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por: Alan Perdomo

Activa tu filtro: ¿De qué estamos hablando?


Los tres conceptos acerca del mundo en la Biblia

Introducción
• “No seas mundano” “El hermano se volvió al mundo” “El mundo no nos acepta”.
• Estas y otras frases son utilizadas para referirse a uno de los enemigos del creyente
que está presente a cada momento para atacarlo, tentarlo y derrotarlo.
• La Biblia utiliza la palabra como sinónimo de ese enemigo (Stg. 4:4), pero también
afirma que se debe ir por todo el mundo y predicar el evangelio (Mr. 16:15).
• Debemos recordar que, aunque las palabras pueden tener varios significados,
generalmente, en un contexto específico se usa solamente uno de esos significados,
a menos que haya un juego de palabras evidente.
• En este estudio se busca aclarar los sentidos en los que se utiliza la palabra “mundo”
en la Biblia con el propósito de adoptar una actitud correcta ante cada uno de ellos
y así, saber cómo activar los filtros adecuados en cada circunstancia.

El mundo como el planeta que habitamos


• En textos como Salmo 24:1; 90:2 o Hechos 17:24, es obvio que la Biblia utiliza la
palabra “mundo” para referirse a la tierra como el planeta que habitan los seres
humanos.
• En esos textos se afirma que Dios es el creador de todas las cosas (Jer. 10:12; 51:15) y
que Él sostiene y dirige el funcionamiento del mundo natural (Sal. 65:9-13).
• La responsabilidad de los seres humanos para con este “mundo” es doble: cuidarlo
(Ex. 23:10-11; Dt. 11:10-15; 20:19) y hacerlo producir y florecer responsablemente
(Gén. 1:27-28; 2:15; Sal. 8:6-8).
• El “mundo”, en este sentido, no es pecaminoso en sí mismo ni es un enemigo, ya
que fue creado por el Señor, el cual declaró “bueno” todo cuanto había creado
(Gén. 1:31).
• Sin embargo, la Biblia afirma que sí fue perjudicado gravemente por el pecado de
los seres humanos. La tierra dejó de ser generosa y se volvió difícil de cultivar

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(Gén. 3:17-18). De hecho, se afirma que la creación está sujeta “a vanidad” y es como
una esclava de la corrupción provocada por el pecado (Rom. 8:20-21). Por ello, gime
en angustia, esperando la liberación que traerá la redención de la humanidad (Rom.
8:19, 21-22).
• De esta manera, los creyentes deben ser líderes en el cuidado de la creación y del
desarrollo responsable del ambiente.

El mundo como los habitantes de la tierra


• La Biblia también utiliza la palabra “mundo” para referirse a las personas que
habitan en la tierra. A veces se usa la frase “los habitantes del mundo” (Is. 18:3),
mientras que otras, simplemente se habla de “el mundo”, y claramente se refiere a
personas y no a la creación (Por ejemplo, Sal. 96:13).
• En este sentido, la Escritura enseña que Dios juzgará al mundo y que tiene el
derecho y la autoridad para evaluarlo y castigarlo (Sal. 98:9; Is. 13:11; Hch. 17:31).
• Por otra parte, es en este sentido que el Nuevo Testamento declara que Cristo es el
cordero de Dios que quita los pecados “del mundo” (Jn. 1:29) o que es el sacrificio
por el perdón de los pecados “de todo el mundo” (1 Jn. 2:2). Por supuesto, esto
significa que Jesús murió por los pecados de todas las personas.
• Cuando Juan 3:16 dice que Dios amó “al mundo” de manera que dio a su único hijo,
se refiere a todos los seres humanos.
• Por último, hay que señalar que, cuando Jesús envía a sus discípulos “al mundo”
para predicar las buenas nuevas (Mr. 16:15; Jn. 17:18), aunque tiene una dimensión
geográfica, obviamente está pensando en predicarles a las personas de todo lugar.
• Es por lo anterior que Jesús declara que sus seguidores son “luz del mundo” (Mt.
5:14), ya que tienen la responsabilidad de alumbrar con su conducta y sus palabras
que viven en condición de tinieblas.
• De estas últimas observaciones se desprende que “el mundo”, en este sentido,
tampoco es un enemigo, aunque el enemigo sí se encuentra en y proviene de él.
• De hecho, la responsabilidad de los hijos de Dios es, por un lado, ejercer una
influencia beneficiosa en medio de las demás personas como la sal y la luz (Mt. 5:13-
14) y, por otro, anunciar el evangelio y hacer discípulos dondequiera que vayan (Mt.
28:18; Mr. 16:15), predicando arrepentimiento y perdón de pecados (Lc. 24:47).

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El mundo como sistema pecaminoso
• La Escritura también utiliza la frase “el mundo” para referirse al conjunto de valores,
actitudes y acciones pecaminosas opuestas al carácter de Dios y organizado y
dirigido por Satanás. Este es uno de los grandes enemigos del creyente.
• A esto se refiere Jesús cuando dice que el mundo odiará a sus seguidores, ya que
ellos no proceden de ese sistema (Mr. 13:13; Jn. 17:14).
• En ese sentido, se hace un llamado a no amar al mundo (1 Jn. 2:15) ni ser amigos de
él (Stg. 4:4). Las palabras que se asocian con acercarse al mundo son fuertes: si uno
lo ama, por ejemplo, es que “no tiene el amor del Padre” (1 Jn. 2:15), y si uno se hace
amigo del mundo se le llama “gente adúltera” y enemigos de Dios (Stg. 4:4).
• La responsabilidad con respecto a este concepto del mundo es no enredarse en una
relación de amor y gusto con los valores y actitudes del mundo y marcar una
diferencia clara entre la filosofía de vida que proviene de Dios con la que el mundo
manifiesta.

Conclusión
• Es tarea de cada estudiante de la Biblia el determinar cuál de estos tres sentidos se
utiliza en cada pasaje de la Biblia.
• Generalmente, el contexto determina con cierta claridad el uso que la palabra tiene.
• Que el Señor nos permita vivir en el mundo, siendo luz del mundo, pero al mismo
tiempo, cuidándonos del mundo.

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