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Seminario 4
Seminario 4
Los científicos sociales que analizaron este proceso desde una perspectiva de
derechos humanos enfatizaron que antes del fin del régimen, la rápida atmósfera
anti-dictadura estaba fuertemente enfocada en el rechazo masivo del crimen y el
terrorismo de estado3. En el mismo sentido, la voluntad política de Raúl Alfonsín
(Raúl Alfonsín), presidente electo de la Liga de Ciudadanos Radicales (UCR) en 1983,
es recordada como la necesidad de investigar y perseguir los delitos militares, lo que
es importante para la reconstrucción moral de la nueva democracia. base.
Uno de sus primeros actos, apenas cinco días después de asumir, fue firmar los decretos
157/83 y 158/83, en los que se ordenaba el enjuiciamiento a los miembros de las tres juntas
militares que tomaron el poder el 24 de marzo de 1976, y a los dirigentes de las organizaciones
armadas ERP y Montoneros. El mismo 15 de diciembre, Alfonsín envió al Congreso un proyecto
de ley que declarara nula la ley de autoamnistía (Nº 22.924) dictada por la dictadura cívico
militar. Una semana después, este se convirtió en la Ley Nº 23.040, la primera de la nueva
etapa democrática. El Juicio a las Juntas se desarrolló entre el 22 de abril y el 14 de agosto de
1985 .
Creación de la CONADEP
Plan Austral
En lo relativo a la economía, las recetas neoliberales aplicadas por la dictadura cívico militar
habían complicado gravemente la situación del país. Con la esperanza de revertir esto, en
febrero de 1985 Alfonsín nombró a Juan Vital Sourrouille como ministro de Economía. Buscaba
implementar una política económica que atacara la inflación. El 14 de junio, Alfonsín y
Sourrouille anunciaron la puesta en marcha del Plan Austral, un proceso por el que se creaba
una nueva moneda, el Austral, se congelaban todos los precios de la economía y se establecía
un mecanismo de desagio por el cual se deflactaba los precios quitándoles la inflación que
llevaban implícitamente calculada. El Plan Austral se basaba en la idea de que, en una
economía de alta inflación durante varias décadas, el único modo de lograr la estabilidad era
frenando lo que llamaban “inflación inercial”, es decir, la anticipación de la inflación por parte
de los operadores económicos, para después atacar las causas estructurales.
Otro de los puntos destacables en materia de política internacional fue el Tratado de Paz y
Amistad firmado entre Argentina y Chile en 1984, con el que se fijó el límite entre los dos
países desde el canal Beagle hasta el pasaje de Drake al sur del cabo de Hornos. Esto resolvió la
disputa por las islas por la que las dos naciones habían estado al borde del conflicto armado en
diciembre de 1977. Para Alfonsín garantizar la paz con Chile había sido una cuestión prioritaria
desde el momento de su asunción. La persistencia del conflicto era un factor de
fortalecimiento del militarismo y, por lo tanto, una amenaza inmediata a la reciente
democracia argentina. Alfonsín consideró necesario entonces cerrar el conflicto aceptando la
propuesta de la Santa Sede, que oficiaba como mediadora. Como primera medida, el
presidente radical firmó en la Ciudad del Vaticano, el 23 de enero de 1984, una Declaración
Conjunta de Paz y Amistad en la que los dos países se comprometían a alcanzar una solución
“justa y honorable” para el conflicto, “siempre y exclusivamente por medios pacíficos”.
Ley de divorcio
A fin de investigar estos crímenes, Raúl Alfonsín ―a solo cinco días de su asunción― decretó el
juzgamiento de las Juntas Militares y a las organizaciones guerrilleras. Para complementar esta
investigación, envió varios proyectos a fin de reformar la Justicia Militar2 y creó la Conadep
(Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas). La comisión debía investigar y
organizar las pruebas que presentaría el Estado en el juicio.3
b) Averiguar el destino o paradero de las personas desaparecidas, como así también toda otra
circunstancia relacionada con su localización.
e) Emitir un informe final, con una explicación detallada de los hechos investigados, a los
ciento ochenta (180) días a partir de su constitución.
Se conoce como Juicio a las Juntas al proceso judicial realizado por la justicia civil en la
Argentina en 1985 por decreto del presidente Raúl Ricardo Alfonsín (1983-1989) sobre los
integrantes de las tres primeras Juntas Militares de la dictadura autodenominada Proceso de
Reorganización Nacional (1976-1983), debido a sus graves y masivas violaciones de derechos
humanos.
El programa, iniciado en junio de 1985, fue del tipo "política de shock" y logró contener la
inflación rápidamente sin frenar el crecimiento económico. El programa terminó en los hechos
cuando hacia 1988 un rebrote inflacionario forzó a crear un nuevo programa, conocido como
"Plan Primavera", que no lograría evitar la Hiperinflación argentina de 1989 y 1990, que
terminaría en la renuncia de Alfonsín y en una transición adelantada al presidente electo
Carlos Menem.
Se inició con el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 ejecutado por las Fuerzas Armadas. El
golpe derrocó a todas las autoridades constitucionales, nacionales y provinciales, incluyendo a
la presidenta María Estela Martínez, imponiendo en su lugar una Junta Militar integrada por
los tres comandantes de las FF. AA., que dictó varias normas de jerarquía supraconstitucional y
nombró a un funcionario militar con la suma de los poderes ejecutivo y legislativo, de la Nación
y las provincias, que recibió el título de "presidente", y cinco funcionarios civiles que ocuparon
la Corte Suprema.
5) orría el año 1987. La joven democracia recuperada en las urnas, titularizada por el
Presidente Raúl Alfonsín, se veía amenazada por un grupo de militares que,conocidos
como los carapintadas y liderados por Aldo Rico, se sublevaron frente al orden
institucional restablecido.
Alfonsín tenía una firme convicción: no podía haber derramamiento de sangre para lo cual
desarrolló una estrategia de presión permanente, evitando que el levantamiento se
expandiera.
Allí, frente al Presidente, Rico depuso -junto al resto de los oficiales amotinados- su actitud
sediciosa y el Presidente Alfonsín pudo volver a la Casa Rosada y, frente a esa plaza
multitudinaria, pronuncio la recordada frase "La casa está en orden. Compatriotas, felices
Pascuas" y ,no menos importante, "y no hay sangre en la Argentina".