Está en la página 1de 3

Charles Reznikoff

I like the sound of the street—


But I, apart and alone,
Beside an open window
And behind a closed door.

I am alone—
And glad to be alone;
I do not like people who walk about
So late; who walk slowly after midnight
Through the leaves fallen on the sidewalks.

5 minutos en Bogotá

The Stairs 9

The Stoop 67

The Block 79

Washington Square 99

LaGuardia Place 116

Soho 139

Canal Street 155

Tribeca 166

145 Hudson Street 180


Alternative Routes 195

Esprit d’Escalier 209

Miles Davis
Francis Taylor era negra, menuda, divina. Iba con frecuencia a comer a lo de Jorge Grisetti o a
casa de la Negra Córdova. Éramos íntimos amigos, hacíamos grandes fiestas. Un día, encontré
su foto en un disco de Miles Davis: se habían casado. Cuando estuve en Nueva York, Miles daba
un concierto en Berkeley Street, en el Village. Hice la cola para entrar, llamé a mi amigo Rubén
Tomasov, quien me recibía en su casa y le avisé que volvería tardísimo. "No importa lo que
cueste, pero tomá un taxi para volver. No camines solo por esos barrios". Escuché el concierto
entre copas y mesas repletas. Al final me acerqué a Miles Davis y le pregunté:"¿ Y Francis?". Me
miró y dijo: "Estoy separado. ¿Sos amigo de Francis?". "Sí, de la Argentina." Y Miles: "Francis me
habló siempre tan bien de la Argentina. ¡Bueno, vamos, tomemos una copa! ¡Scotch on the
rocks!".Nos quedamos charlando. "La sigo queriendo mucho. Cuando hable con ella voy a
decirle que viniste. Va a encantarle que hayas preguntado por ella. Y cuando vuelvas, ¡me
llamas!" Nos despedimos con Miles entre abrazos.

Chet Baker
Estaba solo en París, en un hotel divino de la Rive Gauche, ahora muy de moda, con buenos
cuadros de autores modernos.
Una noche fui a comer a un restaurante vietnamita. Al recibir el menú, no entendí nada, no
había traducción alguna. Estaba sentado en un largo banco. A mi lado había un par de tipos
jóvenes, muy encantadores, que con una precisión increíble señalaban al mozo en el menú:
"Yan shun bi". Entonces, a mi vez dije asintiendo: "Yan shun bi". Después dijeron: "Sein pu
pum". En seguida dije: "Sein pu pum". Mientras comía notaba que los platos eran dulces, era
todo muy raro.
Al final de la cena, uno de los jóvenes me pidió fuego. Enseguida empezamos a conversar y me
preguntó: "¿Te gustó la comida vietnamita?". "No sé muy bien", le contesto, ''No entendí por
qué los dulces". "Pero, ¿qué pediste?". "Ni idea; ¡repetí lo que pidieron ustedes!" "¡Pero es que
nosotros tampoco entendemos nada!" Eran franceses. Ellos tampoco entendían el menú:
¡habíamos comido postres!
Con los dos franceses nos fuimos juntos a un cabaré. Tocaba Chet Baker. Estaba tan borracho
que en seguida tuvieron que retirarlo del escenario. Lo reemplazó un trío de jazz. Con los
franceses dijimos: "¿Qué hacemos? ¿Pedimos que nos devuelvan el dinero?". Y en seguida
coincidimos: "Para qué, ¡si lo estamos pasando espléndido!".
Estar mucho tiempo solo es incómodo, pero estar quince días solo en París, ¡es encantador!

También podría gustarte