Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Accion de Tutela
Accion de Tutela
HECHOS
1.- El 06 de diciembre de 2017, nos notificamos por correo del requerimiento
para declarar y/o corregir No. RCD-2017-03477, relacionado con el expediente
20151520058003013, donde se nos conmina a declarar y/o corregir aportes al
sistema de seguridad social por los periodos de enero a diciembre de 2013.
2.- El 02 de marzo de 2018, estando dentro del término legal dimos respuesta al
mismo oponiéndonos al requerimiento por no estar de acuerdo con el mismo, ya
que existían no solo inconsistencias en la liquidación de los aportes sino también
unos acuerdos escritos entre la empresa y sus empleados sobre pagos que no
constituían salario para todos los efectos legales.
3.- A pesar de las explicaciones dadas y de anexar fotocopias de todos y cada uno
de los acuerdos escritos firmados entre la empresa y sus empleados esa UNIDAD
DE GESTION PENSIONAL Y CONTRIBUCIONES PARAFISCALES DE LA PROTECCION
SOCIAL expide la liquidación oficial RDO- 2018-02742 DE FECHA 01 DE AGOSTO DE
2018 “Por medio de la cual se profiere liquidación oficial por omisión, mora en
el pago de los aportes e inexactitud en las autoliquidaciones y pagos al sistema
de la protección social y se sanciona por no declarar por conducta de omisión e
inexactitud”. El 18 de agosto de 2018 la UGPP nos notificó por correo.
Por lo tanto teniendo en cuenta que las autoridades tributarias gozan de autonomía
para definir que es o no salario para efectos laborales y fiscales, la Unidad determinará
si los pagos informados por el aportante integran o no el IBC, según las pruebas
allegadas al expediente…….” (hasta aquí lo citado por la UGPP).
Para apoyar lo manifestado en este último párrafo, esa Unidad cita la sentencia
de la Sección Cuarta del Consejo de Estado, sentencia del 01 de noviembre de
2012, expediente 250002327000200501-32301 (17786). Si bien es cierto que en
dicha sentencia el consejo de estado faculta a las autoridades tributarias para
definir que es o no salario, no es menos cierto que también aclara que los
acuerdos de exclusión salarial entre empleador y trabajador debe ser respetado
por dichas autoridades y deben acatar los criterios que haya trazado el
legislador.
Con todo, es de advertir que el artículo 128 del CST, en la parte que al recurso
extraordinario concierne, no consagra solemnidad alguna para el acuerdo de marras; el
carácter expreso del mismo no implica, necesariamente, calidad solemne. Por expreso
ha de entenderse lo que es factible de ser apreciado directamente, sin necesidad de
deducción o inferencia, tal como sucede, v.gr., con la manifestación que la parte que
termina unilateralmente el contrato de trabajo debe hacer a la otra en el momento de
la extinción.
Que el medio escrito se haga aconsejable para efectos probatorios es cuestión distinta a
que la escritura se prevea como una solemnidad, como acontece en tratándose de
hechos como la estipulación sobre salario integral, el contrato a término fijo, el período
de prueba, la interrupción de prescripción mediante reclamo escrito, etc.11 (Subraya la
Sala).
2.8 Por otra parte, el artículo 17 de la Ley 344 de 1996 se refirió a este tema y para dar
claridad dispuso que “se entiende que los acuerdos entre empleadores y trabajadores
sobre los pagos que no constituyen salario y los pagos por auxilio de transporte no hacen
parte de la base para liquidar los aportes con destino al Servicio Nacional de
Aprendizaje, SENA, Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, Escuela Superior
de Administración Pública, ESAP, Régimen del Subsidio Familiar y contribuciones a la
seguridad social establecidas por la Ley 100 de 1993”.
2.9 De manera reiterada, la Sala ha dicho que teniendo como soporte jurídico la norma
en cita, “las partes deben disponer expresamente cuales factores salariales no
constituyen salario, para efecto del pago de las prestaciones sociales y demás derechos
laborales”12.
2.10 Entonces, en cada caso particular y para efectos de determinar la base para el
cálculo de los aportes parafiscales, se debe analizar si los pagos recibidos por los
trabajadores de sus empleadores constituyen o no salario, ya sea porque así lo dispuso el
legislador o porque lo acordaron las partes intervinientes en la relación laboral, de
mutuo acuerdo y de manera expresa, que en términos de la Corte Suprema de Justicia,
no implica, necesariamente, calidad solemne.
Cabe insistir en que las bonificaciones ocasionales otorgadas por mera liberalidad del
empleador no constituyen factor salarial por mandato legal (art 128 C.S.T.), sin que se
requiera de acuerdo entre las partes y que, con fundamento en la misma norma y en el
artículo 17 de la Ley 344 de 1996, tampoco son salario las bonificaciones o beneficios,
-sean ocasionales o habituales-, siempre que sean extralegales y que las partes
expresamente acuerden que no hacen parte del salario13.
2.12 Conforme con lo anterior, lo determinante para establecer si las bonificaciones que
un empleador le paga a su trabajador constituyen salario para efectos de calcular el
aporte parafiscal al ICBF, no es constatar si el pago se realiza de manera ocasional o
habitual. En este sentido, la Sección aclaró que de conformidad con el artículo 128 del
CST, “las partes pueden convenir pagos habituales que no tengan el carácter de salario.
La mera habitualidad no determina que la expensa constituya salario, pues, como se
precisó, para que lo sea, esencialmente, debe retribuir el servicio prestado”14.
2.13 Y en reciente providencia, la Sala recalcó que “para que el empleador, como sujeto
pasivo de la contribución por aportes parafiscales, pueda excluir de la base de los
aportes (nómina mensual de salarios), las bonificaciones extralegales expresamente
excluidas por las partes como factor salarial debe probar que acordó 3.
3.10 Nótese que las partes acordaron que el salario a pagar por la prestación de los
servicios del trabajador corresponde al asignado para cada empleo, excluyendo, entre
otros conceptos, el pago por concepto de bonificaciones mensuales, semestrales,
trimestrales o anuales. En ninguno de los contratos aportados se indicó el pago de
comisiones; por lo tanto, el argumento propuesto por la parte demandada en el recurso
de apelación, según el cual, “como no se conoce la labor desarrollada por los empleados
que reciben pago por concepto de bonificaciones, no es posible determinar si lo que las
partes denominan pago variable no mensual, en realidad corresponde a unas comisiones
por venta o colocación de productos en el mercado”, “podría ser que los pagos pactados
como no salariales podrían corresponder a comisiones”35, carece de sustento probatorio
y, por ende, se trata de una conclusión sustentada en suposiciones o conjeturas, más no
en un hecho probado.
“….3.11 En este orden de ideas, los actos administrativos demandados están viciados de
nulidad porque la suma de $95.792.192 correspondiente al pago de las bonificaciones a
los trabajadores de la sociedad demandante, desde el mes de enero del año 2010 hasta
el mes de julio del año 2011, no puede ser tenida en cuenta en la base para liquidar los
aportes parafiscales por dicho periodo, motivo por el cual, le asiste la razón al Tribunal
al declarar la nulidad de las resoluciones Nos. 02294 del 29 de diciembre de 2011 y 0424
del 9 de abril de 2012, por lo que es del caso confirmar los numerales 1 y 2 de la parte
resolutiva de la sentencia apelada.
Ahora bien, contrario a lo afirmado por la actora, los argumentos de la DIAN en los actos
acusados para rechazar la deducción se han fundamentado en la habitualidad de las
bonificaciones reconocidas a sus empleados y, por tal razón, ese aspecto fue analizado
en la sentencia apelada.
En efecto, el artículo 128 C.S.T. establece las características de diferentes pagos que
realiza el empleador que no son constitutivos de salarios, así:
1. Las sumas que ocasionalmente y por mera liberalidad recibe el trabajador del
empleador.
2. Lo que recibe en dinero o en especie, no para su beneficio sino para desempeñar
sus funciones.
3. Los beneficios o auxilios habituales u ocasionales acordados convencional o
contractualmente y otorgados en forma extralegal, cuando las partes así lo
hayan dispuesto expresamente.
1
Entonces, con la interpretación propuesta por el artículo 17 de la Ley 344 de 1996, es
suficiente con que se demuestre la existencia de un acuerdo, bien sea convencional o
contractual, en el que las partes hayan estipulado expresamente que determinados
pagos no constituyen salario, para que puedan ser excluidos válidamente de la base para
liquidar los aportes y ello no sea requisito para solicitar su deducción.
Al respecto, esta Sala ha señalado que “no se puede negar de manera general el
carácter de deducibles de los pagos efectuados al trabajador, a título de
participaciones de utilidades y bonificaciones ocasionales, porque al provenir de una
relación laboral entre la empresa y sus empleados como forma de remuneración por el
servicio prestado, independientemente de que no sean salario ni factor prestacional,
constituyen pagos laborales que necesariamente inciden en la generación del ingreso y
por ende son gastos que aminoran la base gravable de imposición, (…)” 2.
Así, pues, lo antes expuesto resulta suficiente para concluir que de conformidad con los
artículos 128 C.S.T. subrogado por el artículo 15 de la Ley 50 de 1990, en concordancia
con el 17 de la Ley 344 de 1996, los pagos que realizó COLPOZOS S.A., por concepto de
bonificaciones estipuladas en los contratos laborales, no constituían base salarial para
calcular los aportes parafiscales, por lo que, para su deducción no era requisito
demostrar el pago de dichos aportes.
Lo anterior, hace desaparecer los fundamentos para imponer a la actora la sanción por
inexactitud.
En consecuencia, la Sala revocará la decisión del Tribunal Administrativo del Valle del
Cauca que negó las pretensiones de la demanda. En su lugar, anulará los actos
demandados y, a título de restablecimiento del derecho, declarará en firme la
liquidación del impuesto de renta correspondiente al año gravable 2001 presentada por
la actora…..”
2
Administración Pública, ESAP, Régimen del Subsidio Familiar y contribuciones a
la seguridad social establecidas por la Ley 100 de 1993.”
En cuanto a la interpretación de este artículo la Sala se ha pronunciado en el sentido de
precisar que6 [6]:
“A la luz del artículo 17 de la Ley 344 de 1996, los acuerdos entre empleadores y
trabajadores sobre los pagos que no constituyen salario y los pagos por auxilio de
transporte no hacen parte de la base para liquidar los aportes con destino al Servicio
Nacional de Aprendizaje, SENA, Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF,
Escuela Superior de Administración Pública, ESAP, Régimen del Subsidio Familiar y
contribuciones a la seguridad social establecidas por la Ley 100 de 1993. Es por lo
anterior y teniendo como soporte jurídico la norma en cita, que las partes deben
disponer expresamente cuales factores salariales no constituyen salario, para efecto del
pago de las prestaciones sociales y demás derechos laborales.” (Subraya la Sala)
De conformidad con las normas antes citadas resulta claro que todos los pagos
que remuneren el servicio prestado por el trabajador son salario y, aquellos que
se hacen por mera liberalidad por parte del empleador, los que tienen por objeto
garantizar el buen desempeño de las funciones asignadas al trabajador (vr.gr.
auxilio de transporte) y, los beneficios o bonificaciones habituales u ocasionales
de carácter extralegal pactadas con carácter extra salarial, no hacen parte de la
base para liquidar los aportes parafiscales, pues no son salario…”
Así pues, para que el empleador, como sujeto pasivo de la contribución por aportes
parafiscales, pueda excluir de la base de los aportes (nómina mensual de salarios), las
bonificaciones extralegales expresamente excluidas por las partes como factor salarial
debe probar que acordó con sus trabajadores que tales beneficios no son constitutivos
de salario.
Así, de acuerdo con el artículo 128 del Código Sustantivo del Trabajo, modificado por el
artículo 15 de la Ley 50 de 1990 y el artículo 17 de la Ley 344 de 1996, al igual que la
jurisprudencia de la Sala, la bonificación por alto desempeño no hace parte de la base
de liquidación de los aportes parafiscales a favor del ICBF, toda vez que no constituye
salario porque expresamente fue excluida por las partes como factor salarial.
Al respecto, la Sala reitera que es suficiente con que se demuestre la existencia del
acuerdo, bien sea convencional o contractual, en el que las partes hayan estipulado
expresamente que determinados pagos no constituyen salario, así sean habituales,
para que puedan ser excluidos válidamente de la base para liquidar los aportes
parafiscales….” (El subrayado y resaltado es nuestro)
Y como las anteriores Jurisprudencias del Concejo de Estado hay otras más, de
las cuales no transcribo apartes de las consideraciones para no hacer más
extenso este recurso, pero si las menciono para que sean tenidas en cuenta al
momento de decidir el recurso de reconsideración: Sentencia radicado
250002337002012-00409 -01 (20873) de junio 15 de 2016, sentencia radicado
2500023270002000-1453-01(13107) de 12 septiembre de 2002.
De todo lo anterior se desprende que han sido reiteradas las jurisprudencias que
ha adoptado el concejo de estado frente a la validez de los acuerdos escritos de
exclusión salarial pactados entre empleadores y trabajadores y ha ratificado una
y otra vez sobre su legalidad y de la imposibilidad de ser ilegitimado por las
autoridades administrativas.
Más adelante en la misma sentencia dice la Corte “…La obligatoriedad del precedente
es, usualmente, una problemática estrictamente judicial, en razón a la garantía
institucional de la autonomía (C.P. art. 228), lo que justifica que existan mecanismos
para que el juez pueda apartarse, como se recordó en el fundamento jurídico 4., del
precedente. Este principio no se aplica frente a las autoridades administrativas,
pues ellas están obligadas a aplicar el derecho vigente (y las reglas judiciales lo
son), y únicamente están autorizadas -más que ello, obligadas- a apartarse de las
normas, frente a disposiciones clara y abiertamente inconstitucionales (C.P. art.
4). De ahí que, su sometimiento a las líneas doctrinales de la Corte Constitucional
sea estricto”. [10]
En consecuencia, las autoridades administrativas deben necesariamente respetar y
aplicar el precedente judicial……”.
Y continua diciendo la Corte: “….(xi) el desconocimiento del precedente judicial de las
Altas Cortes por parte de las autoridades administrativas, especialmente de la
jurisprudencia constitucional, implica la afectación de derechos fundamentales, y por
tanto una vulneración directa de la Constitución o de la ley, de manera que puede dar
lugar a (i) responsabilidad penal, administrativa o disciplinaria por parte de las
autoridades administrativas, (ii) la interposición de acciones judiciales, entre ellas de la
acción de tutela contra actuaciones administrativas o providencias judiciales.
Con fundamento en todo lo anterior, la Sala ratifica la obligación de todas las entidades
públicas y autoridades administrativas de aplicar el precedente judicial dictado por las
Altas Cortes, tanto en la jurisdicción ordinaria por la Corte Suprema de Justicia, como
en la jurisdicción contenciosa administrativa por el Consejo de Estado, y en la
jurisdicción constitucional por la Corte Constitucional, a partir de las normas
constitucionales y reglas jurisprudenciales que fueron analizadas en detalle en la parte
considerativa de esta sentencia y que se sistematizan en este apartado.
7.2.3 En este caso, evidencia la Sala que la norma demandada consagra la obligación
por parte de las entidades públicas de tener en cuenta el precedente judicial. Por tanto,
se trata aquí de determinar la constitucionalidad de las expresiones acusadas del
precepto normativo, a partir del anterior análisis que ha desarrollado esta Corte en
relación con la obligación de las autoridades administrativas de acatar la Constitución,
la ley y la interpretación que hagan las máximas autoridades judiciales encargadas
legítimamente de interpretarlas, y por tanto respecto de la fuerza vinculante del
precedente judicial ordinario, contencioso administrativo y constitucional de las Altas
Cortes para las autoridades administrativas…….”.
De otra parte la Sala de Consulta y Servicio Civil del Concejo de Estado en el
concepto 2177 del 10 de diciembre de 2013 aclara que el precedente judicial no
solo se aplica a las sentencias que son de unificación sino también a las demás
sentencias, veamos lo que dijo el Concejo de estado al respecto : “…………3. El
valor de las sentencias del Consejo de Estado que no son de unificación – valor como
precedente
Al respecto se pronunció expresamente la Corte Constitucional en la Sentencia C-588 de
2012 al declarar exequible el artículo 270 de la ley 1437 de 2011 y rechazar el cargo
relacionado con la pérdida de valor de las sentencias del Consejo de Estado no incluidas
en la definición de dicho artículo:
De esta manera, las entidades estatales al momento de adoptar las decisiones
administrativas o responder solicitudes de conciliación que permitan evitar un conflicto,
están obligadas a: (i) identificar las normas aplicables al caso; (ii) identificar y aplicar
las sentencias de los órganos de cierre en que dichas normas se hayan interpretado (sean
o no de unificación), salvo que existan razones constitucionales serias y fundadas para
apartarse de dicho precedente; (iii) en el evento en que no haya una interpretación
judicial previa de las normas aplicables o que éstas sean contradictorias, deberá
preferirse la interpretación que mejor desarrolle los valores, principios y derechos
constitucionales; (iv) en cualquier caso, será necesario hacer una motivación expresa y
suficiente sobre la existencia o no de un precedente judicial y de su aplicación o
apartamiento; y (v) cuando haya una sentencia de unificación jurisprudencial todos los
anteriores deberes se verán reforzados y serán aún más exigentes, en la medida en que
permitirán activar, adicionalmente, los mecanismos previstos en la ley 1437 de 2011 a
los que se alude enseguida…….”.
6.- No obstante haber fundamentado el recurso de reconsideración como se
informa en el punto anterior, la accionada UGPP, confirma mediante
RESOLUCION No. RDC-2019-01554 DE FECHA 26 DE AGOSTO DE 2019 la
resolución No. RDO-2018-02742 del 1° DE AGOSTO DE 2018.
DERECHO FUNDAMENTAL VIOLADO
Estimo que la actitud de la accionada UNIDAD ADMINISTRATIVA ESPECIAL DE
GESTION PENSIONAL Y CONTRIBUCIONES PARAFISCALES DE LA PROTECCION
SOCIAL-UGPP, con las resoluciones No. RDO-2018-02742 del 1° DE AGOSTO DE
2018 y RESOLUCION No. RDC-2019-01554 DE FECHA 26 DE AGOSTO DE 2019,
Vila derechos fundamentales de mí representada por vía judicial de hecho,
Porque el contenido de la disposición usada por la UGPP, adolece de un DEFECTO
MATERIAL O SUSTANTIVO: (Sentencia T-008 de 1998), “cuando la decisión
judicial se funda en una norma evidentemente inaplicable al caso concreto”. La
Corte mediante las sentencias T-087 de 2007 y la T- 436 de 2009, reseño los
modos de configuración de esta causal, así: La decisión adoptada por la UGPP en
sus resoluciones, no tiene conexidad material con los supuestos del caso.
Sentencia T-1232 de 2003 y SU-868 de 2001, Defecto sustantivo por grave error
en la interpretación de la norma aplicada. Sentencia T-389 de 2009. Defecto
sustantivo por insuficiente sustentación o justificación de la actuación que afecte
derechos fundamentales. Sentencia T- 1285 de 2005.Defecto sustantivo por
desconocimiento del precedente jurisprudencial sin ofrecer un mínimo
razonable de argumentación, que hubiere permitido una decisión diferente si
se hubiese acogido la jurisprudencia. Sentencia SU- 917 de 2010 la resolución.
Durante muchos años se ha sostenido que Colombia es uno de los países con
mayor estabilidad institucional de América Latina; es decir, que desde 1821
hasta la Constitución Política de 1991, se ha mantenido una democracia formal
más no real; sin embargo, no hay que olvidar que Colombia no es la democracia
más antigua del continente. Las circunstancias que ponen de relieve este hecho
son, entre otras, las dos guerras civiles del siglo XIX y XX, el periodo de la
violencia partidista que asoló el campo colombiano desde 1948 hasta 1958,
además de las acciones violentas y abominables de los grupos guerrilleros desde
1964 hasta la fecha.
Además, para obtener alguna indemnización por parte del particular al Estado,
requiere ejercer el medio de control de Reparación Directa (Artículo 140 de la
ley 1437 de 2011).
Bajo esta premisa básica, es pertinente indagar los antecedentes que motivaron
el surgimiento de esta figura de la “Vía de Hecho”, por parte de la Corte
Constitucional.
Por eso se advierte como fundamental conocer con precisión los requisitos para
que una providencia judicial pueda incurrir en “Vía de Hecho”. La jurisprudencia
de la Corte Constitucional ha refinado su comprensión, desde su concepción
inicial: el núcleo de la existencia de un acto arbitrario; hasta los fallos más
recientes: se necesita que se configuren las causales generales y las
especiales de amparo constitucional contra sentencias por “vía de hecho”, así no
haya acto arbitrario como tal.
Existen tres etapas bien definidas sobre el tratamiento jurisprudencial de la “vía
de hecho” contra Sentencias, a saber:
Este doble examen, ponía de presente que las decisiones judiciales no pueden
ser atacadas por vía de la acción de tutela, salvo que constituyan “vía de hecho”
y se cumplan los restantes requisitos de procedibilidad; esto es, la declaratoria
de existencia de la anomalía constitucional en el texto de la sentencia (noción
orgánica) y a la vez, el mandato u orden impartida del juez constitucional
(noción instrumental).
De modo que en esta etapa la solución del caso por vía de tutela no comprende
simplemente la existencia de un acto arbitrario, sino que la Corte Constitucional
entiende que lo esencial ahora es tratar de armonizar dos extremos, presentados
como antagónicos por la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado, a
saber:
En conclusión, la enunciación de las causales genéricas tiene que ser una fórmula
que permita armonizar, por un lado, la necesidad de proteger los intereses
constitucionales que involucran la autonomía de la actividad judicial y, por otro,
la seguridad jurídica. Lo anterior sin que dichos valores puedan desbordar su
ámbito de irradiación y así cerrar las puertas a la necesidad de proteger los
derechos fundamentales que puedan verse afectados por la actividad
jurisdiccional del Estado, según las sentencias T-949 de 2003 y T- 462 de 2003 de
la Corte Constitucional.
Sin embargo, posteriormente, se introduce otro elemento, esta vez como una
decisión adicional a la tesis principal, al comprender la figura de
la ponderación como concepto técnico, cuando se dan principios constitucionales
contrapuestos, extensible dicha situación a los derechos fundamentales.
Esto implica que, la acción de tutela resulta ser, sin duda, la herramienta
jurídica más expedita, eficaz y oportuna para impugnar los actos administrativos
cuando se incurre en violación de los derechos fundamentales. De modo que
resulta inapropiado seguir utilizando los medios de control tradicionales como la
Nulidad y Nulidad y Restablecimiento del Derecho y Reparación Directa, cuando
se puede acudir directamente a la acción de tutela para aquellas eventualidades
en que la administración pública actúa a través de la expedición de actos
administrativos que vulneren derechos fundamentales, siempre y cuando se
enmarquen dentro de las causales generales y específicas que ha determinado la
Corte Constitucional por vía jurisprudencial; y además, se constituye en un
precedente jurisprudencial.
Además, debemos observar que los procedimientos administrativos y procesos
contenciosos contemplados en el Código de Procedimiento Administrativo y de lo
Contencioso Administrativo, se tornan muy lentos y demorados, haciendo
nugatoria la administración de justicia. No existe, en consecuencia, precepto
constitucional o legal que niegue esta posibilidad de interponer una acción de
tutela contra un acto administrativo que trasgreda los derechos fundamentales,
es decir, cuando se incurra en “Vía de Hecho”.
PETICIONES SUBSIDIARIAS
ANEXOS
Me permito anexar fotocopia de las actuaciones administrativas narradas. Poder
para actuar y CERTIFICADO DE EXISTENCIA Y REPRESENTACIÓN LEGAL JUDICIAL.
NOTIFICACIONES
La accionada UNIDAD ADMINISTRATIVA ESPECIAL DE GESTION PENSIONAL Y
CONTRIBUCIONES PARAFISCALES DE LA PROTECCION SOCIAL-UGPP, en la Calle 19
No. 68 A 18 de la ciudad de Bogotá DC. Correos electrónicos de contacto
notificacionesjudicialesugpp@ugpp.gov.co y contactenos@ugpp.gov.co
La suscrita y su representada CARCO SEVE SAS., recibirá notificaciones en la
Carrera 9 No. 18 13 Edificio CARCO de la ciudad de Valledupar, o en la Secretaría
de su Despacho.
Respetuosamente,