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Una mañana fría como el hielo, una mañana oscura como si no hubiera salido el sol, la niebla cubre

las montañas y se viene sobre ellas como el agua, animales hostiles dormidos en su tranquilidad,
impetuosos para atacar pero calmos para esperar.
Un día nublado que parece gris, todo muy seco pero fresco, las personas mirando de re ojo con fuerza
y miedo, epifanía de la realidad. Cada persona camina cargando su propio universo, siendo como son
por su pasado, buenos o malos.

La noche era carbón, solo se veían las estrellas, la luna, nos miraba fijamente como si quisiera
decirnos algo, pero no lo comprendimos, siempre estuvieron ahí pero nunca se vieron igual

pero son incomprendidas, siempre están ahí pero nunca se ven igual, siempre nos acompañan en la
soledad, nos miran sin descansar y nos iluminan el camino, la luna es la mejor guía que tenemos
cuando no podemos ver.
Ríos de agua cristalina naciendo de las montañas, como si fuera el llanto de las mismas, el cause
crece entre más larga la distancia de su nacimiento.

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