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04/11/2020

Impresiones sobre
Don Quijote
FERNANDA LOPES DE SÁ
Antes, una pequeña observación al inicio, donde el narrador dice que el
entorno en el que se encuentra no contribuye a que la historia que desea
escribir sea admirable, ya que sus ideas fueron concebidas en una prisión.
Pero, la descripción del entorno que sería favorable para escribir una historia
respetable, se remite a las características arcaicas, tales como:
“El sosiego, el lugar apacible, la amenidad de los campos, la serenidad
de los cielos, el murmurar de las fuentes, la quietud del espíritu, son grande
parte para que las musas más estériles se muestren fecundas y ofrezcan partos
al mundo que le colmen de maravilla y de contento.”
El prólogo fue escrito por el padrastro de Don Quijote, quien le dice al
lector que no se preocupe por tener una opinión negativa en relación a la
historia que se contará en el libro y, aunque Quijote sea su hijo, no pedirá
perdón ni tolerancia por sus defectos. Además, él sentirse inferior e
insuficiente en habilidades y erudición para presentar la historia de este
caballero al mundo a través de las letras.
Sin embargo, cuando un amigo tuyo se une a él, refutando todas sus
penas por escribir un libro digno, queda impresionado y toma eses consejos
de su amigo, diciéndole al lector que lo que escribirá sobre el famoso Don
Quijote será “tan sincera y tan sin revueltas ”. Cierra el prólogo diciéndonos
que no lo olvidemos y que Dios nos dé salud.
Tras el prólogo, son diez sonetos, que, como le dijo su amigo que
añadiera al principio, son de personajes que él mismo inventó, para pasar el
aire de serios y detentores de títulos, de los que se habla del caballero más
valiente, Don Quijote. El soneto que más me gustó fue Don Belianís de
Grecia:

Rompí, corté, abollé, y dije e hice Tuve a mis pies postrada la Fortuna
más que en el orbe caballero andante; y trajo del copete mi cordura
fui diestro, fui valiente y arrogante, a la calva ocasión al estricote.
mil agravios vengué, cien mil deshice.

Hazañas di a la fama que eternice; Mas, aunque sobre el cuerno de la luna


fui comedido y regalado amante; siempre se vio encumbrada mi ventura,
fue enano para mí todo gigante, tus proezas envidio, ¡oh, gran Quijote!
y al duelo en cualquier punto satisfice.

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