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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

(UAPA)

ESCUELA DE PSICOLOGIA
CARRERA DE PSICOLOGIA INDUSTRIAL
TEMA:

PRODUCCION FINAL

FACILITADOR(A)

Carmela Marisol Almonte

PRESENTADO POR:

ASIGNATURA:

PSICOLOGIA ORGANIZACIONAL

SANTIAGO
REPUBLICA DOMINICANA
27 DE OCTUBRE DE 2019
INTRODUCCION

La República Dominicana, como la mayoría de los países del globo terráqueo, ha


seguido también un proceso evolutivo en el desarrollo de la Seguridad Social. Las
características del proceso evolutivo al que se hace referencia puede interpretarse
como típico de los países de la región de igual nivel de desarrollo. El desarrollo
histórico de la Seguridad Social en la República Dominicana corresponde sólo a
un esbozo de las que son sus grandes líneas.
La etapa de las medidas de protección social corresponde en la República
Dominicana a acciones dirigidas desde el Estado y mediante la iniciativa privada
como respuestas a contingencias sociales identificadas en sectores necesitados.
La Seguridad Social es un derecho básico de los/as trabajadores/as; la protección
de la salud a cualquier edad y para todos/as los/as ciudadanos/as.
Con frecuencia se escucha a través de los diferentes medios de comunicación
denuncias de que los/as propietarios/as de los establecimientos comerciales del
Municipio no cumplen con las normas legales establecidas en la Ley 87-01 sobre
la Seguridad Social, lo que ha generado contradicciones entre el empleados/as y
empleadores/as.
Esta situación representa una problemática que debe obligar a las autoridades
competentes en estos aspectos, asumir la responsabilidad del cumplimiento de las
disposiciones legales, lo que provoca que todas estas situaciones de infracciones
al orden jurídico (Ley 87-01 sobre Seguridad Social) son de las acciones que
pueden motivar a contradicciones entre empleadores/as y el empleados/as de los
supermercados en el Municipio de Santiago. Situación como la planteada es lo
que motiva los investigadores a realizar el presente estudio.
LEY 87-01
PROMULGADA EL 9 DE
MAYO DE 2001, (ARL)
ADMINISTRADORA DE
RIESGO LABORALES.
Ley 87-01
El artículo 1 de la Ley 87-01 instituye que el objetivo de esta ley es establecer el
Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS) en el marco de la Constitución
de la República Dominicana, para regular y desarrollar los derechos y deberes
recíprocos del Estado y de los ciudadanos en lo concerniente al financiamiento
para la protección de la población contra los riesgos de vejez, discapacidad,
cesantía por edad avanzada, sobrevivencia, enfermedad, maternidad, infancia y
riesgos laborales.
El Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS) comprende a todas las
instituciones públicas, privadas y mixtas que realizan actividades principales o
complementarias de seguridad social, a los recursos físicos y humanos, así como
las normas y procedimientos que los rigen.
El artículo 5 de la Ley 87-01 establece que tienen derecho a ser afiliados al
Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS) todos los ciudadanos
dominicanos y los residentes legales en el territorio nacional.
El mismo artículo 5, en su acápite A, indica que son beneficiarios del Seguro
Familiar de Salud los titulares del derecho a la promoción de la salud, prevención
de las enfermedades y a la protección, recuperación y rehabilitación de su salud y
preservación del medio ambiente, sin discriminación alguna, todos los
dominicanos y los ciudadanos extranjeros que tengan establecida su residencia en
el territorio nacional.
Para fines de esta ley, la familia del asegurado incluye:
1. a) Al cónyuge o compañero/ra de vida debidamente registrado; y b) Los hijos e
hijastros menores de 18 años o menores de 21 años, si fueran estudiantes, o
sin límite de edad si son discapacitados, y los padres si son dependientes,
mientras no sean ellos mismos afiliados al Sistema Dominicano de Seguridad
Social.

El acápite B del artículo 5, señala como beneficiarios del Seguro de Vejez,


Discapacidad y Sobrevivencia a:

1. a) Los(as) trabajadores(as) dependientes y los empleadores, urbanos y rurales,


en las condiciones establecidas por la presente ley;
2. b) Los(as) trabajadores(as) dominicanos que residen en el exterior, en las
modalidades establecidas por la presente ley;
3. c) Los(as) trabajadores(as) independientes y los empleadores, urbanos y
rurales, en las condiciones que establecerá el reglamento del Régimen
Contributivo Subsidiado;
4. d) Los(as) desempleados(as), discapacitados(as) e indigentes, urbanos y
rurales, en las condiciones que establecerá el reglamento del Régimen
Subsidiado.

Y el acápite C del mismo artículo establece que Son beneficiarios del Seguro
Contra Riesgos Laborales:

1. a) Los(as) trabajadores(as) dependientes y los empleadores, urbanos y rurales,


en las condiciones establecidas por la presente ley;
2. b) Los trabajadores por cuenta propia, los cuales serán incorporados en forma
gradual, previo estudio de factibilidad técnica y financiera.

Indica este acápite, además, que están cubiertos por las disposiciones de la Ley
87-01 los ciudadanos dominicanos que laboran en los organismos internacionales
dentro del país. Están excluidos, el personal radicado en el país de misiones
diplomáticas extranjeras y de organizaciones internacionales y el personal
expatriado de empresas extranjeras, en la medida en que estuviesen protegidos
por sus propios regímenes de seguridad social. Estas misiones podrán acogerse a
los beneficios de la presente ley para cubrir en forma parcial o total a su personal,
como complemento a sus propios planes o como única cobertura para sus
empleados. Sin perjuicio de lo anterior, el SDSS podrá establecer convenios de
protección recíproca a los ciudadanos de otras naciones residentes en el país y a
los ciudadanos dominicanos residentes en otros países.
El Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS) se organiza en base a la
especialización y separación de las funciones. La dirección, regulación,
financiamiento y supervisión corresponden exclusivamente al Estado y son
inalienables, en tanto que las funciones de administración de riesgos y prestación
de servicios estarán a cargo de las entidades públicas, privadas o mixtas
debidamente acreditadas por la institución pública competente. En tal sentido, el
SDSS estará compuesto por las entidades siguientes:
a) El Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS), entidad pública
autónoma órgano superior del Sistema;
b) La Tesorería de la Seguridad Social, entidad responsable del recaudo,
distribución y pago de los recursos financieros del SDSS, y de la administración
del sistema único de información;
c) La Dirección de Información y Defensa de los Asegurados (DIDA), dependencia
pública de orientación, información y defensa de los derechohabientes;
d) La Superintendencia de Pensiones, entidad pública autónoma supervisora del
ramo;
e) La Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales, entidad pública autónoma
supervisora del ramo;
f) El Seguro Nacional de Salud (SNS), entidad pública y autónoma;
g) Las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), de carácter público,
privado o mixto;
h) Las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS), de carácter público, privado o
mixto, con o sin fines lucrativos;
i) Las Proveedoras de Servicios de Salud (PSS), de carácter público, privado o
mixto, con o sin fines lucrativos;
j) Las entidades públicas, privadas o mixtas, con y sin fines de lucro, que realizan
como actividad principal funciones complementarias de seguridad social.
El Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS) se regirá por los
siguientes principios:
Universalidad: El SDSS deberá proteger a todos los dominicanos y a los
residentes en el país, sin discriminación por razón de salud, sexo, condición social,
política o económica;
Obligatoriedad: La afiliación, cotización y participación tienen un carácter
obligatorio para todos los ciudadanos e instituciones, en las condiciones y normas
que establece la presente ley;
Integralidad: Todas las personas, sin distinción, tendrán derecho a una protección
suficiente que les garantice el disfrute de la vida y el ejercicio adecuado de sus
facultades y de su capacidad productiva;
Unidad: Las prestaciones de la Seguridad Social deberán coordinarse para
constituir un todo coherente, en correspondencia con el nivel de desarrollo
nacional;
Equidad: El SDSS garantizará de manera efectiva el acceso a los servicios a
todos los beneficiarios del sistema, especialmente a aquellos que viven y/o
laboran en zonas apartadas o marginadas;
Solidaridad: Basada en una contribución según el nivel de ingreso y en el acceso
a los servicios de salud y riesgos laborales, sin tomar en cuenta el aporte
individual realizado; de igual forma, cimentada en el derecho a una pensión
mínima garantizada por el Estado en las condiciones establecidas por la presente
ley;
Libre elección: Los afiliados tendrán derecho a seleccionar a cualquier
administrador y proveedor de servicios acreditado, así como a cambiarlo cuando lo
consideren conveniente, de acuerdo a las condiciones establecidas en la presente
ley;
Pluralidad: Los servicios podrán ser ofertados por Administradoras de Riesgos de
Salud (ARS), Proveedoras de Servicios de Salud (PSS) y por Administradoras de
Fondos de Pensiones (AFP), públicas, privadas o mixtas, bajo la rectoría del
Estado y de acuerdo a los principios de la Seguridad Social y a la presente ley;
Separación de funciones: Las funciones de conducción, financiamiento,
planificación, captación y asignación de los recursos del SDSS son exclusivas del
Estado y se ejercerán con autonomía institucional respecto a las actividades de
administración de riesgos y prestación de servicios;
Flexibilidad: A partir de las coberturas explícitamente contempladas por la
presente ley, los afiliados podrán optar a planes complementarios de salud y de
pensiones, de acuerdo a sus posibilidades y necesidades, cubriendo el costo
adicional de los mismos;
Participación: Todos los sectores sociales e institucionales involucrados en el
SDSS tienen derecho a ser tomados en cuenta y a participar en las decisiones que
les incumben;
Gradualidad: La Seguridad Social se desarrolla en forma progresiva y constante
con el objeto de amparar a toda la población, mediante la prestación de servicios
de calidad, oportunos y satisfactorios;
Equilibrio financiero: Basado en la correspondencia entre las prestaciones
garantizadas y el monto del financiamiento, a fin de asegurar la sostenibilidad del
Sistema Dominicano de Seguridad Social.
El art. 7 de la Ley 87-01 establece que el Sistema Dominicano de Seguridad
Social (SDSS) estará integrado por los siguientes regímenes de
financiamiento:
a) Un Régimen Contributivo, comprende a los trabajadores asalariados públicos
y privados y a los empleadores, financiado por los trabajadores y empleadores,
incluyendo al Estado como empleador;
b) Un Régimen Subsidiado, protege a los trabajadores por cuenta propia con
ingresos inestables e inferiores al salario mínimo nacional, así como a los
desempleados, discapacitados e indigentes, financiado fundamentalmente por el
Estado Dominicano;
c) Un Régimen Contributivo-Subsidiado, que protegerá a los profesionales y
técnicos independientes y a los trabajadores por cuenta propia con ingresos
promedio, iguales o superiores a un salario mínimo nacional, con aportes del
trabajador y un subsidio estatal para suplir la falta de empleador.
 Aportación del Empleador y del Trabajar
El empleador contribuirá al financiamiento del Régimen Contributivo, tanto para el
Seguro de Vejez, Discapacidad y Sobre vivencia como para el Seguro Familiar de
Salud, con el setenta (70) por ciento del costo total y al trabajador le
corresponderá el treinta (30) por ciento restante.
El Costo del seguro de Riesgos Laborales serán cubierto en un cien por ciento
(100) por el empleador. En adición, el empleador aportará el cero punto cuatro
(0.4) por ciento del salario cotizable para cubrir el Fondo de Solidaridad Social del
Sistema provisional.
Existen exenciones impositivas, en que las cotizaciones y contribuciones a la
Seguridad Social, y las reservas y rendimientos de las inversiones que generen los
fondos de pensiones de los afiliados, estarán exentos de todo impuestos a carga
directa o indirecta. De igual forma, quedarán exentas las pensiones cuyo monto
mensual sea inferior a cinco (5) salarios mininos nacional.
Las utilidades y beneficios obtenidas por la Administradora de Fondo de
Pensiones (AFP)), la PSS y las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS)
estarán sujetas al pago de los impuestos correspondientes. Los plazos de los
empleadores para el pago de las cotizaciones, los empleadores efectuarán los
pagos al Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS), a más tardar dentro de
los primeros tres (3) días hábiles de cada mes.
El Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS) diseñará un formato de pago
que permita a las empresas e instituciones consignar las aportaciones al Seguro
de Vejez, Discapacidad y Sobre vivencia, al Seguro Familiar de Salud y al Seguro
de Riesgos Laborales, identificado el aporte total y el correspondiente al trabajador
y al empleador.
En el caso de los trabajadores por cuenta propia, la base de contribución será el
salario mínimo nacional, multiplicado por un factor de acuerdo al nivel de ingreso
promedio de cada segmento social de este régimen. El salario mínimo nacional,
para fines de cotización, exención impositiva y sanciones, será igual al promedio
simple de los salarios mínimos legales del sector privado establecidos por el
Comité Nacional de Salarios de la Secretaría de Estado de Trabajo.

Función supervisora de aseguradores:


Superintendencia de Pensiones (SIPEN), entidad pública autónoma supervisora
del ramo (Art. 32, Ley 87-01).
Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (SISALRIL), entidad pública
autónoma supervisora del ramo (Art. 32, Ley 87-01).
Instituciones y empresas, públicas y privadas, aseguradoras y prestadoras
Función Aseguradora:
Seguro Nacional de Salud (Se NaSa), entidad pública y autónoma (Art. 159, Ley
87-01).
Administradoras de Riesgos de Salud (ARS), de carácter público, privado o mixto,
con o sin fines lucrativos (Art. 148, Ley 87-01).
Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), de carácter público, privado o
mixto (Art. 32, Ley 87-01).

Función Proveedora de Servicios:


Proveedoras de Servicios de Salud (PSS), de carácter público, privado o mixto,
con o sin fines lucrativos (Art. 160, Ley 87-01).
Las entidades públicas, privadas o mixtas, con y sin fines de lucro, que realizan
como actividad principal funciones complementarias de Seguridad Social (Art. 21,
Ley 87-01).
Los argumentos económicos en la prevención de riesgos laborales
No es raro encontrar que frente a las presiones para emprender alguna inversión,
empresarios y gestores argumenten que resultaría muy caro y, por tanto,
“imposible”. Tampoco, por otra parte, es raro escuchar la respuesta habitual de
prevencionistas y delegados: la enfermedad y los accidentes también suponen un
coste muy elevado para la empresas. Estos últimos suelen realizar esfuerzos por
cuantificar el peso de los daños a la salud de los trabajadores, y de los accidentes
sin daños, sobre las cuentas de las empresas. Pero, ¿Son efectivos los
argumentos económicos para convencer, en el sentido preventivo?
Para facilitar la argumentación en el terreno conceptual de lo económico
revisaremos, paso por paso, algunos aspectos parciales. Luego, al final de este
apartado, abordaremos la pregunta:
¿quién paga los costes económicos de los accidentes y enfermedades?
¿De qué hablamos cuando decimos costes de los accidentes y las enfermedades
causadas por el trabajo? En primer lugar, habrá que hacerlo refiriéndonos a estos
dos aspectos:
Coste humano: El coste humano lo constituye el daño que sufren las personas
directamente afectadas como el que sufren sus allegados. Supone desde la
lesiones físicas para el trabajador/a que lo sufre, que implican dolor, pérdida de
trabajo, necesidad de atenciones médicas y/o rehabilitación, hasta, en
determinados casos pérdida de autonomía personal, alteración de proyectos de
vida, minusvalías, etc. Los allegados también sufren el coste de la pérdida de
familiares por consecuencias fatales, cuando esto ocurre.
Coste económico: El coste económico está formado por todos los gastos y
pérdidas materiales que el accidente ocasiona, para la persona y su familia, así
como el coste del deterioro de materiales y equipos y pérdida de tiempo de trabajo
para la empresa y sus compañias aseguradoras, costes para las arcas públicas,
para la sociedad en general, etc.
El coste para las empresas. El coste de la prevención
Para actuar contra los accidentes y las enfermedades hay que saber sus causas.
Cuando las causas son equipos o instalaciones inadecuadas, entonces se
imponen inversiones para su renovación. Estas suelen ser costosas, pero también
suelen ser ineludibles. Por ejemplo, ante una instalación eléctrica obsoleta, e
inadecuada para la carga que soporta, no hay más remedio que renovarla. La
paradoja es que lo que sucederá cuando se realice la inversión es que mejorarán
los resultados económicos debido a que dejarán de haber paradas productivas por
corte de suministro debido a la sobrecarga. Este ejemplo, nos ilustra que los
costes de la prevención no pueden separarse de los costes productivos. Es en
este sentido que podemos decir que la mayor parte de los costes de la prevención
han de ser consideradas inversiones productivas, y por lo tanto, inversiones
rentables, y no sólo costes. Los mismo puede decirse de cualquier mejora para la
salud que implique una renovación tecnológica: es muy posible que gracias a la
obligación de cumplir con la normativa de ruido, la empresa vea aumentada su
productividad.
Costes de los accidentes
Además, hablando en estos términos, un segundo tipo de argumentaciones suele
girar en torno a cuánto dinero pierde la empresa al producirse accidentes o
enfermedades. Aquí la idea "prevencionista" suele ser que cuanto más abultado le
demostremos a la empresa que es su auténtico coste, más tendrá en cuenta la
empresa la prevención. A estos efectos, el argumento es que se debe prestar
atención al hecho de que además de los costes evidentes (también llamados
visibles) hay toda una serie de costes ocultos ("invisibles") que la empresa asume
aunque no lo sepa. Estos costes se deben al impacto de los accidentes y
enfermedades sobre la actividad habitual de la empresa: disminuye la producción,
o las ventas, o empeoran los productos, o los servicios que la empresa da, etc. y
esto significa dinero. Aquí la idea es que si la empresa realizara una contabilidad
detallada de estos costes, llegaría a la conclusión de que debe prevenir.
Costes visibles: Son los costes evidentes: Todos aquellos que están en lista de los
ocultos (más abajo) pero se contabilicen pasan por definición a ser costes visibles.
Algunas empresas incluyen aquí costes fijos que la empresa tiene en concepto de
prevención y seguridad. Entonces incluyen todos los costes de personal, como
equipos especiales.
Costes invisibles u ocultos: Hablaremos de costes ocultos solamente cuando estos
costes se produzcan efectivamente, y cuando la empresa no los contabilice por
separado, en una cuenta especial (en cuyo caso serían costes visibles). Estos son
costes variables, es decir que se producen sólo y únicamente como resultado de
que efectivametne se haya producido un accidente, o enfermedad profesional.
(Aunque en un sentido podríamos incluir aquí cualquier enfermedad relacionada
con el trabajo).
Señalamos como costes "invisibles":
Costes salariales: lo que el empresario paga pero no se trabaja, tanto por
trabajadores afectados directamente como por compañeras/os que dejan de
trabajar hasta que se aclara lo sucedido, o por el malestar producido, o por
auxiliarle, etc.
Costes derivados de la contratación de un substituto: no sólo salariales, sino
también seleccionar y dar de alta, formarle, el tiempo que tarda en ser igualmente
productivo/a, etc.
Costes por pérdidas o daños de materiales, equipos, etc. Los equipos dañados, o
precintados por investigación, o la elevación de primas de seguros de los equipos,
etc.
Pérdidas de ventas o clientes, daños a la imagen de la empresa: Los accidentes
dañan las funciones más básicas de las empresas por no poder atender a tiempo
los pedidos o dar atención a clientes.
Complementos por incapacidad temporal: En muchos convenios colectivos se
especifica que en caso de accidente, el empresario asumirá, de su cargo, el
complemento para que los trabajadores afectados cobren el 100% de lo percibido
en el mes anterior a la baja. Esta situación se puede prolongar durante 18 meses.
Recargos en prestaciones por omisión de medidas de seguridad: La LGSS (art
123) prevee que la Inspección de Trabajo puede imponer a la empresa que esta
incremente en un 30% al 50% la prestación económica que el trabajador o sus
deudos reciben de la Seguridad Social. No está permitido que el empresario tome
un seguro para esta contingencia.
Sanciones administrativas: Las sanciones previstas por infracciones muy graves
pueden llegar hasta 100 millones, según la LPRL. Estas se pueden aplicar por
incumplimiento de medidas, aún cuando todavía no se haya producido un
accidente. También puede ser paralizada la actividad, etc.
Costes debidos a demandas por responsabilidad civil : el trabajador, su familia o el
sindicato pueden reclamar por la via civil. Esto generaría, además de la posible
sanción civil, costes de representacion por abogados, honorarios por peritajes,
tiempo para acudir a testificar, etc.
Costes por responsabilidad penal: El Código Penal (LO 10/95) preve un delito de
peligro por infracción de normas de prevención de riesgos laborales (arts. 316,
317) o lesiones por imprudencia grave o profesional (art. 152). Esto generaría,
además de la posible sanción penal, costes de abogados, honorarios de peritos,
tiempo para acudir a testificar, etc.
En conclusión, de un accidente o enfermedad se podrían derivar diversos tipos de
costes, productivos o legales. Lo que sucede en la realidad en otra cosa. Por una
parte, no siempre se presentan las demandas que es posible presentar. Por otra
parte, no siempre se imponen las sanciones que es posible imponer. Ello hace que
el coste real no sea tan gravoso para la empresa.
Gestión por costes: Cuando le decimos a la empresa que los accidentes le
cuestan, le estamos diciendo que contabilice lo que le cuesta para comprobarlo.
Pero en este punto hay que tener en cuenta que para las empresas grandes que
identifiquen que sus costes son importantes en algún sector de ésta, como un
departamento, o un proceso, o una sección, etc., como por ejemplo el transporte o
las limpiezas) pueden optar por externalizar esos procesos que antes formaban
parte integral de su organización productiva hacia subcontratas o trasladarlos a
países que toleren sus actividades peligrosas.
El coste para los trabajadores y sus familiares
El coste económico para los trabajadore/as se define como aquellos daños
ocasionados por accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo que no se
compensan. Dejando de lado, por un momento, la imposibilidad de compensar los
daños morales, las compensaciones que se reciben nunca llegan a cubrir los
costes económicos verdaderos. Los trabajadores soportan un coste económico, ya
sea por una reducción de sus ingresos, ya sea por el daño a su perspectiva laboral
futura. A estos costes, hay que agregar el impacto económico sobre los familiares
de los accidentado/as que asumen las tareas de cuidarles, sin compensación
económica. Estas tareas son asumidas generalmente por mujeres (esposas o
madres) que ven disminuida su capacidad para vender su fuerza de trabajo, lo que
también supone un coste.
El coste para las cuentas públicas
Los costes de los accidentes y enfermedades que no asumen las empresas ni los
particulares son transferidos a las cuentas públicas. Por ejemplo, los costes de
accidentes laborales no declarados como tales, resultan sufragados por el sistema
público de salud, como si fueran accidentes comunes.
El coste social
Los costes para las arcas públicas no agotan los costes para la sociedad. No
existe actualmente un modo aceptado de calcular en unidades monetarias los
costes y beneficios de la salud y seguridad o los accidentes y enfernedades. En
parte, porque resulta arbitrario asignar cualquier valor cuantitativo a intangibles. Y
en parte, debido a múltiples relaciones que tiene la salud con cualquier otro
aspecto social, es casi imposible modelizar la relación cuantitativa entre causas y
efectos (si se acepta que la salud, el bienestar social, o la calidad de vida laboral
son bienes sociales, un análisis de los costes y beneficios para la sociedad de la
seguridad debería poder tomarlos en cuenta). Y finalmente, porque cualquier
modelo económico parte de supuestos que resultan discutibles desde otras
perspectivas.
Si se quisiera cuantificar, debería de todos modos responderse a las siguientes
preguntas: ¿Deberían incluir, por ejemplo, el efecto económico de las bajas
laborales por accidente sobre la tasa de desempleo, etc.? O cuando se valoran
estas magnitudes en términos de impacto en la productividad social ¿habría que
relacionar adecuadamente el valor agregado que nace de actividades creadas por
los accidentes, tales como las derivadas de la reparación sanitaria, la
rehabilitación, etc?. O ¿habría que asignar una expresión cuantitativa a la salud de
los trabajadores como factor productivo?
¿Quién paga el coste económico de los accidentes y enfermedades?
Los accidentes y enfermedades tienen efectos en la distribución del
producto del trabajo:
El sufrimiento que los accidentes y enfermedades ocasionan a las víctimas y sus
familiares, así como otros daños intangibles, como podrían ser los efectos de
pérdida de horizontes y la sensación de inseguridad de los sectores más
perjudicados, no pueden ser cuantificados.
El incremento de desigualdad social causado por los accidentes laborales. Al
hablar de costes sociales no sólo se plantea la cuestión de cuáles son los sectores
sociales que resultan víctimas de los accidentes laborales (que resulta bastante
obvia) sino los efectos sobre la asignación del gasto público.
El gasto público total tiene claras implicaciones para el bienestar general, pero no
refleja la distribución entre sectores sociales. Los costes que el empleador no
paga, lo pagan (además, del trabajador que sufre el daño) las cuentas públicas.
Ello hace que el gasto público en salud y seguridad represente un trasvase
regresivo de recursos entre sectores sociales.
Si el empleador paga pero traslada los costes al gran público mediante precios (o
mediante impuestos, en el caso de la Administración como empleador) los costes
los asume el público consumidor.

Conclusiones
Al consumar el estudio y haciendo un recuento de los aspectos básicos
concernientes a el nivel de aplicación de la Ley 87-01 sobre la seguridad social en
los supermercados de la zona urbana del Municipio de Santiago, en el período
enero 2010 - diciembre de 2014, se concluye en correspondencia a
los objetivos que:
En dependencia al objetivo No.1: Determinar el nivel de conocimiento de la Ley
87-01 sobre seguridad social que tienen los propietarios de los supermercados de
la zona urbana del Municipio de Santiago, se concluye que:
El 40% de los propietarios, en relación al conocimiento que poseen de las normas
jurídicas que rigen la Seguridad Social, dijo que parcial, mientras que el 20%
expresa que total. Las afirmaciones anteriores revelan que el nivel de
conocimiento que poseen los propietarios en relación a las normas jurídicas que
administran la Seguridad Social, es limitado
En dependencia al objetivo No. 2: Determinar en qué medida los propietarios de
supermercados de la zona urbana del Municipio de Santiago, aplican la Ley 87-01
sobre seguridad social, se determinó que:
El 60% de los propietarios de los Supermercados de la Zona Urbana del Municipio
de Santiago, en relaciona que si al momento de emplear a una persona en su
empresa éste es incluido en un seguro médico, dice que a veces, y el 20%
expresa que siempre y casi siempre.
El 90% de los empleados dice que al momento de ser empleado no fue incluido en
un seguro médico, mientras que el 10% expresa que sí.
En lo concerniente al objetivo No. 3: Establecer el nivel de conocimiento de la Ley
87-01 sobre seguridad social que tienen los empleados de supermercados de la
zona urbana del Municipio de Santiago.
El 42% de los empleados de los supermercados consultados expresa que no tiene
nada de conocimiento de las normas jurídicas que rigen la Seguridad Social,
mientras que el 39% indica que parcial.
En relación al conocimiento de los deberes y derechos establecidos en la Ley 87-
01, el 68% dice que de manera parcial, el 23% enuncia que total y el 9% expone
que nada.

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