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-Fraudes más habituales en la exportación-

Cuando se habla de fraude y exportación a la mayoría se le viene una palabra a la boca: China. Es
cierto, como ya hemos advertido en alguna ocasión en este blog, que hay que tener mucho
cuidado cuando se comienza a exportar a China para evitar timos y fraudes. Pero no solo en ese
país hay riesgo. Los países en vías de desarrollo son los más conflictivos, los casos se han
incrementado en los últimos años cuando se comercia con destinos africanos. Pero incluso, en los
avanzados Estados Unidos se dan este tipo de problemas. De hecho, las autoridades españolas y
estadounidenses tuvieron que lanzar una advertencia oficial para ayudar a los exportadores del
sector agroalimentario a detectar conductas fraudulentas.

Teniendo claro que timos y fraudes habidos y que el país con el que comerciamos no es ninguna
garantía de seguridad, lo mejor es asegurarse frente a impagos y estar atento a las situaciones más
sospechosas:

1. El contacto inesperado de un desconocido que propone un gran negocio

Llega un email con una oferta de ensueño. Una empresa, con la que nunca se ha tenido relación,
muestra su interés por hacer un gran pedido a la compañía española y además le ofrece un
excelente precio. En algunos casos, a la empresa española le hacen los ojos chiribitas y se lanza a
la gestionar la transacción. Error. ¿Por qué un desconocido iba a querer dar duros a cuatro
pesetas?

Las derivadas de este engaño pueden ser varias. Se han detectado empresas con origen en EEUU
que demandan dinero para hacer frente a registros especiales o cubrir los gastos de gestión de
una supuesta burocracia mayor de la esperada. Una burocracia que no es real. Cuando la empresa
española abona el cargo demando, el cliente “estrella” desaparece.

Un mal menor, si se compara con lo que suelen hacer empresas asiáticas y, alguna vez también las
africanas. Estas van más allá en la transacción y cuando el pedido está prácticamente ultimado
demandan que el empresario español vaya hasta el país de origen. Argumentan que los
empresarios locales no quieren cerrar el trato con alguien que no conocen. Una vez se llega al país,
cerrar el trato implica un cuantioso “regalo” al empresario local. Más de un empresario español
ha temido por su vida al negarse a dar ese “regalo” o cuantía económica similar.

2. Pedido urgente de gran compañía con pago aplazado

Este método podría definirse de forma parecida al conocido phishing de la banca. En realidad se
trata de suplantar a una gran empresa. Diseñan documentos oficiales, logos e incluso webs muy
similares al original para hacer pensar al incauto que está ante la gran multinacional. Esa supuesta
empresa grande y conocida se pone en contacto con el proveedor español para solicitar un pedido
urgentísimo, y normalmente bastante cuantioso, pero pone como requisito aplazar el pago unos
meses.

Sólo cuando la empresa española va a reclamar el dinero por la transacción, meses después,
detectará que no era con la gran multinacional con la que había cerrado el trato sino una empresa
desconocida que es imposible de localizar.

3. Un mail que cambia en el último momento

Que un mail cambie en los últimos procesos de cualquier gestión internacional debe hacer saltar
todas las alarmas de la precaución. Y es que no es extraño que los timos los realicen los propios
empleados de las empresas con las que se trabaja fuera. Esto significa que una vez definidos el
pedido, la gestión para transportarlo, y demás detalles que se han estado negociando vía email
con una persona de referencia, ésta nos indique que cambia el mail, a veces también la cuenta
corriente en la que hay que abonar el pedido.

La empresa española no sospecha del cambio porque es un proveedor habitual por lo tanto
ingresa lo acordado. Pero días después, el pedido se retrasa y al ponerse en contacto con el
proveedor este le indica que la cuenta y el mail no son correctos y que nada había cambiado o que
incluso ese empleado ya no trabaja en la empresa. El empleado desleal ha conseguido que la
empresa española ingrese el dinero en otra cuenta de otra empresa que, seguramente, ni siquiera
existirá.

4. Gestión de la visa y el viaje

El timo del caso uno puede tener otra versión. En lugar de pedir que quien viaje al país de
referencia sea el empresario español, el timador se ofrece para viajar él a España. Eso sí, a cambio
solicita una carta para el gestionar el visado y además dinero para sufragar el viaje. Esta es una
práctica que utilizan las mafias que trafican con personas.

5. Transacciones financieras que no aceptan medios seguros

No importa cuál sea el método de pago que ofrezca la contraparte, para evitar ningún tipo de
riesgo hay que ofrecer como alternativa un método seguro, por ejemplo Paypal. Esta compañía se
compromete a verificar que la transacción es real y que el comprador recibe su pedido. No ocurre
lo mismo con pasarelas de pago y otros sistemas. Si un socio comercial insiste en no utilizar un
medio de pago seguro, hay que sospechar de inmediato.

6. Transferencias por adelantado

Pedir dinero y no entregar la mercancía a cambio es uno de los trucos más viejos de la historia.
Aún así, se sigue dando. Sospeche de cualquier demanda de dinero por adelantado. Como mucho,
se puede fijar un anticipo o fianza proporcionada.

7. Solicitud de muestras para testear la calidad de producto

Los timadores saben que demandar dinero levanta sospechas. Así que utilizan la versión de las
muestras de producto. Con la excusa de testar la calidad del producto, utilizan este sistema para
conseguir productos españoles que pueden revender en el mercado local y que, por supuesto, no
abonan a su propietario.

8. Contratos paralelos

Esto más que engaño es invitación al delito. Se trata de empresas que ofrecen contratos paralelos
a los trámites oficiales para ahorrar parte de las tasas que requieren las transacciones legales. Si
se aceptan aquí no habrá ninguna opción a reclamar si es objeto de alguno de los otros timos
comentados.

9. Donaciones a ONG

En algunas ocasiones la gestión de una transacción comercial se completa con la invitación a


colaborar con el desarrollo del país en cuestión ayudando a alguna ONG local. Para ello requieren
los datos bancarios personales de la víctima a la que le retiran un dinero extra, sin justificar
realmente su destino.
-Las estafas más comunes en el mundo de la exportación-

A pesar de tomar todas las precauciones, sigue existiendo el riesgo de convertirse en víctima de
algún tipo de fraude en el mundo de la exportación. Te damos las claves para evitarlos.

Aunque el siguiente paso sea internacionalizar tu empresa, ¿el miedo a los impagos te paraliza?.
No desesperes, es una situación habitual entre los empresarios ya que hay un alto riesgo de vivir
esta situación, además de timos y chantajes. Por eso, hemos hecho una recopilación de los
engaños más frecuentes, y la forma más efectiva de evitarlos.

EL ENGAÑO DEL 'BUEN PAGADOR'

Uno de los timos más frecuentes se produce porque existen empresas que al realizar pequeños
pedidos los pagan en el acto y al contado, pero que cuando comienzan a realizar pedidos mayores
dejan de pagarlos. La estrategia que usan es la de generar confianza para después, proceder al
engaño. Al vencimiento del plazo, la empresa y los interlocutores se encuentran ilocalizables.
Normalmente los sectores más afectados son los de productos alimenticios y perecederos,
componentes y consumibles informáticos.

Para evitarlo hay que permanecer atento a las señales de alerta:

- El primer contacto que se realiza es por teléfono móvil, fax o una dirección de correo
electrónico gratuita.
- El comprador no negocia los precios.
- A veces se percibe en el comprador desconocimiento del sector.

Utilizan empresas antiguas o inactivas con buen historial para que no se sospeche. Pero los
registros públicos de estas empresas suelen reflejar cambios en los últimos meses respecto a
administradores, domicilio social,…

IDENTIDAD FALSA

A veces se producen pedidos en nombre de una sociedad conocida. Los individuos que los
realizan, lo hacen con tarjetas de visita falsas y hojas con membrete. A la hora de cerrar el trato,
los supuestos compradores indican al transportista que la mercancía se deposite en una dirección
diferente a la de la empresa destinataria. Más tarde, cuando se produce el impago, el vendedor se
da cuenta que el envío nunca llegó a la compañía citada, ya que las personas que lo solicitaron no
pertenecen a la empresa.

La forma de evitarlo es dar instrucciones a los transportistas para que no acepten cambios en la
dirección de entrega si no se hace con una autorización previa. Es imprescindible obtener un CMR
o albarán de transporte cumplimentado: datos del transportista, lugar y fecha de salida, lugar y
destinatario de entrega.

CHANTAJE AL VENDEDOR

Otro timo frecuente es cuando los estafadores sobornan al funcionario de aduanas para que no
expida el documento oficial que controla el país de destino, porque de esa forma el contenedor
desaparece o queda paralizado. En ese momento, los supuestos clientes se dedican a chantajear al
vendedor: ofrecen una cantidad muy inferior a la acordada, por ejemplo el 50%. Si no acepta, la
mercancía se estropeará o permanecerá desaparecida sin que se pueda recuperar.
Aunque es difícil evitarlo, la clave del timo está en que el exportador no puede probar que envió la
mercancía. Por eso, es conveniente elegir un Incoterm corto.

Importación desde China: entre el lucro, el riesgo y los nuevos negocios


Algo que en los últimos años ha causado gran expectativa entre cientos y hasta miles de bolivianos
es viajar a China para invertir su capital en la importación de todo tipo de productos, un desafío
riesgoso con el que pueden obtener cuantiosas ganancias o frustrar sus anhelos de mejores días.

Pero ¿por qué ir hasta el otro lado del mundo para obtener más ingresos?, ¿qué es lo que hace
atractivo a ese mercado para los connacionales? En esta edición, El Financiero realiza una
aproximación a los pros y contras de la conquista del mercado asiático por parte de los bolivianos.

El empresario cochabambino Cristhian Jiménez, que viaja desde hace varios años a la República
Popular, comparte algunos de los secretos del comercio con China, un país con gran tecnología e
inmensa capacidad productiva que está cerca de ser, si no es ya, la primera economía del mundo.

“Como es un país avanzado se encuentran cosas mucho más baratas y de distinta calidad”, refiere.

La adquisición de productos en esa nación para su posterior venta en Bolivia puede generar,
dependiendo de la calidad y del rubro, al menos un 50% de ganancias, indica César Fernández,
gerente general de ESM Hermanos, una de las firmas asesoras locales que facilita estas
operaciones.

“En cada importación logramos una ganancia de aproximadamente 35%”, afirma Jiménez, quien
interna al país material chino de construcción.

El mercado sino, detalla, ofrece mercadería de primera, segunda y tercera calidad. “Nosotros,
como la mayoría de los bolivianos que van a China, optamos por las de segunda, para no tener
problemas con los clientes, ya que esos productos no son usados y son mejor elaborados. Las de
tercera, en cambio, no son garantizadas”.

En su caso, el pasaje aéreo desde Cochabamba hasta China y viceversa le cuesta unos $us 1.500, lo
que varía en función de la época del año. Jiménez realiza dos veces al año esta travesía, que
incluye Santa Cruz; Miami, Dallas, Kansas (EEUU) y Shanghai (China), desde donde se va por
carretera y durante cuatro horas hasta Yiwu, subprefectura de Jinhua en la provincia de Zhejiang.

“En la ciudad de Yiwu es donde más comercio existe y donde se puede encontrar desde un alfiler
hasta vehículos en cientos de galpones gigantes. Esa feria es todo el año y hay millares de cosas”,
indica el empresario.

Otra de las muestras clave para los importadores bolivianos y de otros países es la de Canton, que
se realiza dos veces al año en el centro de convenciones Pazhou, en la ciudad de Guanzhou. El
evento, cuya segunda versión de este 2018 se realizará desde mañana hasta el 4 de noviembre,
cuenta con al menos 24.000 expositores y más de 200.000 visitantes de todo el mundo.

Pero llegar al gigante asiático no es algo sencillo, por lo que el mayor flujo de visitantes bolivianos
fue una oportunidad para la creación de empresas que se dedican a facilitarle el comercio a los
importadores.

“El boliviano va hasta China a comprar su mercadería, la deja a la empresa transportadora y ésta
es la que se encarga de despacharla. Son centenares de compañías chinas y bolivianas que se
dedican a toda la logística de despacho”, indica Jiménez.
“En China ya hay unas 100 empresas (sinas) que trabajan con bolivianos”, afirma a su vez el
Gerente General de ESM Hermanos.

Este movimiento económico se refleja en las cifras macro del comercio exterior nacional, ya que
en los últimos 12 años las importaciones desde el gigante asiático se incrementaron de $us 227
millones a 2.027 millones, mientras que las exportaciones crecieron de $us 36 millones a 452
millones.

“Una vez en China, nosotros como empresa nos encargamos de la verificación, la consolidación de
la mercadería, el embarque y el envío hasta Bolivia”, explica Fernández, quien asegura que para
importar desde la República Popular lo primero que se debe hacer es conocer bien el producto en
el que desea invertir. “Yo llego a mandar aproximadamente unos 100 contenedores al año”,
indica.

Jiménez menciona que en ese periplo hay riesgos porque uno puede ser estafado por los
intermediarios y refiere casos en los que, aunque se pagó la mercadería y el transporte, los lotes
jamás llegaron a destino.

“Hay gente honesta que te guía y te dice qué es lo que debes hacer, pero también hay de los que
te pintan todo bonito. Se presentan casos en que desde Bolivia se hacen los depósitos y las
empresas en China desaparecen con todo el dinero”, cuenta el constructor.

Uno de estos ejemplos es el de Fabián Jiménez, propietario de un negocio en el rubro de pantallas


LED en La Paz, quien denunció que su empresa fue estafada en marzo del año pasado por la
compañía Zeenzhen Brivisión Technology, a la que pagó $us 20.500 por productos que al final no
recibió.

PROCESOS. “Hay chinos acostumbrados a estafar (...). Hicimos los reclamos a la Cancillería
boliviana y a la Embajada de Bolivia en China pero dejamos el caso por cansancio y por prestigio de
nuestra empresa”, relata.

Uno de los factores que eleva el riesgo de fraude y de que una operación acabe mal es el
conocimiento del mandarín, idioma oficial de China y la llave para hacer negocios exitosos en ese
mercado de más de 1.300 millones de habitantes y 8 millones de empresas.

“Hay bolivianos que van a China para aprender su idioma. Ahora es más fácil para un paisano
hablar con un traductor también boliviano para quedar bien en los negocios con los chinos”,
afirma Cristhian Jiménez. Esto es vital, agrega, porque a diferencia de años anteriores los
connacionales “hacen ya contratos con las fábricas chinas de manera directa”.

El importador detalla que los productos enviados desde China llegan primero a los puertos
chilenos de Iquique y Arica en contenedores cuyo flete cuesta en promedio $us 250 para los de 10
toneladas, dependiendo de la época del año, porque hay meses en que las empresas navieras
cobran hasta $us 2.000 por container.

La temporada en la que menos se paga por este tipo de transporte es entre mayo y junio, porque
las navieras asiáticas no quieren que los contenedores retornen vacíos. “En este momento se está
metiendo a Bolivia más sillas, mesas, adornos y objetos de decoración de plástico. Se animan a
traer estos productos chinos porque se saca buena ganancia”, añade Cristhian Jiménez, quien
recomienda al importador novato ir a China con unos $us 30.000 para llenar un container pequeño
y traerlo hasta el país, pagando el transporte y los trámites aduaneros de importación.
Bolivia “está inundada de productos chinos” y ello responde a que muchos connacionales se van
hasta el país asiático porque encontraron otra forma de hacer negocios, considera el titular de la
Cámara Nacional de Comercio (CNC), Marco Salinas, quien recomienda que la frontera de
intercambios con China sea mejor controlada.

“No todo el comercio chino entra de forma legal. Hay contrabando o subfacturación”, enfatiza el
ejecutivo de la CNC, que también organiza misiones empresariales a China para fomentar el clima
de negocios e inversiones en las transacciones externas privadas en el mercado nacional.

RELACIÓN CON DÉFICIT COMERCIAL

Tendencia: Entre 2006 y 2017, Bolivia exportó a China $us 3.317 millones pero compró cuatro
veces más, es decir 13.000 millones, por lo que el déficit comercial acumulado con ese país alcanzó
los 9.678 millones, según el Instituto Nacional de Estadística.

Impacto: “Hay un drenaje de divisas desde Bolivia a ese país”, dijo Gary Rodríguez, gerente general
del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, quien hizo notar que la balanza comercial con China
es deficitaria desde 2006.

INTERNACIONES DESDE CHINA

El gigante asiático es atractivo para cientos de personas y empresas que invierten su capital en la
compra de productos chinos con el fin de lograr pingües ganancias.

En el mercado chino se desarrollan impresionantes y multitudinarias ferias como las de Canton y


Beijing, en las que se pueden encontrar desde un alfiler hasta vehículos.

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