El intercambio iónico es la capacidad que tiene la
zeolita para desprenderse de iones propios y captar iones disueltos en el agua. Esta característica es fundamental para entender la idoneidad de la zeolita como medio filtrante.
El ion principal del que la zeolita gusta de
desprenderse es el sodio (Na) y lo que más le gusta captar es el ión amonio (NH 4) que se forma como parte del proceso degenerativo de la materia orgánica que cae al agua de la piscina. La zeolita, literalmente, se desprende de iones de sodio y capta iones de amonio.
Esto es fantástico por que todo el amonio captado
no reaccionará con el cloro del agua para formar las nefastas cloraminas. Sin embargo, la capacidad de captación de iones de amonio por parte de la zeolita no es infinita y de ahí que haya que realizar, periódicamente, una regeneración salina cuando se alcanza la saturación amónica.