realizando previamente unas perforaciones verticales, rellenando luego con mortero de
reparación.
En los casos en los que los elementos a reforzar se encuentran embebidos en el espesor del
forjado y la obra se encuentra en servicio la operación es más compleja (y más molesta) al
tener que introducir los pasadores que cosan transversalmente las fisuras y grietas que se
hayan podido producir, lo que conlleva un levantamiento del pavimento y del techo.
Fig. 5 .- Refuerzos a cortante mediante pasadores metálicos y cercos transversales de forma que cosen las fisuras de cortante.
Otra solución en vigas muy deficientes para ampliar las dimensiones de la misma, puede ser la
de romper las bovedillas que están junto a la misma, colocar la armadura necesaria envuelta
por estribos y hormigonar. De esta forma aumentaremos la rigidez y la resistencia a cortante,
aunque nos aparecerá un cuelgue de unos 5 cm.
PILARES
FORJADOS
Para reforzar un forjado a cortante en las cabezas de viguetas, se macizarán de hormigón las
bovedillas próximas a las vigas, introduciendo en el hormigón, si es necesario, armaduras en
horquillas con patillas en sus extremos. Si se ha de aumentar la resistencia en un paño de
mayor longitud, se puede partir el hueco de bovedilla en contacto con la vigueta, colocar
estribos en horquillas, si es necesario, y hormigonar.
MUROS
En caso de que aparezcan lesiones en muros por cortante, se deberá aumentar la sección del
mismo, para dotarle de mayor resistencia.
Bibliografía:
Introducción
Por tanto, el punzonamiento se puede considerar como el efecto que produce un elemento
estructural de naturaleza puntual sobre su plano de apoyo, siendo el ejemplo más
representativo el encuentro de los pilares con forjados, elementos de cimentación superficial,
vigas planas, etc.
Hay que destacar el comportamiento frente a punzonamiento de los forjados reticulares y las
losas macizas, por lo que principalmente procederemos a analizar este esfuerzo en los
elementos mencionados.
En este tipo de forjados el daño se caracteriza por una rotura de la placa alrededor del pilar en
el que apoya de forma troncopiramidal o troncocónica (según el pilar sea rectangular o circular)
cuya directriz es el área cargada.
Las roturas se producen bruscamente, sin previo aviso, con consecuencias verdaderamente
trágicas, habiéndose producido numerosos hundimientos de forjados, muchas veces
originados por no poder apreciarse a tiempo la aparición de fisuras al quedar oculto por el
pavimento. Por tanto si se detecta un riesgo de punzonamiento se deberán tomar
inmediatamente medidas de apuntalamiento.
Al igual que en los forjados, en las cimentaciones se pueden producir fisuras de ancho
variable, entre los 0.3 y 0.5 mm, con un plano de rotura que sigue una forma troncopiramidal
variando el ángulo entre los 30º- 35º, pudiendo el plano no arrancar de la intersección del pilar
con la zapata, sino algo más separado.
Puede deberse a:
La presencia de huecos en las proximidades de los pilares aumenta las deformaciones de las
placas y aunque éstas tengan los cantos adecuados para las luces que disponen se
producirían daños en las tabiquerías. Estos huecos reducen la capacidad resistente de la placa
frente a los esfuerzos de punzonamiento y también de flexión, ya que disminuyen los
empotramientos y el perímetro crítico y aumentan las deformaciones.
Fig. 3.- Perímetro crítico en soportes de borde y esquina (art. 46.1 EHE)
Prevención de daños
Para prevenir los daños originados por este tipo de solicitación se ha de realizar un
planteamiento o diseño en proyecto adecuado, sin quitarle importancia a la fase de ejecución,
ya que ha de reflejar fielmente las ideas prefijadas en el proyecto, por lo que vamos a describir
algunas pautas a tener en cuenta tanto en la fase de proyecto como en la de ejecución:
Usualmente se emplean cantos en los forjados tipo losas que no necesiten armaduras de
punzonamiento en la inmensa mayoría de pilares. Se podría ejecutar con un canto
comprendido entre L/24 y L/20, siendo L la luz entre ejes de pilares.
Si no es posible, por una economía restrictiva, realizar un canto de losa que permita absorber
los esfuerzos de punzonamiento con la capacidad resistente del hormigón, se deberá cuidar al
máximo la disposición de estribos y barras inclinadas, tanto a nivel de proyecto como de
ejecución.
En caso de tener que disponer de armaduras transversales para absorber el cortante éstas
serán mediante:
• barras sueltas verticales, tienen menor eficacia que las anteriores, debiendo esmerar la
ejecución. Se recomienda utilizar al menos dos planos de armaduras verticales como
mínimo, adoptando un diseño tipo U.
• con estribos convencionales sobre pilares, aprovechando parte de la armadura de montaje
de los ábacos que suele concentrarse sobre los apoyos se puede estribar la misma para
hacer frente al punzonamiento con los estribos verticales de la misma.
• existen otros sistemas para resistir el punzonamiento, mediante conectadores unidos a una
platabanda metálica, almas metálicas con formas determinadas, etc., de diferentes casas
comerciales.
A la hora de realizar huecos para instalaciones éstos deben situarse lo más alejado posible de
los pilares. Según la EHE, artículo 46.1. para que los huecos para el paso de instalaciones no
afecten al área crítica (o perímetro crítico) se han de situar a una distancia menor o igual a 6d,
entre la cara del pilar más cercana al hueco y el lado del hueco más próximo al pilar, siendo d
el canto útil de la losa (ver fig. 6).
Fig. 6.- Perímetro crítico en soporte interior y distancia hueco-pilar.
Los pilares no penetrarán en las losas, para ello los encofrados se deberán situar por encima o
a nivel de la cara superior del pilar terminado pero nunca por debajo.
Las losas se diseñarán intentando que descansen totalmente sobre los soportes y procurando
que se consideren como interiores.
Se han de definir de forma precisa los espesores y pesos de los pavimentos, durante la fase
previa al proyecto para definir las cargas adecuadas que se incluyan en el análisis estructural.
En caso de reformas sucesivas de la vivienda o local de que se trate, se tendrá precaución a la
hora de añadir pavimento sobre pavimento (u otro tipo de cargas no contempladas), al
aumentar el peso del forjado, pudiendo llegar a sobrepasar la sobrecarga disponible en el
mismo.
En caso de emplear piezas metálicas en conexión con las losas de hormigón, se prestará
atención a las mismas, para que realice una correcta ejecución, para evitar que resulten
insuficientes o el fallo de las soldaduras.
Se emplearán perfiles metálicos tales como UPN o pletinas con rigidizadores cuya unión al
forjado se podría realizar mediante tacos y anclajes mecánicos o anclajes químicos.
Si no queremos dejar la solución vista, se pueden utilizar placas metálicas en forma de corona
que rodea al pilar, que se adhieren al hormigón mediante resina epoxi y anclajes mecánicos o
químicos. Las placas que forman los collarines que rodearán al pilar tendrán suficiente rigidez,
para aumentar el perímetro a punzonamiento, sujetándose con resina epoxi y posteriormente
con taladros. Se colocan placas en la cara superior e inferior del forjado y se pasan barras a
través del ábaco que se soldarán a éstas (rellenando el orificio con resina epoxi antes de
introducirlas, para que se adhieran al hormigón). En caso de ser necesario reforzar el ábaco en
el perímetro de la placa se pueden realizar taladros en los que se introducen estribos a los que
se doblan los extremos (pudiendo unirlos mediante soldadura) y rellenándose de mortero
epoxi.
Bibliografía:
Introducción
Continuando con los esfuerzos que pueden actuar sobre los distintos elementos estructurales
vamos a analizar el esfuerzo rasante. Las tensiones rasantes son provocadas por fuerzas que
van en dirección de las fibras y mantienen unidas las moléculas en dirección de la fibra neutra,
son iguales en módulo y de sentido contrario a las fuerzas cortantes que ya vimos en fichas
anteriores (Patologías de la Edificación 30 y 31).
A esta solicitación tangencial están sometidos elementos tales como: piezas de hormigón
prefabricadas, juntas entre hormigones diferentes, uniones ala-alma-secciones cajón, uniones
hormigón-acero (estructuras mixtas), etc.
En edificación es frecuente el uso de piezas con secciones compuestas, es decir, aquellas que
están formadas por la conexión entre parte prefabricada y parte hormigonada “in situ”, teniendo
ambos hormigones diferente edad así como distinta resistencia a los 28 días. Para que una
pieza de este tipo funcione adecuadamente ambos hormigones han de tener capacidad para
trabajar unidos. Es el caso de los forjados con piezas prefabricadas, por la unión del hormigón
de las viguetas prefabricadas y el hormigón vertido “in situ”.
Otro caso significativo se da en la unión de las vigas principales a la chapa en los sistemas de
forjados compuestos de chapa colaborante a través de los conectores fijados a tal fin, donde
es imprescindible conseguir una adherencia entre el acero y el hormigón superior al esfuerzo
rasante de solicitación.
En el caso de piezas compuestas que trabajan a flexión se forma una fisura a lo largo de la
superficie de contacto, por un deslizamiento de un plano sobre el otro, dependiendo de éstas
se considerará la resistencia a flexión la de la pieza compuesta o la de la suma de las dos
piezas simples.
Fig. 2.- Fallos de esfuerzo rasante en pieza compuesta: en el primer caso, resistencia a flexión de la pieza compuesta y en el segundo
corresponde a la suma de la resistencia de las dos piezas simples.
En elementos sometidos a flexión simple, se presentan dos tipos de unión entre el hormigón de
la pieza prefabricada y el hormigón “in situ”:
· Unión frágil, cuando no se dispone de armadura transversal o es de muy baja cuantía. La
rotura de la adherencia de los dos hormigones se presenta de forma repentina, con un
deslizamiento entre ambos muy pequeño.
En el caso de que las juntas entre hormigones no tuvieran armadura de cosido o con una
cuantía muy baja, la sección agotará su resistencia a rasante (si no existen tensiones normales
al plano de la junta) una vez rota la adhesión entre los hormigones de la junta.
Fig. 3.- Fallo por esfuerzo rasante en piezas con suficiente armadura transversal (unión dúctil).
Un ejemplo de rotura frágil son las fisuras horizontales en el extremo de la vigueta que pueden
continuar hasta el centro de la luz por el esfuerzo rasante y si no dispone de armadura
transversal que se oponga puede llegar a seccionar la vigueta.
Debido a la falta de unión entre las viguetas y el hormigón del forjado puede aparecer una
fisura con abertura constante de tabique en sentido transversal a las viguetas.
En los muros de contención donde aparecen juntas de hormigonado debido al esfuerzo rasante
se podrían producir roturas entre la unión de la puntera con el muro.
En los muros de fábrica de ladrillo también puede darse este esfuerzo, que se produciría a lo
largo de los planos de junta en aquellos muros que están sometidos a cargas verticales
reducidas y tensiones horizontales fuertes en la dirección longitudinal del muro. Se presenta en
los arranques de arcos sobre los extremos de un muro o en muros con aberturas.
En el caso de viguetas, las fisuras pueden estar provocadas por rotura en cabeza de pilar por
golpes o por que no queden unidas las viguetas con el hormigón de la capa de compresión. La
falta de compatibilidad entre vigueta y bovedilla lleva en muchas ocasiones a que el espacio
entre el alma de la vigueta y los laterales de las bovedillas sea prácticamente inexistente, lo
que conlleva a que en fase de hormigonado, el hormigón no pueda rodear a la vigueta,
quedando éstas sustentadas tan solo por la capa de compresión y no teniendo resistencia
alguna frente a esfuerzo rasante, lo que puede llegar a ocasionar el colapso del forjado.
Fig. 5.- Obstrucción del hormigón por falta de holgura entre vigueta-bovedilla
En el caso de los muros de contención, por una deficiente unión en la junta de hormigonado
entre el muro y la cimentación al actuar el empuje activo de las tierras se produce la rotura.
Prevención de Daños
Según la EFHE tanto en forjados con viguetas armadas o pretensadas, como forjados de losas
alveolares pretensadas con losa superior hormigonada en obra debe verificarse la tensión
rasante que solicita la junta entre el elemento prefabricado y el hormigón vertido en obra
(cumpliendo con la normativa, EHE).
El perímetro crítico (que delimita la superficie en contacto de los diferentes hormigones) frente
a rasante deberá comprobarse según la geometría de la pieza de aligeramiento, que es la que
lo condiciona; en el caso de las viguetas armadas o pretensadas sin armadura de conexión
éstas pueden estar engarzadas en cola de milano.
Deberá controlarse la recepción de las piezas prefabricadas, para que las superficies en
contacto estén libres de polvo y suciedad, y el estado de saturación de las superficies de
contacto.
Para evitar las roturas de los muros de carga de fábrica de ladrillo por esfuerzo rasante es
necesaria una buena adherencia entre piezas y mortero así como la aplicación de cargas
verticales que aumenten el rozamiento y por tanto dificulten el deslizamiento horizontal.
Bibliografía:
Instrucción del Hormigón Estructural. EHE
Instrucción para el proyecto y ejecución de forjados unidireccionales de hormigón estructural realizados con
elementos prefabricados. EFHE.
“Cálculo, construcción, patología y rehabilitación de forjados de edificación”. J. Calavera.
“Diagnosis y causas en patologías de la edificación ”. Manuel Muñoz Hidalgo.
Artículo Forjados (Internet). Luis Vega Catalán.
Master en Estructuras de la Edificación. Curso de Especialidad en Estructuras hormigón armado y Curso de
Especialidad en Cálculo Estructural.
34 - Daños a elementos estructurales por esfuerzo de
torsión
Introducción
La solicitación torsora (momento torsor Tx) es producida por las fuerzas paralelas a la sección
y que no cortan al eje perpendicular a ella (pares torsores, que son iguales y de sentidos
contrarios) y aquellos momentos localizados que tengan la dirección del eje perpendicular a la
sección. Los momentos torsores producen giros.
Durante muchos años se consideraba la torsión como un efecto secundario, pero a partir de los
años 60 se empezó a dar importancia y a tener en cuenta la resistencia torsional, mejorándose
los modelos de análisis de estructuras de hormigón armado, ya que se emplean elementos que
requieren rigidez torsional (puentes curvos, vigas cajón cargadas excéntricamente, losas de
escalera cargadas excéntricamente, vigas de coronación en muros pantalla...), si bien es cierto
que este esfuerzo se considera principalmente en obra civil más que en edificación.
Según la Instrucción de Hormigón Estructural EHE, art. 45.2 “una pieza trabaja a torsión pura
cuando está sometida a un momento torsor como solicitación única”, ésta situación en
edificación no existe en la realidad, ya que se da con otras solicitaciones como la flectora que
estudiaremos en próximas fichas ( art. 45.3.2 “una pieza trabaja a flexión con torsión cuando
tanto las cargas como las reacciones de apoyo no pasan por el eje de esfuerzos cortantes”).
Descripción de daños
La torsión produce fisuras a 45º que buzan en dirección opuesta en ambas caras de las vigas
(la rotura a torsión de una viga es contraria a la de cortante, la fisura toma distinta inclinación
en cada cara).
La fisuración es helicoidal.
Cuando para mantener la estabilidad del elemento es imprescindible que éste sea capaz de
soportar la torsión se le denomina “torsión de equilibrio”: los pares son necesarios para
garantizar la estabilidad de la pieza y en cuanto surge la rotura se produce la caída. Se da en
vigas donde el forjado no tiene continuidad o en voladizos solicitados excéntricamente por
cargas exteriores.
Cuando a una viga de borde o de fachada se le empotra un forjado de gran luz, tanto si es
unidireccional como bidireccional, le produce una torsión, y por tanto, un giro de la viga hacia el
interior de la edificación, manifestándose con una fisura abierta en fachada y en distintos
planos, que se van cerrando a medida que se acerca a los pilares.
Cuando se trata del último forjado y sólo existe un pretil, la fisura suele llegar hasta el pilar,
pero si existe un vuelo queda coartada.
Cuando el forjado apoya sobre un muro de carga, se produce un levantamiento de las cabezas
de las viguetas, apareciendo una fisura abierta en horizontal a lo largo de la fachada, que se
acentúan más en planta cubierta por ser menor la reacción sobre el extremo de las viguetas.
Fig. 3 .- Fisuración por torsión en nervio de borde de forjado sin vigas y en vigas de borde de escalera.
2. Brochales en vigas que les producen un momento torsor.
Cuando existen brochales o vigas de fachada con forjados de grandes luces, cuando éstos no
tienen suficiente rigidez suelen flectar, apareciendo entonces las típicas fisuras horizontales en
distinto plano de fachadas y a nivel de forjado, que se van cerrando a medida que se acercan a
los pilares.
Si la construcción es con muros de carga y viguetas, al levantarse las cabezas de las mismas
en el apoyo, aparecen fisuras en fachadas que son horizontales y abiertas en toda su longitud.
3. Vigas de extremos de voladizos donde las viguetas y el zuncho de borde que soporta el
cerramiento, le provocan una torsión.
Las vigas que sustentan los voladizos están sometidas a torsión por las viguetas que llegan
hasta ellas y sobretodo por el zuncho que termina en el extremo del voladizo y que soporta el
cerramiento. Dicho torsor será mayor cuanto mayor sea la luz del voladizo y cuanto mayor sea
la carga transmitida al flectar los voladizos superiores.
Un voladizo de una planta inferior, se encuentra sometido a mayor carga que los voladizos de
las plantas superiores. Si no está capacitado para resistir esa carga flecta, fisurándose el
cerramiento formando un “arco de descarga”. Parte del peso del cerramiento le llega a la viga
en voladizo produciéndole una torsión y un giro hacia el interior. Al romper el cerramiento, cada
lado de la fisura sobre la viga queda en distintos planos.
En caso de que la viga no tuviera la suficiente resistencia para soportar la torsión, surgiría la
siguiente fisura:
En general, las vigas, viguetas o nervios sin armadura transversal (cercos) rompen frágilmente
sin presentar en la mayoría de los casos síntomas que nos permitan tomar medidas, para
evitar su colapso, que más adelante se desarrollan.
Orígen de daños
Algunas causas por las que pueden surgir fisuras de torsión son:
Prevención de daños
El momento torsor que origina un voladizo en una viga debe ser soportado por el hormigón, la
armadura longitudinal del perímetro y los cercos (que deben estar soldados o con una mayor
longitud de anclaje).
Reparación de daños
Una solución para el refuerzo de las vigas que no tienen capacidad suficiente para absorber la
torsión a que está sometida consistirá en aumentar sus dimensiones o colocar en su perímetro
pletinas soldadas entre ellas y sujetas a la viga con resina epoxi, que envuelvan a la viga.
También se pueden añadir chapas metálicas laterales unidas mediante tornillos pasantes
apretadas contra el alma de la sección del hormigón o pegadas con resina epoxi (aunque,
como ya hemos comentado repetidamente, la resina epoxi pierde sus características
mecánicas expuesta a temperaturas superiores a las que garantizan su correcto
funcionamiento, como puede ser las producidas por un incendio, además de requerir unas
condiciones de ejecución especiales).
Existe la variante de colocar estribos en hélice, aunque hay que tener en cuenta que el sentido
de la torsión cambia de un apoyo a otro, excepto en las vigas en voladizos donde la torsión
toma un solo sentido.
Fig. 7 .- Viga con cercos de dos vueltas. Detalle de cerco de dos vueltas.
Bibliografía:
Introducción
Vamos a desarrollar esta ficha, como en otras ocasiones, en dos partes, considerando en esta
primera parte la descripción y el origen de los daños y desarrollando en la segunda los medios
de prevención y de reparación de estas patologías.
CONCEPTOS
Se dice que una sección está sometida a flexión simple cuando sobre ella actúa un momento
flector pero no un esfuerzo axil (ver ficha nº 29). Las secciones de vigas se suelen calcular a
flexión simple, ya que el axil que actúa sobre ellas es despreciable. El comportamiento de las
piezas de hormigón que están sometidas a flexión simple dependerá de la cuantía mecánica
de la armadura de tracción.
Si el esfuerzo cortante es nulo se dice además que la flexión es pura. Si el momento flector
actúa en el plano de la sección, la solicitación se llama flexión recta, si por el contrario, el
momento no está en dicho plano o no es una sección simétrica por su geometría o armaduras,
la flexión se llamará esviada.
En cambio una sección está sometida a flexión compuesta cuando sobre ella actúan un
momento flector M y un esfuerzo axil N, o lo que es lo mismo, una resultante normal
excéntrica.
En este caso, según la forma de trabajo, podemos encontrarnos con tres situaciones:
• tracción compuesta, cuando todas las fibras de la sección están sometidas a una misma
deformación de tracción o alargamiento
• flexión compuesta, si en la sección hay fibras comprimidas y otras traccionadas.
• compresión compuesta, si todas las fibras de la sección están comprimidas.
Generalmente los pilares están expuestos a flexión compuesta.
Se llama fibra neutra al lugar geométrico de todos los puntos que tienen tensión 0 (ni alarga ni
acorta pero si se deforma), contiene los centros de gravedad de todas las secciones de la
pieza (en flexión pura simétrica la fibra neutra coincide con el eje de flexión) siendo
perpendicular a las mismas. La F.N. ha de determinarse por que no se conoce, a priori, su
posición.
VIGAS
Las fisuras de flexión se inician en la armadura, progresa en vertical hacia la fibra neutra y al
final se curva hacia el interior buscando el punto de aplicación de la carga deteniéndose al
alcanzar la cabeza de compresión. Desde la aparición de las primeras fisuras hasta que se
producen los daños más severos, transcurre un período de tiempo que permite actuar sobre el
elemento.
• En el centro del vano, ésta se inicia en la zona de tracción y progresa en vertical curvándose
al alcanzar la zona de compresión (momento de mayor riesgo por proximidad a la rotura).
• Dado que el número y abertura de las fisuras depende de la cuantía de armadura nos
podemos encontrar con diferentes casos:
• Mayor porcentaje de armadura: las fisuras suelen ser varias y finas
• Cuantía excesiva: se puede producir el aplastamiento del hormigón en la zona
comprimida.
• Menor porcentaje de armadura: menos fisuras pero de mayor abertura.
• No cumple la cuantía mínima de armadura: puede partir de forma frágil: cuando se fisura
el hormigón se rompe la armadura al instante (por ejemplo, en el caso en que se dispone
de armado mínimo y se obtiene un hormigón de mayor resistencia que el previsto, ya que
la cuantía ya no sería la mínima necesaria).
• En los extremos de las vigas: las fisuras se van cerrando a medida que descienden, hasta
alcanzar la zona de compresión. Esta rotura es más peligrosa que la del vano, pues al
quedar reducida la sección al fisurarse el hormigón disminuye la resistencia a cortante. Si
además nos encontramos con vigas de borde o brochales, al tener que soportar torsiones,
se agrava el problema.
Cuando un pilar está sometido a un momento flector superior al que es capaz de resistir, parte
por flexión, siendo la fisura abierta por una cara y cerrándose a medida que se aleja de la zona
de tracción. La fisura es fina, horizontal y puede aparecer en los extremos de los pilares
(cabeza y base).
MUROS
En muros muy coartados pueden surgir fisuras con inclinación entre 45 y 60º cerca de las
esquinas, al producirse en ese punto una tracción horizontal ya que en las esquinas pasa de
trabajar en ménsula vertical a flexión horizontal.
FORJADOS
-Unidireccionales. Las fisuras son transversales en la zona central de las viguetas, y van
ascendiendo verticalmente hasta la parte superior. En el caso de viguetas en voladizo
soportando cerramientos en sus extremos, al acumularse la flecha de los voladizos superiores
en el voladizo de la primera planta se puede producir (si no se ha previsto esta solicitación) una
fisura que corta transversalmente la cara inferior de la vigueta.
En el caso de voladizos en que una zona flecta más que otra, se producen fisuras cerradas en
distintos planos que se van cerrando a medida que se acerca al apoyo.
MÉNSULAS
En el caso de las ménsulas las fisuras que aparecen son abiertas y se van cerrando a medida
que descienden.
VIGAS CENTRADORAS
Fisuras con mayor abertura en la parte superior cerrándose a medida que desciende.
A continuación exponemos, por tipología de elemento, algunos de los motivos por los cuales se
producen las patologías por flexión anteriormente comentadas:
Vigas:
Pilares:
Muros:
Forjados:
• Exceso de carga
• Armadura insuficiente
• Luz mayor a la de cálculo
• Falta de adherencia entre el hormigón “in situ” y las viguetas
• Puede surgir por colocar sopandas al mismo nivel cuando las viguetas tienen contraflechas
En el caso de voladizos:
Ménsulas:
• Armadura insuficiente
• Longitud de anclaje escasa o mal situada
• Carga excesiva
Vigas centradoras:
• Presencia de terrenos expansivos, que producen empujes provocando una flexión en la viga
• No aplicar medidas protectoras frente a la expansividad
Bibliografía:
“Diagnosis y causas en patología de la edificación”. Manuel Muñoz Hidalgo.
“Hormigón armado “ Montoya-Meseguer-Morán
36- Daños a elementos estructurales por esfuerzo de
flexión (2ª parte:)
Introducción
En esta segunda ficha sobre la flexión, y como ya adelantamos en la ficha anterior, vamos a
tratar las técnicas de prevención y de reparación más empleadas para evitar los daños que
pueden producirse debido a este esfuerzo, que ya describimos en la primera ficha, según
elemento constructivo.
Respecto a la prevención vamos a desarrollar algunos aspectos a tener en cuenta en las fases
de diseño y ejecución de las estructuras, para intentar paliar en la medida de lo posible los
daños debido a esta solicitación. En cuanto a las técnicas de reparación, haremos referencia a
algunas soluciones, consideradas más habituales, debido a la amplia casuística existente.
Prevención de daños
VIGAS.- Para evitar la rotura frágil en vigas (u otros elementos sometidos a flexión simple o
compuesta), la armadura longitudinal debe ser capaz de absorber un esfuerzo de tracción no
menor que el de tracción desarrollado por el hormigón sólo, en el momento que se produce la
fisuración. Deberá disponerse la armadura superior e inferior (de negativos y positivos) según
los diagramas de momentos obtenidos en base a los cálculos que tienen en cuenta las cargas
a que está sometida la estructura.
PILARES.- Distribución lógica y con tendencia a la uniformidad, es decir, que forme una malla
lo más cuadrada posible, con luces que no difieran de la contigua en 1/5 de la luz menor. Los
pilares se calcularán a flexión esviada.
FORJADOS.- Para unidireccionales se debe evitar las grandes luces (inferiores a 7 m). Se
deberá colocar armadura de reparto en la capa de compresión así como emplear armadura de
negativos sobre viguetas (cuidando la ejecución, para que éste no caiga durante el
hormigonado y vibrado).
VOLADIZOS.- Necesitan siempre armadura para soportar los momentos, sobre todo en el
caso de voladizos pequeños (ya que éstos se pueden hundir al entrar en servicio la estructura,
pues los grandes voladizos sin armadura partirían al realizar el despuntalado y desencofrado).
Deberán conectarse los negativos a la armadura de la viga, para evitar su caída durante el
hormigonado y el vibrado.
En vuelos inferiores a 1.20 m las viguetas deben estar totalmente enfrentadas con las del
forjado, siendo mejor cuando se consigue continuidad. En el extremo del voladizo llevará como
mínimo un zuncho de borde que ate las cabezas de las viguetas (éste suele estar formado por
2 barras de diámetro 12, con un ancho de 10 cm y el canto del forjado). En la unión de las
viguetas del vano con la viga se maciza con hormigón o se colocan bovedillas rebajadas.
Para voladizos con luz superior a 1.2 m o en el caso del voladizo de la primera planta donde se
acumulan parte de las cargas de los voladizos superiores se deberían colocar viguetas
pareadas.
En caso de necesitar mayor rigidez se pueden macizar las calles de bovedillas
alternativamente; si los momentos son elevados, suele ser necesario colocar en el vano
contiguo al voladizo viguetas pareadas también.
Un muro aislado necesitará armadura en la cara superior del talón para soportar los momentos
que origina el empuje de las tierras. Si más adelante se le coloca un pilar, también necesitará
armadura en la base de la cimentación y aumentarán las tensiones del terreno bajo la
cimentación. Además de esta armadura el muro necesita también armadura longitudinal.
Fig. 1 .- Diagramas (en alzado, planta y sección) de momentos y armaduras de muro contención.
VIGAS CENTRADORAS.- Las vigas de rigidez que unen zapatas necesitan armadura en la
cara superior para absorber los momentos a que están sometidas. Pero si tenemos muros de
contención aislados con vigas centradoras en su cimentación, la armadura de éstas es
necesaria en su cara inferior.
Reparación de daños
Como ya comentamos en fichas anteriores (ver ficha 31) se deberá analizar la capacidad
resistente de la estructura para plantear la intervención más adecuada y considerar el tipo de
refuerzo más idóneo para el elemento y su patología. Debido al alto coste que presentan estas
operaciones se ha de realizar un estudio lo más detallado posible.
Podemos distinguir entre refuerzos activos, aquellos de los cuales depende la estabilidad del
elemento ya que se introducen acciones en éstos mientras se encuentran en carga y los
refuerzos pasivos, que trabajan conjuntamente con el elemento dañado mejorando sus
características resistentes y entran en carga cuando la estructura continúa deformándose tras
su ejecución (de este tipo suelen ser mediante elementos metálicos o recrecidos de hormigón,
envolviendo o no armaduras).
Existen multitud de técnicas de reparación, combinándose técnicas tradicionales con otras más
modernas. Así tenemos: bandas de acero encoladas, con hormigón proyectado, o mediante
fibra de carbono, los cuales requieren unas condiciones de ejecución y de diseño de mayor
calidad en cuanto a condiciones de aplicación, etc (sumándose además la ausencia de
normativa que regula este aspecto de las estructuras)
VIGAS
• También se puede colocar un perfil metálico sujeto a la viga mediante conectores, formando
una viga mixta.
• En el caso de vanos extremos puede aumentarse la rigidez de los pilares, con lo cual se
estaría reforzando directamente la armadura.
• Una solución que se puede realizar para el caso de vigas que quedan en el interior de las
edificaciones, es mediante la rotura de bovedillas que están en contacto con la viga para
ampliar las dimensiones de ésta, colocando la armadura necesaria envuelta por estribos y
hormigonar. De esta forma se aumenta la rigidez y también la resistencia a cortante de la
viga, pero el inconveniente que surge es la aparición de un cuelgue de unos 5 cm.
Fig. 3 .- Refuerzo de hormigón en viga que puede incorporar armadura.
• Otra solución posible sería la de apoyar la viga de hormigón en perfiles metálicos, unidos a
collarines que se colocan sujetos con perno en las cabezas de pilares. Se puede mejorar el
sistema colocando al perfil metálico conectores unidos al hormigón con mortero expansivo
de forma que se obtiene una viga mixta, consiguiendo mayor resistencia y rigidez.
• Si la viga tiene dimensiones pequeñas en relación con la armadura que necesita, se puede
apuntalar y romper las bovedillas de los laterales de la viga, picar la viga en su parte
superior, se coloca la armadura necesaria y sobre éstas estribos en U con patillas y se
hormigona sobre la viga y la zona de las bovedillas en los laterales de la viga.
• Por la falta de patillas en vigas extremas, podemos realizar las siguientes soluciones:
Vigas metálicas
PILARES
En caso de que aparezcan las fisuras comentadas debido a la flexión, si éstas se encuentran
estabilizadas y no aparecen ni se detectan daños en otros elementos y la zona comprimida de
las secciones fisuradas se encuentra intacta, podemos limitarnos a inyectar las fisuras
sellándolas y mantenerlas en observación durante un año con el objeto de asegurarnos que se
zanja el problema. Si las fisuras progresan y se ven síntomas de que el hormigón a compresión
comienza a fisurarse, se apeará y se procederá a reforzar el pilar de alguna de las siguientes
maneras, entre otras, y una vez se hayan evaluado los momentos que pueden estar solicitando
al pilar:
• Mediante un encamisado metálico
• Por medio de un encamisado de hormigón
Estos sistemas se basan en unos elementos verticales que resisten la carga vertical y unos
elementos de atado o zunchado transversalmente que transfiere la carga a los elementos
verticales y confinan el hormigón, lo que se traduce en un aumento de la resistencia del
hormigón y un aumento del módulo de elasticidad lo que proporciona mayor plasticidad al
hormigón.
El encamisado metálico consiste en colocar unos angulares en sus esquinas zunchados contra
el pilar mediante presillas transversales, también se puede zunchar transversalmente mediante
un tubo metálico, en el caso de pilares circulares.
Bibliografía:
Introducción
Las patologías en elementos estructurales suelen llevar consigo daños en los elementos no
estructurales que conforman el conjunto constructivo.
Las lesiones que vamos a tratar en esta ficha son las que surgirían principalmente en
cerramientos y tabiquería debido a las solicitaciones a las que están sometidos los elementos
estructurales de hormigón armado, que hemos estudiado en las fichas anteriores, debido a sus
deformaciones. De esta forma completaremos la monografía dedicada a los esfuerzos o
solicitaciones en cuanto a su afección a los distintos elementos constructivos.
Vamos a tratar principalmente las deformaciones por flexión (flecha), aunque también pueden
darse deformaciones en piezas sometidas a compresión excéntrica, a cortante (las flechas
suelen ser despreciables, pero en vigas cortas sometidas a tensiones tangenciales elevadas,
por ejemplo, pueden llegar a tener una magnitud del mismo orden que las originadas por la
flexión), a compresión simple o giros por torsión.
Podemos definir la flecha como la deformación de una viga, un arco u otro elemento análogo,
perpendicularmente a su eje, por efecto de la carga, peso propio u otras causas. Puede ser
diferida, instantánea, activa, total, etc.
También se pueden producir deformaciones por otras causas (distintas a las solicitaciones a
que están sometidos los elementos por las cargas externas) como las de origen térmico, por
retracciones, por asientos, etc, que trataremos en fichas posteriores.
En caso de que la tabiquería apoye en vigas que flectan, al estar adherida la tabiquería al
forjado y flectar la viga inferior, la fisura será horizontal, cerrándose en los extremos.
Fig. 1.- Daños por la incapacidad de la tabiquería para asumir las deformaciones de la estructura.
Si la tabiquería apoya en brochales que flectan, la fisura sería abierta cerrándose a medida que
se alejara del centro de la luz de la viga. El tabique que apoya sobre la viga que embrochala
rompería con fisuras inclinadas descendiendo a medida que se aleja del brochal.
Si en cambio las particiones interiores apoyan en viguetas, si éstas flectaran, la fisura tendría
una abertura constante en sentido transversal a las viguetas.
Cuando las viguetas tienen cambios bruscos de rigidez, al ser de luces diferentes, podrían
aparecer fisuras cerradas en distintos planos, a lo largo de toda la vigueta, sin llegar a los
apoyos.
En el caso de los cerramientos, si éstos tienen rigidez suficiente y están muy adheridos al
forjado inferior, con el exceso de flexión aparecería una fisura horizontal abierta, cerrándose a
medida que se aleja del centro de la luz (fig. 1, vano A). Si flecta el forjado y la viga tiene
insuficiente rigidez surgiría una fisura entre ambos elementos, quedando una abertura entre la
viga y el cerramiento.
Cuando el cerramiento sigue la flexión del forjado, aparecen fisuras seccionando la fábrica.
Si el cerramiento está adherido a los pilares podrían aparecer fisuras inclinadas que irían del
centro del tabique a la unión entre ambos elementos así como una fisura vertical en el centro
del vano, abierta en su parte inferior en la unión del cerramiento con el forjado (fig. 1, vano B).
Si existieran huecos las fisuras serían iguales a las inclinadas anteriores (fig 1, vano C).
Si tenemos un forjado de gran luz que empotra en una viga de borde o de fachada éste hace
que la viga gire hacia el interior de la edificación, se manifestaría con una fisura abierta en
fachada y en distintos planos que se va cerrando a medida que se acerca a los pilares.
Si el forjado apoya sobre muro de carga se deforma con levantamiento de las cabezas de las
viguetas, apareciendo una fisura abierta en horizontal a lo largo de la fachada.
Este tipo de fisuras se da principalmente en plantas de sótano o plantas bajas diáfanas, ya que
en planta baja se reciben todas las cargas transmitidas, por lo que su forjado es el más
solicitado; si la parte inferior es diáfana, nada se opone a su deformación:
En el caso de los sótanos diáfanos, si los cerramientos y tabiques de la planta superior (planta
baja) están muy adheridos al forjado inferior la fisura suele ser horizontal abierta, cerrándose a
medida que se aleja del centro de la luz.
Los tabiques de planta baja sobre soleras, que estén retacados en su parte superior con el
forjado primero, reciben las cargas de las plantas superiores. Si son de poca altura partirían
con fisuras finas y verticales por aplastamiento, pero si fuera muy alto la rotura surgiría por
pandeo con fisuras horizontales abiertas por una cara y cerradas por la otra.
Fig. 3.- Fisuras en tabiques de planta baja (poca altura y esbelto).
Fisuración o rotura de tabiques, ventanales, etc sobre los cuales apoyan elementos
estructurales.
En el caso de flecha negativa en vigas, que podría darse por ejemplo en pórticos de 3 vanos
donde la viga interior es de luz pequeña y las de los vanos contiguos poseen luces muy
grandes, al elevarse ésta, las fisuras que aparecerían en los tabiques serían verticales debido
al aplastamiento que se produciría en el tabique si éste está muy retacado con el forjado
superior.
Fisuras en voladizos.
En caso de vigas en voladizos inferiores, cuando el cerramiento está muy adherido al pilar y
flecta también el forjado superior, la fisura sería a 45º cortando la fábrica. Si el mortero tuviera
menor resistencia o adherencia que el ladrillo se marcarían las llagas en la fábrica.
La flecha de viguetas de voladizo que soportan cerramientos en sus extremos ocasiona fisuras
en fachada con abertura constante en toda su longitud, en el sentido del vuelo, cerrándose al
aproximarse al pilar.
Fig.- 5. Fisura en voladizo de viguetas.
Bibliografía:
“Hormigón armado”. Montoya-Meseguer-Morán
“Diagnosis y causas en patología de la edificación”. Manuel Muñoz Hidalgo.
“Prevención y soluciones en patología estructural de la edificación”. Manuel Muñoz Hidalgo.
“Patología de la edificación. El lenguaje de las grietas.” Francisco Serrano Alcudia
38 - Daños en elementos no estructurales
(Parte II)
Introducción
En la primera parte analizamos los daños en los elementos no estructurales por deformaciones
debidas a la flexión de los elementos estructurales, es decir, debido a la flecha de vigas y
forjados; en esta segunda parte vamos a tratar los medios de prevención para evitar o reducir
esos daños y comentaremos algunos métodos para el análisis de las fisuras y proceder así a
su reparación.
DEFINICIONES
Como ya indicamos en la ficha anterior la flecha es la deformación de una viga, un arco u otro
elemento análogo, perpendicularmente a su eje, por efecto de la carga, peso propio u otras
causas. Distinguiremos las siguientes flechas:
Flecha instantánea: la que se produce por la actuación de la carga total.
Flecha diferida: la debida a los efectos de la retracción y la fluencia
Flecha total a plazo infinito: la suma de la flecha instantánea y la diferida
Flecha activa: la flecha total a plazo infinito menos la existente en el momento en que se construye un
elemento vinculado al elemento estructural (tabique, ventanal, etc.).
Prevención de daños
Para evitar las fisuraciones en cerramientos y tabiques se deberían tener en cuenta diferentes
aspectos tales como:
• limitar las flechas, según la “Instrucción de Hormigón Estructural (EHE)”: (donde L es la luz
del vano medido a ejes de pilares o elementos sustentantes)
• en caso de vigas o forjados de grandes luces se debe ejecutar primero la solería del piso
superior y posteriormente la tabiquería de esa planta sin retacar con el forjado superior
hasta que éste no haya sufrido la deformación pertinente (también en voladizos y
principalmente en aquellos que son grandes)
• en forjados, colocación de viguetas pareadas y dotar a las vigas y/o viguetas de suficiente
rigidez
• descimbrado en tiempo adecuado para permitir que a la entrada en carga de las vigas no se
originen mayores deformaciones de las previstas
• para aquellas vigas paralelas que tengan luces y dimensiones iguales, deberían recibir las
mismas cargas, para que se unificaran las deformaciones y se produjeran así flechas
similares
• en las vigas la armadura en la zona de tracción deberá ser la que ha salido por cálculo (o
superior), para reducir la flecha además se colocará armadura de montaje en la zona de
compresión, así al reducirse la fluencia del hormigón en esa zona se reduce la flecha
diferida.
• para voladizos de más de 1,20 m o voladizos de planta baja donde se acumulan cargas de
voladizos superiores, sería conveniente colocar viguetas pareadas, para darle mayor rigidez
y reducir flecha
• las viguetas de voladizo deben estar enfrentadas con las de forjado, para conseguir la
mayor continuidad posible y se ejecutará un zuncho de borde que ate las cabezas de las
viguetas y armadura de reparto en la capa de compresión
Generalmente las fisuras que tienen una anchura inferior a los 2 mm no necesitan reparación
ya que ésta resultaría compleja, al ser tan pequeña su anchura. Pero hemos de destacar que
antes de reparar las fisuras es necesario conocer la causa que la produjo para descartar que
vuelva a aparecer.
Una vez se haya estudiado el origen de esas fisuras y se hayan tomado las medidas oportunas
para evitar que se produzcan de nuevo (tal y como hemos expuesto en este mismo apartado
en cada una de las fichas publicadas sobre las solicitaciones a que pueden estar sometidos los
diferentes elementos estructurales) se procedería al análisis de las mismas.
Habrá que conocer si la fisura está viva, es decir, si hay variación de su anchura y longitud con
el paso del tiempo o por el contrario está completamente estabilizada. Para ello se pueden
emplear diferentes técnicas:
• marcando el extremo de la fisura con una cruz para comprobar si aumenta de longitud
• introducir una aguja en la hendidura, si cae es que se ha ensanchado
• colocar un testigo, normalmente de yeso, de unos 2-3 mm de espesor
• colocar dos plaquitas de metal fijas a ambos lados de la fisura, que tiene un rehundido
central en forma de media esfera donde se encaja un elongámetro, el cual va apreciar las
centésimas de milímetro. De esta forma se hace un seguimiento en el tiempo de la
evolución de la fisura.
Para medir la anchura de las fisuras se emplean escalas sobre cartulina plastificada
(fisurómetros). Una vez realizado el estudio correspondiente y tomadas las medidas correctivas
oportunas, en caso de ser necesario reparar podemos optar por diferentes soluciones, que no
deben realizarse con un simple mortero de cemento, ya que podría fisurarse también y
despegarse.
Ya que se han de paliar los daños interviniendo en el origen, en los elementos estructurales,
habría que remitirse a las soluciones aportadas en las anteriores fichas (recalce, refuerzo de
vigas, pilares, forjados, etc) pero a continuación vamos a comentar una reparación o
intervención para el caso de fisuras en cerramientos sobre vigas en voladizo que no ha
aparecido en fichas anteriores:
La solución consistiría en colocar unas placas en la viga y en el pilar, sujetas con unos pernos
y soldando a las mismas un perfil doble T de forma que actúe de tirante, quedando además
oculto en el interior del cerramiento.
Fig 2.- Reparación oculta en el cerramiento.
Bibliografía:
Introducción
Para terminar con los daños que aparecen en los elementos no estructurales, consideraremos
en la presente ficha de manera general las otras deformaciones extrínsecas (ya hemos visto
los esfuerzos por acción de las cargas), como son los esfuerzos indirectos causados por otras
acciones externas tales como:
De esta forma completaremos la monografía en cuanto a esfuerzos externos a los que están
sometidos los elementos estructurales y, por ende, los vinculados a ellos.
No vamos a tratar aquí las deformaciones intrínsecas o aquellas que se producen por
movimientos en el interior del material, como la retracción plástica -fisuras de afogarado-,
asentamiento plástico o retracción hidráulica del hormigón.
El asiento diferencial o los empujes del terreno, puede provocar una redistribución de
esfuerzos y modificar la forma de trabajo de los elementos afectados.
Cuando se produce un asiento, al descender un pilar éste arrastra al tabique, el pilar que
menos asienta trata de impedir el descenso del mismo y de esta forma se crea un momento
por lo que aparecen esfuerzos tangenciales en la parte superior e inferior del tabique para
equilibrarle. Se generan en el tabique esfuerzos de tracción y compresión a 45º, de ahí que las
grietas tengan esa inclinación. Ya que el tabique está formado por ladrillos y juntas de mortero
de resistencia inferior, las fisuras quedarían en forma de escalera al partir por la junta.
En el encuentro entre tabique con viga, por asiento diferencial de la cimentación podrían
aparecer fisuras cortas y a 45º, pues la resistencia a cortante entre ambos no es suficiente
para absorber las tensiones tangenciales que se generan por dicho asiento. A medida que el
asiento aumenta los esfuerzos tangenciales también lo hacen por lo que se produce un
deslizamiento entre tabique y viga, apareciendo dichas fisuras.
En otros casos, podría aparecer una única grieta en el techo, marcando el límite inferior de la
viga, con algún ramal inclinado. También pueden aparecer este tipo de grietas en posición
vertical en los encuentros de tabiques y pilares o en el encuentro entre tabiques
perpendiculares.
Por elevación de una o dos zapatas se pueden producir grietas inclinadas en los cerramientos
que se alejan de forma ascendente desde la/s zapata/s que se ha/n elevado.
Por el asiento de una o dos zapatas podemos encontrarnos grietas inclinadas en los
cerramientos que se alejan de forma descendente desde la/las zapata/s que ha/n asentado.
Por el asiento y giro de una esquina de una cimentación pueden aparecer grietas abiertas en
distintos planos del muro de fábrica.
El asiento de un cimiento puede provocar en los muros grietas a 45º más abiertas por la parte
superior que se van cerrando a medida que se aleja de la zona de mayor asiento.
El giro de un cimiento provocaría fisuras abiertas en la parte alta del muro que se iría cerrando
a medida que desciende. También podrían aparecer fisuras horizontales en la fachada y
verticales en la unión del tabique con la misma al separarse de ella. Estos daños aparecen
también cuando el cerramiento es pasante y se apoya directamente en el zuncho de la
cimentación, debido al pandeo que sufre la fábrica por la acumulación de cargas, que hace que
se desconecte de la viga de cada forjado.
Las fisuras verticales en los encuentros fábrica-pilar de esquina son muy frecuentes, al
producirse la dilatación de la estructura, que los aplacados sobre el pilar no pueden asumir, por
lo que parte por la zona más débil.
En el caso de las solerías de cubiertas planas podemos encontrarnos con petos salientes y en
consecuencia, fisuras cerradas en la línea de forjado, al ser empujados al exterior por
dilatación de la solería y el relleno, que se colocan a tope con el peto.
Fig. 3.- Fisura por empuje de la cubierta al peto, donde puede verse el desplazamiento de la parte superior.
Al ejecutar una cubierta sobre un forjado y no dejar huecos de ventilación o no ser suficientes,
debido a las altas temperaturas que puede llegar a alcanzarse en el interior pueden aparecer
fisuras en distintos planos que siguen el contorno de los distintos elementos constructivos, al
dilatarse el forjado. Pueden aparecer también fisuras en falsos techos, en caso de disponer de
cubiertas de fibrocemento, al calentarse éstas.
Las deformaciones por fluencia vertical debido al acortamiento del hormigón se representan
mediante fisuras generalmente verticales, de escasa abertura, y que se localizan en el plano
superior del elemento. Estas fisuras sólo se producen en edificios de gran altura que es donde
se producen las deformaciones diferenciales de fluencia. En las plantas más altas se producen
las fisuras de mayor magnitud disminuyendo a medida que descendemos a plantas inferiores.
• Daños en la cimentación tales como asientos o giros de las zapatas y empujes del terreno
que producen una redistribución de esfuerzos o hacen trabajar a otros elementos
constructivos en condiciones diferentes a las consideradas en el cálculo y para las cuales
han sido diseñados:
• Presión excesiva o reblandecimiento sobre el terreno, rotura en las redes, desecación del
terreno, falta de apoyo del cimiento por una corriente de agua.
• Por un asiento de mayor magnitud en una cimentación, una excavación más profunda en un
solar medianero o la excavación de zanjas profundas para instalaciones.
• En las azoteas se suelen producir los daños anteriores por colocar a tope la solería y el
relleno con el peto de las mismas. Al estar sometidas a los cambios de temperatura (zonas
calurosas o sometidas a una prolongada exposición solar, por lo que también puede pasar
en las terrazas) los petos son empujados al exterior.
• situación del elemento dentro del propio edificio, ya que los elementos de cubierta estarán
expuestos a temperaturas elevadas
• tipo de material, el acero acusa más los cambios de temperatura que el hormigón
Tanto en los cerramientos como en la estructura, se realizará el estudio y diseño de las juntas
de dilatación necesarias considerando las distancias adecuadas (ver ficha de patología nº 27).
Otra posible solución sería la de pasar medio pie de fábrica de ladrillo por delante del pilar
introduciendo un redondo de diámetro 6 mm cada 4 ó 5 hiladas y colocar una lámina de
porexpan entre cerramiento y pilar.
Para evitar los empujes de los elementos que conforman la azotea en los petos de la misma se
introduce una junta de poliestireno expandido en todo el contorno de la misma (espesor > 3
cm) de manera que absorba los movimientos y/o ejecutar los petos de azotea con dos hojas de
medio pie con cámara intermedia.
Fig. 4.- Solución para evitar empujes de la azotea en el peto.
Reparación de daños
Las actuaciones a llevar a cabo por fallos en el terreno de apoyo de las cimentaciones suelen
ser complejas y de elevado coste, siendo principalmente recalces mediante bataches,
micropilotes o zunchados horizontales y refuerzos en la estructura.
En los casos de los cerramientos de fábrica de ladrillo afectados por los movimientos por
dilatación térmica de la estructura se suelen realizar los apeos oportunos, retirar las piezas
dañadas para su sustitución y anclar angulares a lo largo de la viga o por zonas, o placas de
acero sujetas a la viga mediante conectores o spirrots con resina epoxi, para que apoye el
cerramiento, realizando la reparación desde las plantas superiores a las inferiores.
Bibliografía:
“Hormigón armado”. Montoya-Meseguer-Morán.
“Diagnosis y causas en patología de la edificación”. Manuel Muñoz Hidalgo.
“Prevención y soluciones en patología estructural de la edificación”. Manuel Muñoz Hidalgo.
“Patología de la edificación. El lenguaje de las grietas”. Francisco Serrano Alcudia.
Artículo revista BIA “El lenguaje de las fisuras”. Ismael Sirvent Casanova.
40 - Patologías por defectos de
ejecución
Introducción
Diversos estudios llevados a cabo por diferentes entidades del sector de la edificación,
considerando como factor de estudio los problemas que surgen en los edificios, concluyen con
que dichos daños se deben en mayor medida a defectos durante las fases de proyecto y
ejecución.
La principal causa de los daños por una ejecución defectuosa podría ser la falta de
cualificación del personal que interviene en la fase de construcción, por desconocimiento,
negligencia, etc., así como la falta de control y supervisión por parte de la dirección de obra. La
escasez de mano de obra especializada y el cumplimiento de plazos demasiado exigentes, son
otros factores que afectan de forma negativa en el resultado final de las obras, con
consecuencias, en ocasiones, graves.
Desde el ámbito del Seguro Decenal de Daños, y como dato orientativo, en el gráfico adjunto
se reflejan las causas por las cuales se han producido daños, tomando como base el total de
reclamaciones recibidas (sin considerar si los riesgos tienen o no cobertura, y sin especificar si
los daños se debían a defectos de proyecto, ejecución, materiales o uso).
Un estudio realizado por el “Grupo Español del Hormigón” (G.E.H.O.) en el cual se hacía un
análisis estadístico según diferentes parámetros (como tipo de estructura, forma de
manifestación, tipo, causa y naturaleza del daño, etc) y que recogía más de 800 casos, indica
los porcentajes obtenidos en los diferentes elementos donde se localizan los daños.
Descripción y Origen de los daños
• Errores de replanteo
• Modificaciones del proyecto
• Incumplimiento de normativa
• Falta de definición del proyecto
• Modificaciones en los materiales
A continuación analizamos los daños por una ejecución deficiente, que pueden afectar a la
estabilidad o a las impermeabilizaciones (bien sean de fachadas o de cubiertas). Para un mejor
entendimiento los agruparemos según las fases de construcción:
1. Replanteo.
• Pilares en posición incorrecta. Puede ser que se coloquen los pilares “girados” o se coloque
la armadura en las caras opuestas al diseño. Conllevaría una modificación de las inercias y
de los diagramas de momentos. El pilar tendría una resistencia inferior a la prevista.
• Falta de alineación vertical. Genera excentricidades no contempladas en proyecto. También
pueden darse cuando la posición del pilar queda fuera del baricentro del encepado del que
arranca.
• Armadura de espera de los pilares insuficiente: de esta forma no se ancla el pilar con el
forjado y la armadura se desliza en el hormigón, apareciendo una fisura en el encuentro
viga-pilar y disminuyendo la capacidad mecánica de la sección. El corte de la armadura en
pilares extremos expondría a éstas a la corrosión.
• Doblado de armadura en espera posterior al hormigonado. En pilares de sección variable
por plantas, cuando se va a hormigonar la viga, una vez se ha hormigonado el pilar, suelen
doblarse las barras pudiendo partir las esquinas del pilar, disminuyendo el recubrimiento,
por lo que puede afectarles la corrosión.
• Exceso o insuficiente recubrimiento de armadura de pilares o vigas. En caso de ser excesivo
el recubrimiento, el hormigón sufrirá mayores retracciones, pudiendo llegar, en ocasiones, a
romper el hormigón, penetrando agua y/o humedad e iniciar la corrosión de la armadura. La
falta de recubrimiento expone a la armadura a la acción de los agentes agresivos del
ambiente, al agua, etc.
• Recrecido en cabeza de pilares, en aquellos que tienen una altura inferior a la de proyecto.
Si no se hace de forma adecuada el recrecido provocará fisuras en diagonal en los
cerramientos de las plantas superiores.
• Omisión de separadores en vigas o viguetas. Al no colocarse calzos para separar la
armadura del encofrado se disminuye la adherencia del hormigón con el acero además de
exponer a éste a la corrosión.
3. Hormigonado / Soldadura.
4. Ejecución de cerramientos.
• Apoyo insuficiente en el forjado. El apoyo adecuado ronda generalmente los 2e/3 (siendo “e”
el espesor del ladrillo).
• Chapado de pilares inadecuado. La falta de adherencia entre las plaquetas y el forjado
puede provocar el desprendimiento de estos elementos.
• Falta de anclaje. Si el cerramiento y la estructura no están anclados en determinados
puntos, la fachada puede pandear y en consecuencia fisurarse e incluso llegar a
desprenderse.
5.Ejecución de cubiertas.
Prevención de Daños
Parece obvio decir que para evitar estos daños lo correcto es que su ejecución sea cuidada,
aunque se han de poner los medios necesarios para evitar improvisaciones de última hora:
• En el caso de pilares con secciones variables por planta, las barras deberán doblarse antes
del hormigonado del pilar.
• Cumplimiento de la normativa EHE, tanto para los recubrimientos mínimos, como de las
longitudes de anclaje y empalmes de armadura. Las armaduras en espera deben tener una
longitud suficiente para solapar con la armadura del pilar superior o anclar en el forjado.
• Recrecido de pilares mediante hormigón, y no con otros materiales, que sea igual al del pilar
con una puesta en obra cuidada (fluidez del hormigón...)
• Empleo de separadores y calzos, para garantizar el recubrimiento correcto.
• Realizar patillas en los extremos de la armadura superior de las vigas y hacerlo de forma
adecuada según el elemento que se trate (en vigas planas).
• Separación de cercos y armaduras según cálculo. Correcta organización de las armaduras,
que permita el paso del hormigón, adaptando la dosificación del hormigón a la densidad del
armado. Cumplimiento de la normativa EHE
• Cuando se realiza un aumento de las dimensiones de los pilares, por considerar que el pilar
no tiene resistencia suficiente o para dotarle de una carga superior a la prevista, al darle
mayor rigidez se deberá recalcular la armadura de nuevo.
2. Hormigonado / Soldadura.
• Se dispondrán las medidas necesarias para garantizar la estabilidad de las fachadas: apoyo
suficiente de la fábrica exterior en forjados, rigidez transversal de la misma, chapado de
pilares adecuado, colocación de flejes para el anclaje del pilar con el cerramiento aunque
considerando la independencia de ambos elementos para evitar movimientos por
dilataciones térmicas, etc.
• Tabiquería retacada en la parte superior con el forjado con materiales que no sean
excesivamente rígidos.
4. Ejecución de cubiertas.
• Se seguirán las indicaciones dadas por el proyecto para pendientes, solapes de los
elementos que conforman el material de cubrición, etc, cuidándose la ejecución en los
puntos singulares tales como cumbreras, limatesas, bordes libres, vuelos, fijaciones,
encuentros con paramentos verticales, con sumideros, etc.
• Cumplimiento de la normativa en vigor que corresponda (NBE QB-90 para cubiertas con
materiales bituminosos).
5. Instalaciones.
Reparación de Daños
Las reparaciones pueden ir desde sustituciones o refuerzos puntuales, cuando los elementos
afectados son aislados, hasta la necesidad de estudios pormenorizados y reparaciones muy
costosas o demolición de elementos, por su importancia e influencia en la totalidad de la
estructura.
Bibliografía:
- “Tecnología y terapéutica del hormigón armado (parte 1ª)”. Ismael Sirvent Casanova.
- “Diagnosis y causas en patología de la edificación”. Manuel Muñoz Hidalgo.
- “Prevención y soluciones en patología estructural de la edificación”. Manuel Muñoz Hidalgo.
- “La construcción en las estructuras”. Juan Manuel del Río Zuloaga.
- “Procesos patológicos frecuentes en la edificación”. Instituto de Ciencias de las Construcción Eduardo Torroja.
41 - Deslizamiento del
terreno
Introducción
Vamos a comenzar una nueva etapa en la redacción de las fichas de patología, enfocándolas a
supuestos prácticos que ponen de manifiesto patologías tratadas de forma general en fichas
anteriores.
En esta ficha trataremos los problemas que puede presentar una edificación ubicada en ladera
con una pendiente pronunciada. El caso que vamos a exponer trata de una vivienda unifamiliar
situada en una parcela con pendiente del terreno superior al 15% y cuyo perfil litológico está
compuesto por unos depósitos coluviales a los que le sigue un estrato rocoso.
ANTECEDENTES
El perfil litológico del terreno de influencia de la parcela donde se ubicaba la vivienda estaba
compuesto por:
• con una profundidad máxima de unos 2.5 m, aparecían depósitos coluviales, formados por
arcillas de baja plasticidad y arenas limosas, que son suelos formados por alteración del
sustrato rocoso (materiales paleozoicos y terciarios) que son transportados por gravedad,
favorecido por la pendiente natural del terreno. En este caso el coluvión proviene de la
meteorización superficial de materiales de naturaleza litológica arcillo-arenosa y con ciertos
horizontes de areniscas y calizas; presentaba un bajo grado de cementación debido a
fenómenos de disolución y precipitación por medio de las aguas superficiales.
• sustrato rocoso, a partir de los 2.5 m, aproximadamente, formado por calizas y arenisca.
No se localizó nivel freático, según el estudio geotécnico. Este tipo de terreno puede dar origen
a una intensa circulación de aguas superficiales y/o subterráneas, indicándose en este caso,
que el drenaje se realizaba fundamentalmente por escorrentía superficial.
• El terreno quedaría afectado por grietas debido al deslizamiento (también las calzadas o
carreteras) pudiendo llegar a producirse la rotura y el hundimiento del mismo.
• La edificación se vería afectada por posibles asientos en la cimentación, que provocaría
elevados momentos en pilares y vigas. Debido al corrimiento de las tierras los pilares se
verían sometidos a elevados momentos y cortantes y las soleras se agrietarían. En los
cerramientos surgirían fisuras en diagonal.
• Los muros de cerramiento de la parcela se verían afectados por grietas en las zonas más
afectadas.
Para el caso particular de la vivienda unifamiliar que nos ocupa el deslizamiento del terreno
que se produjo originó:
• el talud de escollera más alejado del frente de deslizamiento también sufrió un ligero
desplazamiento horizontal. Debido a la rotura y hundimiento del terreno que afectó a la parte
superior de la parcela se produjo la ruina de la escollera.
• en el muro de hormigón de cierre de la parcela apareció una grieta, que iba en aumento con
el paso del tiempo.
Hemos de comentar en este punto que ya que la cimentación apoyaba en el sustrato rocoso no
se produjeron asientos de la misma ni mayores consecuencias en la edificación.
Fig. 2.- Vista del deslizamiento y los daños producidos
• Los movimientos de tierra de la urbanización exterior produjeron una modificación del perfil
original del terreno superponiendo tierras y escolleras, alterando el equilibrio original del
mismo, que ya era precario.
De forma general, los factores que condicionan o influyen en estos movimientos del terreno
podrían ser:
• las sobrecargas (las edificaciones) que incrementan el peso del coluvión, llegando a superar
la capacidad portante del terreno original
• la saturación del suelo por la infiltración del agua de lluvia, en especial cuando las
construcciones modifican el drenaje natural, lo que implica un aumento del peso propio del
depósito, hace disminuir el ángulo de rozamiento interno y su cohesión.
En el caso que nos ocupa, para suavizar la pendiente topográfica, se construiría una
escollera a lo largo de la vertiente sur de la parcela, anclada al terreno en la parte inferior
y reforzada con hormigón en la cabecera.
Los pasadores pueden ser: pilotes de hormigón armado, pantallas de hormigón armado,
perfiles hincados (también raíles de tren), bulones, micropilotes... Conocida la fuerza de
contención necesaria y la capacidad de cada uno de los pasadores, se estimaría el tipo de
pasador a emplear, el número necesario y su disposición.
Deberá tenerse en cuenta la ejecución de una arqueta de recogida de aguas de drenaje del
muro y cuidar especialmente la ejecución de las instalaciones de saneamiento, recogida de
agua de drenaje, piscinas, u otras, para evitar fallos en las mismas que supongan un aporte
extra de agua al terreno.
Reparación de daños
En esta ocasión primeramente se debería actuar sobre la arqueta que causó la fuga de agua
de la red de desagüe, procediendo a su recálculo y reparación.
Conclusión
Como ya hemos comentado en muchas ocasiones para evitar daños en las edificaciones, que
podrían llevar a la ruina del edificio, es imprescindible realizar un estudio geotécnico completo
previo al proyecto, donde se determinen las características geológicas y geotécnicas del
terreno de apoyo de la cimentación y de la zona de influencia de nuestra edificación. También
es necesario un estudio adecuado adaptado a las condiciones del suelo y la adopción de las
medidas adecuadas de prevención frente a los deslizamientos (distancias suficientes, etc.).
42 - Humedades y grietas en paramentos
verticales
Introducción
La presente ficha tratará las patologías detectadas en dos viviendas unifamiliares que
forman parte de una promoción de viviendas unifamiliares adosadas de dos plantas sobre
rasante y un semisótano. Los daños aparecidos eran, concretamente, humedades en
paramentos verticales y petos de terraza y algunas grietas en fachadas.
El garaje de las viviendas ocupaba la planta primera y el forjado superior del mismo
constituía la terraza de la planta superior, a la que se accedía desde el dormitorio ubicado
en esta planta.
Los daños se venían produciendo desde el principio de ocupar la vivienda y consistían en:
Prevención de daños
Para evitar daños similares han de tenerse en cuenta algunas pautas, que enumeramos a
continuación:
En proyecto se deberá cuidar el diseño, analizando la acción del agua y teniendo en cuenta
el ambiente al que está expuesto la edificación, se hará una selección adecuada de los
materiales, considerando sus características, comportamiento frente a la acción del agua y
compatibilidad con otros materiales, para garantizar su calidad y por tanto su vida útil. Se
analizarán con cuidado los puntos singulares (encuentros con paramentos, petos, que son
los que dan más problemas, realizando un estudio detallado de los mismos.
En el caso que nos ocupa, para el material empleado en las terrazas, láminas de PVC, se
han de seguir las normas UNE correspondientes, entre otros aspectos:
• deberán estar correctamente soldadas: bien con disolvente, bien mediante aire caliente,
o si se realizan en taller, también pueden hacerse por alta frecuencia o mediante cuña
caliente.
• en caso de emplearse disolventes o materiales auxiliares como colas o adhesivos se
seguirán las recomendaciones del fabricante.
• en las uniones en T se ha de achaflanar la lámina inferior para evitar filtraciones
capilares, no debiéndose unir más de tres láminas en un solo punto.
• una vez realizadas las uniones deberán controlarse posteriormente ya que pueden
resultar perjudicadas por causas ambientales o de la propia obra.
• la anchura de las láminas ha de ser suficiente para conseguir un solapo > 50 mm.
• las superficies en contacto deberán estar limpias y secas para una buena adherencia.
• la anchura mínima de las soldaduras en el solapo en cualquier punto será > 40 mm.
• la entrega por encima de la protección de la cubierta no deberá ser inferior a 15 cm.
Para evitar las grietas en la unión fachada-murete, los muretes deberían ir correctamente
trabados a la fachada principal, ejecutándose conjuntamente o dejando el muro que
corresponda en espera del muro perpendicular de forma que se pueda trabar al mismo.
Según la FL-90 se ejecutarán siempre que sea posible, simultáneamente; así mismo, los
solapos de la traba serán no menores que 1/4 de la soga menos una junta y los ladrillos que
atizonen cada plano de enlace no será menor que 1/4 del total.
También se puede prever la colocación de un material elástico que permita absorber los
movimientos por dilataciones térmicas.
Reparación de daños
• realizar los encuentros con los paramentos verticales de forma adecuada, con unos
solapes suficientes
• considerar una pendiente mínima que permita evacuar las aguas de forma correcta (pte
min 2%)
• plantear un sistema de impermeabilización adecuado
Las grietas que se originaron a causa de la falta de traba entre los muretes y la fachada y
por los movimientos de dilatación y contracción, se repararían mediante:
Introducción
En esta ocasión vamos a tratar una patología que podemos observar en muchas ocasiones en
las fachadas de ladrillo cerámico de los edificios de nuestras ciudades, aunque generalmente
tan sólo se trata de un defecto estético sin mayores consecuencias para la fábrica: las
eflorescencias.
Las eflorescencias son depósitos de sales cristalizadas que se posan en la superficie de los
ladrillos en forma de manchas, generalmente, blanquecinas.
• Tipo I, son depósitos superficiales de sales blanquecinas muy solubles en agua, que
aparecen en forma de velo y situadas en el centro o los bordes del ladrillo, aunque también
cubre la junta de mortero. Suelen aparecer en la cuarta parte superior de los edificios, en la
base del muro y en los antepechos de las ventanas. Son muy abundantes. Se manifiestan
en primavera cuando el viento y el sol secan la fábrica tras el período húmedo del invierno.
• Tipo III (exudaciones), son depósitos blancos en superficie en forma de regueros, son poco
solubles en agua y en presencia de ácido clorhídrico son efervescentes. Son difíciles de
eliminar.
• Tipo IV, son regueros de color pardo sobre los ladrillos y las juntas de mortero. Son poco
frecuentes y suelen aparecer en ladrillos fuertemente cocidos.
• Tipo V, las manchas son de color amarillo verdoso. Son muy raras.
• Tipo VI, en este caso las manchas, marrones oscuras o negras, aparecen sobre los ladrillos
(normalmente los marrones pigmentados) y las juntas. Se distinguen de las del tipo IV por el
color del ladrillo, al estar pigmentados con bióxido de manganeso.
Estos depósitos se forman por la migración de las sales solubles, presentes en el interior del
ladrillo, a través de los poros del material, y su acumulación en la superficie o en los poros
inmediatos, cuando se evapora el agua existente. En cuanto la solución salina sobrepasa su
concentración de saturación se precipita en las zonas de máxima evaporación.
El aporte de sales puede ser interno o externo: las sales pueden encontrarse en el propio
ladrillo (en la arcilla, que contiene compuestos solubles en agua o durante el proceso de
cocción, que puede impregnarse de humos y gases que circulan por el interior de los hornos),
en el mortero (en los áridos,, el cemento o aditivos químicos) y, a veces, en el terreno.
En la superficie aparecen sales que suelen ser, con una mayor o menor presencia, de sulfatos
y carbonatos (de sodio, de potasio, de calcio...) cuya composición es diferente a la de las sales
contenidas en el interior del ladrillo.
• del tipo I: se dan por la reacción química producida entre el ladrillo y el mortero
• del tipo II: se dan por que el agua circula muy lentamente por la red capilar mientras que la
evaporación es muy brusca, las sales cristalizan en el interior del ladrillo y debido al
aumento de volumen al pasar de estado anhidro (sin agua) a hidratado se desconcha la
parte exterior.
• del tipo III: cuando el cemento sufre el proceso de hidratación libera cal que es arrastrada
por el agua de lluvia, discurriendo por la fachada cuando se evapora ésta; la cal
posteriormente se transforma en carbonato cálcico, en presencia del anhídrido carbónico del
aire.
• del tipo IV: aparecen cuando ciertos tipos de ladrillos de fabricación reciente se exponen a la
lluvia, exudan sulfatos de hierro que reaccionan a hidróxidos férricos en contacto con el aire
y a óxidos de un color pardo rojizo, no solubles en el agua.
• del tipo V: se forman por las sales de vanadio que proceden de ciertas arcillas.
• del tipo VI: se dan cuando el bióxido de manganeso que da el color a los ladrillos pardos
reacciona con los sulfatos presentes en el mismo y forma sulfato de manganeso soluble que
tras diversas reacciones forma óxido de manganeso
Prevención de daños
Se ha evitar que la obra sea contaminada por sales solubles que provienen de suelos
“contaminados” (productos industriales, con escombros o residuos orgánicos o inorgánicos).
Hay que impedir que en la obra se produzcan filtraciones de agua que mojen la fábrica por
diferentes zonas a las normalmente expuestas. Si las eflorescencias no desaparecen durante
los 2-3 primeros años y las manchas localizadas no llegan a desaparecer es posible que se
esté dando esta situación. Es muy importante, pues, la correcta ejecución de los detalles
constructivos, para evitar la entrada de agua.
En las eflorescencias del tipo I, para evitar la reacción ladrillo-mortero se deberían usar
morteros bastardos (cemento-cal-arena), evitar la succión del agua y las sales del mortero
mediante el mojado previo de la pieza y en caso de lluvias abundantes proteger la fábrica que
esté recientemente ejecutada. Para evitar la absorción de sales del suelo, se han de colocar
correctas barreras antihumedad (láminas impermeables, corte capilar, etc).
Durante la ejecución de la obra hay que intentar que los ladrillos no se mojen demasiado. En
época de lluvias fuertes hay que cubrir la obra no terminada y el acopio de ladrillos a pie de
obra.
Según el tipo de eflorescencia que nos encontremos, el tratamiento a llevar a cabo para la
eliminación de las mismas puede ser:
• Tipo II. En este caso, se produce una circulación lenta del agua por la red capilar y una
fuerte evaporación, produciéndose un aumento de la presión que provoca los
desconchados. Para evitar su aparición se ha de realizar un regado intenso y de forma
repetida durante épocas de baja evaporación.
• Tipo III (exudaciones). Este tipo de manchas no se eliminan definitivamente con facilidad. Si
existen depósitos abundantes se han de cepillar o raspar, se empapan de agua y se aplica
una disolución de ácido clorhídrico, tras la cual se enjuaga de forma abundante. La
aplicación repetida de ClH o en disoluciones muy concentradas es perjudicial para el
material.
• Tipo IV. Para su eliminación se aplica sobre las manchas una pasta formada por citrato
sódico, agua tibia, glicerina y creta, se deberá enjuagar con abundante agua limpia al final
de cada aplicación, ya que se pude repetir el proceso hasta su eliminación total.
• Tipo V. Se aplica una solución de sosa cáustica (Na(OH)) de 350 g/l, dejándola actuar
durante 2-3 días y se lava abundantemente con agua limpia.
• Tipo VI. Se moja con agua la zona que presenta manchas, en caso de ser ésta intensas se
aplica una solución de ácido acético, agua oxigenada y agua y en el caso de manchas
leves, se diluye 2-3 veces la anterior solución, se aplica y se lava de forma abundante con
sosa cáustica.
44 - Estructuras afectadas por
aluminosis
Introducción
Entre los años 1950 y 1980, aproximadamente, era muy frecuente, principalmente en
países europeos, entre ellos España, el uso de cemento aluminoso. Años después, los
edificios de determinadas zonas geográficas o con determinadas características
medioambientales en los que se empleó manifestaron graves daños, localizándose
principalmente en los forjados, ya que fueron las viguetas pretensadas las piezas más
usuales en las que se utilizó este cemento.
• manchas de óxido
• fisuras
• flechas o deformaciones
• desprendimiento de recubrimientos
• pérdidas de sección del acero
• rotura por cortante cerca de los apoyos debido a la pérdida de resistencia del hormigón
así como fallo por aplastamiento del hormigón
• rotura a flexión: por la pérdida de sección de la armadura
En este cemento se puede producir la aluminosis (que se puede dar cuando existe un
ambiente continuado de humedad y la temperatura es elevada -más de 25ºC-) en la que se
produce la conversión de aluminatos hexagonales en cúbicos, afectando dicha
transformación a la porosidad y resistencia de mecánica: el hormigón se vuelve más poroso
y la resistencia puede llegar a reducirse hasta un 75%.
En zonas como Cataluña, Baleares o Levante frecuentemente los áridos empleados son
calizos facilitando el fenómeno de carbonatación en el hormigón.
• grietas
• manchas de óxido
• deformaciones o flechas excesivas
• pérdida de sección, pudiendo realizar alguna pequeña perforación o cala para observar
directamente la armadura.
Hay que analizar el grado de transformación que ha sufrido el hormigón de forma que se
pueda estudiar la vida residual de la estructura.
Puede darse el caso también de que el hormigón esté carbonatado pero en el ambiente al
que se encuentra expuesto no se dé una humedad que provoque la corrosión, no estando
perjudicada la estructura al no haberse producido una pérdida de sección de la armadura.
Bibliografía:
Introducción
El tema que nos ocupa en esta ocasión hace referencia a daños por deformaciones
intrínsecas del hormigón, como los que se producen por movimientos en el interior del
material, por los fenómenos debidos a la pérdida progresiva de agua, siendo éstos:
Podemos distinguir las fisuras que se forman cuando el hormigón se encuentra todavía
en estado plástico y se desarrollan durante las primeras horas (2-4), que son las de
exudación y las de afogarado y aquellas que surgen en el proceso de endurecimiento del
hormigón, que son las de retracción hidráulica.
Las fisuras por asentamiento plástico o de exudación son fisuras longitudinales cuya
trayectoria es la dirección de las armaduras o viguetas de forjado, los estribos de la parte
superior de las vigas o lateral de los pilares. Son difíciles de evitar.
Cuanto más rígida es una estructura, más coartada estará, con lo cual mayor retracción
y fisuración experimentará. Cuando una viga sufre la retracción se acorta, en caso de
pilares esbeltos, éstos la siguen, por lo que aparecen fisuras en el pie del pilar; sin
embargo, si los soportes son rígidos, surgen fisuras en la viga, ya que la propia rigidez
de los pilares impide el acortamiento de la viga. En el caso de muros de hormigón, si no
se han dejado juntas de retracción, el muro se fisurará cada 10-12 m, pudiendo aparecer
a su vez con el tiempo un nuevo grupo de fisuras intermedias.
En elementos superficiales las fisuras de retracción son muy habituales suponiendo las
armaduras un impedimento interior al libre acortamiento del hormigón. En el caso de
placas apoyadas en sus bordes y sin libertad de movimientos en las dos direcciones
principales, la fisuración suele presentarse a inglete, formando ángulo de 45º, junto a las
esquinas.
Fig. 2.- Fisuras en solera de garaje por retracción del hormigón por falta de juntas de retracción.
El hormigón armado retrae menos que el hormigón en masa, ya que en este caso no
existe coacción ninguna y el hormigón se fisura por tracción, pues su resistencia a este
esfuerzo es inferior a las tensiones provocadas por el acortamiento.
Fig. 3.-. Ejemplos de fisuras (“Durabilidad de estructuras de hormigón” GEHO. Bol. 12, C.E.B.)
Hay que tener en cuenta la composición del hormigón (relación agua-cemento adecuada,
áridos, consistencia, compactación, etc). Para que se produzca un endurecimiento del
hormigón los compuestos hidráulicos del mismo han de hidratarse adecuadamente, para
ello para dotar a la masa de adecuadas condiciones de trabajabilidad se ha de incorporar
al amasado más agua que la necesaria.
Para el caso de cimientos se han de colocar juntas según distancias que van a depender
de la época del año y tipo de clima, estando los valores entre 16 y 24 metros. En el caso
de muros, las distancias entre juntas verticales dependen de la altura del muro, no
debiendo separarse más de 7,5 m sea cual sea su altura. En pavimentos de hormigón
las juntas longitudinales no han de disponerse a más de 5 m y en el caso de las juntas
transversales la separación máxima suele ser de 7,5 m.
Ya que las fisuras por retracción influyen en la durabilidad del hormigón más que en su
resistencia las reparaciones van enfocadas en este sentido: evitar que se merme la
durabilidad de ese hormigón, para lo cual se pueden colmatar las mismas mediante
lechadas fluidas de cemento puro para evitar la entrada de agentes agresivos.
Bibliografía:
“Tecnología y terapéutica del hormigón armado”. Ismael Sirvent Casanova.
“Hormigón Armado”. Álvaro García Meseguer.
“El lenguaje de las fisuras”. Artículo revista BIA. Ismael Sirvent Casanova.
“Juntas de dilatación en edificios”. INTEMAC.
“Cortante y punzonamiento. Teoría y práctica”. Florentino Regalado Tesoro.
46 - Daños en terrenos
kársticos
Introducción
En relieves acusados los taludes pueden verse afectados por estos procesos
originando daños en las proximidades producidos por desprendimientos o caída de
bloques.
En el caso de los terrenos yesíferos las simas y cavidades se producen por una
rápida disolución y pueden encontrarse bajo capas de gravas compactas o material
cementado, éstos huecos se pueden rellenar de limos y yesíferos muy blandos y
húmedos, lo que provoca el hundimiento de las construcciones afectadas. En los
terrenos calcáreos la circulación del agua puede dar lugar a la constitución de estas
formas de manera lenta, también de gran tamaño pero estables durante mucho
tiempo debido a la resistencia de la roca.
• las lluvias
• la temperatura
• los relieves
• las fuentes de dióxido de carbono
• la textura de las rocas
• las fracturas del terreno
• inclinación del terreno, etc.
Prevención de daños
Geo-radar (G.P.R. Ground Penetrating Radar): Este método permite conocer con
precisión las variaciones de la conductividad del terreno, de este modo se detectan
los cambios de litologías así como los posibles huecos en el terreno.
El geo-radar emite una radiación en el terreno mediante impulsos electromagnéticos,
de muy corta duración, que se repiten con una determinada frecuencia. Cuando la
onda halla una heterogeneidad en las propiedades eléctricas de los materiales, parte
de la energía se refleja en la superficie y parte se transmite en profundidad. Una
antena receptora capta estas señales. Se estudian hasta un espesor máximo de 5-10
metros.
Sísmica de refracción:
Se estudia la propagación en el terreno de ondas sísmicas que se producen
artificialmente, estableciendo su relación con la configuración geológica del subsuelo,
por lo que se obtienen las características geotécnicas de los materiales. Se genera un
impulso elástico en la superficie y se analiza posteriormente el movimiento en el suelo
de la onda debida a ese impulso. Dependiendo de la naturaleza del terreno esta
transmisión de la onda varía (según la velocidad de propagación. Ya que cada estrato
posee diferente velocidad de transmisión de las ondas sísmicas, se van definiendo
unas superficies de separación donde las ondas experimentan fenómenos de
refracción, pudiendo determinar así la profundidad a la que aparecen nuevas capas.
Se realizan perfiles longitudinales sobre los que se colocan sensores (geófonos) a
distancias determinadas y regulares que incorporan sismógrafos que registran el
movimiento. Con los datos obtenidos en campo se ilustran unos perfiles, con la
velocidad sísmica y el espesor de cada capa.
Bibliografía:
- “Curso aplicado de cimentaciones”. Jose Mª Rodríguez Ortiz,Jesús Serra Gesta,Carlos Oteo Mazo.
- Ingeniería Geológica. Luis I. González Vallejo.
- Métodos y técnicas geofísicas. Geofísica Aplicada, s.l
47 - Daños en fábricas de bloque cerámico de arcilla
aligerada
Introducción
MATERIAL
SISTEMA CONSTRUCTIVO
En este sistema, formado por bloques cerámicos de arcilla aligerada, la junta vertical
es machihembrada, a hueso, y la horizontal de mortero.
Los bloques tienen una geometría particular: gran formato y celdillas múltiples. Estas
características permiten el ahorro de mortero en juntas, al disponer de un número
muy inferior a las fábricas de ladrillo, reduciéndose a su vez los puentes térmicos. Las
celdillas o perforaciones interiores permiten buenos resultados de aislamiento térmico
y acústico.
Los puntos singulares se resuelven con piezas especiales, tales como esquinas,
dinteles, terminaciones, ajustes, ángulos, plaquetas de emparche, etc., siendo la
pieza la pieza principal la denominada pieza base, cuyo espesor puede ser de
14,19,24 y 29 cm.
Fig. 1.- Pieza base y piezas de ajuste
Dentro de este apartado podrían considerarse los daños que hemos venido tratando
en las diferentes fichas desarrolladas anteriormente que afectaban a las fábricas de
ladrillo, tales como las fisuras o grietas debidas a asientos de la cimentación, por
deformaciones de los forjados, aplastamiento del material, etc.
Los puntos donde suelen aparecer fisuras, ya sea por una deficiente ejecución o por
un diseño inadecuado, son los puntos singulares, en los que se dan cambios de
sección o uniones con otros elementos o materiales o donde se concentran cargas,
los más habituales son los siguientes:
• unión muro – forjado
• dinteles
• revestimientos
• muros con distinta carga
• espacios entre muros y cornisas
Fig. 2.- Defectos de ejecución: ausencia de piezas especiales, juntas incorrectas, pérdida de traba de las hiladas, longitud de apoyo
del dintel insuficiente.
Prevención de daños
Fig. 3.- Algunas recomendaciones de puesta en obra, para la ejecución de los tendeles.
Para evitar la aparición de fisuras en los puntos que hemos indicado en el apartado
anterior, que son más susceptibles de ser afectados, deberían tomarse algunas
medidas como las relacionadas a continuación:
• Evitar retracciones del hormigón que provoquen empujes del forjado a la fábrica,
empleando para ello las dosificaciones correctas (ver ficha nº 45 de retracciones
del hormigón), así como un correcto fraguado, y evitando un exceso de finos en el
árido o un exceso de cemento.
• Ejecución adecuada de la fábrica: tendeles con espesor uniforme (1-1,5 cm),
empleo de morteros mixtos y humedecer las piezas antes de su colocación.
• Dejar transcurrir un tiempo entre la terminación del muro hasta el hormigonado del
forjado.
• Disponer forjados de rigidez suficiente, para lo cual se deberá dimensionar el
mismo con un canto adecuado y suficiente para soportar las cargas a las que esté
sometido evitando una deformación excesiva y el giro del forjado en el apoyo (que
ocasionaría la fisura horizontal a nivel de la cara inferior del forjado).
• Ejecutar zunchos de hormigón correctamente armados que apoyen de forma
adecuada en el muro.
• En los bloques del muro de coronación se debería colocar una lámina plástica
para que no penetre el hormigón en las perforaciones o utilizar la pieza dintel, que
tiene forma de L.
• En los muros de cerramiento se deberá dejar una holgura de 2 cm rellena con
material elástico y resistente al fuego.
· Revestimientos:
· Dinteles:
Bibliografía:
“Curso de formación para colocadores de bloque de Termoarcilla”
“Manual para el uso del bloque Termoacilla”.
48 - Efectos de incendios en estructuras de hormigón
armado
Introducción
El punto crítico de ignición (flashover point) se sitúa en los 273ºC, hasta este
momento sólo la estructura de aluminio se vería afectada. A partir de aquí se
desarrolla el llamado fuego equivalente o normalizado que es al que se refieren todas
las reglamentaciones y las resistencias al fuego de materiales, medido en minutos.
Por encima de 40 minutos de fuego equivalente ya estamos hablando de un incendio
muy importante con riesgo cierto para la vida humana.
Para tener una referencia de cómo afectan las altas temperaturas a los materiales,
diremos que a los 400 ºC el acero se vuelve dúctil y a los 600 ºC se produce una
bajada brusca de su resistencia.
El hormigón comienza a deteriorarse a temperaturas superiores a los 380 ºC en
periodos prolongados de tiempo. A los 400 ºC se produce una pérdida de resistencia
entre 15-25 %, según sea de áridos calizos o silíceos. Por encima de los 800ºC, deja
de poseer una resistencia a la compresión viable, y se debilitará en mayor medida al
enfriarse cuando se apague el fuego.
A diferencia del acero, el hormigón está expuesto al fuego, por tanto las evaluaciones
son más complejas. Además de las variables propias de cada incendio (carga de
combustible, aireación, etc), la variación en los resultados del hormigón puede
deberse a una serie de factores intrínsecos como la densidad, la porosidad, el tipo de
árido y el método de vibración durante la ejecución.
Hasta ese momento el hormigón había evitado que el acero alcanzara grandes
temperaturas, por lo que preservaba también su resistencia. Al mismo tiempo, la
magnitud del incendio es tal que el acero alcanza rápidamente la temperatura de
250ºC y superiores. Sobreviene la disminución de resistencia de las armaduras.
Consideraciones finales
BIBLIOGRAFÍA
Introducción
De todos los posibles tipos de patología que puede sufrir la edificación, las estadísticas
demuestran que son las patologías ligadas a las cimentaciones las que mayores costes
globales conllevan. Además tienen gran repercusión social, lo que las hace más notorias:
por la complejidad propia de su reparación, porque suponen una fuerte alteración y hasta
interrupción del uso del inmueble, y porque suelen involucrar a colindantes e incluso
poderes públicos. Urge como en ningún otro caso determinar las causas y cuanto antes
dar una solución al problema.
• Causas intrínsecas:
•
Defecto de proyecto.
•
Defecto de ejecución.
• Causas extrínsecas:
• Variaciones en las hipótesis de proyecto.
• Variaciones en las condiciones del entorno.
Son errores de concepción, de diseño o cálculo del proyecto. Son errores previsibles por
lo que si se tienen en cuenta en el diseño y cálculo de la edificación, el riesgo de que
provoquen daños se minimiza.
Enumeramos aquí no todas pero sí algunas de las posibles causas de problemas
derivadas del proyecto:
• Arcillas expansivas
• Suelos colapsables
• Rellenos antrópicos
• Suelos blandos naturales
• Infravaloración del riesgo geotécnico, conocido éste. Casos así pueden ser: desprecio
de los efectos que produce la falta de homogeneidad de un suelo o las distintas
profundidades de aparición de la roca en planta, desprecio de los efectos de la
potencial expansividad o de posible subpresión o fenómenos de subsidencias,
procesos de disolución, etc.
• Defectos en la evaluación del terreno: asientos calculados no tolerables por la
estructura, esfuerzos parásitos en pilotes (olvido del efecto de asiento de terrenos
flojos o rellenos recientes), etc.
• Efecto grupo en pilotes: defectuosa estimación del efecto grupo en pilotes flotantes, no
consideración de los esfuerzos laterales o del rozamiento negativo, etc.
• Ausencia de consideración del bulbo de tensiones de la cimentación propia, y su
alcance. Pero también de cimentaciones colindantes, que podrían suponer una carga
oblicua sobre nuestra cimentación: habrá que considerarla en cálculo y prever un
proceso constructivo adecuado (no vayamos a provocar daños a otras edificaciones).
• Ignorancia de las condiciones de contorno, es decir no consideración de las
condiciones del entorno de la estructura proyectada: posibles socavaciones, arrastres,
descalces, agotamientos, rebajamientos de nivel freático, etc.
• Heterogeneidades: distribución irregular de las cargas, o excesiva excentricidad de las
mismas a nivel de cimentación.
No deben confundirse con los errores de proyecto por ser ejecución de éstos. Los
defectos de ejecución normalmente responden a un deficiente Control de Calidad. Por
tanto, en principio son evitables.
Algunos errores de ejecución podrían ser:
Son las derivadas de la actividad humana a lo largo del tiempo, así que son variables por
definición y difícilmente previsibles.
Se engloban tanto los cambios en el propio edificio como en el entorno, y en cualquier
caso, modifican sustancialmente las condiciones para las que se diseñó la cimentación.
Se trata aquí de las afecciones del entorno a la cimentación que tienen su origen en la
actividad del hombre y por tanto no previsibles en proyecto.
Es imposible prever en el proyecto inicial modificaciones futuras y menos aún del
entorno. Sin embargo muchos de estos problemas se evitarían de considerarse
adecuadamente cuando se proyectan esas actuaciones posteriores. Es el caso de
excavaciones, túneles o edificios de nueva construcción en las proximidades de edificios
existentes.
Es decir, muchas veces estaríamos ante defectos del proyecto de la actuación posterior,
cuyas consecuencias se ven en preexistentes próximos (en cuyo proyecto no podían
preverse, evidentemente).
Para ilustrarlo con ejemplos, vamos a enumerar aquí algunas posibles variaciones del
entorno:
Relaciones empíricas entre la profundidad de excavaciones y los movimientos superficiales a distintas distancias (Crofts et al., 1980)
D diámetro de la excavación
H profundidad de la excavación
X distancia a edificios próximos (medida a eje de la excavación)
Parámetros a considerar en el proyecto de excavaciones profunda
• densificación de arenas
• sobrepresiones intersticiales en arcillas
• licuefacción de suelos limosos
La variación del nivel freático modifica las presiones efectivas sobre cimentaciones
profundas y provoca fenómenos de subsidencia / subpresión en el resto.
Puede tener muy diversos orígenes:
BIBLIOGRAFÍA
- “Patología y recalces de cimentaciones” Luis Sopeña Mañas. Ponencia dentro de las Jornadas sobre cimentaciones en el Código
Técnico de la Edificación. CEDEX. 2006
- “ Diagnosis y causas en patología de la eificación”. Manuel Muñoz Hidalgo.
- “Prevención y soluciones en patología estructural de la edificación”. Manuel Muñoz Hidalgo. 1991
50 - Patologías en cimentaciones. Análisis de grietas.
1ª Parte
Introducción
Sólo a partir de ahí, puede plantearse una terapéutica adecuada y en su caso, las
medidas de prevención adecuadas para evitar que el daño se repita.
Un análisis completo debe abarcar tanto la disposición actual como las evoluciones que
se han ido produciendo en el tiempo.
Se hace una inspección ocular de las grietas, debiendo describir tantas grietas como se
encuentren. Finalmente, debemos disponer de fotos de los daños para su consulta y
análisis en gabinete.
Las características a destacar de las grietas debe hacerse con el mayor grado de
exactitud posible, definiendo su apertura y si la apertura es uniforme, si se trata de una
grieta lisa u ondulada, continua o discontinua, si existen indicios de movimiento a ambos
lados de la grieta, ... Debe indicarse el sentido de movimiento relativo de las dos caras
de la grieta, mediante flechas, etc.
Es necesario que se representen las grietas con todas sus características para tener una
visión de conjunto y poder analizar las posibles causas. La representación de estas
grietas se suele hacer en planos de planta y/o secciones verticales. En los planos deben
estar definidos los huecos de ventanas y puertas pues constituyen zonas de debilidad y
de acumulación de tensiones.
Los datos obtenidos sobre las grietas han de contrastarse con las mediciones de giros,
inclinaciones y desplomes. Hay aparatos específicos para estas mediciones: dianas,
plomadas ópticas, mira Invar, niveles fotográficos de precisión, inclinómetros... que se
han ido perfeccionando y sofisticando con las nuevas tecnologías.
Fig. 3 y 4. Lectores de apertura de grietas.
Consideraciones Finales
BIBLIOGRAFÍA
1. Curso de rehabilitación. La cimentación. José María Rodríguez Ortiz. COAM 1984.
2. Diagnosis y causas en patología de la edificación. Manuel Muñoz Hidalgo.
3. Patología y recalces de cimentaciones Luis Sopeña Mañas. Ponencia dentro de las Jornadas sobre cimentaciones en el Código
Técnico de la Edificación. CEDEX. 2006
51 - Patologías en cimentaciones. Análisis de grietas.
2ª Parte
Introducción
Las grietas vienen a ser los síntomas de un daño más profundo en la edificación.
Nuestro objetivo ha de ser la localización de la causa primera del daño, así podremos
repararlo y si fuera posible incluso prevenir que pueda reproducirse.
Hemos visto ya cómo acometer un análisis completo del estado actual y la evolución de
las grietas. Esta toma de datos, plasmada en fotos, gráficos y planos, constituye la
herramienta fundamental para hacer una interpretación de las grietas.
Es decir, con el análisis morfológico de las grietas podremos comprender los
movimientos que ha sufrido la estructura y así llegar a un diagnóstico sobre el origen del
problema.
Dicho de otro modo, los elementos menos deformables (más rígidos) y los menos
resistentes serán los primeros en manifestar patologías debidas a movimientos
diferenciales. Por esto los tabiques suelen ser lo primero en agrietarse, ya que el
elemento constructivo (el tabique) tiene una gran rigidez en su plano y absorbe todas las
tensiones. El tabique es poco deformable y además la fábrica que lo forma tiene poca
resistencia.
Cuando en las estructuras de hormigón armado aparecen las grietas, los daños en
cerramientos y tabiques son importantes. Puesto que por su propio diseño, las
estructuras reticulares son mucho más flexibles, y los materiales que las forman mucho
más resistentes: acero y hormigón.
De todo, las zonas más susceptibles de presentar agrietamientos son las de apertura de
huecos (dinteles de puertas, ventanas,...) o bien las zonas de contacto entre tabiques, o
uniones de tabiques y pilares.
En un sentido general, los asientos en edificios de gran esbeltez suelen producir
movimientos monolíticos, con pocos asientos diferenciales o puntuales. Mientras que las
grietas por asientos diferenciales son más probables en edificios de poca esbeltez, que
frecuentemente presentan daños en su tabiquería.
Los agrietamientos debidos a fallos de la cimentación son el resultado de la interacción
terreno-estructura. Un asiento diferencial entre partes de la cimentación producirá
esfuerzos superiores a los previstos en la estructura, normalmente son esfuerzos de
tracción y tangenciales.
Estos agrietamientos suelen presentar un patrón característico. Así, si una misma familia
de grietas se repite en plantas sucesivas, lo normal es que tengan su origen en un
movimiento de la cimentación como puede ser el asiento puntual de una zapata o
localizado de una parte de la cimentación.
B.- Grietas por movimientos del terreno
Fig. 3. Redistribución de esfuerzos por asiento excesivo en la esquina de la edificación, provocando grietas inclinadas en forma de arcos.
Fig. 4. Grieta debida al asiento excesivo en la esquina de una edificación (vista int.)
Fig. 8. Daños por tensiones tangenciales de los tabiques con vigas y pilar.
b) Deslizamiento
Consideraciones finales
Una vez recopilada toda la información relacionada con los aspectos constructivos del
edificio, deberemos de abstraernos para no preconcebir las causas de la patología.
Determinadas las causas, se podrá concluir cuál sea el mejor método de reparación del
daño y en la medida de lo posible eliminar la causa. Esto es fundamental puesto que sin
eliminar la causa, persistirá el daño, por mucho que reparemos los síntomas visibles.
La reparación puede hacerse por una amplia variedad de métodos que dependerán tanto
de la causa como de la profundidad del daño y por tanto el alcance de la reparación.
Caben por tanto gran variedad de reparaciones, como recalces (pilotes, micropilotes...),
mejoras de terreno (inyecciones, jet-grouting....), recrecidos de elementos de
cimentación, supresión de cargas, refuerzos estructurales (zunchados, resinas epoxi, ...),
tratamientos superficiales de fisuras y grietas (mallas, rellenos, enlucidos...), etc.
La única prevención posible para patologías con origen en la cimentación es realizar el
proyecto sobre la base de un estudio geotécnico adecuado, un proyecto acorde a éste y
un buen control de ejecución. Con ello estaremos reduciendo la probabilidad de fallo.
BIBLIOGRAFÍA
1. "Patología de la edificación. Lenguaje de las grietas". Francisco Serrano Alcudia
2. "Patología de las cimentaciones". Ángel Uriel Ortiz. Informes de la Construcción nº 350. IETcc
3. "Curso de rehabilitación. La cimentación". José María Rodríguez Ortiz. COAM 1984.
4. "Diagnosis y causas en patología de la edificación". Manuel Muñoz Hidalgo.
5. "Prevención y soluciones en patología estructural de la edificación". Manuel Muñoz Hidalgo. 1991
6. "Patología y recalces de cimentaciones" Luis Sopeña Mañas. Ponencia dentro de las Jornadas sobre cimentaciones en el Código
Técnico de la Edificación. CEDEX. 2006
52 - Patologías en pilotes de
madera
Introducción
La antigüedad de este método es muy remota, siendo utilizada por los poblados de
palafitos e incluso Vitrubio, en el año 59 de nuestra era, lo describe con precisión.
Hasta la aparición del hormigón, a mediados del siglo XX, la madera fue el material más
usado para pilotes. Resultaba barata, fácil de obtener y fácil de manipular. Algunas
clases de maderas apropiadas para pilotes se encontraban disponibles en casi todas
partes del mundo.
En lugar de utilizarse como meros transmisores de tensiones hacia estratos profundos
de buena capacidad portante, los pilotes de madera han llegado a nuestros días
utilizados más como una mejora de terreno. Se utilizan los estacas de madera o pilotes
cortos de madera para densificar terrenos, elevando los parámetros geotécnicos, con lo
que se mejora su capacidad portante.
Ventajas e incovenientes
El propio sistema de ejecución por hinca puede afectar a las propiedades mecánicas y
estructurales de la madera, haciendo que los pilotes no se comporten como
esperábamos.
Esto puede ocurrir durante el proceso de hinca de los pilotes de madera, cuando
tenemos que atravesar un estrato resistente o un bolo. Con algunos tipos de martinete
podemos sencillamente limitar el esfuerzo y el número de golpes del martillo. Aún así, la
resistencia del estrato intermedio o bolo, puede requerir una presión de hinca tal que
hienda la cabeza del pilote, astillándola. Para evitarlo, se protege la cabeza con un aro
de hierro, capuchón o banda metálica, ajustado en caliente.
En la punta del pilote se dispone un azuche para evitar que pueda partir al atravesar el
estrato resistente. A pesar de ello, si la resistencia del estrato es elevada, durante la
hinca puede producirse la rotura del pilote en punta quedando como defecto oculto. La
rotura de la punta hace que la capacidad resistente del pilote se reduzca o bien
desaparezca:
- la resistencia por fuste se reduce, ya que al romperse la punta, la longitud del fuste es
menor;
Debido a su carácter orgánico, los pilotes de madera aguantan mal las variaciones de
humedad, por lo que deben quedar completamente embebidos en un nivel freático
estable, o por el contrario con carencia absoluta de agua.
· En cuanto a la durabilidad del material, los pilotes de madera que están sumergidos en
agua se conservan sanos y duran indefinidamente, aún sin estar sometidos a tratamiento
alguno. Hay múltiples ejemplos que lo demuestran, como San Marcos de Venecia:
cuando en 1902 se derrumbó el campanil se hallaron los pilotes de madera (con una
antigüedad de 1.002 años), en tan buenas condiciones que los constructores optaron por
mantenerlos en su lugar y edificar la nueva torre sobre ellos.
La madera que no haya sido sometida a tratamiento y esté situada por encima del nivel
freático se pudre y arruina por las termitas y otros xilófagos (ver punto 3.3).
· Desde un punto de vista mecánico, la humedad hace que la madera se hinche y esto
mejora su comportamiento mecánico. Y a la inversa, la madera seca reduce su volumen,
con lo que la resistencia del pilote por fuste se reduce considerablemente, llevando a
asientos no previstos de la cimentación.
Por lo mismo, si tenemos pilotes de madera sanos que han estado bajo el agua muchos
años no se deben dejar secar antes de volverlos a hincar, porque las fibras de madera
desecadas se vuelven enjutas y frágiles.
Por encima del nivel freático o si por oscilación del mismo, se da una alternancia de
humedad y desecación, la madera queda expuesta al aire y al inicio de su putrefacción
por ataque de agentes xilófagos.
Cuando un pilote de madera está podrido es por el ataque de hongos. Los hongos
atacan sólo aquellas partes del pilote que quedan expuestas al aire, puesto que para su
desarrollo necesitan la presencia de oxígeno, y bajo el agua no hay oxígeno suficiente
para que esto suceda. Esta putrefacción se da con más frecuencia en las cabezas de los
pilotes, produciéndose asientos en el edificio.
Hay muchos tipos de hongos de pudrición de la madera, el principal destructor de pilotes
de madera es el llamado softrot o descomposición blanda (por el efecto que produce en
la madera).
- El período de tiempo en que el pilote está en estado seco, lo que depende del nivel
freático. En cuanto el pilote vuelve a sumergirse en agua el proceso de descomposición
se paraliza por falta de oxígeno. Tras 10-15 años de estar en seco, la madera pierde su
función portante ya que la parte expuesta al aire habrá sido dañada.
Cuando una parte del pilote queda por encima del nivel freático, la madera ha quedado
expuesta a la entrada de bacterias. A diferencia de los hongos, el ataque bacteriano
puede continuar bajo el agua y extenderse a todo el pilote. Es lo que se conoce como
¿peste? de los pilotes de madera.
La velocidad de descomposición por ataque bacteriano es mucho menor que la de los
hongos: un pilote tardaría unos 50 años en perder su capacidad portante. Las bacterias
pueden aparecer en todo tipo de maderas, aunque los pilotes de pino parecen ser los
más sensibles a este ataque.
3.3.3. Ataque de horadadores marinos.
Mención aparte merecen las obras en ambiente marino. Son frecuentes los ataques de
horadadores marinos que se alimentan de la madera de los pilotes y acaban por
destruirlos.
Hay muchos tipos de horadadores, desde gusanos, polillas marinas, larvas hasta
crustáceos (langostas y cangrejos) o moluscos (ostras y almejas).
La limnoria, que es un crustáceo de la familia del cangrejo, destruye la madera de afuera
hacia adentro, dejando el pilote como si fuera una aguja de madera.
El teredo, que es un molusco, de la familia de las almejas, destruye la madera de
adentro hacia afuera; se introducen en el pilote por una pequeña abertura y destruye su
interior dejándolo hueco.
Consideraciones finales
Como resultado de las patologías y fallos de pilotes, resultan grietas en la edificación por
asientos diferenciales y distorsiones en el apoyo.
Para evitarlo debe cuidarse la ejecución de la cimentación con pilotes de madera,
asegurándonos de que los pilotes se encuentren siempre bajo el agua, al menos bajo el
nivel freático conocido en ese momento.
Por tanto, es muy importante que el nivel freático permanezca estable para la buena
conservación de los pilotes y así evitar que pierdan su capacidad portante.
En cuanto a las patologías de origen orgánico, si bien es cierto que existen tratamientos
químicos o incluso mecánicos que disminuyen este ataque, lo único que se consigue es
aumentar el período de vida de los pilotes.
Se puede hacer que los pilotes de madera duren más sometiéndolos a un tratamiento
con cloruro de zinc, sulfato de cobre y otros productos químicos patentados. La
impregnación con creosota por procedimientos de vacío y presión es uno de los más
eficaces y de mas duración para la protección de los pilotes de madera.
En las áreas donde el ataque de los organismos marinos es muy severo, se protegen los
pilotes sometiéndolos a un tratamiento que es una combinación de arseniato de cobre
seguido por alquitrán de hulla y cerosota. La combinación de ambas sustancias,
aplicadas bajo calor y presión, pueden prolongar la vida de los pilotes en agua salada
entre 15 y 25 años.
53 - Patologías en cimentaciones. Rellenos
estructurales
Introducción
Es necesario el conocimiento con exactitud del tipo de terreno existente para poder
definir correctamente el alcance del mismo y determinar los parámetros que se
desean alcanzar como única forma de poder establecer los sistemas de control que
se consideren precisos para garantizar la consecución de los objetivos previstos y su
compatibilidad con la cimentación proyectada. El proyecto de edificación debe de
incluir las características del relleno junto a sus condiciones de colocación y
compactación, las cuales se deben de comprobar después de la compactación para
poder asegurar su estabilidad evitando cualquier perturbación sobre el subsuelo
natural.
La estructuras de las edificaciones son elementos con gran rigidez, mientras que los
rellenos tienen una rigidez menor y en cierta medida dependen tanto de la naturaleza
de los materiales como de la compactación a la que se vean sometidos, la aparición
de grietas es como consecuencia de la interacción entre el suelo y estructura, y de los
movimientos o deformaciones provocadas a los niveles de rellenos estructurales,
deformaciones que no son asimilados por el edificio produciéndose grietas de tracción
en las zonas de mayor rigidez del edificio como son las tabaquerías y cerramientos
hasta resultar dañada la estructura.
Cuando aparece una distorsión creada por la diferencia de asiento de una zona con
respecto a otra, porque un pilar asienta más que otro, se crea un estado tensional con
sus isostáticas de compresión y tracción, las grietas se generan donde la tensión de
tracción es máxima, si el asiento diferencial es de poca entidad las fuerzas serán
absorbidas por la estructura, pero si el asiento diferencial es capaz de agotar la
resistencia de lso tabiques se producirán agrietamientos según una línea
perpendicular al esfuerzo no resistido.
Los materiales que, según los casos, pueden ser utilizados para rellenos de
edificación incluyen la mayor parte de los suelos predominantemente granulares e
incluso algunos productos resultantes de la actividad industrial tales como ciertas
escorias y cenizas pulverizadas. Algunos productos manufacturados, tales como
agregados ligeros, podrán utilizarse en determinados casos. Los suelos cohesivos
podrán ser tolerables pero requieren una especial selección y las condiciones de
colocación y compactación precisas.
BIBLIOGRAFÍA
1. Código Técnico de la Edificación.
2. Eurocódigo 7.
3. PG-3
4. Curso Aplicado de cimentaciones, José María Rodríguez Ortiz
5. Diagnosis y causas en patología de la edificación, Manuel Muñoz Hidalgo.
6. El lenguaje de las grietas, Francisco Serrano Alcudia.
54 - Contenciones especiales. Suelos reforzados.
Tierra armada
1.-INTRODUCCIÓN. ORIGEN Y EVOLUCIÓN.
Aun siendo un sistema mas extendido en Obra Civil desde hace unos años ha
experimentado un notable desarrollo también en Edificación como solución para la
contención de tierras.
Existen dos grandes grupos principales atendiendo al material con el que se refuerza,
además existe otro sistema que se ejecuta directamente sobre el terreno natural.
Soil Nailing o Suelo Claveteado. Este refuerzo se ejecuta a medida que avanza la
excavación, mediante la introducción de barras pasivas, generalmente
subhorizontales, que trabajan fundamentalmente a tracción. Dicho sistema consiste
en mejorar la resistencia al corte a lo largo de superficies potenciales de plastificación
o rotura del talud de terreno. Las barras se colocan en sondeos perforados
previamente, rellenos posteriormente con una lechada o mortero de inyección. El
Talud se completa con la ejecución de un paramento vertical que impida la caída de
la tierra mediante la ejecución de una piel de hormigón proyectado, que suele
reforzarse mediante una malla de acero.
3. VENTAJAS E INCONVENIENTES.
En los muros de tierra armada, también hay que hacer hincapié en la protección de
las armaduras frente a la corrosión que puede poner en peligro todo el sistema.
Será necesario distinguir entre las patologías que sufra la propia estructura, en si
misma y las que pueda producir a las edificaciones a las que este asociada.
Estabilidad Global
La rotura por falta de adherencia ocurre cuando un refuerzo tiene poca interacción
con el suelo al cual se encuentra reforzando, generalmente con suelos puramente
cohesivos o arcillosos. Este mecanismo de falla potencial se asocia generalmente con
terraplenes reforzados formados con suelos arcillosos suaves.
Para evitar estas roturas, la resistencia debe de ser mayor que el empuje activo.
Será preciso que el refuerzo de diseño trabaje sin una carga excesiva.
Estabilidad global.
Dentro del análisis de la estabilidad interna del muro reforzado, el aspecto del
adecuado comportamiento tensional del refuerzo es del máximo interés. Son
específicos del diseño de estructuras de suelo reforzado: el análisis de la rotura a
tracción del refuerzo y el arrancamiento del mismo. Dicha falla por rotura de las tiras
de refuerzo, suele estar asociada a mecanismos de falla progresiva.
Como resultado del análisis de las posibles roturas y patologías se concluye que aun
teniendo una gran relevancia el calculo de la estructura, toma mas importancia la
correcta ejecución del sistema que debería llevarse a cabo de manera precisa. Y más
aun cuando en caso de siniestro, la reparación conllevaría la demolición y posterior
reconstrucción del muro afectado, ya que no es posible actuar sobre un refuerzo
puntual o sobre una capa de compactación determinada debido a la naturaleza del
propio sistema.
Este control de ejecución es un punto complicado ya que aun siendo la tierra armada,
un método extendido en su uso, carece de normativa reguladora, ni tan siquiera se
refleja su utilización en el nuevo Código Técnico de la Edificación. Tan solo existen
unas prescripciones o procedimientos recogidos en el “Manual para el Proyecto y
Ejecución de Estructuras de Suelo Reforzado” publicado por el Ministerio de Obras
Públicas en enero de 1989.
BIBLIOGRAFÍA
“Geotécnica y cimientos III” Vol. II. Jose Antonio Jiménez Salas. 1980.
El hormigón pretensado, bien preteso bien posteso, nace con la idea de mejorar el
hormigón, dotándole de una resistencia a tracción de la que carece. Esta
capacidad se agrega con un concepto espectacularmente sencillo: Previamente a
la puesta en servicio, se comprime el hormigón consiguiendo que las tracciones
provocadas por la flexión disminuyan.
HORMIGÓN POSTESADO
- Anclajes: Son los terminales del tendón y son capaces de retener el cordón en
su estado de deformación y transmitir la carga de los cordones a la estructura.
Principalmente se diferencian:
2. VENTAJAS E INCONVENIENTES.
- Relativos al hormigón:
- Relativos al acero:
Para poder tomar lectura de los alargamientos, la carga del tesado se introducirá
por fases. Como mínimo, una primera hasta conseguir un 10% de la fuerza
máxima, y una segunda hasta la carga prevista. Estos escalones de tesado
deberán guardar una estrecha relación con la resistencia del hormigón, puesto que
si se produce una bajada de resistencia no serian validos para tesar la estructura.
En caso de que junto a los anclajes se produzcan fisuras o rotura del hormigón,
puede plantearse un refuerzo en toda la zona de acción de dichos anclajes a base
de chapas de acero. La solución al igual que la aplicada en refuerzos en pilares,
consigue aumentar la capacidad resistente del hormigón mediante el
confinamiento de éste. Además se imposibilita la penetración del anclaje en el
hormigón y un mejor reparto de tensiones por unidad de superficie.
BIBLIOGRAFÍA
“Estructuras Varias I. Ud 2. Hormigón Pretensado” Luis Felipe Rodríguez Martín.
1986
“Patología de la Edificación. El lenguaje de las grietas” Francisco Serrano Alcudia.
2002
“Proyecto y calculo de estructuras de hormigón” Jose Calavera Ruiz. 1999
“3ª Sesión técnica monográfica: Losas postesadas en edificación” Acies. 2004
56 - Pilotes Prefabricados
Hincados.
1.- INTRODUCCIÓN
Los pilotes prefabricados hincados son una buena alternativa para la cimentación de
estructuras en terrenos flojos o blandos, funcionando muy bien como pilotes columna, es
decir, transmitiendo la carga en punta a una capa lo suficientemente firme como para
aguantar la solicitación sin peligro de rotura del estrato. A su vez el proceso de hinca
genera una mejora adicional a las características propias del terreno.
Este tipo de pilotes tienen forma y armadura similar a una columna de hormigón con
refuerzos en los extremos para defender el pilote contra interferencias en la penetración
(punta) y para resistir los golpes de la maza (cabeza).
El hincado se efectúa con una maquina pilotadora que levanta cada unidad, la apoya de
punta sobre el suelo y la fuerza por medio de la caída de una maza desde una altura
prefijada, golpeando sobre la cabeza del pilote en forma repetitiva hasta enterrarla en la
longitud requerida. En la cabeza del pilote se dispone una sufridera, pieza de madera
que recibe directamente los golpes de la maza que golpea, para evitar que se generen
fisuras en cabeza de cada tramo de pilote hincado. Se introducen en el terreno por
medio del hincado hasta que alcanza el rechazo, es decir, una cierta cantidad de golpes
para un asiento determinado.
Cada pilote de una o varias piezas de directriz recta y sección constante poligonal o
circular. Los empalmes de dichas piezas garantizarán mediante uniones que los pilotes
funcionen como un único elemento.
2. VENTAJAS E INCONVENIENTES
Debido a su condición de prefabricados, los pilotes de hinca son mucho más rápidos y
fiables de ejecutar que los in-situ siempre que en la obra se den las condiciones
favorables para este tipo de solución, es decir:
Una gran ventaja es la posibilidad de empalmar tramos de este tipo de pilote, lo que les
permite alcanzar grandes profundidades. Esto implica la necesidad de emplear juntas
entre los tramos con lo que el coste se incrementa. Estas uniones se realizan mediante
un sistema de de collarines metálicos que aseguran el comportamiento como un pilote
continuo. (Fig. 2)
No cabe duda que el pilote prefabricado, en estos casos, es más rápido y limpio de
ejecutar, además de requerir menos medios auxiliares. Además ofrece más garantías de
ejecución, debido al control de ejecución empleado en los elementos prefabricados y los
mecanismos de auscultación y comprobación de los mismos una vez hincados.
3.1.2. Desviación respecto del eje del pilote. Debida al encuentro del pilote con un bolo o
roca. Sin durante la hinca el bolo se desvía lateralmente durante el proceso, generará un
empuje lateral sobre el pilote.
3.1.4. Degradación del pilote por la existencia de aguas agresivas. Por desconocimiento
del terreno el pilote podría atravesar un estrato con aguas agresivas con alto contenido
en ion sulfato o en cloro, que atacarían al hormigón y posteriormente a sus armaduras.
Si se produce la erosión del hormigón las armaduras son incapaces de soportar el peso
de la construcción y acaban por doblarse, provocando un importante asiento. (fig. 3)
3.2.1. Perdida de integridad del pilote por fisuración a consecuencia del proceso de
golpeo para la hinca. Los pilotes precisarán de un sombrerete de acero, que tenga una
almohadilla de material elástico, cuyo espesor no deberá ser excesivo, para no rebajar
demasiado la eficacia del golpe de la maza.3.2.2. Puede entenderse como defecto de
ejecución el efecto de la hinca de un pilote sobre un pilote próximo.
Este hecho puede darse en suelos relativamente plásticos y saturados, donde el hincado
genera un movimiento ascendente análogo al que produce la caída de un cuerpo en el
agua.
La prevención para este tipo de cimentación pasa por tener un conocimiento exhaustivo
del entorno sobre el que se desarrolla de manera que puedan conocerse o preverse
cualquier irregularidad o problema que pudiera surgir durante la hinca. Aun así pueden
darse determinadas situaciones que pueden corregirse antes de que den lugar a daños o
patologías:
• Si durante la hinca, el pilote se encuentra en su camino con un estrato resistente o un
bolo en medio de una capa blanda, podría obtenerse un falso rechazo debido a que la
maquinaria de hinca del pilote no tenga potencia suficiente para atravesar el estrato, o
para romper la roca que hayamos encontrado en el camino. Este defecto es factible
de detectar durante la ejecución, controlando las profundidades alcanzadas y
comparándolas con la documentación que se posea sobre la profundidad del firme, y
por lo tanto subsanable introduciendo nuevos pilotes, de forma que desplazándolos se
salve el bolo encontrado, o bien repartiendo la carga entre un grupo de pilotes para
que no produzcan asientos en el estrato intermedio.
• Si durante la hinca el pilote encuentra en su camino un bolo o roca en un estrato
elevado, desviado respecto del eje del pilote, el bolo puede desviarlo lateralmente,
generando un empuje lateral sobre el pilote que ocasionará una inclinación del mismo,
que en la mayoría de los casos será apreciable y por lo tanto detectable en el control
de la ejecución del pilote. Si no se ha introducido una longitud excesiva del pilote, es
posible extraerlo e hincarlo en una posición desplazada, y si no es posible su
extracción se podrán hincar nuevos pilotes a su alrededor, corrigiendo en ambos
casos la excentricidad respecto del eje del pilar mediante vigas centradoras.
• Si la hinca se desarrolla a través de un estrato con aguas agresivas con alto contenido
en ion sulfato o cloro, que puedan atacar al hormigón y/o a las armaduras del pilote,
deberá preverse con anterioridad en un estudio geotécnico mediante el estudio de la
agresividad de esas aguas, lo que llevará a la confección de los pilotes prefabricados
con cementos adecuados.
• Destacar que una vez construido, un pilote queda íntegramente rodeado de suelo, por
lo que dificulta la verificación de la calidad del trabajo realizado. Para asegurarse que
el pilotaje no presenta inconvenientes, tal y como marca el CTE, deberá recurrirse a
ensayos no destructivos que midan la respuesta del pilote ante exigencias de carga.
El método empleado mas usual son las Pruebas de carga. En este tipo de ensayos se
somete al pilote a cargas superiores a la máxima de servicio, observándose su
comportamiento y obteniéndose la curva carga-asiento.
Los pilotes que se hayan roto durante la hinca no deberán ser aceptados. Serán
particularmente sospechosos de haberse roto los pilotes que, habiendo llegado a dar un
rechazo muy pequeño, comiencen súbitamente a dar un rechazo mucho mayor y
aquellos que presenten inclinaciones anormales durante el proceso de hinca.
Los pilotes rotos podrán ser extraídos y sustituidos por otros hincados en el mismo lugar,
si la extracción es completa. En otros casos, podrán ser sustituidos por uno o dos pilotes
hincados en sus proximidades; variando, si conviene, la forma y armaduras del
encepado.
Los pilotes mal hincados, por falta de precisión en su posición o inclinación podrán ser
sustituidos como un pilote roto.Reparación de pilotes atendiendo al momento de
aparición del daño:
6. CONSIDERACIONES FINALES
Debido a los fallos y patologías de los pilotes, resultan grietas en la edificación por
asientos diferenciales y distorsiones en el apoyo.
BIBLIOGRAFÍA
Los pasadores, conectores o goujon crets, tienen una reciente utilización dentro del
mundo de la construcción en nuestro país, en torno a los 15 años, si bien en otros países
europeos su utilización se remonta a mediados de los años 60.
Entre las ventajas que proporciona el uso de esta solución constructiva, la fundamental
es el ahorro económico y funcional que representa en la definición de una junta de
dilatación, el poder prescindir del tradicional doblado de pilares. Otro uso cada vez más
extendido es el de servir de vínculo de unión entre forjados y pantallas de cimentación,
sustituyendo este a la disposición de esperas. Así mismo también se vienen utilizando
como enlace de libre dilatación en muros de contención en obra civil.
Este tipo de soluciones a día de hoy no constan de normativa específica a nivel estatal
que regule su diseño o puesta en obra, por lo que los criterios de diseño y cálculo vienen
en cada caso avalados por el fabricante mediante la realización de ensayos y el aporte
de experiencias contrastables de puesta en uso.
La capacidad mecánica unitaria del pasador dependerá del la naturaleza del material
(normalmente acero inoxidable de 900 N/mm2), el diámetro de la barra, la resistencia del
hormigón del soporte y el ancho de junta, puediéndose llegar a valores de rotura a
cortante superiores a los 1000 Kn.
Este tipo de elementos, si bien estén concebidos para cubrir las necesidades de las
diferentes tipologías estructurales de forjados, están especialmente indicados para
aquellas que favorecen un reparto uniforme de cargas, tales con losas macizas y
forjados reticulares, frente a los forjados unidireccionales en los que la transmisión de
cargas se canaliza a través de vigas, y por tanto la concentración de cargas es puntual.
Por otro lado, en el caso en que se empleen los pasadores para la unión de vigas de
carga, deberá tenerse en cuenta que estos deberán disponerse simétricamente respecto
al eje vertical de las sección, dado que de no ser así podrían aparecer efectos torsores
no previstos y para los que el sistema no está diseñado.
Si bien el uso de pasadores está cada vez más extendido en obras civiles y de
edificación, y se tiene constatada experiencia en nuestro entorno europeo, no existe
normativa específica que regule el sistema constructivo, por lo que debe prestarse
especial atención en su diseño y puesta en obra debido a la naturaleza de su
funcionamiento, al tratarse de elementos puntuales encargados de la transmisión de
grandes cargas cuyo correcto funcionamiento esta especialmente condicionado por un
cuidado replanteo y ejecución.
Dada la naturaleza metálica del pasador, deberá preverse un tratamiento contra el fuego
acorde al uso del edificio.
Bibliografía:
1. Baja densidad y por tanto bajo peso. Entre 0.9 y 1.5 g/cm3
2. Resistencia a la corrosión y agentes químicos. Se emplean incluso como
protección de otro tipo de tuberías metálicas.
• En algunas plásticos, resistencia a la COEFICIENTE DE
presión y la temperatura. DILATACIÓN
• Baja conductividad térmica. Entre MATERIAL
TÉRMICA LINEAL
mm/mºC
0.22 a 0.45 W/mºC
• Dilatación térmica elevada en
ACERO 0.013
comparación con los metales, el
coeficiente es de 10 a 20 veces COBRE 0.017
superior al acero (Ver tabla 1)
• Resistencia al desgaste por abrasión. PVC 0.06 a 0.08
• Paredes lisas que permiten una
mayor capacidad hidráulica, al tener PB 0.13
menor perdida de carga a igual
diámetro tienen mayor caudal. PP 0.11 a 0.18
• Flexibilidad
• Mejor comportamiento al ruido PE 0.17 a 0.22
• Pueden ser fabricados en cualquier
color. PE-X 0.18 a 0.20
Norma Descripción
Tuberías de PVC
Tuberias de PE-X
Las tuberías multicapa son tubos formadas por dos materiales, material
termoplástico y aluminio, siendo los termoplásticos más utilizados el PE-RT
(polietileno de alta resistencia térmica) y el PE-X (polietileno reticulado).
Dichos termoplásticos son extruidos con una resina natural para formar la
primera capa, que es la que determina el diámetro interior; luego esta capa se
une con un tubo de aluminio y por último se añade una capa de termoplástico
por el exterior, ofreciendo resistencia química y resistencia a la corrosión.
Al disponer de una capa intermedia de aluminio, sus dilataciones son
mínimas, siendo esta su principal característica.
Se utiliza en instalaciones sanitarias, conducción de agua fría y caliente,
sistemas de calefacción convencional y suelo radiante, conducciones de
climatización y aplicaciones industriales
Tuberías Multicapas
Tuberías de PVC-C
Tuberías de PE
Tuberías de PE-X
Tuberías de PP
Tuberías MC
BIBLIOGRAFÍA
Otros suelos de carácter colapsable pero de origen distinto origen y circunstancias son:
Nada más ser depositados no tienen cohesión, pero los espacios entre huecos de las
partículas que los forman son ocupados, total o parcialmente, por partículas más finas y
por débiles cementos yesíferos o carbonáticos. Estos cementos proporcionan cierta
cohesión estructural interpartículas y un mínimo de capacidad resistente.
Los suelos colapsables limo-yesíferos son los más habituales en España, donde se
localizan en el Valle del Ebro y en algunas zonas de Levante. Presentan ciertas
características geotécnicas comunes, como son los bajos valores de densidad seca (por
debajo de 1.4 podemos plantearnos la presencia de suelos colapsables, y densidades de
1,2 son habituales), baja o nula plasticidad y elevados valores de colapso por
inundación. Normalmente presentan características resistentes bajas, aunque pueden
alcanzar valores medios. En presencia de agua, el cemento yesífero que dota de cierta
resistencia al suelo se disuelve, siendo entonces cuando el suelo colapsa, llegando a
perder hasta un 10% de volumen pudiendo producir un asiento brusco de las estructuras.
Las cimentaciones más recomendables sobre este tipo de suelos son las cimentaciones
profundas, que deben tender a sobrepasar los niveles colapsables. Una alternativa a
esta tipología para casos de suelos con potencial bajo o medio de colapso, puede ser la
cimentación mediante losa de suficiente rigidez, incluso apoyada sobre una mejora de
terreno, que reparta cargas lo máximo posible con el fin de no concentrar tensiones, y /o
trabajar a tensiones lo más bajas posibles, cuidando en todos los casos al máximo la
posible afección del agua al terreno sobre el que se dispone la cimentación
(saneamientos flexibles, colgados, realización de pruebas de estanqueidad, etc.)
Cuando ocurre el colapso del suelo sobre el se emplaza un edificio, pueden producirse
daños en su estructura. Estos daños se manifiestan de modo semejante a los generados
por asientos diferenciales (fundamentalmente grietas y/o fisuras a 45º (Figura 1.12 o 2.6
Del libro de Serrano).
En algunos casos los colapsos pueden llegar a producir asientos del terreno que se
reflejan sobre infraestructuras superficiales (líneas férreas, autovías, etc.) de modo
evidente, generando daños importantes (Fotografía 1).
El hecho de cimentar sobre un suelo colapsable no implica que en todos los casos ese
suelo vaya a colapsar, sino que han de darse una serie de condiciones para que eso
ocurra, tales como:
6.- BIBLIOGRAFÍA.